Partida Rol por web

Antes de alzar el vuelo, y viendo que quedaban pocas horas para que partieran definitivamente hacia tierras desconocidas, Chester quiso hacer un breve resumen a sus compañeros de lo que habían encontrado en la Mansión Lexington.

Primero, déjenme decirles que todo esto no habría sido posible sin el don de gentes y de palabra de la señora Ménez; al César lo que es del César. Sepan ustedes que poco pudimos sacar en claro de sus notas; nada que no hubiésemos encontrado ya antes en las hemerotecas. ¿Me equivoco, señora Ménez?

Chester había preferido omitir cualquier comentario referido al recorte de prensa que relataba cómo Starkweather había salvado a Acacia Lexington y todos los miembros de su expedición en una de sus aventuras africanas; en cualquier caso se lo comentaría en privado... a no ser que Ménez quisiera exponerlo en público, claro.

Poco después Pickwell llamó a Chester para llevar a cabo las pruebas con los aviones. Volar no era una experiencia nueva para él, pero aquello de la fotografía aérea... bueno, aquello sí era un campo que apenas había explorado, aunque trató que sus nervios y su falta de experiencia no se notaran demasiado. Para jugar sobre seguro tiró más carretes de lo que sería recomendable, pero quería asegurarse una buena foto, y vaya si la consiguió. Tenía una instantánea magnífica del barco, los tripulantes y el puerto al fondo.

A veces la luz puede ser tu mejor aliada - se recordó a sí mismo.

- Aramiker, tengo una misión para ti, necesitaríamos una foto de la primera expedición. Tenemos la lista de integrantes y quienes sobrevivieron, pero no su aspecto, y me preocupa que alguno de los supervivientes se haya metido en medio, por ejemplo un par de marineros reciclados en guías polares. O alguna cosa así. Son cosas que simplemente quiero descartar. También necesitaré que hables con Turlow... si recuerdas, nos dijeron que tras la muerte del capitán desaparecieron tres integrantes de la tripulación, pero en su entierro conocimos a dos de ellos y creo que podemos descartarlos, necesitaríamos saber quien era el tercero, y si tenía trato habitual (o menos habitual y más en secreto) con algunos de los que permanecen.

- También ayudaría saber los integrantes de la actual expedición Lexington, no sé si los periodistas estuvieron encima de ella como de la nuestra, pero quizás haya alguna foto. Avisa también a Moore, me gustaría que nos viésemos él y los de confianza lo antes posible, me gustaría exponer algunas teorías, y quisiera que estéis todos para ponerles pros y contras, también Starkweather si puede ser, y si no me gustaría hablar con él aunque fuese por separado. Y si están los dos nuevos tanto mejor, creo que les gusta el ocultismo y mis teorías van en parte por ahí.

Aramiker hizo una rápida llamada, sin duda molestando a alguno de los empleados de su editorial que, a estas horas, debía estar a punto de cenar. Recibió, por otra parte, otro de sus abultados sobres, de manos del muchacho que vino ya cuando el sol había caído y estaban cenando ya el capitán, Moore y Starkweather en el último turno.

Era el momento de la sobremesa, cuando en la cámara de oficiales se retiraban los grandes tableros que hacían de mesa para todos y se sacaban el café, el té y los licores.

El muchacho trajo varios recortes de periódicos reunidos a toda prisa de los archivos de la editorial. No había ningún original de las fotos de los miembros de la anterior expedición que O'Connel le había pedido. Eran recortes, así que la calidad dejaba bastante que desear, sobre todo en una única foto en la que estaban todos, tal y como suelen hacer los equipos de futbol, unos de pie, otros sentados y otros de rodillas, en el Arkham, el barco que les había llevado hacia los hielos del sur.

En esa foto, impresa en papel periódico amarillento, en una rotativa, los rostros no soportaban el aumento de una lupa sin verse desfigurados por los puntos de los que la imagen estaba hecha.

