Partida Rol por web

Unos pasos se aproximaron a la habitación, lentos y pausados. La puerta se abre y un leve sonido hace ver que se cierra. 

- ¿Hola? ¿Estás ahí? - pregunta una voz suave y dulce. De mujer relativamente joven - Lo mismo he llegado algo pronto - comenta casual - Soy Daphne. 

Del otro lado se escuchan unos pasos amortiguados, como si el que caminara lo hiciera descalzo. Cuando escuchó la voz de la chica respondió con una voz grave —Yo también estoy —y luego se puso a reír —Has llegado cuando tenías que llegar. Bonito nombre, yo me llamo Apolo... —dejó pasar un silencio y luego añadió —Espero que no te hayan hecho antes la broma...

¿Qué te ha traído al programa Daphne? —dijo con curiosidad —¿Y a qué te dedicas? Yo te diré que soy educador social en un centro de menores, en Alemania... 

Se escucharon ruidos amortiguados de cojines y un profundo suspiro —Uno no se acostumbra rápidamente a esto... Sigo estando un poco nervioso— dijo mientras se le escapaba un sonoro bostezo —disculpa, debe ser la tensión. ¿Me contarías una anécdota graciosa sobre tu vida?

Ella camina también lentamente hasta llegar al sofá, donde escuchas como se sienta con el crujido del cuero. 

- Nunca me habían hecho la broma - dice algo sorprendida - También es cierto que no conocen mucho la historia. Es bueno ver qué tu si - tiene un ligero acento cuando hablas que dependiendo de donde seas, te sonara de una manera u otra. O lo mismo, si no eres nativo ni eso - ¿A tí también te relaja ir descalzo? - parece que ha escuchado tus pasos suaves 

El sofá vuelve a crujir de nuevo en un cambio de postura. 

- ¿Alemania? Nunca estuve allí, pero me encantaría. Soy de Fort Lauderdale, en Miami aunque mi madre y es escocesa y mi abuela era francesa  me encantaría visitar el otro lado del charco  Así que educador. Es una profesión preciosa, quizás parecida a la mía. Yo soy profesora de infantil  y me fascinan los críos. Nunca sabes por dónde te va a salir uno, o qué cosas pueden estar tteamando. 

Ella escucha tus palabras y vuelve a crujir el sofá, ahora como si alguien se levantara. Los zapatos caen al suelo en un sgoloe sordo y camina alrededor de la mampara

- Tranquilo. Yo tampoco me acostumbro, soy algo tímida y los primeros minutos son tensos, sin saber qué esperar de las otras personas. Me apunté, porque me gustaría conocer a alguien con quien sentarme en el porche a tomar un té, cuando epeine canas. El sitio donde vivo, la ciudad del verano eterno y la superficialidad, no me ha permitido hacerlo hasta ahora, así que me quiero dar otra oportunidad de conocer a alguien sin prejuicios visuales. 

Los pasos son firmes , alejándose y acercándose, lentos y pausados, cadenciosos. 

- Una anécdota divertida de mi vida. Pues no caigo ahora mismo, pero podría nombrar el día que teníamos que hacer una representación con todos los alumnos, haciendo de angelote o algo así. Me subieron a unas poleas y se quedaron enganchadss allí en todo lo alto. Parecía un mesías redentor colgando a tres metros del teatro hasta que consiguieron bajarme hora y media más tarde. Me reí bastante pero ya te digo que fue un día de catastróficas desdichas. 

La voz se escucha cercana a la mampara

— ¿Y tu, que me cuentas de ti? ¿Cuál due el último sueño que recuerdas haber soñado con viveza?

–Quien no conozca la historia de Apolo y Daphne es porque ha visto poco arte. Una de las más importantes esculturas es la de Bernini, donde Daphne está en mitad de su transformación en árbol de laurel.

Reflexionó un instante sus palabras y luego añadió con una suave risa –Descalzo todo el tiempo que puedo. Debo de ser muy tierra.

Sopesó las palabras y suspiro antes de decir –En el jardín de infancia los ayudáis a florecer y a mí me toca enderezar a los que se doblan o quitarles las malas hierbas. A fin de cuentas ambos somos jardineros ¿No te parece?

Una sonrisa sincera se escuchó cuando sintió que ella también se descalzó –Sentarse en el porche a tomar café me parece absolutamente encantador. 

