Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 0: Prólogo.

Cargando editor
11/10/2013, 22:20
(Starkweather-Moore, líder) James Starkweather

Buenos días, señor Field, encantado de conocerle, dice el hombre que se encuentra de pie, en medio de la habitación. Soy Starkweather. Es alto, fuerte, con canas en las sienes, cuidado bigotazo, impecable ropa de sastre gris perla, con chaleco, corbata, cadena de oro y discretos pero carísimos gemelos. Sus ojos azules te atraviesan con suma cordialidad. Parece el típico entusiasta con la energía de un tifón... aunque estas cosas se ven realmente cuando vienen mal dadas y estás en la puré, no en medio de una suite de super lujo.

Innumerables periódicos, telegramas y otros trozos de papel cubren todos los espacios libres de la sala de estar. Fotografías enmarcadas o clavadas en tableros de corcho decoran las paredes. Algunas son de la expedición (un barco en un muelle con muchas cajas sin desembalar en la nave que hay junto a él, grúas, fotos de miembros de la expedición haciendo diversas labores), pero la mayoría son de Starkweather.

Hay varias butacas, otra mesa (todo abarrotado), una gran alfombra, vasos medio llenos, libros de viajes, mapas, periódicos, una estatuilla de bronce... el ambiente de trabajo es evidente.

Starkweater carraspea. Él se ha quedado de pie. Es evidente que prepara un discurso.

Bien, señor Field. Hemos leído atentamente su currículum y sus cartas de recomendación. Notable, he de decir. He podido ver su trabajo sobre las auroras boreales, por ejemplo, que demuestran que es usted capaz de poner una película en la cámara en condiciones realmente difíciles. Bien por usted, señor... sin embargo, ¿podría hacer usted un trabajo digno de un Frank Hurley? ¿Será capaz de vivir, de dormir, de comer, de volar, de caminar con su cámara presta en las condiciones en las que vamos a viajar? Tenga en cuenta que su trabajo en Alaska puede no tener nada que ver con este. Donde vamos, las condiciones son peores, mucho peores, y, aunque parte del trabajo será fotografía periodística, la otra parte será fotografía de tipo forense, al servicio de los arqueólogos de la expedición, fotografía de precisión, en la que puede que sea necesario aplicar nuevas técnicas, quizá improvisadas, cargar con un delicado equipo de lentes, productos químicos y varios aparatos de peso variable en condiciones terribles: hasta -50 grados centígrados en pleno verano, con vientos que pueden alcanzar los 300 kilómetros por hora...

Claro que no se puede pedir un trabajo sobrehumano, pero es posible que deba frisar semejante capacidad. ¿Está dispuesto a pasar a la historia, señor Field? ¿Arriesgar su vida, incluso? Es lo que le pido. Crea usted que, si no le apasiona esto, ni todo el dinero del mundo podría pagar semejante sacrificio: horas soportando un frío aterrador esperando la fotografía precisa, señor Field.

Entrecierra los ojos y te mira, haciendo una pausa dramática. Parece tomar una decisión, y levanta la mano, antes de que puedas responder.

No, no hable, señor. Su gesto me ha convencido. Es, quizá, posible que esté usted tan loco como pretendo expresar. Esa expresión tozuda me complace. Tenemos la posibilidad -y la obligación- de hacer cosas grandes, señor Field.

William, creo sinceramente que tenemos el deber de contratar a este hombre.

 

Cargando editor
11/10/2013, 22:44
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Moore se levanta de su butaca. Te da la mano, fríamente.

Bienvenido, señor Field. Preséntese mañana a las 8:00 en punto en la recepción del hotel, con su equipaje.

Luego te acompaña a la puerta.

Cargando editor
11/10/2013, 23:03
(Starkweather-Moore, líder) James Starkweather

Buenos días, señor Hirsch, encantado de conocerle, dice el hombre que se encuentra de pie, en medio de la habitación. Soy Starkweather. Es alto, fuerte, con canas en las sienes, cuidado bigotazo, impecable ropa de sastre gris perla, con chaleco, corbata, cadena de oro y discretos pero carísimos gemelos. Sus ojos azules te atraviesan con suma cordialidad. Parece el típico entusiasta con la energía de un tifón... aunque estas cosas se ven realmente cuando vienen mal dadas y estás en la puré, no en medio de una suite de super lujo.

