Partida Rol por web

Al ver a la rival de Mayurit, sentí que algo no iba bien, era evidente que era una luchadora con experiencia, dura como la piedra y que no dudaría en atacar con todo.

Por un instante sentí la necesidad de tomar el lugar de Mayurit, pero evidentemente no lo haría, pues este era su momento no el mío y ya le había mostrado un par de buenos movimientos.

Puedes lograrlo Mayurit, sólo sácala rápido de balance y la gravedad hará el resto. - digo con una sonrisa cálida.

Por puro instinto me puse en el borde de la piscina, listo para acudir en rescate de Mayurit si Lucinda la dejaba inconsciente, una vez allí, me aparto un poco para darle espacio a Mayurit para que pueda saltar libremente a la piscina.

Una última cosa Mayurit, manten bajo tu centro de gravedad colocando tus piernas semiflexionadas de esta forma. Ahora ve a por ella con todo. - añado intentando motivar a Mayurit.

Hiroshi se tensó todo entero al saber que su pequeña, preciosa, delicada y perfecta Mayuris iba a enfrentarse a... ¡Eso! ¡Que parecía el típico personaje de videojuego que tenía el combo mortal más potente! ¿E iban a hacer que Mayurit se enfrentara a eso? El muchachote entró en pánico, ¡esa luchadora iba a machacar a su amada! En la cabeza de Hiroshi pasaron muchas cosas, como pedir que se cancelara el combate, llevarse corriendo a Mayurit de allí o disfrazarse de mujer para sustituir a su amada entre mil cosas más.

Sin embargo, al ver cómo Kenichi y Mika animaban a Mayurit... ¡No, no le daba nada de confianza que sus amigos confiaran en que podría ganar! ¡La preciosa y delicada pelirroja no era rival para esa mujer! Sin embargo, Hiroshi no detendría el combate. Porque estaba viendo el efecto que los ánimos y los consejos tenían en su amada. Veía la confianza en sus ojos. Y tratarla como una debilucha sólo haría que ella le odiara.

Hiroshi se acercó a la pelirroja y alzó el pulgar.

 -Es toda tuya Mayurit, no tiene nada que hacer contra ti.

No se lo creía ni por asomo, pero ya que sus amigos la apoyaban, ¿por qué no iba a hacerlo su futuro novio/marido? Eso sí, pondría toda su atención en el dichoso combate y como viera sufrir a Mayurit, saltaría al escenario de combate para rescatarla.

Mayurit alentada por sus compañeros subió a la colchoneta, y un poco desorientada tomó el BO que le dieron. Esa mujer parecía tremendamente buena, pero al fin y al cabo estaban allí para pasarlo bien y allí nadie tendría maldad, lo máximo que podría pasar era que la tiraran al agua antes de que se diera cuenta. El combate comenzó y Lucinda esperó a que Mayurit atacara, mientras ambas daban vueltas alrededor de la pista. Cuando Mayurit lanzó su primer ataque pilló un poco de imprevisto a la luchadora, ya que el palo tocó su hombro e hizo que casi cayera, pero supo corregir girando sobre sí misma y golpeando las piernas por debajo a Mayurit, lo que hizo que la muchacha quedara de rodillas mientras Lucinda seguía girando sobre sí misma mientras hacía unos movimientos rotatorios alrededor de su cuerpo con el BO para que cogiera más velocidad y pegara más fuerte su próximo golpe.

Efectivamente parece que todos lo visteis a cámara lenta, en uno de sus giros tomó el bo con la mano derecha y haciendo un movimiento de apertura mientras giraba hacia su derecha golpeó la cara de Mayurit con una gran fuerza, de tal forma que la chica salió despedida al agua inconsciente, y seguramente con alguna herida, pues había sido un golpe contundente. Lucinda recogió el Bo detrás de su espalda y una risa malévola salió de su boca, mientras exclamaba.- ¿Eso ha sido todo? Menuda perdedora.

Desde luego, ver a Mayurit en la plataforma junto a aquella rival de aspecto tan imponente... ¡pero yo estaba animándola desde el borde de la piscina con todo el ímpetu que tenía! -¡Vamos Mayurit!- la animé cuando le vi encajar el primer golpe... pero una parte de mi se olía lo peor al ver como la oponente paraba aquel golpe.

