Partida Rol por web

Jennifer no entendía como aquéllas persona seguían hablando con aquella niña, joder a ella le daba un repelús que le helaba la sangre y la mantenía en un segundo plano mientras sus compañeros hablaban y aquélla mujer daba explicaciones. Cómo que procesar penso para sus adentros a las personas se les diagnóstica.

chicos este sitio es escalofriante, que cojones hacen aquí? La verdad que  me empieza a picar la curiosidad y si nos pegamos un vistazo sin su consentimiento? les pregunto con una media sonrisa pícara a sus compañeros.

Rapido chicos tenemos que aprovechar a pergar un vistazo antes de que vuelva la teniente oneal esa expeto a sus compañeros mientras rodeaba el mostrador y comenza a rebuscar cualquie rinformacion posible , pegando un vistazo a a los papales que habia encima de la mesa, abirendo cajones y revisando el ordenador que habia mas cerca. Que alguno vaya a vigilar y entretener por si vuelve esa tia y decidele a esa niña que se esconada o algo seguro que se pone a buscarla como una loca les comento sin dejar su tarea de revision .

A Floren la idea le pareció bien, y sentía cierta lástima por la pequeña.

-¡Vete! Escóndete o lárgate de aquí, a saber que quieren hacer contigo.- Y luego se puso a vigilar, para alertar del regreso de la agente. Aquello no le gustaba nada, que era eso del procesamiento. 

A mí eso de rebuscar en la cueva del lobo con el lobo cerca como que no me va. Se nota que no saben de qué va esto, no se hurga en lo ajeno con el propietario cerquita. Que yo he llegado a donde he llegado con atrevimiento y osadía, pero también con astucia y manipulación.

Espero a las respuestas a mis preguntas y luego pillo a la cosa nena-zombi.

-Ven, chiquita, que aquí el ambiente está como muy cargado. No sea que te metan en una celda también. -Que ya ves tú lo que me importa.

(Si salimos fuera).

Me enciendo un cigarrillo, a un par de metros del trasto niña.

-¿Tú fumas? Toma, que disimula el olor.

¡¡Qué encanto de policía!! —No es necesario señora... Boyeros.—Dijo después de leer su placa.— No necesita procesar a la pequeña, viene con nosotros. Cómo bien le ha dicho mi compañera, buscamos a un amigo, Pablo y la nena busca a su mamá.

—¿Un bozal? —dijo cuando la policía salió de la sala. Aunque todo pasó a un segundo plano cuanto escucho a la enfermera.

—No creo que sea buena idea, —dijo a Jennifer,—pero tu misma. Lo único que nos puede pasar es que nos procesen, como a Pablete. Lo mismo tenemos suerte y lo encontramos si eso sucede.

—Yo también vigilo. Nena quédate cerca de Noemí que no sabemos como va a terminar todo esto.

—¿Un humano mezclado entre los zombis? Lo dudo si pero voy a averiguar.—Habia dicho la mujer antes de desaparecer por la puerta central, que daba a un pasillo. Precisamente a esa puerta fue Florencio a montar guardia mientras Jennifer se colaba en la oficina y Pablo iba a espiar por la puerta restante para ver si se acercaba alguien.

Afuera Noemí y la zombi fueron, pensando quizá en que al tener un pie en la calle sería más fácil escapar cuando la situación se complique. La niña cogió un cigarro y le dio una fuerte calada que le hizo llorar los ojos y toser un poco. "Mi mamá dice que no fume estás cosas porque pueden matarme" intentó decir entre risas y toses.

Mientras tanto Jennifer encontró un libro de esos antiguos, cuadernos se llamaban. Lo último escrito allí era una lista de nombres escritos con tinta. Algunos de esos nombres tenían una marca con lápiz al lado. El de "Pablo Nicolás J" era uno de ellos. ¿Cómo se llamaban el hermano y la madre de la zombi? Jennifer no lo recordaba, o quizá no le importaba.

