Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 4: viaje por aire

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11/05/2014, 13:37
Chester Field

La escena no le hizo puñetera gracia a Field; no solamente porque se estuvieran burlando de Abernale sino porque, o mucho se equivocaba el fotógrafo, o la expedición ya había perdido su primer miembro: Abernale no estaba en condiciones de seguir con ellos. Parecía incapaz de controlarse, su consciencia de científico meticulos salvajemente pisoteada por la locura que se había hecho dueña de su mente.

Con una sonrisa y tratando de apaciguar al personal, Chester se acercó a los hombres que rodeaban a Abernale. Usando el puñado escaso de palabras que sabía de español intentó rescatar a Abernale de la vergonzosa situación.

Okey, okey, Stop fiesta. No more alcohol. You stop, por favor. Stop this.

Pero parece que el jaleo que montan los parroquianos impide a Chester darse cuenta de lo mal que Pickwell se está tomando toda la escena, y el líder de la expedición de los dementes decide hacer honor a su nombre y carga contra la panda de borrachos.

Viendo que la confrontación ya es inevitable, Chester trata de acercarse a Abernale y sacarle del jaleo.

¡Abernale! ¡Venga conmigo!

Chester sabe que hay pocas posibilidades de que Abernale le haga caso - probablemente ni siquiera sea capaz de entender que alguien está hablando con él - pero hay que intentarlo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Chester hace dos esquivares mientras trata de acercarse a Abernale y llevárselo de la escena a un sitio seguro.

No es por nada, Pickwell, pero si la liamos aquí y el jefe del hotel llama a la policía y aparece, mañana no volamos. Al fin y al cabo, el primer golpe lo hemos dado nosotros y hemos sido los primeros en empezar a destrozar su pintoresco, folklórico y recién reformado local.

Y Chester está un poco harto de ir haciendo el turista por las celdas de medio mundo.

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11/05/2014, 17:40
Dominique Pickwell

Cuando ya tengo la silla en alto para darle por la espalda al bigoton piso un vaso que estaba por el suelo, me desequilibro y lanzo la silla sin mirar donde... Doy un traspies y se me presenta la ocasion de darle un puñetazo de pasada a otro con la mala fortuna de fallar. Que negro lo tengo, me van a atizar de lo lindo, pense y me preparo como puedo para esquivar dos veces...

- Tiradas (3)

Notas de juego

Te hago unas tiradas, pero creo que estan mal, sigo sin aclararme mucho despues de tus explicaciones.

Lo siento Chester, mi personaje es un poco temerario, pero miralo por el lado positivo, no llevo las dos pistolas, jeje...

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11/05/2014, 18:13
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Te hago unas tiradas, pero creo que estan mal, sigo sin aclararme mucho despues de tus explicaciones.

Es fácil: asalto= ataque+esquiva/detención

O bien: asalto= esquiva/detención + esquiva/detención

O sea, que tu puñetazo no tiene lugar, ya que has atacado ya con la silla. Podrías esquivar o detener posibles ataques que te puedan hacer. Has de elegir una u otra cosa, esquivar o detener, no las dos.

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11/05/2014, 18:32
Dominique Pickwell

Notas de juego

Ok, entonces intento esquivar para este asalto, en el siguiente Puñetazo y esquivar

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13/05/2014, 17:02
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Sutton, añadiendo su actitud a la de Field y a la de Longfellow, que estaba sujetando al furioso Miles, avanzó con las manos abiertas en claro signo de petición de paz. Se situó al lado del fotógrafo e hizo, a la vez, señas a Abermale para intentar llamar su atención sin perturbarle.

Tranquilos, muchachos, tranquilos, decía. Y en realidad hacía más efecto el tono tranquilo de su voz y la actitud risueña que otra cosa.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Guardián penejotizando: No voy a ser tan cabronazo de no dejaros tirar persuasión cuando por gestos os hacéis entender de maravilla XDD

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13/05/2014, 17:12
Guardián de los Arcanos

Jueves, día 14, Medellín-Quito-Lima

El avance de Sutton y Field llenó de dudas a los borrachos. Al menos retrasó la confrontación, ya que Pickwell había fallado su sillazo y, además, los Sorensen (Nils mortalmente serio, como siempre, y Gunnar por una vez exacto a su hermano) habían hecho, aprovechando la distracción, una barrera protectora con la mesa que habían agarrado, interponiéndose entre el tipo del bigotón y Abermale.