Entonces, la chica dejó a la pelirroja de rodillas con un golpe en las piernas... y empecé a ver como preparaba aquel golpe girando el bo y si misma -Ay no...- balbuceé dejando de animar a Mayurit, realmente preocupaba por ver lo que se venía.

¡Mayurit!- le grité cuando recibió aquel golpe en la cara. Sin pensarlo ni meditar un segundo, me lancé al agua de cabeza acercándome a Mayurit a nado a toda la velocidad que podía. Parecía que había quedado inconsciente en el agua... ¡eso era muy peligroso! Podría entrarle agua en los pulmones, por lo que lo primero que haría al alcanzarla sería sacarle la cara del agua y acercarla al bordillo. Quizás hasta habría que hacerle el boca a boca... y estaba demasiado preocupada como para fantasear con la idea -¡La has dejado inconsciente, subnormal!- le grité a la chica mientras estaba en el agua... ¿encima se reía? Gilipollas, espero que no te encontrase fuera de la piscina porque si no le partía la cara a batazos o con mis propias manos.

Al ver a Mayurit caer al agua, me arroje de inmediato, aunque esta vez Mika fue más rápida que yo, por lo que me limité a ayudarla.

Deja de gritar y vamos a sacarla del agua, ya yo me encargo de ella luego. - le digo a Mika mientras trato de ayudarla a sacar a Mayurit de la piscina.

Una vez con Mayurit fuera del agua lo primero que hago es comprobar que respire...

Hiroshi se había puesto a animar a su adorada pelirroja junto a Mika, como la animadora más grande y menos femenina del mundo. Sin embargo, todo su entusiasmo cayó en picado en cuanto Mayurit empezó a recibir impactos por toda partes, finalizando con su aplastante derrota. Pero lo peor no fue eso, no. Lo peor sin duda fue el cómo su rival la despreció. Como si fuera una basura, un deshecho humano. ¡Su Mayurit! ¡La criatura más preciosa y perfecta de la creación, tratada como si fuera un desperdicio! Decir que aquello enfureció a Hiroshi, era un eufemismo.

Menos mal que Mika y Kenichi se habían ocupado de rescatar y atender a la pelirroja, porque el enorme muchacho lo estaba viendo todo rojo en esos momentos. A grandes zancadas se acercó a la rival de Mayurit y la agarró por el hombro. Intentando aparentar ser aún más grande de lo que ya era, se acercó a la cara de la chica para decir:

 -¿De qué vas? ¡Esto es una competición amistosa, no una lucha a muerte! Como le hayas hecho daño a Mayurit, te doy mi palabra de que no dejaré que te vayas de rositas.

Hiroshi normalmente era un chico tranquilo y aunque le gustaba pelear, siempre era en el contexto depotivo, donde nadie se hacía daño y todos quedaban como amigos. ¿Meterse en líos? ¡Él nunca! Pero había ocasiones en las que los elementos adecuados se alineaban para convertir al amable gigantón en una masa de ira incontrolable. Y eso era lo que acababa de pasar.

La luchadora ignoró las palabras de Mika pero sonrió mientras veían cómo iban a socorrerla. Entonces alguien subió a la plataforma y la agarró por el hombro. Ella dio un guantazo a su mano haciendo que dejara de agarrarla y ágilmente se puso en posición defensiva, guardando su bo detrás pero con la otra mano abierta delante de ella.- Vaya, el gordito se cree un luchador de sumo.- Rió mientras asintió con la cabeza.- Lo que le he hecho a ella no es ni un rasguño comparado con lo que te puedo hacer a ti ¿Quieres comprobarlo?.- Su mirada se acentuó y se volvió más sádica aún, haciendo sentir tremendamente incómodo a Hiroshi, que se quedó sin palabras. El miedo comenzó a apoderarse de Hiroshi, parecía mucho más peligrosa cuando estaba en frente.

Mientras tanto Mika y Kenichi sacaban a Mayurit del agua e intentaban hacerle una maniobra para recuperarla. Los presentadores parecían bastante descolocados, como que la situación les superaba y no se atrevían a decir nada, pues todo había sido muy violento y extraño.

