Partida Rol por web

Robert estaba más que decidido a hacerlo, pero oir a su esposa suplicar que no saltara, le hizo dudar un poco. Era su luna de miel y aunque no había salido como estaba prevista, al menos estaban juntos y él, de buenas a primeras, se quería jugar la vida y dejar a Andrea sola. La sola idea de separarse le atormentaba, pero lo disimulaba muy bien.

Se acercó a ella, acarició su mejilla y le dijo suavemente: Cariño, no te preocupes, todo saldrá bien. Antes de que te des cuenta estaré de nuevo a tu lado y saldremos de aquí. Besó a su esposa como si no la fuera a volver a ver y se acercó a Cameron. Prométame que cuidará de ella si algo va mal.

Se acercó al foso lo máximo posible, miró hacía atrás y calculó la distancia para coger carrerilla. Fue hasta el fondo de la sala y dió unas zancadas hacia adelante. Un par de intentos antes de dar el salto decisivo. Tenía la medida tomada de la distancia y donde tenía que poner el pie a cada paso. Allá voy. Se pegó a la pared, respiró profundamente, soltó el aire, cogió carrerilla, llegó al borde del foso y saltó.

Andrea permanece en silencio, completamente fría, cuando su marido le besa. Está demasiado tensa para disfrutarlo. No le gusta nada aquel foso. Y mucho menos aquellos sonidos.

Su marido se prepara, se le ocurren muchos consejos que darle de sus entrenamientos de atletismo de joven, sin embargo no quiere poner nervioso a Robert. Sí, él puede hacerlo. Él es capaz. Se dispone a saltar. Andrea cierra los ojos levemente...

Algo había salido mal. En lugar de estar de pie al otro lado del foso, Robert estaba sujeto de una mano en el borde del precipicio. ¿Qué había sucedido? ¿Había cogido poca carrerilla? ¿Calculado mal los pasos? ¿Cogido poco impulso? Estaba convencido de que todo lo había hecho bien. Estando en el aire a Robert le pareció que el propio foso se hacía más grande de lo que parecía en principio.

En la posición en la que se encontraba no podía ni girarse para mirar a su esposa, sin que pudiera soltarse y caer. Tampoco podía conseguir la suficiente fuerza para subir el peso de su cuerpo. Sólo le quedaba una opción. Caer. 

Siendo consciente de que era el final, giró la cabeza, miró a su dulce esposa. Te quiero​​​​​​. Las lágrimas resbalaba por sus mejillas. No dio tiempo a más. Los dedos de Robert se soltaron del borde y cayó al fondo del agujero. 

Todo pasó en décimas de segundo...

Andrea abrió los ojos sabiendo que encontraría a su marido victorioso al otro lado de aquel foso. Sonriente, orgulloso de su hazaña, con esa cara de satisfacción que tango le gustaba.

Se le paró el aliento. Robert estaba agarrado del borde. ¡NO NO NO NO NO! Gritó histérica Andrea presa del pánico. Miró a su alrededor con el objetivo de encontrar algo con lo que salvar a su marido, pero sabía que se estaba engañando a sí misma, allí no había nada que pudiera ayudarle, la sentencia ya estaba hecha, y ella no quería aceptarlo. ¡ESPERA ROBERT! Gritaba compulsivamente y miraba de reojo a su marido, con la esperanza de que fuera una mala pesadilla, pero no.

En esas décimas de segundo Andrea seguía sin querer afrontar la realidad. Un silencio incómodo le hizo levantar la cabeza y juntar la mirada con su marido. Rápidamente supo su decisión.

Te quiero

Andrea solo podía negar con la cabeza, sin voz alguna. Su marido se hundió en aquel infierno. Andrea cayó de rodillas y agachó la cabeza llorando de manera ahogada y casi inaudible...

Aquí nadie parece hacerme caso. Ni tablón ni nada. ¡Hala! A pelo. Pero en el fondo, se sentía aliviado de que Robert tomara la responsabilidad. Y no era para tanto. Un quarterback salta la zanja y se lleva a la chica.

Prométame que cuidará de ella si algo va mal.

