Partida Rol por web

Inicialmente Vinda Rosier solo escuchó silencio. Recorrió con la mirada los rostros de los congregados con curiosidad y ninguno parecía dispuesto a hablar, así que determinó que estaba rodeada de personas sin raciocinio ni intelecto, gentes que tan solo eran títeres de MACUSA, que no tenían más proyección en su vida que estar allí y dejar pasar la oportunidad de decir algo, lo que fuera, o bien un estoy contigo o contra ti, pero no actuar como borregos a la espera del matadero. Eran patéticos.

Uno de los recién llegados se arrastraba hasta los restos de sangre, era algo que a la mujer no pareció preocuparle, ¿quién era ella para juzgar los gustos insanos de algunos magos?... Simplemente le dejó hacer antes de limpiar el suelo y mostrar toda su elegancia y esplendor.

Y por fin alguien con agallas abrió la boca. Rosier buscó el foco del ruido y le localizó, rondaba los cincuenta años, era un hombre de piel clara y cabellos castaños que comenzaba a mostrar el paso de la edad, se acercó a él y observó sus ojos azul grisáceos. Supo quien era, no porque le hubiera tratado sino por el cargo que ostentaba, un puesto para nada desdeñable, y viendo su valentía supo que al menos había alcanzado tal posición por méritos propios, eso le agradaba.

- No hablo demasiado a decir verdad, podría ser más creativa y dar una diatriba que causara expectación en determinados contextos sociales, obviamente quizás no en este donde está visto que se les da bien actuar cuando tienen la varita en la mano, pero que callan cuando no acceden a ella..., al menos la mayor parte - una mirada extrañada hacia el resto de los presentes, una sonrisa liviana y un amago de suspiro -... Pero por favor, no estamos aquí para lanzar atentados dialécticos sobre unos u otros, eso sería algo muy poco práctico y típico de personas que gustan el desperdiciar su tiempo, usted no me encaja en ese perfil, y tampoco corresponde al mío, así que seremos prácticos para llevar a buen término las negociaciones... Si es que llegamos a posicionarnos conforme avance nuestra charla...

La mujer era muy tranquila, no parecía haberse enfadado a pesar de las palabras de Montgomery, quizás todo lo contrario, le respetaba lo suficiente como para dedicarle toda su atención y las explicaciones pertinentes a sus comentarios -...Se equivoca, señor... Para Grindelwald yo soy importante, su mano derecha, hija de la magia y descendiente de vampiros... Gellert valora a todos los magos y brujas, por eso me ha mandado aquí, para evitar de alguna manera de que ocurra una masacre, ¿por qué pensáis que estáis vivos aún?... Siendo realistas, los vampiros somos más fuertes que los de humana condición, y a pesar de vuestra magia hay gente de los míos que cuentan con poderes... Si deseáramos vuestra muerte, ya no existiríais..., pero...¿qué tipo de bien provoca eso para el mundo mágico?... Ninguno.... - fue clara y contundente, nada esquiva en sus respuestas -...Os equivocáis de nuevo señor, para Grindelwald lo importante no es tener sangre pura o ser mestizo, lo trascendente es la magia, todo mago ha de ser respetado, no valora la procedencia, sí el poder de cada cual.... Y sobre los vampiros, cree en el respeto a las criaturas mágicas, no como el MACUSA... Grindelwald nos permite alimentarnos de no-majs como es nuestra costumbre, no nos humilla dándonos sangre de bolsa para tenernos callados como si fuéramos mascotas, con él hemos vuelto a liberar nuestra esencia, y tan importantes somos que eligió un vampiro como su segunda al mando porque además de mi naturaleza, soy bruja... Y sí que respeta nuestros derechos, a mi siempre me ha tratado con privilegios, los que me he ganado actuando por su lucha y, estos de aquí... - señala a los vampiros -... son mi pueblo, una afrenta contra ellos es hacerla contra mi persona e ir irremediablemente a la guerra... Los vampiros actuaremos con la sabiduría que caracteriza nuestra longevidad, pero ya hemos pasado por demasiadas humillaciones y ni una más.... - dijo elevando la cabeza, estaba claro que los presentes estaban escuchando las promesas que les hizo, Vinda Rosier siempre cumplía su palabra.

- Usted no es inflexible y ya le he explicado la esencia de Grindelwald, él valora las capacidades mágicas y en el MACUSA hay mucho inútil con varita, seguro que se ha dado cuenta de ella, hasta yo lo hice en el poco tiempo que llevo... - comentó la fémina mirando a los demás congregados -...Grindelwald viene a desestabilizar el sistema, a dirigir el MACUSA y tener cerca los aliados mágicos que deben regir nuestra comunidad... Únase a él, sea leal y verá que su calidad de vida se verá incrementada, podría seguir trabajando como auror, seguir luchando por las causas justas que crea, pero solo cambia que si usted es un charlatán incapaz de efectuar los mejores hechizos, no será el jefe sino un subordinado... Y eso sí, una vez él controle el poder, se acabó la guerra mágica, llegarán buenos tiempos para vuestros hijos....

Miró a los presentes y se dirigió hacia uno de los lados, lo suficientemente alejada como para que no la tocasen, al menos hasta que llegó a un auror de buen aspecto llamado Riley, avanzando con suavidad hacia su persona, con la delicadeza de una pluma que baja por el aire hasta posarse sobre una superficie, se aproximó a él y le sonrió, acercando su rostro con suavidad, como si quisiera besarle -...Vida y libertad... Os ofrezco eso... Aurores que deben cuidar los problemas reales de la comunidad mágica, no la política corrupta que hasta ahora ha llevado... Igualdad para las criaturas mágicas.... El antiguo MACUSA iba a darles privilegios a los hombres lobo por atacar a los vampiros y a todos aquellos que estaban posicionados en su contra... En la nueva era todos tendremos nuestro espacio, hay lugares para todos y se mantendrá respeto ante los límites... - se separó con suavidad mientras sus ojos verdes quedaban prendidos del varón, ciertamente era muy atractivo, casi como su príncipe -...Todo es posible estando vivo... - se mordió el labio inferior mientras se retiraba hacia otro lado.

Siguió caminando y se dirigió hacia Diana Selwyn, se aproximó a ella y la miró a los ojos, respetando en cierta medida su espacio, pues temía incomodarla -...Poder cuidar a tus hijos sin miedo, sin más guerras ni ataques de bandos, tu hijo será tan libre como tú, podrá formarse, estudiar y ser un miembro respetado de la comunidad...Solo por haber elegido correctamente, acabar tu trabajo por la mañana y regresar a casa junto a tu familia... Todos felices....

Y así, finalmente, Vinda Rosier suspiró antes de decir -...¿Nadie quiere decir nada más?.... - sería decepcionante que así fuera.

Todo se fue a la mierda muy rápido, la maldita daga hizo su trabajo justo cuando yo iba a hacer el mío y mandar a la mierda el puto traslador, Grindeleald dejo de lado su mascarada y de pronto todas mis fuerzas fueron drenadas, eso tal vez hubiera hecho flaquear a alguien normal pero no a mi.

Ahora estaba realmente cabreado, alguien lo iba a pagar, no sé si Woodbridge o el par de idiotas que habían traído el traslador, lo ciertonera que, si salía bien librado de esta, uno de esos tres iba a perder varios dientes además de necesitar una buena cirugía para reacomodar su nariz de vuelta en su lugar.

Cuando el mareo propio del traslado finalmente cesó, pude notar que nos encontrábamos en un cubil de vampiros, esos desagradables chupasangre ahora nos tenían donde querían.

Aún tenía mi varita en la mano y quizá una oportunidad, sólo necesitaba una distracción y haría volar todo el maldito techo aunque se me fuera la vida en ello.... Al menos esa fue mi intención, cuando un maldito agente de Grindelwald, mostró el verdadero tamaño de sus cojones, los cuales resultaron más pequeños que una semilla de tomate.