Se escuchó el rasgado de un bolígrafo sobre un papel anotando algo antes de decir riendo –o quizás parecías un ángel–. Después de su anécdota la pregunta de ella lo hizo dudar y meditar unos instantes antes de decir –Esa pregunta es difícil porque no sueño mucho, y muchas de las veces más que sueños son pesadillas. Pero un sueño que nunca olvidaré fue verme recorriendo la ribera del Sena, paseando con alguien a quien no identifico más que por el tatuaje de una mariposa, hasta llegar a Notre Damme y comprobar que sus gárgolas me  miraban todas con atención y siguiendo mis pasos. No me pidas que lo interprete...

Los pasos de ella son tranquilos y pausados, como meditando el siguiente momento. 

— Me parece fantástico que sepas tanto sobre estas historias y además que puedas ver la belleza y la compatibilidad de lo que hacemos en esta vida, ¿Eres una persona de metáforas?. Me resulta.... alentador en un mundo donde todo se da mascado. Mamá me llevaba con frecuencia a exposiciones preguntándome sobre todo tipo de significados ocultos hasta que me terminó fascinando el arte, así que...si. Podrías llamarte Apolo si quieres - concluye algo atropellada. 

Entonces tras tu comentario soltó un pequeño graznido  - No creo. O en tal caso, un ángel caído pataleando por bajarme de allí. No me fascinan las alturas. 

Se para frente a la mampara y escuchas como un cuerpo cae al suelo y puedes ver su mano a unos 30 cm de la parte baja, posarse en el cristal. 

- Me gusta tu sueño. Una persona que te acompañe en una ciudad preciosa, viendo la catedral del arte. Creo que es un sueño que también habré tenido alguna vez en mi vida. Ahora, lo de la mariposa, ya no sé qué decirte. No tengo un tatuaje de mariposa, si es que te lo preguntas y mi animal favorito es el panda. 

 La mano se mueve como acariciando y se escucha algún que otro suspiro. 

- Suelo soñar. No siempre son pesadillas. Pero me cuesta a veces interpretarlos. Imágenes y retazos como si viviera una película de Indiana Jones. ¿Cuál es la pesadilla más fuerte que recuerdes? 

–Sin duda alguna soy una persona de metáforas –dijo con voz convencida –Las metáforas a veces nos salvan de la realidad.

–Es genial que te guste el arte y que hayas aprendido sobre los significados ocultos. A mí me gusta especialmente la escultura, de hecho uno de mis hobbies es hacer esculturas con materiales reciclables.

Le sacó una risa tranquila que le permitiera llamarse Apolo y mucho más cuando escuchó sus graznidos –No me hubiera imaginado colgado de esa forma. Yo igual soy demasiado grande para eso. ¿Cuánto mides Daphne? 

Se oye el sonido de los cojines y los pasos se acercan a la mampara –los pandas son adorables. Yo no pretendo buscarle un significado literal al sueño. Son simbólicos y no creo que sí apareciera alguien con un tatuaje de mariposa lo reprocharía a ese sueño ¿No tienes ningún tatuaje?

Al escuchar el sonido de la caricia se oye un cuerpo bajando y la mano igualmente acariciando el cristal desde el otro lado, acompañado de una risa suave al escucharla –¿Por qué suspiras? Las pesadillas afortunadamente son descargas del subconsciente. Hubo una época en que me veía encerrado en una cárcel, una cárcel que no era una celda sino un ovillo de cuerdas que se enroscaban alrededor mía y no me dejaba casi respirar –se quedó un instante en silencio y luego continuó–afortunadamente esa pesadilla desapareció. ¿Y tú, con qué sueñas? ¿Cuál es tu pesadilla recurrente?

Ella seguía escuchándote relajada y tranquila. La mano no se apartó de la mampara

- Mi madre estudió Bellas Artes y me inculcó ese amor por ese tipo de belleza. De mi padre, aprendí a amar el género policiaco. A veces no puedo pensar en dos personas que encajen menos que ellos ni tanto como ellos. 

Soltó una risa pensando en un hombre grande colgado y pataleando en una función escolar. Sería digno de una visión o de una película de los Monty Python. 