- Uy. Venga hombre, no digas eso. Pan comido, ¿eh? Pan comido. Dijo sonriendo. Pero tuvo que tranquilizarle. - Sí. Por supuesto, Robert.

Vio como los Marshall se preparaban desde cierta distancia. Cruzaba los brazos mirando abajo. Pasaba el pie por el suelo, raspando la textura de la junta entre los bloques de piedra. Levantaba la punta del pie, oscilando el peso en el tacón. Un lado, otro. Miraba las paredes buscando detalles donde concentrar su atención. Cuando Robert empezó la carrera, el Dr se giró el instante oportuno para no mirar: era cosa de 1 segundo con estas bonitas inscripciones de ahí... y todo habría pasado.

¡NO NO NO NO NO!

Se le paró el corazón, y de un plumazo se secó su garganta.

¡ESPERA ROBERT!

Al girarse y ver a Robert caer al vacío, le bajó tanto el pulso que pareció quedarse sin sangre. Blanco. El frío subió del su estomago al corazón, y le inundó su cabeza. Intentó respirar; no pudo. Se le aceleró el pulso a dos cientos, como si hubiera corrido los 100m. Palpitaciones. El corazón se le salía del pecho. Medio mareado, Whitaker era incapaz de enfocar las cosas. Estaba teniendo un ataque de pánico en toda regla. Se movía de un lado a otro frenéticamente, murmurando.

- nonononono  no              no              noo           noo    no    no no no no nonononono nooooooooooooo

- nopuedeser NOOOOOOO... ...  nopuedeser, nopuedeser.

Un par de zancadas. Con las manos en los muslos le gritaba a lo profundo.

-¡ROBERT! ¡ROOOOOOOBEEERT! ... ... ...  no no no ... ... ¡robeeeeeeeEEEEEEEEEEEEEEEEEEERT! 

- uf... uf… se echo para atrás, con las manos a la cabeza y una mueca de horror. Se apoyó contra la pared de espaldas. Se iba a desmayar. Cerró los ojos, y se puso a hacer ejercicios de respiración - aaaaaaaaaaaaaampfffff,  resoplando  - bbffffffiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh

Al darse cuenta de que no iba sufrir un infarto, pudo darse la vuelta.. Sentado en el suelo, con las piernas estiradas y la espalda en la pared, veía la zanja y veía a Andrea, hecha un ovillo de rodillas sollozar. La culpa le cayo como una tonelada de ladrillos. No puedo con esto, No puedo. Echo mano de su bandolera. Le temblaba todo. De una cremallera saco una cajita con tabletas. Tomo dos de un trago, y dejo caer la funda.

Andrea permaneció allí llorando desconsoladamente. Sin levantar la cabeza. No podía. Le temblaba todo el cuerpo.
No se sabe cuanto tiempo permanecieron ambos así.

Pero de repente Andrea se levantó enérgicamente, tenía la cara hinchada de las lágrimas pero su rostro marcaba determinación.

¡Tenemos que salir de aquí Whitaker! Dijo mientras se acercaba al arqueólogo. ¡Hay que salvar a Robert! Le ayudo a levantarse con cierta agresividad. Este maldito pozo tiene que dar a alguna parte. Le seguía diciendo mientras lo incorporaba casi zarandeándolo. ¡Mi marido está allí y necesita nuestra ayuda!. ¡Cuánto antes salgamos, antes podremos llamar a alguien para que lo rescate!. Aunque su mirada estaba un poco perdida y su tono de voz un poco histérico, sus palabras mostraban un convencimientio absoluto de que eso era cierto.

¿Tiene alguna idea? No se guarde ninguna información Doctor, no soy tan tonta como aparento. Le dijo ya en un tono más tranquilo mirándolo a los ojos. Vamos a salir de aquí y vamos a salvar a Robert. ¿A qué sí? Andrea ya no temblaba

Con los ojos cerrados, había perdido la noción del tiempo. Esstooooo….esta… funcionado. Era la primera vez que se tomaba dos Tranxilium del tirón. Seguía agobiado, la situación seguía siendo preocupante. El sentimiento de culpa era tremendo. Pero era todo más preciso y menos sobrecogedor. ¿Que te pensabas que iba a ser esto Cam?  Le daba todo un poco igual. 

