Tercer Acto: El amanecer del rojo carmesí

El amanecer reclama sangre y la carretera exige una ofrenda en velocidad y caucho quemado. El cielo se tiñe de sangre a medida que el astro gana altura para iluminar nuevamente el paisaje desolado. Hoy comienza el ultimo día de vuestras vidas y el primero de aquellos que logren llegar al Edén…

Los motores ya están en marcha, ronroneantes y libres de la arena que dejo la tormenta de la  noche anterior. Todos los detalles se ultiman antes que finalice el plazo pero vuestra visión se llena de terror y angustia por la novedad que decora el horizonte.

Decenas de personas crucificadas yacen sobre postes improvisados en las dunas sobre el lado opuesto al campo minado. Quienes tienen buena visión o ayuda ocular pueden descubrir que los crucificados son parte de vuestra tribu. Son aquellos que viajaban en el segundo camión de provisiones y agua. Aquel camión que se extravió tres días atrás durante una tormenta de arena.

Ahora sufren toda clase de torturas sobre aquellos postes para diversión de sus captores, quienes hacen diana en sus cuerpos con sus cuchillos y lanzas bajo algún juego macabro que ustedes no desean averiguar. Los que mueren pronto son los afortunados porque los demás son despellejados en vida para ser devorados lentamente. El espectáculo es aterrador y con aquella escena ahora saben lo que significa ser capturado por los Robapieles.

Pero el espectáculo dura poco y nada porque  ustedes abandonan el lugar sin demoras siguiendo al Guerrero de la carretera a través del sendero minado. Un pequeño desvío y volaran por los aires.

Nuevamente la iniciativa de huir toma por sorpresa a los Robapieles y aquello despierta la ira del Dios de la carretera porque muy pronto una decena de buggies y motocicletas de los Merodeadores comienzan a perseguirlos a través de los médanos. Aquella maniobra entusiasta por la búsqueda de vuestra sangre dura poco al explotar la primera mina terrestre. Varias motocicletas vuelan por el aire junto a los cuerpos despedazados de sus pilotos, y la sorpresa acaba dejando la persecución en pausa y desorden el tiempo suficiente para que vuestro grupo alcance la carretera y gane algunos minutos preciados…

… Pero el Dios de la carretera y sus vasallos son difíciles de perder de vista. Desde el horizonte se aproximan con celeridad y pronto les alcanzaran.

Pero las sorpresas no acaban allí. Del extremo opuesto de la carretera, allí frente a sus narices, una figura se dibuja rápidamente en el horizonte junto al sol naciente. Un ciclista se aproxima hacia ustedes a toda velocidad y pronto llega sin más demora. Es Resilient Rose, una de los exploradores enviados junto a Lupe con la finalidad de trazar un camino seguro. Hasta ahora solamente Lupe Culebra había regresado con vida pero para vuestra suerte el grupo ahora cuenta con un arma más y un par de ruedas adicionales…

Toda ayuda es bienvenida, porque todos han de trabajar unidos o perecerán bajo el yugo del Dios de la carretera… 

Kroon conducía su interceptor siguiendo al guerrero de la carretera. La seguridad del guía se contagiaba a todo el grupo. A su lado viajaba Clara, a la que había salvado por los pelos de ser capturada por los robarostros. Fue un rescate al límite; correr contra el enemigo, parar, recoger a la chica y salir marcha atrás a toda leche mientras disparaba las ametralladoras gemelas contra sus perseguidores. Un par de boggies lo pagaron caro. Luego un giro de 180 grados en marcha y a pisarle. 

Los trastos recauchutados de sus perseguidores no tenían ninguna posibilidad contra su interceptor. 

En la parte de atrás viajaba Sombra, que parecía recuperada desde su encuentro con los lobos mutantes y...¿Frank?

-Bienvenido Frank. ¿Problemas con la moto? Ponte cómodo y no me enfades a Sombra, que no quiero tener que limpiar tus restos de la tapicería ¿vale?.

Cuando pasaron al lado del campo de cruces, miró para otro lado. En la guerra había visto cosas horribles, pero nada era comparado con la brutalidad de los robapieles. La desesperación había hecho de ellos el peor de los enemigos. 

Saludó con un gesto por la ventanilla a la recién llegada cuando se unió al grupo. 

