Partida Rol por web

Sentada, alcanzo mi violín. Soy consciente de que el peligro ha pasado, recupero aliento, afianzo el instrumento y pronto la delicada y suave melodía suena, sus notas sanadoras son una capa de alivio, un bálsamo para mi espíritu, que regenera y revitaliza, devolviéndome la confianza en mi misma perdida. Toco y hago nacer y crecer la música que canta y cura.  

-¡Energía Armónica! -mi voz se alza por encima del suave sonido del violín, impregnada de matices: seguridad, decisión, esperanza. Fortaleza. 

Me pongo en pie. Mi cuerpo entero resplandece, en el centro de un torbellino creado de Luz y de Música.

La verdad es que estoy tan contenta de haber evitado tener una mala nota por mi despiste que casi me da igual que no acepte mi valoración sobre todo lo que he contado, y eso que he sido bastante imparcial. Sonrío al profesor, aceptando que el examen sea justo el día con el que yo contaba hacerlo. Eso es casi como sacar sobresaliente, porque ahora sí que sí no me voy a confundir y me lo leeré para el día correcto. Intento centrarme en lo bueno, porque he oído que la creída de Narumi ha sacado un sobresaliente a pesar de no haberle puesto la misma pasión e imaginación que yo. 

También me doy cuenta de que Renzo se ha enfadado con todas. Se ha estado quejando toda la clase con su amigo sobre las absurdas peleas que tenemos y que por culpa de unas pocas, lo pagan todos. Le he visto dedicarme varias miradas, quizás porque estaba más cerca y le he podido oír, pero también ha mirado mal a Katsumi, a Urashi y a Narumi. Nos ha metido en el mismo saco y eso es increíble, que nos meta junto a esas, con lo que molamos. A pesar de eso, con mi gran disimulo, es decir inclinándome hacia él y poniendo la oreja he conseguido saber que traman. Como el último examen fue tipo test, quiere aprovechar para intercambiar los exámenes con alguien que lo haga mejor que él, básicamente cualquiera, y sabiendo que es evidente que van a poner un sobresaliente quizás sea yo. Por supuesto, me han pillado escuchando y seguramente se decanten por otra. No digo que tenga que ser Narumi, pero... Yo voy a tener un ojo en el examen cuando lo entregue y pondré mi nombre cuatrocientas veces para que sea imposible dejarse alguno. ¡Ja!

Y aun así puedo saber otra cosa que van hacer, no me cae bien Urashi ni ninguna otra, pero es que me siento un poco mal por lo que planean. Según me ha parecido, ella parece merecerse mucho más que las demás y quieren tirarle un cubo de pintura por encima; de esa súper viscosa que se pega muy fuerte.

Hummm, ¡exámenes escritos para todos! Por un momento me alegro, pero no porque todos tengan que examinarse, sino porque. yo tendré que hacerlo siempre. Serán oportunidades infinitas de demostrar que soy mejor que Narumi en esto. De demostrarle al profesor que esa malaje no es la mejor.

No es hasta que veo las miradas de la mayoría que caigo que no va a ser una medida popular precisamente. Y quizá por eso, por estar fijándome en las reacciones de todos, es por lo que me percato de los papelitos que viajan de mano en mano. Parece que la sukeban está informando a Narumi de lo ocurrido y ella está enviando mensajes de vuelta con las directrices a seguir. Menuda panda de... ¡Se han equivocado! Una de las chicas me ha pasado un papelito por error. ¡Iba de vuelta desde Narumi hacia otra de las chicas pero me lo han pasado a mí! No puedo evitarlo y lo abro un poquito con sumo cuidado, intentando disimular aunque imagino que me verán casi todos los que me presten atención, y lo leo.

¡Narumi está convencida de que Urashi solo quiere ganar puntos para estar más cerca de ella y poder darle la puñalada luego! ¡Quiere expulsarla de la sukeban! O por lo menos planea hacerle el vacío durante unos cuantos días. Acabo de leer la nota y tengo que pararme a releerla de nuevo porque no me lo creo. ¡OH, my God! ¡Oh My GOD!

No puedo esperar a que acabe la clase para contárselo a las chicas. En cualquier caso decido no ser mala como ellas y paso la nota de vuelva a la chica que correspondía para que continúen con su estúpido juego. En ese instante desvío mi mirada al profesor. No me quiero imaginar cómo se siente por la trampa de Katsumi. Aunque no haya repercutido luego en nada claro.

