Partida Rol por web

El viaje al final no fue tan placentero como debía, pues en el autobús los profesores que fueron con vosotros se encargaron de poneros en un orden aleatorio, básicamente para evitar situaciones incómodas de amantes en el colegio. Iban con vosotros la profesora de Inglés Tiranuka y el tirano de Hiyosota, por lo que más que un campamento de ocio podría convertirse en un campamento militar.

Al llegar y bajar del autobús veis una zona con muchos árboles, parecía que el campamento se extendía a los alrededores de un bosque muy frondoso, respiráis profundo y unos intensos aromas florales inundan vuestro olfato. A vuestra izquierda y derecha, antes del bosque hay unas cabañas dispuestas unas en frente de otras, y la luz tenue de la mañana se filtra entre las hojas de los árboles, dando suficiente luz para ver pero sin que ésta sea molesta. De repente aparecen unos gemelos con unos uniformes con orejas que os saludan a la vez, una chica y un chico. Podéis intuir que son gemelos porque hacen los mismos movimientos y hablan a la vez, muy sincronizados, ni la mejor performance podría hacerlo así.

- ¡Yo soy Ishiduru!.- Dice él.- Y yo Ishidura.- Dice ella.- ¡Somos los monitores del campamento Downhill!.

Comenzaron a explicar que los chicos tenían que dormir en las cabañas de la izquierda, y las chicas en las de la derecha. Comenzaron a hacer grupos, por lo que cada uno estaba concentrado para ver con quién le había tocado. Cada cabaña era para cuatro personas, por lo que compartirían con 3 posibles desconocidos. 

Gracias a que los profesores se encargarán de acomodarnos como mejor les parecía, mi viaje fue de lo más tranquilo y pude aprovechar para recuperar mis sagradas horas de sueño.

Al llegar al campamento, cogí mi bolso de viaje y descendí del bus con una expresión totalmente relajada, observé el lugar con detenimiento el lugar, intentando ubicar a Mayurit con la mirada.

Los monitores no tardaron nada en presentarse y empezar a asignarnos las cabañas.

Después de llegar por los pelos al autobús con mi bolsa de deporte que llene como maleta improvisada hecha a las prisas con todo un desorden concentrado en ella que iba a estallar nada más lo abriera, prácticamente me quedé todo el viaje roncando con la cara contra la ventana. Me chocó bastante que la profe Tiranuka y Hiyosota fueran los profesores que se iban a encargar de ser nuestras carabinas -No pienses en "eso", no pienses en "eso"... que si no no podré dormir- es lo que pensé antes de quedarme frita.

Me desperté cuando llegamos al destino. Con la bolsa colgada al hombro, sali del autobús y lo primero que hice fue inhalar una buena bocanada de aire fresco -Snifff... ahhh, que maravilla... sin olor a deberes- pense con una sonrisa en la cara. Intenté localizar con la mirada tanto a Hiroshi como a Mayurit... Y a Kenichi para tenerle controlado y no haga sus cosas.

Pero tampoco podría hablar con mi amigo gigantón; porque los gemelos Tweedle Dee y Tweedle Dum nos estaban organizando por grupos según el género -Je... jeje...- mi mente reía como una tonta -Jeje... estaré en el grupo de cabañas de Mayurit... ahora hay que tener suerte y que nos toque juntas- pense con una sonrisa en el rostro... ¡Viva por no tener pene! ¡Eso me haría tener proximidad con ella! ¡Yuju! Y lo mejor es que Kenichi, por muchos intentos que haga... ¡jamás podrá hacer desaparecer su pito! ¡JAJA!

 -¡EXCURSIÓOOOOOOOON!

Con ese grito vigoroso se había levantado Hiroshi Tameyama de la cama aquella mañana. ¡Que hoy era el gran día! ¡El día del campamento del instituto!

 -¡EXCURSIÓOOOOOOON!

Hiroshi se vistió rápidamente, desayunó como un campeón y se marchó corriendo al colegio con su equipaje metido en una gran mochila.

 -¡EXCursiooooon…

Lástima que el entusiasmo se le cortara cuando estuvo en el bus con Tiranuka-sensei e Hiyoshota-sensei. ¿Por qué tenían que tocarles unos profesores tan duros y estrictos en el bus? Ni canciones, ni juegos, ni ninguna de esas actividades que molaban tanto en los viajes escolares. Pero en el fondo de su corazón, el entusiasmo aún ardía. Porque después de todo, ¡se iban de excursión! Y los campamentos siempre, siempre molaban. Aunque tuvieran profesores estrictos y duros como compañeros de autobús.