El muy hijo de puta se puso a lloriquear y a intentar huir, vaya rata, si no estuviera tan jodido en ese momento, yo mismo lo habría callado, aunque un vampiro lo hizo por mi, en ese momento no supe si sentir gratitud con el vampiro o frustración por no haberle podido partir la jeta a ese sujeto en persona.

Con mucho esfuerzo intento ponerme de pie, pero los vampiros estaban allí acercándose cada vez más... Pues bien, que vengan, ya verán que tan cara vendo mi piel, pues aunque sea a mordidas pienso defenderme. - pienso mientras empiezo a reservar fuerzas para darle a uno de ellos una buena dentellada.

Y entonces apareció la zorra de la que Alma había hablado, elegante, pomposa y vaporosa, no había dudas era toda una princesa vampírica quien no dudo en hacer uso de su poder para marcar territorio.

Aquella mujer ordenó que nos sentaran en sillas, pues bien no iba a darle el gusto a esos vampiros de verme derrotado. - Si me tocas te arranco la puta mano de un bocado, yo puedo ponerme de pie y sentarme por mi cuenta y créeme que si no estuviera esta salvaguarda aquí, te haría conocer el verdadero miedo. - le espetonal vampiro mientras me incorporo por mis propios medios.

Era evidente que el sólo hecho de estar allí de pie resultaba una tarea titánica para mi, por lo que no dudé en dejarme caer sobre la silla cuando la trajeron y entonces llegó la conversación más surrealista que escuché jamás, Richard Montgomery empezó a negociar con la princesa vampiro, no sabía si quería comprar tiempo o qué, pero de momento no iba a intervenir en ese pleito, pues necesitaba todas mis fuerzas para luchar.

Sin embargo, mi situación se complico cuando la princesa se dirigió a mi, intentó cautivarme con su sensualidad, pues bien, ya podía ponerse a la cola, porque en lo que a mi respecta, sólo existían una mujer en este mundo a la cual podía profesarle un afecto sincero, esa era Alma, así que sus estúpidos coqueteos me traían sin cuidado.

Tras aquel momento en el cual le sostuve la mirada a la vampiresa mientras sostenía mi varita con fuerza, aún incapaz de usar algún hechizo, Vinda Rosier nos invito a expresarnos y fue entonces que decidí romper mi silencio.

¿En serio crees que eres su mano derecha? Pues permítame decir algo señorita Rosier, algo que le va a caer como una tonelada de piedras encima. Grindelwald sólo siente lealtad hacia una persona en este mundo y esa es el propio Grindelwald.

El mago al que su siervo asesinó era un colaborador de Grindelwald, el único socio conocido de Grindelwald, también fue traicionado por él, pues no es secreto para nadie que antes de que Grindelwald huyera al nuevo mundo, él y Dumbledore eran muy cercanos.

Oh sí señorita, yo hago mi tarea y le aseguro que Grindelwald ya tiene traidores entre sus filas listos para mover fichas a su señal, yo podría ayudarle a descubrirlos, pero sabe algo, paso de ello. - digo con bastante seriedad.

¿Tiene alguna idea del poder que Grindelwald está por conseguir? Él va a liberar el poder del puto Necronomicón para completar su ambición de convertirse en el amo de la muerte, dominio absoluto sobre vivos y muertos.

Los hijos de la noche, su pueblo, no van a ser más que marionetas para ese megalómano, si duda de mis palabras, adelante, pregúntele a cualquiera de los presentes como Grindelwald piensa adueñarse del poder del libro para sí mismo y levantar con él un ejército de inferis.

Inferis. ¿Cree que con un ejército así va a necesitar aliados para tomar el poder? La respuesta es no, él va a hacer lo que le plazca sin rendirle cuentas a nadie, él sólo desea que ustedes nos saquen del camino para que nadie lo detenga.

Adelante póngalo a prueba, envíe un emisario que comunique su muerte s Grindelwald ya verá usted si ese emisario regresa. Entonces ya podremos echarnos unas buenas risas de como nos vio las caras de tontos a todos. - agrego con absoluta seguridad mientras lucho de nuevo contra la influencia del hechizo para ponerme en pie.

El MACUSA no es perfecto, pero al menos funciona, nosotros no pensábamos usar a los licanos contra ustedes, eso va en contra de lo que el MACUSA cree, quien los ha puesto unos contra otros es Grindelwald, él es el único que gana.

En fin, ya es cosa suya escoger que creer o no, yo sólo señalo los hechos, pues a eso me dedico, soy el mejor interrogador que tiene el puto MACUSA y mi trabajo es hallar la verdad.

Adelante señorita Rosier, córteme el cuello si gusta, pero eso no cambia el hecho de que no le miento. - sentencio con firmeza mientras me incorporo con gran dificultad.

Uso legeremencia en todos los vampiros presentes a excepción de Rosier, para leer sus pensamientos superficiales y descubrir una reacción que me indique la presencia de algún posible traidor a los vampiros.

Comencé a incorporarme a la posición más digna que podía, habida cuenta de las circunstancias, cuando Riley habló... 

Aguardé a que terminara para intervenir, y lo hice con una sonrisa, pues al menos parecía que dos de mis compañeros no se habían arrugado, por supuesto yo sería el tercero, daríamos una lección a todos de que no era tan fácil doblegarnos como habían presupuesto.

Guardé mi varita, no tenía sentido tratar de usarla, moriría antes de conjurar un sencillo lumus...

Señorita Rosier - llamé la atención cuando Riley dejó de hablar - permítame añadir a lo expuesto por el señor Riley... ¿de verdad usted se cree sus propias palabras? Tal y como dice Riley, ustedes son marionetas, y Grindewald es el titiritero que mueve los hilos, y cuando tenga lo que quiere, los arrojará a la basura, como con todo lo que toca.

Estar a su lado es como ponerte al lado del fuego. Es agradable cuando hace frío, te reconforta con su calor. Pero, cuando el fuego arde en exceso, hay que alejarse o acaba consumiéndote. Y eso es lo que os va a pasar.

Hay razas, además, que no están hechas para dominar, sino para permanecer ocultas, por su propia supervivencia. Si damos vía libre a los vampiros, será su propio fin. Necesitan de alguien que controle sus impulsos, que controle su... número. Son como las langostas... y Grindewald lo sabe, los usa para sus fines y luego los eliminará... téngalo por seguro, señorita Rosier. Nadie tiene sitio a su lado.

La comunidad mágica en general debemos vivir en la sombra. Forma parte del contrato primigenio... y eso no se puede cambiar, sería... sería alterar el equilibrio... y no lo vamos a permitir.

Mucho menos que use el Necronomicon... desatará fuerzas que no deberían ni siquiera haber sido concebidas... si tenemos que morir intentándolo, lo haremos... no tengo miedo, y esa es un arma muy poderosa. Aun está a tiempo de cambiar, señorita... ¿qué decide?

Escuchar a Rosier le hizo reír, primeramente porque la fémina tenía el discurso de su amo bien aprendido, pero sobre todo porque desde que Vinda Rosier había comenzado a hablar, todas las demás mujeres habían enmudecido repentinamente, como si el carisma de la vampira les había intimidado hasta el punto de quedar mudas. La imagen le hacía pensar en un lobo alfa de la manada amilanando a los lobos beta.