Sé que además no le gustan mucho los chivatos ni promueve que la gente se chive en sus clases. Conoce las leyes no escritas del colegio y sabe que si cualquier niño se chiva será excluido y con motivo en casi todo estrato social escolar. Pero aun así parece agradecido de que Urashi le haya avisado. Como si le hubiera abierto los ojos con algo.

Entonces, sin previo aviso, me llega el mensaje de Sayaka. Me giró hacia Katsumi, Mimi y Arashi, y les susurro algo solo para ellas, o intento que solo para ellas:

- Sayaka está bien. - Les guiño luego un ojo y levanto un pulgar. Ya les contaré cuando acabe la clase, para variar.

Cuanto Mimi más observa y reobserva a Haruka más convencida está de que hay algo en él que no termina de encajar. Es como si el muchacho tuviera un aura distinta a los demás, como si algo en él fuera... diferente. De hecho, en determinado momento saca un papel del bolsillo y lo desdobla... Y Mimi puede reconocer perfectamente lo que hay dibujado en él. Se trata de Silencio, el primer enemigo poderoso al que ella y sus amigas se enfrentaron juntas. Lo mira durante algunos momentos, como si necesitase repasarlo, antes de volver a guardarlo. Cuando vuelve a sacar la mano del bolsillo se le cae otro papel. Lo abre un momento, como para comprobar de qué se trata, y Mimi lo ve con claridad: es un retrato de Arashi sonriendo y con sus baquetas en la mano.

Al momento Haruka lo guarda mientras se sonroja y mira alrededor, comprobando que nadie lo haya visto.

En ese momento Mimi tiene claras dos cosas: la primera, que Haruka debe haber invertido mucho tiempo en dibujar a Arashi. La segunda, que de alguna forma parece implicado en la guerra entre la Luz y la Oscuridad... aunque ella aún no sepa de qué modo.

Abro los ojos como platos al ver lo que tiene Haruka dibujado. Si ya pensaba que pasaba algo raro con él, ¡se acaba de confirmar! Qué fuerte, tengo que pillarlo a solas como sea para preguntarle, por eso y por el tatu.

Parece muy distraído, yo creo que ni se ha enterado del examen sorpresa, ni de lo que ha pasado con Arashi y Narumi y Katsumi y Urashi, está totalmente en la parra. Ni siquiera se ha dado cuenta de que llevo toda la hora mirándolo, aunque creo que su amigo sí que se ha dado cuenta porque ahora me está haciendo cejitas mientras se ríe. Le hago una mueca y me echo un poco para atrás en la silla, balanceándome. Qué ganas de que se acabe esta clase ya, no me he enterado de nada del siguiente libro que han mandado leer. 

Al menos hay buenas noticias y Sayaka está bien. Eso me pone de buen humor y le hago un gesto de triunfo a Momoka cuando nos lo dice. ¿Faltará mucho para que suene el timbre?

Como si no tuviese suficiente con el asunto de la pillada, la clase ha decidido no solo culpar a Urashi sino a mi también. ¡Como si ellos no hiciesen nunca trampa! Encima estará para quejarse el cabeza hueca de Renzo, al que salvé en el último examen haciendo como que no me daba cuenta que me estaba copiando. Será pedazo de... de... ¡De boniato! A la próxima le presta los apuntes su tía en bicicleta. Pero el enfado de todo esto no logra traspasar la barrera de desasosiego que siento porque sé que tengo toda la culpa y de milagro no ha rebotado todo esto en Arashi. Encima la idiota de Narumi se pavonea al bajar de la tarima.