Nada más llegar, Hiroshi respiró hondo. El aroma a campo era revitalizante y embriagador. ¡Sólo por eso había merecido la pena el sórdido viaje! Pero la atención del grandullón se desvió rápidamente del bello paisaje a los gemelos que les dieron la bienvenida. Así que ellos serían los monitores del campamento… ¡Y él que pensaba que serían los profesores! Bien, eso significaba que tendrían oportunidades de divertirse durante el tiempo que se quedaran allí.

Tras presentarse, les enseñaron las cabañas en las que iban a dormir, chicas por un lado y chicos por el otro. Cosa que Hiroshi entendía a la perfección, lo último que se debía permitir en un campamento destinado a endurecer el carácter eran situaciones incómodas entre chicos y chicas, sobre todo porque por "chicas" Hiroshi pensaba en su buena amiga Mika y en su queridísima Mayurit, demasiado pura como para sufrir una situación de esas. Así que, con el entusiasmo de nuevo por las nubes, el grandullón fue a su cabaña para dejar su equipaje y conocer a sus compañeros de cuarto.

Los monitores ordenaron que pusieran las maletas en las cabañas y que empezaran a desempaquetar todo a tiempo para empezar la actividad del día lo antes posible, así que cada uno se fue a su habitación y comenzó a escoger litera lo más rápidamente posible. En diez minutos debían de reunirse en la piscina con el bañador y una toalla, así que tenían que darse prisa.

Al entrar a la habitación una chica muy familiar te dio la bienvenida al cuarto. ¡Era Mayurit! Al fin dormiríais en la misma habitación, con otras dos huéspedes que no se habían presentado aún en la cabaña, aunque lo harían en pocos minutos.- Así que estamos juntas ¡Qué ilusión! Vamos a ser las mejores amigas, no me gusta compartir con todo gente desconocida.- Dijo Mayurit mirando fijamente tus ojos y colocándose bien el cabello.

Al entrar a la habitación coincidisteis ambos. Mirasteis a vuestro alrededor y no visteis a nadie más, pues seguramente vuestros dos compañeros de cabaña se habían despistado. Había que vestirse lo más rápido posible con vuestra ropa de baño, pues el primer juego comenzaría pronto.

Escojo una cama cerca a la ventana para disfrutar del aire fresco.

Rápidamente acomodo mis cosas y me pongo el bañador, uno tipo pantalón corto que cubre sólo hasta la mitad del muslo y cuenta con un par de bolsillos para guardar cosas.

Cojo mi toalla, unto algo de bloqueador en mi cuerpo y me reuno con el resto del grupo.

Una vez con el bañador puesto, me reuno con el resto del grupo cubriendo mi torso con mi toalla al menos al inicio, pues conforme va llegando el resto de personas, procedo a quitarme la toalla exhibiendo sutilmente mi musculatura.

Luego doblo mi toalla con cuidado y la pongo a un lado, pues no quiero ensuciarla, pues podría necesitarla luego. Una vez con todo dispuesto me siento en el suelo mientras llegan los demás.

Hey chicos por aqui. - digo a modo de saludo al ver llegar a Mika y Hiroshi.

Cuando entré por la puerta y vi que dentro se encontraba una pelirroja de sonrisa encantadora... dentro de mi cabeza estaba bailando salsa con la música más feliz de este universo -Si, si... ¡SIIIIIIIIII! ¡Mayurit está en mi cabaña! ¡YUJUUUUUUU!- grité en mi cabeza con una gran sonrisa en mi cara -¡Mayurit! Me alegro de verte- le dije contenta para saludarla mientras dejaba mi bolsa en el suelo.

A cada palabra suya hacía que mi corazón se saltase latidos uno tras otro mientras me alegraba de forma exponencial -¡Por supuesto que si lo seremos! Así podré allanar el camino para cuando te declare mi amor incondicional- pensaba mientras asentía a lo que me decía -Me parece perfecto Mayurit. Yo también me alegro de estar con alguien a quien conozco y me cae bien en la misma habitación... ¡pasaremos un campamento divertidisimo!- dije contenta con una sonrisa. Tenemos que salir pronto en bañador para ir a las actividades del campamento... ¿vería a mi waifu cambiarse delante mía? Lo dudo, pero sería la primera en verla en un estupendo bañador, jejeje -Bueno, hay que salir hacia la piscina rápido, así que... ¿que litera prefieres? ¿Arriba o abajo? ¿Y quien se cambia primero? A mi no me importa lo que elijas- le pregunté con tono simpático para agilizar el proceso de selección. Y saber si primero voy a cambiarme yo o quiere ser ella la primera.

