Partida Rol por web

Zona común en la que podéis hablar entre vosotras, animaros, contaros quién es vuestro favorito o... no.

Cuando Amy se enteró de que el equipo de Netflix de Love is Blind la seleccionó para participar en su programa no se lo podía creer.

Esta fue su cara:

Más tarde se lo contó a su hermana Steff (su hermana guapa y espléndida, suertuda con los hombres). Le dijo que la habían escogido para un programa experimental donde los chicos no veían a las chicas y se enamoraban así de repente, solo hablando separados por un muro falso, metidos dentro de unas cabinas. Su hermana se descojonó. ¿Quién va a enamorarse así?

Pues Amy no lo sabía, pero le daba igual. Ella estaba desesperada por conseguir un marido, casarse y tener hijos como el resto de sus amigas. Porque ya metida en la treintena lo de seguir sola el resto de su vida no era muy alentador. Quería cortar con esa dinámica.

Quería dejar de ser la gorda de internet a la que los tíos se follan y luego dejan tirada.

Esperanzada en lograr su objetivo, se colocó uno de sus mejores vestidos (parecía un salchichón), los del equipo de maquillaje la maquillaron elegantemente, le hicieron ondas chulas en el pelo, y a correr. Amy era una rubia muy, muy atractiva, si se lo proponía. Bueno, tal vez no fuese tan atractiva… pero ella lo intentaba. Entró a la sala común de las chicas portando una sonrisa alegre y simpática, caminando segura sobre sus tacones.

-¡HOLA A TODAS! – gritó así de primeras haciendo el cuadro. Ay, pero si soy la primera… ¿Habrá alguna compañera más por aquí? Seguro que yo soy la gorda del grupo y el resto modelos de Victoria Secret. – estaba convencida de que los de Netflix la habían elegido por eso, para representar a las gordas del mundo. Las mujeres con cuerpos no normativos.

Pues había llegado el momento….estaba en el puto concurso del amor. La verdad es que no esperaba nada tan profundo mas bien profundo en forma de un buen falo o una tia que estuviera buena haciendo la tijera.

No tenia pruebas pero tampoco dudas de aquí no encontraria el amor…pero con un mes de vacaciones obligadas y darte cuenta que decir que no follabas desde el año pasado había dejado de tener gracia meses atrás aquí estaba…

Dispuesta a encontrar el amor en un programa donde no te veian físicamente primero era hablando…

Cojonudo…es lo primero que pensé al estar aquí y haber leído bien la letra pequeña…por la voz y la forma de ser…pensaría que era un hombre que se había cambiado de sexo…

Por no hablar de las bromas del resto del cuerpo cuando volviera al trabajo.

Abri la puerta en la sala de la chicas.

¿Hola? ¿Que mierda es esta? Pregunte mientras miraba extrañada a todas partes. Ah coño...joder si hay alguien...pense que era una puta broma y no habria nadie.

Me baje un poco el pantalon el cual se me metia por el ojete de una forma no muy elegante y sonrei a la chica rubia.

Somos las primeras. ¿No?

 Natalie Blue

Natalie entró en el cuarto común hecha un manojo de nervios. Las manos le sudaban tanto que se las pasaba por el short a cuadros, para secarlas.  Por fortuna no era la primera, respiró aliviada al ver ya a otras chicas allí.

-Hola, soy Natalie, un gusto conoceros.

Estiró la mano para saludar y se tropezó casi cayendo sobre un sillón. Pero haciendo una maniobra tan ágil como cómica, volvió a la posición de parada. Se acomodó la boina y carraspeó, avergonzada.

-La verdad es que no sé si estoy loca o hice bien en anotarme.

Tomó asiento y se retiró la boina roja para abanicarse, le faltaba el aire. Dentro suyo, una vocecita le decía:

“¿Qué diantres haces aquí? Lo más seguro es que vomites al entrar a la cabina…”

Rachel abrió la puerta, no sin antes pensárselo dos veces antes de agarrar el pomo. Un, dos, tres..

¿Qué? Oh dios, esto es real. Y no- estoy- borracha.

Se asomó levemente a través de la puerta y vió a unas chicas hablando, y retrocedió.

