Partida Rol por web

- Dejaremos el interrogatorio para más tarde. Ahora mismo tengo una visita que atender, aunque ya hemos averiguado bastante información de este malnacido. - les dijo el Comisario Minus a ambos aurores, indicándole a Abelen que volviese a colocarle la mordaza en la boca para que la visita no fuese consciente de lo que estaban llevando a cabo. Podéis aguardar aquí dentro en silencio o salir a dar una vuelta e informar a Graves de la información obtenida hasta la fecha. Lo que prefiráis. - Y tras guardar los documentos en el dosier, se dispuso a salir de la sala anexa en la que se encontraban hacia su despacho, para abrir a quien estuviese por llegar. Si decidís salir, acompañadme para que os despida, y después os enviaré una notificación para proseguir...

- Con su permiso. Yo saldré a informar al Director Percival Graves y ya posteriormente regresaré para finalizar el interrogatorio. - y dirigiendo la mirada a Melkias, le preguntó cuales eran sus intenciones. - ¿Tú te quedas o vienes conmigo? Podemos bajar a la quinta planta del subsuelo y ver cómo está la situación allí. 

Estaba feliz ahora, había soltado la cuchara de la boca, y hablado todo lo que tenía que decir, como no sentirse complacido, aún qué todo era perturbador, casi, insólito, no por qué no crellera su historia, si no por que el medimago valía menos de lo que aparentaba. 

Está es la clese de personas que más detesto, apostado res que ponen en riesgo sus familias. 

Le miró con desprecio, pero se alejó un poco de Miller, por que si no le iba a propina otro golpe bien dado al sujeto. 

-Poner en riesgo a tu familia... Por apuestas y dinero, los vampiros son capaces de muchas cosas, los combatía en Londres hace un poco más de una década, y maté a muchos de esos escorea chupa sangre-

Luego de eso, el comisario dijo que tenía que dejar el lugar, y Gyp le preguntó que haría, a lo que un instante de duda le hizo pensar cuál sería la mejor opción, debía seguir actuando cómo un auror responsable, y buscar a la persona que tiene la llave, el señor tenebroso espera buenas noticias, y el seria el heraldo que las porte. 

-Voy contigo Gyp, después de todo, terminamos de momento el interrogatorio-

Podria salvarlo, y ofrecerle un trato en sus filas, y tener al hechicero bajo su ala, pero también inponia un riesgo para la causa, para su trabajo, sopesando los costos y beneficios, concluyó que no necesitaba a un apostado inútil, podría sanar usando magia, pero debería gastar una buena parte de su fortuna en pagar sus deudas. El oso Blancol al no tener hijos, y gastar lo mínimo y necesario, parte del dinero fue invertido, y dejado en un plazo fijo, por ende se podría decir, que Abelen tiene una pequeña fortuna.

Sin más preámbulos se dispuso a partir con su colega. 

Una vez se aproximaron la pareja

hasta la puerta del despacho del Comisario Minus, y Diana se identificó en el panel lateral, no se demoró mucho Mortimer Minus en abrir la puerta con un aleteo de su varita para permitirles pasar a la estancia. Dentro se encontraban dos aurores de pie, despidiéndose en esos instantes del Comisario, al que le tendieron la mano y agradecieron el haberles atendido. La joven Selwyn los reconoció como dos miembros del escuadrón Dodge, Gyp Rosetti y Melkias Abelen, aunque el trato con aquel par de aurores se limitaba a saludarse de forma cordial cuando coincidían algunas mañanas varios de los equipos del Departamento de Aurores, yendo a desempeñar sus funciones, pero poco más. 

- Adelante, pasad y tomad asiento. Enseguida estoy con ustedes, joven Selwyn, señor Sullivan . - les comentó de forma amable el Comisario auror, señalándoles las sillas que estaban frente al escritorio del hombre de avanzada edad. Denme un minuto.

Tras sus palabras, volvió a dirigirse a los dos aurores, a los que acompañó hasta el umbral de la puerta, continuando una conversación que parecía que ya trataban desde antes, no sin antes sellar unos documentos con el troquel en elmque venía impresa su firma.

- Pues tal y como hemos acordado, más tarde os daré aviso y terminaremos el trámite que tenemos entre pendiente. Aquí tenéis una orden que os autoriza a registrar sin problema el despacho de Miller y toda el área ennla que tiene competencias. 

