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Lost & Found

Lost & Found: 4 - EL TAXI

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18/02/2009, 02:47
Director

[Taxista] - ¿A dónde?

[Jack White] - A la sede del Mad City Matinal, por favor.

El hombre te mira por el retrovisor.

[Taxista] - ¿Tiene con que pagarme ese viaje, amigo? Porque no es un viaje que me guste dar...

[Jack White] - ¿Por quién me toma? Arranque, demonios.

El hombre se acomoda, sin mover el taxi del sitio.

[Taxista] - Oiga, le tomo como lo que es, la millonésima persona que se sube en el taxi y me dice que le lleve al puto infierno sin enseñarme ni una monedita. Así que el digo lo mismo que a todos: ¿Tiene con qué pagar ese viaje, Jefe?

Jack expulsa el aire por su nariz, molesto.

[Jack White] - Será mejor que emplee mi dinero en pagar a alguien más rápido. Y que haga menos preguntas, claro...

Hace amago de bajarse, pero continúa con su treta.

[Taxista] - Ehhh, que a mi no me importa por qué quiere irrrrrr...

Baja la bandera y arranca, incorporándose al tráfico.

[Jack White] - Dígame, señor, ¿cuál es su nombre? Creo que les interesará a las autoridades.

[Taxista] - ¡Está en la tarjeta!

[Jack White] - Así me gusta...

Señala una tarjeta de cartón de la licencia. Pero ni la foto ni el nombre son reconocibles debido a la mugre. Jack se pone cómodo mientras mira por la ventanilla hacia el exterior.

[Jack White] - Dígame, ¿va mucha gente a la sede de El Periódico?

[Taxista] - Nooop, no mucha, no...

[Jack White] - Lo digo por su comentario de que no es un viaje que le guste...

Jack guarda silencio durante unos instantes, intrigante.

[Jack White] - ¿Hay algo allí que deba saber?

[Taxista] - Hombreee, ahora es usted el que hace preguntas, ¿eh?

El taxi gira hacia el Túnel de Lincoln, pitando salvajemente a un camión.

[Jack White] - Sí, pero la diferencia es que yo soy el cliente y que yo pago. Así que dígame, ¿qué hay de peligroso por allí?

[Taxista] - Buenoooo...

Rebusca en sus bolsillos un pañuelo con el que sonarse los mocos. La última de sus noches fue echado con agua fría de un club por ir demasiado borracho.

[Taxista] - Está debajo, ya me entiende... Demasiado cerca del Rey. Pero, hey, si usted quiere ir allí...

[Jack White] - ¿El Rey de la Cera, dice?

El Taxi gira y se mete en un túnel mucho más estrecho, de dos carriles. El taxista asiente.

[Jack White] - ¿Debería temerle? No tiene nada contra mí más allá de lo que tiene contra la ciudad

[Taxista] - Bueeeeno, ¡yo no sé que asuntos tendrá usted!

El taxi aminora y se sale a una zona de seguridad del túnel.

[Jack White] - Bueno, voy a matar a alguien esta noche - dice, como si tal cosa.

[Taxista] - Por mi, adelante. Ya hemos llegado, es por ahí. - Señala una portezuela de servicio en la pared del túnel. - ¿Con qué piensa pagar, amigo?

[Jack White] - ¿Le vale un poco de Desesperanza?

[Taxista] - Mmmmmmmmmmm, ¿cuanto tiene?

[Jack White] - Demasiada. ¿Le vale con un mes de trabajo sin éxito?

[Taxista] - Me vale, si...

Extiende la mano mugrienta. Jack se arranca un pelo de la calva y se lo entrega al taxista.

[Jack White] - Gracias por el viaje.

Se apea y se dirige a la puerta que le han indicado. El taxi arranca, uniéndose al tráfico del oscuro y estrecho túnel.