-No dudo que Grindelwald le considere su mano derecha, señorita Rosier, pero en los planes de Grindelwald no hay un final en el que los vampiros gobiernen el mundo -aseguró, plenamente convencido-. Gellert Grindelwald lleva obsesionado con obtener las Reliquias de la Muerte desde su época de estudiante en Durmstrang. Eso es lo único que le interesa. Vampiros, licántropos, mafiosos, políticos corruptos... A Grindelwald no le importa con quien aliarse para obtener sus fines, pero todo son dejados atrás cuando no le son útiles. El MACUSA está corrompido hasta los cimientos, es imperfecto y Grindelwald lo ha demostrado, pero, ¿quiere saber qué nos diferencia? Las fuerzas de MACUSA están compuestas por personas y las de Grindelwald por inferis... cadáveres reanimados mediante magia. Esclavos sin voluntad. ¿No le da eso una idea sobre en quién confía el viejo Gellert?

Montgomery sabía que, por más que Riley, Woodbridge o él mismo hablasen, no tendrían muchas posibilidades de hacer cambiar de parecer a la princesa vampira.

-No hay posibilidad alguna de que, si la existencia de los vampiros saliera a la luz, vuestra situación terminase bien. ¿Sabe por qué vuestros nidos suelen ser pequeños? Porque un elevado número de vampiros en una ciudad es insostenible a la larga. Si cada vampiro necesita uno o dos litros de sangre al día, empiece a hacer cuentas. Si Grindelwald es listo, hará que seáis siempre una minoría. Y las minorías terminan siendo rechazadas, marginadas y cuando empiezan a ser molestas, resultan eliminadas. El MACUSA os da la posibilidad de vivir con dignidad vuestra condición, sin muertes, sin tener que arrebatar la vida a un no-maj o mago. Incluso si Gellert Grindelwald triunfa, no hay escenario alguno en el que los suyos ganen -El jefe auror resopló. Sabía que no había nadie fuera a acudir para salvarles, pero extrañamente no sentía miedo de Vinda Rosier. Tampoco odio. Entendía las motivaciones de Rosier y sabía que en cierto modo hacía lo que consideraba mejor para los suyos-. ¿Qué hicieron con Abelen? La última vez que una de mis subordinadas supo de él estaba metiéndose en un nido de vampiros en el Cotton Club.

Definitivamente aquel no era su maldito día, solo la perseguía la desgracia, y ahora esa maravillosa idea que tuvo… no… escuchó la advertencia de su compañero cuando ya estaba hecho y cuando vio el cuerpo de Nestor caer inerte el dolor de nuevo… Diana expresó un lamento sin palabras y tras el discurso de aquel imbécil, ahora estaban en una sala rodeados de vampiros, una sala que como pudo comprobar pertenecía a una gran mansión de vampiros muy importantes de la ciudad… instintivamente giró su cabeza, aún de bruces en el suelo, y miró a Woodbridge, siempre lo había intuido, algo en él no era humano, y ahora podía verlo perfectamente.

-Joshua, - le susurró intentando llamar su atención, - estamos aquí, Joshua… - siguió llamándole cuando vio que con los dedos, tomaba sangre del suelo próxima a ellos…, lo necesitaba atento, despierto, y capaz, pero quizás esa sangre fuese algo más que una debilidad… y le dejó hacer.

La mujer posó su mirada en la bella Rosier y escuchó sus palabras sin intervenir y la posterior respuesta de su superior. A Diana nunca le había gustado como la comunidad mágica trataba a los vampiros ni a las demás criaturas, denigrándoles y discriminándoles, siempre había pensado y lo había expresado, que algo así ocurriría tarde o temprano, no eran bestias, no eran monstruos, y si los trataban como tales, terminarían por alzarse y sin duda, tan inteligente como era Grindelwald, no desaprovecharía algo como eso, y aquella era la prueba, ahora tenía a todos los vampiros de su lado, los utilizaría y luego de nuevo los despreciaría sin duda… y seguiría usándolos para sus fines, tal y como Montgomery había explicado a la perfección.

Vinda entonces se acercó a ella, expresando las posibilidades de poder criar a su pequeña en un mundo más “seguro” a su parecer, un mundo en el que ella poseería un renombre, en el que sería alguien… Más a qué precio… no. Diana aún tenía la varita en la mano y la apretó con fuerza, casi se clavó las uñas en las palmas de las manos, tenían que luchar contra aquellos vampiros, pero casi no podía moverse, y Diana se concentró entrecerrando los ojos y mirando a cada uno de los presentes intentando descubrir quien era aquel que les impedía actuar, mientras Riley, Woodbridge y Montgomery, seguían hablando con la princesa, quizás muy interesados en parlotear con la hermosa mujer que tanto conseguía llamar su atención, y consiguiendo un tiempo perfecto para ella, que, de pocas palabras, se centró en su tarea.

Y así era como Grindelwald le había robado todo, a su hermano, a Edward y su maestro. Cuando estaba sobre la escoba y volteó su rostro hacia aquella voz qué significó una descarga de ira que nació de su vientre y se atomizó en cada una de sus cédulas. Tan cerca, a sólo pequeño alcance, a solo un agitar de su varita y un brillo verdoso y mortal. Había sido en ese día, el día anterior había usado ese hechizo sobre Graves y seguía siendo él, ahora, sin embargo, de seguro estaba en alguna zanja. Iba a gritar, de hecho movió la escoba en su dirección para lanzarse contra aquel hombre, pero una fuerza inconmensurable la atrapó.

No querían meter ahí a los soldados de Grindelwald, sino querían llevarlos lejos, a una palco para observar, de primera mano, el nuevo mundo que el mago tenebroso crearía a la imagen y semejanza de sus más retorcidos anhelos. Un mundo donde la magia prevaleciera, donde él fuera el nuevo señor de la muerte, deseaba superar a la propia existencia y que el mundo lo observara. Los ojos de Alma estaban inyectados en ira cuando aquella magia se la llevaba al nido de vampiros del que había escapado por los pelos. 

Los vampiros reunidos formaban parte del séquito del Mago Tenebroso, ahí, todos reunidos, sólo se sentarían a la derecha del nuevo creador y disfrutaría de la conquista que les había prometido. Eso por lo menos les contaba aquella bruja que se pasaba y pavoneaba entre los hombres. Hablaba, el resto también, con una elocuencia enorme, quizás la cercanía con la muerte les había soltado la lengua mientras los levantaban cuales muñecos y los sentaba. Mareos, ganas de vomitar, la cabeza abombada mientras la energía se extinguía. Alma permaneció inclinada hacia delante, con el cabello cubriendo su bello rostro, aún procesando la idea de saber que lo había tenido tan cerca y no hábía podido ejecutar su venganza. 

Eso le hacía temblar el cuerpo, le descomponía el estómago, incluso más que aquella magia que los había dejado cuales estropajos y a merced de aquella mujer y su corte. Alma, había dejado sus brazos colgando a los costados, con la varita en su mano, sin apretarla y sus ojos muy abiertos. Vinda se acercaba a Jonathan, pero Alma no acusaba aquella afrenta, sino que estaba pegada aún en la cara de su enemigo mortal y ella intentando alcanzarlo. 

Soltó una carcajada, una carcajada que retumbó en aquel silencio decadentemente solemne que Vinda les estaba brindando. Luego una risa, para nada fingida, era como si le hubieran hecho un gran chiste a la auror. Alma echó el rostro hacia atrás, apoyando la cabeza en el respaldo de la silla, así como el resto de su cuerpo. El cabello cubría parte de su rostro, pero sus ojos estaban fijos en ella. Era una mirada insolente, desencajada. Era la mirada de quien ya no tenía nada que perder, siquiera la vida, porque a esta había renunciado hacia años. 

— realmente crees en papá Noel... eres mucho más estúpida y lambiscona de lo que pensé, Rosier — le dijo, mientras el resto intentaba convencerla, Alma sabía que no podrían hacerlo, le era leal a Grindelwald, y si la respetaba en aquello, aunque no lo suficiente como para tenerle algo de admiración — ejem... coma una perra abandonada que mueve su rabo al primero que le da algo de cariño... te tenía en mayor estima, ahora, princesa de un pequeño mundillo... enserio, es un buen chiste, me limpiaría las lágrimas, si no nos hubieras esperado con tan buena recepción — echó la cabeza hacia adelante, los hombres, hablando de lo que le convenía. 