Gyp Rosetti asintió a las palabras de su superior, dejando que fuese Abelen el que se hubiese hubiese cargo de los documentos y que se los guardase en el pliegue de su chaqueta. Al reconocer a la joven Selwyn, la saludó afablemente y lamentó la pérdida de su padre, creyendo que la mujer ya estaría informada de todo lo ocurrido. La cara de sorpresa de Diana le hizo darse cuenta de que no era el caso, dándose cuenta de que había cometido un error.

- Me alegro de verla, joven Selwyn. Quería presentarle mis respetos por el fallecimiento de su padre, el Capitán John Selwyn. Siempre he considerado que su padre fue un hombre muy leal y comprometido, un modelo a seguir...- y advirtiendo que la joven no estaba al tanto, se limitó a calarse el sombrero y tratar de salir del embrollo en el que se había metido - ...yo, esto... Lo siento, creí que ya le habían informado... Ejem,... El Comisario Minus le... Mierda, Abelen vámonos. Disculpe, señora Selwyn, no era mi intención...

Y avergonzado, abandonó la sala sin mediar más palabras. Minus le dirigió una mirada fulminante, pero ahora ya poco importaba, por lo que suspirando regresó hasta sentarse en su cómodo sillón, donde atendería a los nuevos visitantes. Estaba seguro que tendrían muchas preguntas y algunas respuestas a todo lo acontecido recientemente...

Melkias había visto anteriormente la imagen del tipo que debía hacer eliminar para el señor Tenebroso, y al ver la llegada de la joven Selwyn con otro hombre, no tuvo dudas de que se trataba de James Sullivan. Una vez localizado, todo era cuestión de saber encontrar el momento y lugar apropiados para eliminarle, siguiendo las órdenes concretas de Grindelwald. Un hermoso Flagrate debía dejar constancia de que era un "Perro traidor"

Había salido de la sala de interrogatorio, estaba satisfecho con el resultado, se dirigía con Gyp, en su cara podía ver la satisfacción de su colega auror, solo duró un momento, hasta que una dama muy hermosa entró en escena, Melkias no la conocía de nada, solo fue hasta escuchar a Rosetti que supo que era la hija de Selwyn, pero si supo quien venía con ella, Sullivan.

Tuvo que forsar se a no cometer un acto imprudente, y a mantener las apariencias, si no fuera por el comentario fuera de lugar de Gyp, la cosa podría haber seguido su curso con calma, solo levantó una ceja en señal de desconcierto, antes de irse despavorido por la inoportuna disculpa. 

-Lo siento señorita Selwyn, sepa disculpar a mi compañero, debo presentarme ante usted, soy Melkias Abelen, un placer conocerle-

El gigantesco inglés le tendió la mano con modestia y educación. 

- ¿Y usted es? - 

Preguntó fingiendo sorpresa por la presencia del acompañante. 

Mortimer en seguida les abrió y pudieron entrar a la estancia, dentro, un par de aurores a los que conocía tan solo de vista, ya se despedían del comisario. Diana pasó al interior junto con James y esperó a que los dos hombres salieran, al parecer iban a registrar el despacho de Miller… pero uno de ellos se adelantó y la saludó, lamentándose por la…. muerte de su padre….

Diana quedó parada, su boca entreabierta y sus ojos sin perder de vista a aquel tal ¿Roseti era? No podía ni pensar en eso ahora… El otro se adelantó entonces, para presentarse y disculparse por su compañero. Diana no respondió, aunque no les culpaba por revelarle aquella noticia de esa forma, estaba claro que ninguno de ellos sabía de su ignorancia, tan solo se giró hacia el comisario.

-¿Qué… ha pasado señor Minus? – dijo como pudo. Y es que todo aquello por lo que había ido a aquel despacho, todo lo que tenía que contar, todo en lo que iba a colaborar, parecía haber quedado en un segundo plano.

Minus lamentó en su fuero interno que la joven Selwyn se hubiese enterado de ese modo de la muerte de su padre, el capitán de aurores John Selwyn. El daño ya estaba hecho y de poco servía mantenerlo en secreto por más tiempo, por lo que decidió que informaría a la joven y su acompañante de inmediato de todo lo que sabían. 

