Partida Rol por web

Me cago en Dios, en los ángeles, en la Sagrada Familia y en el Coro Celestial, decía Miles, sin duda aterrado por la perspectiva de tener que evacuar el lugar solo en un avión, pero además contristado por la destrucción de uno de sus pequeñines, como llamaba a veces a los aviones frutos de sus desvelos.

El caso es que el otro avión debería haberse quemado también. Estaba muy cerca. Y el fuego se ha apagado demasiado rápido. Es muy raro.

Moore esgrimía un barómetro, pensativo. La presión atmosférica está subiendo. ¿No han notado ustedes que les estallan los oídos? Meneó la cabeza. No se. Me temo que algo se ha puesto en marcha aquí.

Voy a seguir las huellas de Williams. Starkweahter no perdía comba, y era un hombre de acción. No. No me sigan. No se preocupen por mi: vendré con ayuda.

Lo primero es poner al herido en el otro avión y calefactarlo. Hay que quitarle esas ropas y ponerle las de repuesto. Ayudadme con él, que pesa. Ufff, mi pierna. Me he machacado el tobillo de mala manera. Consultó al profesor Moore con la mirada antes de seguir organizando. ¿Seguimos con lo planeado entonces? Muchachos, hay que poner en marcha el único avión que nos queda y cargarlo con lo necesario para un primer viaje. Caso de que no podamos ir todos en él, hay que disponer oxígeno y provisiones para esperar la vuelta de los que vayan primero.
 

¡Espera, papá! ¡Voy contigo! Nandan, no sin un poco de discusión, se unió a Starkweather, que preparaba en una mochila las cosas que necesitaría para una marcha moderadamente larga por la ciudad en ruinas.

Pooster se agarraba la mano y sentia que el dolor era acuciante. Tenia el guante que evitaba de alguna manera, la gengrena si llegaba a producirse la congelacion de las gheridas.

Rapido, trato de ayudar en la medida de lo que podia ante lo que se veia como un sabotaje tremendo. Solo la valentia de su gente habia impedido el mayor mal posible, morir todos en esa altiplanicie sin remision alguna.

Tras ello, se propuso tratar de arreglar su maltrecha mano, acudoiendo al doctor. Al verle trabajando con Dominicq, solo pudo quedarse de pie a su lado , observandolo todo con cara Atonita.

- Yo no he notado nada.- Decía Menez boqueando como un pez cava vez que pronunciaba una "a". Seguía haciendo sus pesquisas cuando junto pasó al lado del malherido Picwell y pudo escuchar lo que le decía a Chester.- ¿Kyle?¿Kyle Williams? ¡¡Será...!!- No podía decir que no había sospechado de él cuando se enteró de que tenía un puesto en uno de los aviones de la Lexington pero debía reconocer que su condición de piloto lo había situado en la parte de abajo de la lista de sospechosos.- ¿Y ha muerto dice?- Preguntaba Menez con tino de periodista sin parecer importarle demasiado el estado de su compañero. Las supuestas palabras del saboteador al morir eran más de lo mismo. Carambolos apestosos, Shoggoths en el túnel, etc.- Voy a ver qué puedo encontrar por ahí.- Le dijo a Picwell cuando éste pidió calmantes.- Mientras muerda esto.- Le tendió un lápiz por si no soportaba el dolor que lo mordiera. La periodista se dispuso a ayudar a Sykes pues para ella era el mejor capacitado para sacarlos de allí.

Kyle Williams

Menez, mientras todo el mundo se apresuraba a organizar la partida, revolvió en el maletín de Hirsch hasta encontrar una especie de pomada en un tarro. Era lo que había estado usando para tratar las heridas producidas por el frío, que solían ser llamadas "quemaduras". Como precisamente eso era lo que tenía la cara de Pickwell...

El potingue alivió inmediatamente al aviador que, mientras era vendado cuidadosamente, hojeaba un par de libretas, una grande, con tapas de cuero y otra muy deteriorada, con tapas de cartón y unos borragatos escritos a lápiz en la portada. Además, trasteaba con una carpeta de cartón que tenía algo escrito en alemán, y unos sellos de aspecto oficial. Ambos, Pickwell y Menez, estaban en el avión, que estaba siendo calefactado mientras los motores iban cogiendo temperatura, se revisaban los sistemas y se cargaba el habitáculo. Todos los demás, debido a sus obligaciones, no paraban de salir o entrar, o andaban por ahí.

El corazón de Chester latía con una fuerza inusitada; tenía la impresión de encontrarse a pocos pasos de un abismo y cada nuevo paso que daban les acercaba un poquito más al borde. Primero, encontrarse con Dom medio muerto y medio loco era bueno y malo a la vez. Estaba vivo, sí, pero más para allá que para acá, y las cosas que decía, bueno... no tenían mucho sentido.

La revelación de quién era el saboteador debería haberles tranquilizado un poco (un peligro menos, un paso más lejos del abismo), pero al parecer el piloto había sido poseído por un antiguo miembro de la Expedición Arkham, algo que ahora le parecía una cosa de lo más lógica y probable (dos pasos p'al abismo).