Innumerables periódicos, telegramas y otros trozos de papel cubren todos los espacios libres de la sala de estar. Fotografías enmarcadas o clavadas en tableros de corcho decoran las paredes. Algunas son de la expedición (un barco en un muelle con muchas cajas sin desembalar en la nave que hay junto a él, grúas, fotos de miembros de la expedición haciendo diversas labores), pero la mayoría son de Starkweather.

Hay varias butacas, otra mesa (todo abarrotado), una gran alfombra, vasos medio llenos, libros de viajes, mapas, periódicos, una estatuilla de bronce... el ambiente de trabajo es evidente.

Starkweater carraspea.

- Tiradas (1)
Cargando editor
11/10/2013, 23:15
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Moore, desde su butaca, comienza a hablar, con varios papeles en la mano.

Bien, señor, tras nuestras últimas negociaciones, creo que las condiciones del contrato han quedado completamente aclaradas, y también han sido modificadas las condiciones de todos los demás contratos, para adaptarlas a sus necesidades. No obstante, y aunque puedan no ser útiles a su investigación, por causa de la gran diferencia entre las disciplinas implicadas, sigue en pie que toda la información referida a las mismas quedará a su disposición durante el tiempo estipulado, quedando autorizado a publicar dicha información sin el permiso de o de los autores. Ellos, y esta expedición, tienen permisos análogos con respecto a sus propias conclusiones, de manera que las diversas instituciones que representamos, podrán beneficiarse de un impresionante acervo de conocimientos. La modificación, en su caso, significa que, ya que su campo de observación es la mente humana, todos los clientes y trabajadores se comprometen a mantener una o varias entrevistas con usted, de manera que pueda desarrollar su trabajo cómodamente. Por supuesto, tenga en cuenta que todas y cada una de estas condiciones quedan anuladas si, por causa de fuerza mayor, nos vemos obligados a contradecirlas: en pocas palabras, señor, para que quede bien entendido, si es necesario para la supervivencia de uno o más miembros del grupo contradecir alguna de estas cláusulas, primará, ante todo, la autoridad del señor Starkweather y la mía, que serán consideradas inapelables hasta que el barco nos deje en Nueva York, de vuelta a casa.

El precio acordado final de todo ha sido, en números redondos, 1500 dolares.

Cargando editor
11/10/2013, 23:19
(Starkweather-Moore, líder) James Starkweather

Haremos grandes cosas, señor Hirch. Starkweather ha estado paseando nerviosamente por la alfombra, mientras hablaba Moore, algo aburrido por los detalles.

Nos proponemos a dar pasos de gigante. No obstante, he de advertirle que las situaciones vividas pueden ser penosas, y que requerirán toda su paciencia y todo su esfuerzo y comprensión. En el interior de la Antártida pueden alcanzarse, aun en verano, temperaturas de hasta -50 grados centígrados con vientos de hasta 300 kilómetros por hora. Primará, en esas situaciones, nuestra autoridad, debido a la necesidad de sobrevivir, y todos los miembros de la expedición estarán sometidos a la misma. Puede, señor Hirch, que se vea obligado a hacer el trabajo de un simple operario, si la situación lo requiere, y esto es así desde el momento en que firme este contrato. Pienselo bien. Hace falta estar un poco loco para emprender tareas como la que nos disponemos a emprender. Volaremos a tal altura que necesitaremos de oxígeno para evitar la hipoxia, estaremos en circunstancias que pueden provocar la muerte, o lesiones graves, en cuestión de minutos, e incluso segundos. Pero creo que, por sus credenciales, ya sabe algo de esto, así que no me extenderé. Tendremos a los mejores con nosotros, para esta tarea de titanes y, he de decirle, señor Hirch, que me enorgullece contar con la compañía de un compatriota en este trance.

Saca de una pequeña nevera, una botella de champán.

Brindemos, señor.

Cumplidas las formalidades, la firma del contrato y todo lo demás (el contrato es guardado en una abultada carpeta, junto con el cheque preceptivo, celosamente, por Moore), Starkweather te estrecha la mano calurosamente.