- Lamento que se haya enterado así de la triste noticia, Diana... - se expresó de forma más cercana el comisario, llamándola por su nombre, entendiendo que iba a ser doloroso el informe que iba a proporcionarle. Hace apenas unas horas horas, recibimos el aviso de que la policía nomag había acordonado una amplia zona del muelle 2 de Brooklyn, porque al parecer un estibador que faenaba cargando unos barriles de aceite en un camión, había encontrado un cadáver dentro de un barril del que sobresalían sus piernas por arriba. Todo parecía indicar que había sido un ajuste de cuentas entre bandas mafiosas locales, pero no ha sido hasta que han tratado de determinar el cuerpo, que el capitán del FBI Arthur Carey, el cuál es un doble agente de los nuestros, nos ha informado de que han logrado identificar el cuerpo y que se trata del cuerpo sin vida de su padre, el capitán John Selwyn. Nos ha solicitado recientemente que un escuadrón de aurores se persone al lugar y se haga cargo de la investigación, para que averigüe las posibles causas de la muerte y todas las circunstancias que rodean el caso. Parece además que hay un testigo, un vagabundo ciego que suele pernoctar cerca del lugar, que ha dado un informe de lo que escuchó tras despertar al oír unos fuertes ruidos, aunque no se ha tomado en consideración su testimonio, al estar en estado de embriaguez, borracho como una cuba... - relató el comisario, viendo como la joven palidecía por momentos, y como el señor Sullivan la abrazaba tratando de reconfortarla. 

Ambos aurores, Rosetti y Abelen, se habían quedado parados en el umbral de la puerta, no pudiendo evitar escuchar las palabras de Minus, pero no queriendo inmiscuirse más, los dos salieron por la puerta y cerraron tras de sí.

James Sullivan percibió que uno de los dos aurores, el tipo más grande y corpulento, le miraba de forma extraña como si le hubiese reconocido de verle anteriormente. Aunque trató de hacer memoria, la verdad sea dicha, no le sonaba de nada, por lo que se limitó a responder de forma educada cuando le preguntaron quién era.

- Soy James Sullivan, un ejecutor recién llegado al MACUSA y que empecé a trabajar aquí hace solo sólo unas semanas. Discúlpeme, soy nuevo y no me suena haberle visto anteriormente, pero juraría que usted sí por su mirada. ¿Nos conocemos de algo? Siento ser descortés si es el caso... - trató de disculparse, aunque verdaderamente no le sonaba de nada aquel hombre al que habían llamado Abelen.

Rápidamente fueron interrumpidos por la explicación del comisario Minus, y realmente le dolió la noticia, pues sabía que aquello sería un fuerte mazazo emocional para su pareja. Con delicadeza trató de abrazarla e infundirle ánimos, susurrándole al oído.

- Lo siento mucho, Diana. Te ayudaré a encontrar a los responsables y les daré yo mismo el final que merecen. Te lo prometo.

Una vez que Abelen y Rosetti abandonaron el despacho, nuevamente el comisario Minus se dirigió a Diana y James.

- Tengo algunas preguntas que realizarles en relación a todo lo que les he contado, pero asumo que vosotros también habéis venido por algo. ¿Me equivoco? - comentó el hombre, dándoles la opción de explicar la razón de su visita o en su defecto, empezar a preguntarles al respecto de varios temas, todos ellos relacionados con la muerte del señor Selwyn, y de otro informe que podían ver sobre la mesa, en la que al parecer habían notificado también el ataque en el domicilio de Diana. ¿Hay algo de lo que quiera informarme? ¿Es cierto que esta noche han atentado contra usted y su hija? Si es tan amable de darme respuestas...

Tanto Melkias como Gyp habìan escuchado el informe de Minus antes de salir por la puerta, pero aunque hubiesen querido saber más al respecto, Minus se quedó en silencio hasta que no quedó otra que salir del despacho. Probablemente iban a hablar largo y tendido allí dentro sobre todo aquello en privado, pero al menos Abelen podía hacerse a la idea de que información manejaban en el MACUSA, y si Grindelwald no estaba equivocado, en breves Dodge le daría la noticia de que los escuadrones de Dodge y Montgomery iban a ser los encargados de llevar a cabo la investigación.

Ahora se abría un abanico de posibilidades y lugares a los que ir. ¿Bajar al nivel 5 del subsuelo y ver cómo estaba la situación de la supuesta fuga? ¿Ir al despacho de Miller e investigar la zona médica? ¿Quizá aguardar en recepción, y encontrar un momento propicio para seguir a Sullivan y eliminarle cuando abandonase la sede?

Gyp intervino, al ver a su compañero pensativo.