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18/02/2009, 03:31
Director

La ciudad es un amontonamiento de edificio sobre edificio. Calles que se cruzan, llenas de coches negros de aspecto antiguo, como de película de Gangsters. Gárgolas de Art-decó os miran desde los voladizos de rascacielos cubiertos de cristal y piedra amarillenta, y por encima de las farolas, el cielo, negro como el vacío y lleno de estrellas extrañas que os contemplan fríamente a pesar de la luz de Mad City. Michael mira la calle, y sin estar muy seguro de si servirá de algo levanta la mano y dice:

[Michael Lowell] - ¡Taxi!

Un baqueteado coche amarillo y negro sale salvajemente del tráfico, provocando frenazos y pitadas, y se sube a la acera junto a vosotros, amenazando con atropellaros junto a las farolas y la gente que os rodea.

[Taxista] - ¿A donde, amigos?

Carol mira a Michael esperando la respuesta. Michael se monta en el taxi. Juan, aún asustado, sube al taxi. Contempla la ciudad con los ojos abiertos como platos; por muchas veces que uno haya visitado Mad City, siempre es como si la viese por primera vez.

[Michael Lowell] - Al periódico, a toda prisa.

[Taxista] - Vaaaaaaaaaaaaaaaya, otros que van abajo, ¿eh? Yo no sé que le ven. ¡Suban!

El taxi arranca metiéndose en la corriente de antiguos coches, recorriendo a gran velocidad los acantilados de edificios apiñados. El taxi huele a sudor seco y sueños rotos, y el cuero de los asientos se cuartea bajo vuestro peso.

[Taxista] - Vaaaaaaya, esos mamones deben haber escrito una mierda muy gorda, ¿no es cierto?

Carol mira a Juan y a Michael sin entender nada, pero no contesta al taxista.

[Juan Arana] -Ni que lo diga. ¿Son algo así como... como adivinos? - Me atrevo a preguntar. - U oráculos. En fin, no sé ni qué me digo...

[Michael Lowell] - Seguro que usted sabe mil historias del periódico, ¿eh?

[Taxista] - Seee, algo así. Si esos cabrones escriben algo y la gente lo lee... bueno, ya sabe, en el otro lado decía siempre "¡Si no sale en la CNN, es que no ha pasado!" Je, aquí no tiene ni puta gracia...

Juan siente como una bombilla se le ilumina en la cabeza.

[Juan Arana] - Oiga, ¿no habrá llevado por casualidad al periódico a una persona antes que nosotros? Esta misma noche, hace nada.

[Taxista] - Seee, un tipo con chaqueta. Me dejó esto.

Señala sobre el asiento del copiloto un montón de guiones amontonados.

[Juan Arana] - Guiones...

[Taxista] - Le dije que le iba a costar un pico el viaje, es un mal barrio...

[Juan Arana] - ¿No hablaba Jack de guiones?

[Carol Koontz] - Sinceramente apenas he escuchado a ese loco. No tengo ni idea...

[Michael Lowell] - Si... dijo... dijo algo.

El taxi se lanza hacia el Túnel de Lincoln en medio de los coches. La oscuridad os rodea.

[Juan Arana] - Le ha pagado en guiones - Les susurro a mis compañeros. - ¿A quién le toca pagar ahora?

Michael palpa sus bolsillos.

[Carol Koontz] - A mi no me miréis... con lo de antes tuve suficiente.

[Juan Arana] - Michael, ¿lo echamos a suerte?

[Michael Lowell] - Recuerda que los taxis de Mad City... no son baratos... ¡mierda!

[Taxista] - (Ignorandoos) … y claro, va a acabar encontrándose con el Rey antes que con los cabrones del Periódico, seguro, pero bueno, ¿quién soy yo si un tipo sube y te dice...

[Michael Lowell] - Eh, eh, ¿El Rey? ¿Quién es ese?

Acerca la cabeza a la mampara.

[Juan Arana] - El rey carmesí... - bromeo, recordando un grupo que escuchaba en mi juventud.

[Taxista] - ...y su mujer, bueno es que no era muy... ¿Eh? ¡Ah, el Rey! Es el que manda abajo... El Rey de Cera.