Siento la mirada del profesor en mi cogote y evito alzar la mía a toda costa, encogiéndome en el sitio todavía más. Llevo toda la clase callada sin apartar la vista del cuaderno, con la cinta de mi pelo a un lado, en cuanto suene el timbre iré al baño, tengo que controlarme, tengo que calmarme. No tienen por qué llamar a casa, calma, calma... Y cae uno de los dos papelitos que van pasando de pupitre en pupitre entre las pandilleras a la mesa de mi compañero de delante. Masao es un buen chico, pero está un poco empanadillo y pensando que es para él "trasca" la abre sin disimulo ni nada y yo que estoy justo detrás lo leo todo todito. Es que estas niñas para ser tan "listas" les falta una patatilla para el kilo. ¡Todo el mundo sabe que las notas se escriben en papeles diferentes! Pero no, han escrito toda la discusión en la misma hoja, así que no me quejo porque me entero de TO-DO, bueno a medias, me entero de lo que les pasa a Narumi y Urashi. Que se resume en la niñatada más estúpida que he leído en toooooda mi vida. Narumi acusa a Urashi de querer quedar por encima de ella delante del profesor, esta lo niega, le dice que lo ha hecho por ella y claro la primera la insulta y le dice que miente porque ella sabe que le gusta también el profesor. Y claro, me han metido a mi por el medio porque según ellas soy su favorita, que no es para nada verdad. Creo, porque sino tendría mejores notas y no se pondría tan rematadamente pesado y quisquilloso con mis deberes. ¿No? El caso es que una dice que lo hizo porque si yo dejo de ser la favorita, pues sería Narumi y la otra le dice que es una asquerosa, erre que erre con que quiere pasarle por encima y ser ella la favorita porque está enamorada del profesor, que le ha visto corazones en la agenda y todo. Y la tonta esta dale con la burra al trigo, que si lo ha hecho por ella. Y Narumi que no, que es una cerda y encima ha puesto triste al profesor. Pongo los ojos en blanco suspirando, serán crías... Sé que me ha delatado, pero al final me siento un poco mal por Urashi, con amigas así no hace falta tener enemigos.

Aparto la vista de la espalda de Masao, a la que una sukeban le ha dado una colleja mientras el profe no miraba para quitarle la nota y miro a mis amigas. Momoka pasa el parte y yo me siento un poquito más aliviada al saber que Sayaka está bien, asiento para dejar claro que he recibido el mensaje pero parezco cansada y en cuanto el profesor se marcha recojo mis cosas, y mi lazo, y me marcho de la clase para ir al baño. Necesito estar un ratito a solas.

Durante la clase de Educación Física las cosas parecen volver a la normalidad... de no ser por cómo los murmullos parecen rodear a Urashi y a Katsumi. Hay algo cociéndose en las sombras, y en esta ocasión no se trata necesariamente de la Oscuridad. Antes de empezar la clase Haruka comenta algo con la profesora en privado y se marcha, evitando así que Mimi o cualquiera pueda interrogarle.

Por su parte, Sayaka se une a las clases más tarde, justo cuando comienza el recreo y el bedel abre la puerta para que los alumnos más mayores puedan entrar o salir del recinto. Tiene buen aspecto y parece recién duchada. Katsumi se une al recreo unos minutos más tarde, después de hablar con el señor Misawa sobre lo sucedido en clase de lengua. Mientras tanto, Arashi y Mimi han podido hablar brevemente con Suka, la profesora de música, que está en un extremo del patio, y Momoka ha podido fijarse un poco más en lo que están preparando Renzo y sus amigos.

Entonces veis, en el extremo opuesto a Suka, a Haruka junto a Iwata. Parece que, fuera lo que fuera que lo había mantenido ausente, ya le ha permitido regresar, y cerca de la puerta los curiosos parecen rodear a un par de alumnos nuevos, que se incorporarán al curso en los próximos días. Aún no los conocéis, pero llevan días circulando rumores de que son extranjeros.

A quien ya no se ve por ninguna parte es a Renzo ni a sus amigos más cercanos, lo cual resulta... sospechoso, cuanto menos.

Suka parece tener la cabeza algo dispersa cuando hablamos con ella. Nos hace caso y nos responde, porque es la mejor del mundo, pero la noto distraída, como si estuviera pensando en otras cosas a la vez. Le explico que Arashi no puede venir al ensayo esta tarde y que nos hace mucha falta que esté para poder prepararnos para el concierto, así que hemos pensado en cambiarlo para mañana por la mañana y que así ella pueda venir y estemos todas. Es súper necesario estar todas, le explico, porque sin batería no es lo mismo.

Y entonces cuando se resuelve eso es cuando mis ojos se fijan en Haruka, que vuelve después de haberse escaqueado. ¡Es mi momento para interrogarlo! ¡No se me puede escapar otra vez! Así que ni corta ni perezosa me voy hacia él, totalmente decidida a averiguar qué está pasando con ese chico y la Oscuridad.