Florencio le hizo señas a Jennifer advirtiendo que alguien se acercaba. Unos segundos después asomó la cabeza por la puerta entreabierta una zombi-policía. Con el brazo que había pasado hizo una seña extraña: dedos indice y mayor hacia arriba  e inmediatamente con el meñique extendido como si dibujara algo en el aire.

—¿Están locos?—murmuró en tono como si gritara.—¿Cómo se van a presentar por la puerta delantera? ¿Violeta no les explicó que tenían que hablar conmigo primero?

La zombi terminó de pasar la puerta y la cerró con delicadeza quedándose apoyada para que nadie la abriera.

—Al humano lo vi. No sé dónde lo metieron. A algunos los tienen arriba interrogandolos. Y el resto está e el sótano. Por aquella puerta—agregó señalando a Pepe,—a la izquierda están las escaleras... Aprovechen ahora que casi todos están en los a festejos por el mundial. Y si alguien les pregunta, a mí no me conocen.

Acompaño en la risas a la pequeña pellejuda. -Las madres exageran. Necesitas fumar mucho para llegar a morirte, sabes (aparte de que ya estás muerta, claro) Es una cachonda tu madre. 

Observo aquí, allá, a la calle, al edificio, a sus puertas -¿Qué tal se te da correr? -A mí me daba que pronto vería a los compis salir de estampida, con o sin Pablete.

-Mira, atiende -le di varias caladas al cigarrillo, de manera lenta, con detalle -Ves, así, no te tragues el humo, solo lo suficiente, aspira, que fluya, regrese a tu nariz y lo expulsas...eso es. Bien, lo haces bien. -Le hago un truco de manos, con una moneda, aquí, allá, mis manos vuelan, "apareció" de su oreja.

-Toma, para ti, te puedes comprar unas chuches. Oye, ¿y cómo es eso de ser zombie? ¿Tienes poderes o qué?

Parecía que había dos lugares en los que podía estar Pablo.-Podría estar en el sótano, o tal vez le estén interrogando. De todas formas, movernos por este lugar sin permiso, seguro que no termina bien.-

Y luego dirigiéndose a aquella zombi. le pregunto: -¿Quién es Violeta? ¿Podría usted decirnos que es lo que hacen aquí?- Eran muchas las dudas que le estaban surgiendo en las últimas horas.-¿Qué es el procesamiento? Que se supone que hacen aquí.-

COn un pequeño sobresalto cerro rapidamente elcuaderno y dio un par de pasos hacia atras para situarse fuera del mostrador. La irrupcion de aquella policia zombie no la habia dejado mas tranquila y acercandose a sus compañeros les susurro Joder le teninen aqui, su nombre estaba en una libreta, le tienen aqui y no nos lo ha querido decir.

Hola saludo con la mano a la mujer policia ¿quien es violeta y tenemos afuera una niña...esto zombi que andaba bsucando a sus padres, puede usted ayudarla? la pregunto mientras se acercaba hacia la puerta para llamar a Noemi y a aquella niña.

A Pepe se le encendió una lucecita en el cerebro, la policía zombi los trataba como a iguales, tal vez que pensaba que eran prozombis y eso no era una mala cosa —pero qué... mier... está bien señorita, —volvió a carraspear, no terminaba de encasillarla en esa palabra, para él señorita era otra cosa, y no se parecía en nada a un montón de carne en descomposición. —No sabíamos nada de lo que nos está contando, y sí, es cierto que tenemos a una pequeña que necesita ayuda.—Dijo corroborando las palabras de su compañera.