Mayurit mientras hablaba ya había comenzado a desnudarse, sin darle importancia ni saber que su compañera se podía sentir atraída por las mujeres, aunque sí se puso de espaldas. Te quedaste paralizada hasta que se puso el bikini y se dio la vuelta.- ¿Aún estás vestida? ¡Tenemos que darnos prisa!.- Dijo mientras sonreía a su nueva mejor compañera.

Se me saltaron varios latidos el corazón cuando Mayurit se comenzó a desnudar delante mía, pese a que lo hiciera de espaldas... ¡Dios bendiga que sea una chica! ¡Este es el MEJOR campamento de mi vida! Terminó poniéndose un precioso y seductor bikini de tono celeste. Estuve unos segundos en silencio un pelín ruborizada, pero conseguí reponerme rápido -Uy perdón, ahora mismo me visto... es que soy un pelin pudorosa, jeje- le dije contenta y algo roja, mientras me daba la vuelta para coger mi bañador... si ella podía, ¡yo tambien! De espaldas a ella me fui desvistiendo y desnudando, mientras me ponía el bañador... no es que fuera mucho de bikini, yo prefiero los de una pieza.

Una vez ya vestida me giré sonriendo -Pues... ¡nos vamos!- le terminé diciendo mientras ya nos íbamos al lago, habiendo cogido las toallas antes.

Después de cambiarnos y de estar espectaculares las dos, yo y Mayurit salimos de nuestra cabaña para dirigirnos al lago cargando las toallas. Yo con un bañador deportivo negro-azul oscuro de una pieza que resaltaba mi esbelto cuerpo en muy buena forma física (modestia aparte), y Mayurit con un bonito bikini celeste de dos piezas que le quedaba genial, en mi opinión.

Saludaba con la mano a los amigos y amigas que me encontraba con una sonrisa en la cara... hasta que vi de fondo a Nobunaga indicando que "Por aqui" y mi sonrisa falló durante un momento... que pocas ganas tengo de irme con él. Pero supongo que Mayurit puede que quiera ir. De momento solo le saludé con la mano... ya me acercaría a él si Mayurit daba el primer paso.

Mayurit siguió a Mika mientras la agarraba de la espalda como si fuera una amiga y juntas fueron a la piscina hasta la zona donde se encontraba Kenichi, que lucía un cuerpo espectacular aunque Mayurit no parecía reparar en ello, cosa que no sería de extrañar viendo el abusón más bien poco cuidado que tenía de "novio", o eso creíais.

- Hola Kenichi ¿Has visto que guapas estamos?.- Acto seguido miró alrededor.- ¿Dónde está vuestro amigo... el... grandullón?.- Dijo mirando alrededor.

Pues, la última vez que lo vi estaba en la cabaña, aunque ya se está tardando un poco, creo que será mejor que vaya a buscarlo. - anuncio con serenidad, mientras me cuelgo la toalla al hombro.

Ya vuelvo, no tardo. - añado mientras echo a andar hacia la cabaña, un tanto intrigado por el retraso de Hiroshi.

Sabía que era poco probable que algo malo le hubiera pasado al bueno de Hiroshi, en especial porque el grandullón solía empatizar con todas las personas que lo conocían.

Tras haber dejado el equipaje encima de su cama, cerca de una ventana como la de Kenichi y procurando que fuera en el lado este de la cabaña para que el sol le sirviera de despertador todas las mañanas, Hiroshi se puso su balador también para ir a la piscina con sus compañeros. ¿Estaría Mayurit por allí en… en bañador? Nada más imaginársela, Hiroshi casi se derritió con tan maravillosa imagen. Su adorada estaría tan perfecta con un bañador mono que resaltara su belleza natural…

Totalmente entusiasmado con la idea, y después de haberse quedado paralizado en el sitio fantaseando durante 20 minutos de reloj, Hiroshi salió corriendo hacia la piscina con su bañador puesto, las chanclas en los pies y la toalla al hombro. Tan rápido iba que se cruzó con Kenichi sin verle, parando de correr al llegar a su objetivo. O más concretamente, al llegar a donde estaban Mika y Mayurit.