— No pierdan su tiempo con ella, ama a Grindelwald, tampoco se le puede culpar, ese asesino es encantador, pero... — volteó el rostro hacia los vampiros, ¿dónde estaría el príncipe?, debería estar cerca, imaginó — su majestad... Salieri mis bendiciones por su enlace, ¿preparado para ser el tercero en la cama? Sé que suelen gustarles las orgías, aunque no sé si Grindelwald le gusta la compañía — la enfurecería la acusación, la mataría, sí, y ahí lo encontró, era guapo, alto, maravilloso, disfrutó verlo mientras seguía hablando— y no me mal entienda, también creo que MACUSA y el Magicongreso son una putada... corruptos y anquilosados en costumbres antiguas, por eso tantos magos locos, la endogamía trae esas consecuencias — pasó su lengua por sus labios, en eso se encontró con la mirada de Riley, y en esos segundos, esa férrea mirada se suavizó y pareció despedirse en ese instante. Lo quería, quería ir a desayunar a donde dijo, pero ya se le hacia que no iba a suceder.

— Pero... ¿cuanto cree que pasará para que Grindelwald los considere.... a todos ustedes, una amenaza o imprescindibles... — levantó sus cejas — no le crean a su concubina ups... perdón, su mano derecha... disculpa dulzura, en verdad no te culpo... — no tenia certeza de aquello, pero no necesitaba certezas, sólo necesitaba una idea, pero además, disfrutaba del momento — lo ama y realmente cree todas las palabras de aquel hombre, pero los lleva a servir de rodillas a un mago, brillante — Ahora volvió su mirada hacia aquella mujer. 

— igual creo que no se han merecido nada de lo que les hemos los magos por tantos años... pero ahora serán siervos de uno... eres la perra faldera de Grindewald, mano derecha o no... sigues estando bajo sus órdenes Rosier, obedeciendo cada sílaba que sale de esa boca... admiro tu fe ciega, la verdad, bravo una ovación para esta mujer — intentaba aplaudir, pero no puede — Me pondría de pie, pero ya ves... —le guiñó un ojo con una risita de triunfo y esperó su reacción. Mantendría la mujer esa postura de diva, ya lo veía, no le importaba, esas palabras no iban hacia ella, sino al resto de los vampiros que los rodeaban. Hacia el vampiro. 

-Me las doy de compasivo por alguien importante e inocente que pereció a manos de esos malditos muggles, por una bala de sus armas, una dama a la que podría haberle dado una vida lejos de esta maldita ciudad corrupta, que no a hecho más que causarme problemas y hacerme daño-

Lo miró con rabia, estaba en un estado de ofuscación bastante fuerte y sus palabras no hacían más que cabrearle, pero de un momento a otro, el recuerdo fresco de Anni le calmaba, el oso polar había encontrado el paraiso, por poco tiempo, pero lo había encontrado.

No voy a matarte, pero no te confundas, no es por ti, o por el macusa, o por aquellos a los que solia llamar amigos o compañeros, ya que me dan igual, si no por ella, pero si voy a darte una paliza que recordarás siempre, y luego me iré para ya no volver, y si alguno de ustedes decide ir por mi... Les voy a dar una guerra que no olvidarán.

Se plantó firme cómo un muro.

Si despuea de eso te quedan fuerzas, ve por ellos

El mortifago no cambió la cara ni por un segundo, que el hermano de Anne se haga cargo de lo que tenga que pasar, el ya habia tomado venganza contra sus asesinos, sin embargo, suelta otro expeliarmus sobre el ex mortifago, estaba decidido a darle una paliza.

Cada uno de los presentes expuso sus palabras y Vinda Rosier se mantuvo en respetuoso silencio mientras eso sucedía, a pesar de que muchas de los comentarios que emitían aquellos magos eran insultos abiertos hacia su persona y mentiras profundas que no tenía siquiera idea de dónde salían, así que la princesa respiró profundamente o más bien hizo el amago, pues no necesitaba siquiera hacerlo dada su condición de no viva.

El hombre al que se acercó se puso muy violento, tanto que determinaba una realidad, aquel varón debía temerla -... ¿Arrancarme la mano de un bocado?... Qué salvajismo... Los vampiros tomamos sangre para alimentarnos, no para causar malestar o dolor... Y aunque a veces no controlamos nuestros impulsos no amenazamos a la gente sobre la calidad de nuestra mordida... Es curioso... Está demostrando que usted como humano es un monstruo y yo, no tanto... Muy irónico... Y sobre el miedo... Bueno, yo lo he conocido, muchos de mi clan se convirtieron en cenizas y no pude protegerles, sé lo que es la pérdida, el dolor y el temor, no es algo de lo que solamente goza tu especie...

Riley hablaba entonces de Grindelwald y consiguió que la fémina negase con la cabeza, completamente en desacuerdo con él -... Juzgáis sin conocer, ¿habéis mantenido conversaciones con Grindelwald? ¿Os ha confiado secretos?... ¿Cómo podéis hablar de él desconociendo tanto?... Yo sé qué piensa para el futuro y cuáles van a ser parte de sus mejoras... Usted no, pero se permite el lujo de mancillar su nombre... ¿Envidia quizás por no estar a su nivel? ¿O simpleza al dar por hecho de que solo hay colores blancos y negros? Yo creo que todos nos movemos en una amplia escala de grises.

A Vinda Rosier le gustaba la gente estúpida, Riley encajaba según ella en esa denominación, puesto que daba demasiada información para finalmente dejar un orgullo absurdo expuesto -...Gracias por informarme de que Grindelwald tiene traidores entre sus filas, y no, no le necesitamos para que nos ayude a saber quienes son, yo tengo mis medios para localizarlos y darles el final que se merecen, cuando tengamos MACUSA revisaremos a nuestros aliados, le agradezco el detalle de ser tan clarificador...

Siguieron las informaciones y Vinda sonrió, estaba claro que ese hombre no entendía nada de nada -... Grindelwald valora la magia y todo ser que la posee o está hecha de ella. Nadie que tenga magia debe temer por su vida, a no ser que vaya contra él y sus ideales... Los inferis son una manera de controlar cualquier intento de doblegar su poder y no poner en riesgo al resto de sus aliados... ¿Veis la escala de grises?... Pensáis en inferis y determináis que él quiere usarlos para erradicar el mundo, cuando en realidad lo que quiere es controlar que todo funcione como debe.... Y sobre los vampiros, no tiene sentido lo que decís, abrid la mente, quizás no veáis la realidad porque los humanos sois jóvenes y no habéis tenido décadas para dedicarlas a la reflexión y el pensamiento pero, ¿para qué querría Grindelwald eliminar a los vampiros? ¿o a los elfos domésticos? ¿a los unicornios, centauros o a todos los muggles?.... Si mata a todos con los inferi, que podría, se quedaría en el mundo solo sin nada más que hacer... Esa mentalidad destructiva es de necios, no de alguien que desee regular el orden natural de las cosas.... Puedo asegurar que Grindelwld no está loco, y las acciones que describes tan solo un demente las realizaría... Erras en tus pensamientos....

A Vinda pareció hacerle gracia la idea de poner a prueba a Grindelwald -... Cuando confías en tus amigos... - remarcó la palabra, ella no se sentía como una esbirra -...no les pones a prueba, eso es un insulto que mancha las relaciones, confío en él y nunca ha hecho nada como para sentir dudas al respecto... Por cierto, si no comprendes mis palabras te pondré un ejemplo... Si tienes pareja, ¿la pondrías a prueba para ver que te es fiel? ¿o confiarías en ella?... Si la mujer es confiable en sus acciones, o necesitas hacerle una trampa... Qué sencilla resulta la vida así, ¿por qué hay gente que se la complica tanto?.....