La persecución seguía. Parecía imposible perder a esos tipos pero el campo de minas estaba jugando a favor del convoy. No había nada que temer...de momento.

Contemplé expectante por unos momentos, con una mirada analítica oculta por mis gafas protectoras. Vi en la lejanía una caravana con lo que parecían ser mis compañeros en apuros, avanzando a través del dantesco paisaje, dirigiéndose en la dirección en la que yo me encontraba, a través del sendero arenoso, dejando una polvorienta estela a su paso.

Mi casco y mi disfraz de merodeadora estaban más manchados de arena que de costumbre, y ya era decir mucho, por lo que vi conveniente colocar mi motocicleta de tal forma que les facilitase mi identificación en la lejanía, con un ligero golpe de muñeca sobre el manillar de mi motocicleta me coloqué de costado, esperando que se percataran de mi identidad gracias a mi característica prótesis clavada en la tierra.

Tragué saliva mientras un sentimiento de culpabilidad me invadía al comprender que me había demorado demasiado. La tormenta de arena me había impedido realizar mi trabajo correctamente, retrasándome más de lo debido, solo esperaba que mis compañeros estuviesen sanos y salvos.

Yo no era una mujer incompetente, es más, el tiempo me había transformado en una mujer mucho más resuelta de lo que antes era, pero cuando una tormenta de arena se aliaba con la oscuridad de la noche era un enemigo a tener en cuenta, por tanto no tuve demasiadas opciones, a mi juicio tomé la más conveniente y responsable, refugiarme entre las rocas hasta que el clima diese tregua y me permitiese seguir con mis labores de exploradora. En cualquier caso, presentía que había llegado justo a tiempo para guiar a la caravana por un lugar seguro.

Cuando creí que habían avanzado lo suficiente para poder entender mis indicaciones en el horizonte, me puse en marcha, dando todo el gas que mi motocicleta podía ofrecer, siguiendo apresuradamente las marcas del terreno que yo misma había dejado en mi camino, como en el jodido cuento de Hansel y Gretel.

Al notar que la distancia entre mi posición y la caravana se acortaba y sin apartar la vista de mi veloz carrera, extendí mi brazo izquierdo horizontalmente a la vez que levantaba el puño, indicando que debíamos tomar el camino que se bifurcaba hacia la derecha, acto seguido apreté fuertemente la mandíbula y noté como la adrenalina me invadía dejando un nudo en mi garganta, nada que yo no supiese manejar a estas alturas. Tras ello, me incliné hacia adelante hasta casi reposar mi torso sobre el depósito de mi motocicleta, notando una creciente presión en mis cansados antebrazos que aguantaban la tensión del manillar, pero era algo necesario para alcanzar más velocidad con aquella postura, mucho más aerodinámica.

-Debo guiarles hacia un lugar seguro, antes de que esos degenerados nos den caza- pensé mientras afilaba la mirada sobre el camino, maquinando la mejor forma de dar esquinazo a nuestros perseguidores, sabiendo a ciencia cierta que no nos dejarían escapar fácilmente, buscando darnos caza a toda costa.

Termino de reparar la moto y observo que Frank entra en su coche, me quedo helado, esta medio muerto. Antes de que pueda decir nada su coche avanza y speedy me reclama.

Prácticamente salto al asiento del copiloto mientras digo. -Adelante speedy! !Que no se diga!.-

Observo a un lado los crucificados. Aprieto los puños y achico los ojos. Una cosa me queda clara, no me dejaré capturar por esa gentuza, y desde luego mataré a tantos como pueda antes de irme al otro barrio.

De momento respiro hondo e intento calmarme, estoy bastante cansado.

-Vale chicos.- Digo incluyendo a Bicho. -Hagamos una cosa, uno conduce, uno hace guardia y otro duerme. ¿OK? no sabemos cuándo volveremos a parar o a tener tortas y necesitamos estar frescos para lo que pueda pasar. Si no os importa tomo la primera siesta, que estoy algo molido. Luego nos vamos rotando ¿Os parece bien?-

Y me acurruco en mi asiento y cierro los ojos, no creo que vaya a ser una cabezadita tranquila, pero necesito restaurar fuerzas si o si.

Ugh! Dijo Frank cuando la pantera “le sonrió” con esos dientes tan largos y filosos propios de los grandes felinos.

