Partida Rol por web

Más vale una buena boda que un buen entierro (I)

I. La Irrupción

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15/10/2013, 10:45
Director

 

 

Echauri, Reino de Navarra. Octubre del año de Gracia del Señor de 1351.

Ávidos de pies y puestos vuestros pensamientos en peregrinar a la ciudad santa de Compostela y volver por el mismo camino tras habérle visto o al menos haber estado en la suya ciudad, la ruta del camino de Roncesvalles ha unido vuestros pasos. ¡Sí! Son muchos los viajeros que prefieren caminar en paz con extraños a ser asaltados por los tales en mitad del camino, y así truncar sus esperanzas. Por ello es frecuente que grupos como vosotros se reúnan para el avance, aunque a veces no se desprenda de sus bocas más que un simple "buenos días" o "buenas noches" al acostar y al amanecer durante las paradas de descanso.

Es por ello que en estando en esta guisa, claro que se juntó un peculiar grupo de cinco personas: un hombre maduro con mirada penetrante, portador de espada en mano (Diego de Zúñiga) y al lado de una bella mujer de carácter humilde (Malena); un tipo lo más rimbombante, aunque a la vez discreto, de pelo largo y embotado en capucha, que bien parecía mendigo y apoyaba su caminar en un bastón alargado (Iñaki); y finalmente otra pareja hacía las acompañadas con una mujer muy joven y de aspecto formal (Ladia), junto a quien parecía el esposo y además mucho más mayor, ataviado con ropas claramente pastoriles (Euxeo). Habéis pasado ya varios días de peregrinación juntos, y por mucho que uno quiera guardar su motivos, siempre se acaba hablando con el que tienes al lado. Por ello, el grupito no se llevaba mal, aunque no fueran amigos, por supuesto, pero al parecer se consolidaba fuerte para el camino. Tal vez el Apóstol hubiera dispuesto así este reparto...

En una de las noches de camino, los jugadores topan con Echauri, un pequeño pueblo a orillas del Arga y bajo la Sierra de Andía. Algunos de los poquísimos campesinos que hay en sus calles les han informado de una fiesta que se celebra en el castillo que regenta el lugar, donde, dicen, es posible pedir alojamiento y comida. Atravesando el pueblo y llegando a uno de sus extremos, véis la construcción sobre una suave colina. Pequeña y de planta irregular, pero robusta, está construido de buen mamposte empedrado. Fruto de la casualidad (el camino hacia Santiago pasa por la falda de la colina y delante del caminito que conduce por el castillo) o quizá movidos inconscientemente por eso de la "comida y camastro gratis" (¿Quién sabe?), os detenéis frente a la enorme construcción, que se ve en el pequeño cerro. Desde alli abajo parece más majestuoso que visto desde lejos..

En el camino que conduce al castillo (perpendicular al de vuestra marcha) se encuentran un par de soldados vigilantes, junto a un fuego, que guardan la puerta y a los avenidos a esos muros. Parecen arropados en gruesos mantos de piel. Uno de ellos os hace un gesto con la mano levantada, hacia delante y hacia atrás, como para que os acerquéis.

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16/10/2013, 14:05
Diego de Zúñiga

La luz de antorchas que escapaba por los ventanucos de lo que parecía, por su silueta recortada en el estrellado cielo, una fortaleza, llamó nuestra atención. Era pequeña, pero también imponente aquella construcción. Su mampostería me recordó a mi propia casa, y aunque realmente no me apetecía hacer parada allí aun a sabiendas que se ofrecía alojamiento y comida, algo en mi interior hizo que me detuviera. - Quizás buena música pudiera escuchar aquesta noche en el festejo. - Espoleé mi montura, y seguido por Malena que cabalgaba sobre su jamelgo, nos acercamos al grupo de soldados que parecían guardar el camino y la puerta al castillo.

- ¿A que nombre responde el señor de aqueste feudo.? - Pregunté sin saludo previo, más mi condición me permitía aquella libertad. - Diego de Zúñiga os habla, señor de Esqueva. Hijo de don Diego de Zúñiga et doña Isabel Cascantes. - Impaciente esperé la respuesta de aquellos soldados. Curiosidad sentía por conocer la identidad del anfitrión que ofrecía alojamiento y comida tan "alegremente".

