Partida Rol por web

Escucho con calma todo lo que dices Irina, cuando Gerard me ataco sospeche que algo no iba bien, una pena que le decapitaran antes de que pudiera hacerle hablar de todo con calma. cruzo los dedos frente a mi mientras sigo mirando al vacio. seguro que te has dado cuenta de que Graziella tiene algo que atrae a los hombres, en este tiempo ha desarrollado esa aptitud aunque no solo atrae a varones, algunas feminas tambien se sienten atraida por ella a pesar de que no la gusta. Dar su sangre a sus subordinados es algo a lo que algunos vampiros estan acostumbrados para tenerlos calmados, cosa que puede que para tus ideales bruja no sea muy bien visto. callo unos minutos solo rasgados por la voz de la soprano cantando un aria. Te creo Irina y lo que ocurrio esa noche esta olvidado por mi parte solo me queda encontrar a tu compañero de clan a mi antiguo Sheriff ¿sabes donde puede estar?

-Supongo que es innato en alguien de su linaje, y también supongo que dado el cargo que ostenta ahora estará más interesada en hacer evolucionar sus capacidades que antes- comento con respecto a Graziella, aunque en realidad no me importa demasiado lo que concierne a ella, pero sin embargo quiero intercambiar algo de información con la susodicha así que me dispongo a levantarme, cediendo en el intento rápidamente cuando Jackius sigue hablando.

-Paul Johnson... En realidad tú le conocías mejor que yo, por lo que sé. Puedo decir algunos lugares en los que sé que convivió un tiempo y teorizar pero es bastante más listo que eso, se habrá escondido en el lugar más recóndito del mundo y... Ya han pasado tres meses, apuesto a que ni siquiera lleva ese nombre. O ese rostro- me encojo un poco de hombros mientras empiezo a enrollar uno de mis rizos en un dedo distraidamente.
-Puedo intentar ayudarte a encontrarle de todas formas. Sabes que conozco a bastantes integrantes del clan brujah, quizá consiga una pista pero no te puedo asegurar nada

Hay veces que no se conoce ni a los mejores amigos despues de una noche de locura. sigo mirando hacia las cortinas hacia donde deberia estar el escenario Intenta encontrarle, dile que le dare mi perdon si se presenta entregandome la daga. Si te necesito te hare llegar un mensaje con Marizsa. Por cierto espero que disfrutes de la opera, tienes un palco a la derecha esperandote, No podia dejar que te fueras sin terminarla, disfrutala aunque tendras acompañante. El nuevo primogenito de tu clan, espero que no te importe no ostentar el cargo

Ese importe mas bien ha sonado a un me da lo mismo lo que quieras yo soy el principe y mis huevos son mas grandes que los tuyos.

-Aunque consiguiera dar con él dudo que aceptara el intentar presentarse ante ti, pero lo intentaré....- me limito a decir aunque en realidad estoy casi convencida de que Paul no se lo tragaría aunque pusiera todo mi empeño en ello. Y no le culpo porque no se equivoca en absoluto.
Me levanto de la silla y arqueo mucho una de mis cejas ante la última "invitación" del Príncipe, que de nuevo suena más a burla que a otra cosa, así que quizá a la que se le están inflando los huevos es a mí.

-Deberías saber que no soy tan avariciosa, no me importa tanto cómo a ti perder poder e influencia- compongo una sonrisa ladeada que dura sólo una fracción de segundo antes de que salga del palco en cuestión, mirando los pasillos pro si encontrara a Graziella con la que me interesa hablar en estos momentos.
En caso de no hallarla me dirijo al otro palco para saludar al nuevo primogénito, pero no pienso quedarme a "perder el tiempo".

Graziella esta en un rincon hablando con un hombre trajeado leyendo algunos papeles con cara de que alguien la salve mientras el otro esta habla que te habla. Cuando cerraste la puerta te parecio oirle reir por tu comentario pero no, es imposible, ahora es mucho mas serio que antes. Aun lado de la puerta esta la mujer que te ha traido con la pierna apoyada en el sillon en que esta sentada flexionada con una navaja en las manos jugando con ella y puedes observar que tiene un medallon en el escote de su traje que ahora esta abierto. Te mira de reojo mientras vuelve a lo suyo.

Miro de reojo a la mujer que juega con su cuchillo cómo si nada. Es curioso, casi parece estar ejerciendo las funciones del sheriff, lo cuál me hace preguntarme por un momento donde estará el susodicho antes de irme directa hacia Graziella con una sonrisa amistosa.
-Disculpe, debo hablar con Graziella de asuntos importantes que no pueden esperar... Se la devolveré de una pieza- digo con uno de mis tonos más dulces y amables para que no se sienta demasiado ofendido ante la interrupción aunque una vez se marcha entorno los ojos y me dejo caer en alguna silla cercana.

-Bueno, gracias por la ayuda prestada, me gustaría devolverte el favor en parte, creo que tengo algo de información que puede interesarte, al menos eso espero- comento mientras me afano en mirar alrededor, dejando claro que no quiero ser escuchada por oídos ajenos -Es sobre Alexander- me limito a decir entonces.