Retratos decentes había solamente de los miembros más importantes:

Atwood, físico y meteorólogo, que había resultado muerto en el campamento Lake; Dyer, geólogo, uno de los líderes; Lake, biólogo, muerto en el campamento que llevaba su nombre y, por último, Peabodie, el ingeniero padre de la taladradora bautizada también con su nombre.

Tras leer su sobre en la intimidad, Aramiker se hizo con la lista y, llamando aparte a la gente encargada de investigar los hechos, completó con su cara pluma algunos de los datos que de la tripulación se habían ya reunido...

Lista de la tripulación:

Médico de a bordo: Ray Lansing

Jefe de ingenieros: Charles Drummond

Ayudante del jefe de ingenieros: Bert Pacquare

Ingenieros:

Willia Wheeler (pagos sin retrasos, sin multas), Marck Folsom, Clyde Abernathy

Operarios de la sala de máquinas: Tom Humphries, Bartholomew White,

Sidney Beakins (leves retrasos, sin multas),

Philippe Brunel (peticiones de adelantos con cierta frecuencia, pagos con retraso, sin multas),

Samuele Girolamo (peticiones de adelantos con cierta frecuencia, pagos con retraso, un expediente por embriaguez),

Michael Fitzpatrick (leves retrasos, sin multas), 

Albert Webb, Rechard Hartz, Carford Montaigne, Edgar Cawley,

Sanley Rupert (algunos expedientes disciplinarios: embriaguez, peleas... , pagos al día, mucha actividad en sindicatos), Gregory Stanislaw (envíos constantes de dinero y bastantes peticiones de adelantos), Lucios Morelli(sin retrasos en los pagos, sin multas), Wylie Loden (no está sindicado, no hay datos, sin expedientes ni multas), Hugh O'toole (leves retrasos, un expediente por deserción hace muchos años)

Técnico de radio: Robert Macilvaine

Carpintero: Lysander Bertolli (un par de expedientes por embriaguez, una multa. Pocos adelantos, bastantes envíos de dinero y mucha correspondencia)

Contramaestre: Toger Blunt

Almacenero: Thomas Price

Furriel: Michael Oates (sin datos, no aparece como sindicado), Darren Horst, Gregory Houlihan

Marineros de primera: Peter Stokeley, Abelard Almondale, Truman Cotter, Gordon Cooke, Nicolas Pellerin (periodo turbulento hace varios años, con multas y un expediente disciplinario por peleas y borracheras, actualmente al tanto de sus pagos en el sindicato y sin problemas), Alexander Moseley (al tanto de sus pagos, sin problemas, mucha correspondencia en alta mar y en tierra), David Waters (buena reputación, a pesar de su corta edad, bastantes menciones y una beca de estudios, pagos al día), Jude Pierce, Chipper Green

Jefe de cocina: Judas Whitney

Auxiliares de a bordo: Niles Abraham (cocina) (Al tanto de los pagos, sindicado, bastante movimiento postal, una falta leve por incompetencia, algo relacionado con la cocina, hace ya varios años), Adam Henning (pinche) (sin datos, puede que demasiado joven) David Wylie (lavandería) (sin datos)

Pero, aparte de leer la lista, el día ya no daba para mucho más. Las emociones habían sido intensas, y la emoción agota. A todo ello se podía unir la tensión y la natural fatiga por el exceso de trabajo. Los miembros de la Expedición de los Dementes fueron literalmente obligados a irse a la cama tras varios brindis en su honor: a las cinco de la mañana partían hacia el Sur, y debían reposar. Los que no iban a tener responsabilidades inmediatas en los Boeing, sin embargo, iban a dormir en los mismos aviones como medida de seguridad (que se añadía a la presencia de varios guardias privados en el hangar). Los pilotos y los mecánicos se fueron a sus más cómodas literas.

INTERLUDIO (EN ALGÚN LUGAR DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO)

Maggie trató de obtener permiso para poder hablar con su grupo, y aunque a duras penas, el médico se lo concedió siempre que no se extendiese demasiado. Así que trató de ser breve...