No he estado muy centrada durante la clase. Educación física nunca fue mi asignatura favorita así que podría decirse que es normal, pero lo cierto es que todo lo que ha estado ocurriendo me tiene preocupada. Encima no puedo hablar con las chicas... Sayaka no está, Katsumi está con el profe, y Mimi y Arashi se han ido a hablar con la señorita Suka.

Es más, escucho los planes de Renzo. No es mal chico, pero está harto de que se metan con él y ser el peor en clase de lengua. Creo que ha ido acumulando tensión a lo largo del curso y va a descargar todo contra Urashi. A ver, la pobre puede que se lo merezca un poco, pero no tanto. He escuchado que van a coger un par de cubos de pintura de los que guardan los de mantenimiento en una de las salas privadas a las que se accede desde el gimnasio. Esos cuartos deberían estar cerrados con llave así que no tengo ni idea de cómo lo van a hacer. Quizá Renzo disponga de más recursos de los que me había imaginado.

En cuanto aparece Sayaka voy corriendo junto a ella y le doy un abrazo aliviada mientras se acercan todas las demás chicas. Uy, pero no, ¡Mimi no está viniendo! La miro mientras se aleja y trato de hacerle un gesto para que venga, pero no sé si me ha visto.

Sacudo luego la cabeza y miro a Sayaka. - Ey, nos tenías preocupada. ¿Qué ha pasado? - Pregunto. Luego desvío mi mirada hacia Urashi y acerco la cabeza a todas para hablar en voz baja sin caer en la cuenta de que Sayaka no sabe todo lo que ha ocurrido aquí en el insti.

- Renzo y algunos otros van a recoger pintura de las salas cerradas del gimnasio... - Susurro. - Por lo que he escuchado, me parece que se van a pasar tres pueblos... ¿Deberíamos avisar a Urashi? - Pregunto con un montón de dudas. Pongo luego cara algo compungida y con incertidumbre... - Después de todo, ella no es Narumi. Y si la ayudamos quizá se ponga de nuestra parte. - Digo encogiéndome de hombros. No sé, siempre he pensado que tener un aliado entre el enemigo es una buena idea.

Evidentemente, se me ha vuelto a olvidar el uniforme de gimnasia y claro, tengo que ir a decírselo a la profesora. Ya está acostumbrada, es la tercera vez que se me olvida este mes. La culpa es claramente de la Oscuridad, que ha conseguido que duerma poco y no haya podido pensar con claridad esta mañana con esa cara que tenía. Eso no se lo puedo decir, así que tengo que decirle que me lo he vuelto a dejar en casa. Quizás por eso, puedo escuchar un poco lo que dice Haruka, porque nos hemos cruzado al ir hablar con ella. Comenta que no se encuentra bien y que si podría ir a la enfermería. Lo cierto es que tiene mala cara, al cruzar miradas lo he visto claramente, está coloradísimo y debe de tener fiebre. Casi me ofrezco a acompañarlo ya que me he dejado el uniforme, pero justo veo a Narumi y se me pone mala cara. ¡Encima me distrae de ser una buena compañera! Bueno, da igual, Haruka es un poco raro y hubiera sido un rollo ir con él.

Durante la clase, la profesora solo dice que Haruka no participará hoy en ella y que el grupo que formaba serán uno menos. Es una pena, porque así es mucho más difícil. Sí que debía estar mal si se va a perder toda la clase. Creo que debería haber ido con él. Ahora me siento mal.

Enseguida llega el recreo, lo que más necesito para descansar. Ahí hablamos con Suka, bueno habla Mimi, pero yo la acompaño porque es por mí. Así que Mimi se va a tomar la molestia de recoger todo para que estemos las cinco. ¡Es genial! Espero poder quedarme a ayudarla.

Cuando estamos todas reunidas al fin miro a Sayaka con una enorme sonrisa. ¡Al fin todas juntas! Momoka se encarga de preguntar lo mismo que quiero saber yo. Mejor, porque tengo hambre. Muevo los ojos hacia Katsumi y me froto las manos. Ella sabe a lo que me refiero.

Supongo que es inevitable que se repitan una y mil veces los nombres de Narumi y su sukeban. Suelto un suspiro. Es agotador.