Miles se tranquilizó algo, pero insultaba como una verdulera a los borrachos, antes amigos del alma, que ante el tono (y una amenazadora botella rota en la mano), comenzaron a maldecir a su vez. Los insultos eran incomprensibles por ambas partes, pero evidentes.

Sin embargo todo el proceso había dado tiempo al dueño para interponerse también.

Parecía que se iba a calmar la cosa cuando el señor Bigotón, tambaleante, rojo de ira, con el pelo mostrando dos o tres grietas donde los meneos habían ido haciendo que cediera la gomina, gritó algo ofensivo. Los compinches, envalentonados avanzaron. Uno de ellos cogió a Field de la manga de la chaqueta, burlón. Otro comenzó a hacer como que empujaba la mesa que sostenían los Sorensen. Los movimientos de varios de ellos distrajeron un tanto a Sutton y, en un abrir y cerrar de ojos el señor Bigotón tenía en la mano vacilante una pistola calibre 28 con la que riendo, amenazó a la concurrencia.

Todos se quedaron congelados. También sus compinches, dado que su puntería en ese estado no parecía de lo más fiable.

Los trabajadores que estaban desayunando en la mesa del fondo se agacharon presto.

En esas se escuchó tras Bigotes un click...

...por la puerta de la cocina había aparecido la mujer del dueño en toda su abundancia de carnes, con los rulos puestos, una bata de encaje semitransparente tras la que se bamboleaba toda su turgencia, una especie de crema verde por toda la cara iracunda... y una escopeta del 12 que acababa de montar, mientras por su boca salía el más abominable torrente de invectivas que jamás oyerais.

Oportuno, uno de los amigos de Bigotes pudo sujetar la mano con que empuñaba el arma, y forcejeó unos angustiosos segundos mientras apuntaba ora aquí, ora allá, hasta que se la quitó. La gente se calmó. Abermale había conseguido reparar en Sutton y en Field, a los que se había dirigido. Rompiendo en sollozos infantiles, se abrazó a ellos para, poco después, caer inconsciente.

Las explicaciones se sucedieron a las explicaciones, a las peticiones de disculpas, a las protestas de amistad y demás demostraciones de buen tino, bajo la mirada implacable de la señora y, así, la Expedición de los Dementes pudo pasar un trago que muy bien pudiera haberse vuelto bien amargo.

Bajó el resto de la expedición con los paquetes y Field, Longfellow y Miles subieron a adecentarse lo mínimo, ya que era la hora de partir. Encima de una mesa, Abermale dormía pacíficamente. Whitston le puso una inyección tranquilizante, dudosa, murmurando: es la dosis que pondría a un chimpancé más o menos del mismo peso...

Pasaron a Abermale por la aduana entre sonrisas comprensivas de los agentes, suponiendo que había aprovechado para gustar de los encantos del pais a hora muy temprana. Cruzaron las dependencias hasta el cochecito que les llevaría al hangar correspondiente, junto con los bultos que habían traído.

La gente comenzó a preparar sus cosas dentro de los aparatos o a hacer tiempo, sin más, mientras los mecánicos y los pilotos (Miles y Longfellow con pálido semblante) revisaban los aviones.

Pronto se escucharon algunas voces de protesta: ¡alguien ha tocado mi equipaje! y otras frases por el estilo, pero más floridas. Asimismo, los mecánicos notaron que algunas tapaderas del avión no estaban apretadas como ellos solían hacerlo. Esto era claro sobre todo por que Miles tiranizaba a todo el mundo exigiendo que todas y cada una de las tuercas se apretaran hasta solamente cierto punto, y era un genio descubriendo y abroncando a quien con exceso de celo había apretado más de lo necesario (corriendo el peligro de dar de si las roscas) o se había quedado corto. Pronto se pudo ver a todo el mundo revisando sus cosas una y otra vez para ver si faltaba algo, y a los mecánicos haciendo revisiones más profundas de lo esperado: no parecía faltar nada, ni parecía haber nada roto en los aviones, peeerooo...