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16/10/2013, 22:27
Natxo de Otazu

La fría y húmeda brisa de la tarde acariciaba mi rostro produciendome un leve escalofrío. Cerré mis pieles y me puse la capucha para intentar combatir el frío reinante, que aunque era menor que en mi tierra natal, como en todo el Reyno, no había dfe ser descuidado. Dos descuidados soldados nos hacían señas desde la puerta del castillo, y la pequeña hoguera que ardía cerca de ellos, se me antojaba cuando menos reconfortante.

Avancé en dirección a los soldados, cuando mi compañero de viaje me adelantó para entablar parlamento con ellos. Acercandome a la hoguera y extendiendo las manos para intentar entrar en calor, me dediqué a ver como el interlocutor planteaba la situación ante los soldados del castillo.

Mientras tanto, mis ojos se posaron en la maravillosa estructura que ante nosotros se alzaba. Pocas veces había visto esas estructuras en mi vida, pero algunas en verdad desafiaban hasta a las más altas montañas de mi bosque.

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18/10/2013, 02:08
Malena Bestregui (CI)

Al divisar aquel castillo nos detuvimos, don Diego me miró. Yo simplemente asentí con la cabeza. Él espoleó su montura.
Seguí de cerca a mi señor. Mi jamelgo andaba ya con paso cansado pues bastante viejo estaba ya, y aunque bien me había servido, mejor tendría que servirme aún, pues los buenos dineros que me había gastado en su compra debían ser bien amortizados.

Don Diego se acercó a los soldados, desafiante sobre su montura, la cual daba pasos firmes, como si su jinete le traspasara aquella actitud dominante. Habló como solía hacerlo, autoritario, sin duda, conocedor de su poder y posición. Mientras él hablaba yo me limité a observar detenidamente a aquellos soldados y al tal Iñaki, quien por lo poco que le conocía, podía casi asegurar que sus "habilidades" eran cuanto menos fuera de lo común. Junto a nosotros venía también Ladia y su esposo el pastor, quienes se mantenían de momento callados. Bien era sabido que cuando un noble habla, el resto calla.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada de Empatía sobre los soldados. Si no procede, ignorala.

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18/10/2013, 17:52
Ladia De Taramundi.

Observo, inmersa en mis pensamientos, la imponente estructura que se alza al final del camino en el que nos encontramos, preguntándome quién será el Señor que, con tanta alegría, ofrece un plato de comida caliente y un lecho a los cansados viajeros que transitan sus tierras.

- Lo más probable es que, después de todo, sea un ser arrogante, dispuesto a mostrar su poder en cualquier instante, acostumbrado a que se le obedezca sin rechistar, y que dispone de cuanto le pertenece, ya sea esto tierras, hombres, mujeres, o animales, como le place- digo, para mí, mientras Don Diego se presenta, altivo, ante los soldados que montan guardia junto a la hoguera. - A fin de cuentas, ¿no son todos los nobles así? -

Notas de juego

Perdón por tardar en escribir, pero es que estos días he estado liado con varios tema, y apenas he tenido tiempo para conectarme.

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18/10/2013, 22:40
Soldados del Castillo

Tras acercaros todos por el caminillo que daba al castillo y toparos con los soldados, éstos escucharon con humildad las palabras del infanzón, mientras el resto de sus hermanos peregrinos le escuchaban. Éstos seguían con los mantos de piel, puesto que era un octubre muy frio, pero enseguida, tras vuestra llegada, se los retiraron un poco.

Don Sancho de Landarria, señor de la Comarca -respondió uno de ellos ante la pregunta de Diego-. Bienvenido, mi señor Don Diego, y el resto de visitantes -dijo no sabiendo aún sus nombres-. Hay una fiesta en el interior del castillo, pues don Sancho ha contraído nupcias con Ostatxu de Bureskunde, jove y rica dama del lugar. Es pues, una fiesta grande, y la invitación, por deseo de mi Señor don Sancho y su esposa, es que todos sean bien recibidos hoy.

