Partida Rol por web

Escipiòn se abre paso entre sus hermanos más agerridos y se procede a realizar la reanimación al Gran Hermano Vargas. Tras varios intentos inútiles, se detiene y anota la hora del fallecimiento. Cierra los ojos del fallecido y procede hacer lo más importe: sacar la semilla genética. Comienza su ritual: "Que el Emperador bendiga y proteja este legado genético para que la fuerza de este bravo guerrero viva en los Hemanos que estáen por nacer. Por el honor eterno de nuestro imperio, en el nombre de todos los capitulos y sus primarcas. A quienes todo les debemos. " Tras decir esto observa al Hermano Solomon y luego al resto:"El Hermano Vargas a servido bien al Emperador y a su capítulo. Me encargaré de los preparativos  mortuorios." Luego comienza a preparar el cuerpo para la seremo onia. Escipión había mentido a sus hermanos, sabía que por el motivo de la muerte del Hermano Vargas la semilla era inútil. Pero no dejaría que el espíritu del nuevo capítulo se manche con semejante noticia. Era mejor hacer creer que la muerte del Hermano Vargas tenía algún sentido.

Otra megafonia, esta vez para convocarnos a todos, por lo que termine el rezo y al levantarme Y me encamine con paso firme pero sin prisas observando a los demás hermanos que me cruzaba. Espero que seáis fieles, u os haré pagar con creces vuestra herejía.
Al llegar vi como algunos marines se saludaban a pesar de ser de diferentes capítulos, y eso me daba esperanzas, daba una luz al final del pozo negro que pensaba que seria esto y por lo que pedí venir aquí. Si había un nuevo capitulo alguien tenia que salvaguardar su integridad y ese seria yo entre muchos otros y aunque no tendría que controlar la rabia de mis hermanos, aquí habría que lidiar con muchas doctrinas, ritos, rezos y demás costumbres tan variadas, habría que ponerse de acuerdo, y eso lo deberían hacer los capellanes, pues eramos los que guardábamos la pureza y la fe.
Al pasar al lado de mis nuevos hermanos saludaba a los que lo hacían y me presentaba a el que lo requería mientras me disponía a ir hacia donde aparecería Hetmul Nisolt, dejando las paredes atrás y quedándome a escasos 10 metros de donde nos hablaría Hetmul Nisolt.

Ver el cuerpo de un hermano de armas nunca es una experiencia agradable, pero es peor aun si no es sobre un campo de batalla bañado en la sangre de sus enemigos... Me quedo expectante hasta que el Apotecario finalice el ritual sobre el hermano Vargas...

Si hay una causa que merezca la pena… merece la pena morir por ella... Esperemos que el hermano Vargas pueda luchar otra vez por el Emperador...

Me retiro una vez finalice el ritual, sin esperar a ver salir el cuerpo, me dirijo a mi celda donde me pongo mi armadura... Al escuchar la megafonia me dirijo a la sala de reunión, cuando llego ya prácticamente todos están presentes...

Saludos hermanos... Pronuncio al entrar y me dirijo al fondo donde veo a otros lobos espaciales...

No sabia cuantos quedaban por llegar al parecer uno de nosotros habia fallecido, siempre mas que su muerte me apenaba el lugar y la forma "Un guerrero ha de morir luchando con el arma en la mano y la sangre de sus enemigos manchandole. Nosotros eramos guerreros y nuestro destino era caer por el Emperador en combate, no por alguna otra cosa." Agacho la cabeza durante un segundo por el compañero caido.

Tras esto reviso los que estabamos en la sala "Supongo que pronto aparecera el hermano Hetmul Nisolt, para explicarnos mejor que hacemos aqui." Aunque recuerdo las palabras que nos dijo al llegar.

Mmm hola hermanos mi nombre es Ulrik. Saludo con gesto de cabeza a todos. ¿Teneis ya alguna idea sobre lo que pidio el Señor Hetmul Nisolt.? Casi se me escapa la palabra Señor Lobo por la costumbre, comento a todos mientras acaricio el pico de Garur posado en mi hombro.

Crucero de asalto Magna Veritas. Orbitando Marte a 367.000.- kilómetros. Fecha Día 1 Mes 1 Año 1 del calendario capitulario. 0432Z.

