Partida Rol por web

Pooster no podia hacer nada por y con el otro paciente, parecia que su problema le habia sumido en un cierre o bloqueo mental.

Tim se hallaba sorprendido de la cierta cordura y templanza del supuestamente alienado mental. Era demasiado extraño el hecho de que hablara con aquella naturalidad y conocimiento.

Amigo, veo que sabe de los estudios de la mente, tiene conocimientos? me ha sorprendido su actitud, la verdad, muy madura para habre pasado por ese brote transitorio. de verdad que no recuerda haber estado con su compañero? es raro, estaba con usted tambien afectado y a la vez.

Aceptaria una sesion de hipnosis para tratar de encontrar y atajar el problema, caso de que lo haya? que le parece?

Vaya , amiga, veo que tiene sus admiradores fuera de este circulo helado, no me diga porque pero no me extraña que la pùedan adular y agasajar con regalos.

Tim vuelve a enrojecerse un pcoo, no se sabe si por el reanudad del fujo sanguineo en su cara o por verguenza.

Bien, ya hemos visto lo acaecido alli y puedo asegurar que los que causaron el estropicio estaban fuera de si, completamente alienados y sin recuerdos del tema, mas que fobias a arañas . Creo que estos pelos que prresentan ahi, quemados, dicen mas de lo que creemos, puede que hayan tenio que ver mas de lo esperado, Yo personalmente creo que si que han sufrido un tipo de maldicion o condicionamiento para hacer lo que han hecho, no lo duden. Ya no acepto mas casualidades, esto es un caso claro de induccion reactiva. si recuerdan mas datos del sortilegio o ceremonia sufrida se lo agradeceria.No se si recuerdo algo parecido, dejenme pensar....

Tim se pone a pensar y queda ensimismado en si mismo, tratando de recordar.

- Jaja, efectivamente, Nandan. Es un regalo pero no para ti.- Esperó Menez a que la reunión hubiera acabado. Le hubiera gustado tener un poco más de intimidad pero en aquel campamento era algo casi imposible. Poco a poco fue dirigiendo sus pasos hacia Pooster al que miraba entre divertida y tímida.- Creo que su sagacidad con las mujeres no va paralela a la que muestra con otros temas mi buen amigo. Al que agasajan con regalos es a usted.- Le contestó tendiéndole el paquete.- Espero que le guste y sobre todo le sea útil.- Acabó por guiñarle un ojo y quedar expectante para que Timoty abriera su regalo.

Supercherías, sí... seguro. 

Chester ya se esperaba que sus comentarios fueran recibidos con escepticismo. De hecho, le sorprendió que no todos le dijeran que aquello no eran más que paparruchas y cuentos de vieja. El mismo Timoty había dicho que no le extrañaría nada, o sea que quizás sí había algo de verdad detrás de todo aquello.

Pero tenía algo más importante que hacer en aquel momento. Por enésima vez comprobó que el carrete con las fotos que había tomado de las huellas estuviera en su sitio - lo estaba, como todas las otras veces.

Señorita Ménez, todo lo que sé sobre lo que hemos encontrado ya se lo he contado a usted. Tenga - dijo, pasándole el paquete con la tela y los pelos pegados - . Discúlpeme ante el Señor Moore, haga con esto lo que le parezca conveniente, y cuéntele usted misma la historia del descubrimiento a nuestro Colíder; estoy seguro de que no se olvidará usted ni un detalle. Yo por mi parte, si me lo permiten, me voy a mi Cuarto Oscuro. Tengo algo en el carrete que quizás pueda darnos alguna otra pista sobre lo que sea a lo que nos enfrentamos.

Dicho esto, Chester se dirigió hacia su improvisado laboratorio, dispuesto a descubrir si realmente se ocultaban unas huellas en la nieve, tal y como Maggie había sugerido. 

El paquete que Menez había dado a Pooster contenía un extraño constructo: sobre los cristales de las gafas viejas de Pooster, esas que habían desaparecido, había una montura muy similar a las de las gafas de los aviadores, una especie de antifaz de cuero que se abrochaba en la nuca con una hebilla de marfil de colmillo de morsa, pero con un cubre narices (para proteger ese sensible apéndice del frío) y unas orejeras que tenían pinta de abrigar mucho. Todo ello reforzado con una fina estructura de varillas de metal que estaban disimuladas en los dobladillos y los remates del cuero.

