Partida Rol por web

Sus pasos se dejaron oír la estancia, en su voz había una notoria alegría.

-Hola, señorito Arthur que no es un caballero de la mesa redonda. ¿Cómo estás? Me pone muy feliz que nos hayamos vuelto a conectar.

Se escucha que aproxima unas cosas a la mampara y que se sienta allí, sobre algo mullido.

-Cuéntame una anécdota de tu vida, ¿tienes así algo gracioso que te haya pasado? Yo haré lo mismo por supuesto, pero tú vas primero.

Ella se río, picarona.

- Uy no, no me llames señorito - Ya de inicio Natalie me hizo reír a carcajadas con sus cosas.

- Bien, bien. Yo también estoy muy feliz de hablar de nuevo contigo - En esta ocasión no me importaba estar mucho más rato de pie, pero me senté en el sofá, al menos al inicio.

- ¿Una anécdota graciosa? A ver que piense... - Hice ruiditos con la boca mientras pensaba - ¡Ah! Un día estaba podando setos cuando me pareció escuchar como un lamento. Pensé que alguien se había hecho daño y fui a investigar y resulta que eran... una parejita que estaba haciendo sus cosas íntimas. Me quedé super avergonzado, por suerte creo que no me vieron y me fui a continuar mis labores a otra parte del jardín.

El sonido de su risa provocó otra de ella, como si estuvieran conectados de esa manera.

-De acuerdo, te diré Arthur. Aunque, ¿tienes un apodo? El mío es Cloud (nube) porque a veces me encuentro soñando despierta. 

La anécdota provocó más risas de su parte.

-Me imagino la cara que habrás puesto. Yo también tuve las mías. Sobre todo cuando estás rodeada de pequeñitos que solo dicen la verdad sin medir las consecuencias de sus palabras. 

Una tarde, cuando estaba terminando una clase, un chiquillo, Alan, me preguntó: "señorita, usted tiene novio?" Cuando le dije que no, se dio vuelta y ahuecando sus manos gritó... ¡¡Papá, qué no tiene novio!!

Entre la cara del padre y la mía éramos dos tomates maduros. Fue muy divertido. 

- La verdad es que no tengo apoco, que yo sepa. Pero si quieres puedes pensar en uno para mi ¿"Señorito" tal vez? - Le digo alegre y sin complejos.

Me hizo reír con lo de los niños - Uy, de los secretos familiares que te habrás enterado...

Con lo otro también, pero quise saber un poco más - ¿Y qué pasó que al final llegaste aquí? ¿No te gustaba el papá?

- Si me permites te trataré con un poco más de confianza ¿Te parece bien? 

- Y ya que estamos repitiendo, te pregunto ¿Qué te llamó la atención para repetir? ¿Qué es lo que te gustó de nuestro primer encuentra a ciegas?

- Yo te puedo decir que de ti me gustó que me pareciste muy dulce. Cariñosa. Sensible incluso. Sincera... Y bueno, también tenemos una edad similar...

-Mi caballero me gusta más, porque suena a un príncipe medieval –entre risas aclara –me gustan mucho los cuentos y las leyendas.

Asintió sobre aquello que dijo de los secretos familiares.

-Los niños siempre dicen la verdad, eso es duro a veces cuando escuchas situaciones que no deberían vivir. En otras oportunidades te sirve para darle humor a la vida. Todo depende del momento.

-Por favor, trátame como quieras, me encanta eso. Te siento muy cercano, como si ya nos hubiéramos conocido. Es muy fácil hablar contigo.

Le puso esmero a la respuesta de por qué lo había elegido:

-Porque te sentí muy tierno, y yo me veo también así. Pero también te noté capaz de asumir responsabilidades, de hecho por algo estás encargado de cuidar los caballos y la casa que me has dicho. Te gustan los animales, eres una persona de buen corazón. Lo que dices de mí me ha gustado mucho. Soy muy sensible y quiero a alguien que también no tema eso. Creo que es bueno ser así, es preferible sentir mucho a ser frío.