[Juan Arana] - ¿Y qué le hará ese rey a Jack, al tipo ese, si lo encuentra?

El taxi gira en un desvío, entrando en un túnel mucho más estrecho que el anterior.

[Michael Lowell] - … de... ¿cera?

[Taxista] - ¿Qué le hará? Bueeeno, el siempre busca Despiertos, ¿sabe? Le pedirá que le sirva y blahblahblahblah... y le hará el Juramento...

Michael se vuelve a apoyar en el asiento. Niega con la cabeza.

[Juan Arana] - No quiero hacer ningún Juramento, ni servir a nadie... Esta ciudad es de locos.

[Michael Lowell] - Y en 9 horas yo tengo una puta reunión... - dice sin venir a cuento - Creo que lo mejor es que nos preocupemos de como vamos a pagar la carrera.

Michael mira el taxímetro, no muy seguro de que va a encontrarse.

[Juan Arana] - ¿Falta mucho? Si nos encontramos con ese Rey de Cera, ¿qué podemos hacer por...?

El Taxi se detiene en una zona de emergencias en el Túnel. El taxista para y se gira hacia vosotros.

[Taxista] - Bueeeeeno, yastamos, es por esa puerta - Señala una puerta herrumbrosa en la pared - ¿Qué tenéis?

[Carol Koontz] - ¿Cuánto es?

[Taxista] - ¿Cuanto tienes, Preciosa? ¿Años? ¿Lágrimas? Los sueños molan, pero imagino que ninguno tiene de eso desde hace tiempo, ¿eh?. Mmmm, ¿Qué os parecen seis meses? Dos cada uno, no está mal...

[Carol Koontz] - ¿¿Cómo?? - Miro a mis compañeros sin entender nada - Pero 2 meses... ¿de nuestro pasado? ¿O de nuestro futuro?

[Taxista] - Coño, pues nunca lo había pensado... ¿Tienes un par de meses más o menos decentitos de tu pasado? Es que cuando es del futuro, uno como que nunca sabe...

[Carol Koontz] - ¿A qué te refieres con decentes?

[Taxista] - Pues no sé, me refiero, con sus días buenos, sus días malos, sus cosillas, su trabajo. Ya sabes, unos meses decentitos. Tampoco te voy a pedir los mejores de tu vida, ¿no preciosa?

Carol piensa en dos meses de su vida que no le importaría perder.

[Juan Arana] -Oh - Exclamo - Dos meses, ni más ni menos, que pueden ser 60, 62 ó 61, ya sean ambos de 30, de 31 o alternos, respectivamente. Qué interesante, ¿se han fijado en la alternancia sutil de esas cifras? Todo es a consecuencia de la propiedad conmutativa que transfiere indistintamente el múltiplo a las sumas. No es baladí esta apreciación.

[Taxista] - Coño, pues va a ser que si... Si coinciden dos de 31, entonces serán 62, esto es 1488 horas, si...

[Carol Koontz] - Ya lo tengo... - Carol piensa en dos meses de los 3 años que paso con su ex entre paliza y paliza... 2 meses mas... 2 meses menos... en esa época no importaban mucho.

Juan le hace una señal para que se calle.

[Taxista] - Pero si son dos de 30 entonces son 1440, con lo que la diferencia es de 48 horas, o sea, 2880 minutos, con una ganancia en segundos de...

Juan abre la portezuela.

[Juan Arana] - Fascinante, fascinante sin duda... - Anima a los otros a bajar del taxi.

El Taxista está absorto en las permutaciones numéricas de los dos meses... ignorandoos. Carol sigue a Juan arrastrando a Michael con ellos.

[Juan Arana] - Usted... usted llegará lejos. Que pase un buen día de numerología.

[Taxista] - Si, si... y entonces, con la diferencia de segundos, puedo cuadrar, al día, unos 7 minutos, que son...

Sale del coche, dispuesto a poner pies en polvorosa. Michael mira sorprendido a Juan y al Taxista... y sale corriendo de allí tras Juan.