Espero que no Kroon, le respondió entonces con su melodiosa voz, ya he tenido que masticarle el cráneo a dos lobos mutantes en lo que va de día y si tengo que comer uno mas voy a engordar considerablemente concluyo sonriendo.

Kroon era uno de los que le caía bien, un sujeto sencillo y para nada entrometido con el cual podía charlar de lo que fuera y compartir bebida o alimento. Aun no habían follado pero, ¿Quién sabe?, si le gustaban las panteras Frank no estaba lejos de poder emular a una.

Pasado el tiempo cruzaron por donde las cruces y Frank no pudo evitar lanzar algunas lagrimas por lo que vio, no era un hombre desconsiderado y mucho menos un corazón de piedra, aquella horrible estampa recortada contra el ardiente sol del desierto, le recordó lo fútil de las cosas en este nuevo mundo y lo mucho que debía agradecer el estar vivo, aunque mas no fuera, por uno minutos mas que aquellos – ahora -, pobres diablos que se mecían como viejas banderas desgarradas desde los travesaños de las cruces.

Oro por ellos, en silencio y con respeto, antes de dormirse un rato esperando que este nuevo día al menos no fuera peor que el anterior.

Si claro Frank le dijo su inconsciente burlón entonces, tu sigue soñando…

Mi cuerpo da saltos pequeños en los asientos traseros, con cada aceleron mi cabeza tarda en acomodarse por la inercia, a lo lejos veo el espectáculo de crucificados -No, no, no, no, no, no, no, no- es lo único que puedo decir al reconocer a los integrantes de nuestra tribu.....

El doc en verdad está cansado, escucho lo que dice y al igual que hice en anterior vehículo saco seis grandes y jugosos escarabajos y les ofrezco dos a cada quién (incluyendo al ave con mucho cuidado)... -Tengan recuperen un poco de fuerza, estos magníficos seres les darán la proteína necesaria para el día-,estiro mis manos para acercarles el nutritivo alimento. 

-Genmu no sé como podrás dormir con los robapieles tras de nosotros... pero inténtalo- termino de decir mientras saco la tarántula de la protección de mi máscara, le doy un beso ....... y me la como de una mordida.

Estaba cogiendo ya postura cuando escucho a bicho.

-Vaya, muchas gracias, la verdad es que no me vendrían nada, pero que nada mal.- Digo y me los como.

No digo nada cuando escucho lo otro que dice... no es ni de lejos lo peor que he visto, así que... Vuelvo a intentar buscar la postura más cómoda y cierro los ojos.

La carretera parece desaparecer bajo las ruedas del automóvil de Speedy y la mañana augura no presentar dificultades con el impredecible clima pero algo no anda bien…

Por el espejo retrovisor Jessica cree ver algo pero no está del todo segura. En el asiento de atrás Bicho mira el horizonte extraviado en sus pensamientos pero alguien emerge del asiento contiguo a él y lo ataca a mordiscones en el cuello para arrancar grandes porciones de piel y carne. Ryan viaja en el automóvil y esta asesinando a Bicho que ahora es su comida. El difunto comienza a destripar al pobre acompañante mientras dedica alguna que otra mirada a Speedy. La sangre salpica incluso el rostro de la muchacha mientras que Genmu permanece ajeno a todo aquello hundido en su descanso.

El rugido del motor anunciaba el momento de partir, ya mi copiloto se encontraba en el auto, por otro lado, Bicho como siempre nos ofrecía de su alimento y Njöror había regresado cumpliendo con mis órdenes. Cada vez que estaba enfrente del volante era simplemente yo y la velocidad, no existía barreras que me imposibilitaban esa enorme dicha aunque la realidad era muy distinta al punto de la crueldad.

Luego de comer el regalo de bicho y organizarnos con los turnos para dormir, algo que no pensaba hacer porque no podía pegar un ojo si Genmu o Bicho conducían porque solo yo conocía mi vehículo a la perfección y un desliz costaría un alto precio. - Por mi parte Genmu toma mi hora de sueño, no puedo dormir si estoy en la carretera. -  afirmo sin miras de cambiar de opinión con la mirada puesta en el asfalto. 

Al avanzar unos kilómetros puedo apreciar la nueva decoración del desierto, los Robapieles aburridos por lo rústico y monótono del  paisaje decidieron darle su toque artístico y una advertencia a quienes transitaran por ese camino. Nada de ello me inmutaba, incluso mentalmente cantaba una canción de "Audioslave" para centrarme en lo que verdaderamente importaba. 