-¿En dónde tendrías una primera cita conmigo si pudieras?

- ¡Alaaaa! Me sonrojas Natalie... - Y es que eso de "Mi caballero" sonaba tremendamente bien - Pues mira Escocia se da muy bien para eso de los cuentos y las leyendas. Los castillos, los acantilados... ya sabes.

- Claro, yo no sé porqué me siento sensible o empático con los niños, quiero decir, que soy incapaz de ver sufrir a un niño - No todo debía de ser un camino de rosas en su profesión.

- Que bonito... - Le dije a lo que había visto en mi. En cuanto a lo suyo... - Y eres romántica además... Eso de los caballeros y las leyendas me dan una buena pista al respecto.

- Una primera cita contigo, así para vernos... La vedad es que lo que pienso es que el sitio no sería muy importante. Un lugar tranquilo en el que se pueda charlar, pasear, que haya quizá un jardín o que esté en la naturaleza... Pero ahí lo principal serías tú, no el lugar... ¿Qué opinas?

- Vale, pues en confianza, me gustaría saber, en el tema íntimo más bien... Siempre que no te incomode hablar de ello. ¿Es para ti importante el sexo? ¿Cómo te defines al respecto? ¿Activa, pasiva? ¿Te gustan los juegos? ¿Algo que quieras destacar? No es necesario que respondas todo, solo lo que te apetezca decir.

-Hablando sobre eso, tengo unos libros de leyendas de hadas y duendes. Muchos son parte del folclore verdadero de tu tierra como la historia de la Banshee que viene a anunciar un duelo. Me encanta leer sobre eso, así como historias de castillos encantados. Inglaterra también tiene sus buenas dosis de misterios. Y lo siento si te hago sonrojar... mi caballero. Es que soy vuestra damisela en apuros. 

Su risa es como la de una niña fascinada con los relatos maravillosos. 

-Yo tampoco puedo ver eso. Todos los niños deberían estar a salvo y con personas que los amen. Muchos problemas de la vida se acabarían si nadie sufriera en la infancia. 

En relación al romanticismo, no dejó ninguna duda.

-Totalmente. Ahhh... sí, sí lo soy. Una enamorada del amor. Me encanta recibir esos detalles como notitas, flores, muchos abrazos y besos. Sí. ¿Y a ti? ¿Qué tipo de cosas te gusta recibir de tu amada? Aparte de sexo... que eso también me gusta, claro. 

Su tono era entre sensual y medio cómico. 

-Me gusta esa cita. Nosotros en un sitio tranquilo, bajo un cielo claro, con el aroma del verdor y una brisa que acaricie nuestros cuerpos. Podríamos tener un picnic así con una manta a cuadros sobre el césped. Tú y yo, eso es lo fundamental. 

La pregunta última le hizo reír, pero no en el mal sentido. 

-Me gusta saber qué le gusta más a mi pareja para poder mmm coordinar. Uhm, creo que no he jugado mucho pero sí he jugado. Con mi esposo, mi único compañero en estos temas, aprendimos juntos. Hace mucho que nooo... lo hago. De verdad lo quiero hacer. 

Se siente otra risa ahogada. 

-Soy buena aprendiendo, ¿tú me enseñarías? 

Esa última parte la dijo con una voz muy sexy pero sin perder ese tono juvenil e inocente que la caracterizaba. 

- Pues mira, estás despertando mi interés con eso del folclore y las leyendas ¿Me enseñarás? Mira algo que me gusta mucho es que estimulen mi mente. No es necesario coincidir en todo, porque aprender todo lo que una persona sabe es enriquecedor. Yo te puedo hablar de caballos y plantas para compensar - Me río

En lo de los niños estábamos totalmente de acuerdo, yo también era sensible en algunos aspectos.