No puedo, ¿en serio?, pensé que no todas iban a ser modelos de pasarela.

Rachel se dirigió al pasillo, sacó una cerveza de su enorme bolso, se la bebió de un trago y la tiró encestando a la papelera más cercana.

Empecé esto borracha, lo terminaré borracha.

Nuevamente abrió la puerta y sonriendo dijo – Eh joder, me estaban llamando, ¿vaya momento no?, siempre me andan molestando con que si quiero cambiar de compañía telefónica - alzó las cejas a modo de queja y miró uno de los sofás que había y se sentó, saludó tímida y rápidamente con la mano a las chicas – bueno, yo soy Rae - cruzó las manos y se quedó mirando a alguna parte con los ojos muy abiertos, tratando de calmarse un poco y dejando que el alcohol comenzase a hacer su efecto.

Al menos había superado la parte de entrar y saludar. No había sido para tanto al fin y al cabo. 

Sam fue la siguiente en entrar, llamó a la puerta y se asomó algo tímida al principio. ¿Hola? No tardó en ver que ya habían muchas futuras compañeras allí y no se lo pensó dos veces y entró con una gran sonrisa. Una sonrisa a la que se tendrían que acostumbrar pues solía estar siempre en su rostro.

La primera impresión es que iba a ser un grupo divertido y bastante variado, lo que lo hacía aún más interesante. Con ella entró una maleta con el tamaño justo. No era alguien que cargaba más ropa de lo necesario, se notaba a leguas. Lo que sí cargaba era un gran estuche que sin duda, portaba algún instrumento dentro.

Había algunas sentadas y otras levantadas. Ella prefirió quedarse de pie. Demasiados nervios para dejarlos reposar en el sofá.

Encantada, soy Samantha, pero llamadme Sam, por favor. Pidió. Menuda locura esto, ¿no? Dijo porque seguro que era algo con lo que todas podía empatizar y todas compartían.

Fueron entrando mas chicas, la verdad es que en general bastante monas sobretodo la que se presento como Sam.

Igual tendría que haber pedido ir con los chicos… Pero claro esto funcionaba sin verse y solo hablando. Por lo que a saber como saldría aquella idea.

Me hizo gracia la tal Rae entro para salir…

Claro claro una llamada telefónica.  Dije con cierta sorna y una sonrisa en la cara.

Pues si esto es una locura la verdad . Me apoye en una pared. Por cierto soy Rebecca creo que no lo había dicho.

Mire otra vez a Sam.

Pues si estaba buena si…

En fin…¿Cómo habéis acabado aquí? Y no me jodais diciendo que era para encontrar el super amor.  Por que todas tenemos cara de esta cocinando meta y que acaba de entrar la policía a por nosotras. Sonreí. Bromas del trabajo por si alguna no lo pilla

Al final me sente en una silla.

Mierda, mierda, mierda mierda. Como siempre, llegaba tarde. Mama siempre lo decía, una mujer que se precie, si llega tarde es porque desprende un halo que quiere que todos la miré, y piensen que ha merecido la pena llegar tarde. Si fuese mamá, seguro que todos pensaban que merecía la pena. Siempre atraía las miradas dondequiera que fuese. 

Obviamente no era ese mi caso. Para nada.  Yo había llegado para variar, despeinada y con ropa poco convenientes que disimulase los michelines. 

Ni siguiera sabía porque me había apuntado a esto. Bueno, si, si que lo sabía, no nos engañemos. Quería ver si por una vez en la vida podía encontrar lo que tenían mis padres (bueno exceptuando lo de los deslices, es no me gustaba nada)

—Buenos días —dije algo tímida al ver a las chicas que había alli.

Me agradaba ver, que no todas eran de la coleccion de Víctoria Secret, aunque había un par que me hacían sentir intimidada, porque eran muy atractivas. Por suerte, tendríamos pantallas, porque si no fuese así, estaría cogiendo la puerta para irme

— Soy Daphne. Encantada de conoceros — tímidamente y me.fui a algún rincón. Está claro que eso de las interacciones sociales tampoco era lo mío. Ya lo decía mamá. 