Tenían un avión menos, pero el loco de Starkweather volvía a largarse por su cuenta y prometía volver con ayuda y  - casi nada - con otro avión. Y mientras uno de los jefes de la expedición se iba con viento fresco, el otro hablaba de presiones atmosféricas mientras uno de sus aeroplanos estaba completamente carbonizado. Porque aún hay prioridades, claro, y la presión es mucho más importante que volver a la civilización vivos. 

Y por último, parecía que habría que partir la expedición en dos; unos se iban con el avión, y los otros se quedaban aquí, a esperar para un segundo viaje. ¿Qué iba a hacer Chester? ¿Largarse tan pronto como fuera posible, o esperar aquí y arriesgarse a no volver nunca más?

Bueno, al menos esa era fácil.

Dominique debe ir en el primer avión; si se queda aquí, morirá. Yo esperaré en el segundo viaje. 

Dicho esto, empezó a ayudar a Sykes a cargar en el avión lo que no iban a necesitar para sobrevivir aquí, y a descargar lo que les iba a ser imprescindible, como el oxígeno y la comida.

Entro en el avión superviviente y, mirando alrededor, me acerco al botiquín. Gracias a Dios aquí se está caliente, si se puede llamar calor a la temperatura bajo cero que todavía reinaba en el interior del aeroplano. Una sonrisa iluminó mi cara sanguinolenta al ver el botiquín abierto en uno de los asientos. Al acercarme saqué unas gasas y alcohol e intenté limpiar la cara y realizarme algún tipo de cura.

¿Qué está mirando, señor Pickwell? Con parsimonia toma una de las libretas y comienza a hojearla intentando descifrar las notas y estudiando detenidamente los dibujos, mientras tomó la decisión de quedarse en tierra si es que se decidía hacer una evacuación por turnos.

Amigos, tenemos que tomar una decisión respecto al doctor, recuerdo que tenía una cierta obsesión con el "faro" y creo que deberíamos intentar echarle un vistazo. 

Tranquilo, te pondrás bien. Todo va a salir bien... - acertó a decir Charlene dirigiéndose a Pickwell. Lo cierto es que el tono la traicionaba, las cosas estaban rematadamente lejos de salir bien, y se iban complicando aún más.

Echó una mirada cargada de odio al líder de la expedición; aquel hombre parecía sacar lo peor de si misma, con su inconsciente suficiencia. Y lo peor es que arrastraba detrás suyo al inocente Nandan, el cual era evidente que le adoraba incondicionalmente cada vez más. Pero al fin y al cabo, no había nada que pudiera hacer ella, así que lo dejó correr y volvió su atención a otro problema que la preocupaba hondamente.

¿Cómo afectara eso al vuelo del avión, Sr. Moore? - espetó con tono duro al colíder, dando muestras obvias de que seguía muy de cerca a Starkweather en su lista particular de personas a las que tenía en baja estima - Me refiero a la presión atmosférica, ¿se podrá despegar sin dificultad...?. Después de los pilotos oficiales, Charlene era la única con algún conocimiento en el manejo de aeronaves, que ella supiera. Y deseaba con todas sus fuerzas no tener que poner a prueba su habilidad en condiciones tan desfavorables.

A eso respondió Miles. A más presión más densidad del aire y mejor sustentación en las alas, Withston, parece mentira que no lo sepa, joder, a estas alturas parece nueva. Y es posible que si llega a un punto determinado, no necesitemos oxígeno.

La libreta que había cogido Sutton estaba llena con anotaciones en alemán, con dibujos de los grabados de la Ciudad que os rodeaba y con infinidad de apuntes sobre textos en lenguaje de puntos y sus equivalentes en alemán. Tenía toda la pinta de un diccionario/gramática bastante más completa de lo que hasta ahora habíais logrado vosotros.

La crema y el "calorcito" del avion habian hecho que volviera a recuperar un poco el animo. Señor Sutton, tenga estas otras libretas que rescate del cadaver de Kyle, quizas le encuentre sentido a toda esta locura.

Durante el trasiego de personas y materiales llegue a enterarme que el maldito Starkweather habia vuelto a hacer de heroe partiendo con su hijo en busca de los de la Lexington...

Señora Menez, el viaje de Starkweather ha sido apresurado y creo que va a ser en valde. Para esa expedicion hacen falta un piloto y un mecanico, ademas de un guia. Su avion ha sido saboteado pero me dio la impresion que no lo suficiente y podria ser reparable, el piloto evidentemente para sustituir a Kyle. Y si mis calculos son correctos un guia para hacer el camino de vuelta a pie porque todos no entran en el avion.

Por favor señora Menez, comunique esto al grupo a ver que puede hacer.

La carpeta con sellos en alemán y algún tipo de notación oficial en la portada, tenía en su interior, pasados a máquina, en ingles en las caras pares y en alemán en las impares, un texto cuya primera página, una hoja solamente en inglés y manuscrita, diferente a las demás, rezaba así:

Una vez Menez comunicó las palabras de Dominique al exterior, se asomó Larry al habitáculo. Tranquilo, Dominique, tenían un buen hombre de copiloto, un alemán, creo. En todo caso, mal lo vamos a tener para alcanzar al jefe.

A eso había que añadir que con James iba Nandan, que ya había demostrado orientarse de maravilla, cosa que ninguno de vosotros, excepto Pickwell, que no estaba en condiciones, había sido capaz de hacer.