Todos ya presentes, se dio la voz de atención. El adistramiento era algo con lo que no era capaz de luchar un Marine. En automático, y sin pensarlo, todos se pusieron en pie. La espada había estado flotando sola, apoyada con la punta el el pedestal desde donde el día anterior les había hablado el Señor del Capítulo. Unos se presentaron con la túnica de hermandad, otros con su armadura, tal y como vinieron, y otros la habían desteñido.

El hermano Hetmul miraba bastante disgustado. No parecía un hombre complacido. Unos habían hecho caso omiso, otros habían obedecido, e inclu algunos habían ignorado sus órdenes. Se pasó la mano por el rostro, y a modo de juego, cambió el rostro. Lo hizo en unas pocas ocasiones. Una veces, cara de sorprendido, otras de alegre, otras una mueca cómica y por última una impasible, que parecía más una losa de granito que el rostro de alguien curtido en batallas y penurias. El entrenamiento de todos hes hizo permanecer en el más mudo de los silencios, pero en el alma de más de uno, el romper a carcajadas hubiera sido lo normal en la mayoría, si no fuera porque no se les había dado permiso para nada. Seguían en la más rígida y marcial postura que todos conocían. La de firmes. Alguno se había dado cuenta. Los estaba castigando; no le habían obedicedo todos sin excepción y este era su castigo.

- ¿Les parece cómico señores? En tan rígida postura, nadie haría más gesto, que lo mínimo para respirar y parpadear. Jamás rompería un marine su adiestramiento, y esta postura era ... muchas cosas, como una demostración de su marcialidad. - A mi me parece muy interesante, y por esta vez, va a ser culpa mía su desobediencia, así que como yo soy uno de ustedes, voy a ser uno de los castigados. Gracias a usteder por supuesto. La verguenza de que el Señor del Capítulo fuera castigado por sus subordinados era una de las mayores que podía un marine imaginar. Jamás un hermano permitiría que fuera o sufriera por su culpa, si no era de justicia, y menos su Señor. - Hemanos, van a despojarse de túnicas armadura y otros atuendos. Teníamos que venir con armadura gris, en el color báse sin teñir o pintar. Van a desnudarse. Ya desnudos iniciaremos esta reunión. Unos instantes eternos precediron a la voz que todos esperaban. - Hermanos, terminar. Era la voz para relajarse, para poder sentarse, pero tenía una orden que cumplir. Los de túnica enseguida se despojaron de ellas y empezaron a quitar las piezas protectoras de los que vestían servoarmadura. Varios de los más cercanos subieron el pedestal, ya desnudos, a todos correr, para que su señor pudiera cumplir con el castigo. Un rato ya transucurrido de la órden, y todo amedias, comentó en viva voz (a él le quedaba la mitad) - Y desen prisa, que tenemos visita.

Había sido todo un alivio, que ni servidores ni nadie de la dotación de la nave, hubiera podido acceder a esta sala, pero ahora, la humillación se sabría. Tendrían una visita y despojados de la indumentaria oportuna, tendrían que rendir honores a una autoridad. No sabían que o quién vendría, pero tenía que ser alguien importante, para asistir a la formación de un capítulo. Estaban cerca de Marte. ¿Podría ser alguien del Culto al Dios Máquina? ¿Algún jerifante de Terra? ... Todo lo que pensasen eran conjeturas, y ningún indicio les podía dar pista alguna.

Eran responsables de un castigo sobre su señor y ahora la verguenza caería sobre ellos. Se sabría. ¿Cómo poder limpiar su honor? ¿Cómo podrían limpiar este estigma ante su Señor del Capítulo? ¿Los perdonaría alguna vez? Esta era su siguiente misión. Al menos lo hera, para los que consideraban el prestigio algo importante, y los que querían ascender lo tenían en muy alta estima. Por lo menos, el suyo.

Una tacha que limpiar.

Solomon torció el gesto ante el castigo que les había impuesto. Él llevaba una túnica sencilla, pero no era de color gris. Resignado, se quitó la túnica y quedó desnudo.

Su cuerpo entero era de un color pálido sorprendente, y desnudo parecía más una escultura de las antiguas edades de terra que un ser humano. No se le veía ningún tipo de cicatriz ni vello en el cuerpo.

Una mueca de disgusto apareció en su rostro, y frunciendo los labios miró a todos y cada uno de los astartes que había allí. Todos eran culpables, pero era algo que podría haberse evitado. Demasiado libre albedrío como para formar una unidad, era lo primero que tenían que pulir.