Cierto es que habría una fiesta en el castillo, pues dentro se oía jaleo y numerosas antorchas en la planta de abajo. El jolgorio llegaba hasta vuetros oídos. Los soldados quedaron esperando mientras extendían un brazo como invitación para entrar.

Notas de juego

(no es por ser pesado, pero qué maravilla web de los avatares!). Si queréis poder hacer las tiradas en visible u ocultas, como veáis ;)

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19/10/2013, 10:57
Diego de Zúñiga

Asentí al escuchar las palabras de los soldados. - Franqueadnos el paso pues, ya que es menester desear buena fortuna a tan digno et importante enlace. - Mi montura comenzó a trotar en dirección al castillo. Malena me seguía, ella deseó buenas noches a los abrigados soldados cuando pasó por su lado.

Me intrigaban aquellos nobles y su enlace, aunque no pude evitar sentir un escalofrío en el espinazo. Tenía un mal presentimiento. Tras de mi venian Iñaki, Ladia y su callado marido Euxeo. Aquellos no habían soltado palabras, probablemente tendrían sus bocas echas agua pensando en la comida servida en aquella fiesta. Tampoco me importaba demasiado su opinión.

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22/10/2013, 12:02
Ladia De Taramundi.

Tras despedirme de los soldados, y desearles amablemente, al igual que Doña Malena, que pasen una buena noche, exenta de peligros, comienzo a caminar, en dirección al castillo, tras la montura de ésta, y tras la de su esposo, Don Diego.

Después, acelerando el paso todo lo que mi cojera me permite, me situo lo más cerca posible del noble, y le pregunto:

- Mi Señor, Don Diego, Vos que, seguramente, estáis más versado en estos temas que yo, ¿creéis que será conveniente que agasajemos al Señor del castillo al que nos dirigimos con algún presente, como muestra de felicitación por sus recientes nupcias? -

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22/10/2013, 14:32
Director

Notas de juego

Buena pregunta, Ladia, jeje. Dejaré que responda; así como dejaré que Iñaki actúe. Recordad que es ritmo medio, y con esta partida seré un pequeño grado más de estricto, puesto que es larga en verdad.

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22/10/2013, 18:46
Diego de Zúñiga

- Que menos que presentar los nuestros respetos, gratitud, et deseo de buena fortuna para con el enlace de tan generoso anfitrión. - Contesté con cierta desgana a la plebeya, quien aunque hermosa, parecía ser bastante simple. - Aunque nunca se debía juzgar a nadie por su aspecto - Recordé entonces las palabras de mi abuelo. - Más si presente pretendéis facer, procurad que sea algo valioso o de especial significado, et como lo primus dificil está dada vuestra humilde condición, estrujad bien la vuestra sesera en busca de sencillo pero sorprendente presente. - Sin esperar respuesta u otra pregunta que supuse me volvería a hacer, pues esperaba despertar su curiosidad por los gustos de los nobles, espoleé suavemente mi montura, poniendo unas pocas varas de distancia entre los plebeyos que me acompañaban.

A Malena pareció divertirle la respuesta que di a Ladia, pues con sonrisa maliciosa en el rostro lo demostraba.

Notas de juego

Nota: Diego y Malena no son esposos. Ella es su sierva, aunque cierto es que la trata con mayor deferencia de la que por "norma" debería.

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22/10/2013, 19:00
Malena Bestregui (CI)

Diego dió más ligereza al trote de su montura alejandose un poco de nosotros. Yo en cambio, trotaba suave al ritmo de nuestros compañeros que a pie nos seguían, manteniendome a la altura de estos. - Non fagais caso buena Ladia. - Dije en tono suave, procurando que don Diego no me escuchara. - Presentar los nuestros respetos será suficiente, más si pretendéis contentar al señor más alla de eso, non face falta estrujar la vuestra sesera, solo mostrarle vuestra "hermosa" pechamenta et que sea aquel quien dierase al estrujamiento. - No pude evitar dejar escapar una risilla maliciosa mientras avanzabamos hacia el castillo.