Al probárselas todo el mundo pudo notar que el cubrenarices había sido hecho con vista. El tamaño que aparentaba tener su habitual trocito de carne perdido en medio de un rostro enorme cubierto con aquello era mucho más normal, y hasta varonil. Cuando las llevaba puestas parecía tener toda una nariz.

Entretanto volvía Chester, como para revelar fotos era necerario esperar bastante (los líquidos de revelado solían congelarse y había que calentarlos hasta su temperatura exacta, aparte de calentar la habitación para que se secaran las muestras sin que se congelaran) Moore hizo de anfitrión calentando la consabida sopa en su hornillo personal para que todos pudieran calentar las tripas.

Señor Pickwell ¿no se da cuenta de que todos los que nos hemos quedado hemos sido malamente heridos? Creo que el señor Starkweather nos ha elegido no solo por nuestras posibles habilidades, sino para darnos un respiro. La elección de Maggie es también obvia: está claro que no acaba de sentirse cómodo con ella, y nosotros necesitaremos un guía para volver.

Nandan quedó un poco decepcionado por el regalo ¿qué podía haber que le sirviese al "rancio" de Pooster? Pero cuando vio las gafas de "aviador de la nieve" comenzó a abrir la boca todo lo que pudo en señal de admiración y dar pequeños saltos alrededor del paquete.

Todo hasta que Timoty se las probó, que la risa se abrió paso a carcajada limpia, señalándole, pero tratando de taparse la boca con la manopla, cosa totalmente inútil.

- Supongo que creerá que tiendo a perder los estribos, y lo dice quien ha venido hasta aquí para gritarse con la líder de esta expedición... En todo caso, tenemos que avisar a esta gente, los que dispararon no son los culpables, tienen otro Jonás, el que hizo magia negra, o lo que fuese, con los dos incautos. Si no lo encuentran, habrá más desgracias. Y aquí en la Antártida ya no hay rivales, un Jonás puede provocar que mueran todos si hay otro sabotaje... 

Tim se quedo por un momento paralizdo, ante la sorpresa de que el regalo era para el. Al abrirlo y ver aquello, puso una cara extraña, una ligera mueca de sorpresa y reticencia, que desaparecio al probarse el producto.

Oh!! Vaya... No esperaba esto, señorita Menez, de verdad que se lo agradezco...MMM, que calentitas son, protegen muy bien y la verdad es que me hacen un muy buen servicio. ¿como podria compensarselo? ya recuerdo que le debo un baile, mi malogrado pie nos impidio poder hacerlo. Si le parece , cuando salgamos de esta aventura, lo podemos aderezar con una cena. pago yo, por supuesto.

De veras, muchas gracias por prepararme esto, me hace usted un favor. Y si no es suyo el encargo, para mi lo es  ya que usted me lo ha dado en persona, eso le da mucho mas valor. Gracias.

Tim al probarlas, compriueba su uso y siente que vuelve a tener su seguro ante su no muy agraciado aspecto. Esperaba que la gente se hiciera a su cara, pero esto ademas de proteger del frio, le devolvia una cierta y relativa seguridad en si mismo.

Exultante, Menez seguía disfrutando de la pequeña alegría que suponía el regalo. Se hizo la ofendida cuando Pooster ponía en duda si había sido ella la autora del regalo para luego dirigirle una sonrisa de complicidad.

- Mía fue la idea al ver cómo el inclemente y frío mar se tragaba sus antiguas gafas. Pero Gilmore y Huston son los responsables del diseño y hacer la nueva estructura para insertar los cristales. Agradézcaselo también a ellos. Yo sólo me ocupé de tomar las medidas...¿se acuerda?- Menez le había pedido las gafas cuando estaba en cama debido a las quemaduras del hielo.- Estaré encantada de aceptar su invitación.- Al pasar junto a Nandan le propinó un suave capón en su cabezota para que parara de reírse.

