Partida Rol por web

Dudel pareció bastante cabizbajo cuando la mujer confirmo que salvar la isla era algo imposible.

Miro a sus primos y luego de nuevo a la capitana.

-Entonces… ¿si consiguiéramos algo de ese tesoro podríamos ayudar a reconstruir Palma Flora, no?

Les pregunto a sus primos algo esperanzado, realmente le gustaba su hogar, el murmullo del mar por las noches, los días soleados en la playa con un refresco en la mano, la mezcla de aromas de su mercado, repleto de productos de diversas partes del mundo, era algo que no quería perder y que haría lo que fuese posible por recuperar.

-Somos algo jóvenes… si, supongo, pero imagina si con nuestra corta experiencia hemos sido capaces de defender a nuestros conciudadanos, lo que seremos capaz de hacer en un par de años, somos gente de gran potencial, y en estos momentos solo podemos mejorar aun mas.

Prefirió no mencionar que en el proceso estuvo a punto de morir dos veces, ya que eso si que no le haría mejorar mucho… a no ser que consiguiera transformarse en un lichi…no…leche… no eso tampoco, a si liche o algo por el estilo, pero no quería pensar en ello, sonaba que era un proceso algo desagradable y repleto de fruta pinchuda y vacas.

-No quería ofenderos, simplemente pensé que estaríais más curtidos, pero desde luego os defendisteis bien-dijo enseguida la capitana, aunque cuando Dudel habló de reconstruir Palma Flora su semblante cambió. Si hubiera tenido una corbata se la hubiera aflojado- me temo que no queda nada que reconstruir, a menos que aprendáis a vivir bajo el agua como esos monstruos. Si mal no calculo el terremoto habrá hundido vuestra isla hasta una falla cercana en la que viven esos Sahuagin. Me parece que a esos "pastores de tiburones" no les gustó que cada año matasen a un montón de tiburones... Y creo saber con qué han hecho lo que han hecho.

Orégano comenzó a reírse cuando dijo aquello de "pastores de tiburones". ¡Pastores! Como los que llevan ovejas. Como los que van con la vara atizando traseros de vaca. Se rio a carcajadas. Y de pronto, se dio cuenta de que todos le miraban y nadie le acompañaba. Le miraban con un gesto contrariado, confuso. Orégano dejó de reírse y se dio cuenta de que no era una broma. Realmente ¿había pastores de tiburones? Qué chorrada. 

Puso la mano en la barbilla, como hacía su hermana cuando pensaba. Y parecía estar super atento a lo que decía aquel gato que hablaba. Adoptó pose de intelectual. No se fueran a pensar que era tonto. 

Albahaca bajó la cabecita y tiró de la chaqueta de Lyeneru desde abajo - Lo siento Lyen, yo, no sé, estoy nerviosa

Entraron a ver a la capitana, que presentaba rasgos humanoides y felinos, Dudel hizo una pregunta discreta a lo que Albahaca correspondió con la misma discreción - Se llaman Miaus o Whiskas, pero ellos prefieren ser llamados por Tabaxi que supongo será la palabra en su propio idioma.

Oyeron lo que decía, todos con gran pesadumbre.... todos menos uno: Orégano, que irrumpió a carcajadas llevándose un pellizco por debajo de la camiseta. A lo que Albahaca se llevó la mano a la barbilla para pensar bien lo que les decían. 

No nos interesa el dinero Capitana, y si la isla es irrecuperable no veo porqué bajar ahí a quitarles lo que es suyo y dedicarnos a masacrarlos de forma horrible. Han realizado algún ritual turbio y han matado a cientos de los nuestros, deberíamos buscar un nuevo lugar para vivir en vez de buscar venganza.

Además, nosotros no podemos nadar ni respirar bajo el agua, me temo. De todas formas, háblanos si así lo deseas de sus métodos profanos y porqué nos han hecho esto...

-No digo que tengáis que matarlos-dijo la capitana- aunque difícilmente veo que os escuchen y os den el cetro... Si queréis dejarlo lo entiendo. Os acercaré a Port Damali y ahí podréis buscaros la vida como creáis conveniente o regresar a PalmaFlora-"y el master se tendrá que buscar alguna otra aventura" pensó- pero si me ayudáis, aparte de conseguir dinero suficiente para empezar de cero, quizás podáis evitar que hagan lo mismo con otras islas o ciudades costeras.