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22/10/2013, 21:39
Natxo de Otazu

Tras oir la explicación de los guardias, y ver como mis compañeros se dirigían al interior del castillo, dejé el reconfortante calor de la pequeña hoguera que crepitaba a unos pocos metros y me dirigí con ellos al interior.

 

- Pues yo no se si será inconveniente para el Señor de estas tierras que agamos uso de su invitación, pero si así lo es, que no hubiera hecho la invitación. Respondía con brusquedad. No veo sentido a hacer una falsa invitación. Aunque quién sabe como son las cosas en los castillos.

 

Crucé la puerta principal del castillo el último lugar mientras con curiosidad, miraba a todas partes intentando no perderme ni un solo detalle. Largos y vistosos pendones colgaban de las almenas del castillo, mientras un agetreo de gentes iban de un lado al otro del patio principal. Conforme entrábamos al castillo, una ligera música iba embriagando mis oidos, y mis sentidos después.

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22/10/2013, 22:00
Director

Una vez llegásteis a la gran puerta del castillo, un par de soldados os detuvieron de nuevo, y casi sin restricción alguna (tan sólo la de al menos vuestros nombre, que con el del infanzón fue suficiente), entrásteis en lo que venía siendo un pequeño patio de armas. Dos mozos os saliéron al paso para sujetar de las riendas los caballos y llevarlos a la caballeriza, que bien se oían relinchos de otros caballos llegados allí minutos y horas antes.

Sin dilación alguna entrásteis en las dependencias del castillo, cruzando previamente un pasillo más recto que la fe del Papa, y no sino en la tercera puerta que entrásteis: un gran salón albergaba un banquete descomunal, no menos para las nupcias de un gran señor y una buena esposa como los ahora marido y mujer. El jolgorio procedía de allí, obviamente, y era animoso, ocioso y a la vuestra mente os invitaba a haceros partícipes de ello y disfrutar.

Allí estaban reunidos numerosos nobles y clérigos que sería amigos del Barón, aunque parecía haber otras personalidades, como tal vez burgueses ricos (y ricachuelos), soldados del feudo, hombres vasallos de don Sancho de Landarria e incluso campesinos, siervos y otras gentes que bien parecería dificil verlos a todos reunidos en cualquier otra ocasión (por eso de que ver tanta diferencia social comiendo y brindando bajo un mismo techo sería prácticamente imposible).

Cuando un soldado cerró la puerta que guardaba con otro por el interior (tras vuestra llegada), la música y fiesta continuaba. Había en total seis mesas de difrente tamaño y dos salidas más (aparte de por la cual entrásteis). De la mesa del extremo, que presidía la gran comida nupcial justo en una esquina y elevada levemente, se alzó un hombre bien vestido, que no era sino el barón (y bien que parecía más prominente y principal que el resto) y enseguida se levantó, alzó sus manos mirandoos como quien ve un milagro y os gritó.

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22/10/2013, 22:01
Sancho de Landarria

Sancho de Landarria y su esposa, doña Ontaxu de Bureskunde -dijo con una sonrisa en la cara y haciendo cruzar su voz- os reciben a sus nupcias. ¡Entrad y venid! ¡Comed y bebed! Pero antes, decidme vuestro nombre, mis comensales...

Y se quedó esperando, de pie, mientras las risas, brindis y alegrías de las mesas no dejaban de sucederse.

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23/10/2013, 19:59
Diego de Zúñiga

Al cruzar aquella puerta por un instante los recuerdos asaltaron mi mente. Recuerdos de mi castillo. Recuerdos de los tiempos en los que festejaba por todo lo alto, recordando con escenas teatrales, mis campañas con Sancho Manuel de Villena.

Al fin vi la cara de nuestro generoso anfitrión, don Sancho de Landarria.

