Partida Rol por web

Gary , se acerca al ataud buscando rastros del posible ladrón , pequeñas astillas que hayan pinchado , arañazos , cualquier cosa que pueda decirles quien robo el cuerpo .... luego vendra el porque , pero ahora es necesario saber como .

El testimonio de la mujer puede ser interesante, no creo que la víctima haya sido escogida al azar, probablemente podamos deducir algo de las costumbres del niño, quizá de su familia, encontrar algún vinculo entre las dos víctimas. 

Si me permiten acompañarles, le comenta al Sheriff sin esperar una confirmación por su parte.

No quiero desconfiar de las autoridades locales, pero no creo que este sheriff de pueblo se haya encontrado con muchos asesinatos como este.

John se queda quieto tras escuchar las palabras del agente, es que no va a entrevistarla ahora, va a esperar que el dolor y la pena la rompan y difuminen los recuerdos del último día? En el estado que está, mejor será no contradecir al Sheriff, no estaría bien hacerla sentir insegura. 

De la estancia os llama la atención que la puerta no tenga cerradura sino un sencilla y vulgar agarradera pero bien pensado, ¿Quien quería robar en la sala de un velatorio?
El ataud debió ser empujado primero al suelo para sacar desupués el cadaver. El interior del ataud muestra algunos cabellos en la zona donde debería reposar la cabeza del difunto.

El suelo de la estancia es de cemento pulido por lo que no se ven marcas ni pisadas. Es más, apenas hay un poco de polvo en la sala. Sintoma de que el lugar estaba limpio antes del suceso.

Examina el ataúd cuidadosamente , fijándose con especial atención a los cabellos. Sin duda eran del difunto, después observa en derredor, mirando con detenimiento la sala en su conjunto, la puerta, las paredes, el suelo, en un vano intento por encontrar alguna pista o indicio.

Desgraciadamente para Craig, todo escapa a sus sentidos y frustrado se pone en pie y mira al suelo en un vano intento de que el resto no se dé cuenta de lo impotente que se siente.

Quizás sea mejor que alguno de los federales sea un vistazo, parece que va a ser verdad que están hechos de otra pasta y que los locales somos unos paletos...

Me acerque y examine cuidadosamente el lugar, hasta que llegue al ataúd fijandome cuidadosamente en donde estaban los cabellos del cadaver. Estaba a punto de darme por vencida cuando de pronto algo llamó mi atención

¿Pero que tenemos aquí?

Gary mira el ataud con cuidado y luego la sala , seguro que nadie puede ser tan cuidadoso de no dejar absolutamente nada .

Sin duda algo habia en esa sala ... lo podia "oler" y ahí estaba ...

La sala tiene pinta de estar limpia aunque aún así le pedís a max que haga un análisis rutinario de huellas por si acaso. El suelo de cemento pulido tampoco ayuda a dejar rastros pero al abandonar la sala con tristeza por no haber encontrado aún nada útil vuestros pasos naturales para abandonar el lugar provocan que os fijéis en una marca visible en el suelo en la que por ahora nadie se había fijado y que parece ser una pisada.
Vaya, ¡Parece que al final si que habéis conseguido averiguar algo! Rápidamente avisáis al resto mientras con delicadeza intentáis no estropear el rastro encontrado.

En el barro seco junto con otro resto de pisadas se aprecia un rastro. En este momento no os paráis a pensar en quien ha podido estropear el rastro pero resulta fácil pensar que el enterrador cuando descubrió lo ocurrido o incluso los propios agentes de la ley podrían haberlo pisado involuntariamente al entrar en el lugar de los hechos.

- ¡MIERDA!

Mmmm De pronto algo llamó mi atención y me acerqué rapidamente

Gary , observa algo en el suelo , se acerca junto con sus compañeros y ver el rastro que parece continuar .

Localizáis un rastro y a medida que lo seguís comprobáis que el rastro se aleja del lugar. A unos pocos metros, fuera del camino principal, podéis observar una marca en el barro, un surco reciente de unos 20 centimetros que parece ser una rodilla al tocar la tierra o tal vez el talón de un cuerpo al ser arrastrado.
El surco ignora la carretera y si dirige directamente hacía los bosques, bordeando el muro del cementerio pero sin entrar en él.

