Partida Rol por web

Unos y otros recuperáis lentamente la consciencia. No podéis creerlo: ¡habéis sobrevivido a un accidente de avión! Por lo último que podéis recordar, el avión se partió en tres trozos: la cabina, vuestra sección y la sección trasera y cola. Vuestra porción del fuselaje cayó un kilómetro adentro en la selva y abrió un surco hasta llegar a la playa esparciendo por el terreno asientos, maletas y, desgraciadamente, cadáveres. Vuestro grupo se encuentra aturdido disperso por la playa.

Abre los ojos y rapidamente los cierra, pues la sal le provoca escozor.

Jin sale del agua desorientado,. ¿Donde estan? ¿que ha pasado? Las ideas aturden su mente mientras ve a otros supervivientes del accidente como él dispersos por la playa. Un pedazo del avion esta tirado en la arena mientras restos del pasaje yacen por doquier.

¿Sun? ¿donde esta Sun? piensa aterrado ante la idea de no encontrarla o verla muerta.

¡Sun! ¡Suuuuun! grita mientras busca a su alrededor, uniendose su voz al coro de lastimeros quejidos de los heridos y los que como él buscan a su ser querido.

Noto calor, mucho calor...abro los ojos y veo cielo. Un cielo azul y despejado, estoy tumbado boca arriba. Giro mi cabeza a la derecha y lo priemro que veo es un montón de chatarra ardiendo. Me incorporo como puedo y lo que observo me hiela la sangre. Toda la playa está sembrada de los restos del avión, y gente tirada o deambulando como sonámbulos por la arena
Joder, nos hemos estrellado!!
Todavia llevo puestos lso cascos, miro a mi alrededor y veo el discman medio enterrado en la arena. Lo recojo esperando que no se haya estropeado. Unos metros más allá veo también el cómic. No se como, pero está intacto...

Durante largos segundos no se donde estoy...lo ultimo que recuerdo es el ruido insoportable del metal al rasgarse y de los gritos de los demás pasajeros.

Cuando levanto la cabeza de la arena, el panorama que veo no es mejor que el que había en la cabina del pasaje. Gente viva, gente muerta o herida y un caos absoluto como no había visto desde los días de la guerra del golfo.

Poco a poco me pongo en pie, y examino mi cuerpo, buscando heridas o combustible derramado que pueda arder. Poco a poco voy ordenando mis ideas, mientras miro a mi alrededor, intentando hacerme un cuadro general de las cosas.

Examino mi cuerpo con la intención de descubrir alguna herida grave, pero al ver tan solo leves rasguños me siento afortunado. Observando a mi alrededor veo que el resto no lo ha sido tanto, así que intento poner en pie y evaluar a los heridos para intentar echar una mano.

-¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAALT!

Mi grito desgarra el viento, como despertando de alguna horrible pesadilla. Comienzo a abrir los ojos, deseando que todo haya sido un sueño, rogando para estar aún sentado en el asiento del vuelo 815 de Oceanic, junto a mi hijo, pero no es así... los gritos de la gente a mi alrededor me dicen que la pesadilla está apunto de comenzar. ¿Donde está Walt?

-¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAALT!

Clavo la rodilla en la arena y miro a mi alrededor, hay gente tumbada en la arena... ¿muerta?. Maldita sea. Uno de los motores del avión aún está funcionado, ahogando con su sonido los gritos desesperados de la gente, algunos tratan de ayudar como pueden, debería ayudar a los heridos... pero no, ahora no... tengo que encontrar a mi hijo.

Ves que tu hijo sale de la selva, lleva una correa roja en la mano. Milagrosamente está ileso pero mira hacia todas partes como si buscara algo. Al verte se acerca hasta aquí arrastrando los pies por la arena.

No encuentro a Vincent, ¡Vincent se ha perdido!

me incorporo lentamente

me cuele todo el cuerpo .... y esto no se compara con el terror que llena mi alma.
Lentamente volteo y solo me encuentro con metal ardiente.

Escucho a lo lejos la voz de jin. Me incorporo lentamente y lo comienzo a buscar con la mirada aterrada cada vez más por lo que encuentro a mi alrededor
Otto-

Viendo a su esposa a lo lejos, Jin corre a su encuentro abrazandola levemente cuando la ve.

Le dice unas palabras en Coreano y busca a su alrededor donde ayudar.

Yo... ayudar... dice a uno de los supervivientes que esten colaborando por el lugar.

No te muevas de aqui, estaras segura. Voy a ayudar a los demas. es lo que dice en Coreano.

Lentamente parece que el tiempo comienza a transcurrir de nuevo a mi alrededor, gritos, llantos, estruendos…intento recordar, pensar, qué ha pasado? Poco a poco todo se vuelve más nítido, y los recuerdos empiezan a invadir mi mente…Lo siento señor usted no está en condiciones de llevar a cabo una aventura como está, se precisan de unos requisitos que sus condiciones físicas no cumplen…

Con una expresión de amargura en mi rostro abro los ojos…estoy tumbado sobre una arena mullida y veo a gente corriendo despavorida a mi alrededor, alzo un brazo para poder protegerme de la luz del sol, y poco a poco todo lo voy viendo más claro, recordando que he sufrido un accidente de avión.