- Señores, señoras, esta inactividad me ha sido complicada, no estoy acostumbrada a no hacer gran cosa pero me ha dado tiempo para pensar. He estado dándole vueltas a todo lo sucedido, y permítanme exponer mis conclusiones. Les ruego que puntualicen, corrijan o nieguen todo lo que consideren oportuno.

- En 1921, una expedición fue a la Antártida, descubrió grandes cosas, pero llegado un momento parece que algo muy serio les sucedió y murió mucha gente, otra se volvió loca, y los que sobrevivieron cuerdos volvieron profundamente alterados. Bien, voy a suponer que lo que sucedió fue que encontraron algún tipo de monstruo o demonio que volvió loca a parte de la expedición, y del que se juramentaron no hablar al volver a la civilización. No no, permítanme continuar en este punto, luego volveré a ello. La naturaleza del ser o seres que encontraron estaba descrita en dos documentos: el diario de nuestro capitán, y una narración que vio la luz inacabada pero que parece que en algún momento existió completa: "las aventuras de Arthur Gordon Pin", que narra un viaje a la Antártida anterior a la expedición de 1921. Aparentemente, los dos manuscritos han sido robados y no sería de extrañar que por la misma persona o por el mismo grupo de personas. Uno fue robado en 1921 al padre de Acacia Lexington y otro al señor Roerich a las puertas de esa misma casa hace muy poco.

- Tenemos tres posibles antagonistas, una secta que probablemente conocía la existencia de ese ser Antártico que presumiblemente estaba escrito en el libro acabado. La expedición Lexington y la expedición alemana. Sabemos que a nuestro incendiario le pagaron para que sabotease nuestra expedición y la de Acacia Lexington, así que es razonable suponer que no fue gente de Acacia la responsable de contratarle. Por otro lado parece que los secuestradores del señor Roerich y el asesino de nuestro capitán tenían un marcado acento alemán. Sin embargo, es difícil pensar en que una expedición rival tuviese tal capacidad de actuación en otro continente, salvo que estuviese organizada y financiada por el mismo Partido Nacional Socialista, el del Hitler, del que he leído que parece ser aficionado a las artes ocultas. La opción de la secta no es en absoluto descartable, si os fijáis con detalle en los dos anónimos, parecen nombrar a ese tipo de horror antártido, al que se refieren como El Que Allí Duerme, y parecen indicar que está allí encerrado, en una prisión de frío y tiempo. En el segundo anónimo parecen indicar que el mero conocimiento de ese hecho es una condena de muerte. De entre nuestros tres posibles antagonistas, hay varios puntos de unión: el hombre que nos entregó el primer anónimo parecía muy rubio y pálido, lo que podría hacernos pensar en un alemán. Por otro lado, el mismo hombre parece hacerse responsable de la muerte del capitán en el segundo anónimo, y anticipa el incendio como último recurso. La muerte del capitán parece deberse a un alemán que se hospedaba el mismo tugurio, y de hecho quizás eso explique pro qué se alojó allí. Mi teoría es que fue allí a decirle que no iría, pero las noticias de periódico afirmando lo contrario hicieron pensar al asesino que estaba mintiendo y decidió matarle, y de paso robar las partes importantes de su diario. Por otro lado, en la habitación del capitán estaba anotado el nombre de Acacia Lexington y una referencia que no hemos sabido investigar, supongo que es tarde para eso. El tercer punto de unión es que parece ser que Acacia Lexington se ha hecho Nacional Socialista. De hecho para mí lo más sorprendente es que en 1921 se desdijo rápidamente de la afirmación de que su padre había sido asesinado y el móvil había sido el robo del original de las Aventuras de Arthur Gordon Pinn. Me inclino a pensar que la realidad era precisamente su acusación ¿Por qué se desdijo? Me inclino a creer que por amenazas, y la profundización en ese tema fue lo que le llevó al Nacional Socialismo y a preparar ella misma esa expedición a la Antártida. Es de suponer que ese ser que allí se encuentra es a la vez una fuente de peligro y de poder, y la tentación de poder parece ser demasiado grande.