Sutton observó como el resto de sus compañeros se alejaban en la distancia adentrándose en aquel mortal desierto blanco. No era una sensación agradable quedarse atrás, lejos del resto de tus compañeros, pero al menos por una vez estaba de acuerdo con las ordenes del "amado" líder de la expedición. Ademas, por una vez desde que aquella desagradable aventura había dado comienzo sentía que podía ser útil. No estaba en sus mejores momentos, pero, ¿hablar con una atractiva mujer? Si, aquello era algo para lo que estaba cualificado y extremadamente versado.

Aunque claro, visto lo visto, no podía asegurar que sus artes de seducción sirviesen con la arisca señorita Lexinton, y menos en el deplorable e indigno estado en el que se encontraba. Tener la piel envuelta en vendajes no era la manera mas caballeresca para presentarse ante una dama, así que sin duda aquel sería un hueso duro de roer. Pero bueno, un desafío de aquellas características siempre era bien recibido en el mundo de Sir Anthony Sutton III, locuaz, caballero, y amante empedernido.

Por otro lado le sorprendía la actitud de algunos de los compañeros que se habían quedado con él, en especial de O'Connel, que siempre le había parecido una mujer centrada y profesional.

   - ¿En serio van a ponerse a decir por ahí que todo lo sucedido se debe a un malvado hechicero vudú? Por favor...- 

Negando con la cabeza, se giró y procedió a ir tras los pasos del buen doctor Curtis.

En la tienda hospital esperaba Curtis. En ella también había tres enfermos. Uno de ellos se limitaba a estar hecho un ovillo sobre su camilla. Los otros dos os miraron con curiosidad cuando entrasteis. Enseguida os fijasteis que el pelirrojo estaba esposado a la camilla.

Les presento a los señores Dinsdale y Hopewell. Bradbury está inconsciente, así que tendrán que excusarlo. Para no molestarle, cerró una pequeña cortina en torno a él. Aquí se estaba bastante calentito y enseguida (en cuanto cerrásteis la entrada de la tienda) os comenzó a sobrar ropa. Menos mal, porque eso era justamente lo que había que hacer para someterse a las curas. Curtis habilitó otro espacio privado con una silla para él y una camilla para quien estuviera como su paciente.

Que pase el primero.

Mientras todo el mundo toma su sopa Moore está poniendo en orden las notas que ha tomado sobre vuestro informe. Ha pasado ya bastante tiempo, como para que todo el mundo haya terminado y esté aburrido y somnoliento (en la tienda la temperatura es bastante agradable) cuando aparece Field con las fotos más o menos secas. No parece haber en ellas nada de interés. Son múltiples tomas de una superficie helada con las acostumbradas depresiones. Nada más. Alguna de ellas podría haber sido una huella o algo, pero eso casi parece demasiada imaginación. En otras varias hay, rodeada de huellas nuevas que está claro que son las de Chester y Maggie, una zona virgen o aparéntemente virgen, donde el hielo tiene un color algo diferente. En otras la mano de Maggie va apartando capas hasta llegar a un lugar donde parece que la nieve es gris. Otra foto muestra una especie de piltrafa de entre las muchas que hay mezcladas con la nieve. Parece ser que de esa piltrafa salieron los pelos chamuscados que encontró Chester.

Moore las adjunta al informe que ha escrito, mete todo en una carpeta con la fecha y el asunto.

Descansen un poco. Se lo han ganado. No cuenten historias de brujas a los hombres, ¿de acuerdo? Le felicito por sus nuevas gafas, Pooster, parecen muy útiles. No dice nada más. Toma su libreta de encima de la mesa y pasa algunas hojas mientras sigue con su irritante y monótono silbido por lo bajini.

Tan perdidos como siempre. O esa al menos es la sensación de Alex, que solo parece retomar algo de cercanía con la cotidiana realidad cuando Aramiker hace un alarde de originalidad y le regala a Tim el curioso artefacto.

Lo toma entre las manos cuando el muchacho, Nan, se lo pasa para examinarlo, más por compromiso que por verdadera curiosidad - Muy buena factura, he de decir. Extraordinariamente bien hecho, en estas circunstancias - y parece que lo dice de verdad - Una grata sorpresa, y una gran idea, Srta. Menez... - añade, tratando de ser cortés. Pero lo menciona como si le costara una gran cantidad de energía, como si no creyera del todo que tuviera algún sentido ser amable.