Una vez desnudo, subió un par de escalones para ayudar al Señor del Capitulo, pero no fue capaz ni de mirarlo, la vista la clavaba en el suelo, como un niño que espera que su padre le ponga el mayor castigo y le eche la mayor bronca de todo el universo.

Cuando terminara volvería a su posición y rezaría al Dios-Emperador porque su visita no fuera de la Eclesiarquía o de la Inquisición.

Mal comienzo.

Litilus no había caído en la cuenta del gris, habituado a ir siempre de negro, llevaba una túnica negra y de la misma se la rasgo de arriba abajo, quedando su cuerpo desnudo,(como iba ocurriendo como el resto), su cuerpo ligeramente moreno estaba lleno de cicatrices producidas en combate tras desaparecer su armadura, Litilus solo se curaba las de gravedad o cuando era imprescindible que estuviera operativo enseguida, sino las dejaba que cicatrizasen a su ritmo para recordarse y recordar el sufrimiento y la lucha por todo el universo en defensa del emperador y la humanidad.

Vio como Solomon se acerco al Señor del Capitulo para ayudarle, el no pudo hacerlo, pues sentía demasiada vergüenza como para moverse, ademas el era un Capellán, las tradiciones, las reglas, las letanías, todo lo guardaban ellos, ellos eran los que preservaban la rigurosidad y la creencia dentro de los capítulos y ahora el había fallado a su nuevo Señor, eso era una mancha que debería limpiar en muchas ocasiones con la aprobación de su Señor hasta que su Señor ya no diera importancia a ese echo por ser una nimiedad con relación a lo demás que habían conseguido, pero eso sabia que quedaba muy lejos de ser cierto.

"Vaya buen comienzo." Habia metido la pata como un cachorro que llegara a El Colmillo. Tras mi sensacion de frustracion obedezco las ordenes, tenia razon el Señor del Capitulo, aunque no estaba de acuerdo que el pagara por los errores del resto no contradiria sus palabras.

Obedezco me desnudo dejando a la vista mi cuerpo peludo en ciertas partes, con cicatrices varias por el distribuido y quedando a la vista la musculatura caracteristica de los hijos de Fenris, hecha a base de entrenamiento y frio, tras eso tomo mi lugar al lado del Señor del Capitulo, sin dejar de olvidad la verguenza que pasaria el por nosotros. Cuando llego a su lado miro al suelo demostrando mi verguenza y esperando la siguiente orden suya.
 

Dejo caer la poca ropa  que llevo encima para  asumir el castigo y ocupo mi lugar . Fantástico, escucha estúpido  si  no quieres volverla a cagar.Adopto la posición de  firme  con la mirada  al frente  dispuesto  a apechugar con lo que venga .Reprimo una sonrisa al ver que algunos bajan la mirada avergonzados .Estos  son demasiado civilizados   en mi tribu tenian que haber nacido

Escipión se saco su armadura y la dejó a un lado con respeto, despues de todo servia para resguardarle del daño. Observo divertido como sus hermanos sentían incomodidad ante la desnudes. Hubo un tiempo, donde la carne, la sangre y los gritos de los heridos le hacia vomitar... ahora no se inmutaba ante ningúna herida.

Siguió las ordenes de su nuevo Lìder y prefirió no hacer ningún comentario sobre el asunto.
 

Crucero de asalto Magna Veritas. Orbitando Marte a 367.000.- kilómetros. Fecha Día 1 Mes 1 Año 1 del calendario capitulario. 0447Z.

- La nave del Ordo ha llegado mi Señor. Estarán en la reunión en escasos minutos. Era extraño. Cuando se recibe a alguien, es a pie de nave, y aquí se le está esperando. O no es una gran autoridad o para ... ¿Qué pasa?

Me desnudo más por la costumbre de obedecer que por la convicción de haber fallado, estoy completamente seguro que las ordenes habían sido claras, la nueva pintura de las armaduras se haría hasta el día siguiente, hoy seguia siendo un Lobo Espacial... Tenia mucho arraigo a los símbolos desde mi vida anterior como chaman en Fenris, y el color de mi servoarmadura siempre había sido mi aura, mi presencia, una expresión de mi fe en el Emperador... Iba a extrañar a mi Señor Lobo, con su autoridad en regla y sus grandes colmillos...

Emito un suspiro y de forma ágil y precisa termino de quitarme la servoarmadura y mis facciones se endurecen, brotando un poco mis colmillos superiores...