- Si hasta ahora mis teorías fuesen ciertas, podemos tener en realidad más de un enemigo interno. Al menos dos o tres, uno por cada antagonista: un sectario, alguien que trabajaba para Acacia, y alguien que trabajaba para los alemanes. Los primeros sabotajes no parecían tener como fin el impedir nuestra marcha, sino retrasarla, y eso podría haber sido obra de un rival. El asesinato del capitán y el atentado posterior sí parecen querer impedir nuestra salida, pero no tengo razones para pensar que eso exija un colaborador dentro del barco. En todo caso no podemos descartar nada. Podemos tener incluso un cuarto antagonista, alguien de la expedición de 1921, tratando por su propia cuenta de impedir nuestra marcha. Dyer lo ha intentado enviando a Roerich y su manuscrito. Pero pueden ser otros, Peabodie puede haberlo organizado, Langford que está desaparecido y que parece que fue el que terminó más afectado, o cualqueira del resto de supervivientes. Le pedí a la señorita Menez que buscase una foto de la anterior expedición, para ver si podíamos tener fotos de los integrantes y poder descartar que ninguno de ellos se nos haya unido con una falsa identidad, pero me temo que como ven lo que ha podido conseguir no nos sirve de mucho. En todo caso, me llaman la atención los marineros Gunnarson y Larsen, cuando con nosotros van dos hermanos también de origen nórdico, los dos guías polares, y un tercero como es Frikarson y un cuarto como Snajborn. No es que sospeche de ellos, pero es una coincidencia, no los vi en el Gabrielle en el atentado, y los dos primeros van a ir en la expedición de Dementes. Otro que también irá es Cruz, un hombre simple, no muy inteligente, muy fuerte, y del que he podido observar que es profundamente irracional, supersticioso. Un perfil que encajaría en el de un sectario. Yo los vigilaría a los tres, muy de cerca, si alguno de ellos es un saboteador esa expedición sería un modo fantástico de arruinarnos la existencia. 

- Más personas de la expedición de las que sospecho: Avery Giles es un diestro actor, algo sumamente interesante en un saboteador infiltrado. Charles Myers es un hombre fascinado con la existencia de una civilización pre-humana en la Antártida, si ha profundizado en el tema seguramente conozca la existencia de esa posible secta pero nunca nos ha dicho nada de ella ¿Quizás porque él mismo forma parte? Charlie Porter, un hombre fuerte, de pasado desconocido, que ha estado frecuentemente con los operarios, un buen candidato a ser el saboteador. También Mickael O'Doul, un hombre profundamente religioso, en su caso no sospecho que pueda ser un sectario, sino precisamente un antisectario, si conociese la teoría de que allá abajo duerme encarcelado un demonio, podría estar motivado a impedirnos ir porque eso ofendería a Dios. Su carácter nervioso no es un aliciente para confiar en él. Por su amistad, Winslow comparte mis sospechas.

- De entre los miembros de la tripulación... sospecho menos si he de ser sincero. Investigaría primero a aquellos de los cuales no hemos encontrado antecedentes. También me gustaría saber quien es el tercer desertor, el que desapareció tras la muerte del capitán. A dos de ellos los encontramos en el entierro y no me parecieron sospechosos, pero desertó un tercer hombre y me gustaría saber quien era y si tenía contacto habitual con alguien del barco. 

- Una cosa más, no importa si ese ser Antártico es real o imaginario, lo único importante es que es real para quien quiera que intenta matarnos. Y si hay un grupo de gente dispuesta a matar por ello, el peligro es enorme. Ahora que en nuestro particular grupo tenemos a un par de socios aficionados al ocultismo, quizás nos puedan aportar más información sobre este respecto.