Como iba en el medio, entre Kroon y Lupe, veo de reojo la presencia en el camino luego de la vista preliminar de los cuerpos crucificados a mi amiga Rose, a quien con un leve gesto de mis manos la saludo y le indico que vaya a mi par como en los viejos tiempos, ambas hablando en la carretera. -Una gran persona que por suerte ha resurgido de las cenizas, bendita seas por tu reaparición. -murmuro en pensamientos mientras la veo acercarse. 

Tras dar un chequeo a los ocupantes de mi auto y esperando a que Rose se acerque con las buenas nuevas, miro a través del espejo retrovisor a Njöror que dormía al igual que Genmu, bicho en su mundo y... -¿Ryan? -  al pronunciar el nombre de mi esposo fallecido con fuerza doy un volantazo inesperado que despierta seguramente a Genmu. De repente y sin ser consciente perdía el rumbo de la carretera porque abría y cerraba mis ojos para no verlo allí sentado al lado de bicho, mis manos temblaban y solo mentalmente me repetía para autoconservarme. 

-Está muerto, está muerto... No está en el auto. MUERRRRTOOOO. -ante esa última palabra clavo los frenos de repente y respiro agitada, Njöror revolotea en el auto y calculo que mis acompañantes se deben haber dado un buen susto. En definitiva me había salido del grupo haciendo un pequeño desvío que duró poco hasta retomar, intentaba no mirarlo, quería creer que no estaba ahí. -No está Speedy. No... - busco convencerme sin alzar la mirada reflejando tensión en mi rostro pálido del horror  mientras recordaba una y otra vez como se había disparado delante de mis ojos a modo de tortura inconsciente. 

Pero me forzaba a retomar mi cause y por esa razón me concentro en la carretera. -Perdonen... - expreso y continúo el viaje.

Asentí con la cabeza al darme cuenta de que Speedy me saludaba para devolver el saludo, también me di cuenta de que me invitaba a acercarme. Al acercarme prudentemente y acortar la distancia entre nosotras noté rápidamente en su rostro el cansancio, conociéndola sabía que no dejaría de conducir hasta caer rendida sobre el volante, algo admirable pero a la vez demasiado temerario a la velocidad en la que nos desplazábamos.

Al notar como el auto perdía parcialmente el rumbo no me preocupé demasiado, creí que Speedy estaría somnolienta, sin apartar demasiado la vista del camino la observé un poco mejor y la noté un poco rara, al parecer no cerraba los ojos para descansar la mirada. En ese momento vi como el auto giró dando un volantazo frenaba bruscamente. Sorprendida por aquella inesperada maniobra deceleré la velocidad de mi motocicleta mientras veía por el retrovisor a Jessica agitada por alguna razón. -"Mierda, ¿qué coño pasa?"- pensé con preocupación por unos instantes. Afortunadamente Speedy retomó la marcha.

Una vez que alcanzan mi posición, me desplazo ligeramente hasta colocarme cerca de la ventanilla para hablar con Jessica. -¡¡¡¿TE ENCUENTRAS BIEN?!!!, ¡¡¡NUNCA PENSÉ QUE TE DIRIA ESTO, PERO TIENES MALA CARA. BEBE UN POCO DE AGUA DE MI CANTIMPLORA, ESTARÁS DESHIDRATADA!!!.- dije gritando por encima del ruido de los motores para después fijarme en Bicho y Genmu.

-¡¡¡ME ALEGRO DE VOLVER A VEROS, SI TENEIS SED EN LA MOCHILA TENGO UNA CANTIMPLORA CON AGUA, DADLE A ELLA!!!- Dije gritando y señalando brevemente con la mano derecha a una de las maletas de cuero desgastado atada en el extremo posterior de mi motocicleta, insistiendo e invitando a cogerla con ese gesto sin detenernos en la marcha.

Me acerco un poco más al auto para que alguien alargue el brazo, fijándome mucho en el camino e intentando no ponerme nerviosa al realizar aquella maniobra.