- Si, me gusta el romanticismo, los detalles y que haya contacto, una simple caricia creo que puede mantener viva la llama del amor. Ahora bien, tampoco que sea empalagoso en exceso. Está bien que cada uno tenga un poco de espacio ¿No crees?

- Me gusta notarte esa "venita" cómica y sensual. Me da la impresión de estar conociendo a esa "cloud" íntima - Le dije lo que pensaba en voz alta.

- Picnic pendiente. Anotado - Risas - Una cenita a la luz de las velas creo que también sería una buena idea ¿Alguna propuesta más? - Quise saber por parte de ella.

Suspiré suavemente, me sentía tan a gusto... - Me encanta poder hablar de estos temas contigo. Una pareja, o posible pareja, no tiene que tener tapujos de hablar de todo, creo que también es fundamental. Siempre desde el respeto, claro.

Solté unas carcajadas - Creo que más bien aprenderemos juntos. Algo sé, si. Pero tampoco soy un experto. Creo que tengo un gran mundo interior, con muchas ideas y fantasías. Ahora solo me falta... alguien con quien poder ponerlas en práctica.

- No quiero romper el buen rollo. Pero ya que hablas de tu esposo, tengo que preguntarte, algo un poco delicado... ¿Está tu corazón libre para poder aceptar a una nueva persona? - Una cosa como lo que le pasó debía de dejar un gran dolor y quise saber del estado de su corazón.

-Por supuesto que te enseñaré. ¿Sabes por ejemplo por qué se debe decir “salud” cuando alguien estornuda tres veces? Dice la leyenda que de no hacerlo te secuestrará un duende y se casará contigo obligatoriamente. Es verdad, luego te paso el libro por aquí. Hazme recordar de hacerlo. Y sí, quiero saber de plantas y de caballos. ¿Es verdad que es la yegua la que domina a la manada?

Ella primero bromeó sobre el espacio de cada uno.

-Bueno, sí… por ejemplo para ir al baño. ¡Es broma! Sí, te entiendo y por supuesto te daré espacio personal cada vez que lo necesites. Pero te costará unos diez besos diarios, menos si son besos fogosos. Esos valen por dos.

Ella agradeció sus palabras.

-Me es tan fácil abrirme cuando te hablo que no creo que no conozcas a la verdadera Cloud, me sale natural hablar contigo. Gracias, caballero.

Sobre la propuesta extra para hacer en una cita juntos, ella planteó lo siguiente:

-En un bote pequeño, en el medio de un lago. Es de noche y el cielo está poblado de estrellas. Llevamos champagne y fresas con chocolate. Música que sale de uno de nuestros móviles. Y una noche entera para estar juntos.

Le gustó mucho que él no tuviese tabúes en decir de aprender juntos.

-Quiero aprender contigo mil formas de hacer el amor.

Lo dijo así, sin más, con un tono dulce y sensual. No había risas nerviosas, estaba a gusto con hablarle de cualquier cosa.

-En realidad es mi esposo quién me ha traído aquí. A ver, desde hace unos años tengo este sueño en el que él se me aparece y me pide que lo busque. Me dice que debo volver a ser feliz, que él está bien pero no puede avanzar si no lo hago. Espero que eso no te asuste… ¿crees en esas cosas?

- ¿De verdad? - Le dije con sorpresa a lo de los estornudos - No lo sabía... ¿Y si ya estás casado? - Bromeé con lo último.

Pasamos a otros temas como si nos conociéramos de toda la vida - Realmente... no es lo que tengo entendido. Suele haber un semental que tiene un pequeño grupo de yeguas, así a modo de harén - Me reí - Pero seguro que las yeguas son las que convencen al caballo de qué es lo que tiene que hacer - bromeo - Las mujeres siempre son más listas en eso - De nuevo risas.

- Uy... eres muy muy cariñosa - Le dije por todo eso de los besos - Me atrae le idea... - Me hice el interesante.