¡Tenemos que salir de aquí Whitaker!

Oía a esta pobre chica a lo lejos. - ¿Emmm? Las pupilas dilatadas. Le costaba mantener los ojos abiertos. Asintió con benevolencia primero y atropelladamente después - Lo se… lo se, Andrea, a duras penas mientras le descoyuntaban el hombro.  - Aaaaargh. Al levantarse notó que le dolía el culo. Habían estado mucho tiempo en el suelo.

¡Cuánto antes salgamos, antes podremos llamar a alguien para que lo rescate!

La miró con pena. Su recién encontrada claridad farmacológica ayudó a que la viera con empatía. Pobrecita. - Claro que si. 

Vamos a salir de aquí y vamos a salvar a Robert. ¿A qué sí?

Le puso una mano en el hombro, - Vamos a intentarlo Andrea. Vamos a intentarlo. Robert podría aguantar días. Al ver a Andrea, con esos ojos rojos, la vida deshecha y a la desesperada, Cameron decidió responderla. - Es… es una historia larga. Sacó un papel del bolsillo de la camisa, lo desdobló agitándolo como una banderita. Lo miraba triste. - Tengo que acabarla, Andrea. Te lo contaré todo, lo prometo, pero por favor, dame un segundo. Es importante. Se sentó, agarró un cuaderno y pasó un rato copiando el contenido del papel.

Whitaker se tomó tiempo para pasar la nota que había escrito al cuaderno y completar la ultima sección:

“ … ¡era literal! no una metáfora…

… se referían a un monumento ¿y su hubiera habido un monumento a Atón que pervivió, algo tan masivo que no pudo ser derribado? ¿quizá algo que fue ocultado? Sin duda, habría sido una afrenta, una herida abierta en final de la dinastía XVIII, fuera de cualquier registro oficial egipcio. Todos lo habrían ignorado. Pero no los Hititas. No los imperios extranjeros. Seguirían cantando la gloria de Akenatón… ¡JA!  Li-te-ral  “el corazón de la tierra de Egipto…” la roca, “toca sus labios” : una gran construcción que se eleva hacia la personificaron de Atón, el Sol en lo alto del cielo. ¡Akenatón construyó una pirámide!. La forma perfecta de unificar a todos bajo el disco solar. ¿Pero donde podría estar? No es como que uno pueda perder una pirámide. ¿Quizá en el norte?. El delta es el único lugar donde milenios de sedimentación podrían haber enterrado una estructura tan masiva. Zagazig era la zona perfecta.  “

Ojalá todo saliera bien, pero en el peor de los casos, podría irse tranquilo. Sonriendo para sus adentros, añadió unas líneas practicas para los incautos que se encontraran esto…

" NOTAS

Complejo dedicado a las hijas del Sol. Pasillos PI y PJ abiertos después que el resto. ¿? Enterrado en Dinastía XIX para aislar la sala del Santuario. Ocultar herejía bajo templo. Quizás ya en la propia pirámide o en la entrada. Lleno de trampas: 

• P1, P2, P3, P4, P5, P6, PI y PJ son seguros 
• No abrir sala santuario.
• No entrara sala 5.
• Encontrar dos soles, salas 6 y 10     "

Se incorporó. Puso una de las copias del mapa en el cuaderno y lo metió en una funda de cuero. - Verás, es importante que si… que si no salimos de aquí, alguien encuentre esto. FFFmfff, resopló con sorna. Lo llevaba aquí ¿sabes?, dijo dándose una palmadita en el pecho. Por si acababa como ese hombre de la entrada, pero claro... si esto es así dio un cabezazo en dirección al foso, hizo un gurruño con el papel lo tiro al fondo… no sirve de nada.