Cargando editor
11/10/2013, 23:31
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Moore se levanta de su butaca. Ha brindado mojándose los labios, con gesto adusto.

Bienvenido, señor Hirsh. Tenga la bondad de presentarse mañana a las 8:00 en punto en la recepción del hotel, con su equipaje.

Luego te acompaña a la puerta.

Cargando editor
11/10/2013, 23:34
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

La señorita Menez ha abandonado ya la sala de espera, con gesto pensativo y adusto, tras despedirse de Sutton.

Después de un cuarto de hora largo, vuelven a salir Moore y Hirch. Sutton ha estado intentando sofocar varios bostezos, a pesar de la charla amena sobre el tiempo de la señorita Rutherford, que procura hacerle la espera más agradable, mientras trabaja con precisión y a buen ritmo.

Sir Anthony, tenga la amabilidad de pasar, por favor. Dice Moore.

Cargando editor
11/10/2013, 23:39
(Starkweather-Moore, líder) James Starkweather

Buenos días, Sir Anthony, encantado de conocerle, dice el hombre que se encuentra de pie, en medio de la habitación. Soy Starkweather. Es alto, fuerte, con canas en las sienes, cuidado bigotazo, impecable ropa de sastre gris perla, con chaleco, corbata, cadena de oro y discretos pero carísimos gemelos. Sus ojos azules te atraviesan con suma cordialidad. Parece el típico entusiasta con la energía de un tifón... aunque estas cosas se ven realmente cuando vienen mal dadas y estás en la puré, no en medio de una suite de super lujo.

Innumerables periódicos, telegramas y otros trozos de papel cubren todos los espacios libres de la sala de estar. Fotografías enmarcadas o clavadas en tableros de corcho decoran las paredes. Algunas son de la expedición (un barco en un muelle con muchas cajas sin desembalar en la nave que hay junto a él, grúas, fotos de miembros de la expedición haciendo diversas labores), pero la mayoría son de Starkweather.

Hay varias butacas, otra mesa (todo abarrotado), una gran alfombra, vasos medio llenos, libros de viajes, mapas, periódicos, una estatuilla de bronce... el ambiente de trabajo es evidente.

Starkweater carraspea.

Bien, sir Anthony... piensa lo que va a decir y está claro que amenaza discurso. La situación con usted es, ciertamente... diferente a la de los demás clientes nuestros, no obstante, le hemos hecho venir con ellos porque es necesario guardar una apariencia de total normalidad, que le evite embarazo alguno. Ya tenemos todos los detalles de nuestro contrato en nuestro poder, así que, no nos queda más que conocernos bien, y asegurarnos que quedan bien entendidas las normas por las que nos regiremos de ahora en adelante.

Se para tras llegar al límite de la alfombra por el lado norte, así que da media vuelta con tranquilo garbo y sigue su camino en dirección sur, sin parar de hablar en tono mesurado.

Creo que encontrará en mi una persona comprensiva sir Anthony, como no podía menos, ya que somos compatriotas, y humanos. Pero hemos de dejar meridianamente claro que se respetarán las apariencias en todo momento, que seguirá a rajatabla las órdenes que le sean dadas tanto por el profesor Moore como por mi, así como aquellos en los que, por su conocimiento, deleguemos cualquiera de los dos. ¿Cómo podría explicarlo mejor?... Si uno de nuestros guías, expertos en supervivencia, le sugiere que salte, usted debe saltar, señor ¿me expreso con claridad?

Por supuesto, tendrá a mano todos y cada uno de los recursos necesarios para que pueda cumplir con su cometido como arqueólogo que es, y la oportunidad de dejarse la pìel trabajando en ello.

Entienda esto: vamos a un sitio en el que cualquier desviación de la norma puede significar la muerte. Vientos de hasta 300 kilómetros por hora que, a unos -50 grados bajo cero, dan una sensación térmica que puede alcanzar los -100 grados centígrados. Esto son datos recogidos en pleno verano, en el interior. Volaremos a una altura tal, que será necesario oxígeno suplementario para evitar la hipoxia. Vamos a reanudar la etapa heroica de las exploraciones. Una tarea digna de su posición social, Sir Anthony, de la que, estoy seguro, se mostrará digno en todo momento.