La capitana se volvió a inclinar sobre la mesa y les miró a todos a los ojos.

-Vereis un conocido mío me contó que La Vara de retribución había caído en manos de Selachai, una especie de líder o chamán de los Sahuagin... puedo imaginar que ella ha sido quien ha invocado el poder de algún dios terrible para provocar el maremoto que se ha tragado vuestro hogar. Mi intención es que le arrebatéis ese cetro mágico y así pongáis a salvo los mares y a cambio yo os pagaré una parte de su valor. ¿Qué me decís?

¿Como haremos para bajar hasta la fisura? - Intercambió una mirada con Dudel, esperaba que la interpretara, aunque era difícil dado que jamás habían practicado el lenguaje de miradas  MmMm - ¿Cuanto es una parte de su valor? ¿Suficiente para reconstruir un pueblo? 

No sé si es conveniente robarle a los saguajines, o empezaremos una guerra.... pero no vamos a dejar que otra isla sufra el destino de PalmaFlora. Este archipiélago - Miró a Lyen específicamente- Se merece unas heroínas.*

Danos todos los detalles capitana Pendientes

Albahaca se dio cuenta de que me había sentido excluida y me pidió perdón y yo asentí y la sonreí, pues no creía que lo hubiera hecho con maldad aunque me hubiera dolido un poco. 

Claramente ninguno de nosotros había creído que toda la isla se hundiría, así que las palabras que nos estaba diciendo la "capitana gato" nos dejaron un poco... 

- Eso no puede ser... - Se podía ver en mi rostro que no me quería creer lo que estaba diciendo, pero que a la vez sabía que lo que estaba diciendo era cierto. 

Entonces la conversación aún se puso peor, porque aquella "mujer" nos estaba haciendo ver que ya no teníamos un hogar y que nunca lo volveríamos a tener, al menos, no en aquella isla. 

La conversación sobre la edad yo la había obviado totalmente, total, nunca le preguntaban a una elfa cuantos años tenía, siempre tenía más que el resto y bueno, bastantes cosas tenía en la cabeza en aquel momento. 

Orégano fue el que rompió un poco el ambiente cuando se echó a reír, y yo lo miré como si le hubiera salido otra cabeza. 

- Si le quitamos eso... No podrán volver a hacerle esto a nadie ¿no?

A mí desde luego, con eso ya me lo había vendido. 

- Por mi parte me apunto. Necesitaremos el dinero para que los supervivientes puedan empezar su vida en otro lado. No los vamos a dejar abandonados ¿no?

Claro que ahora la respuesta a lo de bajar allí, me interesaba, por lo que presté mucha atención. 

Dudel asintió a las palabras de Albahaca.

-Me parece perfecto Albahaca, yo creare un espectáculo que hable de ello y prevenga de esos malditos pescados feos destrozahogares y como se evitó que siguieran destruyendo otras ciudades.

Dijo seriamente.

-Con el dinero que ganemos, que seguro que será un buen pico, ya que haremos gran parte del trabajo y el que recaude del espectáculo crearemos una nueva ciudad en otro lugar, mas bonita, con mas mercado, mas refrescos, mas playa. En definitiva, estoy dentro.

Dijo moviendo la cola contento.

-Sobre como bajar hasta allí, yo también lo veo un problema, soy bueno buceando, pero no tanto como para meterme en una ciudad hundida.

Orégano iba cogiendo cosas de aquí y de allí. No entendía qué querían decir, usaban palabras complejas como cetro, fisura o archipiélago. Pero asentía sin parar mirando a unos y a otros. Y entonces, de pronto se dio cuenta. Sacudió la cabeza como si eso sacara la cera que tenía en los oídos y pudiera escuchar mejor lo que decían. 

- ¡¿BAJAR AHI ABAJO?! ¡¿AL AGUA!? - gritó. Y de pronto se percató de que no lo había pensado, sino que todos le miraban... de nuevo. Se iban a pensar que era tonto de verdad. - Yo no me meto en el agua... ¡no señor! Lo más probable es que nos acribillen. Es donde viven. ¿Por qué íbamos a suicidarnos de esa manera?

