Partida Rol por web

Despiertas en la mullida cama de tu habitación en la amplia mansión de Drake, cómo ya viene siendo habitual desde hace dos meses.
Todo está perfectamente ordenado y limpio, pues si no te encargas tú a bien seguro lo harán los criados de tu sire, el cuál seguramente estará por abajo enfrascado en alguno de sus múltiples libros de la biblioteca o efectuando balances y presupuestos de las cuentas de sus diferentes tiendas de antigüedades, las cuáles suele revisar con metódica constancia noche sí, noche no....

Bajas las escaleras de madera lacada alfombradas con paso firme y calmado, sorprendiéndote al verlo abajo observando cómo desciendes con una mano apoyada en el final de la barandilla.
-Buenas noches, Jennah- te habla con su tono calmado y controlado de siempre, acompañado de una expresión seria, lo cuál no es motivo de alarma pues es el habitual.
-Después de haberte presentado al Príncipe de la ciudad cuando fuiste recién abrazada, ahora es hora de que conozcas a alguien más- te tiende su brazo para que te sujetes y te acompaña entonces a las puertas, que el mayordomo se encarga de abrir con una pequeña reverencia.

-Esta vez se trata de nuestra Primogénita, Beatrix Shergold. ¿Sabes lo que es un Primogénito?- te pregunta mirándote inquisitivamente mientras se acomoda en el asiento trasero del amplio coche que su chófer se encarga de conducir.

Jennah imitó a Draik y subió al vehículo, no sin antes echar un último vistazo a la mansión que ya se había convertido en un hogar para ella. Desde que comenzó su nueva vida, la chica sentía un inevitable rechazo por los coches y demás avances tecnológicos. Era como si una vocesita en su cabeza le gritase que aquello ya no era para ella, que lo que le correspondía a su nueva posición era un carro tirado por caballos.

Jennah sacudió la cabeza para deshacerse de todas aquellas ideas y se centró en las palabras de su sire.

-Te he oído nombrarlo alguna vez, sé que es un puesto importante dentro de la jerarquía del clan, pero no estoy completamente segura de lo que conlleva el cargo- Jennah esperó impaciente la respuesta de Drake, sabía que debía memorizar cada una de sus palabras puesto que para un miembro del clan Tremere el conocimiento de su propia cultura y organización era primordial y ella quería buscarse una buena posición desde el principio y además se negaba a dejar en mal lugar a su sire.

-No vas del todo desencaminada y a la vez sí... No es uno de los cargos más importantes dentro de nuestro propio linaje, pero sí lo suficiente para que la respetemos cómo debe- asiente para sí mismo con seriedad mientras el coche empieza a avanzar, adentrándose al cabo de poco en la ciudad.

-Un primogénito es el vástago más antiguo de su clan en una ciudad, el más experimentado y respetado para representarnos en las reuniones y decisiones de la Camarilla. Algunos también se encargan de instruir y organizar a sus hermanos de linaje de forma más íntima, pero en todo caso éso aún está por ver, te advierto que Shergold es bastante...exigente- dice concluyendo con una extraña y enigmática sonrisa.

A Jennah no se le escapó el especial énfasis de misterio que Drake había usado para sus últimas palabras. Apenas había sido un leve matiz en la frase pero la chica llevaba un par de meses con él y ya conocía a la perfección el significado de cada uno de sus gestos y tonos. ¿Para qué querrá que la conozca? ¿Acaso me está poniendo a prueba? Sin embargo, había aprendido a ser cauta y no pronunciar ninguno de esos pensamientos en voz alta.

-¿Y está muy lejos? Espero que no...- añadió mientras miraba por la ventanilla del vehículo y veía pasar a más coches en torno a ella. Definitivamente no le gustaba nada estar aprisionada allí dentro- Si tengo que hacer o decir algo en especial, espero que me adviertas antes, no quiero dejarnos mal.