A cambio de esto, y exclusivamente en su tiempo libre, podrá gozar de cierta libertad. No me meteré en lo que haga o deje de hacer, en tanto queden a salvo las debidas apariencias.

Se torna algo más humano, y menos pomposo. Estrechemos las manos, señor y hagamos juntos una tarea digna de la historia de la exploración. Procuremos imitar a los grandes, a un Sakleton, a un Scott. ¿Hay otras cosas en la vida que merezcan la pena?

Ha sido tan malo como te esperabas. El tipo es... bien. Inglés, y de los peores.

Pero llega lo mejor: el brindis con champán. Una marca y un año excelentes, habría que añadir.

Brindemos por el éxito, Sir Anthony.

Cargando editor
12/10/2013, 00:03
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Moore se levanta de su butaca. Ha brindado mojándose los labios, con gesto adusto.

Bienvenido, Sir Anthony. Tenga la bondad de presentarse mañana a las 8:00 en punto en la recepción del hotel, con su equipaje.

Luego te acompaña a la puerta. Percibes, cuando te despides, cierto brillo, casi intuido, de simpatía y conmiseración en su mirada, pero, ya que su gesto es frío, piensas que quizá sea todo imaginación tuya.

Cargando editor
12/10/2013, 00:17
(Prólogo) Charlene Whitston

Cuando vas a abandonar el hotel (antes de emprender todo aquello que estás pensando) te aborda la muchacha que antes ha salido con lágrimas en los ojos del despacho de Starkweather y de Moore.

¿Señora? Mira si tienes anillo. Señorita, me llamo Whitston, Charlene Whitston.

La conoces. De hecho, es una eminente bióloga, especializada en botánica, conocida en el mundillo por algunos brillantes trabajos, pero desconocida fuera, a pesar de su sexo, que sería noticia en todo momento.

Disculpe la impertinencia, pero necesito acudir a alguien. ¿Puedo preguntar el motivo de su visita a los señores Starkweather y Moore? Una lágrima baja por su mejilla. ¡Me han rechazado! Pero estaría dispuesta a participar en esa expedición a cualquier precio. Duda si decirlo o no, pero parece que ve cierta expresión en tu propio rostro, de reconocimiento, que la anima.

¿También la han rechazado a usted? Pone un gesto tozudo. Quiero ir en ese barco. ¿Me acompaña un momento a tomar un café? Estoy segura de que las mujeres podemos salvar cualquier obstáculo si nos lo proponemos. Mejor que cualquier engreído macho victoriano, termina.

Estáis hablando un rato. Tomáis un refresco en el salón, desde el que se ven entrar y salir a diversas personas (entre ellas a los que te han acompañado a la entrevista, Hirch y Sutton)

Más de media hora después os llama la atención una mujer, que se ve claramente que va incómoda con sus ropas. Muy bella, morena, pero ya de cierta edad (no más de 40, seguro) pero esplendido físico. Va con gesto ilusionado y con ojos brillantes hacia el recepcionista, habla con él. El botones deja oír que van a la planta quinta. Cuando baja un cuarto de hora más tarde, tiene el rostro demudado por la ira.

¡Otra rechazada! Dice Charlene, habéis estado hablando con cierta confianza. Voy a hablar con ella, espéreme, por favor.

Tiene pinta de querer iniciar una conspiración en toda regla.

Cargando editor
12/10/2013, 00:32
(Prólogo) Charlene Whitston

Cuando sales, con un cabreo monumental, a la altura de recepción, te aborda una mujer.

¿Señorita? Te mira con tu mismo enfado reflejado en el rostro. A usted también la ha rechazado ese... resopla. ¿Verdad? Venga conmigo, por favor. Estoy con la señorita Menez. A nosotras nos ha pasado lo mismo, y estamos decididas a hacer algo.

Te lleva al salón, donde hay una señora (sin anillo de casada) que aparenta bastante edad, sentada tomando un refresco y observandoos con aire pensativo.

Cargando editor
12/10/2013, 00:35
(Prólogo) Charlene Whitston

Charlene trae a la bella mujer a la mesa. Se sientan. Se miran las unas a las otras. En el aire flota una sensación de camaradería... y de una inminente (y femenina) conspiración.