- No sé, no sé... Un bote es demasiado inestable para poder hacerte el amor en él - Bromeo, pero ya solo con imaginarlo era divertido - Si no te importa salir remojada... - Risas

- Uh... mil formas... habrá que ir anotándolas en un cuaderno... - No sé porqué con Cloud reía todo el rato, pero es que me salía de forma natural - cuerdas, vendas, plumas, látigos... voy a tener que ir comprando todo un arsenal... - Dejé caer para ver cómo reaccionaba.

- Oh... - Me quedé pensativo con todo lo último que me dijo y un poquito más serio - No sé... no creo mucho en los espíritus como tal... pero si en que la presencia de una persona que conocimos mucho... queda por un tiempo con nosotros. Lo respeto mucho en cualquier caso. Aunque no me respondiste a la pregunta... ¿Hay sitio en tu corazón? - Aunque intuía que si, quería escucharlo por su propia voz.

-¡Qué buena pregunta! Tengo que repasar esa leyenda para poder responder eso. Aunque supongo que al duende no le importará tu estado civil en ese momento. 

Presta atención a lo que explica sobre los caballos y se ríe mucho con la referencia a las mujeres siendo más listas. 

-No te creas, al menos yo enamorada pierdo bastante la sagacidad. Pero reconozco que tengo amigas que hacen, no solo que sus parejas hagan lo que ellas quieran; sino que lo hacen de forma que el hombre piensa que en realidad fue idea suya. Yo no soy así, si quiero algo lo pido. Me gusta comunicarme.

Asintió en lo de cariñosa.

-Culpable, señor juez- bromeó -me encantan los mimos. Puedo estar mucho tiempo recibiendo tanto como dando besos y caricias, entre otras cosas. Pero si me pongo pesada, me doy cuenta y me detengo. Me encanta que me besen el cuello. ¿Y a ti, dónde te gustaría que te bese la primera ves?

Su dulce voz estaba llena de curiosidad. 

-Probemos, de todas formas en el amor una sale mojada. 

Su doble sentido era obvio. Ella se estaba divirtiendo mucho, los nervios parecían haberse esfumado del todo. Entonces lo otro le hizo sonar nerviosa pero de una forma encantadora. 

-Ohoh oh mmm. ¡Ay! Quiero probar todo eso. Excepto las plumas, tengo muchas cosquillas. Bueno uhm... tal vez sería divertido. El látigo me intriga, uhm. Demonios, qué alguien tire esta mampara que tenemos que practicar. Por el bien de la ciencia, claro.

Lo de su corazón lo respondió con mucho gusto. 

-Sí, definitivamente hay sitio en mi corazón. Por unos años estuvo cerrado pero hoy busco de verdad a mi pareja, mi esposo, confidente, amante y amigo. Y estoy dispuesta a dar lo mismo que pido. A ser su apoyo y compañera todos los días de la vida. Y gracias por creer lo de mis sueños, por tratarlo con respeto. 

​​​​​​​No preguntó nada pero porque la conversación ya fluía con naturalidad, y no como si esto fuese una entrevista o algo así. 

- Ja, ja, ja. Pues que cabrón el duende... ¡Ops! Perdón por el lenguaje - Se me escapó

- ¿Así que estando enamorada pierdes el norte? Ummm bueno, tranquila, solo lo usaré para aprovecharme de ti - Bromeo.

- Has dado en el clavo. Yo veo la vida en pareja como un equipo. Las cosas es mejor decidirlas juntos. Eso vale también para cuando las cosas no vayan bien o surjan los primeros problemas. La comunicación es vital... - Expresé mi opinión.

Me reí y pensé... - La primera vez, en los labios. Así quiero mi primera experiencia contigo. Que pongas tus manos en mi nuca acariciándome. Y yo un poco travieso las pongo un poco más abajo de tus caderas... Ummm Ufff, ¡Tengo que cambiar de tema! - Risas

- Bien, bien, me gusta esas ganas que tienes. Yo también las tengo... Aisss - Suspiro

Sus palabras sirvieron para tranquilizarme - Genial. Mi corazón también está preparado. Y mis ganas a tope.