Del Ordo... Perfecto -pensaba Solomon. No solo estaban desnudos y avergonzados, sino que encima la Inquisición los vería así, y justo en órbita a uno de los planetas más sagrados de todo el Imperio, que a su vez es el planeta más cercano a la sagrada Terra.

En ese momento quería que se lo tragara la tierra, pero su gesto era imperturbable, continuaba con la ayuda a desprenderse de la armadura del que era el Señor del futuro Capítulo, aunque puede que al verlos desnudos les rechazaran directamente.

Y eso sin contar con que ya tenían un muerto.

Como buen Lobo obedezco las órdenes del nuevo Comandante y me quito la armadura dejando visible mi enorme corpulencia. Soy más grande que muchos de los presentes mas no hay Honor en presumir de ello así que una vez despojado de la armadura vuelvo a apoyarme en la pared de la nave.

- ¿Y ahora que? - pienso al escuchar la megafonía.

Crucero de asalto Magna Veritas. Orbitando Marte a 367.000.- kilómetros. Fecha Día 1 Mes 1 Año 1 del calendario capitulario. 0454Z.

La voz de atención resonó como un trueno. Todos, en firmes, luciendo su desnudez pensaron lo mismo. Lo que se decía en la instrucción básica militar, cuando aún eran humanos normales, las palabras del Sargento Instructructor. "Le he dicho firmes, les quiero tiesos, tiesos como pollas".

Soeces palabras que describían a la perfección lo que aquel veterano quería de ellos. Ahora, ya como Hemano de Batalla, todo el cambio ha hecho que una erección sea algo imposible. La mayoría lo toma como un problema en su virilidad, que la demuestran por otra via, pero realmente era un alivio para ellos, ya que les alejaba de otras tentaciones.

Sacados del sopor por pasos, en orden de parada, que desfilan marcialmente encaminan todo el cortejo. Lo encabezaban dos hermanos de batalla en servoarmadura. Ambos con los adornos y colores que un inquisidor del más alto nivel puede llegar a alcanzar. Ambos con algo característico en su hombrera. Algo olvidado, algo temido y odiado, pero reverenciado al mismo tiempo. El logo de los Lobos Lunares difuminado en la hombrera.

Una sala pensada para una compañía, en la que hoy por hoy solo tiene 29 miembros, y uno de ellos está siendo preparado para un trasporte en catafalco, deja bastante espacio como para una nutrida visita. Dos encabezan la comitiva, pero tras ellos formaban tres grupos bien diferenciados. El primero estaba dirijido por un representante especial de Ordo Malleos y seguido por una escuadra de honores de los Caballeros Grises. La segunda igual pero del Ordo Hereticus y una escuadra similar en tamaños de Serafines, que con sus retroreactores les hacía ocupar tanto espacio o más que los propios astartes. Y para finalizar, otro representante, en esta caso de la última patita de la Cámra Militante, el Ordo Xenos, con su propia escuadra de Guardianes de la Muerte, vestidos y armados para la batalla.

De entre ellos se destaca alguien. O es Amendera Kendel o lo que estáis presenciando es inaudito, y jamás se verá otra vez.

Esa persona, con sus tatuajes sube al pedestal del Señor del Capítulo. Observa y sonrie. No es un gesto gracioso, es de satisfacción. - Jamás pensé que vería una forma de expresar la pureza de esta manera. Mostrandose plenamente. Sin miedo ni pudor. Sin reparo alguno. Esto tiene su premio.

Se tomó un respiro y clavó su mirada en los "Inquisidores" que parecen portar un viejo ... logo.

Sin dejar de mirarles decretó. - A partir de este momento, la reliquia que se cedía a este nuevo capítulo como espíritu, sera además el arma personal del Señor del Capítulo. Tras oir estas palabras, estaba claro que no podía ser quien pensástis. Kendel era hermana del silencio y era muy dificil que hubiera pronunciado algo por su propia voz. ¿Quién era, que ordenaba sobre las tras ramas del la Cámara Militante? ¿Qué origen tendrían ahora? ¿Qué eran ahora? Las dudas empezaban a corrern incluso por los cerebros menos calenturientos y por las imaginaciones más obtusas.