- Reconozco que lo que he pasado y me sigue pasando me ha hecho enormemente suspicaz, y quizás ha resultado excesivo mi celo investigador, poco menos que he convertido en sospechosa a la mitad de la expedición y todavía no he empezado con la tripulación. Pero creo qeu el esfuerzo merece la pena. Señores, yo prepararía una trampa clásica: les comentaría a los miembros nombrados, en plan confesión y pidiendo que no se lo diga a nadie, que hemos encontrado una copia del diario del capitán que nos ha proporcionado su hermano, y les diría a cada uno de ellos que la tenemos escondida en un lugar distinto y que sospechamos de uno de los marineros. Cada uno de esos lugares será el camarote de uno de los presentes. Si alguno de esos camarotes aparece revuelto, tendremos a nuestro sospechoso. Si no sucede nada, prepararía la misma trampa para los marineros sospechosos pasados un par de días pero diciéndoles que sospechamos de alguien de la expedición.  En este plan, desgraciadamente, la expedición de los dementes nos complica las cosas, al dividir sospechosos, yo pediría un retraso de un día en su salida si es que todavía estamos a tiempo de hacerlo...

- Una cosa más, señor Pooster, no sé si se lo ha dicho el señor Moore, pero el señor Armitage nos ha enviado un telegrama diciéndonos que estaban investigándole en Miskatonic. No sé como encajar eso en mi teoría.

Pues si, nos lo ha comnetado alli mismo en persona, parece que alguien esta recabando informacion sobre los miembros de la expedicion, han estado haciendo preguntas sobre Alex y sobre mi persona, creo que el complot sigue adelante y esa gente esta tratando de saber con quien juega. De hecho, creo que han obtenido la suficiente informacion acerca de mi persona para poder tener un perfil mio.

Tim no parece nervioso al comentarlo. Toma un sorbo de te frio con limon y se decide a comentar lo que ha conseguido de información.

Sus teorias, lejos de parecerme descabelladas, querida Maggie, me parecen mas que acertadas, por lo que puedo intuir, hay algo escondido alli, algo maligno que puede hacer volver loco a las personas. hay piedras negras, tan frias que congelarian los miembros de una persona al instante, y por lo que he podido sonsacar, algo mas terrorifico. Segun nuestro amigode Arkham, el libro decia algo que va en esta linea, segun el en los capitulos que faltan por tener del libro original, Pym y su compañero se adentraban en la Antártida por unos túneles. Había una torre, y un extraño sistema de transporte, y unas criaturas que parecían plantas gigantescas. Estas criaturas se comunicaban mediante silbidos, y sacrificaban regularmente Tsalalianos en un altar hecho de plantas o algo así, en el interior de una torre de piedra negra. Como vereis, eso ya podria descentrar a una psique debil, directamente, el mero hecho de observar esto es antinatural. Aun diria mas, las gaviotas en el libro de Poe gritan "Tekeli-li" Ese grito es una referencia hasta ahora completamente imposible de conectar con otras materias que el árabe loco Abd Al Azred anotó en su blasfemo libro, el Al Azif, también conocido como Necronomicón, lo que nos lleva a que la teoria de las artes oscuras es mas que viable, creo que es la razon final de todo lo que esta acaeciendo.

Sutton se siente como si estuviera escuchando a uno de esos brillantes alumnos que pasan por su despacho en la universidad. Abrumado e intrigado acerca de la retaila de confabulaciones que ha compartido con todos la señorita O'Connel, dejo por un momento de escribir las cartas de despedida para mis padres y mis hermanos, mi último contacto con ellos hasta que volvamos de nuestro viaje. 

Vaya vaya, parece que la dura y fría señorita O'Connel es algo más que una belleza imposible escondida tras una recortada... - La boca de Sutton se torna en una sonrisa de medio lado manteniendo la boca entreabierta mientras hace la pausa. - Hay mucho sospechoso y poca prueba, aunque estoy muy de acuerdo en extremar las precauciones. Respecto a los dos hermanos que van en la expedición de los dementes, la trampa se les podría preparar durante el viaje. Yo me ofrezco voluntario para echarle la caña a uno de ellos, y en vez del camarote puede ser el equipaje el lugar donde esté escondido. Además tendría sentido que la primera parte de la expedición contara con la información extra que podría aportar esa copia. Además, y dado que sospechamos de ellos, no estaría de más cambiar la distribución del personal en los aviones para que al menos haya uno de nosotros en cada avión.