No es que fuera una preocupación pero... - Quizá hay una cosa que pensar. Para que no nos pille luego por sorpresa. Yo vivo y trabajo en Escocia, por la zona de Glasgow. Si no recuerdo mal, tú vives y trabajas por Lancashire. Que para lo grande que es el mundo vivimos cerca. Pero tendríamos que organizarnos. Creo que a ti te gustaría vivir con tu pareja y a mi también. Entonces... o bien uno de los dos deja su trabajo, o bien nos ponemos a vivir en un punto intermedio, pero aún así estaríamos como a hora y media de distancia del trabajo. ¿Qué opinas al respecto? - Cuestión interesante y quise saber que opinaba antes de hablar yo

Lo del lenguaje la hizo estallar en carcajadas. –A mí me ha causado mucha gracia, y concuerdo contigo: ese duende es un cabrón.

Lo que dijo de usar su enamoramiento en su contra, de una manera ardiente, le gustó mucho:

-Promesas, promesas… -le respondía muy alegremente.

-Es un equipo que si se lleva bien puede lidiar con la mayoría de las dificultades de la vida. De hecho, cuando las cosas se ponen feas el amor verdadero se vuelve más fuerte. Son pruebas, piedras que se nos ponen en el camino. Piénsalo así, es como con los amigos: sólo se ve a los verdaderos cuando pasas por momentos oscuros.

Cuando expresó a describir lo de las caricias y besos, ella suspiró hondamente.

-Si vas a ser más detallista, la próxima me traigo una bebida con hielo. Mmm… hielo: también lo ponemos en la lista.

Se notaba que había deseo en su voz de experimentar junto a él muchas cosas.

Respecto a lo que preguntó, ella no tuvo problema en contestar.

-Yo creo que jardines de infantes hay en todas partes. Nuestros países están cerca y tienen costumbres y el idioma similares. Me mudaría contigo si eso es lo que quieres para hacerlo funcionar. O podríamos conseguir una vivienda en alguna parte que nos sirva a los dos. Al principio seríamos tres, así que no precisaríamos mucho espacio.

Ella entonces preguntó:

-¿Crees que tu familia apoyaría esta unión?

Había muy bien ambiente con Cloud, hasta cuando salía mi lado más gamberro. 

- Promesas, promesas que hay que cumplir... guiño, guiño... - Risas

- Exacto. Hoy en día parece que hay gente que cuando encuentra el primer problema desconecta. Considero que en muy poco comprometida. En el día a día hay que luchar por lo que quieres, empatizar y buscar soluciones comunes

- Ja, ja, ja... ¡Y yo me traigo un abanico! Vale, apunto hielo en la lista ummm

- Que bonito. Yo por el amor de mi vida también podría mudarme. Quizá podría ser el que antes encuentra trabajo. No sé... Pero me agradó mucho tu respuesta.

- Oh... Cloud... No tengo familia... - Dije dejando el tono risueño por uno más melancólido - Me crie en un orfanato. A los 18 años el dueño de la mansión me sacó de él y ahora él, el mayordomo, el ama de llaves y el mozo... son mi familia - Suspiro - Pero ellos seguro que me apoyarían, me quieren y quieren mi bien.

- Claro que si, Y estoy deseando conocer al pequeño Matt. Una última pregunta. ¿Tendrías un hijo más conmigo? No ahora, sino cuando estemos estabilizados y veamos que todo va bien..

No sé que demonios me estaba pasando, pero me estaba pasando todo super rápido. Las cuestiones me salían solas y todo parecía acelerarse.

Ella aumentó la llama entre los dos, afirmando: -sí, hay que cumplir las promesas, las promesas son importantes. Yo prometo que vamos a probar cada cosa de la lista. 

Luego le mandó un beso por el aire.