- No, MACUSA no es perfecto, para ti debe de ser genial, eres un mago que trabaja para ellos, tienes categoría y no te discriminan, dile eso a mis hermanos vampiros o a cualquier otra criatura mágica, dudo mucho que vean esa aseveración como algo real.... - respondió la mujer con contundencia -....¿De verdad usted es el mejor interrogador de MACUSA?.... - no se lo podía creer -... Pues para buscar siempre la verdad me temo que se basan sus palabras en falsas percepciones y quiero pensar que es por inexperiencia... - o de lo contrario era por estupidez -....¿Cortarle el cuello?... Pero, ¿qué tipo de salvaje se cree que soy?.... - le pregunta sorprendida -... Estamos hablando, sería muy grosero dañarle porque piense distinto a mi....

Vida Rosier se fijó entonces en otro hombre, el que se arrastró para tomar la sangre, observándole con sumo interés -... Ya he comentado que ser marionetas es una postura muy negra, prefiero el gris... Todos somos títeres de alguien, ustedes lo son de MACUSA, yo de Grindelwald, los hijos lo son de sus padres, los padres de sus jefes que les dan puestos de trabajo y al final de todo, la idea de libertad absoluta no existe... - sonrisa liviana -...Es más sencillo simplificarlo todo y decidir quién os va a dar la mejor calidad de vida, y Grindelwald puede conseguir que los magos caminen por la calle sin necesitar de esconder su condición... Todas las ciudades del mundo serán entonces como el callejón Diagon, sin miedos a exponer quiénes somos, nuestra naturaleza...¿os parece bien vivir entre las sombras solo porque los nomaj no pueden hacer magia?... Dile a un rico que esconda su dinero y viva en un cuchitril porque el pobre no puede tener su mansión... ¿no veis lo absurdo que es?.... Dignidad y libertad para todos...

Woodbridge tocó un punto muy interesante, haciendo clara referencia a los vampiros -... El control de mi gente es mío... No deseo acabar con todos los nomajs, es la base de nuestra alimentación, su muerte es nuestra inexistencia, por lo tanto a los vampiros nos conviene el equilibrio... Hay muchas formas de hacerlo bien, cotos de caza, control de muertes por distritos y ciudades, es más, podrían hasta dejar de existir las cárceles con nosotros... Cualquier cosa es más digna que dar bolsitas de sangre a los míos. Ese insulto no vamos a volver a tolerarlo... Conmigo como princesa ya prometo que no.... Por cierto, ¿contrato primigenio?... No, señor mío, evolución... El mundo cambia, varía, fluctúa y nosotros con él, un contrato primitivo no puede anclar el pensamiento de una sociedad....

Montgomery retomaba la palabra apoyando lo dicho por sus compañeros, cosa que a Rosier no parecía importarle -... Ya le he dicho mi posición al respecto, los inferis son para controlar posibles desavenencias, no para erradicar especies, y puedo comprender los temores de ustedes que no conocen a Gellet, pero yo sí y a pesar de todo lo dicho jamás le daré la espalda, pues tengo muy claro que sus intereses expuestos son auténticos. Es más, él no quiere mataros, por eso estoy aquí, para que los que deseen estar entre sus filas no sean condenados. Si Grindelwald fuera un tirano, todos estaríais muertos... Sobran las palabras al respecto...

- Los vampiros estamos bien siendo una minoría, tenemos nuestras leyes para controlar el número que somos y estas normas las aplicamos nosotros mismos desde hace generaciones, Grindelwald es más joven que yo, él no tiene que enseñarnos que un gran número de los míos acabarían en destrucción de toda la especie... La diferencia es que con él nuestra minoría no sería marginada, nos respeta y por eso nuestros objetivos son comunes.... - en ese instante una nueva pregunta fue hecha por el jefe de los aurores -... ¿Abelen?.... - casi podía haber soltado una carcajada ante la pregunta, pero solo sonrió contenida -... Puedo asegurarle algo, ninguno de mis vampiros se lo ha comido... Especificaré, ni retenido, dañado, maltratado o hecho algo inadecuado... Pero, ¿no trabaja para usted ese hombre?... Dígame pues dónde está... - y ahí dejó el enigma

La joven a la que se había acercado en primer lugar ´Selwyn, no dijo palabra alguna, así que Rosier no le dedicó mucho más tiempo, más que nada porque una carcajada rompió el silencio final que se produjo, y Rosier miró el origen de tan estridente y desagradable sonido, Alma Rydderch, estaba claro de que la delicadeza de una fémina no formaba parte de su ser -...¿Estúpida? ¿Lambiscona? ¿Perra?... - elevó una ceja, sorprendida al descubrir algo que la bruja no tenía, educación -... ¿En qué momento, señora la he insultado?...  No nos hemos visto nunca, hoy es el primer día que ejerzo como princesa vampírica y creo haber sido correcta en todo momento con ustedes, estaban postrados y les he levantado para mantener vuestra dignidad e intento mantener un diálogo para llegar a acuerdos... Sería de agradecer que no fueran groseros conmigo ni con nadie de esta sala y tengan en cuenta que podría pedirlo por las malas, pero supongo que un mínimo de educación habrán recibido a lo largo de su formación... - Vinda levantó la cabeza con orgullo -... La elegancia se demuestra no solo con los amigos, también con el adversario o al menos eso explicaban en mi escuela mágica cuando practicábamos duelos... - estaba visto que en sus tiempos la calidad educativa era mucho mejor que en los últimos años, no había más que ver la vulgaridad de Rhydderch

Vinda Rosier comprendió que estaba siendo el foco injusto de los presentes. Ella estaba en esa sala para enlazarse con Salieri, recibiendo a todos aquellos magos prácticamente por sorpresa, lo fácil habría sido dar un festín a sus vampiros con tanto cuerpo lleno de sangre, es más, en la comunidad vampírica eso podía haber remarcado su estatus, pero no, ella había sacado a su humanidad para dar oportunidades de vida a los presentes, opciones que por lo visto no pensaban barajar, la duda era, ¿tanto detestaban su naturaleza vampírica aquellos magos? Seguramente era eso, desde luego el cambio que iba a dar Grindelwald era más que necesario, al menos los suyos tendrían menos ahogo para vivir, el racismo en la comunidad mágica imperaba.

Si las palabras de Alma ya le parecieron groseras, mucho más que la afirmación que le dedicó la bruja a su prometido, diciendo barbaridades y mentiras sobre ella y sus afectos con otros hombres -... ¿El tercero en la cama?.... ¿Orgías?.... Señora... - el tono de voz cambió en ese instante a uno mucho más frío -...Es la víbora más mentirosa y fría con la que he tenido la mala suerte de cruzarme, es más, si me pusieran su sangre en copa de oro no me la bebería porque tanta maldad no puede transmitirme nada bueno... No he tenido relaciones personales con nadie de esta sala ni de fuera, siquiera con mi prometido, quizás le sorprenda eso porque cree el ladrón que todos son de su condición.... Algunas preferimos enamorar con hechos y a mi príncipe Salieri le he demostrado que soy digna de él... Es más, como no miento y usted sí puedo beber veritaserum o hacer un juramento inquebrantable donde haga constar que no he yacido con varón alguno en el último año ni he participado en... orgías... - la mira con real extrañeza -... ¿De verdad no será que a usted esas cosas le fascinan?.... Diría que tiene algún tipo de enfermedad mental, querida, pero comprenda una cosa... Yo soy única y solo podrá tocar mi cuerpo alguien que sea realmente excepcional... Aunque no la juzgo, seguramente usted haya tonteado y restregado con más gente que yo... -  y se pudo permitir aquella aseveración, porque no había faltado a la verdad en ningún instante, hacer un juramento inquebrantable implicaba cumplir o morir, así como usar el veritaserum era decir la verdad de manera compulsiva y Vinda Rosier tenía la conciencia más tranquila que seguramente cualquier otra persona en la sala -... Salieri querido, para mi no sería un insulto demostraros delante de toda la comunidad la veracidad de mis palabras, yo nunca miento. Es más, antes de nuestra unión quiero eliminar cualquier duda que sobre mi persona caiga, una regente debe de ser confiable, así como una esposa... Ese será uno de mis regalos para vos, querido... - el tono de voz empleado para con él se suavizaba mucho, relajaba la tensión. Iba a hacer un juramento público sí o sí para demostrar que Alma mentía, aquello sería antes del enlace y la auror no lo sabía pero con sus palabras le había dado más poder a la vampiro en su propia comunidad, porque nunca había dado un solo motivo para que dudasen de su palabra, actuando siempre de frente.