Esperó a que Jennifer volviera de avisar a Noemí y a la niña. —Y creo que es necesario que Anita venga con nosotros, ella encontrará enseguida a sus familiares, mmm yo sería incapaz de distinguir un zombi de otro. Me resulta igual que con los chinos y asiáticos, los veos todos iguales, perdóneme si ofendo con mis palabras no es mi intención, es mi cerebro que no es capaz de hacer una criba en condiciones. Aunque para mi perdón tengo que decir que con toda seguridad a los Han y los Dropa lo conocería sin la más mínima duda. ¿Saben? Es una historia muy curiosa, son descendientes de una raza alienígena, de pequeño tamaño, que se estrelló con su nave en algún lugar de China. Existen unos disco muy interesante que cuenta su historia, pero es una pena, los gobernantes del lugar los tienen a buen recaudo y no nos dejan investigarlo.

—En fin, yo empezaría por el sótano, podríamos preguntar si alguien ha visto Pablete —miró a sus compañeros, esperando su opinión. —Si nos pillan siempre podemos decir que estábamos buscando el baño.

—¿Poderes? No, qué va. Lo único que tenemos de distinto es el hambre. Cuando ataca el hambre hay que comer, si no pierdes el control. Eso y que no nos permiten pasar las noches aquí en las casas. Me llamo Anita, ¿Y tu?

La niña sonrió mostrando sus dientes sucios.

—Y ustedes, los vitales. ¿Cómo se siente eso de saber que vais a morir?

Cuando Jennifer contó lo que pasaba adentro, entró dando saltitos.

—¿Vamos a buscar a mamá y al Cele?—dijo yendo hacia Pepe que había abierto un poco la puerta que tenía cerca, encontrando allí a la izquierda una escalera que descendía y a la derecha otra oficina sin gente dentro.

—¿Cómo no conocen a Violeta? ¿Que no son de DZ?—Wilena murmuraba, y se acercó mucho a Florencio para  que la escuchara bien, tanto que se percibía su aliento a carne mal conservada.—Aún no sé todas las cosas que se hacen aquí, estoy averiguando. Esto es algo más grande que sólo ayudar a una niña, hay como veinte zombis y un humano allí adentro. Hagan como quieran. Si les preguntan, a mí no me vieron.

La polizombi amagó con irse por el pasillo por donde había llegado. Pero se detuvo un instante.

—Ah, casi lo olvido. En quince minutos se irá el camión. Luego de eso la puerta de atrás quedará sin guardia.

-Jaja. Es que el hambre hace perder el control a cualquiera. ¿Y qué comes, pollo crudo o tiene que ser carne humana? A lo caníbal. ¿Cada cuánto te da hambre? -Me la miro, así voy aprendiendo cosas de los zombitos estos. -Yo soy Noemí.

Devolví la sonrisa, que no hace daño, y como decía mi papá, hay que tener amigos hasta en el infierno. -¿Vitales? Hum. No pienso en eso. Hay que vivir la vida. Luego ya se verá, ¿no?

Saludo con la cabeza a la Jenni, nos terminamos el piti, y regresamos. Una polizombie que por lo que cuenta es activista de DZ, derechos zombis. ¿Qué coño quiere que saquemos a todos los zombis de aquí?

-Esto...-me dirijo a mis compis- la cosa se está desmadrando un poco. Que vale intentemos liberar a Pablete y los papis de Anita, si están aquí -coño, si me da igual, como si los transforman en burger- , pero no nos vamos a meter en líos por una horda de comecarnes. Yo si eso, vigilo, vale. 

Miró con preocupación a todos sus compañeros y a la pequeña. Era cierto que no debían crearse un problema. Solo buscaban a Pablete y de paso a la familia de Anita.

—Básicamente pienso igual que tu,—dijo mirando a Noemí— con unas cuantas matizaciones, pero digamos que igual estamos en la misma onda.—Se acercó un poco más al grupo y habló en voz baja.

—No queremos hacer algo que nos cree un problema, pero ¿y si tenemos que hacerlo? Mmm...¿Alguien sabe conducir un camión? Solo para estar preparados en el hipotético caso de que la cosa se tuerza.