La capitana sonrió.

-Tranquilo... Orégano, ¿verdad?-dijo suavemente- no pretendo que bajéis a las profundidades y os ahoguéis en el fondo antes de que podáis siquiera ver el objeto, pero está claro que ellos no saldrán a tierra. Haremos una parada en Port Damali para dejar en tierra al resto de refugiados y que puedan ser cuidados y ponerse a salvo. Allí podremos hacernos con unas pociones para que podáis respirar bajo el agua.

La mujer miró al resto de compañeros.

-Según mis cálculos, repartiendo el precio de esa vara de retribución en tres partes: para mi tripulación, para mí y el mantenimiento de mi barco y para vosotros ganaríais unas 500 monedas de oro. No creo que podríais reconstruir nada, pero desde luego es un buen dinero con el que empezar de nuevo-hizo una pausa como si se lo pensase un poco más-. Veo que estáis muy apegados a vuestra tierra y no seré yo quien cambie eso, pero si todo esto sale bien, estaría encantada de que os unierais como parte de mi tripulación si alguno quiere. No es un mal trabajo aunque no es fácil-les propuso.

Por mucha poción que quisiera darnos, no estaba yo demasiado segura de que Orégano fuera a meterse al agua, pues todos sabíamos de su aversión a ésta, pero... 

Claro que las palabras que había dicho me habían dejado con alguna duda. 

- ¿500 para todos o 500 para cada uno? - Sí, aquello era importante matizarlo. Me parecía que se refería a que eran quinientas para nuestro grupo pero nunca se sabía. Además, yo estaba algo tensa y descentrada desde que me había dado cuenta de que no sabía dónde estaba mi familia. Eso sí, con todos los hermanos que tenía, seguro que en algún momento aparecería alguno. Los medianos siempre salían hasta de debajo de las piedras. Al menos, a mí cada vez que quería estar sola, se me complicaba el tema con mis hermanos. 

Me sorprendió aquello de que nos ofreciera el trabajo. 

- Lo del trabajo. Gracias, pero me gustaría pensármelo. Todo depende de si hallo o no a mi familia. 

Estaba claro que si no los encontraba iba a seguir buscando hasta que los encontrara o hasta que me cansara de hacerlo. 

-Quinientas monedas para que os las repartáis entre vosotros-dijo la capitana sorprendida pues quinientas monedas de oro era todo un dineral, aunque en este caso estaba justificado, ya que había mucho riesgo-. Entiendo vuestras dudas, en un par de días llegaremos a Puerto Damali. Si queréis pensároslo hasta entonces no es ningún problema, allí tengo pensado comprar las pociones mágicas y si decidís que no queréis-dijo torciendo el morro- bueno, podéis bajaros con el resto de refugiados y seguir con vuestras vidas.

- Amiga gato, purrr - dijo Orégano tratando de ser lo más cortés posible - No encantaría hacerlo, purrr, pero esta negociación no está completa si no es con una partida de dados, purr. 

Dijo poniendo sus dados sobre la mesa. 

- Si te gano, purr, nos darás 600 monedas de oro y aceptamos. Si pierdo, purr, será como dices, y tendrás mi espada a tu servicio hasta que te haga ganar 200 monedas de oro, purr. ¿Qué me dices?

Era un pirata y era codiciosa, Orégano estaba seguro de que aceptaría. 

Dudel miro a sus primas y luego a su primo y se acerco a ellos para susurrarles.

-Bueno, es bastante dinero, no nos dará para reconstruir Palma flora, pero por algo se empieza, seguro que podremos ayudar bastante a los refugiados con ese dinero, por algún lado tenemos que empezar y dudo que podamos conseguir una oportunidad mejor.

Se quedó pensativo durante un momento.

-Además, quizás podamos recuperar cosas otras cosas valiosas que se hayan hundido, o incluso hacer un mapa para hacer futuras incursiones.

Se rasco el mentón…bueno… lo que sería el mentón en una cabeza de dragón.

El dragón mediano también estaba preocupado por su madre, pero aquella era una buena oportunidad, ni se imaginaba la de espectáculos que tenía que realizar para conseguir 500 monedas de oro.