Cada escuadra portaba un estandarte. Tenían los flecos negros. Bordes tupidos, con bordados de hilo negro y oro. Y lo más preocupante eran sus paisajes. Eran blancos. Puros e inmáculos. Vírgenes. Ordenadamente los representantes y sus escoltas de honor salieron de aquella sala, en la que no eran más que unos simples invitados. Marcharon todos; todos menos dos. Aquellos dos inquisidores que recordaban a antíguos heroes de la humanidad.

Uno de ellos, que tenía el pelo gris se le gritó al Señor del Capítulo. - Capitán, puede ordenar ... terminar. El hermano Hetmul no tardó en cumplir con aquello que le permitían, y se relajó la situación. Aquellos dos observaban a los nuevo integrantes. Veían las dudas, veían la ilusión y también veían que el lider que tenían no era todo lo duro que hubieran ... necesitado aquellos marines. El mismo que había hablado se dirigía al auditorio mientras el otro abría un libro muy boluminoso - Hemanos, estaremos presentes en la reunión constituyente y portaremos el acta a la Sagrada Terra, para que sea incluida entre los documentos precisos.

Hetmul fué el primero en hablar: - Señores no se bajo que bota penden nuestros cuellos, pero si se que somos parte del la Cámara Miliante, que mantenemos nuestra independencia, como Capítulo y que estamos bendecidos. Empuñó el arma que se le había otorgado por su puesto y la levantó como si de un trofeos se tratase. Como la cabeza de un enemigo ancestral derrotado y continuó. - Necesitamos un nombre, necesitamos unos colores y necesitamos ... abrirnos camino hacia la gloria. Todo se andará, pero el camino empieza con un paso, y ahora mismo tenemos 2 que dar.

Asisto a las palabras del inquisidor sin inmutarme manteniendo la posicion en la que estaba, comienzo a pensar en el sueño que tuve la otra noche en el que vestia una armadura de colores distintos a los que habia portado hasta ahora, siguiendo un estandarte tambien que no conocia y con emblemas que como lo anterior me eran extraños. Desde ese sueño y dadas las explicaciones al llegar al cruzero pense en la posibilidad de que fuera una señal, no seria la primera vez que me pasara, dadas mis habilidades.

Sopeso un rato sobre el tema olvidando ya por completo mi desnudez, al final tomo la decision de hablar, estabamos aqui para ello al fin y al cabo.

Caballeros, mi señor la otra noche tras mi llegada comenze a pensar sobre esto como nos ordeno y me gustaria proponer un nombre para el capitulo. La ultima legion. Digo con voz firme. El motivo de ello es facil seremos la ultimo capitulo en ser creado, pero pasado un tiempo seremos el capitulo mas admirado y con ello sabran que la entrega de los miembros de este capitulo es infinita superior a la del resto haciendo del nombre de La ultima legion un nombre que hara temblar a nuestros enemigos. Con una voz intensa dando a entender mi confianza en ese nombre.

Los colores de nuestras armaduras creo que deberia ser de esta manera. Entonces comienzo a rebuscar en mi pantalon y saco el pequeño esbozo que habia hecho sobre ello para mostrarselo a mi señor y hermanos. Como esta muestra. Y enseño el dibujo que habia hecho.

Como estandarte voto por este, un caballero antiguo sosteniendo en una mano una lampara que ilumina que ilustra como el emperador nos ilumina guiandonos en los momentos mas oscuros y en la otra mano porta la espada sagrada de nuestro señor ese arma legendaria que acaba con los enemigos de la humanidad a fuego y sangre. Comento con un tono solemne y fuerte.

Por ultimo y para no extenderme señor pense que para emblema lo mejor seria nuestra arma legendaria. Expongo con el mismo tono que el anterior, tras el cual me retiro a mi lugar esperando a que mis hermanos hagan lo mismo que hice yo y asi decidir al fin quienes seriamos y que colores llevariamos.

Solomon no pudo evitar sorprenderse ligeramente por la aparición de esos astartes con las armaduras de la legión más odiada de todas las que dieron la espalda al Dios-Emperador. Escuchó y pensó. Tenía esa costumbre, escuchar y pensar qué decir antes de decirlo, qué hacer antes de hacerlo, eso es lo que le había hecho llegar hasta su posición en su capítulo de origen.

Escuchó al hermano Ulrik y asintió ante lo que decía, dando su apoyo, pero cuando terminó se acercó a él- Yo había pensado algo parecido -dijo señalando el dibujo- pero con los colores distribuidos de esta forma -comenzó a señalar en el dibujo de Ulrik los cambios mientras los pronunciaba en voz alta y quedaba una imagen mental para todos sus hermanos.

