Partida Rol por web

-También puedes luchar para proteger a tu familia.-añadí a las inspiradoras palabras de Yuzuki. De repente me sentaba mal tras conocer una parte de su trágica historia, no tener familia debía de ser horrible.-Una hermana, una madre...-continuo, esta vez mas para mi misma que para los demás.-¿Que harias sin ellos?

Aún así el siguio en sus trece, sin aceptar la peticion. Suspire y decidí desistir de la idea de que se uniera a nosotras, total, no es que me cayera muy bien. En ese momento me fijé en que no nos habíamos presentado ante Noir, y eso que él nos había contado todo lo que sabía. Me agache ante él para estar a su altura y le tendí la mano, aunque enseguida recordé que le atravesamos, ya que no tiene un cuerpo fisico, y la retire.

-Yo soy Daishi Aoi.-le dije con una amplia sonrisa.-Tengo 15 años y... ¿tú sabes cual es mi poder?-le pregunte finalmente tras dudar unos momentos que decirle.

comprendo.....

suspira

es un incombeniente, pero, es comprensible, asi que, haz lo que consideres, chico

tras eso, mira a aoi

encantado aoi, justo ahora no lo se, pero, si me concentro lo suficiente, puedo llegar a saberlo y te daria la mano, pero, no tengo cuerpo

Entonces vamos a por todas :)

-Kimura es una pena que no te unas, pero entiendo tu decisión, seguiré guardando tu piedra por si cambias de opinión, aunque no entiendo porque dices "que lo sientes por mi y por el vacío que dejaré" si  no tengo a nadie, en todo caso pensaré que me has cogido cariño en estos días de clase y en este rato- Digo con voz todo lo posíblemetne alegre de la situación. -Creo que esto es una despedida- Ya con voz mas apenada, realmente es un buen chico tras su apariencia agresiva. -Bien Noir, instruyenos.

Me giro, desesperado, partiendo de un mordisco y engullendo la piruleta, terminando por escupir el palo de la misma.

¿Pero de verdad estais de acuerdo, no sólo con seguir las locuras de unos restos energéticos con forma de conejo, si no además de querer inmiscuir a más gente con la radiación de los pedruscos esos?

Mi voz suena exhasperada ante la aparente falta de lógica tanto en la frase como en esa misma lógica que ambas parecen comprender mientras que a mí se me escapa. Desciendo airado de nuevo hacia el ser, viéndome incapaz de dejar a estas dos inconscientes en el borde del abismo.

Tsk... No te creas tan importante, chica... Pero seguro que alguien llorará tu pérdida. ¿Y qué harás entonces? ¿Podrás resucitar para consolarle? -resoplo de mala gana- Poderes decís... Yo no malgastaría sus energías, las residuales, en cotillear eso, si no en que nos explique qué y cómo. -saco una piruleta y comienzo a abrirla, en pos de calmarme- No te vas a librar de mí con tanta facilidad... Total...

Puestos a morir... Concluyo con un pensamiento mis palabras a la par que dirijo la piruleta a mi boca.

- Para empezar: sólo los llevamos Aoi y yo, si los cogiera otro probablemente se extendiera más, aparte, tu has decidido y nosotros también, así que deja de portarte así, y en lo de creerme importante, no lo hago, pero aya tu, algún día he de morir, puede ser en un accidente, en un asesinato o en una misión suicida. Y Como bien he dicho y repito es MI decisión, lo único que varía es la edad.- Miro con el ceño fruncido a lo poco abierto de su mente, porque dice que no quiere saber nada del tema y se pone de esos humos al vernos a nosotras aceptar. Desde luego es un chico de lo más raro ¬¬..... Pero en una cosa tenía razón y era en que nos explicara en el "qué" y "como"

ok, entonces, esta decidido, podemos hacerlo aqui, o en algun sitio que os sintais mas comodo, yo estare en cualquier sitio donde esten esas 3 piedras, y sobre lo de mis energias, se gastan aunque no haga nada, me queda aproximadamente una semana de existencia, luego, desaparecer, y tendreis que seguir solos

en esa ultima parte, agacha un poco la cabeza apenado

Ignorando la discusion de Yuzuki y Masaru, sigo hablando con el pequeño ser rosa. Al verle triste, le paso la mano por la cabeza. Aunque no le pueda tocar, seguro que nota que le intento consolar.

-Pues aprovechemos el tiempo.-le digo con una sonrisa.-Podemos ir a mi casa, no esta lejos de aqui y seguro que no hay nadie que nos moleste. ¿Que os parece?-les pregunto girandome hacia mis compañeros, que siguen enzarzados en una pelea. Suspiro con resignacion y me levanto.-Masaru, ¿seguro que no te quieres unir a nosotras?-echo una mirada rapida de reojo al conejo.-¿No tienes a alguien por quien luchar? Al menos hazlo por el planeta y los humanos.

Paro en seco al oír a Aoi ofrecer su casa y conocer que a nuestro nuevo y "pequeño amigo" le queda solo una semana de vida y no dudo en preguntar:

- ¿Aoi tu donde vives?, ¿vives aquí en la cuidad no?, ¿tu no tenías alguna hermana?, yo vivo sola allí en la montaña, no está muy lejos y es bastante acogedor-. Digo mientras miro y señalo el lugar de donde estaría mi casa. .-Podemos ir allí, es un sitio apartado y nadie nos molestará, ademas el ruido se perderá por el aire y no se armará tanto escándalo, eso quitando que no sabemos que quiere mostrarnos :-/. ¿Que opinais?