Ante la respuesta de su primo no pudo más que ponerse la mano en la cara, diría que sentía algo de vergüenza ajena, pero era su primo, así que era vergüenza directa, no tanto por la idea, que incluso le pareció buena, sino por la manera de planteársela, aquellos eran los momentos que le hacían recordar que el pobre no daba para mucho más, seguramente pensar lo de la apuesta ya le había cortocircuitado un poco la cabeza, aunque aquellos pensamientos nunca se los diría a la cara, pese a todo lo apreciaba y no quería ofenderlo en ningún momento.

La mujer miró sorprendida al mediano y después se frotó el puente del hocico, como si tuviera jaqueca.

-A ver que yo me entere... Vais a hacerlo igualmente, pero quieres jugarte a los dados que te pague 100 monedas de oro más a cambio de que si pierdes trabajarás para mí hasta hacerme ganar 200?... ¿Vuestro amigo está bien?-dijo ahora dirigiéndose al resto-. Me gusta jugar a los dados, pero no creo que hayas pensado bien lo que dices. Además no quiero tener en mi tripulación a nadie que esté solo por una apuesta. Mi ofrecimiento para trabajar en el Cazaolas, si demostráis ser válidos, es sincero. Seríais parte de la tripulación igual que el resto y con las mismas condiciones, ni más ni menos. No soy una esclavista.

Al decir que las quinientas para todos asentí. La verdad era que ya me lo había imaginado, pero bueno, como no me había quedado claro igual me llevaba una sorpresa. No había sido así. 

Claro que momentos después Orégano hizo de las suyas, pero quizás que nosotros lo veíamos de otra manera al estar acostumbrados a cosas raras como esas. Nadie sabía lo que pasaba por su cerebro ni cómo pasaba cuando empezaba con sus historias raras. 

Así como si no hubiéramos escuchado a Orégano, Dudel dijo que aquello sería suficiente dinero para ayudar a reconstruir y yo asentí, pues a mí tampoco es que tuviera que convencerme demasiado para aceptar. 

- Por mí de cuerdo. - Le dije tanto a él como a la capitana. 

Claro que como la capitana no conocía a Orégano, le respondió, aunque lo raro sería que no lo hubiera lanzado por la borda por eso "puur" que había estado haciendo y que si yo fuera una mujer felina, me hubieran molestado un huevo. 

- Mejor dejemos eso de los dados para otra ocasión. 

Orégano dio un puñetazo en la mesa. 

- ¿Eres un pirata o no? Yo juego con mis dados y tú con los tuyos, el que saque más gana. No seáis cobardes. Yo trabajaré con mucho gusto, no porque te deba nada. Pero el mínimo es hasta que te devuelva lo tuyo. 

Dudel se puso de nuevo la mano en la cara, incluso sus escamas doradas parecían estar comenzando a tomar un tono más rojizo.

“Si, yo también me pregunto en ocasiones si está bien, o si se le cayó a la tía alguna vez de cabeza, aunque nunca había contado nada como eso, así que supongo que no”

Pensó para sus adentros mientras se mordía, literalmente su viperina lengua. En realidad Oregano tenía suerte de que Dudel le quisiera tanto, por norma general no se cortaba en decir lo que pensaba de alguien, pero haberse criado con el mediano, pues le dio cierta inmunidad diplomática.

Miro a sus primas con cara de “¿Qué hacemos con él?” o lo más parecido que podía ser, nunca había puesto tal cara, así que no sabía muy bien cómo se hacía.

_{-Creo que no es pirata, primo.}

Dijo en voz muy baja, sin querer contrariar a su primo pero sin poder evitarlo a la vez.

- Yo no he dicho que sea una pirata, pero eso no cambiaría nada, ¿o si?-le preguntó al mediano divertida-. Está bien, una tirada, dos dados. Cada uno tira con los suyos y quien saque más sumando los resultados gana. Tu primero, Orégano, veamos si la suerte está de tu lado-dijo apoyándose en la mesa, observando la tirada del mediano.

Orégano lanzó los dados con destreza, pero el resultado fue bastante medio. La mujer gato tenía todo en su mano para hacerle "trabajar" para ella durante bastante tiempo.