- ¿Dónde tienes la cabeza en estos instantes? En fin, creo que deberíamos bajar y reunirnos con Dodge, salvo que prefieras que echemos una mirada rápida al despacho de Miller en la zona médica. Tu decides...

Sullivan aparentaba ser un tipo feroz, bastante feroz, educado, si, pero peligroso, y por alguna razón, sentía cómo si pudiera verme en un espejo. No podía evitar pensar que disfrutaría matarle cuándo tuviera la oportunidad.

Los modales hacen al hombre, junto con la elegancia y la actitud dominante, y Abelen no podía quedarse atrás en el trato con el cazador.

-Discúlpeme, soy Melkias Abelen, me transfirieron del cuerpo de Aurores en Inglaterra, para dar apoyo al conflicto contra los mortifagos en el área metropolitana de Nueva York, lamento si le incordié de alguna forma-

No podía pensar en nada, una enorme felicidad se ocultaba bajo mi rostro, estaba ante un enemigo fiero y, me encantaría llevarle su cabeza a Grindelwald, pero me despedí con cortesía de ambos, y me dispuse a seguir a Gyp. 

No, podemos dejar lo de Miller paea después, reunirnos con Dodge es lo primordial ahora, tenemos que reportar nos y no retrasar a nuestros superiores-

Enma, era en lo único que podía pensar ahora. Su pequeña no sabía que su abuelo había fallecido, y si se enteraba y ella no estaba para abrazarla, para hacerle saber que estaba ahí con ella… Minus la interrumpió entonces, transmitiéndole su pésame y explicando cómo y donde habían encontrado el…. cuerpo… en su fuero interno agradeció el cálido abrazo de James, sentía que con él todo podía ser más fácil. Aguardó unos segundos, asimilando la información que les dieron y finalmente habló.

-Quiero formar parte de esa investigación, tengo información que podría ser de ayuda para esclarecer lo sucedido… - empezó a hablar con tranquilidad.

Diana tomó asiento y procedió a relatar lo sucedido, cómo habían atacado a su hija, hiriéndola de muerte, como el pukwundgie la había salvado y como los cuatro después, habían tenido que ir en busca de la tribu para poder salvar la vida de ambos, descubriendo así lo sucedido gracias a lo que el chamán les había conseguido mostrar a través de los recuerdos de Wamsutta, descubriendo así las identidades de los dos hombres, que pretendían secuestrarlas a ambas para obligar así a su padre a confesar donde escondía una llave que su señor ansiaba poseer por alguna razón.

James pudo notar como la bonita mujer omitió la parte en la que él confesaba que había formado parte en el pasado de aquel plan y le dedicaba una fugaz mirada, esperando a que fuese él quien decidiera como proceder, quien tomara la iniciativa de hacer lo que le había dicho que haría: ayudar en el bando correcto.

-Señor Minus, debe saber que, sin él Señor Sullivan, esto no hubiera sido posible, sin él, mi hija estaría muerta y no tendríamos toda esta información. Además, hay algo más que él debe contarle y espero valore positivamente – dijo mirando de nuevo a James y esperando a que tomase la palabra.

La reunión en la base había concluído, siendo necesario que todos se pusiesen nuevamente en marcha en sus respectivos cometidos. Con la inestimable compañía de su mano derecha Vinda Rosier, Grindelwald accedió a la red flú a través de la chimenea del salón, apareciéndose ambos de inmediato relativamente cerca de la misma ubicación de la que habían partido, en una vieja herboristería de la calle Mott de la que el dueño era un mago de avanzada edad, simpatizante de sus ideales y de total confianza. Era de vital importancia no acceder ni salir de la base secreta por la puerta principal si no por la chimenea, al ser un piso franco abandonado desde hacía tiempo, lo cual podría despertar curiosidad. A escasos dos cientos metros, una vez se salía de la herboristería, se alzaba imponente la Basílica de la Antigua Catedral de San Patricio, en la calle Mott de Little Italy, siendo aquel el lugar al que se dirigiría la atractiva joven.

Antes de que sus caminos se separan, dado que el señor Tenebroso tenía otros asuntos que atender, le habló a su segunda al mando en confianza.