Alex. Creo que tendriamos que hablar, tenemos pendiente una conversacion y seria bueno descargar ese peso que se que tienes. Deberias de sacar unos minutos y hablar conmigo, podriamos ver como solventar las malas experiencias del pasado y tratar de tirar adelante con la vida. No se que ha pasado, pero veo que tu espiritu ha decaido, savbs bien lo que nos dijo tu padre, hemosde seguir, el mismo se involucró en ello, creo que se lo debes...te lo debes a ti mismo. puedes venir a esta zona un minuto? ya luego nos detendremos a observar estas maravillosas gafas.

Tim se excusa cortesmente.

Les ruego nos disculpen unos minutos, aqui casi entramos en el punto de confidencialidad de paciente y medico. Ahora mismo nos reincorporamos con ustedes. perdoneme usted tambien, Señorita. Pero es importante.

Chester estaba de un humor de mil demonios. Con todo el trabajo que cuesta revelar fotos en la Antártida, para no sacar nada en claro.

Una mierda amateur, esto es lo que son estas fotos - dijo mientras las arrojaba con desprecio encima de la mesa, para que los demás pudieran verlas.

Si queréis podéis echarles un vistazo, pero ya os digo yo que aquí no hay nada que ver. Esto ha sido una inmensa pérdida de tiempo. Si quiere puede añadirlas a su archivo, Señor Moore, pero me da que va a ser malgastar espacio. 

No estaba claro si Chester estaba cabreado con él mismo, con Maggie por no ver que aquello no eran pisadas ni eran nadas, con el arte de la fotografía o con el tiempo de perros en general.

Dioses, necesito un cigarrillo. - Fue en aquel momento cuando Chester se dio cuenta de que la desintoxicación se le iba a hacer muy, muy larga.

Pues nada, si me disculpan, me voy a echar un rato. Debemos estar listos para cuando venga la Señorita Lexington y todos sus expedicionarios. Si es que deciden unirse a nosotros, claro está. Y me da que tenerles por aquí no va a ser nada fácil; no se fían ni un pelo de nosotros.

-Los que no nos deberíamos fiar de ellos somos nosotros. Ya estábamos relativamente tranquilos sin nuestro Jonás como para adoptar a otro.- Contestó a Chester cuando se iba. La sola idea de tener que volver a investigar a los compañeros de una expedición le quitaba el sueño. Se acercó a la mesa donde estaba Moore y echó un vistazo a las fotos.- ¿Una huella dice?- No se veía nada bien la fotografía, pero la rápida mente de Menez ya imaginaba poder discernir la huella de un pie descalzo, como en la superficie del Waraloo. Observó con una mezcla de preocupación y tranquilidad cómo Pooster se llevaba a Peabody a una de sus sesiones.

Todos estabais muy cansados. Todos ibais a iros a dedicaros a vosotros mismos, ya fuera en posición horizontal o de otras maneras. En ese momento entró Laroche.

Oye, jefe, los chicos de la Lexington está hablando en alemán con alguien. Han liado una del copón para hacer del Talahasee una estación de repetición para las señales de su avión, que es lo único que les queda. Tengo curiosidad, ¿alguien entiende ese idioma?

En esas Menez estaba mirando las fotos. O bien Maggie era una maestra en el arte de seguir rastros o estaba tocada del ala. Ahí no se distinguía nada del otro jueves.

Curtis os hizo curas muy profesionales a todos. Poco después os echaba a la calle, ya que venía más gente con problemas muy parecidos a los vuestros. Nada anormal. La única otra herida de bala que había parecía que le había tocado al cámara con el que Chester había estado hablando hace un rato.

El campamento estaba siendo limpiado con bastante rapidez. Ya a un lado había apiladas muchas cosas inservibles y a otro otras cosas que se estaban empaquetando. Curiosamente estaban siendo empaquetadas muchas otras junto a ellas que no parecían haber sufrido daño alguno durante el incendio. Todo sugería que Lexington se estaba preparando para marcharse.

Parecía haber gente en el avión. En el Nothrop Delta. Los dos tipos de antes seguían haciendo guardia, pero se veía luz en la cabina, y una antena improvisada que hacía pensar que estaban usando la radio.