La maniobra del departamento de aduanas, con las dilaciones del día anterior quedó clara: ¿registraron en busca de indicios de espionaje? ¿era responsabilidad suya o de otros? ¿militares? Y los aviones y su registro ¿espionaje industrial, quizá?

Pero el tiempo apremiaba, y ya se salía con retraso con respecto al plan de vuelo. Tener que acordar otro con Quito y con Lima hubiera sido peor. Mucho peor. Todo el mundo tenía ganas de sacudirse el polvo de Colombia de las botas, así que, guiados por el vehículo apropiado, y tras el repaso a todos los sistemas, carga de combustible, pago de tasas y la petición de permiso a torre de control, el Enderby y el Weddle despegaron bajo un cielo plomizo y lluvioso.

Abermale durmió durante todo el día. Miles, Longfellow y Field casi toda la mañana hasta entrar en la capital del Ecuador. Quito fue una parada rápida y poco problemática. Los funcionarios y los empleados del pequeño aeropuerto no pusieron problemas y, es más, ayudaron en lo que pudieron. El avituallamiento de los pasajeros se hizo a costa de más aromas propios del lugar, que invadían las cabinas. El calor era sofocante, húmedo. Las facciones de las gentes mucho más aindiadas que en Colombia, y el castellano sonaba diferente. La vista de las montañas enormes y cubiertas de selvas o de verdor animaron por fin a Field, esa tarde, y ya en dirección a Lima, a asomarse a las ventanas, y Pickwell consiguió volver a coger los mandos del avión durante un rato, aunque todavía no se atrevía a hacer maniobras comprometidas, como despegar o aterrizar.

Sutton había comenzado a cerrar planes de vuelo con La Paz y Antofagasta. Lo había conseguido tras encontrar, sobre todo en La Paz, un alma caritativa que consintió en buscar un angloparlante más culto que López al otro lado, y en guiarlo por los recovecos del derecho Boliviano. No había, de momento, tanta suerte en Antofagasta, donde ya había recibido varias respuestas negativas solamente por culpa del defecto de forma de sus peticiones.

La sorpresa fue por la tarde-noche, llegando a Lima. Los aviones recibieron permiso para aterrizar por parte de un controlador muy efusivo. Eso ya puso al personal la mosca detrás de la oreja. Los copilotos (Whitston y Pickwell en uno y otro avión) iban comentandolo mientras los pilotos iniciaban las maniobras. El vehículo Follow Me llevó a los aviones hasta... hasta una zona abarrotada de personas de pro, fotógrafos, una carpa con equipo de sonido, una pancarta donde se podía leer, en castellano y en inglés: ¡¡Expedición de los Dementes: bienvenidos!!

Se tendió una pasarela hasta las puertas de los Boeing y un político sonriente y saludador, llevó a los miembros de la expedición hacia el estrado, desde donde dirigió al público sonriente un largo discurso. Luego, hizo avanzar a los héroes... y esperó a que alguien se dirigiera hacia el público.

Cuando os queréis dar cuenta, un Abermale completamente blanco y andrajoso está al micro y comienza a carraspear, preparándose para decir...

- Tiradas (3)

Notas de juego

New york - Carolina del sur - Miami

Miami - Haiti - Medellin

Medellin - Quito - Lima

Lima - La Paz - Antofagasta

Antofagasta - Santiago - Puerto Montt

Puerto Montt - Rio grande (cambio del tren de aterrizaje por esquies)- Isla de James Ross.

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15/05/2014, 19:05
Chester Field
Sólo para el director

Notas de juego

Máster, hay algo raro en tu post, como si algo no "pegara". Te lo digo porque siempre eres tan meticuloso que si eres de los que te pasas las partidas a pdf, cuando veas esto vas a renegar en arameo.

El vehículo Follow Me llevó a los aviones hasta... 

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15/05/2014, 19:07
Chester Field

¡HOLA AMIGOS! - Saltó con sorpresivo ímpetu Chester, tratando de quitarle el protagonismo al pobre Abermale. 

Vale, qué más podría decirles yo que no suene demasiado inglés ni demasiado estúpido...