Con el sol a su espalda, la llegada del enorme muchacho fue de lo más dramática, apareciendo ante las chicas como un imponente golem en bermudas. Lástima que el aspecto serio le durara un instante, al ver a su adoradísima Mayurit con aquel bikini tan encantador.

 -Heeeeey, hola chicas, ¿qu-qué tal estáis?

Hiroshi-ku.... - digo mientras lo veo pasar a mi lado cual torbellino, afortunadamente para mi, tan sólo me había alejado un par de metros de las chicas, por lo que no me costó mucho tiempo volver con el resto del grupo

Vaya que andas algo distraído hoy Hiroshi. -digo dándole una palmada en el hombro al grandullón mientras paso a su lado con tranquilidad.

Sonreí cuando escuché a Mayurit preguntar lo "guapa que estamos"... en plural. Seguramente lo ha dicho por educación, pero de todas formas lo disfruté igual -Pues claro que lo han visto, para no vernos- dije respondiendo con una gracieta divertida con las manos tras la nuca. Cuando preguntó por Hiroshi, la verdad es que no sabía responder. Por aquí desde luego no está... es alguien que se ve a simple vista. Aunque Kenichi dijo de ir a por el a ver que hacía y porque tardaba tanto -Vale, de acuerdo- le dije a Kenichi mientras se iba -Pero si no vuelves tampoco me voy a morir... más piscina para mi y Mayurit- pensé.

Pero vaya por Dios, no tardó casi nada en volver detrás de Hiroshi que corría cual montaña con piernas -Joder... si es que es una montaña de músculos... normal que la puerta no sobreviviera a su arrollo... es como un rinoceronte- pensé mientras el chico saludaba -Hola Hiroshi-kun. Pues estamos muy guapas, ¿no crees?- le saludé y le pregunté de colegueo con una sonrisa en la cara. Ya cuando se acercó también Kenichi (que remedio si le caía bien a Mayurit) continué hablando -Y bueno, ¿que pensais que va ha ser la primera actividad del campamento? No creo que nos vayan a meter a todos en la piscina a la vez- pregunté a todos en general... ¿sería una carrera de relevos? ¿Una yincana? Fuera como fuera -Si es algo de parejas... ¡Me pido a Mayurit!- dije contenta y de forma simpática.

Tras escuchar escuchar las palabras de Mika, asiento con tranquilidad.

Efectivamente, ambas son muy hermosas. En cuanto a la primera actividad, pues sólo Dios sabe de que se trate.

Sin embargo no me parece correcto que pidas como compañera a Mayurit, en especial sin consultarle antes, después de todo, no sabes si ella desea hacer equipo con Horoshi o conmigo. - digo cruzándome de brazos con expresión seria.

Personalmente me haría muy feliz si Mayurit accediera a hacer equipo conmigo, pero lo dejo a su total criterio. - añado con un tono de voz un tanto más suave.

Como te atreves a tratarla así ¿Acaso crees que ella es un objeto al cual puedes simplemente tomar? No, a las personas debe tratárseles con el debido respeto y ello implica no tomar decisiones sobre su vida sin pedirles previamente su conformidad. - pienso un tanto irritado.

Al escuchar la pregunta sobre si estaban guapas, la cara del grandullón se puso del color de los tomates maduros y empezó a soltar una serie de tartamudeos ininteligibles que ni siquiera el traductor más experto habría conseguido descifrar.

¡Menos mal que el tema cambió a otra cosa completamente diferente o el pobre Hiroshi se habría quedado bloqueado!

 -Pues… ¡Yo creo que va a ser una prueba por equipos de cuatro! Así que podremos ir todos juntos en el mismo equipo si queréis. Y no habrá que decidir quién se va con quién, ¿no creéis que es lo mejor?

Sabía que Mika y Kenichi eran muy buena gente y evidentemente estaban preocupados por Mayorit, de ahí que quisieran ir con ella durante las pruebas del campamento. Después de todo, hacía poco había habido un problema muy tenso con el supuesto “novio” de la adorable Mayurit. Cualquier persona con un alma se preocuparía por una chica tan maja y encantadora como su queridísima pelirroja.

 -Y si no hacéis pie y no se os da bien nadar, no os preocupéis, que yo os llevo a hombros sin problema.

Hiroshi se dio un golpe en el pecho en un gesto de clara confianza. Aquellos eran sus amigos. Sus mejores amigos. Y él se encargaría de que pasaran el mejor de los días en el campamento.