Partida Rol por web

En esta seccion podeis iros presentando con una historia breve

Alejandro es un hombre de mediana edad, algo fuerte por lo que requiere su profesión de granjero, pero poco dado a trabajar. Su deseo era irse del pueblo en cuanto tuviese la edad suficiente, pero su padre murió y tuvo que hacerse cargo de la granja. Maldita granja. La odiaba desde pequeño, cuando tenía que ayudar a su padre en vez de poder estar jugando con sus amigos.

Su vida es cuidar a los animales. La gente pensaba que lo odiaba por ser una profesión dura. A Alejandro no le importaba lo duro que fuese cuidar a los animales, Alejandro odiaba la vida en la granja por ser increiblemente tediosa y solitaria. Por eso, aprovechaba cualquier ocasión que tenía para pasarse por el bar, y poder emborracharse y hablar con los otros habitantes del pueblo. Es su único momento de diversión en todo el día. Ojalá pasase algo interesante alguna vez en este maldito pueblo.

A Isidro nunca le ha gustado Castronegro, a decir verdad detesta este pueblucho que se cobró la vida de sus padres por la Peste; todo le recuerda a ellos, desde la suciedad de su casucha, hasta la suciedad de la calle, la suciedad en la cara de las gentes, la suciedad en los animales... En definitiva, todo le recuerda a ellos.

Es por eso que desearia salir de ese triste pueblo y convertirse en un importante comerciante, alguien que no tuviera que pasar por lo que sus padres pasaron y mucho menos morir entre llagas, ampollas y bubones en las ingles, sobacos, rostro... Y mucho menos seguir soportando el olor a mierda y estiercol del pueblo.

Para ello su plan es simple; ahorrar lo suficiente para comprarse un burro y cabalgar hasta llegar a la ciudad en donde él trabajará como despertador matutito para los que paguen por ser despertados y para despertar a otros, y dado que él va a ir cabalgando en burro, será el despertador más rápido de la ciudad y al que más gente podrá despertar. Es un genio.

Blanca, una anciana que había vivido toda su vida en Castronegro, la gente le teme al mismo tiempo que le respeta, su gran conocimiento y sabiduría le han otorgado tantos años de vida.

Se encontraba sin familia, algún día tuvo un hijo pero lo perdió cuando era niño, así que a tenido una vida muy solitaria, pero eso no le impedía tener una vida activa.

Blanca todo el día camina en busca de nuevas plantas y cualidades con las que experimentar, es lo único que la mantiene con energía y vida 

¿Os suena la historia de un hijo que vé todos los días trabajar a su padre y que cuando alcanza la edad de trabajar, empieza a aprender el oficio y se convierte en una nueva generación de artesano de ese ámbito? Pues esa es, como de otros muchos, la historia de Ramiro.

Ramiro ha vivido toda la vida entre harina, moldes, y hornos de leña. Su padre siempre fue el panadero de la villa y él está siguiendo su estela. Es muy raro verlo de día por la calle, porque labora de noche mientras que cuando canta el gallo, se retira a descansar mientras Belinda, su mujer, atiende a los habitantes de Castronegro haciendo que coman buen pan.

Ramiro es de los pocos habitantes de buena fe, que viven de noche en la villa... Raro sería que pasase algo sin que él se enterase.. ¿O sí?

En el país de los borrachos, el tuerto es el rey, especialmente si es el tabernero. Y eso es exactamente lo que era Enrique "el Tuerto": el rey de un país de alcohol, paños de tela, barriles de madera y jarras de cerámica (mucho más baratas que las sopladas de vidrio).

Y como todo buen Rey que se precie, Enrique adora las riquezas. Algunos de sus clientes menos frecuentes podrían decir de él que es un tacaño y un rácano, algunos incluso dirán que el vino está mezclado con agua, pero sus parroquianos más fieles saben que eso no es verdad, que lo que en realidad echa al vino se trata de una solución de agua y mosto, y que, en cualquier caso, es un gesto de agradecer porque el vino de Enrique está picado y así disimula su nauseabundo sabor. Incluso los más fieles parroquianos, saben que es mejor dejar estar el vino y pedir sidra, que al tener mayor margen de beneficio (y al no haber encontrado aún Enrique una bebida más barata con la que adulterarla sin que resulte obvio), es de mejor calidad.

Sea como sea, Enrique el Tuerto es una buena persona aparte de un comerciante despiadado. Y aparte de los hosco, desagradable, malintencionado, arisco, egoísta, inmisericorde y un poquito imbécil que también es.

Como último dato reseñable, Enrique el Tuerto está tuerto, pero en honor a la verdad, ya le llamaban así antes de estarlo. Y también los niños se asustaban de su rostro mucho antes de perder el ojo.