Después de esto Sutton sigue escribiendo las cartas, aunque permanece atento a la conversación. Su intención es echar las cartas antes de salir y si no se da prisa no le dará tiempo.

Será duro separarse de usted, señorita O'Connel. Sobre todo ahora que en mi imaginación ya no la veré siempre con una recortada...

- La trampa a los hermanos ha de ser a ambos, darle a los dos hermanos la misma localización. Si aparece revuelta los despachamos a ambos a la policía. No hay un modo de montar la trampa para uno solo, y que funcione, si están actuando en común. Señor Moore, necesitaremos saber quien era el tercer desertor, me parece importante. Señor Sutton, si tuviésemos pruebas no necesitaríamos investigar a nadie... 

Alex permanece en silencio, asintiendo de vez en cuando a las palabras de O´Connel, Pooster y Sutton.

Por descabellado que pueda parecer, creo que debemos dar crédito hasta cierto punto a esas horribles historias, en efecto. Al menos, considero más seguro no ignorar esas informaciones que podrían resultar tan peligrosas; en conjunto, creo que las hipótesis de la Srta. podrían estar acertadas - comenta en cuanto tiene ocasión - Respecto a nuestra visita a Arkham, creo que la conclusión que podemos extraer es que podemos descartar al Sr. Peabodie como sospechoso; ha colaborado con nosotros de buen grado, y parecía sincero y francamente preocupado por la suerte de los miembros de la expedición...

La idea de una trampa podría resultar eficaz, cuente conmigo - termina, haciendo una leve inclinación de cabeza hacia Maggie.

Monstruos, demonios, sectarios, conjuras Nacionalsocialistas... ¿es que O'Connel se había vuelto definitivamente loca? Sabía de gente que había perdido la chaveta tras estar a punto de perder la vida, pero aquello era ridículo. Chester tenía serias dificultades para no estallar en carcajadas ante las teorías de aquella mujer. ¡Y encima Timothy parecía apoyar sus delirios!

Y para terminar, quería retrasar la partida de la Expedición de los Dementes. ¡Eso sí que no!

O'Connel, no dudo de que haya gente que está tratando activamente de sabotear nuestra expedición, pero hasta ahora hemos logrado no solamente sobrevivir, sino superar las dificultades y vencer los inconvenientes. Retrasar la expedición les haría creer que han logrado tener algún éxito. Yo creo que deberíamos seguir adelante con el plan previsto; partir mañana por la mañana. Y ahora, si me disculpan, creo que voy a retirarme; mañana va a ser un día muy largo y no tengo tiempo ni ganas para escuchar más teorías acerca del yeti, o lo que sea que creen que se oculta en la Antártida.

Querido Chester, creo que nadie de los aquí presentes cree que nos vayamos a encontrar algo sobrenatural realmente, pero, como bien ha dicho la señorita O'Connel, hay que tener en cuenta lo que pueden pensar otros sobre lo que hay allí para entender sus motivos y saber por donde atajarles. - Sutton habla sin levantar mucho la vista de su escritura. Él también había escuchado de forma bastante escéptica a Maggie hasta que subrayó que daba igual que no hubiera nada en el polo si alguien estaba convencido de matarles por lo que creía que había allí. - Los fanáticos siempre son un peligro...

Respecto a la trampa para los hermanos, aunque los dos tengan el mismo anzuelo, creo que sería conveniente decírselo por separado, no sea que no trabajen juntos y por no involucrar al otro se queden parados.