―Yo creía que se había enterado ya ―digo, llevándome ambas manos a la nuca y estirándome. Estoy un poco cansada―. Se lo podemos decir, pero yo no quiero que este de nuestra parte, solo que se vaya muy lejos. Si eso le vale… por mí bien.

Se me hace raro llegar a esta hora. ¿Cuándo fue la última vez? Hace ya meses, tras una visita al médico. Entonces tenía un justificante. 

Hoy no.

Pero estoy tranquila. Más o menos. Equilibrada y bien conmigo misma.

Nerviosa, la verdad. Un poquito. Va, adelante. 

Entro al instituto. Directa hacia las clases, aunque justo es el recreo, mejor, paso desapercibida. Y busco a mis amigas, eso lo primero. Uf, noto el sonrojo en mis mejillas acaloradas. Menos mal que la atención está puesta en los dos alumnos nuevos de los que se hablaba. Ni siquiera llevan uniformes. Pobres, los van a aburrir a preguntas. Me fijo un momento en ambos, la chica es rubia y muy alta, algo gordita, de intensos ojos grises, como una loba. Y él es más alto incluso, menos rubio, musculoso, de mirada azulada y tímida.

-¡Hola! -una amplia sonrisa adorna mi cara cuando me pilla por sorpresa Momoka. Al poco se reúnen las demás chicas. Y las abrazo como si fuese el fin del mundo 

-Todo bien. Un contratiempo. Nada más.- un nuevo abrazo fuerte muy fuerte - Lamento que no pudiera avisaros y que os haya preocupado. Los acontecimientos fueron muy rápidos, jajaja -digo con tono misterioso pero intentando aparentar broma.

-¿Y vosotras? ¿Algo relevante? -escucho a Momoka aunque no me entero mucho de la historia. Sonrío, claro, seguramente se me nota la cara de despiste. 

Abro mi mochila, y les enseño una cajita- Compré mochis para el segundo desayuno. Jajaja. -es mi manera de disculparme por el retraso y la preocupación

Al final llego justa a clase de gimnasia porque he pasado demasiado tiempo en el baño pero al menos llego con el uniforme ya puesto. Me paso la clase bajo mínimos, mi odio a esa asignatura se suma a todo lo demás y sólo me apetece tirarme en la colchoneta a dormir al tercer balonazo que no puedo esquivar por estar a mis cosas. Mis cosas: La preocupación por la charla con el profesor Misawa. Por suerte he desarrollado a la perfección la sordera selectiva y los gritos de la profe y mis compañeros de equipo conforme entran, salen sin dejar huella. Y entonces termina la clase y me toca enfrentarme a lo que he provocado. Intento escaquearme pronto de clase para ir rápido a la reunión, necesito quitarme esta losa de encima.

Y para cuando llego al patio me siento… casi igual de preocupada y un poco rara, porque la reunión me ha dejado un poco descolocada. Para empezar el profesor no ha hablado casi nada, me ha dejado disculparme sin intervenir. Le dije que quería ayudar a Arashi con el examen y más hoy, porque estaba frente a frente con Narumi, que siempre es mala con ella y no pensé mucho en nada más, pero que me di cuenta que había hecho mal haciendo eso y que lo sentía. Acepté cualquier castigo que me tocara, cualquiera, pero que por favor no llamara a mi casa y aquí es donde cometí el error, porque en mi nerviosismo se me escapó decirle que mi abuela era mayor y no quería que se preocupase. Entonces comenzó una especie de tercer grado muy escueto y con muchos silencios sobre mis padres. Y juro que no he visto a una persona menos expresiva en mi vida cuando he tenido que contestar a las preguntas un poco bloqueada, porque la verdad sea dicha, no es que suela contarles estas cosas a casi nadie y mucho menos a los profesores. Le he contado lo básico, que mi madre vive en Chiba y mi padre en Kawasaki, así que vivo con la abuela y los veo a veces, cuando tengo que hacer alguna gestión, poco más. Y ha acabado diciéndome que se lo pensará. ¿Pero se pensará qué, el castigo o lo de llamar a mis padres? Porque no me ha quedado claro y no me he atrevido a preguntarle, solo le he asentido rápido para marcharme cuanto antes sin mirar atrás. Así que ahora estoy preocupada y rara, y se me ha quitado hasta el hambre. Pero al menos Sayaka ha vuelto y me siento un poquito mejor al verla y recibir su abrazo, aunque me quedo a un ladito no mucho después bajando la cabeza y mordisqueándome el pulgar, no me apetece mucho que me riña también Sayaka por el lío de la clase de lengua. Solo la levanto cuando se pone misteriosa.