-Sólo sé igual de encantadoramente educada que siempre e intenta no pensar demasiadas críticas entorno a ella. Sé que ésto resultará más difícil pero esfuérzate, los vástagos tan antiguos cómo ella se suelen tomar demasiada libertad a la hora de ahondar en mentes ajenas- niega con la cabeza frunciendo el ceño ante ésto último, cómo si le resultara molesto, aunque quizá sea porque él aún no tiene ése grado de conocimiento... El caso es que cuando ya estáis acabando de hablar el coche se detiene frente a uno de los edificios más altos de Londres, de hecho uno de los pocos rascacielos, pertenecientes al Greater London Authority (GLA), el cuerpo administrativo de la ciudad.

-Hemos llegado, vamos allá- te tiende el brazo y te acompaña hasta el interior, dónde un portero os abre la puerta acristalada y tras pasar por un detector de metales subís a uno de los varios ascensores del recibidor.
Al ser de noche el edificio permanece algo más vacío de lo que sería normal y vuestros pasos se propagan por el brillante y marmóleo suelo.

Subís hasta la planta 55 y en el pasillo Drake alisa su chaqueta y te mira de reojo asintiendo para sí mismo antes de proseguir hasta una puerta doble de roble tallado a la cuál llama suavemente con sus nudillos.

Jennah sigue a su sire a través de todo el edificio sin pronunciar una palabra, sus ojos recorren con curiosidad cada detalle de aquel lugar, como si pretendiese memorizarlo todo.

Así que no debo pensar demasiado delante de ella, puede leer la mente... De acuerdo, ya juzgaré y analizaré la situación más tarde, cuando entre allí trataré de limitarme a dejar la mente en blanco. La chica se aferró con un poco más de fuerza al brazo de Drake.

Llegaron al final de su recorrido, y Jennah, al notar como su sire la miraba con ojos evaluadores, le mostró una leve sonrisa.

-No te preocupes, saldrá bien, no haría, diría ni pensaría- añadió dandole un énfasis especial a esta última palabra- que pudiese perjudicarte- dijo mientras deslizaba su mano suavemente por la espalda del vampiro.

Jennah sabía que tanta confianza en sí misma la hacía parecer arrogante a veces, pero no había nada que ella pudiese hacer para remediarlo, simplemente estaba convencida de que lo haría bien. Aunque claro, no todo depende de mí. ¿Cómo será ella?

Al cabo de poco se abre la puerta, y una mujer vestida elegantemente os sonríe, pero aún así su expresión no transmite tranquilidad y sus ojos azules resultan fríos y algo calculadores.
Podría decirse que es atractiva pero a la vez impone el suficiente respeto cómo para dejar ésos "detalles" algo de lado.

-Tome asiento Drake...- le ofrece señalando una de las amplias sillas situadas frente a su negro escritorio.
Toda la decoración está compuesta por muebles metálicos y negros con algún detalle de madera, dando un toque de elegancia y manteniendo a la vez modernidad.

Tu sire desabrocha su largo abrigo y toma asiento cómodamente y en silencio mientras Beatrix da una vuelta a tu alrededor, mirándote de arriba a abajo inquisitivamente y fijándose en cada detalle antes de apartarse y tomar asiento también en su butaca, señalándote la única silla libre que queda.

-Supongo que Drake te habrá hablado un poco de mí. No me gusta tener a los miembros de nuestra querida pirámide desinformados y desorganizados, así que me encargo de que entre todos podamos adquirir el mayor beneficio y conocimiento. ¿Qué puedes aportar tú?- te pregunta mirándote directamente a los ojos con una sonrisa ladeada.

-Saludos, señorita Shergold.- Jennah tragó saliva. Era una chica quizá excesivamente segura de sí misma, pero la pregunta de la vampira la había tomado por sorpresa y su presencia, tan inquietante, hacía que no supiese bien que era lo que esperaba que dijese. Sabía que no debía dejar en mal lugar a Drake y sabía que, también por ella misma, no debía de decir nada que estuvise fuera de lugar. Se sentía nerviosa, pero trató de no dudar mucho al pronunciar sus palabras. Sus ojos permanecían fijos en el techo- Puedo aportar todo lo que sea necesario, sólo ordene y recibirá lo que desee. Haré cualquier cosa, lo que haga falta- con estas últimas palabras lanzó una mirada directa a los ojos de Beatrix, aunque no tardó en bajar un poco la cabeza con gesto sumiso.