Notas de juego

Ale. A partir de ahora os dejo sueltas, como un elefante en una cacharrería XD

Cargando editor
12/10/2013, 03:18
Aramiker Menez

Con cierto aire de resignación y un enfado solo evidente para personas que la conocen desde hace tiempo. Aramiker te mira fijamente y te dice:

PREVISIBLE como siempre Sutton, previsible como siempre.

Si me disculpas he de resolver unos asuntos.

Aramiker abandona la estancia de forma inmediata, con la cabeza ya puesta en otro lugar.

Cargando editor
12/10/2013, 04:35
Aramiker Menez

Me presento, soy Aramiker Menez periodista y editora de la revista Visión Alternativa. La pequeña y regordeta señora se te presenta de forma directa casi sin tiempo para que lo haga Charlene  tras un pequeño lapso de tiempo, comienza a hablar.

Compañeras, os comenta con cara de indignación.

Me temo que todas sabemos porque estamos aquí reunidas, y la razón no es otra que otro claro caso de discriminación machista. Todas lo hemos sufrido, de eso estoy segura, unas veces por envidia, otras por complejo, desprecio la lista es muy larga y en pocos casos como es el que nos ocupa por un paternalismo rancio y retrogrado. Subiendo el tono de voz y la energía según habla, según sus propias palabras la van encendiendo más y más.

Y siento decirlo Charlene, sé que pueden ser un recurso muy útil, pero esas lágrimas no nos ayudan en nada …… Dándose cuenta de que esta regañando a alguien que acaba de conocer, rectifica tratando de refrenar su evidente malestar. Lo siento Charlene, pero estoy indignada, …….otra vez.

No es ni será la última vez que tengamos que sufrir de la ignorancia machista, pero como siempre lucharemos para cambiarlo. Y creo que juntas podemos hacer mucho ruido, para conseguir lo que las tres queremos, que no es otra cosa que  estar en esa expedición, y no solo por nosotras, sino también por las generaciones futuras y en menor medida…… hace una pausa, y con una sonrisa que irrumpe de forma repentina, transformando su cara por completo.

No solo por el bien de la expedición, sino sobre todo de los hombres que la integran, ¿os imagináis una expedición de 30 neuronas?, es evidente que en esa expedición faltan neuronas. Comenta riendo Aramiker buscando la complicidad de sus compañeras de mesa y tratando de relajar un poco la conversación.

 

Dejando tiempo para que sus compañeras expongan sus opiniones, Aramiker comienza con a desgranar su plan.

Lo tengo muy claro, y esto es lo que yo haría.

Primero, debemos conocer cuáles son los motivos de esta discriminación. Por lo que pude observar de los señores Starkweather y Moore, queda claro que el problema lo tiene el señor Starkweather ya que el señor Moore me dio esta nota, Aramiker os enseña la nota del señor Moore.

“deje pasar algo de tiempo, haré lo que pueda, M"

 

¿Os ha dado algo parecido? Pregunta Aramiker.

Centrados en la persona correcta, intuyo que tiene que debe estar relacionado con algún tipo de acontecimiento desgraciado. Seguramente con una expedicionaria a la que tenía un aprecio especial, novia, mujer, hija quizá?.

Fue muy descriptivo como si al comentarlo, lo estuviese reviviendo. Así que debió sufrirlo muy de cerca. Hay que investigar en esta línea, y pegar duro,

 

En segundo lugar, contactaremos de forma discreta con el señor Moore, a ver que podemos sacar, él debe ser la cuña con la que presionaremos a Starkweather desde dentro. ¿Quién se encarga?

Tercero, hay que investigar a todos los candidatos, hay que saber si son mejores que nosotras, cosa que dudo. Y comenzar a cotejar los C.V de cada uno.

Cuarto, empezaré una sección en mi revista acerca de la expedición, centrándome en las candidatas, tratando de venderlo de forma positiva y como el país está sin duda con la igualdad de la mujer. Esto encantará a nuestras lectoras, y dependiendo de cómo transcurran los acontecimientos, empezaremos o a vender las excelencias o a retratar los defectos de una expedición, marcadamente machista, más propia de la antigua Europa que  retrotrae al país a los peores tiempos.