- ¿Qué te ha pasado Sayaka? -Pregunto bajito, entonces miro a mi amiga del alma y me saca al fin una pequeña sonrisa, le tiendo el bento que he preparado con la abuela.- Toma anda, jeje, os podéis comer todos los onigiri si queréis.

Porque no es que tenga mucha hambre, ni los mochis que nos promete Sayaka me animan lo suficiente y cuando Momoka comenta lo de los chicos frunzo el ceño.

- Yo sí quiero avisarla, si queréis ya se lo digo yo… es que no me parece bien que los chicos sean tan malos, son los primeros que hacen trampas y nunca pasa nada pero si se nos ocurre a nosotras hacer algo ya se tienen que vengar. ¿No? Pues no, no está bien. Además… -Bajo la voz acercándome a las chicas.- Me da un poco de pena, he leído tooodo lo que le ha dicho Narumi en clase y se ha pasado un montón.

Haruka tarda en reaccionar cuando Mimi se acerca a él. Más bien da la impresión de que no crea que es a él a quien busca. Está hablando en una zona algo apartada del patio con Iwata, y este último en ese momento está haciendo un movimiento de kendo con una espada imaginaria, como si quisiera mostrarle algo.

Cuando Mimi se acerca es Iwata el primero en darse cuenta de que no sólo va allí, sino que va para hablar con su amigo.

—Mira, Haruka —le dice con una sonrisa algo socarrona—, parece que manda a su amiga a hablarte.

Mientras Haruka parece quedarse un poco expectante, sin saber muy bien ni qué decir, las cosas siguen ocurriendo en el patio. Uno de los amigos de Renzo ha vuelto desde el gimnasio y parece estar buscando a Urashi. Podéis ver cómo mira en los accesos del edificio, en la cancha, cerca de la verja... pero aún no la ha encontrado. Parece con la actitud de quien la busca para llevarla a una trampa. Para ese momento seguramente ya tengan los cubos de pintura, y si las cosas continúan de ese modo pronto Urashi estará como si se hubiera bañado en ella.

De camino le hago un gesto de saludo con la mano a Sayaka, pero no me paro ni me entero de nada más de lo que hablan las chicas, porque tengo un objetivo claro: Haruka. Ese chico rarito me va a contar lo que sabe antes de que suene la campana.

Al llegar a su altura me quedo mirando a su amigo y pestañeo. Si es que es más tonto que un lápiz. 

—A mí no me manda nadie —le aclaro, por si se está pensando lo que no es, y sonrío, porque será más fácil que se largue si soy maja que si no—. ¿Te puedes ir? Quiero hablar con Haruka a solas. Creo que por ahí están hablando de kendo —digo, señalando cualquier zona del patio al azar—. Ve a enseñarles esos golpes mientras.

-¡Aventuras, Katsumi!- exclamo con cara de pillina. El aire huele a inquietud, se respira el nerviosismo en el aura de mis amigas. Tengo la impresión de que no es solo por mi retraso. Están excitadas, ¿confusas? 

La verdad es que son un poco dramas, hacen una montaña de un granito de arena. Son un encanto. ¿Eh?-¡Hola, Mimi! -le devuelvo el saludo.

-Mimi parece todavía enfadada. ¿No se le ha pasado? -pregunto mientras observo, algo perpleja, sus pasos hacia los dos chicos de anoche.

Ni siquiera apenas reparan en los mochis, así que los guardo para más tarde, normal, deben de estar empachadas desde la cena. Pero yo sí pillo un onigiri. -Mmm...qué rico, Katsumi. Tu abuela me cae genial -bromeo, riendo. Disimulo mirando aquí y allá zampándome el onigiri y luego un segundo. No veo que sea el momento de intranquilizarlas más con mis aventuras. En vez de eso, abrazo otra vez a nuestra preciosa vocalista.-Anímate, chica de la moto rosa, ya estoy aquí, jaja. Cuéntame tus penas, va.

Sigo echando un vistazo al patio y los alumnos. -¿Qué se cuece por aquí? ¿Que es eso de los chicos malos?