- No soy muy alta. Sobre 5.3 pies. Más o menos - hace una pausa para añadir - Creo la conversión en el sistema métrico europeo es 1.60 cm

Un dedo se posa, otro, un tercero, un cuarto. Y se retiran, como jugando con el cristal

- Primero la pesadilla recurrente. Estoy metida en una especie de ataúd. Es oscuro y estoy sola. Golpeó y golpeó para salir y escucho un crepitar de agua. Entonces de repente, la parte inferior se abre  y comienzo a caer, a caer más y más en una oscuridad. Y justo cuando voy a estamparme, me despierto. 

Sigue soltando un suspiro como si dejase atrás un peso. 

- Mis sueños dulces suelen tener niños comiendo golosinas en una montaña de algodón y nubes, con unicornios - bromea 

Se detiene unos instantes, haciendo un ruiditos gracioso con la boca. 

- Veamos, ya que te gusta el arte y las metáforas. Si pudieras ser un personaje de un cuadro ¿En qué cuadro estarías?

Se escuchó un sonoro y profundo suspiro, luego de nuevo la voz profunda —mi madre era cocinera y mi padre regentaba una pequeña fábrica de madera donde se hacían todo tipo de muebles de madera. Ya de pequeño hacía mis primeras esculturas con los trozos de madera que encontraba tiradas por el local...

Asintió al escucharla hacer la conversión al estilo europeo y luego sonrió antes de decir —Yo mido alrededor de 1,90. Pero no tengo idea de cuanto sería eso en pies. Te saco una buena tajada.

Se oye el repiqueteo del cristal de darle golpecitos con las yemas y arrastrarlas por la superficie —¿Cuándo ha sido la última vez que lo tuviste? —pregunta con curiosidad.

Sin embargo dejó escapar una sonora carcajada al escuchar su sueño sobre unicornios y golosinas —Nunca tuve un sueño parecido a ese ¿Y si pudieses vivir un sueño en la realidad, cuál sería?

Pensó y dejó que el silencio se hiciese espeso entre los dos. Luego preguntó —¿Podría cambiarlo por una escultura? Aunque me gusta muchísimo Durero no sabría decirte que personaje de sus cuadros sería, si acaso uno de sus autorretratos, pero siendo mi fuerte la escultura no tengo dudas de que sería uno de los dos amantes del beso de Rodin... —de pronto como si recordara algo dijo con excitación en la voz —¡No, ya lo sé! Me gustaría estar en el beso de Klimt ¿Y a ti?

Se escucha un gemido ahogado — Vaya, si que eres alto. Me sacas un buen trozo. Así que más o menos un pie más que yo. Espero que no sea un problema — se ríe —Lo bueno es que alcanzarás el estante superior. 

Ves la sombra de una yema de dedo, buscando las tuya

— Hace tiempo que no sueño algo así, como un par de años más o menos. Cuando murió el abuelo Philleas. Durante unos días me siguieron ciertas pesadillas. Pero es normal, era alguien a quien quería mucho — medita tu pregunta — Si tuviera que vivir un sueño en realidad, me gusta ese en el que comienzan unas sábanas blancas a moverse y una niña pequeña avanza hacia mi, despertándome una mañana de domingo mientras mi pareja la alza en brazos y la mete entre nosotros en el lecho. Y los dos se dedican a hacerme cosquillas, mientras los rayos de sol de comienzos del día, se cuelan por la ventana — resume atropelladamente sincera. — ¿ Has pensado tener familia? ¿Tienes hermanos? En mi caso, soy hija única y si tengo descendencia, me gustaría tener un par de hijos, para que se acompañen el uno al otro. 

Entonces, cambiando de tercio da un gritito emocionado al escuchar tu propuesta

— Muy bueno lo tuyo. El beso de Klimt. Esa si que me ha convencido. Me agrada la estética, ese color dorado y esa pasión entre los amantes. A mí también me gustaría estar en ese cuadro. Y si no fuese ese ... Quizás sería Ofelia de John Millais. Total otro nombre Schakespearianos, como es tradición en casa. Bueno, el mío no lo es, pero en la familia, a la primogénita se le pone nombre Schakespearianos o si es un niño, es un nombre griego. 

La mano se para y notas como cambia de postura

— Si pudieras ir al pasado a conocer a alguien ¿A quien querrías conocer?