La situación pedía a gritos un poco de mano izquierda, algo de cara dura y escaso sentido del ridículo.

Cuando te sacan a la pista, lo mejor que puedes hacer es bailar al son de la música - pensó Chester, quien tras apuntarse a la Expedición de los Dementes empezaba a sentir cierta empatía con las personas a las que les tocaba estar delante del objetivo de una cámara y no detrás. - Se pasa peor de lo que creía, la verdad.

Chester ofreció a la concurrencia su perfil bueno, mientras pensaba en algo más que decir en su macarrónico español. ¡Ah, ya!

¡VIVA LIMA!

Vale, su repertorio estaba prácticamente finiquitado. Le quedaban, a ver... Pendejo, gringo, adiós, por favor y un par más que había aprendido la noche anterior: joder y cerveza. Pocas de estas palabras podrían servirle ahora.

Se quedó sonriendo ante las cámaras y, sabiéndose derrotado en el campo del idioma, decidió cambiar al inglés para soltar el típico discurso de agradecimiento a las autoridades.

A mis compañeros y a mí nos llena de orgullo y satisfacción estar hoy aquí presentes... blablebli... oportunidad histórica... blibloblu... bella ciudad y orgullosos habitantes limeños... Y es por esto que les digo YO SOY UN LIMEÑO! ¡ADIÓS AMIGOS!

Con una última sonrisa triunfal, Chester se bajó del escenario esperando no haber hecho demasiado el ridículo.

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15/05/2014, 19:58
Lord Anthony Montagu-Sutton III

No, Abermale no, y menos delante de toda la prensa. me encuentro alarmado en mis propios pensamientos y cuando despierto y veo que Chester ha sido capaz de reaccionar más rápido que yo. Cuando salgo de mi ensimismamiento me acerco junto a él y le paso el brazo por los hombros, al igual que a Abermale, e intento corroborar lo que dice con gestos y siguiéndole el royo. Por otra parte intento tener a Abermale bajo control, intentando parecer efusivo si es necesario para agarrarle con más fuerza. Cuando Chester acaba de hablar me aseguro de que Abermale también vuelve con nosotros a la fila con todos los integrantes de la expedición de los dementes. Creo que nos vamos a llevar un recuerdo muy vivo de Lima, y no precisamente por la bienvenida...

Hay algo que no me cuadra aquí. ¿Por qué este recibimiento?¿Qué es lo que ha pasado para que nos reciban así? Primero lo del equipaje y ahora esto...​ Será mejor mantenerse alerta.

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15/05/2014, 20:18
Dominique Pickwell

Notas de juego

No me da tiempo a preparar la bienvenida, si lo haces tu Diegus, la idea es dar un discurso en plan grandioso dando las gracias por el apoyo recibido etc, asistir al agape si lo hay y por la noche revisar a fondo los aviones para intentar saber que nos hicieron en colombia.

Nos vemos el lunes. Un saludo

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15/05/2014, 21:49
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

El vehículo Follow Me llevó a los aviones hasta... 

Eeem... si, bueno. No se si se llamaría así en esos tiempos y en ese país :) Pero se llama así al vehículo que guía al avión hasta su pista o de vuelta de ella... ¿no? Se pone delante del avión, y tiene un cartel detrás donde pone eso: sígame. Igual ha quedado raruno, y tendría que llamarse vehículo Sigame, pero como sois americanos, os han puesto el cartelito en inglés XD.

PD Lo pongo en cursiva, y ya no hay confusión ;)

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15/05/2014, 22:43
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Me pilla el toro y os tengo que dejar in albis hasta mañana, pero daré un buen estirón.

Recordad que, aunque de un estirón, podéis intervenir en retrospectiva, incluso obligándome a rehacer el post y volver atrás. Sentios completamente libres.

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16/05/2014, 22:39
Guardián de los Arcanos

Ondeaban al viento del anochecer banderitas del Perú y norteamericanas, en alternancia. En el estrado, junto al alcalde de Lima, que no daba crédito, ocurría algo sorprendente.

Chester se acercó al micro cuando Abermale, con voz infantil, estaba comenzando a decir...