Cierro los ojos mientras escucho el incesante parloteo de los tres. Seguro que el bichito es hembra... No puedo evitar pensar. Chupo lenta y placenteramente mi piruleta tratando de recobrar el control que aún no he llegado a perder.

Hablais demasiado... -son mis primeras palabras que no puedo evitar mascullar, mientras la piruleta ha llegado a mi mano de algún modo indescifrable- No lo veo correcto: en tu casa vive tu familia... Y podrían contaminarse. La parlanchina vive sola...

Digo, como si quizá fuese algún tipo de conclusión, llevándome una mano al mentón para asumir una pose pensativa, al darme cuenta de que tengo la piruleta, vuelvo a llevarla a mi boca, darle un lametazo, y sacarla para continuar hablando.

Poniéndome en el peor de los casos y de que este bicho tuviese la razón... Y de que de algún modo conociese a esa raza... Lo cual es absurdo, cuanto menos... Y quitando que en ese caso, la vida de este planeta sería absolutamente lo de menos... -crujo mi mano sin la piruleta mientras una mueca, casi similar a la de un monstruo o alguien sin escrúpulos, se dibuja en mi rostro- Les destruiré a todos y cada uno de ellos que se interponga en mi camino.

Mi rostro vuelve a ser normal, e incluso dibuja una sonrisa al volverse hacia Aoi.

¿Responde eso a tu pregunta, pequeña?

-Vivo a unos pocos minutos de aquí, no tardariamos nada. Mi madre seguramente no estará, y sera fácil convencer a mi hermana para que no nos moleste, o incluso que se vaya con la vecina.-explico, aunque tampoco me parece mal la idea de Yuzuki, yo solo propongo ideas por si mas adelante necesitamos mas sitios.-Y también hay un parque cerca de aqui, a esta hora habran pocos niños, pero aún así hay bastantes rincones donde nunca hay nadie y podamos hablar.

Sin dejarme intimidar por el gesto de Masaru, frunzo el ceño.

-¿Sabes que esta "pequeña" tiene nombre? Es Aoi. A-O-I.-digo alzando la voz y deletreando mi nombre para que se entere bien, de verdad que parecia que su inteligencia no llegaba para tanto.

-Oye yo no soy tan parlanchina-. Digo con un tono ya más relajado. - En mi casa vive Yuto, es un amigo pero casi siempre está en el bosque o por ay, no será gran problema, es fácil escabullirse de el, siempre hace lo que le digo. Y Kimura me alegro que hayas cambiado de idea, pero quiero aclararte algo, yo machacaré a más seres de esos que tu.- Digo con una sonrrisa, tono burlón y algo más relajado.

-Aoi, me parece bien lo que dices pero no podemos exponer esta situación más a la luz, seguramente más gente como nosotros habrá visto el meteorito y vendrán policías y reporteros con sus cámaras, contra lugares más cerrados y escondidos mejor, además llevarán a este ser por la ciudad sería un engorro y peligro, contra antes nos vallamos mejor.- Digo mientras tomo dirección a mi casa con la esperanza de que me sigan, eso de tomar tres las decisiones nos llevarán algún que otro problema. -¡Vamos, seguirme!

Escucho las quejas y réplicas de mis, al menos aparentemente, futuras compañeras. Suspiro largamente y cargo con dos trozos de piedra.

Está bien, A-o-i. Es un placer... O eso me gustaría decir. Kimura, como ya dijo la parlanchina...

Miro hacia el ser y resoplo resignado ante la evidencia de que mi resistencia es inútil, y en cualquier lugar parece que implicaremos a alguien, así que haya quien haya, lo echaré a tortas y listo. Miro hacia la parlanchina chica.

Iré donde querais... Pero no he cambiado de idea: me sigue pareciendo prácticamente imposible. Yo... Me conformo con detenerlos.

Digo, con una voz más suave, pese a que mi tono altivo no ha terminado de desaparecer, incluso llevando la contra a mis palabras un brillo de desafío y orgullo yace en el fondo de mis ojos. Aprieto los dientes con fuerza y llevo la piruleta a mi boca dispuesto a ir hacia delante, sea donde sea delante.

-Esta bien, vayamos a tu casa, Yuzuki.-aceptó, y echo una ojeada alrededor para ver si hay alguien cerca que nos haya podido ver. Lo que me extraña es que al parecer, hemos sido los únicos que nos hemos dado cuenta del suceso del meteorito.

-Pero primero tengo que pasarme un momento por casa. No tardare mucho, os lo prometo.-les aseguro, no sea que no me dejen porque podría retrasar la misión, y cada minuto que perdíamos, era también un minuto que perdía el conejito.-Es por aquí.-les indico, empezando a caminar con mi cristal en la mano, y me detengo a unos metros para que me sigan.

Sigo a Aoi satisfecha de que al fin nos movamos de aquel lugar

Al ver que llevan las piedras me encojo de hombros y sigo en silencio, sin ganas de discutir o no sobre cargar unas piedras radioactivas a lo largo y ancho del lugar y sobre el cansacio que posiblemente termine repercutiéndoles. Miro al ser de reojo y decido no darle más importancia a la locura que se nos viene encima, aunque no bajo la guardia en pos de algún asalto de algún indeseable. Sea más posiblemente algún asaltante que un alien loco.