—Lo malo es que no podríamos hacer piececitos mientras nos besáramos —dijo riendo con cierta ironía. La yema del dedo se gira buscando también la de ella.

Se escuchó un murmullo lastimero —Lo siento —cuando habló de su abuelo y luego, tras escucharla hablar respondió con serenidad —No la he meditado porque no he encontrado a la persona adecuada para llevarla a cabo. Me cuesta demasiado soñar despierto algo que no depende de mí. Supongo que es algo que no he hecho por miedo a no conseguirlo.

Un nuevo suspiro y la respuesta —No tengo hermanos, verás... —se hace el silencio —Mis padres murieron cuando yo apenas tenía cinco años, así que crecí en un centro de menores. Esa es la razón por la que hoy en día sigo trabajando de eso. Sé lo que es estar allí...—suspiró con anhelo —aunque creo que me va llegando la hora de cambiar.

Dejó escapar un sonido de sorpresa al hablar del cuadro de Millais —Es muy bella esa Ofelia, pero el cuadro es la representación de una tragedia. Pero volviendo al beso, no sé si sabes que... es también una representación de Daphne transformándose en laurel en los brazos de Apolo —dijo dejando escapar una risilla.

En tono de broma dejó escapar una pequeña risotada —¿Entonces teniendo un nombre griego debo considerarte el primogénito? Según la tradición familiar.

Cambia la mano de posición tras la suya y continua respondiendo —Supongo que me hubiera gustado trabajar en el taller de Durero, o si acaso el de Rodin. Ambos son especialmente atractivos, aunque me resulta mucho más práctico de haber tomado el anterior, también por ser alemán. Gran pregunta. ¿A quien visitarías tú?

La escuchas soltar una carcajada inocente y limpia al decir lo de hacer piecitos — Tranquilo no me preocupa no poder hacer piecitos. Además ¿No se supone que hay que levantar el pie cuando se besan los protagonistas? Como en las películas americanas. Lo mismo allí en Alemania son más prácticos y no lo hacen — se ríe — Por cierto ¿es alemán tu lengua materna? Porque hablas muy bien el inglés, casi sin acento — si tienes gran conocimiento del inglés, puedes notar un par de acentos en sus palabras mezcla de británico y americano. Y aún así un deje a algo más. 

Escucha lo de tus padres y suelta un suave "Lo siento" 

— Entiendo que hayas querido quedarte allí, para cuidar como te cuidaron. A mí por eso me encanta trabajar con niños. Y tampoco descartó en algún momento adoptar - añade - Por cierto, si te lías la manta y te cruzas el charco, en mi colegio buscan un orientador. Por si te interesa — deja caer. 

— Y volviendo a lo de Klimt, eso sí que se me había escapado. No lo sabía pero ahora miraré el cuadro con otros ojos. Eso sí no tengo ganas de convertirme en árbol de laurel - dice jocosa — En realidad me tocaba un nombre así, como Ofelia o Viola. Mamá es Desdemona, pero conmigo, a pesar de lo que decía abuelo Phill, me puso el nombre de tía Daphne. Lo mismo es que quería que me desempeñase y pudiera hacer lo que un hombre. Mi abuelo viene de una Escocia bastante arcaica, donde solo el hombre podía ser el Laird del Clan. 

Las manos siguen jugueteando en la mampara y sus pies han debido de cambiar de postura porque ahora golpetean suave sobre la moqueta. 

— Si hablamos de artistas, me habría encantado conocer al Picasso de la etapa azul o al que vivía en París. Si hablamos de otro tipo de figuras históricas, creo que me iría al antiguo Egipto a conocer a Cleopatra. Y hablando de ello, me da que sabes bastante de historia¿En que civilización antigua te habría gustado ser alguien importante?

Se escuchó una risotada que se une a la tuya, solo que en un tono bastante más grave —Lo tendré en cuenta. Si quiero quedarme a este lado del charco tendré que aprender las costumbres locales* —dijo antes de abordar la siguiente pregunta —Mis padres no eran alemanes, aunque yo sí nací allí, ellos eran ambos ingleses —y aunque de forma muy leve se podía notar en el tono que no era del todo sajón.