Ni siquiera me molesto en moverme lo más mínimo con el apoyo de mis brazos…es algo innecesario e inútil…sin embargo, de pronto siento una punzada en el pie derecho…no, no puede ser, debo estar en shock por el accidente. Sin embargo levanto mínimamente mi cabeza para poder observar el resto de mi cuerpo, sintiendo de nuevo esa punzada en mi pierna derecha. Con un cuidado extremo, y con asombro veo cómo puedo juguetear con los dedos de mis pies…

Por mi cabeza pasan miles de ideas pero no puedo pensar claramente en ninguna, sin pensarlo dos veces, me incorporo y veo que…puedo caminar…

Por unos instantes sólo hay gritos y desesperación tras de mí, y tras ese cuadro de horror simplemente estoy yo… sonriendo, como si el destino me hubiera iluminado…. Es el destino… 

Abro los ojos.

¡¡Dios mío!!

No sé si las lágrimas que no me dejan ver son por el humo o por que no soy capaz de controlar muy bien lo que hago. Me palpo la barriga. Me puede la histeria.

¡¡Dios mío, dios mío!! ¿Qué ha pasado? ¡Dios mío! Mi bebé...

Me incorporo lentamente, poniéndome en una posición en la que pueda reconocer mi propio cuerpo. Miro alrededor y... no me puedo creer lo que veo. No puede ser... no puede ser...

De pronto os llama la atención los gritos de una chica joven. Está en avanzado estado de gestación y se está llevando las manos a su abultada barriga mientras grita:

¡¡Dios mío, dios mío!! ¿Qué ha pasado? ¡Dios mío! Mi bebé...

Maldigo en farsi sin pensarlo, y corro hacia la joven. Pese a mis prisas, me planto como un inútil frente a ella sin saber que hacer o que decir.

Eshta bien sseñora?..Shu bebe eshta bien también?. Hablo en ingles, aunque con un marcado acento.

La ayudo a permanecer erguida, y a continuación la acompaño a alejándose del motor aun encendido de la aeronave.

Jin mira desconcertado a la embarazada, entendiendo que algo le pasa a su bebe...

Debo aprender ingles piensa enfurruñado mientras corre a atender a la mujer.

Yo... ayudar... tu... ¿OK? dice con las pocas palabras que sabe decir en ingles...

Voy rápidamente hacia la mujer embarazada. No sé si se ha puesto de parto, ha perdido el niño o simplemente tiene un ataque de pánico, pero corro hacia ella con la intención de atenderla.

Una luz tenue. Los pulmones arden. No es posible respirar. Un sacudón de adrenalina, un movimiento espasmódico de poderosos brazos y piernas y un estallido sobre la superficie del agua. Su pecho se expande anhelante de aire y un oscuro, curtido por el sol del Sahara, inclina la cabeza y mira al cielo, con la boca abierta.

El hombretón de ébano se alzó de entre las olas y caminó tambaleante hacia la playa, luchando contra el empuje del mar, que quería llevárselo de regreso a su seno. Cayó en la arena, sobre manos y rodillas. Una ola de calor le golpeó el rostro y un ruido ensordecedor amenazó con taladrarle los tímpanos. Se estremeció. Por un instante pensó que finalmente Dios se había apiadado de él y le había enviado al infierno. Su corazón se regocijó. Miró a su alrededor. Personas gritando aterrorizadas, pidiendo auxilio algunas, aturdidas y vagando sin rumbo otras. Miró a su izquierda. Un enorme cilindro metálico despedía llamas y humo. Era el origen del calor y el ruido que percibía. Una de las turbinas del avión, todavía funcionaba, separada del los restos desperdigados a lo largo de la playa.

No, aquel no era el infierno. El infierno era fuego, y este mundo era de agua, arena y un sol ardiente. No, no estaba muerto, como hubiese deseado. Dios era justo. No le proveería una manera fácil de librarse de sus pecados. Tendría que purgarlos en este mundo primero.

Se levantó con esfuerzo y se deshizo de su saco, negro, arrojándolo sobre la arena y se quedó sólo con una camisa blanca y unos pantalones de vestir.

Los gritos desesperados de una mujer, que pedía a gritos por su hijo le hizo volverse. Se trataba de una chica en con un avanzado embarazo. Varios hombres corrieron a socorrerla. Le pareció que ya eran suficientes para ocuparse de ella. Escuchó los gritos desesperados de alguien a su izquierda. Un hombre estaba atrapado, debajo de un fragmento de fuselaje.* Corrió hacia él y con ambas manos apoyó todo su peso sobre el enorme trozo metálico y, con gran esfuerzo, lo hizo rodar hacia un lado. Se agachó junto al hombre herido, inseguro de lo que haría a continuación. Sabía como tratar heridas, pero no precisamente de esa clase. Arrancó un trozo de su camisa y practicó un torniquete por encima de la herida.

Fue en ese momento cuando se oyó una tremenda explosión que lo hizo dar un respingo.**

Ante la avalancha de gente que quiere ayudarme no sé muy bien qué hacer. Me tiembla todo, no soy capaz de pensar, ni de no pensar, ni de moverme ni de no moverme. Me apoyo en un muchacho con aspecto extrajero y me alejo del lugar del accidente. Le miro suplicante, con lágrimas en los ojos.

¿Es usted médico? Necesito un médico...