- Me disgusta que Krall no haya completado su cometido y eliminado a las dos Selwyn en persona, habiendo usado a dos sicarios incompetentes para dicha labor de vital importancia y haber fracasado. Eso entorpece nuestros propósitos, pudiendo estar ahora limitados nuestros movimientos o expuestas algunas de nuestras identidades si en verdad ese traidor de James Sullivan está ayudandolas como todo parece indicar...  Confío en que Krall haya captado la advertencia y no vuelva a defraudarme, si sabe lo que le conviene... - comentó entre susurros tras salir por la puerta del viejo local, visiblemente contrariado aunque anteriormente se hubiese mostrado magnánimo y sonriente. Con Vinda podía mostrarse abiertamente, gozando de su total confianza y lealtad, y buscando otros puntos de vista en determinados momentos. En fin, vuelvo a la sede del MACUSA, se requiere de inmediato la presencia de Percival Graves para contener la situación... ¿Puedo depositar mi entera confianza en que sabrás lidiar con el clan vampiro de Manhattan? Debemos incitarles a que declaren la guerra a los licántropos del Bronx, y a que transgredan el tratado firme con el Magicongreso que lleva en liza casi dos cientos años... Es posible que su líder, el príncipe Umberto Salieri no esté muy por la labor temiendo las posibles consecuencias del hecho, pero recientemente ya sufrió una escisión en su propio clan que le acarreó serias dudas de liderazgo y la aparición del nuevo clan vampiro en Greenpoint, quedando bastante reducidos en número y en malas condiciones frente a la poderosa manada de Schultz. Saben que necesitan de nuestro apoyo, y si le aprietas de la soga que tiene en el cuello, se verá forzado a ceder... - la sonrisa de Gellert se mostró maliciosa, aunque a su vez cauta. Ya sabes el contenido de la carta que le he entregado a Melkias Abelen, y de cómo llegado el momento llevarán a los aurores hasta la Basílica para caer en la trampa. Confío en que lograrás que los vampiros estén dispuestos a segar sus vidas y darse un banquete...

Finalizadas las instrucciones, Gellert Grindelwald salió del callejón y miró una última vez la enorme basílica, para terminar diciéndole a su compañera y aliada.

- Como sea, tienes libertad de movimiento y acciones. Afronta el asunto como creas conveniente, incluso forzando una guerra entre ambos Príncipes o quebrantando el coto de caza. Se que como siempre sabrás desenvolverte sin problemas, pero de ser necesario, no dudes en contactarme por el procedimiento habitual - y con ello se refería a usar a su elfo doméstico en caso de máxima urgencia. Ah, una última consideración... Es probable que en breves te haga llegar una misiva, en la que requiera que ocupes el cargo de jefe de Aurores y dirijas la investigación de la muerte del Capitán de Aurores John Selwyn, juntamente al escuadrón Montgomery. En esa carta vendrán claramente expuestas las instrucciones, y los miembros del escuadrón de los que te harás cargo. Melkias estará en tu unidad, todo está dispuesto.

Vinda solía disfrutar las reuniones oficiales, eran momentos perfectos para intercambiar impresiones y saber con claridad cómo avanzaban en la lucha por la supremacía. Aunque la de aquel día le había dejado un mal sabor de boca. No le gustaban los fracasos, un solo fallo podía alejarles más del objetivo y además, desmoralizaba las mentes menos firmes de sus aliados. No, errar en una misión no implicaba no avanzar, determinaba retroceso.

La mujer era inteligente y sabía cuando debía permanecer callada, sus silencios eran momentos en los que Grindelwald hilaba pensamientos, ideas que les llevaría a un futuro cargado de éxitos. Su paso firme y saber estar determinaba mucho, transmitía fortaleza a su superior.

Rosier le siguió, llegando a la floristería de la calle Mott por medio de la red flu. Nada más sus pies salieron de la chimenea se arregló el cabello, le gustaba estar perfecta, siempre impecable, pues precisamente vivía de eso, de su propia imagen, ésta era relevante para que las personas se fijaran en su físico, acompañando éste de una bonita sonrisa y una mirada dulce, empática, seductora.

- Yo tampoco estoy contenta con el resultado de las acciones de Krall... Ha sido una irresponsabilidad por su parte dejar tan importante cometido en manos de unos matones a sueldo... Sería conveniente de que sus próximas misiones sean más acordes con su intelecto... - determina ella, hablando con suavidad y tacto -... Gellert... no te tortures... no sabíamos que era tan necio, yo también confiaba en sus capacidades pero ahora debemos aferrarnos a lo positivo..., sabemos que es limitado y podremos destinarle a tareas sencillas... No habrán más errores... Y pobre del mencionado como se equivocara de nuevo, la vida le iba en ello.