Dejó un silencio y asintió a las palabras de consuelo de la chica. Aunque pronto se animó a la oferta de trabajo —Pues llevo tiempo queriendo cambiar de aires. Este programa se ha convertido en esa posibilidad así que no descarto la oferta —contestó animado —últimamente estoy cambiando muchas cosas en mi vida así que tengo que valorar todas las posibilidades.

Primero acompañó con una risa el comentario sobre el cuadro de Klimt —Ni yo pretendo que te conviertas, sería una pena —y escuchó con atención el carrusel de nombres fantásticos que componía su mitología familiar además del comentario final sobre una cuestión de género a lo que replicó —Vengo de una cultura germánica así que imagínate la presión que se ejerce sobre el hombre para que sea la columna vertebral de la sociedad, te puedo asegurar que esa fue una de las cosas que me rompieron en la adolescencia, la sensibilidad en el hombre está infravalorada en muchas culturas, por desgracia.

El movimiento de la mano de la chica hacen que la siga y se oigan dos grandes golpes sobre la moqueta al clavar las rodillas en el suelo. Refunfuñó un tanto al hablar de Picasso y cuando terminó tuvo que intervenir —Adoro sus obras. Era un genio pero también bastante misógino. Creo que no me hubiera gustado encontrármelo en persona —Aunque asintió a lo de Cleopatra añadiendo —A esa sí que me hubiera gustado conocerla. 

Pero la siguiente pregunta captó por completo su atención y ya puestos se puso a fantasear haciendo ruidos de estar reflexionando —Habría dos épocas, la más arcaica sería la Atenas de Pericles. Con mi gusto por la escultura hubiera sido feliz rodeado de Fidias, Mirón, Praxíteles. Creó una corte en torno al arte e incluso permitió a su pareja, Aspasia de Mileto, intervenir en el senado. Dentro de lo que era la sociedad griega él era un avanzado a su tiempo.

Cambió de tercio con cierta alegría evocadora —La segunda época sería la Renacentista en la corte de los Médicis, que propiciaron algo parecido. Se rodearon de genios como Leonardo, Boticelli o Miguel Ángel y además también las féminas de esa familia ostentaron cargos de poder lo que siempre me ha llevado a reflexionar que donde hay gusto por el arte también lo hay para las buenas prácticas sociales ¿No te parece?

- La verdad que en mi caso, mi padre es lo contrario al hombre típico y quería que tanto mamá cómo yo, fuésemos totalmente independientes. Nada de abrir la puerta del coche o decir palabras de halago, sin sentido. Y por supuesto, no soy una princesa sino una profesional fuerte.  De hecho siempre opinaba que mamá era totalmente capaz de defenderse sola e insistió en que aprendiera defensa personal. Yo también, pero es que tengo dos pies izquierdos para el deporte. 

Cambió la postura, dando un ligero toque  a la mampara en el proceso y por el gesto de esfuerzo o está cruzando las piernas o se las está recolocando. 

— Algo de eso sabía, más bien que era un poco mujeriego pero me encantaría saber que pasaba por su cabeza para hacer esas expresiones cubistas. 

Parece un poco atontada con tu respues, tardando unos segundos en responder

— Eres fascinante, no muchos hombres habrían elegido el renacimiento. A mí también me encantaría ver esa época de hombres ilustrados, de descubrimientos y apertura en algún sentido. Otra época que me gustaría vivir, es el romanticismo de principio del siglo XIX, con los movimientos neogoticos, la pintura romántica y la poesía. O....o...- parece entusiasmada - Realmente me gustaría conocer el glamur de los años 20. Como lo que se ve en las películas de gangsters. Los vestidos con flecos, el charlestón...los primeros rascacielos. Pero si - concluye - el buen uso de las artes indica una buena sociedad.  Epocas de avances. 

Luego reflexiona y añade

- En realidad, creo que ahora mismo en las sociedades occidentales estamos en la mejor versión o donde las libertades parecen mayores y las minorías no se ven relegadas al ostracismo. 

— Creo que lo mismo me toca preguntar algo más mundano como ¿cuál sería tu idea de pasar un día con una persona a la que amases? 

Se hizo el silencio mientras hablaba y la dejó terminar para añadir —Es bueno escuchar eso, aunque te puedo asegurar que no abunda o es que quizás yo estoy demasiado intoxicado de permanecer en un lugar donde te encuentras los peores casos conocidos una y otra vez. Quizás pienso que la vida es en algunos aspectos un pequeño charquito de barro mientras permanezco en él.