—Vamos pequeña, vamos al sótano a ver si tenemos suerte. ¿Y dime, los zombis necesitan ir al baño? es para dar una explicación plausible si nos pilla.—Después miró a los compañeros—Si alguien quiere venir no tiene más que seguirnos.

Jenny se junto junto sus amigos Vamos juntos,siempre podremos decir que oimos la voz de pablo y bajamos a aclararar la confusion, total no hemos robado nada no?, no aun no habia robado nada, pero si podia pensaba hacerlo, alli pasaba algo extraño y poco habitual, desde hacia tiempo ella pensaba que con todo el rollo de este zombie algunos laboratorios estaban sacando tajada y ella queria formar parte de esa tajada. Ademas no podemos dejar a pablete en la estacada, verdad? les pregunto con cara de pena y media lagrima en sus brillantes ojos.

Aquella poli estaba podrida, apestaba. Pero les ayudo y les dio información útil.

-Yo tampoco quiero meterme en problemas, pero ya que estamos aquí, al menos liberemos a Pablo. Sabemos que en unos minutos la puerta de atrás quedará sin guardia. Podemos hacernos los despistados, buscamos a Pablo y nos vamos por la puerta de atrás.- Ya era complicado, pero tal vez podrían hacerlo, sin ser detenidos. Otra cosa, era sacar a la familia zombi de la niña. Ahí seguro que metían la pata, y tener a muchos zombis con esa hambre atroz cerca, era querer meterse en problemas. Hasta saber más de los zombis, mejor no acercarse mucho a ellos. 

—Cerebro. ¿Qué otra cosa podría comer? "Un poquito todos los días nos mantiene alertas" dice mamá. A veces me gusta comer patatas fritas o jamón, como ustedes, pero no me llenan. Igual tranquila, no me comería tu cerebro Noe. Los cerebros de pollo son muy pequeños. ¿Pero quieres que te cuente un secreto? Pasando Atocha, allí donde se separan las vías, en medio hay una fábrica que tira montones de cabezas de pollo. Pero muchas. Los guardias se enojan porque comemos las cabezas y dejamos las patas.—La niña sonreía con los ojos entrecerrarlos y pasó la lengua por sus labios como si estuviera imaginando el sabor de una cabeza de pollo cruda.—Cada vez que llegamos hasta allí con el Cele nos damos una panzada.

Pepe y Jennifer fueron los primeros e bajar las escaleras. La niña zombi, al verlos se apuró a ir tras ellos y también Florencio los siguió. Noemí, más cautelosa, se quedó observando desde arriba.

Habían olvidado prender la luz. En la penumbra se detectaban cuatro puertas. La primera de las tres que estaban abiertas dejaba ver un escobero. La segunda, un cuarto lleno de biblioratos, papeles, archivos, etc. Y la tercera una especie de taller o carpintería llena de sillas y sillones rotos.

La cuarta puerta estaba cerrada y tenía una extraña inscripción.

Adentro se escuchaban zumbidos electrónicos y algunos otros ruidos, como un suspiro o un tamborillear de dedos.

Ah, entonces no comen solo humanos. Ya me lo pensé. -Igual yo tranquila tampoco te soltaba una ostia que te giraría la cabeza, Anita, jajaja. -nada, unas risas. Está bien mantener al trasto a cierta distancia.

-Gracias por contarme el secreto. Conmigo está a salvo. Cuando me de el hambre en un apuro, me voy para Atocha. 

Ella lo que hace es largarse con mis compis. Hacia las catacumbas. Me miro a la Jenni con cara de sarcasmo, "¿eso es una pregunta o una afirmación?" , acerca de la estacada.

-Yo he conducido coches, motos, alguna vez un camión Pero no es lo mío. Una lancha motora y una moto de agua. -respondo a Pepe.

Pues nada, buena suerte.

-¡Que no se ponga nerviosa Anita, que le da por comer! -grito desde arriba, con un poco de risa en mi advertencia. Y me quedo vigilando en la cutre sala. A la expectativa, que lo mismo me llaman como visitante.