- Querido aurores, no tengo todo el día para dedicarme a ustedes, les pediría por favor que los que deseen unirse a Grindelwald se levanten y vayan a esa parte de la sala, a la derecha, serán llevados a una estancia contigua... No cabe decirles que deberán jurar no levantar su varita contra Grindelwald ni sus representantes, ni traicionarán su juramento político.... - y es que iba a asegurarse de no meter traidores a la causa -....Varios de mis vampiros les acompañarán... - miró a Salieri significativamente -... Por favor, mi príncipe, ¿seríais tan amable de ocuparos vos?... Tomad suficientes vampiros para aseguraros de que no hayan traiciones, he escuchado muchas mentiras y prefiero que seamos cautos... Ten cuidado... - y es que a la fémina le preocupaba que pudiera ser dañado -... Y a todos los demás, debo decirles unas últimas palabras... No me gusta el derramamiento de sangre innecesaria, ni las muertes sin motivo, hoy he aprendido que llaman monstruos a los vampiros, pero hay humanos que dan mucho más miedo por su escala de valores que las de quienes comemos para vivir... - y dicho esto dijo unas últimas palabras -.... Duncan mi vida está en tus manos.... - luego miró a los suyos -... Tenéis libertad para alimentaros.... 

— como Grindelwald — agregó divertida ante la afirmación de que algunos magos dan miedo  — y no necesitas haberte acostado con él, si lo amas con la intensidad con lo que lo haces, tú de ciega, tú devoción , tu idea de que es tu mesías personal... tu devoción es mayor incluso más que a tu calidad de vampiresa o dime... preciosa ¿que harás cuando tú amo te pida atacar a tu gente? ¿Puedes asegurar que no lo hará? Tienes certeza que no lo hará? Puede que tú sí, pero los demás en esta habitación ¿pueden asegurarlo? Los llevas a todos a servir con devoción a un mago... incluso a nosotros... no sé si alguno en esta habitación puede dar certeza de que, incluso estando en el omismo lado... no nos atacarás o dejarás que nos ataquen si Grindelward considera que ya no le es útil, cuando tu amo lo ordene, o peor aún... si te pone a escoger entre tú y tu futuro marido... algo me dice que no escogerías a aquel adonis que está por allá, con todo respeto, majestad y algo me dice que ya se había dado cuenta de lo que estoy diciendo...— se ríe, entretenida, replicándole a aquella mujer, y volviéndose hacia el príncipe. Siglos independientes, luchando por ser considerados más que criaturas mágicas,  no distintas a un escarbato, y ahora Sirven a un mago.  

no necesitaba haberse acostado, su fue ciega hablaba por ella.

— y te conozco, vengo cazando a tu amo desde hace años... tengo una deuda personal con él... conozco a su gente y a ti — en eso sí que no mentía, la conocía, también la había cazado — Príncipe, siglos luchando por su independencia y que los magos los consideren personas y no simples criaturas...  y ahora... ¿servirán a un mago de la mano de esta mujer? ¿Es lo que quieren todos hacer en esta sala? Pues entonces... tenía una idea muy equivocada de todos ustedes, señores vampiros, los creía más dignos — se encogió de hombros, apretando su varita. 

Observé los exabruptos de mis compañeros... casi rozaban lo histérico... y eso no me gustaba. No, de ese modo no conseguiríamos hacer cambiar de postura a Rosier... de ningún modo, es más, solo haríamos que se reafirmara en su posición. Necesitábamos ofrecerle algo más...

Aunque mucho me temía que eso ya no era posible. 

Empeñarse en vivir... 

O empeñarse en morir...

Negué con la cabeza, resignado... tanteé mi varita, la tenía presta para su uso y... puestos a... prefería morir aquí y ahora que ser un siervo de Grindelwald... porque eso es lo que seríamos, esclavos. Simple y llanamente. Esclavos de su ego, esclavos de su ambición... esclavos sometidos a su imperio del terror.

Señorita Rosier... usted ha elegido un camino. Si me lo permite... yo escogeré el mío. No pienso colaborar a establecer la dictadura del miedo y del odio de Grindelwald, no quiero ni puedo traicionar mis principios. Así que lucharé, y si mi vida ha de acabar aquí, bien, lo acepto, con la cabeza bien alta. Pero no me iré de manera gratuita, tenga plena certeza de ello.

Y clavé los pies en el suelo, murmurando por lo bajo algo ininteligible para nadie... dispuesto a esperar... 

¡JAJAJAJA! ¿Envidia de un megalómano, loco, cobarde e incapaz como Grindelwald, puedo batirme a duelo con él dónde sea y cuando sea, y luego de que le arranque la varita de sauco de las manos darle una peñetera golpiza sin problemas.

Si Grindelwald tuviera honor y la mitad de la habilidad que dice tener, no necesitaría usar el engaño y una varita supuestamente invencible para derrotar a sus adversarios.

En serio señorita, no sé que rayos les enseñan en Europa, pero lo primero que aprendemos en Ilvermorny es que todos tenemos un lugar en este mundo y que sólo a través de la colaboración se puede lograr la grandeza.

A diferencia de Hogwarts, Beauxbattons y Durmstrang, dónde es más importante a que casa perteneces, en Ilvermorny, lo más importante es colaborar todos en beneficio del bien común, jamás verás a un Wampus demostrar una rivalidad irreconciliable con un Horned Serpent, al contrario, el primero siempre aportará su fuerza y dedicación mientras el segundo su astucia e imaginación para trazar la estrategia más adecuada para lograr un objetivo. - le respondo a mi interlocutora bastante divertido.

Yo no juzgo ni critico a quienes piensan distinto a mi, ni mucho menos trato de imponer mis ideas, eso lo dejo para enanos mentales que no pueden ver lo hermoso que es vivir con diversidad, la convivencia de ideas y criterios distintos enriquecen a la sociedad.

Es por ello que, cuando aparece un infeliz que pretende coartar la libertad de los demás e imponer sus ideas por la fuerza, soy el primero en levantar mi varita en su contra.

Soy hijo de nomajs y estoy orgulloso de ello y si alguien pretende lastimar a mi familia y amigos nomaj, pues no es algo que vaya a permitir de brazos cruzados. - agrego con absoluta determinación en mi voz.

Y algo más mi señora, a diferencia de usted yo no finjo ser una adalid de las minorías para afianzar mi posición, yo lucho por lo que creo, a mi el MACUSA me tiene sin cuidado, yo no sigo órdenes como un borrego, es por ello que me han suspendido en varias ocasiones por partirles la cara a mis superiores.