Le gustaba el ambiente que se estaba formando y aunque algunas parecían incómodas, poco a poco se iban abriendo. Sam era tímida, pero más con los chicos que con las chicas, así que ahí se encontraba algo más cómoda.

¿Trabajas cocinando meta? Pregunta a modo de seguirle la broma y sacando la lengua divertida dando por hecho que ya había deducido que a lo que se dedicaba era a policía.

Yo he venido... pues supongo que como todas vosotras...a ver qué sale de esto... por probar, no se pierde nada. O te vas como has venido o quizá te llevas algo más. No suena mal. Dice encogiendose de hombros con una sonrisa.

Pero a vosotras... ¿cómo os gustan los chicos? A mí personalmente me gusta que sean trabajadores y familiares. Obviamente, físicamente me tienen que llamar la atención, aunque no tengo un prototipo. Vio que quizá se estaba alargando demasiado, y se sonrojó y paró ahí.

-¡Hola me llamo Amy! ¡Encantada! – Amy alzó la voz más de lo normal. Parecía que la rubia no se había dado cuenta de que ya llevaba el micrófono puesto, y ella gritaba alto, como cuando en un programa de tv llaman por teléfono y el idiota de turno que llama mira hacia arriba, creyendo que la persona al otro lado del cable está ahí.

-Pues yo estoy buscando el amor. El amor de verdad. De verdad de la buena como diría Shrek. Quiero a un hombre que me mire con el mismo amor que Oscar Isaac mira a Jessica Chastain. ¿Visteis el pedazo de beso que le dio en el festival de Venecia? Un beso en el brazo… - vaya beso. Un hombre que te ame tiene que mirarte así, con admiración infinita.

-O sea, quiero que ese hombre se vuelva loco por mí. ¿Vosotras no queréis? Eso se supone que debe ser el amor ¿No? Enamorarte hasta las trancas. Pues eso quiero yo. Hasta el infinito y más allá.

Amy estaba nerviosísima, hablaba por los codos, y su vehemencia romántica, siendo ella fan de las comedias románticas y todos esos clichés refritos que sugestionaban a las mujeres, estaba segura no mejoraba en absoluto la imagen que estaba proyectando cara a sus compañeras. Seguro que no. Se sorprendió, no obstante, por la cantidad de gordas que había en el programa. Se puede decir que estamos fifty fifty. – porque las otras tres eran modelos, guapas y delgadas.

-¡Ay, que ganas de empezar! ¡Espero que no nos de a todas por fijarnos en el mismo, que hay seis chicos, uno para cada una! – se puso a reír nerviosa. Porque eso seria una putada, putadón gordo, gordo. No quería ella tener que poner la zancadilla a nadie. Y sobre todo, no queria luego llegar a casa y tener que incharse a spaguettis carbonara por haber sido rechazada por su elegido delante de millones de personas.

La verdad es que estaba casi todas éramos mujeres bastante reales. No todo palillos con mas gomas que los coches de la Nascar.

Había de todo un poco la verdad

Yeap soy la version femenina de Walther Whiter en Breaking Bad. conteste a Sam en broma.

Escuche a Sam como la gustaba los chicos y a Amy ¿como no escucharla? Entre que alzaba la voz y no callaba...

Pero parecia divertida...tenia que ser una buena amiga para irse de copas.

¡Coño! Amy vaya ejemplo Oscar Isaac y Jessica Chastain...no me importaria tener una noche o una vida llena de pasion con esos dos. Y a mi los hombres...mientras respiren..Jajajajaja. Joder Rebecca que vas a salir en la tele no es momento para estas bromas... Que haga deporte, que crea en la segunda enmendia , que odie a Ted mosby y quisiera que Robin y Bartney hubieran acabado juntos, que folle bien, que sea guapo y divertido...no se un poco lo normal. Y que le guste juego de Tronos y las pelis de Marvel

Natalie permanecía sentada mirando a sus compañeras con una sensación de calidez en la boca del estómago. Respecto a lo que Amy había dicho, asintió. 