- Los colores son los mismos, pero distribuidos de otra forma. Elegí el oro por ser el color del Imperio y del lugar donde está siempre nuestro amado Dios-Emeprador, el Trono Dorado; el negro como un luto, un luto por los hermanos que hemos dejado atrás para formar esta nueva unidad, este nuevo capitulo, y el blanco por la pureza que debemos demostrar ante todos a la hora de hacer nuestras valoraciones.

Se quedó callado un momento mientras pensaba- respecto al estandarte, me parece muy buena idea la que da nuestro hermano Ulrik, pues aporta gran simbolismo y nosotros necesitaremos esa luz para guiar nuestra nueva unidad y esa espada para castigar a los impuros.

Se separó del ex-Lobo Espacial mientras seguía hablando- Respecto al nombre... ahí tengo que discrepar. Creo que debería hacer referencia a que somos la primera en formarse por marines de diferentes capítulos, y eso me recuerda al hecho por el que los astartes fueron creados en su origen, para unir a los hermanos, a los pueblos perdidos de nuevo bajo la sabiduría del Dios-Emperador, durante la Gran Cruzada -miró a sus compañeros con los ojos azules brillantes- creo que el nombre debería de ser algo que hiciera incapié en eso, Los Cruzados Imperiales, Los Hermanos Perdidos, o simplemente lo que somos, Hermanos Capitularios.

Volvió a su posición de inicio- y respecto al símbolo, podría ser lo mismo que el estandarte, un farol que muestra la luz del Imperio y la Sabiduría de su gobernante y una espada, mostrando la fuerza y la nobleza que llevamos con nosotros.

Colores, emblemas, nombre...La magia de las palabras  me resbala como la lluvia   sobre el pelaje de  los caballos salvajes   que corren  bajo las tormentas estivales  de Chogoris pero aun asi entiendo  que   debo de intervenir .

Yo propongo el blanco  para nuestras armaduras   ya que representa la pureza de los recien nacidos .Acaso no es esto un nuevo  nacimiento para cada uno de nosotros?.El simbolo tambien  me agrada  ya debemos aspirar a  ser la espada del emperador ,un arma fiable  y mortal. .Callo unos segundos antes de seguir .En cuanto al nombre , la ultima legión  no me parece mal nombre ya que no deja de ser verdad.

Observó los comentarios de sus hermanos y se impresionó del nivel creativo de los mismos. Levantó su mano y solo dijo: "Mi señor capitular, solo vivimos para El emperador y para servirlo. Pongan los nombres que quieran, los colores que les plazcan y los dibujos que deseen. Solo importa servir y morir por la causa." cuando parecìa que habìa terminado agrego: "Por otro lado, los colores deberìan resaltar los emblemas de nuestro Imperio para que el enemigo los distinga antes de perecer por nuestra potencia, em el estandarte deberia aparcer el emperador para que sepan que moriremos antes de deshonrarlo y el nombre del capitulo debería hacer temblar al enemigo con solo oirlo. El color de la armadura deberia ser negro que es despues de todo el color que absorve los colores, en este caso todos somos diferentes codex. Y los simbolos de blanco. Un color que simboliza la pureza de nuestra causa. Y nuestro nombre..." Se detiene para pensarlo unos segundos: "Nuestro nombre debería ser: Fearless Guardians"

Escucho a mis nuevos hermanos hablar y finalmente decido intervenir.

- LA ÚLTIMA LEGIÓN es un nombre perfecto para esta nueva Compañía. - digo elevando la voz sin moverme del sitio. Al fin y al cabo es lo que somos.

- Con respecto a la Insignia y el Estandarte me parecen adecuados los que comenta el Hermano Ulrik.

- De cara a los colores ... - prosigo. El Blanco está cogido los las Cicatrices Blancas y el Negro por los Ángeles Sangrientos. - comento dándole a Massad y Escipión una "bofetada" por elegir una combinación de Colores ya existente por otros Capítulos. Así que me parece perfecta la combinación de Oro y Negro que proponen los Hermanos Ulrik y Solomon aunque he de decir que me gusta más la distribución que ha hecho este último de los colores.

Luego simplemente permanezco en silencio a la espera de ver como se desarrollan los acontecimientos venideros.