Si no obtenemos los resultados deseados, sacaremos la artillería pesada. Haremos tal ruido que los patrocinadores empezarán a dudar si les renta poner en entredicho sus nombres. El dinero es vital para la expedición y lo saben, con la perdida de uno o dos patrocinadores la expedición estaría avocada al desastre.

Así que habrá que investigar, quienes son los patrocinadores, quienes son los que ponen el dinero, motivaciones,   si son empresas, ¿qué hacen?, ¿que venden?

Sin son personas, depende de lo que nos encontremos, en el caso de ser mujer habrá que explicarle la situación. Pero si es un hombre, a muerte, habrá que enterarse de todo, y cuando digo es todo, amigos, amigas, vicios, amantes, mujeres, TODO.

Bueno, disculpad por el discurso. ¿Se os ocurre algo más?

Después de un discurso tan extenso y de ritmo tan alegre, uno podría pensar que Aramiker pudiera mostrar síntomas de cansancio, pero queda claro que hablar no le cuesta nada, y que podría estar hablando durante horas si quisiera, por suerte esta vez no ha sido así.

Notas de juego

(El movimiento feminista en Estados Unidos se consolidó rápidamente debido a las condiciones socio-políticas y económicas propias de la sociedad americana.

Partiendo de un sistema político teóricamente democrático, el feminismo nació ligado a los movimientos protestantes de reforma religiosa que propugnaban una regeneración moral de la sociedad y al abolicionismo.

La importante participación femenina en movimientos humanitarios por la abolición de la esclavitud ayudó a la rápida concienciación de las mujeres. La analogía entre los esclavos sin derechos y las mujeres era evidente.

Las condiciones sociales y culturales en EE.UU. fueron especialmente favorables para la extensión de los movimientos femeninos. Las prácticas religiosas protestantes que promovían la lectura e interpretación individual de los textos sagrados favorecieron el acceso de las mujeres a niveles básicos de alfabetización, lo que provocó que el analfabetismo femenino estuviera prácticamente erradicado a principios del siglo XIX. A diferencia de Europa, desde mediados del siglo XIX nos encontramos con una amplia capa de mujeres educadas de clase media que se convirtieron en el núcleo impulsor del primer feminismo.)

Cargando editor
12/10/2013, 20:34
(Prólogo) Charlene Whitston

La verdad, no se muy bien qué quiere usted decir con eso de que el señor Starkweather tal o cual, yo no he notado más que es de la vieja escuela. Y demasiado arrogante.

Sorbe su cerveza bien fría. Se recuesta en su asiento, pensativa.

En cuanto a Moore... si. Reconozco que ha procurado animarme discretamente. Creo que, por lo que a mi respecta, confiaré en usted, dice a Aramiker y colaboraré. Mira con alguna duda más a O'Connel, aunque no las expresa abiertamente.

En fin. He trabajado demasiados años y demasiado duro como para no seguir luchando por esto.

Desde luego, Whitston ha conseguido una discreta celebridad. Ahora mismo hay varios periodistas en la puerta del salón, a los que está impidiendo el paso el metre. Por supuesto, puede que también vengan en busca de Menez, pero...

- Tiradas (3)
Cargando editor
13/10/2013, 00:26
Periodistas en avalancha

¡Señorita Whitston! ¡Señorita Menez!

Un flash, dos flases.

¿Están en la expedición que va a la Antártida? ¿Qué responsabilidades va a tener? ¿Es verdad que se ocupará de la cocina? ¿Cuándo... umpffff, joder, déjeme en paz. La gente tiene derecho a SABER. (Es el momento en el que se suman los dos atareados botones a los esfuerzos del maitre por atajar a los muchachos)

Un par de flases más y el asunto se tranquiliza... de momento.

Todavía se escuchan un par de maldiciones y un ruido de rotura.

¡Mi cámara... cabrón! ¡Policía! ¡Socorro! (ruido de puñetazo)

Se hace la calma. Dos botones, con el gorro torcido y cara de satisfacción (y un ojo que se empieza a hinchar) se sacuden el polvo y vuelven a sus puestos.