La preocupación y tristeza absoluta que sentía en esos momentos fueron remplazados por una alegría inmensa cuando finalmente Genmu pudo arreglar su motocicleta. Las lágrimas fueron remplazadas por gritos de alegría y Drex se lanzó en una explosión de emoción a abrazar a Referred mientras repetía.-Gracias, gracias, gracias. El doctor no lo sabía pero al haber ayudado a Clara se había ganado un protector y un amigo. La devoción, la lealtad y el hecho de que su vida no le importara mucho convertían al loco en el mejor amigo que alguien podría querer para ese viaje. 

Cuando todos echaron a andar sus vehículos Drex lo hizo también, disfrutando el viento en su rostro y el sonido que su potente motor emitía cuando aceleraba. Se colocó junto al carro de Speedy ya que Genmu estaba ahí, y poniendo su motocicleta en una sola rueda les dirigió una gran sonrisa a los pasajeros de aquel vehículo, como diciendo "estoy aquí, estoy con ustedes". Para luego clavar su mirada en la carretera nuevamente, atento ante cualquier imprevisto. 

Kroon sonríe ante el chiste de Frank. Podía ser peor. 

-Te atragantarías con los pelos...me refiero a los de la pantera, claro.

La verdad es que a Kroon no le iba el rollo ese estrafalario de Drag Queen que se traía Frank, pero le caía simpático. En un mundo duro como era aquel, aportaba un toque informal, transgresor incluso que a veces les recordaban que bajo esa coraza de tipos duros, seguía habiendo seres humanos.

Siguió conduciendo mirando constantemente el retrovisor para ver si les acortaban distancias o no.

Con la mirada perdida en la inmensidad de la carretera me encontraba luchando contra mis demonios internos mientras pisaba el acelerador ganando velocidad. Necesitaba exponerme al peligro para quitarme esa imagen que estaba junto a bicho porque si le daba un ápice de lugar se apoderaria de mi la tristeza cuando en verdad elijo el frenesí de los momentos cruciales en el asfalto. - No eres tú, sal de ahí. - le hablaba mentalmente a esa imagen al punto de la obsesión pero gracias a la suerte una voz me quita de ese vacío tan oscuro y hostil.
Nuevamente Rose, una amiga que adoro gritando desde su moto intentando sacarme de ese estado, escuché la mitad de las palabras y al mirar su rostro ella pudo notar como las lágrimas acariciaban mis mejillas, era tristeza por lo perdido o tal vez porque ese recuerdo no desea irse de mi vida.
- Estoy bien, es por Ryan... Está allí. -le señalo el asiento contiguo a Bicho. -¿No está verdad? Dime Rose que él no está ahí y que es un delirio de mi falta de sueño. Por favor, no quiero verlo mas. - casi al borde de la crisis le imploro a mi amiga que me diga la verdad, su respuesta sería vital y lo que me daría fuerzas.
Enojada por la impotencia de mi perturbada mente agonizando, aumento la velocidad y supero a kroon, quería mi dosis de adrenalina e iría por ella.

Estoy en esas siestas que devuelven la vida, a gusto, dormido, tranquilo... Mi cuerpo se lanza hacia adelante como un trapo por un frenazo inmenso.

Me despierto totalmente sobresaltado. Y ahora que cojones...

Otro volantazo, no me como la luna porque tengo puesto el cinturón de seguridad, aún así se me corta la respiración unos segundos.

Mi mano va hacia mi propia pistola mientras miro a todos lados. ¿Nos atacan los robapieles?

Me cuesta unos segundos concentrarme en lo que pasa, en seguida veo que no nos ataca nadie, escucho a Speedy hablar con Rose y después acelerar. Esto es malo, está delirando.

Con suavidad, no exenta de cierta firmeza, cojo la mano que speedy tiene sobre la palanca de cambios, impidiendo que cambie de marcha y siga acelerando.

-Escúchame Jessica, -Digo con voz muy suave, tranquila.- respira hondo, solo escucha mi voz, y mira la carretera, respira hondo, expira, tú solo respira, nada más, poco a poco levanta el pie del acelerador, vamos puedes hacerlo, ahora no es momento de adrenalina, tu cuerpo necesita parar, eres fuerte, pero ahora debes descansar, respira y decelara, solo piensa en eso, en nada más.

-10 cucarahcas con 30 huevecillos, 2 escarabajos estercoleros, 10 larvas d....- Estoy contando mentalmente las cantidades y tipos de insectos que tengo en mis latas cuando el volantazo me saca de mis pensamientos....