- Oh por supuesto que sabré lidiar con los vampiros..., recuerda que nos une algo muy fuerte y sé cómo muchos de ellos piensan, si el príncipe hace oídos sordos a mi requerimiento, tendré que persuadir a los miembros más jóvenes e impetuosos... La sangre llama a la sangre..., que nos alimenten como si fuésemos mascotas es un insulto, cuando estamos por encima de los Nomag en la cadena alimenticia.... No entiendo por qué se le da tanto poder a quien por naturaleza no lo tiene..., el clan me escuchará, pero eso sí Gellert, no puedo asegurarte plazos, voy a tantear el terreno... Y sí, tengo claro el contenido de la carta de Abelen, cuando los vampiros colaboren tendré que hablar con él para tender la tela de araña en la basílica, acabaremos con buena parte del protectorado MACUSA, al final no tardará la institución en caer... - mira a Grindelwald sonriente -... en caer en las mejores manos para que la guíe y dé prestigio a la comunidad mágica....

El halago era un rasgo característico de Vinda, por eso seducía tanto a hombres como mujeres, ponía en los oídos las palabras que deseaban oír, pero en el caso concreto de Grindelwald, eran deseos ocultos dichos con la mejor de las intenciones. Ella era completamente fiel a la causa.

- No te preocupes, no tengo escrúpulos y conseguiré mi objetivo. El clan vampiro claudicará a tu favor, solo es cuestión de tiento y perseverancia... Y quizás, quién sabe, el príncipe acabe totalmente engatusado por la magia... -  sonrisa divertida -...Esperaré ansiosa la misiva que está por llegar, pobre Selwyn... nadie le hará justicia... - dijo con sorna -... va a ser entretenido tener al ministerio dando palos de ciego...

Rosier asiente cuando Gellert le indica que estarían en contacto por medio de su elfo doméstico, era mucho mejor que una lechuza para mandar mensajes. Además Vinda no era una ama desalmada con su mascota, la cuidaba bien y sin tiranía, su carácter personal no se permitía el ser desagradable con nada ni nadie. Se cazaban más moscas con miel que con vinagre.

- Bien Gellert, todo está dispuesto y yo preparada... Piensa los siguientes pasos, yo procedo ahora mismo con el tema de Umberto... Te daré novedades cuando me den respuestas en firme... - le asegura la mujer mirando la Basílica, suspira y tras una inevitable despedida con Grindelwald, fue a presentar sus respetos, entrando en el lugar y poniéndose en contacto con el vampiro que seguramente, vigilaba aquel espacio.

Tras salir del despacho del Comisario Minus, ambos aurores se dirigieron hacia los ascensores para descender al nivel sub 5, donde supuestamente estaba la acción. Gyp Rosetti ya había estado allí abajo con anterioridad, por lo que puso sobre aviso a su compañero de lo que probablemente encontrarían.

- Si, lo mejor es darnos prisa en apoyar al jefe Dodge, y a los escuadrones que han bajado dirigidos por la Presidenta Picquery y el Director Percival Graves. Al parecer algunos magos oscuros se infiltraron suplantado la identidad de algunos miembros del departamento de aurores, liberando a los presos de los sectores 3 y 4, y tratando de sacar del MACUSA al  malnacido de McCarthy. - le informó de lo que había visto y recordaba, antes de que fuese enviado al lobby para reunirse con Abelen, y atrapar a Miller intentando fugarse del MACUSA. No sabemos cómo estará la situación ahí abajo, pero las órdenes era reunirnos con el resto de miembros del escuadrón Dodge y contener el intento de fuga. Vamos.

En el ascensor estaba aguardando Red, el duende operador de los ascensores, el cual necesitó comprobar las acreditaciones antes de permitir que los dos descendieran. Al llegar al nivel quinto del subsuelo, no tardaron en comprobar que aquello había sido una verdadera guerra, todavía reposando en el suelo cadáveres calcinados, tanto de aurores y vigilantes de seguridad del MACUSA, como múltiples presos. Avanzaron por los pasillos y descendieron por unas escaleras de piedra labrada, hasta dar con Graves y un numeroso grupo de aurores que combatía abiertamente en el pasillo principal de las celdas ordinarias. Al fondo había un grupo numeroso de prófugos de las celdas de máxima seguridad, que habiendo logrado escapar y hacerse con varitas mágicas de una de las garitas de los vigilantes, todavía mantenían a raya a los aurores. Los hechizos iban y venían, siendo repelidos por los escudos protectores e impactando por el techo y las paredes. En ocasiones, alguien resultaba herido y se arrastraba hasta quedar fuera de la acción, habiendo sido improvisado un lugar en donde la presidenta Picquery trataba a los heridos.