Se echó a reír al escuchar el trasiego tras la mampara —Tal vez podríamos pedir a la dirección del programa para la próxima cita un sillón al lado de la mampara ¿No crees? ¿Dónde estará el resorte secreto que abre la puerta secreta para acceder al otro lado?

Se quedó expectante de escuchar su opinión sobre las épocas elegidas y el silencio lo hizo golpear con los nudillos la pantalla susurrando "¿estás ahí?" hasta que la escuchó hablar para luego decir con un suspiro —Grandes épocas también, de hecho cuando me hablas de los años 20 y el charleston no he podido evitar pensar en uno de mis escritores de cabecera, que aunque más contemporáneo reflejó ese ambiente magistralmente en su libro "el lobo estepario", aunque su bibliografía tiene esquinas oscuras era un tipo que también escribía poesía y cuentos de amor.

Suspiró profundo ante su alegato sobre las sociedades occidentales y dijo con voz suave —Puede que tengas razón, pero creo que vivimos en una crisis de identidad, y creo que en muchos aspectos las sociedades están anestesiados y subyugadas por el capitalismo que las anestesia y si nos llega a dormir podría darnos la vuelta como un calcetín. Ejemplo claro se ha dado por ejemplo en Irán donde por los años sesenta era país de libertades y esplendor hasta que en los ochenta una revolución convirtió el país en lo que hoy conocemos, guerra y mujeres tapadas con velo... —Suspiró —Perdona que me ponga transcendental, quizás viajar a esos lugares lejanos me ha hecho un poco de efecto rebote al volver —dijo con una risa suave y entrecortada.

—Tienes razón, volvamos a cosas más mundanas. Pero te agradezco la conversación. Me gustó viajar contigo —dijo con una voz que sonaba más baja, como si definitivamente se hubiera tumbado en el suelo junto a la mampara —Pues el despertar debería ser lento. Soy de despertares lentos. Un desayuno en algún lugar especial a poder ser cerca de la costa. Después un paseo por la playa. Una hamaca para dos compartiendo un libro, caricias o un coco helado —se paró un poco a reflexionar —Una comida exótica en algún lugar por descubrir mientras planificamos el próximo viaje, o soñamos con estar en otros lugares hasta que nos echen del restaurante y callejeemos por un suelo empedrado más viejo que las historias que nos inventamos mientras buscamos algún lugar donde cobijarnos del sol. Una bar oscuro, una taberna o una carpa de circo ambulante, un lugar donde poder ser dos extraños y maravillarnos con formas pintorescas de concebir la vida hasta que querramos de nuevo volver a ser lo que éramos y fuéramos arrancando esa sensación de extrañeza a base de besos en cada esquina hasta llegar a nuestra cama donde pudiéramos desnudar todos nuestros miedos y hacer el amor hasta bien entrada la madrugada.

Después de desgranar todo eso con voz suave respiró profundamente exhalando un suspiro tras el cual quedó en silencio.

Tras hablar tú, se queda en silencio. Casi un minuto completo. 

— ¿De verdad eres de verdad? Jamás había escuchado una disertación así y menos en alguien joven. No siempre tiene una la suerte de encontrar una conversación tan fantástica. Y en cierto modo, estoy de acuerdo contigo sobre la crisis de identidad, pero como ya dije, civilización occidental. Lo que es el Oriente Medio... Digamos que deja mucho que desear sus avances en cuanto a igualdad y política social. 

Al decirle los sitios donde habías estado suelta un suspiro encantada 

- Me parece que has tenido una vida muy interesante. Yo no he salido de los Estados Unidos, pero me encantaría visitar esos países. Querría ir a Japón y tengo muchas ganas de ver Nepal, Lasa, Kathmandu. Conocer otras formas de vivir la vida y otras culturas. Otras gastronomía, otras formas de entender la espiritualidad - su tono ha tomado un tinte muy ensoñador y podrías imaginarla con los ojos cerrados, mientras toca sus pies, casi en un susurro. 

A tu propuesta sobre un día ideal, la notas casi murmurando de placer. 