Cargando editor
13/10/2013, 01:03
Maggie O'Connel

- No se me dan muy bien... las relaciones públicas, ni soy muy buena investigando. Solo soy una paleta de Alaska que sabe disparar y sobrevivir en climas helados... Creo que deberíamos hacer caso al señor Moore y esperar un par de días antes de actuar, hasta saber qué puede hacer él. Si no... no creo que sea de mucha ayuda en este asunto, este tipo de intrigas palaciegas me resultan ajenas, como a cualquiera de ustedes dos disparar contra un oso blanco que corre hacia ustedes. No obstante, no negaré que disfrutaría si ese inglés estirado se tiene que meter su orgullo por el culo.

Cargando editor
13/10/2013, 05:16
Chester Field
Sólo para el director

Chester no tenia ni la mas remota idea de lo que acababa de suceder. Aquello no habia sido una entrevista, era mas bien un... discurso? Una declaracion de intenciones donde el no habia tenido ni voz ni voto.

Parecia que algo en su ademan convencido (o mas bien desesperado) habia bastado para convencer a Starkweather de que el era el hombre adecuado para la expedicion. Bueno, esto ya se veria mas adelante. El frio no le asustaba, y estaba acostumbrado a sacar fotografias en las condiciones mas adversas, pero toda aquella historia de "arriesgar la vida en por el bien de la Humanidad" le habia parecido un poco exagerada...

Chester se puso el sombrero, se despidio con una confusa sonrisa de la senorita Rutherford y salio de las "oficinas" de la expedicion.

No fue hasta pisar la calle cuando Chester fue completamente consciente de su situacion: manana por la manana partian hacia el territorio menos explorado del mundo, siguiendo a una expedicion que fue completamente aniquilada. Aquello no era precisamente el mejor presagio... pero los tiempos habian avanzado una barbaridad, y la tecnologia actual permitia cosas que los anteriores expedicionarios no habrian podido ni sonar.

Centrate, Chester: lo primero es lo primero.

Y lo primero fue ir a tomarse una ultima copa en el primer bar que encontro abierto. Lo segundo, hacerse el equipaje...

Notas de juego

Sin acentos por estar en teclado extranjero.

Tengo que irme, despues comentamos el tema del equipaje si te parece.

Cargando editor
13/10/2013, 17:04
Aramiker Menez

​Señorita O´Connel, no se subestime usted.

Esta ciudad ha visto nacer a tantos paletos, que me estrañaría mucho que usted no les pudiese dar lecciones.

Y sino fíjese en el barullo que se está montando con tal de sacar unas fotos.

Dicho esto, al ver a los fotografos.

Me extrañaría mucho no ver a Chester Field, nos vendría muy bien. Si creo que ahí esta).- Dicese para si Aramiker 

Maggie, si quiere ir a la Antártida este es su momento. Saque la mejor de sus sonrisas, pero no haga comentarios que nos puedan comprometer. -Le comenta al oido.

Para eso estoy yo.

Cargando editor
13/10/2013, 17:32
Aramiker Menez

Señores, señores dejen trabajar a la prensa. Dirigiéndose a los empleados del hotel., al ver el incidente con el fotógrafo

Gracias por venir, pero me temo que no podemos hacer declaraciones en este momento. Y acto seguido.

Los Señores Starkweather & Moore, están entrevistando a los candidatos para la expedición. Es un trabajo muy duro el que tienen por delante, han de ser objetivos, imparciales y fríos, ya que deben seleccionar a los mejores... Hombres y Mujeres por el bien de la expedición. Hablándole a los medios congregados. 

Se que ustedes están ávidos de noticias ante Magno acontecimiento, pero deben darles tiempo. Este tipo de noticias no ayudan en nada a los señores Starkweather & Moore a realizar una selección óptima para una expedición que representa lo mejor de este país.

- Tiradas (1)

Notas de juego

En el discurso que aunque improvisado, reflejaba parte de los argumentos que habían estado comentado con el resto de féminas.

Aramiker pone énfasis sobre todo, en:

- objetivos, imparciales y fríos

- Hombres y Mujeres.

Presionando al establecer un paralelismo entre la expedición y el país, y como esta es un reflejo.

¿Si es un reflejo, como es que no hay mujeres en la expedición?. Sería la pregunta que deberían hacerse, si al final no se incluye a ninguna mujer.

Pero tratando de dejar un poco de tiempo al señor Moore, sin realizar declaraciones incendiarias.