Padre, me acuso de haber comido golosinas fuera de hora, por favor, por favor, POR FAVOR, EL CUARTO DE LAS RATAS NO... Y en esas intervino el fotógrafo con una charla insustancial, en la que se notaba su nerviosismo por el estado del meteorólogo.

Abermale, cuyo discurso se colaba a veces en el micro, seguía explicando en tono suplicante y anormalmente agudo: es que ya las ratas se han marchado, y ahora solamente queda Él, y me da mucho miedo, mucho...

Whitston, avergonzada, ya que era a ella, como responsable de los enfermos, quien tenía que estar atenta, intervino en el discurso tanto de Field (que al oír todo cada vez estaba más confundido) como en el de Abermale: Tranquilo, mi niño, puedes comer todas las golosinas que quieras, que no vamos a castigarte... Discurso que no convenció en absoluto al perturbado meteorólogo que, alzando la voz, consiguió volver a colarse a medias en el sonido del micro. NOOOOOO, Él puede salirse fuera y castigarnos sin postre a todos, él está a punto de escapar, solamente unas plantitas, unas plantitas en la puerta y, y, y... El pobre diablo estaba en plena regresión, a algún oscuro periodo de su infancia.

Intervinieron a viva fuerza otros miembros de la expedición y, por fin, dejó de hacerse patente el lamentable estado de su compañero delante de tantos y tantos prohombres que habían ido a dar la bienvenida a los héroes antárticos.

En esas, Field conseguía terminar su propio discurso, recolectando unos pocos aplausos aislados de la concurrencia. En los rostros se dejaba ver que, si bien no entendían demasiado inglés, estaban asombrados. Los pocos que si se veía que entendían cada palabra, sin duda aplaudían por compasión. Por eso de guardar las formas, lo que no hacía sino añadir más tensión al asunto.

Pickwell intentó arreglarlo con algunos balbuceos sobre agradecimiento (se notaba que no estaba para agradecimientos), sobre un futuro ágape o algo así y sobre la prisa que tenían por largarse, lo que no hizo sino poner de relieve lo apurado de la situación.

Aunque más tarde se pudo sumar dos y dos sobre el motivo de la calurosa acogida, ahora nadie pudo salir de la confusión con facilidad. Alguien tenía las llaves de la ciudad y todo, pero las guardó discretamente ante el imperioso gesto del político peruano que, tomando el micro, hizo un piadoso discurso en castellano para cerrar el episodio de la manera más digna posible. Los flashes de los periodistas habían cegado a todo el personal durante el evento. Sonado fue, desde luego, aunque los miembros de la Expedición de los Dementes no tuvieron ocasión de ojear el número en el que salieron hasta mucho después, ya con muy variadas y enriquecedoras experiencias a la espalda.

Fue en ese "ágape", que estaba claro que se desarrolló según un plan de contingencia, en petit comité, que se supo qué había pasado. Los trámites para pasar un país pueden quedarse cortos o pasarse de la raya. En este caso, las repetidas intentonas fallidas de Sutton habían puesto en marcha el aparato del que pudo disponer en NY el abogado de la expedición. El embajador estadounidense (que estuvo presente en el ágape) fue contactado, se recurrió al argumento patriótico al saber los problemas que había en Colombia y, dado que acababan de estar en guerra con Perú, se produjo una situación a la inversa: Perú, ya que los Colombianos ponían problemas, decidió llevar la contraria a su adversario dando todo el bombo posible al viaje, y ensalzando el heroísmo y la caballerosidad y... todo aquello que un gabinete de prensa gubernamental puede poner en solfa.

Poco faltó para que ahí acudiera el mismo presidente de la república.

El embajador, un hombre orondo y pagado de si, que había hecho todo lo posible por que todo saliera bien, miraba con ojos fríos. Aunque su gesto fuera aparentemente encaminado a quitar importancia al incidente y a ayudar, parecía desear que todo acabara rápidamente. Fue llamado un médico.

Este hombre está muy enfermo. Debe ser internado inmediatamente.

Fue presentada la factura a Pickwell, bastante abultada, ya que el doctor era de postín. Tal factura permitía preveer la del sanatorio que recomendaba... Había que tomar una decisión.

