Partida Rol por web

—Tenemos que seguir a esa carreta... —dijo Norm, al ver que el pequeño goblin se metía en ella y luego salía y se movía por las calles de la ciudad. —Flog actuará en cualquier momento. Vigilad por si hay orcos con un palo metido por el culo que se dedican a sabotear a los exploradores grises. 

Desde el interior de la carreta Flog vigilaba la ruta que seguía el carretero. Si iba hacia fuera del pueblo no sería difícil asaltarla y hacerse con todo el cargamento. Si pasaban por alguna zona poco transitada de la ciudad, podría tirar alguna tabla de platamadera fuera empujándola. Si el carretero se daba cuenta, pararía la carreta pensando que la carga estaba mal asegurada y sería el momento de actuar. Esto es, si sus compañeros como él esperaba decidían seguirle. Si no habría que improvisar.

La carreta se mueve por el laberinto portuario durante varios minutos, tomando caminos extraños, cuando el grupo que la seguía estaba ya seguro de que el conductor se había perdido entra en la ciudad.

En una calle empedrada y bastante despoblada cae un tablón de la carreta, haciendo un ruido infernal al golpear con el suelo, quedándose clavada en el sitio. La carreta para y entre maldiciones el conductor baja y se acerca a examinar el listón.

- Los del almacén estaban un poco bebidos - comenta uno de los guardias mientras mira hacia atrás - Quizá lo hayan amarrado mal - a pesar de todo ambos desenfundan sus armas.

El carretero asiente y se dirige al compartimento donde Flog esta escondido a comprobar la carga.

Flog permanecía intentando obsevar por un resquicio si sus compañeros les seguían y de paso, intentando buscar un lugar idóneo para solgar la carga. Cuando al fin decidió que no encontaría un lugar mejor empujó una de las tablas hasta hacerla caer. Permaneció escondido escuchando. Al descubrir que el carretero se acercaba por uno de los lados del carro, intentó deslizarse por el otro lado sin ser descubierto. embozado en su capa. Si tiene ocasión hace un gesto a sus compañeros para indicarles que es el momento de actuar. 

¡Eh, a ver si tenéis más cuidado! - gritó una Bastia enfadada acercándose al conductor. - ¡No me ha dado por poco y te juro que te destripo como no tengás más cuidado!

Agitaba su mano derecha en el aire mientas la izquierda se posaba sin ningún disimulo en el pomo de su Rrka.

Norm se acercó detrás de Bastia. Tenía ganas de soltar su cabreo, el que tenía con Varag, en el primer desafortunado que encontrara. —¡Eh, no os metáis con mi amiga Brinchie! ¡Que pasa, es que no tenéis ojos en la cara?

Uno de los guardias se levanta, y deja que su espada haga ruido contra la madera del asiento.

- Guardar la distancia o voy a pensar que sois unos ladrones en vez de unos borrachos - comenta - Y no repito las cosas dos veces.

Mientras tanto el carretero sube a colocar el tablón caído, mientras se esfuerza para moverlo el solo Flog logra escabullirse.

- ¿Que vas a pensar? ¿Tú? Si hay más cerebro en el tronco que se ha caído del que juntáis entre los dos.

Y golpeando con su bastón en el trozo de platamadera caído, incordia al conductor lo suficiente como para que este no sea capaz de cargarlo de nuevo en el carro.

- ¿Ves tonto? ¿Ruido con las armas sabemos hacer todos? ¿Sabes hacer tú algo más?

- Deja eso y vamonos inmediatamente - ordena el guardia al conductor - Si esto no es un intento de robo me como la armadura. - Los de dentro, prepararos para la batalla. - grita - Y vosotros apartar del camino u os arrollaremos.

El carretero abandona la tabla y se corre hacia el pescante del carromato siguiendo las instrucciones del guardia.

- Los de dentro dice... ¿Pues no está intentando timarnos el tío? Cerebro no tiene, pero sentido del humor sí.