No sabía si eso era lo que quería oír, pero tampoco estaba segura de qué era lo que deseaba. Es como estar ante la inquisición... sabía que la estaba poniendo a prueba, evaluando cada gesto y palabra, pero Jennah era competitiva, y todo aquello no hacía más que disparar su adrenalina y estimularla para seguir adelante.

Beatrix te sigue observando con interés y atención mientras Drake la mira a ella calmado y sereno con las manos apoyadas sobre sus piernas, aunque quién sabe lo que estará pasando por la mente de cada uno...
Finalmente Shergold ríe por lo bajo con una sonrisa entre traviesa y algo maliciosa.
-Eres una niña bastante interesante... Así que cualquier cosa, ¿no? Éso es muy fácil de decir pero no de demostrar, y creo que te vendría bien ésto último cómo prueba de superación para ti misma- Drake va a decir algo pero Beatrix alza la mano y él calla limitándose a fruncir el ceño.

-Resulta que uno de nuestros muchachos me ha informado de que mañana por la noche habrá una exposición en el Museo de Historia sobre ocultismo y magia negra durante la edad media, en fin ése tipo de cosas... El caso es que entre toda la basura hay un libro que sí resulta valioso. Lo vas a traer, no me importa el cómo éso es asunto tuyo. Se llama "AB UMBRA VERITAS", está en latín por supuesto...- asiente para sí misma y después abre uno de los cajones tendiéndoos un pequeño sobre a cada uno.

-¿De la sombra verdadera?- Los labios de Jennah susurraron la traducción que creía correcta. Después alzó la voz- Estoy de acuerdo, las palabras no son más que palabras, son los hechos lo que importa, aunque cualquier respuesta por mi parte sólo hubiese sido eso: simples palabras. No volveré sin el libro- sus palabras sonaron contundentes, ya pensaría el cómo poder llevarlas a cabo- Señora, ¿he de ir sola?- añadió mientras su mirada se desviaba hacia Drake un segundo.

-Sí, más o menos...- dice quitándole importancia al asunto en sí. Mira de reojo a Drake cuando tú lo haces y entonces sonríe volviendo la vista hacia ti.
-Puedes llevar a alguien si logras convencerle de algún modo, excepto a tu sire... Ya te ha cuidado suficiente tiempo, de ésto vas a tener que encargarte tu misma aunque sea con algo de ayuda. Espero resultados satisfactorios pronto- dicho éstos e levanta calmadamente de su butaca y Drake hace lo mismo, efectuando una pequeña reverencia de cabeza antes de girarse para salir del despacho, al parecer la "reunión" ya ha concluido.

Jennah sigue a su sire en silencio y, una vez que se encuentran en el pasillo, cierra la puerta tras de sí tratando de hacer el menor ruido posible.

-Vaya- dijo en un susurro apagado tratando de evitar que nadie que no fuese Drake la oyese- parece que no le caigo muy bien, nada más conocerme y ya me está poniendo a prueba. Me hubiese gustado que me acompañases, pero no te preocupes, ya me las ingeniaré para conseguir el libro yo- a pesar de hablar con decisión, sus pensamientos estaban lejos de estar segura de que fuese a ser tan fácil conseguir ese libro.

Siguió andando por el pasillo en silencio. Aquel lugar no le gustaba nada, se sentía extrañamente observada allí dentro, como si cada movimiento suyo estuviese siendo analizado.

-No te preocupes, no es nada personal, Shergold es muy exigente y le gusta poner a prueba a todos los nuestros, que demostremos nuestra devoción por la pirámide y lo que somos capaces de hacer por ella...- te deja pasar primera al ascensor y bajáis todas las plantas hasta llegar de nuevo a la recepción.
-Seguro que lo harás bien, y de todos modos aunque yo no pueda ayudarte ha dicho que puedes buscar a otros, así que quizá ésa sea una buena idea... Alguien capaz de infiltrarse en el museo o de entretener al personal mientras tú te encargas- se encoge levemente de hombros y te abre la puerta acristalada para salir del edificio y subir nuevamente al coche de lujo que todavía os estaba esperando.

