Vuelves a aquella ciudad de oscuridad, en un punto seguro.
Las luces verdes que iluminan los subterráneos os cobijan. Y muchos jugadores, de niveles ya considerables, marchan por allí. Si has visto algo de cine, te recuerda mucho a lo que se conoce por el antiguo ejército ruso de la segunda guerra mundial.
Solo falta llamaros por "camaradas".
Y allí estáis, los dos.
Desde http://www.comunidadumbria.com/partida/lost-in-the-dark/el-camino-hacia-
Página 20
De nuevo regresamos al juego.
Oscuro, como siempre. Listos para disparar.
Camino junto a Kai, y le indico que me siga para explorar nuevos lugares. Tal vez una salida de esta ciudad, para encontrar nuevos horizontes.
Existen varias ventajas y desventajas de vuestra presencia.
Desventaja: ha pasado bastante tiempo desde la última vez. Eso os ha dejado muy atrás en el ránking, a pesar de todo.
Ventaja: Eso os hace ir con más calma. Siempre habrá novatos, pero la gran masa de jugadores, que le quitaría gracia al juego, ya no está.
Pero hay curiosas novedades.
En las profundidades, más allá del nivel que os permite estar a salvo, es la zona de bosses. Con grandes tesoros.
He perdido la ventaja, pero es natural.
Con la de frikis que hay, era de esperar. Señalo a Kai la zona de Bosses, sonriendo.
-¿Vamos a ver qué conseguimos?
Se rasca la barbilla, como si tuviera algo de barba que mesar.
Al final, se encoge de hombros y comienza a caminar, investigando.
- ¿Sabes que tenemos altísimas probabilidades de morir muchas veces?
Camino junto a él.
Me río y me encojo de hombros.
-La vida es sacrificio... No te preocupes, yo te protejo.
Os guardáis las espaldas el uno al otro, temblando.
Porque en cuanto descendéis, la cosa empeora. Imagina los valles que recorrías en Aincrad. La amplitud, las montañas... Ahora conviertelo en un escenario oscuro, subterráneo y terrorífico.
Apenas hay puntos de luz. Reina la oscuridad.
Todo lo que escasea en la superficie, habita ahí abajo.
Voy con cuidado, sin separarme de Kai.
Arma en mano, buscando alrededor una posible amenaza.
La oscuridad me agobia un poco, pero mientras no me sienta atrapada, la cosa no va tan mal.
A medida que te introduces, te sientes cada vez más lejos de la realidad. Y eso te relaja. Eres muy consciente de que eso es un juego, y piensas que tal vez sea una medida de seguridad.
Para prevenir infartos y otras tantas lindezas de la vida diaria.
Kai se detiene, respirando fuerte.
- ¿Dónde mierda estamos?
La sensación de que es un juego es reconfortante.
Dentro de lo que cabe, desde luego.
Avanzamos por la oscuridad, y Kai parece nervioso.
-No tengo ni idea. Pero no te agobies. ¿Estás bien?
- Estoy bien. - te responde, todavía respirando fuerte. - Sabes... No dejo de pensar en que me va a saltar algo a la cara en cualquier momento... Es desesperante... No quiero llevarme el maldito susto.
Y justo en ese momento, ruidos en la lejanía, de rápidos y fugaces pasos. Pero no hay nada que reconocer en esa ausencia de luz.
-No tengas miedo, eso no va a pasar. Si quieres, voy delante.-Le tranquilizo con cariño.
De pronto escuchamos algo.
Por fin parece que esto se anima.
Le indico que me siga, para llegar hasta el origen de esos pasos.
Los pasos, van reocrriendo una zona, de forma cíclica, repetitiva.
Como si fuera una zona estática. Y cuanto más os acercáis, más pausados en el tiempo son esas pequeñas carreras. Escucháis una rápida y ansiosa respiración.
- Se están acercando... ¿Quienes son? ¡No vas a averiguarlo! ¿Y si nos hieren?
Frunzo el ceño y me quedo cerca de Kai, aunque en realidad no me he alejado mucho de él durante todo el trayecto.
Intento ver, pero no puedo.
-Parecen jugadores, ¿no?-Le pregunto a Kai.
- Creo que es una sola voz. Y no creo que sean jugadores. Es una trampa. - te responde, haciendo clic en su arma y activando una mira de láser.
Se queda estático, apuntando a cualquier cosa que se mueva.
Intento centrarme un poco.
No me había dado cuenta, ya que había hablado en plural. Es muy raro...
Asiento y preparo mi arma, lista para disparar también a cualquier cosa que me parezca una amenaza. ¿Quién o qué será eso?
Os quedáis apuntando, esperando.
- Van a disparar, ¡van a disparar! No te muestres, se asustarán. Saldremos heridos, y entonces, ¡olvídate de todo! Pero si no salimos... abrirán fuego hasta que lo hagamos... Está bien, salgamos... O hablemos. ¿Qué queréis?
¿Qué es eso...? ¿Por qué habla consigo mismo?
Alzo una ceja, sin bajar mi arma, escéptica.
-¿Quién eres? Sal de tu escondite.
Obedeciendote, ves un ser que sale de entre los escombros.
Por lo que ves, es algo extraño de definir. Imagina una sombra corpórea. Imagina que se enrolla en trozos de tela para mantenerse de una determinada forma.
Por lo que encuentras, es un diminuto ser hecho de sombras y jirones, con grandes ojos que te observan curiosos y asustados.
- ¿Qué demonios eres?
Lo miro extrañada y asustada a la vez.
Es... curioso.
-Eso deberíamos preguntártelo nosotros a ti. Somos humanos, ¿y tú? ¿Eres una sombra?
O quizá... varias...