Hiroshi retrocedió un paso ante la amenazadora presencia de aquella mujer. ¿Así que se había estado conteniendo durante el combate contra Mayurit? Y eso significaba que se había metido en un lío de narices. ¡Pero aunque estaba cagándose de miedo, no iba a retroceder! ¿Qué clase de hombre sería si retrocedía ante el peligro que había dañado a la mujer que amaba?

 -No-no me das miedo. ¡Y ser luchador de sumo es un honor pasado de padres a hijos desde tiempos de mi bisabuelo, no insultes a mi familia!

Porque que se metieran con una de las tradiciones familiares más importantes de la familia Tameyama hacía que el corazoncito de Hiroshi doliera.

 -¿Quieres pelear? ¡A-adelante, no retrocederé ni aunque uses esa cara de bruja para asustarme!

Porque había algo mucho más grande que su miedo. Su amor por Mayurit. Y por ella estaba dispuesto a pelearse con el mismísimo Rey Enma si hacía falta.

Parece ser que Mayurit necesitaba atención médica cuanto antes, pues sus compañeros no habían logrado reanimarla, y si esto era así puede que lo que le estuviera ocurriendo fuera más grave de lo que pensabais.

Mientras tanto Hiroshi había retado a la sádica luchadora, que sonrió con aires de superioridad, tiró el boo acolchado y un nuevo boo desde la orilla salió disparado hacia su mano. Este tenía pinta de que iba a doler más, pues parecía de madera con las puntas metálicas. Se puso en posición defensiva, con el bo sostenido en la espalda y la mano izquierda hacia delante con la palma hacia arriba.- Ven a vengarte entonces.- Dijo esperando que el grandullón atacara primero.

Al ver que Mayurit no reaccionaba, la tomo en mis brazos y me dirijo de inmediato a la enfermería, pues no sabía que no había tiempo que perder, ya luego ajustaría cuentas con Lucinda, eso si es que Hiroshindejaba algo para mi.

Mika apártate por favor voy a llevarla a la enfermería volveré tan pronto ella se encuentre estable, dile a Hiroshi que tenga cuidado, esa loca va muy en seriony si la trata con caballerosidad, puede que termine con alguna costilla rota.

En cuanto Mayurit esté bien, vendré a ajustar cuentas con Lucinda a menos de que Hiroshi la desmadeje primero.

Dicho esto echo a andar con Mayurit en brazos hacia la enfermería.

Mierda, Mayurit no recobraba el sentido... mierda, podía tener una conmoción, o quizás se le había alojado agua en los pulmones. Esto era muy malo -No responde a la reanimación, ¡necesita atención médica urgente!- dije, antes de mirar hacia los supervisores hermanos -¡Llamad a la enfermería y que vengan para acá!- le dije alertada a ambos.

Pero entonces... vi como Kenichi hacia la estupidez más grande que había visto el día de hoy. Sin ningún cuidado ninguno la cogió del suelo y la levanto mientras me decía que me apartase -Pero... pero...- iba diciendo, mientras que el gilipollas, porque otro nombre para mi no tenía, parecía que se la iba a llevar corriendo -¡DETENTE SUBNORMAL PROFUNDO!- le dije increíblemente enfadada, hasta el punto de no contenerme los muchos insultos y palabras soeces que tenía dentro. El me pedía que me apartase, pero no me moví ni un centímetro y me planté frente de él -¡¿Es que en tu puta vida has atendido a las lecciones de primeros auxilios antes de hacerte el "héroe"?! ¡Suéltala en el suelo ahora mismo!- le ordené al chico -¡Puede que tenga una conmoción! ¡Y EN ESOS CASOS NO HAY QUE MOVER AL HERIDO O PODRÍA SER PEOR! ¡IDIOTA!- le expliqué al chico... es que no podía ser más subnormal. Porque encima se la había llevado para estar a solas con ella... importándole una mierda su estado de salud... imbécil. Entonces miré a los supervisores de nuevo -¡AHORA SI QUE LLAMAD A LA ENFERMERÍA ANTES DE QUE ESTE IDIOTA LE HAGA ALGO PEOR!- terminé gritándoles.

¡Ayudas o te apartas! - sentencio con firmeza. - Está entrando en cianosis, necesita oxigenación ya, eso lo sabes tan bien como yo.