Veo a Speedy constantemente fijándose en el retrovisor como si viera un fantasma a mi lado, el revoloteo del águila hace que me cubra la cabeza.....

Busco entre mis latas y saco la de gusanos: Le acerco uno grande y baboso a la boca de Speedy, -toma mastícalo como si fuera chicle... vas a ver como te sientes mejor...-

Cuando estoy ofreciendo el alimento veo acercarse al auto dos motos: por un lado Drex que hace una cabriola y al cual saludo felicitándolo con la mano y por el otro a ¿Rose? con cuidado de no molestar al ave abro la ventanilla y le grito -¡Rose! que gusto verte, por un momento pensé que estabas muerta... enterado yo tomaré el agua, no te muevas.... saco la mitad del cuerpo por la ventanilla para aceptar el ofrecimiento de la buena amiga Rose

Cuando noto aquellos miserables sobre la duna, crucificados y probablemente mutilados hasta el borde del sufrimiento extremo, solo pienso en una cosa. Pobres idiotas, no merecen una segunda oportunidad, no han dado todo de si para sobrevivir.

Solo el apto vive, los que no son dignos muerden el polvo. Es la ley de la carretera, es lo único que prevalece más allá del apocalipsis. Es la evolución. ¿No te parece justo? Ya! seguramente tu eres una de esas niñas lloronas que lo saben todo ¿Verdad? Tu sabes exactamente lo que hay que hacer, bien salvemos a Wilson... es lo mas honorable. Sus tripas están desparramadas por todo el suelo y puedo ver su cerebro a través de hueco en su cráneo. Pero noo claro, no puedes hacer una puta mierda por el! Entonces cállate la boca y déjame continuar con mi relato! 

En fin, Wilson no es el único que mordió el polvo. Decidí abandonar los libros y mis ideales absurdos para proteger a los míos, a mi familia. Me enlisté en la milicia el día que me di cuenta que no podía matar con un libro al desgraciado que violó a mi hermana justo frente a mis narices. El sargento fue sabio, el siempre supo que mi cerebro se haría puré tarde o temprano, pero al menos me dio algo bueno a cambio, me mostró la verdad.

El fuerte sobrevive, el fuerte es el único capaz de arrancarle los genitales a los bastardos que se fregaron a mi hermana para luego alimentar con ellos a los lobos. En fin...

Regresé.... regresé y me encargué de ellos. Ya era tarde, en mi ausencia terminaron lo que habían comenzado y yo terminé con ellos. Enterré lo que quedaba de mi familia y me di cuenta de una cosa. Yo sobreviví porque era fuerte y ellos ahora están cinco metros bajo tierra.

Ahora observo el horizonte y veo a los malditos bastardos acercándose con celeridad. Los respeto, ellos luchan por sobrevivir, los respeto aún mas que a los patéticos miserables que ahora cuelgan de una cruz. 

-Bien Lupe, procura darme un buen ángulo... esta cosa no se apunta sola- muestra casi todos sus dientes con una sonrisa casi sádica mientras prepara su escopeta.

Tres molotov 2d6*... PERFECTO! :D

Pasaba los cambios como si estuviera en un trance hasta que el tacto cálido de una mano me devuelve al presente, era Gemnu que intentaba calmar mi estado y no hacer una locura. Justo en ese momento de plena ansiedad centro la mirada en la suya, mis ojos rojos por el llanto impregnados de rabia hace que regrese al sitio donde pertenezco, precisamente a este auto y a mi copiloto de toda la vida él. 

Tras unos segundos eternos de miradas que expresaba mas que unas simples palabras me centro en la carretera, voy bajando la velocidad hasta que le permito a Kroon adelantarse y seguir como estábamos, en el medio entre él y Lupe con las motos a los costados. 

En un momento las palabras de Genmu opacaba el silencio y me tranquilizaba, agarro el gusano que me ofrece bicho y lo como. La verdad es que había estado más de 24 hs sin dormir, sin comer salvo el regalo de Bicho y tenía en mi estómago solo agua. Lamentablemente y bajo estas circunstancias te olvidas de alimentarte para sobrevivir, simplemente lo haces por inercia o porque te fuerzan a ello. 

En silencio, sonrío al doctor y sigo concentrada en el asfalto, mis sentidos estaban puestos en cualquier distracción que termine en un caos de autos, armas y explosiones. Ya tendría tiempo para hablar del tema.