Gracias, me aburria demasiado leer presupuestos a estas horas y no disfrutar de la opera sonrio mirandote y niego con un gesto de la mano Seguro que si yo estuviera en tu lugar tambien me hubieras ayudado, no te preocupes el rostro se ilumina al oir el nombre de Alexander y sonrio sinceramente como si volviera a ser humana. Asiento y te indico que me sigas Marizsa por favor, no nos sigas estare bien, dudo que alguien intente hacer algo en el Eliseo digo mientras nos alejamos a veces es tan meticulosa en su trabajo que me asusta. Te llevo a la parte de arriba, la cupula donde me apoyo en uno de las barandillas mirandote Aqui no nos oiran. ¿Que sabes de el? yo solo se que me manda rosas blancas y ni siquiera estoy segura de que sea el

-Hmm... no puedo reprenderte a eso, no sé si será él el que las envíe, pero creo... Me mencionó alguna vez que sólo estaba en Londres de paso- apoyo los codos en la misma barandilla que Graziella y miro abajo unos segundos pensativa, quiero recordar todo lo que pueda.
-Me dijo que el único sitio al que puede llamar realmente hogar se encuentra en Bristol. Sigue estando en Inglaterra pero algo alejado de aquí. Con esto no quiero decir que pueda asegurarte que esté ahí, pero hay una alta probabilidad de que cómo mínimo encuentres alguna pista. Creo que te interesa bastante... Es muy educado cuando no está peleando, ¿no?- río en tono de broma para destensar un poco el ambiente ya que en realidad empiezo a sentirme un poco inquieta por lo que voy a decir a continuación.

-¿Podrías decirme algo sobre ese Quentin? Sólo si quieres... y puedes- la miro entonces con atención y expectativa, sin disimular mi interés ya que al fin y al cabo no tengo porque hacerlo.

Gracias digo mirando al escenario mientras suelto mi pelo que cae en una cascada ocultando mi rostro Intentare hablar con el, o al menos que sepa que le echo de menos. Si es muy mono cuando no...Esa noche me hizo entender que no podia ser tan debil como era y tenia que mejorar que madurar. Te miro entre mi pelo y me incorporo un poco Quentin, ni siquiera se quien es realmente. Un dia aparecio en la puerta de mi casa con un gatito en las manos que me regalo antes de irse y siempre me rondaba asi que al final podria decirse que le adopte y con la desaparicion de Patrizie creo que el se convertira en el primogenito de clan. La verdad es que es muy simpatico, se preocupa mucho por mi cuando tardo mucho en despertarme al atardecer

Mis manos sujetan con fuerza la barandilla por unos segundos, soltándola enseguida cuando recaigo en el hecho de que podría doblarla o partirla sin querer.
¿Que la rondaba y le acabó adoptando...? Francamente decepcionante, me esperaba algo más original por parte de un tipo capaz de ir despeinado por la calle diciendo a la gente que no es la elegida. Y a pesar de estar loco... Todos los tíos son iguales.

-Muchas gracias por todo, dejaré que sigas disfrutando de la obra- le sonrío levemente y me giro marchándome de ahí para entrar al palco que me indicó Jackius. Sólo para presentarme y demás protocolos educados, me intriga a quién habrán decidido otorgar mi lugar.

Grazi... no me gusta el hombre del alma negra digo desde un rincon en el que estoy acurrucado acariciando un gato contra mi llenado de pelos el smoking que llevo ademas deberia cortarse el pelo....no me gusta como huele, es un animal....Quiero ir a casa miro con ojos de cachorrito a las dos Hola no elegida, me gusta como vas hoy vestida, pero sigues sin serlo... me balanceo en mi sitio riendome

Doy un pequeño respingo cuando repentinamente Quentin habla desde un rincón. Maldita sea a saber cuánto rato lleva ahí aunque apostaría mi pelo a que ni siquiera sabría asociar el hecho de que haya preguntado por él así que poco importa.
-¿El hombre del alma negra...? Suena interesante- comento con una risa despreocupada mientras me acerco para acariciar el suave pelaje del gato que tiene entre los brazos y parece mirarnos con mayor atención que su amo. Me encantan los felinos, siempre tan atentos y vigilantes, tienen unos reflejos casi imposibles de igualar.

-¿Acaso importa si soy la elegida o no? -pregunto arqueando la ceja antes de continuar -Será mejor que vuelvas a casa antes de que acabes más lleno de pelo que tu propio gatito. Deberías cepillarlo más a menudo- le sonrío como si se tratara de un niño ya que así se comporta.
En realidad en privado y antes de conocer los detalles facilitados por Graziella mi reacción hubiera sido muy distinta pero ahora... bah, qué más da.
-Seguro que nos volvemos a ver, hasta otra- me despido de los dos.