-Te recomiendo que para éste tipo de asuntos no te manches las manos directamente, lo difícil es conseguir convencer a otro de que lo haga. ¿Tienes algún contacto...?- te pregunta mirándote interesado.

Jennah se mantuvo pensativa hasta que ambos se encontraron en el interior del coche. A pesar de odiar aquellos trastos a motor, la chica se encontró aliviada y protegida bajo el amparo de su capota; la mansión le había transmitido una sensación nada grata y estaba agradecida de poder alejarse de allí.

-Quizá conozca a alguien que podría ayudarme.- la mirada de la vampiro estaba perdida en la viva ciudad que aparecía tras los cristales- Su nombre es Cathen Maxwell, tiene una mansión en Notting Hill. Le conocí en mis clases de francés. Salimos un par de veces antes de conocerte- Jennah dijo estos datos con una voz vacía de emoción, dejando entrever que para ella aquellas citas no significaron demasiado- Es culto, inteligente, tiene buena conversación y una buena reputación en Londres como niño rico de futuro prometedor, creo que no le costará distraer a nadie. Y, lo que es más importante, pienso que aún haría cualquier cosa que le pidiese, sin preguntas y sin esperar explicaciones.

Jennah se volvió hacia Drake esperando su opinión sobre el tema.

-¿Sin preguntas ni explicaciones? Éso es bueno mientras estés dispuesta a darle lo que pida a cambio, pero no estoy muy seguro de cómo podría entretenerles un tipo adinerado por muy influyente que sea... Tendrás que pensar qué puede hacer para conseguirte el libro- se encoge levemente de hombros y le hace un gesto al chófer, el cuál arranca con velocidad moderada.

-¿Quieres que te deje en su casa y hablas con él?- te pregunta mientras mira por la ventanilla distraidamente -Si no se te ocurre nada puedo proporcionarte contactos menos... sutiles- comenta con una pequeña sonrisa algo maliciosa.

-Déjame en su casa, iré a hablar con él primero, quizá pueda distraer al encargado o algo. La verdad es que no me quedan muchos contactos entre los humanos, con la mayoría perdí el contacto hace tiempo... pero prefiero hacerlo sin tu ayuda por el momento, ya oíste a Shergold, si lo que tengo que demostrar es que puedo valerme por mí misma y que tengo recursos, algo que aportar al clan, no creo que sea buena idea que me ayudes- Jennah desvió la mirada hacia la ventana delantera del vehículo, aún pensando en como podría hacerse con el libro.

Drake te mira inquisitivamente y en silencio unos segundos antes de sonreir ligeramente, de hecho es muy raro verle sonreir del todo.
-Me alegra oír éso, apuesto a que ésto te ayudará a entender mejor lo que hay que llegar a hacer por la pirámide y la ascensión de sus miembros. Quizá tú misma consigas subir un peldaño con entregando ese libro...- después de ésto se mantiene silencioso hasta que el chófer detiene el vehículo junto al lujoso edificio con portero propio en el cuál vive Cathen.

-Buena suerte- se limita a decirte con cierta sequedad antes de que bajes.

Jennah baja del coche con parsimonia y se dirige hacia la enorme mansión. Mira hacia un lado y otro de la lujosa calle antes de agarrar con firmeza el pomo de la puerta y golpearla con él un par de veces.

La chica miró hacia atrás mientras esperaba a que le abriesen la puerta, el coche de Drake ya se había marchado y, por primera vez en dos meses, se sintió sola. Se volvió hacia la puerta de nuevo, cruzandose de brazos, mientras es los frotaba levemente con las manos pues una suave brisa la hizo sentir un repentino escalofrío.

-Veamos que puede salir de este encuentro...