Y lo que creo es que la magia no es sólo un derecho, sino una responsabilidad, la verdad es que, a diferencia de Europa, donde los magos viven disociados de la realidad, aquí en Estados Unidos sabemos que una guerra entre magos y nomaj sólo traerá caos y dolor.

Cierto es que los magos somos poderosos al igual que todos los seres que habitan el mundo mágico, desde el poderoso Nundu hasta el pequeño gusarajo, pero los nomajs son listos, cuentan con los números a su favor y armas que hacen ver a nuestras varitas como juguetes, un nomaj con un rifle de franco puede eliminar a un mago a más de trescientos metros antes de que siquiera note su presencia.

Con ese conocimiento cabría preguntarse, en caso de desatarse una guerra ¿Quiénes serán los cazadores y quienes las presas? Además los gobiernos nomajs son famosos por colaborar entre sí, pero los gobiernos de los magos... Bueno, si entre familias o clanes no son capaces de llegar a un acuerdo sin previamente unir la sangre, bueno, eso es a lo que se van a enfrentar si Grindelwald gana.

Supongo que ya pensó en eso, si la todopoderosa princesa vampiro que demuestra su fuerza pavoneándose ante un enemigo indefenso que no es capaz de plantarle cara, pues ahora ser todopoderoso es eso, ejercer la fuerza contra quien no la puede resistir.

Claro está, que si fuera la mitad de poderosa de lo que dice ser, no tendría ningún inconveniente en enfrentarnos en campo abierto y libres de este encantamiento, como lo haría un verdadero líder, digno de regir a los vampiros, tal como sí lo hicieron otros príncipes en el pasado, príncipes que sí eran dignos de respeto. - agrego con una sonrisa de autosuficiencia en mi rostro.

Montgomery hubiera querido seguir exponiendo a los vampiros por qué un ejército de inferis no era precisamente algo fiable y cuál era el método por el que esos ejércitos aumentaban más y más en número. Un ejército de esclavos sin voluntad, que no negaría una sola orden de su amo, sería desde luego un ejército de pesadilla. Creer que Grindelwald no usaría ese ejército para instaurar un gobierno de terror era de ser necio.

Sin embargo, toda discusión murió cuando asistió atónito al enfrentamiento entre Rosier y Rhydderch. Nunca había visto a unas mujeres que se enzarzasen en una discusión tan encendida, en la que no faltaron insultos, menosprecios e incluso referencias a sus gustos sexuales. Faltó que se lanzasen la una contra la otra y se tirasen del cabello, aunque por suerte no se llegó a esos extremos. El jefe auror contemplaba aquello como si se tratase de la más impactante obra teatral a la que hubiera acudido, aunque sus ojos también se clavaban en sus subordinados aurores y en los propios vampiros para comprobar si ellos también estaban tan sorprendidos como él. Había oído historias sobre magos irlandeses que mantenían duelos dialécticos sin magia ni armas, a veces incluso rimando, pero desde luego era la primera vez que contemplaba una discusión tan intensa.

-¡Calmen, señoritas, calmen! -pidió Montgomery, con una sonrisa ladina-. Señorita Rosier, ya ve que algunos de nosotros no vamos a entregar la cuchara fácilmente. Ya ha oído al señor Woodbridge -señaló al medimago con un gesto de cabeza-. MACUSA puede ser imperfecta. Grindelwald ya lo ha demostrado. Pero lo que usted asegura que su señor nos ofrece no es el mundo en el que querría vivir. ¿Inferis para controlar "posibles desavenencias"? Me temo que no entra entre mis ideales. Y diría que entre mis compañeros tampoco.

El jefe auror se llevó una mano al bolsillo y sacó de él su petaca, dándole un largo trago, degustando el sabor de cada gota que ingería. Tal vez el último trago que pudiera dar.

-Ya ha visto que los míos no van a unirse a usted, así que he de preguntarle, ¿cómo va a ser? -quiso saber Montgomery, con total tranquilidad-. ¿Ejecutará a este puñado de magos con un Avada Kedavra, uno tras otro? ¿Les dará la opción de luchar y morir de pie? ¿Dejará que sus vampiros los muerdan y devoren?

Aunque cada cual por unas razones distintas, Woodbridge por su naturaleza dhampírica que le agudizaba los sentidos al estar frente a su enemigo natural y la joven Selwyn por ser una experta magizoóloga capaz de entender las criaturas mágicas más allá que el resto por su amplio conocimiento en esa materia, los dos terminaron por percatarse que no todos los vampiros de la sala eran simples criaturas de la noche con las mismas características, si no que algunos de ellos eran también magos como Vinda Rosier, y que incluso de entre los mismos vampiros, al menos cinco parecían poseer habilidades o dones únicos que les hacían particularmente más poderosos que el resto, probablemente por ser más longevos y puros.

Uno de estos cinco era un vampiro que se mantenía en un segundo plana, callado y concentrado en sí mismo, fijando la mirada fijamente en el grupo de aurores como si estuviese tratando de mantener un campo de fuerza invisible a su alrededor. Algo os hacía sospechar que mantener tal habilidad por largo tiempo era imposible, al menos en una zona tan amplia, y que la celada que había sido tendida y que les estaba imposibilitando moverse y ejecutar hechizos, tarde o temprano caería por sí sola. ¿Pero no sería posible terminar antes con aquello si se lograba hacerle perder la concentración?

Justo al lado de Woodbridge y Selwyn, nuevamente apareció la pixie de la joven Diana, quién había llegado para informar a su ama y que al instante advirtió lo que sucedía.

- Mi ama, puedo asegurarle que la joven Emma está perfectamente en casa de Paul y Kate, siendo los tres conscientes del peligro al que podrían estar sometidos. Están a salvo y su vida no corre peligro, puedo darle mi palabra... - le expresó en aquel lenguaje que solo Diana podía entender, de gestos, movimientos y ruiditos inaudibles. Diana podía respirar aliviada de que su hija estaba sana y salva, ajena a todo lo que estaba aconteciendo - Veo que está incapacitada por ese vampiro. ¿Le gustaría que fuese rauda y sigilosa hasta su posición y le echase polvo de pixie en los ojos? Estoy aquí para ayudarla, mi ama.

Era una posibilidad a tener en cuenta. Hasta que no terminase el influjo, el cual podía demorarse todavía un par de minutos, todos y cada uno de ellos era vulnerables, pudiendo ser asesinados sin remordimiento alguno por los vampiros presentes en la sala, más teniendo en cuenta que las negociaciones parecían no conducir a ningún lado. ¿Optaría Diana por esa carta?

Woodbridge a su vez fue capaz de sentir el poder del resto de vampiros con dones especiales. Sabía que de entre los presentes, no solo estaba el tipo que les mantenía incapacitados... también presentía o auguraba por su naturaleza que otros cuatro de los presentes tenían dones. ¿Qué tipo de habilidades tendrían? ¿Convenía informar al resto?

No sin dificultad has logrado efectuar el hechizo de legeremancia, empezando a obtener información dispersa y muy superficial de los vampiros que hay en la sala, aunque no por ello irrelevante. De hecho, te puede ser muy útil.

Percibes que algunos vampiros muestran ciertas dudas por lo que allí se está hablando y discutiendo, no todos estando posicionados de la misma forma ni apoyando al 100% al Príncipe Salieri y la Princesa Rosier. Claramente entiendes que hay algunos que apoyaban al Príncipe Nicola Schiro y sus ideales, los cuales todavía se sienten resentidos de que haya sido recientemente asesinado, y que opinan que deberían masacrar a los humanos sin perder un segundo más. Hay otro grupo más cercano al Principe Salieri, completamente leales a su causa, que son conscientes de que Schiro ha sido asesinado recientemente por Vinda Rosier y el Príncipe para alzarse con el poder y unir ambos clanes vampíricos escindidos... estos manifiestan ciertas dudas de si es correcto haber roto con el MACUSA y apoyar a Grindelwald, pero ven un éxito haber unido los clanes. Hay algunos vampiros que apoyan ciegamente a Vinda Rosier, no considerando si quiera que Salieri vaya a ser un buen gobernante... 