- Tiradas (3)

Notas de juego

¿Qué hacéis? Al final no he pegado un estirón tan grande... prefiero que os estrujéis las meninges.

la idea es dar un discurso en plan grandioso dando las gracias por el apoyo recibido

Obedezco humildemente a tu petición, pero deberías mirar tu hoja de pj de vez en cuando XDD

Sutton, necesito saber el texto de lo que transmites al Gabrielle.

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18/05/2014, 18:50
Chester Field

Chester ya se lo había imaginado (lo del recibimiento no, lo de Abermale); aquel hombre había visto El Horror de cerca, probablemente demasiado para que su mente pudiera copar con ello. 

Compañeros - dijo al resto de miembros de la expedición en cuanto tuvieron un momento de paz - dudo que Abermale pueda acompañarnos hasta la Antártida; allí sería un peligro para nosotros, para toda la expedición e incluso para sí mismo. No podemos llevarlo hasta las tierras heladas del sur y esperar que una vez allí se recupere, ¿no os parece? Creo que lo mejor y más sensato sería advertir al resto de la expedición de lo sucedido y explicarles que lo mejor para Abermale sería quedarse aquí. ¿Estáis de acuerdo conmigo?

Y de haber enfocado un poco mejor, quizás este habría sido también mi destino... Y por primera vez en su vida, Chester dio las gracias a Dios por las lentes borrosas.

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18/05/2014, 22:22
Dominique Pickwell

Discrepo de su opinion, amigo Chester. Hasta el momento el señor Abernale no es mas peligroso que un niño de 10 años.

No estoy por la labor de dejar a nadie atras ante el primer contratiempo, esto podria dar pie a dejar a otro por cualquier otro imprevisto y al final se desintegraria el grupo y la expedicion. Como bien dicen los Sorensen nos tendremos que amoldar al mas lento y ahora ese es Abernale.

Tendremos que vigilarlo mejor durante unas dos semanas hasta que nos encontremos con Hirsch en el Gabrielle y este pueda tratarlo convenientemente. Esto es mi opinion y como dije al inicio de este viaje propongo someterlo a votacion puesto que desprendernos de alguien del grupo me parece un asunto de importancia.

Por eso en este sentido mi voto es que siga con nosotros.

Por favor diganme que opinan o votan ustedes.

Y quedo a la espera del resultado de la votacion, pensativo y apesadumbrado ante la perspectiva de tener posiblemente la primera baja en el grupo.

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19/05/2014, 01:18
Lord Anthony Montagu-Sutton III

A pesar del incidente con Abermale parece ser que todo ha discurrido sin graves consecuencias. Tras entender el motivo del recibimiento multitudinario mis sentidos se relajan un poco, aunque sigo mosqueado con el tema de las maletas. Le habrán tirado algún hilo a alguien Dominique o Chester? La verdad es que me parece poco probable, porque creo que me lo habrían contado, pero si no es así, ¿que es lo que buscaban?

En uno de los momentos en los que consigo un poco de tranquilidad preparo el mensaje para el Gabrielle:

Hola de nuevo desde la expedición de los dementes. Nos encontramos ahora mismo en Lima donde hemos recibido una calurosa bienvenida. Por ahora vamos resolviendo los problemas que se nos van presentando. Si todo sigue como está previsto nos encontraremos dentro de unas dos semanas. Creo que habría que subirle el sueldo a nuestro abogado en Nueva York si no tenemos ningún retraso más. Mantenernos informados y hacernos saber si hay algún problema desde el océano. Un saludo desde la punta de lanza.

Cuando conocemos la información sobre el estado de Abermale oigo las opiniones de mis compañeros con mucho interés. Es un tema complicado, no solo por el estado de Abermale, si no porque tampoco me hace gracia dejarle sin vigilancia en un lugar como este. Por otra parte, ¿qué podría suponer seguir con el abordo? Nos vamos a un lugar en el que podría llegar el caso de tener en una mano la supervivencia de la expedición y en la otra la de cualquier miembro del grupo, pero el estado de Abermale le da bastante más probabilidades. ¿Sería llevarlo con nosotros una posible condena de muerte? - Creo que dejarlo aquí no es una buena idea. No sabemos nada de la gente que hay aquí. Si alguien le presionara podría dar datos comprometedores sobre la expedición y sobre... aquella cosa, pero llevarlo al polo en las condiciones en las que se encuentra podría suponer un peligro para él mismo y puede que para la expedición. Creo que la opinión de los hermanos Sorensen debería ser muy tenida en cuenta en esta decisión y no tomarla a la ligera.

