Partida Rol por web

Al sentir unos pasos comienzo a preocuparme por si fuera uno de los tres que simultáneamente se han proclamado los amos de la Mansión, afortunadamente es una de sus compañeras.

– Miyako, parece que sufrió un ataque espiritual.

Mirándola con preocupación. – ¿Estas bien, o sabes de alguien mas que pueda haber sido afectado?

¿Un ataque espiritual? El ojo analítico de Miyako junto a su mente nada sucia le decían que aquello más parecía un orgasmo... ¿Por fin Masaki se había vuelto un chico malote? ¡Aquel iba encaminado a ser el mejor día de su vida!

-¿Espiritual? -dijo con tono picarón y sonrisa burlona mientras se acercaba a Snowrella y la ayudaba a levantarse- Aún te tiemblan las piernas... realmente ha sido un "ataque" intenso... -agregó mirando alternativamente a ambos con mirada y gesto pervertido.

No me molestan las bromas mientras se trabaja pero… ¡Como le explico que yo por lo menos no le he hecho nada, de nada.

– Miyako, después te atiendo. Ahora ayudame a llevarla a la cocina para que se siente.

Miyako asintió sin perder su sonrisita pícara.

-De acuerdo Masaki-san. -dijo ayudando al mayordomo a llevar a Snowrella hacia la cocina- Luego quizá pueda ayudarme con un problema espiritual a mí también. -agregó a medio camino.

No puedo dejar de sentirme alagado por la actitud de Miyako. ¡Como puede pensar que yo haya dejado en este estado a Snowrella!

Devolviéndole la mirada mientras dejamos a Snowrella en una silla. – Ya sabés Miyako que creo que vuestro bienestar aumenta la eficacia con la que cuidáis de la casa. ¿Como puedo ayudarte?

- Ya me encuentro mejor. Tengo que encontrar al bastardo que me está atacando espiritualmente.- dice Snowrella sacando de repente mucha energía de sí misma.- ¿Tú sabes quién puede ser Miyako?.- Snowrella parecía recuperada totalmente y además con un extra de energía, nadie sabe por qué.

- Siente mi aura e intenta adivinarlo. Coloca tu mano sobre mi pecho.- dice cerrando los ojos. Esa será tu primera tarea para sensibilizar tus sentidos... intentar adivinar qué deseo en cada momento.

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¡¿Q-q-q-qué le toque el pecho?!

—V-verá, señorito-sama, yo... yo...

¡Ay! ¡Qué vergüenza! Pero no iba a ser yo quien rechazara la orden de un señorito-sama, así que me acerqué a él y puse mi manita toda temblando en su pecho. ¡Era un pecho tan firme y suave...!

—¿A-a-a-así?

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Miyako la miró sorprendida.

-¿Es una pregunta trampa o un acertijo? -preguntó- Si es lo segundo... diré que un vibrador.

Te intentas concentrar pero como no logras vislumbrar nada en tu mente tiras un dado mental y toca...- ¡Una coca-cola!.- esperas que le guste tu decisión.

- Déjalo, no tienes pinta de saber nada.- digo dando unos saltitos, pues seguía hiperactiva.- Tendré que impartir justicia desde las sombras...- dije cogiendo el martillo gigante.

Me quedo mirando a Miyako dudando sobre a quien le ha dicho Snowrella que no sabe nada antes de hablar a su compañera. – Tu eres la Guardiana, pero no corras riesgos excesivos.

Como parece que va a marchar a las sombras le indico que a Miyako que espere. Con lo ocurrido a Snowrella no me ha dicho como esta el amo que ha atendido.

—¡Lo tengo! ¡Lo tengo! jijiji.

Y tan pronto como solté eso, salí pitando hacia la cocina para coger del frigorífico la coca-cola más fresquita y apetecible de todas. ¡Y todo por el señorito-sama!

—Espero que le guste~, :D

Miyako alzó una ceja pero no respondió a Snowrella. Ahora sí que se estaba comportando extraño... Masaki le indicó innecesariamente que no se moviese. ¡Cómo si fuese a largarse a alguna parte estando él aquí!

Aprovechó el momento para situarse junto a él y susurrarle a Masaki al oído: ¿Qué le ha hecho? No parece que le haya sentado muy bien... -E incluso para aquella simple pregunta, Miyako no pudo evitar usar el tono más sensual que pudo.

No puedo dejar de sentirme alagado en mi ego que Miyako crea que Snowrella estuviera tan débil por lo que me parece entender de su tono.

– No, Miyako. Te aseguro que no he sido yo. Lo que creo es que no puede ser casualidad que haya sido justo ahora que tenemos en la Mansión tres que se han presentado como los amos y sus servidores.

Aunque lo intento no puedo evitar que mi mirada se desvié de su cara para contemplarla al tenerla tan cerca.

– ¿Has notado algo extraño de la señora Erika?

Miyako no perdió su sonrisita mientras Masaki le hablaba, especialmente cuando notó que el hombre no podía desviar su mirada... ¡Por fin! ¡Tras tanto tiempo Masaki iba a caer rendido a sus pies!

Pero entonces dijo algo que la dejó descolocada y puso cara extrañada.

-¿Señora Erika? -preguntó a su vez, poniendo cara de rememorar- No conozco a ninguna señora Erika...