- Diego de Zúñiga. Hijo de don Diego de Zúñiga et doña Isabel Cascantes, señores de Esqueva os presenta su más sincera felicitación et deseo de buena ventura en aqueste magnífico enlace. - Contesté cortésmente a nuestro anfitrión. Con la palma de mi mano hacia el techo señale a mis acompañantes. - Aquestos que acompañanme son Malena Bestregui, Euxeo de Navallo, Iñaki et Ladia de Taramundo, en nombre destos et del mío mesmo, agradecemos tal hospitalidad et generosidad buen señor. - Después de las presentaciones esperé su señal antes de sentarnos en la mesa. Con la mirada busque asiento propio a mi posición, esperando no tener que sentarme junto a los plebeyos. Esperaba que el señor de Echauri tuviera conmigo la deferencia que mi posición merecía.

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23/10/2013, 20:17
Malena Bestregui (CI)
Sólo para el director

Malena se inclinó a modo de saludo cuando Diego la presentó. La bruja no perdió el tiempo, y aunque lejos estaba el anfitrión, intentó que no se le escapara detalle alguno sobre éste y su esposa.
 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Hago tirada de empatía y descubrir. Como siempre, lo que no proceda ignoralo ;)

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23/10/2013, 20:33
Director

Notas de juego

Lo único que logras discernir es la cara de verdadera alegría de los nuevos esposos. Ciertamente sus rostros denotan buen porte y ganas de estar allí. Poco más.

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23/10/2013, 21:40
Natxo de Otazu

Viendo que nuestro compañero se adelantaba a las presentaciones y hablaba en nombre de todos, no puede más que hacer una reverencia con la cabeza cuando Diego pronunciaba mi nombre.

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26/10/2013, 03:06
Ladia De Taramundi.

Teniendo poca experiencia en este tipo de situaciones, pues debido a mi humilde condición en ninguna ocasión he tenido la oportunidad de asistir a un gran banquete como el aquí celebrado, y temiendo decir, o hacer, algo totalmente inapropiado, decido imitar el comportamiento de nuestro extraño compañero de viaje, Iñaki, y sonreir, mientras hago una reverencia, cuando Don Diego dice mi nombre.

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27/10/2013, 13:02
Sancho de Landarria

El Barón Sancho asentía ante la tal cantidad de nombres que don Diego de Zúñiga iba recitando, y cuando acabó dio un vociferio a uno de los criados.

¡Que traigan a cada uno de mis nuevos invitados una copa de hipocrás**! -gritó por toda la sala-. Luego, amigos -a vosotros-, sentáos y comed, y bebed, ¡y reid!

Luego se sentó de nuevo a comer, coquetar con su esposa y reir ante los comentarios y alegrías que se sucedían en tan buen banquete. Sin más que decir, los sirvientes del banquete y camareros os acomodaron según vuestro linaje*, por lo que nobles iban nobles, villanos con villanos y en tantos ejemplos como quisiéradeis ver.

Diego se sentó en la mesa de la nobleza (2), junto a otros que bien era de su condición, y comían alegremente. El resto de vosotros se sentó en la segunda mesa a partir de ésta (4), en tanto que había campesinos que ni tan siquiera hablaban, sino que comían por la altruísta y bondadosa disposción del Barón para con todo el mundo. Aúnque, claro está, había quienes hablaban y reían enter si, bendiciendo el santo matrimonio muchos años (y la tan buena bondad de don Sancho).

Desde vuestras mesas, observáis el movimiento de los nuevos esposos: el Barón es un hombre alto y fuerte, un poco rudo pero muy alegro. Su mujer es hermosa, esbelta y de noble porte; de ojos y cabello negros como la noche.

Notas de juego

*Posición social.
**El hipocrás es vino con especias.
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Bien, es tiempo de celebrar, comer, beber y reir en el banquete (interpretar):

-Podéis hablar con los comensales de vuestras mesas (inventado si queréis su descripción) (recordad la pos. social).
-Podeis si queréis, hacer divertir a la sala, cantar, narrar, luciros con algo divertido o hacer pasar un buen rato.
________________________

Los platos del banquete son (os lo pongo por si queréis hablar de ellos también):

-Caldo de tocino, cecina de colas de castrón, ajo, pan, berzas y hojas de nabo tierno.
-Carnero asado con hierbas.
-Trucas frits, lomo de cerdo en adobo y guisillo de ánade.
-Frutas, miel, queso y confituras con sidra fría.