Notas de juego

Por cierto, nosotros mandamos mensajes al Gabrielle, pero ¿nosotros recibimos mensajes? Lo digo simplemente por saber si tenemos alguna información periódica sobre ellos tal y como tienen ellos de nosotros.

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19/05/2014, 17:17
(Starkweather-Moore, guía) Gunnar Sorensen

Gunnar y Nils están conferenciando entre ellos en su idioma natal. Tras medio minuto, en el que Nils no ha pronunciado más de tres palabras y Gunnar ha parloteado todo el rato, el último, como portavoz de la pareja, toma la palabra en su inglés con curioso acento:

No estamos de acuerdo entre nosotros. Yo opino que sería un peligro en el hielo: ustedes mismos, con su inexperiencia, son un peligro, para que me entiendan. En las condiciones adecuadas podrían hacer cosas, que son habituales y nada peligrosas aquí, que ahí les podrían hacer perder las manos o un dedo. Pero Nils piensa que, en realidad, ya estamos de expedición, y toma esta tierra como si fuera... bien, la misma selva. Supongo que piensa que el doctor sería un acicate para que ustedes mismos tengan más cuidado. Porque eso si que está claro: si viene deberá ser vigilado durante las 24 horas del día.

Así que por aquí hay un voto a favor y uno en contra. De dónde ha sacado la parrafada que atribuye a su hermano Nils, no se sabe... pero se supone que entre gemelos el entendimiento es casi sobrenatural.

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19/05/2014, 20:22
Dominique Pickwell

Notas de juego

Buenas Sutton, que pasa con las maletas?

De vez en cuando se me va la pinza y pierdo el hilo. Anda ponme al dia con tu duda.

Un saludo

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19/05/2014, 22:10
Guardián de los Arcanos

El doctor Abermale está en este momento sentado en una silla, con la servilleta anudada al cuello, comiendo las cosas más delicadas del ágape. El embajador pasea por la sala, mientras le mira incómodo.

Whitston está atendiendo al doctor, que está bastante tranquilo. Parece que ya le ha pillado el punto: le trata como a un niño. Y es que la regresión toma solidez, y se va estabilizando su nueva personalidad.

Longfellow le mira y dice: que venga. Miles maldice en arameo, como de costumbre... ¿Arrastrar a este... pobre perturbado por ahí? ¿Y si toca mis cosas? ¿Y si le da por jugar a los mecánicos y mete mano en el avión? No. Voto que no.

De Witt, preocupado, niega. No. Dice con tranquilidad.

Albermale ni se entera de qué va la vaina, parece, pero habla con la boca llena de chocolate: ¡Si! Exclama. López parece preocupado.

Yo me lo llevaría. No me parece que le anden poniendo duchas frías y... esas cosas que les hacen a los locos, drogados todo el día.

Yo voto que si, dice Halperin. Solamente es hasta que lleguemos al campamento base: ahí podrán hacerse cargo el doctor Hirsch y el doctor Pooster ¿no?

Whitston, incómoda (pues en este momento Abermale se está tomando ciertas libertades con su persona) niega discretamente.

En cuanto a los mensajes del Gabrielle, dicen que todo va bien. Son mensajes lacónicos: da la impresión de que no desean dar demasiados detalles.

Notas de juego

Abermale, Longfellow, Halperin, Pickwell, López y Sutton que si. Whitston, Field, Miles y DeWitt dicen que no.  Los Sorensen votan uno que si y otro que no. Aun sin contar a Abermale, sale que si.

 

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19/05/2014, 22:24
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Primero lo del equipaje y ahora esto...​ Será mejor mantenerse alerta.

Se refiere a que en Colombia, además de haber mirado vuestros aviones, registraron discretamente los equipajes de todo el mundo, aunque no parece faltar nada.