— Creo que no habría podido describirlo mejor yo. Lo único que añadiría, es helado de chocolate. O un batido de chocolate con nata y una cereza, en alguna terraza. Así que por darle algo pintoresco, voy a sugerir otro día y así tendremos dos planes, si es que te apetece, en una ¿Segunda, tercera cita? Veamos...

Medita otro par de segundos mientras hace un ruidito divertido. 

— ¿Que te parece un desayuno con Croissant en una Boulangerie de París? Y un te chau late. Luego un paseo por el Sacre Cour y posar par algún pintor en Montmartre. Podríamos picar de camino, en una rosticería, salchichas francesas y al caer la noche, tras haber visitado el campo de Marte y el cementerio noble, podríamos, no se, ir a bailar tango en las milongas que hay en la orilla del Sena, mientras los turistas pasean en el barco fluvial, bajo la luz de la luna. Y luego, me apunto a lo de la cama, música, velas y aceite aromático. Y que salga el sol cuando tenga que salir. ¿Qué te parece? 

—Puede que sea de verdad... o que sea una inteligencia artificial que han puesto aquí para que te repique disertaciones históricas y filosóficas —se escuchó reír aunque luego dijo más pausadamente —Creo que no nos hemos dicho la edad ¿O es que me olvidé de apuntarla y hemos hablado tanto que no me acuerdo? También es que después de seis citas me cuesta saber hasta la que tengo yo.

—Mientras hay vida hay esperanza. Todo llegará...—dijo en tono reflexivo casi susurrante —Y yo no he estado en ninguno de esos sitios que dices —volvió a reír.

Se quedó en silencio desgranando las palabras que había escuchado —Para empezar quiero una segunda cita, si te puedo ser sincero eres la última y la que me ha llevado a viajar a sitios más lejanos. Quiero esa segunda cita y seguro que la tercera —dijo con seguridad.

pero fue entonces mientras escuchaba el viaje por París, por su amada Paris cuando dejó escapar un suspiro profundo —Quiero... —dijo al terminar entrecortadamente — Quiero todo... Y visitar el Museo D´Orsay para contemplar las puertas del infierno de Rodin, buscar un perfume hecho a medida en la plaza Des Vogues y un café en el café Les Philósophes en la rue du temple. También el Museo Picasso... Quiero... Todo.

Luego se echó a reír, se le escuchaba que seguía tumbado en el suelo —¿Seguro que no tienes una mariposa? Es posible que te la hicieras en París... —dijo con cierta dulzura —Igual no en esta, pero sí en otro de tus viajes místicos. Tal vez tú te llamabas Rose Beuret y yo Auguste Rodin... o tú Kiki de Montparnasse y yo Pablo Gargallo.

- Tiene pinta de que sería más bien Diego Rivera y Frida Kahlo - dijo con un gran toque de humor - pero si, siempre me pregunté qué pude ser en otra vida. Lo mismo, fui una mariposa - concluí

Le sintió fantasear sobre los viajes y al mejorar incluso la ruta, suspiró. 

— ¿No podríamos ir ya? También quiero ver la Orangerie y podemos pasarnos por el Louvre, aunque eso sea un poco típico. Y comer crepes bajo la Torre Eiffel iluminada. Eso sí. Al pináculo no subo que tengo vértigo. Bueno, o si subo, vas a tener que sujetarme y abrazarme, para que no me de un telele. 

Que fallo. Es cierto que no habíamos hablado de edades. Aunque poco importa. 

— Tienes toda la razón. Si es que ya no sé ni a quien se la he dicho o no. Tengo 31 casi recién cumplidos. ¿Tu? No es que me importe mucho, aunque tienes una voz joven. Y .. - unos segundos de suspense - ... Por supuesto quiero una segunda cita. A saber si no descubrimos una civilización olvidada y sepultada en esa. Que gran pérdida sería para el avance de la historia, ¿No crees? 

Escuchas su voz más cerca aún de la pantalla, recordando lo cerca el uno del otro. 

— ¿Crees en cosas como el destino o el zodiaco? A veces me sorprendo pensando qué habría pasado si hubiera cogido este o aquel camino. Las posibles vidas de Daphne - se pausa un instante recordando algo - Si, creo que hay una película sobre eso. Y bien...hablando de cine ¿En que película te hubiera gustado salir? O más bien... qué historia de película te habría gustado vivir. 