Mientras habla entorna los ojos, como enfocando y mira alternativamente a través de los cristales y por encima de sus gafas, como calibrando la distancia exacta que lo separa del guardia más cercano al borde opuesto de la carreta. Justo después, hace el gesto de empujar a alguien y 

Sin soltarse del carro Flogdegnurt avanzó por el lateral o por la parte de abajo del mismo intentando evitar ser descubierto, hasta estar próximo al pescante. Si quedase libre, me subiría e intentaría arrancar con el carro.
 

El guardia se sorprende ante el gesto de Abot y no puede evitar caer al suelo. Con rabia se levanta, recoge su arma y mira al koridian con odio.

El otro guardia salta del pescante hacia Abbot, espada en mano, aterrizando cerca del viejo, pero aún lejos del alcanza de su arma.

Flog aprovecha para saltar al pescante y tomar el control de la carreta.

Mientras tanto, el conductor, viendo el cariz que toma la situación empieza a correr en dirección contraria sin mirar hacia atrás.

Viendo que la situación se precipitaba hacia un combate seguro, Flogdegnurt aún embozado en su capa, se puso en el pescante de la carreta y azuzó con las riendas a los caballos. Una vez se alejase del lugar, tendría que decidir qué hacer con ella, lo cual dependería de hasta qué punto llamasen la atención con todo aquello, pero lo primero era salir de allí con la preciada carga.

La cosa parecía haberse intensificado en un instante pero Bastia no dejó que ello le afectara, curtida como estaba a las luchas, y examinó la situación.

En su cerebro brinchie hubo un click cuando vio al cochero echar a correr y sonrió ante la presa que se presentaba ante ella sin saber que sus piernas eran mucho más capaces que las de cualquier humano.

Uno de los guardias con arma se acercó a Abbot con intenciones hostiles. Norm se acercó a toda velocidad para interponerse entre él y su compañero explorador. 

—¡Eh, esto es abuso de autoridad! ¡No toques a mi amigo! 

Tenía que hacerlo el propio Norm, porque si fuera por el semiorco, seguro que agarraba a Abbot y se lo entregaba al guardia para que lo empapelase. Con un rápido movimiento sacó el arco y de un certero disparo... desarmó al guardia. La flecha le había arrancado la espada de la mano. 

—Todavía podemos resolver esto pacíficamente. Ni que decir tiene que esa flecha podría haber encontrado tu ojo. 

Varag se habia mantenido apartado ya que no le gustaba tener que hacer esto. Ellos eran Exploradores, no rufianes. Entendia que tuviesen que hacerlo de esta forma pero aun asi le costaba. Eso si, cuando los guardias sacaron las armas el hizo lo propio.

~~—¡Eh, esto es abuso de autoridad! ¡No toques a mi amigo!

El orco se puso delante de sus compañeros, escudo en mano.

Rendios - dijo - No queremos derramar sangre.

La carreta sale disparada en sentido contrario al conductor mientras los guardias la miran con cara de no entender nada.

- ¿De donde ha salido ese? - pregunta uno de ellos justa antes de que una flecha de Norm le arranque el arma.

Viendo la carreta perdida y que están claramente rodeados se miran y bajan las armas.

- Estáis jugando con la familia Karrimayn. Yo devolvería la carreta y pediría perdón. - comenta el único que conserva su espada - Supongo que esto es cosa de los Jutzenkas, pero al final lo vais a pagar vosotros.
 

Yo devolvería la carreta y pediría perdón. - comenta el único que conserva su espada - Supongo que esto es cosa de los Jutzenkas

- ¡Pues claro que nos pagan los Jutzenkas! ¿No es evidente?* ¿La carreta? Mañana estará aquí mismo, sólo nos interesa el contenido. No os preocupéis

Bastia se inclinó sobremanera, casi corriendo a cuatro patas más que a dos, pero el conductor de la carreta ya le sacaba ventaja y giró una esquina antes de que la brinchie le alcanzara.

La guerrera dejó escapar un gruñido y regresó con sus compañeros.

Enfunda esas armas antes de que perdáis las manos. - les dice a los guardias mientras. - Dad gracias a los dioses que podéis marchar con vida.