Levantó la funda de cuero con el cuaderno - Esto lo explica todo. Lo dejó con cuidado en suelo. Estaba claramente desinhibido por el chute de Tranxilium así que no esperó a ver si Andrea lo leería y continuó. – Esto, Andrea. Esto no es el templo de Bastet, ni en nada parecido… en realidad tengo una buena idea de donde estamos. Un monumento perdido a Atón, y si he de ser honesto, es maravilloso… le dijo con una sonrisa cansada, pero sincera. ¿Te lo puedes creer? Puede que sea otra pirámide Andrea, o la entrada a una. Mi padre la buscó toda la vida. Yo la he buscado toda la vida. Durante la dinastía XIX quisieron enterrarla para hacer desaparecer cualquier rastro de la época de Akenatón. Que curioso. Llevo años intentando probar que existe y nunca pensé que podía esconder. Puede que el Santuario se construyera para los seguidores de Atón… para que pudieran volver. Así que a lo mejor no hay otra manera de salir que pasar algún tipo de ritual. Cuando enterraron esta zona, se asegurarían de sellar todas las entradas y las salidas. No se, quizá el hombre del mapa pudo abrir los pasillos PI y PJ hasta la zona prohibida, y luego acabó mal, como Yusuf y … hizo una pausa. Creo que la única salida será la que construyeron en el templo original, en el Santuario o incluso más profunda. Pero no tenemos elección. Hay que ir hacia delante y demostrar que somos fieles a Atón.

Se estaba calentando, empezaba a hablar con más confianza, y con la voz más alta. 

- Quizá AHI, dijo mirando al foso, esta uno de los soles, pero todavía nos hace falta el otro. Así que mira. Si vamos a la sala 10 y lo encontramos, sabemos que hay que hacer. Y si volvemos con vida, te JURO que yo mismo traigo esa maldita cosa de allí, acabó señalando el otro lado.

Andrea se mantuvo en silencio mientras el doctor transcribía algo al papel. Intentó tranquilizarse.
Robert está ahí abajo. Su marido puede aguantar mucho la respiración, se lo había demostrado aquella tarde en uno de sus primeros viajes, en una playa preciosa de Riviera Maya. Le gastó una broma buceando bastante lejos y aguantando bajo el agua hasta que decidió aparecer como un tiburón y asustarla.
Ese foso da a alguna parte. Es evidente que no puede haber un charco de agua ahí, sin más. Ese agua viene de algún sitio, su marido puede que esté ya incluso fuera de la pirámide, buscando ayuda para salvarles a ellos. Observaba a Whitaker... Ese hombre esa su única herramienta para salir de allí. El nerviosismo le inundaba. Examinaba a aquel hombre. Sabía mucho. Quizás era más importante el conocimiento que la fuerza física.

Cameron se levantó y empezó a retalarle una historia. A diferencia de anteriores veces, Andrea centró toda su atención. No sólo le estaba siguiendo en todo momento, si no que incluso podía comprender a qué se refería ya que alguna vez había leído alguna de las cosas a las que hacía referencia, quizás en algún artículo de revista o en alguna película. Podía decir que le encajaba la lógica del relato del doctor. Le dio bastante confianza.

Sus ojos se secaron completamente.

Quizá AHI esta uno de los soles, pero todavía nos hace falta el otro. Así que mira. Si vamos a la sala 10 y lo encontramos, sabemos que hay que hacer. Y si volvemos con vida, te JURO que yo mismo traigo esa maldita cosa de allí

 Simplemente afirmó en silencio con la cabeza, completamente convencida. Tenían un objetivo. Le sonrió temblorosa.

Tras todo lo acontecido, decidisteis que era el momento de seguir adelante.

El pasillo al que accedisteis (p7), el cual no parecía albergar ningún tipo de jeroglífico como los anteriores, mostraba muchas irregularidades en el terreno. Incluso alguien despistado podría tropezarse con alguna de sus muchas piedras.

Aquello no sería grave de no ser que por un rápido instante, todo lo que había a vuestro alrededor comenzó a temblar con violencia.

De un rápido vistazo hacia arriba comprobasteis horrorizados como el techo se derrumbaba. ¡Solo los más rápidos podrían sobrevivir!