-Yo quiero encontrar al -iba a decir el amor de su vida, pero enmudeció. En cambio solo profirió un -el amor -sin más. Tenía miedo de estar aquí, como algunas de ellas no sabía si iba a ser de verdad un experimento que valiera la pena. Miro a Daphne en particular porque compartió esa sensación de timidez. Le dedicó una sonrisa pequeña, de esa que dicen: "yo también estoy nerviosa."

Observó que todas ellas tenían algo: la energía de Amy, la sonrisa de Sam, la timidez de Daphne, el humor de Rebecca y Rachel, con esa mirada de ¿en verdad vamos a hacer esto? Recién habían pasado minutos desde que las vio pero esos minutos habían serenada un poco su corazón. 

-Será cuestión de intentarlo. Y sí, sería complicado que nos gustara el mismo. Pero ni quiero pensar eso. 

Se llevó las manos a la cara y se secó el sudor de la frente. Tenía aún las manos frías. Ya estaban aquí así que... tenían que ver de qué se trataba.

"Espero que los tíos sean buena gente. No quisiera a unos patanes aduladores o algo por el estilo. "

Daphne seguía sentada en una silla, alejada de todas las chicas. Se preguntó qué hacían algunas de ellas allí, en un sitio de citas a ciegas, cuando, es evidente que no les hacía falta.

— El beso ese....es precioso — se decidió a decir finalmente — El de la actriz pelirroja. Es una belleza — suspiró bastante notorio — Es que para ella, es fácil que un hombre así se fije. Es elegante y guapa.

Cruzó la pierna, como solían hacer las mujeres, pero el cuerpo rollizo de Daphne, no le permitía colocarse, en el fondo, de manera cómoda, así que trató de acomodar la postura forzada, sujetándose la rodilla con la mano.

—Yo me conformo, con que alguien vea más allá del envoltorio. Me gustaría dejar de ser la amiga simpática — ligero gesto de frustración.

Amy llegó a la zona común portando un pequeño bloc de notas donde habia ido apuntando algunas cosillas. Sonrió y fue directa a la zona de chucherías, los de Netflix estaban pendientes de ellas, de su bienestar, de su ansiedad, así que allí habia de todo. Refrescos, ganchitos, chocolate, y… ¡PALOMITAS!

Me voy a chupar los dedos ahora mismo con esto. Me voy a poner fina filipina a popcorn.

-¡Buenooooo chicas! ¿Qué tal, qué tal? Jaja. Yo he conversado con Kurt, Mike y Giacomo. El más simpático para mi ha sido el último, Giacomo. No tengo todavía un favorito claro, digamos que aún me falta por hablar con los otros tres que quedan. ¿Vosotras habéis sentido un crush fuerte por alguien? ¿Se os ha puesto el corazón a cien con alguno? ¡A mi no, jaja! ¡Pero si queréis contarlo adelante, soy toda oídos!

Empezó a masticar las palomitas exageradamente. CRUNCH, CRUNCH.

La verdad es que Amy me había caído simpatica. No me importaría irme de fiesta una noche con ella.

Bueno no me quejo , Mike me pareció un poco mas soso por asi decirlo Giacomo muy bien y Kurt poco hablador la verdad…pero bueno será cuestión de la cosa de estar en directo.

Reí con ella la verdad es que su risa era bastante contagiosa.

Joder la verdad es que me caes bien. ¿De donde eres? Si eres de New York cuando salgamos de aquí si quieres podemos ir tomar algo un dia. Me pareces super divertida y de un buen rollo contagioso.

En mi caso no he sentido ningún poderoso flechazo ni creo que lo haya provocado la verdad.

Con el paquete extra grande de palomitas en la mano Amy se acercó a Rebecca y le plantó un beso en la mejilla, así con todo su power. Muaaaaack,¡GUAPA! – como si ya se hubieran ido de fiesta las dos y estuvieran sujetándose la cabeza la una a la otra en la taza del wc.