-Guiño, guiño.

-Comparto totalmente lo que dices. Las personas tienen que saber que van a haber días malos, así como el cielo tiene tormentas. No siempre está todo bien, pero eso es real, el amor Real es el que no abandona durante la tormenta porque sabe que en algún punto saldrá el sol.

Lo decía con suma emoción. 

-Creo que vas a necesitar mejor todo un ventilador porque se me ocurren cada vez más cosas: nata, miel, aceites, oh... que me pierdo en mi imaginación. 

Ella se dio cuenta de que él le había contado del orfanato ya, y que su pregunta había sido mal planteada.

-No, yo justamente me refería a tu familia del corazón. Perdona que no me supe expresar. Sé lo del orfanato y... para mí eso es otro punto para elegirte, porque sabes que la vida puede ser dura y sin embargo eres encantador. Me alegra que creas que les voy a gustar. Para mí también serán familia. Los que te quieran a ti tendrán siempre un lugar en mi corazón. 

Se sentía el cariño de sus palabras. 

-Sí, quiero tener un hijo contigo. Y como regalo, te quiero cantar la nana que le canto a Matt todas las noches. Siento que necesito darte algo más que hago buen.

Su voz llenó el lugar con sumo amor.

- Natalie Cloud, Natalie Cloud ¿Qué voy a hacer contigo? - Le digo juguetón y de forma misteriosa. Además empezó a gustarme juntar su nombre verdadero con su apodo.

Respondí su sonoro beso con otro por mi parte.

- Esta bien, me agrada saber que tengo a mi lado alguien que va a poner todo de su parte. Pues es lo mismo que yo haré - Le confirmo.

De nuevo arrancó mis risas. - Bien, habrá que ir dosificando y alimentarse bien para tener fuerzas. Pero me encanta

- Ah, mi familia de corazón. Y genial. Mi corazón está preparado, creo que solo le esperan cosas buenas - suspiro.

Escuché como cantaba. Mi corazón no se podía derretir más, porque ya lo estaba totalmente.

- Encajamos en todo, planes a corto plazo, planes a largo plazo... Y encima cantas. En fin...

Carraspeo, me pongo en pie - Mira, te he traído una cosa, eres... bueno, ahora lo leerás, espera que escribo una cosa y te lo pongo todo en el cajetín. A ver si te gusta. Primero mira la tarjeta y luego la cajita.

Dejo los dos pequeños objetos en el cajetín y aguardo con suspense.

Ella respondió: -conmigo puedes hacer lo que tu corazón quiera. Estoy segura de que me va a gustar.

Su voz se emocionaba a medida que él le iba diciendo aquello, eso de poner todo de su parte y también la forma en la que le hablaba: como un hombre que sabía lo que quería. 

-Siempre daré el todo por aquel a quien amo.

Había mucha emoción en su voz. Entonces ella escuchó el resto con suma atención. 

-Encajamos en todo -repitió -es tan hermoso, se siente tan bien... tú me haces sentir tan bien. 

Cuando le dijo que tenía algo para ella y puso el objeto en la puertita, ella fue a tomarlo. Entonces se oyó una exclamación ahogada, llena de sentimiento. Se escuchó el abrir de la tarjeta y luego de la cajita. 

-¿Estoy soñando? Si esto es un sueño no quiero despertar. 

Se oyó un sollozo, su voz quebrada, repleta de emoción. Casi no hubo un sonido excepto ese sollozo. 

-¡¡SÍ, una y mil veces sí!! Esto es lo que te respondo. Mi caballero, mi Arthur. Sí, sí quiero casarme contigo. 

Se entremezclaban su risa con el llanto de la felicidad que la inundaba.

-Te quiero. Quiero que estemos juntos y crear una familia entre los dos.

Su voz transmitía una enorme felicidad. 

-Que alguien tire esta mampara -dijo, riendo. 

​​​​​​​-Gracias, amor...