SE despiden de ti, Graziella aun con cara de sorpresa por la aparicion de Quentin. Se arrodilla a su lado ayudandole a levantarse y a caminar hacia la salida para volver a los palcos mientras le limpia los pelos del gato y acaricia a este tras las orejas mientras le dice algo sonriendo haciendo que la abrace.

Bajas a los palcos, la puerta que te indican esta abierta y de espaldas hay un hombre de pelo largo que intenta aflojarse una corbata de espaldas a ti mientras murmura algo una especie de maldicion.

Me quedo quita un momento observando al tipo. Ese pelo largo no me gusta... y además me acuerdo de las palabras de Quentin sobre "el hombre de alma negra" y no parecen augurar anda bueno. Al fin y al cabo entre tantas locuras los malkavian siempre acaban soltando alguna que otra verdad, incluso predicciones. Pero parecen poseer esa maldición de Cassandra, pobrecitos.
Distingo cómo al hombre le molesta la corbata, y probablemente el traje, por suerte las chicas lo tenemos más fácil a la hora de escoger ropa sea elegante o urbana.

-Buenas noches...- me limito a decirle para que se dé cuenta de que ahí estoy.

Hola pelirroja sonrio mirandote de reojo consiguiendo al final quitarme la corbata. Menos mal que no esta ese tarumba aqui, me lleva molestando toda la maldita noche como ese estirado Ventrue. Al menos la italiana es guapa, muy guapa y ser amable con el loco a lo mejor me da algo. me levanto te miro desde mis dos metros a los ojos ahora hablemos jovencita. Creo que deberia hacer algo pero prefiero no hacerlo, paso, no es mi estilo, las reprimendas solo en un rincon los dos peleando a cuchillo

-¿A cuchillo? Ni que fuéramos monos...- comento mientras me amoldo el pelo distraidamente. Pelirroja... no es la primera vez que me lo dicen, supongo que no es por decir Pelirosa, aunque tendría su gracia en realidad.
Le miro entonces sin sentirme cohibida o amedrentada. He tratado con muchos como él y no todos eran brujah, pero de todos modos peor fue en Alemania rodeada de neonazis, menudo asco... Mejor olvidar esa etapa. ¿Por qué siempre me tocan primogénitos tan egocéntricos?

-Hacer algo respecto a qué. ¿Por que te eché del local? Manthys sigue siendo de mi propiedad y me reservo el derecho de admisión igual que lo haces en tu propia casa, ¿verdad? Así que no me fijo en razas ni cargos. Si no te comportas...- dejo la frase en el aire mientras muevo un poco uno de mis pies en uno de mis muchos gestos de impaciencia.
No me gusta hablar con este tipo, no me cae bien. Y huele mal, cómo diría Quentin. Se me escapa una sonrisa de lo más traviesa pero por suerte consigo reprimir la carcajada.
-Sólo quería saludar al primogénito así que aquí estoy, supongo que querrás disfrutar de la obra...- comento con toda la intención de escurrir el bulto.

Tranquila, no voy a hacerte nada de momento, si me echaste por mi de acuerdo me demostro que tenias muchas agallas. Bueno solo dire que dentro de tres dias hay reunion del clan y espero que estes presente. Intentos de parecer menos rebeldes cosa que dudo. En cuanto a la musica, la odio pero tengo que quedar bien con el principe y esa hermosura morena

Cuando sales, ves al gato que tenia Quentin en los brazos sobre un sofa mirando a Marizsa que sonrie mientras le acarica detras de las orejas y habla en tal vez rumano al aire pero la contesta un monosilabico de un rincon entre las cortinas Quentin que esta jugando con algo arrodillado con una sonrisa tonta.

-¿Te conformas con ser el segundo plato...? Bien, asistiré a esa reunión, sólo dime sitio y hora exacta- dejo que me informe si lo desea y abandono el palco emitiendo un pequeño gruñido de desagrado entornando los ojos. Precisamente tenía que ser él... En fin, no tendré que aguantarle demasiado o eso espero y deseo.
Los tacones de mis botas resuenan tan solo un instante mientras pisan el suelo, amortiguándose casi de inmediato gracias a una extensa y bien cuidada alfombra que cubre casi todo el suelo.

-¿Dónde está la niñera...?- pregunto en tono de broma, acercándome a la extraña pareja, y nunca mejor dicho. Creo que es como intentar mezclar agua con vinagre, misión imposible.
Les miro divertida y con una sonrisa, estirando el cuello para intentar ver con qué "juega" Quentin aunque probablemente sea otro animal.
-¿Te gustan los gatos?- digo mirando a Marizsa algo sorprendida.

La niñera esta curandose un arañazo de la gata que la ha echo en el cuello, el principe esta con ella. En cuanto a si me gustan si, digamos que tengo algo de gata. Yo soy Marizsa encantada de conocerte sonrio debilmente antes de volver a acariciar a la gata Quentin deja el juguete del gato, sabes que no la gustar encontrar pelusa luego donde no debe. Eres igual que Vermont, un niño pequeño.