¿Qué diablos le pasa a esta loca acaso no ve que sus arrebatos sólo empeoran las cosas? - pienso mientras le lanzo dagas con la mirada.

¿Por qué diablos te entrometes? Quiero salvar su vida y tu me retienes aquí, ella necesita oxigenación y posiblemente una nebulización. 

¿Acaso crees que van a traer el equipo hasta aquí? ¡Abre paso por todos los cielos! - le grito a Mika mientras observo a Mayurit acunada en mis brazos.

A veces te comportas como una niñata insoportable, no entiendo que te traes, pero si algo le pasa a ella será tu culpa necia del demonio.

En serio, este chico me estaba irritando mucho -¡Si! Se que esta mal... ¡por eso mejor dejarla donde esta! ¡Porque también sabes igual que yo que tanto una máquina de nebulazión como una bombona de oxígeno son portátiles! Nosotros debemos continuar con las compresiones y la respiración asistida hasta que los profesionales vengan- le dije al chico enfadada -¡Claro que traerán el equipo! ¡ESE ES SU TRABAJO COMO ENFERMEROS, Y EL NUESTRO ES QUE SIGA RECIBIENDO OXÍGENO DE MIENTRAS! ¡Tu, nervioso y con los pies mojados, lo único que conseguirás corriendo con ella en brazos es arriesgarte a que empeore por el movimiento!- le dije. Joder... ¿de verdad cree que unos enfermeros no van a traer el equipo adecuado si se les avisa para que vengan y lo traigan? ¿Es idiota o que? ¿De verdad cree que tiene razón?

¡No me pienso mover de aquí, y tu tampoco! Yo seré una niñata insoportable, ¡pero tengo razón! ¡Y el único que esta poniendo a Mayurit en peligro por tratar de hacerse el "héroe" eres tu idiota! ¡Dejala tendida en el suelo! Yo comprimo y tu le haces el boca a boca, ¿tan difícil es hacer lo que nos han enseñado siempre en 1º Auxilios o te la tengo que quitar a la fuerza y llamar a otro?- le di ese ultimatum al chico.

El miedo había hecho mella en el grandullón a base de bien, pero no pensaba dejar que se le notara, vaya que no. Adoptó una postura de combate y salió corriendo para atacar a la luchadora a cuerpo limpio. Y entonces fue cuando se dio cuenta, ¡que ella ya no llevaba el bo de prácticas! Pero ya era demasiado tarde para parar su enorme mole a la carrera.

Los puñetazos y golpes de sumo que Hiroshi lanzó a Lucinda fueron bloqueados por la dura madera y el acero del bo, haciendo que Hiroshi acabara haciéndose daño en las manos. Pero lo peor no fue eso, porque después de su ataque vino la respuesta de Lucinda. Y ella no se anduvo con chiquitas, oh no. Lanzó una serie de ataques rápidos y precisos que golpearon al muchachote con fuerza en todo el cuerpo. Aquel maldito bo hacía un daño infernal, pero a pesar de ello, Hiroshi no emitió ni un solo grito de dolor.

Cuando el ataque de la chica terminó, el grandullón aún seguía en pie, magullado y seguramente con lesiones severas, pero aún no había caído.

 -¡Esto aún no termina! ¡No te perdonaré jamás lo que has hecho!

Intento avanzar pese a las réplicas de Mika intentando abrirme paso sin lastimarla, pero con Mayurit en brazos me resulta muy complicado.

No me lo podía creer... incluso teniendo a Mayurit entre sus brazos, el idiota trato de pasar por encima mio apartándome -¡Idiota!- le dije frenando sus avances, frenando su intento y sus movimientos agarrándolo de los hombros. Podría hacerle cientos de llaves diferentes para dejarlo en el sitio... pero con la pelirroja en sus brazos, lo mejor que pude hacer fue agarrarle muy fuerte de los hombros de forma que no pudiera moverlos... así al menos la pelirroja no se movería demasiado -¿Se puede saber que intentas? ¡¿Moverla mucho más intentando apartarme para que le de algo serio?! ¡Suéltala ahora antes de que le pase algo o os mando a los dos al suelo!- le terminé diciendo mirandole de manera muy seria. No me sería muy difícil ponerme detrás suya y con una llave ir haciendo que se caiga al suelo lentamente junto con Mayurit.