- ¡Presidenta Picquery! - expresó Rosetti al acercarse al lugar, tomando entre sus manos la varita listo para la acción. ¿Podemos serle de ayuda? ¿Cómo está la situación?

- Por supuesto. Ayudad al director Graves a avanzar e incapacitar a los fugados. El jefe Dodge fue alcanzado por una maldición y ha estado debatiéndose entre la vida y la muerte largos minutos, pero el señor Woodbridge logró salvarle la vida de milagro. Ahora mismo reposa en la sala de recepción de ahí delante, por lo que de momento uniros al director Graves, ¿Entendido? - Y tras hablar y dar instrucciones, continuó en sus labores de sanación junto a otro medimago que le ayudaba. 

Tanto Gyp como Abelen pudieron reconocer a otro más de los miembros de su escuadrón, Gunnar Grimmson, codo con codo junto a Percival Graves. Era el momento de ayudarles a combatir a esos malnacidos que se afanaban por detener el avance de los aurores y que trataban de abrir un acceso que había sido obstaculizado, al ceder toda la estructura. Aquello eran buenas noticias, dado que los presos no tendrían otra salida salvo intentar luchar y vencer, lo que era improbable. Graves se posicionó al frente e hizo gala de una habilidad mágica asombrosa, soportando prácticamente todos ataques indiscriminados de los presos, que retrocedían asustados al verse contra la espada y la pared.

Una situación fuera de control, al contemplarla con sus propios ojos, Melkias entendió que poco podía hacer, eran demasiados y estaba a la vista de todos, no podía actuar de manera tan temeraria, eso sería incluso firmar su sentencia de muerte, había muchos adversarios, y el fuego cruzado entre ambas partes era malditamente feroz, no es el momento de ser arrojado, o tal vez si, Abelen no lo sabía muy bien ante la adrenalina de la situación.

Oye Gyp, es hora de divertirse, salgamos a pelear 

Tomó una milésima de segundo sacar su varita, liberar un protego sobre si mismo, y soltar un Verdimillius contra los prisioneros, esperaba causarles bastante daño cómo paea convencerle de que se rindieran. 

Cubreme Rosetti, yo haré lo mismo. 

El comisario escuchó el relato de la joven Selwyn al detalle, realizando de vez en cuando algunas anotaciones en su cuaderno. Poco a poco fue entendiendo las razones por las que la magizoóloga se había ausentado de la reunión extraordinaria, de lo cual solo le habían informado muy vagamente, al tiempo que le sorprendió muchísimo la información acerca de esa llave mágica que aquel par de sicarios habían ido a buscar, y que quizá era el móvil por el que habían atacado al capitán de aurores. Al fin empezaba a completar las piezas del puzzle y entender las razones por las que madre e hija habían sido atacadas en su domicilio, y la posible conexión con el asesinato del señor John Selwyn.

- Gracias por toda la información que nos ha ofrecido, señora Selwyn. Vamos a precisar que nos permita ver en un pensadero la visión del ataque a su domicilio para cotejar los rostros de ese par de sicarios, comprobar los nombres en los registros y expedir una orden de búsqueda y captura por tentativa de asesinato, allanamiento de morada y posible implicación en el asesinato de su padre. - comentó el viejo comisario de buenas formas, como ofreciendole a Diana la posibilidad de ayudar por propia voluntad entregando esos recuerdos, pero siendo la realidad que no había alternativa a negarse, siendo el procedimiento habitual en este tipo de casos. Al ser el capitán John Selwyn un familiar directo de su persona, me temo que va a quedar relegada de la investigación de este caso, aunque esperamos su colaboración de forma activa en todo detalle que nos pueda aportar o recordar posteriormente. Tengo entendido que será el escuadrón Dodge el que se hará cargo de la investigación al final, aunque recibirá una notificación cuando se termine de tratar el asunto y se tome una decisión en firme. Hasta entonces, considere que dispone de unos días libres y disfrute de la compañía de su hija. Es probable que un par de aurores les vigilen y protejan por si esos delincuentes decidiesen volver a intentar atacarles... Toda precaución es poca...

​​​​​