Partida Rol por web

Les guié con pasos rápidos hasta mi casa, un apartamento unifamiliar de dos plantas, pero bastante pequeña. De tejado azul y paredes blancas, estaba rodeada por un pequeño jardín en el que crecían las malas hierbas, y tenía el césped de la entrada de un color marrón por los malos cuidados que le dábamos. Había una hilera de casas identicas en fila, separadas por vallas, pero estas tenían una vista mas agradable, algunos incluso con aspecto zen. En la casa de al lado se oian algunos maullidos, hasta se podía distinguir un gatito color canela y ojos miel que parecía vigilarnos.

Entre corriendo en mi casa, tanta que no deje los zapatos a la entrada, sino que entre con ellos puestos. Ya tendría tiempo de disculparme más tarde, disponía de poco tiempo.

Subí corriendo las escaleras hasta la segunda planta, donde se encontraban nuestras habitaciones. La última puerta del pasillo daba a la habitación de Atsuko, así que me asome sin llamar antes a la puerta.

-¡Atsuko, me voy, no llegare hasta...!-no tengo tiempo para terminar la frase, pues la habitación esta hecha un desastre. Mucho mas de lo que estaba normalmente. Estoy a punto de decirle que que lo recoja todo o escondere sus peluches, mas bien para hacerle rabiar que para que aprenda a ser ordenada. Pero de nuevo recuerdo que apenas tengo tiempo, así que agarro un papel y un boli y escribo con rapidez: "Estoy en casa de una amiga haciendo un trabajo, no se cuando volvere. Aoi.". Me las arreglo para sujetar el papel en la puerta de mi habitación, cuando recuerdo el robot escondido en mi habitación. Abro la puerta de mi habitación, haciendo caer de nuevo el papel que tanto me había costado mantener. Al llegar al armario abro la puerta y agarro una mochila y el robot. Guardo con delicadeza el robot tras envolverlo en una chaqueta en la mochila, y vuelvo a salir de la habitación. Coloco de nuevo la nota bien, y corro hacia abajo, preparada para reunirme con el resto.

-¡Atsuko, recuerda que si necesitas algo, la vecina esta siempre en su casa!-le recuerdo bajando las escaleras.

cuando entras a tu habitacion a recoger el robot, te encuentras nada mas abrir la puerta, a atsuko, dentro de tu habitacion, con una flor echa de papel, origami, en su cabeza de adorno, y con el robot, que no sabes como encontro, en sus manos, jugando con el, con cuidado, el robot esta apagado

hola onee-chan :3

de donde has sacado este juguete? no lo he visto nunca en las tiendas, esta muy guai :3

dice moviendo los bracitos del robot, el cual, porcierto, ahora tiene tambien una flor de papel enganchada a la cabeza

lo he llamado robotin, y lanza rayos laser por los ojos para enfrentarse a alienigenas :3

cuando dice lo de alienijenas, te deja algo extrañada, pues casualmente, es lo que estubisteis hablando antes con tus compañeros, pero enseguida, recuerdas que anoche, se quedo viendo la serie de maziger z version futurista, en la cual un robot gigante lucha contra aliens

Al llegar emito un suspiro cansado por lo que quiera que tenga que hacer. A saber, irá a empolvarse la nariz... O algo de eso. Miro a mi compañera y finalmente me decido a hablar.

¿Y tú? ¿Cómo te llamas?

Mi pregunta es seca y directa a partes iguales.

-Me llamo Yuzuki- Digo un poco desconcertada al notar la sequedad de la pregunta sin entender a que venía ese tono sin ningún motivo. -Masaru ¿verdad?, no te veo mucho por clase.

Hago una pequeña pausa y pregunto para averiguar una duda.-¿Siempre eres así con la gente, es por algo en particular o es algo que ves en contra hacia mi persona?- Digo en tono serio pero no atacante, ya que no entiendo como alguien puede estar tan de mal humor todo el día. -Se que no es una situación para nada normal y poco gratificante, ¿pero no podrías ser un poco más "amable"? Por cierto si lo deseas podemos ir a tu casa para avisar a tus padres.

Escucho su pregunta con un gesto tranquilo, pese a no bajar la guardia en ningún momento, hasta que termino por negar con la cabeza y seguir hablando, no sin antes comprobar que mi baboseado caramelo sigue en mi mano.

Podría, sí. Y la verdad es que suelo aburrirme en clase. Por otro lado, Yuzuki-san... Te agradecería que me llamases Kimura. -asiento lentamente con la cabeza, ratificando mis palabras, pese a que no comprendo del todo su tono- No es nada contra tu... Persona. Y no hace falta pasarse por mi casa, en verdad no quiero meterles, ni indirectamente, en este tema tan subrealista. Están acostumbrados a que me pase días sin ir a casa, no se extrañarán...

No puedo reprimir un ligero tono nostálgico en mis últimas palabras, que contrasta con la indiferencia de mi rostro.

