Partida Rol por web

- Va bene, ve con Dios, Luigi. Estoy deseando poder subirte el sueldo.-

Miro por enésima vez el reloj intranquilo mientras ojeo de nuevo la noticia del asesinato. Ya es hora de comer y Luigi no da señales de vida. Espero que esta vez consiga algo. Tiene que hacerse respetar, si no nos comerán.

- ¡Enriqueta, mujer! ¿Cuándo se come en esta casa? ¡Tengo hambre! Siempre tengo hambre cuando me pongo nervioso.

Sin perder ni un minuto, Luigi termina de comer y se despide de Antonio, abandonando el local para volver a recorrer las frías calles, decidido a volver esta vez con algo de pasta, o a dejar huesos rotos tras su camino...

Sigo esperando el regreso de Luigi.

- Voy a poner la tele. A ver si ponen algo interesante: un combate de boxeo o algo.-

Finaliza el día y se presenta puntual como un reloj el bueno de Manfredi. Al fondo aguarda Antonio disfrutando del nada humilde televisor del despacho.

- Bienvenido, Luigi. ¿Qué tal te ha ido por las calles de Cirax City? Siéntate y me lo cuentas.-

Está siendo un combate de boxeo muy malo. Los púgiles parecen niñas y encima va perdiendo Lightning Marc, por el que yo he apostado.

- Espero que puedas alegrarme el día, Luigi, porque el inútil de Lightning está haciendo que quiera asesinarlo.-

 Enriqueta me acaba de traer el periódico. Vamos a ver qué se ha cocido por las tranquilas calles de Cirax City:

Cita:

 - Parece que es poco seguro salir a la calle, o ser chino...-

Me tiro en el sofá con un bollo y el periódico ojeándolo más detenidamente.

- El último suceso parece ser obra de Luigi, a no ser que haya otra banda ocupando nuestro mismo espacio. Al menos, si ha sido él el que le ha roto la nariz a la puta, se le ve menos tímido que los días anteriores. Y parece que lo ha hecho delante de gente. Ojalá sean todos clientes potenciales de nuestra "empresa de seguridad". Cuando venga me contará qué tal la experiencia.-

Jefe, ya le dije que ahora iria mejor, supongo que apartir de ahora las cosas iran mejorando. Digo mientras dejo sobre la mesa el maltin repleto de billetes que he conseguido recaudar. No ha sido una gran cosa, pero tampoco nos podemos quejar, tuve que romperle la nariz a una de esas chias, pero enseguida, entendieron el resto el mensaje.....

- ¡ Estupendo, Luigi! ¡Estoy muy contento de tí! Estaba leyendo el periódico, sección sucesos, desde luego, y estaba seguro que la nariz rota era cosa tuya. Y te ha salido pero que muy bien, amigo. Con lo que tenemos ahora no basta para aumentar la familia ni comprar coches. Podríamos ahorrar como buenos bambini o comprar más armas. ¿Necesitas algo aparte de tu pistola? ¿Necesitas armas largas o te basta con la que tienes? ¿Necesitas alguna otra cosa? A comer, por supuesto, estás invitado.-

- Yo pienso que deberíamos ampliar nuestro radio de acción o diversificar nuestro negocio. Aunque para eso necesitamos contratar a más gente. ¿Tú que piensas?.-

- Otra cosa que me ha llamado la atención son estos dos sucesos que aparecen en el periódico: Desaparición de un chino de su comercio y aumento del tráfico de drogas. Los describen como si no fueran algo habitual, sino que han surgido como nuevos. ¿Sabes algo?-

No, no me he encontrado con nadie, a excepcion de nuestra clientela claro...radio de accion eh? bien si quiere puedo ocuparme de los negocios de la zona, ademas de las chicas, digamos que garantizarles que lo del chino eso no les pasará si forman parte de nuestra selecta clientela...jajaja.

 - Ja, ja. ¡Bien dicho! Esperaremos entonces para ampliar la familia, Manfredi. Si queremos abarcar mucho en poco tiempo todo se nos escapará entre los dedos. Ya has demostrado ser útil y eficaz. Con un poco de paciencia podremos ampliar el negocio en un tiempo. Ya habrá ocasión de averiguar quiénes son los que también picotean por Cirax City y si pueden suponer un problema para nuestra seguridad. Espero que con este aumento de la inseguridad em las calles no se asusten los clientes de las chicas, JA, JA, JA.-

Tras una buena comida en el restaurante de la familia, Luigi se despide de Antonio y abandona el local rumbo a las calles. Hoy será un nuevo día de provecho para los Bacci.

Una larga espera termina dando sus frutos cuando Luigi regresa al ristorante de la familia al anochecer. El negocio está a tope, y Enriqueta no para de servir platos de pasta y pizzas por doquier.