Las palabras de todos, en especial las de Alma a Vinda Rosier, parece que están generando ciertas dudas entre los vampiros presentes. Algunos la consideran débil por querer negociar, otros solo quieren asesinar y beber sangre libremente, ejerciendo como superdepredadores en la cadena alimenticia, otros desearían evitar el conflicto... Un caos de pensamientos, pese a que externamente parezca que todos están a una y obedeciendo ciegamente la voluntad de Vinda Rosier.

La discusión parecía no estar llegando a ningún consenso, tensándose más y más la situación y percibiéndose cierta hostilidad a medida que cada cual emitía sus ideales y posturas al respecto, completamente opuestas en muchos puntos y no siendo suficientes los puntos en los que congeniar. Las miradas de los vampiros denotaban un creciente malestar y un ferviente deseo de que sus líderes diesen la orden de ejecutarles y dar por comenzado el banquete, no entendiendo como consentían que se les hablase con tal desprecio, aunque ninguno tomó acción alguna aguardando una señal.

Fue en el instante en que Vinda Rosier dio un paso atrás encomendándose a un tal Duncan y dándoles libertad para alimentarse, que los vampiros empezaron a relamerse los labios y enseñar sus fauces, cuando por primera vez el Príncipe Salieri habló dirigiéndose a los presentes, levántandose del trono en el que se había sentado para ver las acciones de su futura reina.

- Aguardad un instante... quiero añadir algo más. - expresó no solo para los aurores presentes, si no para su fiel séquito de seguidores vampiros - Con este acto de hoy, del cual todavía tenía ciertas reservas de si es lo más correcto... daremos por rota toda alianza con el MACUSA e iniciaremos la guerra contra los licántropos del Bronx. Durante largos siglos hemos acatado las normas que se nos han impuesto, forzándonos a vivir ocultos y ser considerados una subespecie, cuando en realidad somos los superdepredadores naturales de los humanos. Los licántropos de Schultz han recibido un mejor trato, dándoles control y poder de todo el Alto Manhattan, cuando a nosotros nos han ido acotando las zonas y enviando en ocasiones dhampiros para rebajar nuestros números... - y en ese instante dirigió la mirada a un lugar en concreto entre los aurores, el cual sabría a quién se estaba refiriendo - Nos negaron la posibilidad de alimentarnos de forma natural y deber beber la sangre envasada, siempre en base a falsas promesas que los magos se afanaron en prometer para después incumplir... ¿Por qué deberíamos apoyar a aquellos que durante siglos no nos han apoyado? ¿Hicieron algo cuando mi clan se escindió ante la gravedad de las circunstancias? Al contrario, se alegraron de que mi posición en esta ciudad se debilitase... y ni si quiera me prestaron ayuda para perseguir y acabar con Nicola Schiro, el traidor que atentó contra mi vida y se llevó a parte de mi comunidad al barrio de Brooklyn... - les fue explicando, para que entendiesen las razones por las que estaban siendo juzgados y condenados - El MACUSA me traicionó y no merece mi apoyo y respeto, y de no ser por mi futura reina, hoy mismo hubiese podido ser asesinado por los licántropos y Schiro... Le realicé un juramento inquebrantable de que si me traía la cabeza del taridor, yo haría valer la promesa de que sería mi reina, y así lo haré ejecutar ante vuestras miradas... Seréis testigos de un nuevo comienzo, en el que los vampiros vivirán libres y colaborarán por el Nuevo Mundo que Gellert Grindelwald pretende crear. Un mundo en el que la magia impere, en el que las criaturas mágicas ejerzan el dominio... y no unos humanos que se afanan en destruir este mundo, crean guerras y conflictos, destruyen por placer y persiguen a quienes usaron la magia alguna vez. ¿Os recuerdo a todos los juicios a las brujas de Salem? ¿Las cazas indiscriminadas a vampiros? ¿Por qué precisar de un Estatuto mágico de Secreto y vivir ocultando nuestra naturaleza e identidad? - entonces tomó la mano de Vinda Rosier con delicadeza, al tiempo que le indicaba a uno de sus sirvientes que acercase un cáliz. alguien que Rosier reconoció de inmediato al ser el mayordomo personal del Príncipe - Prestad atención, oh mis camaradas, señores de la noche. Aquí y ahora, cumplo mi promesa de unirme a Vinda Rosier y hacerla mi reina frente a todos, invitándoos a este banquete para celebrar mis nupcias y la llegada de un nuevo Orden. Una era en la que el vampiro y el mago oscuro Gellert Grindelwald se aliarán, para acabar con el sometimiento y las cadenas. ¡Por el futuro! ¡Dad honores a la reina!

Y tras beber ambos conyuges de la copa mágica, el Príncipe mordió tres veces el cuello de Rosier y permitió ser mordido de igual forma, confiriéndole gran poder y sellando el pacto, declarándola reina frente a todos. 

Ante la imposibilidad de los miembros del MACUSA de poder moverse y realizar cualquier hechizo, los ánimos de gran parte de los presentes empezó a decaer, viéndose en un callejón sin salida en el cual en breves iban a ser sentenciados. Aún con todo, algunos de los presentes sonreían enfrentando con honor lo que creían sería su final y no queriendo mostrarles ni un ápice de sumisión o abatimiento. No todos habían bajado los brazos, deseando luchar hasta el final si se les presentaba la oportunidad, y aunque no fuese la escena que deseaban ver, al menos la ceremonia de unión entre los príncipes les estaba granjeando un poco más de tiempo. ¿Hasta cuando el usuario de aquella habilidad que les mantenía retenidos e incapacitados la lograría mantener activa? ¿A caso no estaría sufriendo el cansancio ante el uso de tan ingente cantidad de poder?

Fue entonces que algo inesperado sucedió, y es que Diana Selwyn logró darle indicaciones a su fiel mascota y amiga, la traviesa y divertida doxy Dalia, para que hiciese lo que mejor se le daba...incordiar y hacerle perder la concentración a cualquiera, en este caso al objetivo que estaba logrando retenerles y que bien había logrado identificar. En segunda fila, y tratando de pasar desapercibido mezclado entre el gentío, uno de los vampiros no había apartado la mirada en ningún momento del grupo de huéspedes, claramente porque precisaba de todos sus sentidos y concentración para mantener funcionando el área que mantenía drenándoles la energía e incapacitándoles.

No obstante aquello finalizó abruptamente en cuanto la doxy se acercó sin ser vista gracias a su naturaleza elemental, logrando tornarse invisible momentáneamente como las hadas, para empezar a agitar sus alas desprendiendo partículas brillantes que forzaron al vampiro a estornudar... No solo eso, tiró de sus orejas con fuerza, lo cual definitivamente le hizo romper aquella prisión mágica invisible.

- ¡Maldita sea! ¡Han logrado romper mis defensas! - gritó desesperado el vampiro, viendo que no había logrado mantener más timpo el cometido que se le había encomendado, alertando a sus congéneres para que estuviesen alerta. 

Fue el Príncipe Salieri el que no dudó en dar la orden en alta voz, interponiéndose entre los aurores y su reina.

- ¡MATADLES! ¡NO DUDÉIS EN ACABAR CON TODOS Y BEBER HASTA LA ÚLTIMA GOTA! ¡QUE NO QUEDE NI UNO VIVO! - sentenció el líder vampiro, haciendo valer su autoridad y aleccionando a sus súbditos a causar una masacre. ¿Cómo se desenvolvería todo aquello a partir de aquel instante?

Rol mañana, pc apagado...XD.... Mola la doxy.... jajajaja