Sin tener mucho tiempo para reaccionar, tuvisteis que correr tan rápido como podíais para alcanzar el acceso a la sala contigua a riesgo de morir sepultados en una agónica muerte.

Seguía un poco grogui así que sus reflejos no eran los mejores. Al notar el temblor, lo primero que pensó Whitaker era… mmm que curioso, ¿un terremoto? Pero al ver como caían rocas de la pared, se espabiló. ¡Una trampa!. Una inyección súbita de adrenalina corrió por sus venas despertándolo del letargo… cogió de la mano a Andrea y tiró de ella hacia adelante…

- ¡Vamos! ¡va - mo - NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS!! y se lanzó por el pasillo. Con una mano pegada al sombrero, agachaba la cabeza. Y más que correr, Whitaker daba largas zancadas de un lado al otro del pasillo agitando el brazo que le quedaba suelto, como los saltos de una grulla pelirroja encogida… 

Veía una avalancha de rocas por todos lados. Sería un milagro si no le pillaba ninguna. Cerró los ojos y se encomendó a los Santos - ¡AAAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh! Hasta que de pronto: Silencio. Espera ¿habría llegado al final, o justo ahora una última roca lo iba a nockear? 

Abrió los ojos.

Andrea avanzaba junto al Doctor por aquella maldita pesadilla ¿Se quedaría encerrada allí para siempre?

Escuchaba el resoplar de Whitaker. ¿Se quedaría encerrada allí para siempre con este hombre?

Lo miró de reojo... Aunque intentaba pensar en otra cosa y permanecer fuerte, Andrea aún seguía un poco en shock.

Ideas extrañas le venían a la mente. ¿Qué pasaría si se quedaba alli mucho tiempo? ¿Envejecería allí? Quizás la compañía de Cameron en esas circunstancias no sería tan negativa. Si alguién podría valorarla y apreciarla bien en la vejez es un arqueólogo. A esa gente le encantan las cosas ruinosas y viejas... ¿QUÉ? Un temblor la sacó de sus estúpidos pensamientos.

Notó la mano del Doctor gritando y corriendo. El suelo o el techo o todo al mismo tiempos se desmoronaba. Su instinto de supervivencia le hizo seguir la inercia que marcaba Whitaker, hasta el punto de que incluso sintió como lo adelantaba. Tenía que salir de aquel pasillo, podía vislumbrar una abertura que daría a una habitación. Iba muy rápido. No sabía siquiera si seguía de la mano del Doctor. Saltó y cayó como pudo a aquella habitación.

Abrió los ojos buscando a Cameron.

Al abrir los ojos casi esperaba verle como le caía una losa encima, o un nido de serpientes. Pero no. ¡Había cruzado! Delante suyo lo primero que vio fue la figura de una mujer rubia en el suelo. Era inconfundible. Estaba llena de polvo rojo hasta las cejas, pero por como se movía estaba claro que no estaba herida. Whitaker se quitó un peso de encima y gritó con la excitación de un seguidor de los Vikings…

- WWOOOOOOOOOOOOO  - OO - O - - -  GRRRR  ¡COGGGGHH!  ¡¡coooohhhhgggfff!!  cof, cof …… cof. 

No se dio cuenta de que él también estaba cubierto hasta arriba de tierra. El polvo se le metía por todos lados, y se atragantaba a cada palabra, pero nada* podría acabar con su entusiasmo en ese momento. Había temido lo peor. 

- ¡TOMA! ¡SI! ¡GRACIAS SENOR!  se quitó las gafas y las metió en sombrero. Cerro los ojos un instante, y bajando la cabeza murmuró para si mismo una breve oración de 4 o 5 palabras en ese extraño dielecto aleman.

- ¡WOO! Se pegó dos cachetadas al pantalón que levantaron una nube de polvo. La calva en lo alto, limpita, brillaba de sudor y unos rectángulos blancos alrededor de los ojos contrastaban con el resto de la cara negra. La barba a cada giro dejaba una estela de pequeños regueros de arena. Exultante, con una sonrisa de lado a lado se acercó 

 - ¡Andrea! ¡Estas bien!