Sin pensarlo dos veces y comprobando que llevo mi arma en el cinto me giro hacia Gary y digo:

-Jefe. Yo entro ahí.-Mi tono no deja lugar a dudas. lo voy a hacer. Simplemente se lo digo a modo de informe. Gary estará un poco obsesionado con su pasado, pero saber que hago bien mi trabajo y seguramente no me lo impedirá. Además es sabido por todos en el cuerpo que convencerme de algo cuando estoy completamente segura es imposible, y que soy muy buena en lo mío.

Nerviosa, cómo cada vez que veo las luces misteriosas o, como las llamo yo "luminarias" me interno en el bosque siguiendolas.

No se ni porque me fío. Un día me van guiar a mi propia muerte.

No obstante, eswtos funebres pensamientos se alejan cuando, atravesando zarzales y troncos de arboles pienso que las voy a perder. Acelero mi paso sin preocuparme de si mis compañeros me siguen o no siguiendo las luminarias.

Naturalmente Samantha , vamos dentro , necesito uno que espere aquí por si se acerca el Sheriff . Dice sacando el arma y la linterna .

Un poco alejado del grupo los sigue desde atrás, apuntando todo lo que está pasando, cogiendo muestras del cabello, y de las pistas que están encontrando sus compañeros. Tanto tiempo fuera del trabajo de campo le ha embotado la cabeza, el caso no está yendo a ninguna parte y empieza a aburrirse, quizá tenía demasiado idealizado su trabajo después de todo, quizá tengan razón y me merezca estar en la oficina... 

hasta que escucha a sus compañeros encontrar la pista. De repente, la adrenalina, las ideas corriendo a la velocidad de la luz. Sí, ese era su trabajo. 

Os indicáis con una mirada que estáis dispuestos  y comen­záis a andar hacia la niebla. Detrás quedan las luces del heli­cóptero y de las linternas de quienes permanecen en el lugar del crimen. Llegáis hasta el bajo muro que delimita el cemen­terio y lo rodeáis para acercaros al limite del bosque. Ante vosotros, las sombras de los árboles se elevan formando una densa y altísima pared vegetal de oscuridad. Una débil luminosidad os indica que esta amaneciendo, aunque no podáis ver el sol.

A la entrada del bosque, colgando de un arbusto espinoso, hay un zapato. Aunque no nuevo, está poco usado y recién cubierto de betún. Es el zapato que le pondrían a una persona poco pudiente para su velatorio.

Avanzáis con cuidado, evitando tropezar, cubiertos por la niebla. Dejáis atrás el cementerio. Las sombras delante vuestra amenazan con engulliros: el bosque os recibe con el fragor de las hojas movidas por el viento, tan similar al del mar. También oís el cristalino sonido del agua corriendo. Huele a humedad y a hojas en descomposición.

Cuatro minutos más tarde, el rastro os lleva hasta un peque­ño terraplén cubierto de hojas y de ahí hasta la orilla de un arroyo de bastante caudal. Es demasiado ancho como para saltarlo por este punto pero quizá más arriba o más abajo sea posible. En cualquier caso, el rastro físico termina aquí y no hay más huellas que seguir.

Gary observa si puede el interior del arroyo buscando si el ladron ha saltado dentro , ya que al ir cargado seguro que ha tenido que dejar una marca al caer .

Camina en vanguardia del grupo, pues para eso pertenece a la policía local. Mientras camina recuerda haber pasado por estos bosques en alguna ocasión, pero no recuerda que estos bosques fueran tan siniestros como lo son ahora, quizás es que ahora Craig sea susceptible de verlos así con todo lo que ha acontecido.

Cuando encuentran el zapato, es uno de los primeros en examinarlo, poco se puede decir de un zapato de mala calidad normal y corriente y algo hortera a gusto de Craig, claro que él nunca ha sido una persona elegante precisamente.

Al llegar al caudoloso río piensa

Caray no recuerdo que este río viniera con tanta agua...

Deteniéndose ante la orilla

- Es imposible cruzar el río en las actuales circunstancias. Deberíamos remontar río arriba que es donde es menos caudaloso para flanquearlo, quizás el rastro continúe.