-¡JAJA! ¡Tu también me caes bien! Y coincido contigo, nos ha tocado con los mismos chicos. Giacomo el más hablador, sin duda. Pues no… no soy de Nueva York, soy de Nueva Orleans, al menos lo de “Nueva” lo comparten nuestras dos ciudades, jajajaja. – le entró la risa estúpida. -Cuando salgamos de aquí si nos vamos juntas de luna de miel con algunos chicos nos tenemos que tomar algo en un chiringuito. Digo yo que nos llevaran a alguna playa*

Así se lo imaginaba Amy, playa paradisiaca, sol, tumbonas…

-Bueno, a ver, a ver, que esto de no verse es un inconveniente, también te digo… no puedes ver los gestos de la otra persona, como te mira o te sonríe y lo queramos o no, los gestos transmiten también una cercanía y calidez que si no nos llega con las palabras pues es más difícil hypearnos con ellos ¿no?

Natalie volvió más animada, sobre todo porque ya se le habían pasado los nervios.

-Yo hablé con Walter, Morgan y Arthur -relató -creo que todos fueron agradables pero solo sentí conexión con uno. Aunque me guardo el nombre, ya veremos qué pasa.

Guiñó un ojo, divertida.

-Espero que al menos tengamos charlas interesantes. Es díficil porque, como dice Amy, no puedes ver al otro. Aunque el tono de la voz te dé pistas, nunca es lo mismo.

Fue a buscar algo de beber y se sirvió en un vaso un poco de refresco. Luego volvió a su asiento, con el anotador entre sus manos tomando apuntes.

-Esto recién empieza...

Daphne volvió a la sala caminando descalza, tranquila y con los zapatos en la mano.

Miró como algunas de las chicas habían llegado ya , y se servían algo de picar. Le hizo un gesto a los dulces y las bebidas azucarada, un gesto algo triste y se decidió por algo sin azúcar.

Luego se acercó a un sofá, y pausada, se sentó acomodandose, dejando los zapatos a un lado. Parecía algo más calmada y menos nerviosa, cuando habló

— ¿Que tal os ha ido? Yo he conocido a Morgan, a Arthur y a Kurt. Me han parecido todos muy encantadores. A ver qué deparan las otras tres citas.

Da un sorbo de su refresco y luego, parece que va a decir algo, pero se calla y deja que hablen entre ellas.

Las observa, pensando el gran carisma que tienen algunas. Seguro que no tienen problema en encontrar o en encajar con alguien .

 Rachel entró, parecía más atrevida esta vez, quizá porque lo había pasado bien, quizá por la influencia de la cerveza.

Chocolate, palomitas, bebidas, en definitiva, de todo lo bueno. Rachel pasó al lado de todas esas tentaciones y, obviamente, cogió chocolate.

Más feliz que una perdiz se sentó con el resto de chicas mientras escuchaba sus impresiones y reía ante las ocurrencias de Amy. Cuando vió a Daphne descalza sonrió - eh, ¿has ido a la playa?¡ eso no vale! - le dijo mientras reía.

- Bueno yo he estado con Giacomo, Walter y Morgan, la verdad es que han sido todos muy simpáticos - le dió un bocado más al chocolate y continuó diciendo - había más de uno con quien sí he notado que era la conversación más divertida, como con Morgan que es bastante ocurrente y bastante atrevido - suelta una risilla -, pero definitivamente o al menos de momento no he sentido eso de "amor a primera oída" con ninguno. Es como dices tú Amy.. vamos a ciegas y no sabemos qué cara ponen cuando les estamos hablando. 

Mientras seguía comiendo palomitas, Amy escuchó atenta a todas las chicas. ¿Quizás ella era de las más mayores? Algunas de sus compañeras se veían chicas veinteañeras cuando Amy ya estaba en la treintena. 

-¡Me alegro mucho de que estéis menos nerviosas! ¡Y que hayáis disfrutado de las conversaciones! Que bien que tengas un favorito Natalie. - sonrió de corazón. Desde el principio Amy había deseado que cada una de ellas encajara con uno de los chicos. Aquello no sería de ningún modo una competición. 

-Tengamos fe. ¿Si? Daphne, Rachel, Rebecca, Sam... Vinimos al programa con la esperanza de hallar el amor. Quizás los chicos más callados o menos atrevidos estén esperando a conversar con todas para luego dar más de ellos mismos en la segunda ronda. Y si ocurre que no todas nos emparejamos, OK, no pasa nada. - intentó animar a sus compañeras.