-Está bien, cuando Aoi termine de lo suyo iremos a mi casa a ver si podemos averiguar más de este tema, es un buen nombre kimura, suena bien.... Ya hablaremos tu y yo cuando dispongamos de más tiempo y cojamos mas ...."confianza" digo con un tono tranquilizador pero misterioso.

Gracias.

Digo, extrañado ante su elogio hacia mi nombre, pero aún más extrañado ante sus palabras, incluso pensativo sobre el verdadero significado de las mismas, hasta que me aventuro a hablar, más relajado mi tono.

Ahora tenemos tiempo.

Mi tono es casi más una observación que otra cosa. Maldigo internamente entonces haber entrado en lo que parece ser su juego.

-Este no es el lugar idóneo aun teniendo "tiempo" no sabemos exactamente cuanto va ha tardar, me gustaría que fuera en algo más privado, nunca me ha gustado "montar escándalos", no se si me entiendes, podemos llevar una conversación tranquila, amena y apacible, pero cuando me interesa o me preocupa hablar de algo prefiero que sea en un lugar poco público, en mi casa o donde si se monta "escándalo" no haya nadie en los alrededores, no me gusta ser el centro de atención y algunos lugares no son los más apropiados simplemente, además de eso, el tema es algo bastante delicado y es posible que haya riña debido a que no es un tema que deba entrometerme pero me preocupa como "posible amigo" que puedo considerarte.- Digo con tono un tanto apenado mientras miro al vacío al concluir mi "discurso/sermón" -Hablaremos en su momento.

Me quedo en completo silencio, sin moverme, como una estátua, incluso inerte según cualquiera que hubiese pasado. A ojos de la mayoría estaría ignorándola, sin embargo, escucho sus palabras hasta las comas y los puntos casi, pensativo en absoluto.

Hablas demasiado... Parlanchina.

Digo, secamente, ante toda su parafernalia. Como un idiota, he caido como un idiota... Miro hacia el interior y luego hacia arriba.

Sesenta segundos le doy, para salir.

Mi voz es seria, contundente, una completa sentencia.

-Y lo que te gusta- Digo con un tono mas ñoño- La verdad es que tarda mucho, parece que de un discurso......-, Ya con tono mas serio.

La miro de reojo extrañado ante su comentario, aunque parece al menos darme la razón, no termino de comprender el por qué de su tono. Qué criatura más peculiar.

No estoy yo muy seguro de a quién le gusta qué...

Mi tono es sujerente y una ligera sonrisita se dibuja en mis labios. No dejo sin embargo de mantener la guardia alta. En verdad disfruto de torcer las palabras en ocasiones, siempre en mi favor, aunque supongo que es algo que no le gusta a todo el mundo.

-A mi.. nadaaaaa.... no se de que me hablas :P- Respondo con el mismo tono, no está mal encontrar algo de humor ante esta situación, le miro a la cara y veo su mini sonrisa y lo tenso que sigue estando, es mi momento de seguir tomándole el pelo. -Uiiii si aun sonriendo esta tenso...., relájate, nadie va ha comerte, estás en una casa en medio de la ciudad, preocúpate cuando lleguemos a la mía en medio de la nada, deberías tomarte las cosas de mejor humor.- Le digo mientras le doy un ligero codazo en el brazo para que se relaje.

Esta chica...a que se nos ha perdido... espero que no haya mucha gente en su casa porque si para cada uno se toma tanto tiempo..... no puedo evitar poner un poco de mala cara, ya se me había olvidado el motivo de nuestra estancia allí, todo cambiaría al ir a mi casa, todo iba tan bien.....

Sin perder mi gesto confiado y mi sonrisita me dispongo a responder a sus palabras hasta que su codo me impacta y entonces no puedo evitar girarme sobre mí mismo y lanzar un golpe directo a su rostro con el puño cerrado... Un golpe que por fortuna consigo controlar y detener a mitad de camino, no sin un gran esfuerzo por mi parte.

Lo... Lo siento.

Rápidamente bajo el puño y miro hacia el suelo. Cierro los ojos e inspiro profundamente.

No sabemos si arriba hay alguno de esos... Supuestos aliens. Y eso es lo que me preocupa.

Digo, hablando sinceramente antes de exhalar y abrir los ojos para mirar directamente en los de ella. Mi mirada es austera.

Y deberías de saberlo.

Mis últimas palabras pretender rebajar algo de tensión a la situación, aunque imagino que no tendrán demasiado éxito.

Mi rostro refleja gran preocupación tanto por su gesto como por la realidad de sus palabras, siento como mi mente se aleja de la entrada de esa casa...... ¿Mama?, mama tengo miedo..... Mama porque estás tan fría..... ¿¡MAMAAA!?

De repente entro en razón, le cojo fuertemente del brazo y le dirijo a la parte de arriba, mi rostro cambia completamente. -¡VAMOS!- digo mientras me preparo para luchar contra lo que podría haber arriba, ha pasado mucho rato, algo debe ir mal, no es normal.