- En ese caso tendrá que hacerlo en dos etapas. Si les da a ambos localizaciones distintas y trabajan juntos, lo hablarán, y verán la trampa. Si les da la misma, no sabrá si es uno o son ambos los traidores. La respuesta sería darle una pista a uno solo, dejar pasar un par de días, y si no ha pasado nada darle una pista diferente al otro. Y si ha pasado hay que cargarse a ambos, porque tampoco sabrá si es obra de uno o de los dos. Pero francamente, yo no me molestaría tanto, si uno solo es el traidor y se le denuncia a la policía o se le echa de mala manera, el otro puede quedar resentido con la expedición y tomarse venganza. Les daría la misma pista, y si aparece revuelto, ambos pagan. Y más les vale haber desaparecido antes que yo lo sepa, tendré cicatrices toda mi vida por culpa de ese traidor, Alister murió, como otros cuatro marineros...  será mejor que otros lo encuentren antes que yo y lo pongan lejos de mi vista... 

Empiezo a ver de nuevo esa recortada... - Sutton vuelve a sonreír con picardía. - No se preocupe, le aseguro que si alguno de los dos es un traidor lo sabremos, déjelo de mi cuenta. Sepa que yo tampoco olvido la muerte de nuestros compañeros, ni de sus cicatrices.

No pongan esa cara, ya se que deberia estar roncando, pero nunca he podido dormir bien antes de un trabajo importante, y sinceramente , oyendo lo que estan contando me ha acabado por espabilar...

Estoy de acuerdo con participar en la trampa, pero un avion es demasiado pequeño para actuar con antelacion a cualquier ataque y muy dificil de defender en vuelo si asi lo decide alguien dispuesto a hecharlo al suelo.

La jugada me parecio bien en tierra, en el aire es otra cosa, si cae un avion son cinco personas muertas. En mi grupo quiero estar al 100 x 100 de que son de confianza y por desgracia al parecer tenemos dudas con al menos tres de ellos. Los participantes me fueron impuestos, yo tenia otras personas en mente, entiendanme, esto no es el caso para la gente que ya era de mi confianza, pero esta situacion debemos resolverla antes de partir. Es vital que esta avanzadilla al menos no tenga este problema añadido.

Estoy de acuerdo con O´Connel, mañana es demasiado precipitado, ademas, de quienes estamos sospechando estan ahora mismo durmiendo en los aviones, y encima, estamos desconfiando de las personas que una vez en tierra tendran que velar por nuestra supervivencia. creo que la situacion, cuanto menos es inquietante.

Necesitamos al menos un dia mas para despejar dudas, Y no ponga esa cara señor Starkweather Moore, sabe que se estan planteando dudas mas que razonables que justifican esta demora.

Si necesita una escusa frente a los medios de comunicacion no tendre ningun problema en simular una averia y hacer que no arranque uno de los motores, esto tambien podria ayudar a delatar a nuestro posible saboteador.

Pero si sigue adelante con la idea de partir mañana, uno de los hermanos se queda en tierra, y del resto como den problemas van a desear enfrentarse a la escopeta de O´Connel... porque no tendre ningun reparo en invitarles a salir de mi avion, en marcha.

Revisando todo aquello que de sobrenatural podéis revisar en vuestra memoria, no encontráis referencia alguna, aparte de la que Pooster ya consiguió con la voz Tekkeli-li, en lo que hasta ahora se ha dicho.

Si pensara como de costumbre, amigos, dice Moore tras escuchar en silencio, diría que el plan está bien en esencia, aunque se pueda pulir. Pero desde esta mañana usted misma, O'Connel, me ha animado a pensar de forma diferente y, en vez de trabajar tanto, he dedicado unos minutos a reflexionar.

Pase lo que pase, el peligro más grave al que nos enfrentamos es la Antártida misma, y ese peligro solamente puede ser conjurado mediante la colaboración de un grupo unido y cohesionado. Estas maniobras que usted propone van dirigidas a muchos miembros de la expedición y, aunque se llegue a dar con el culpable, cosa que puede no ocurrir, prometen heridas en el ánimo de aquellos a los que van destinados, si no se obra con exquisita cautela. Saben que la duda ofende y que las triquiñuelas de este tipo pueden levantar ampollas.