Carraspea un poco y da un trago de algún líquido, probablemente agua. 

— A mí me encanta Ana y el rey. La versión de Jodie Foster. Me parece tan bonita la historia, los paisajes de Siam. Los templos y el color dorado. La grandeza. Eso sí, aunque la historia de amor es preciosa, es algo triste. De estas que te dejan un sentimiento bello pero nostálgico. 

No prestó en realidad mucha atención a la broma de Frida y Diego porque se había quedado encasquillado en la ensoñación de París que ella seguía hilvanando con esmero. Aplaudió sus aportaciones y completó —acompañado de un surtido de quesos, fresas y champagne. No hace falta subir a la torre, la vista más bonita de París está en el Sacre Coeur, con las calles empedradas de Montmartre haciendo de tela de telaraña. 

Carraspeó un instante —tengo treinta y tres. Y tampoco es que me importara en absoluto, pero es que ahora quiero seguir sabiendo cosas de ti... y salir en busca de civilizaciones olvidadas.

Al tiempo que ella se acerca él hace lo propio buscando que su voz quede lo más cerca posible de donde escucha la de ella —Creo, antes no creía demasiado la verdad, pero de un tiempo a esta parte creo. Por cierto, soy tauro. 

Asintió a lo que dijo sobre la película —La conozco, es una película belga, donde salé un joven Jared Leto. A mí me gustaría entrar en Origen y poder ser un diseñador de sueños, pero reconozco que siento cierta fascinación por Memento. Quizás es porque soy un poco despistado, quizás por otra cosa de la que no me acuerdo —finalizó riendo.

Daphne —dijo en tono serio cuando terminó de escucharla hablar sobre su película —No me lo tomes a mal, pero... vi Ana y el rey en el cine, solo que... me quedé dormido a mitad de la película. Creo recordar de tener un mal día en el trabajo e irme al cine a desconectar y es tan calmado el ritmo que... me dormí. Recuerdo perfectamente los paisajes, los decorados y el vestuario magníficos y una lenta cadencia de imágenes preciosistas y luego me desperté en los créditos como un pasmarote. Luego no volví a verla, quizás se me quedó grabado el momento y he intentado no volverlo a repetir ¿La volverías a ver conmigo?

- Mmmmmmm queeeso - dice en un comentario de placer - Me has convencido. El que quieras, con lo que quieras. Me encanta el queso. Con mermelada y con uvas. Además en toda civilización olvidada saben cómo usar la leche para hacer queso, así que casi que me apunto a ir a desvelar cualquier cosa. 

Cuando le dices tu edad  suelta una risita inocente - Así que tienes la edad de que el médico diga eso de "inspiré y diga treinta y tres" — comenta — Pues edad perfecta. Por cierto, no es que crea en horóscopos y eso, pero siempre es un buen tema. En mi caso soy Virgo. Y no sé realmente qué parte de mi horóscopo cumplo. Ni tampoco tengo claro qué características tienen. 

Cuando respondes sobre tu palabra hace un sonido de asentimiento

— Esa película es fantástica, surrealista pero fantástica. La vi con mi padre y salimos fascinados. ¿Te imaginas que pudiera ser real?  Si fuera arquitecta, seguido que me volvería loca vivir en un mundo donde puedes inventar casi lo que quieras y donde las reglas de la física no siempre se cumplen. Si te soy sincera, soy más de romper dichas reglas con cosas como la magia. Ojalá existiera. Yo me quedé esperando la carta para ir a Hogwarts - se ríe d e un modo muy dulce

Tras tu comentario serio, parece pararse y preocuparse a lo que se da cuenta que ha sido una chanza de tu carácter y suelta una risita cómplice

— No te preocupes, me encantará verla contigo. Mi padre también se quedó medio dormirdo. Y recuerdo que es de las primera veces que le escuché decir a mi madre eso de "hombres, se me olvidaba que tu padre es uno de ellos"   seguido de una risa jocosa. Creo que fue demasiado para él, esa historia de amor imposible. Pero casualmente es lo que el esperaría que alguien independiente hiciera y no se sometiera. No te preocupes, lo entenderas cuando lo veas . 

La manos vuelve a posarse completa en la mampara, seguida de un hombro. 

— ¿Me contarías algo que no le hayas contado a nadie? Algo que tú corazón guarda para sí.