¿Podemos sobrevivir sin aviones? ¿Sin combustible? ¿Sin aquello que el saboteador nos pueda estropear? Creo que si. Formamos parte de un grupo de científicos, diantre. ¿Qué no podemos inventar? Recuerden la experiencia de Shakleton, y cómo logró sacar a todos sus hombres de la banquisa, tras pasar casi dos años ahí. Con medios muy inferiores a los nuestros. Pero no podemos sobrevivir ni un día de tormenta si el grupo no está unido.

Si el avión se cae, tienen paracaídas, y si hay buena armonía en la tripulación, sobrevivirán. Depende más de su pericia y de que hagan las cosas ordenadamente y con sentido. No ocurrirá, sin embargo, sin no hay armonía; y, aun sin saboteador, muy bien puede ser que tengan que saltar en paracaídas igualmente. No por nada se llama a su viaje Expedición de los Dementes, señor Pickwell.

Por otra parte, el hombre ha actuado hasta ahora arropado por el caos del puerto y de los primeros preparativos, pero en adelante tendrá que hacerlo en un ambiente cerrado, donde es mucho más fácil atraparle, donde todo el mundo vigila a todo el mundo. Dudo mucho que arriesgue tanto, pero si lo hace, tendremos una oportunidad de atraparlo con las manos en la masa.

En fin. Solamente quería que sopesaran esto. No voy a obligarles, ya que tengo plena confianza en ustedes. En todos ustedes, así que estoy seguro de que decidirán lo mejor. Pero les pido que obren con cautela.

Otra cosa. Olviden los demonios y esas cosas, se lo ruego. Dejemos eso a nuestro saboteador. Aunque las personas educadas de la expedición no se vayan a dejar asustar por el coco, muchos de nuestros hombres no gozan de tan buena educación como para estar libres de supersticiones. Sean muy discretos con los cuentos de brujas: no hay nada tan valiente como un marino... si no anda el diablo cerca, porque en ese caso podemos transformar un grupo de rudos muchachos en una panda de niños de teta gritones y asustados.

Está claro que Moore está ensayando con vosotros el discurso que piensa dar a todo el personal a la primera oportunidad, siguiendo el consejo que le ha transmitido O'Connel. En realidad habla bastante mal. No es un buen orador. Hay cosas que no se entienden, porque las farfulla. En otras parece que se enreda algo, o que toma mucho tiempo para pensar, olvidando dar dramatismo y claridad... Pero su sentimiento y su esfuerzo resultan conmovedores. Es posible que consiga algo con la gente, si no la pifia demasiado.

Quizás el discurso no ha sido el más brillante de la historia, pero Chester está de acuerdo con el contenido: una vez la misión esté en marcha, será mucho más fácil tener a todo el mundo controlado, y los grupos pequeños como la Expedición de los Dementes supondrán un duro reto para el saboteador. Aquello más importante: mantenerse unidos y transmitir un sentimiento de confianza.

Tiene toda la razón del mundo, señor Moore: una vez estemos en marcha, casi podemos afirmar que el traidor habrá fracasado en su misión. Estemos alerta, no nos dejemos llevar por habladurías, centrémonos en hacer nuestro trabajo y todo saldrá bien.

Chester estaba impaciente para elevarse hacia los cielos y poner rumbo hacia el territorio antártico. Aquel vuelo sobre el puerto le había emocionado, y no podía esperar a estar la mañana siguiente de nuevo a bordo del avión.

Nos esperan grandes hazañas; no le defraudaremos, ni a usted ni al señor Starkweather.

Alexander permanece esta vez en silencio, observando con atención la reacción de los demás ante las palabras de Moore. Presta especial atención a lo que tendrá que decir O´Connel, ya que anteriormente se ha mostrado partidario de la idea de una trampa y eso parece contradecir los intereses del jefe.