Partida Rol por web

Sales y coges la moto, junto a ella hay un bulto, es una espada, la reconoces como una de las que habia en el refugio de Angel, tiene la piedra de su empuñadura roja como la sangre en una hermosa vaina de cuero. Elena te la tiene que haber dejado alli antes de irse, pero donde la llevaba eso ya es otro misterio. Te encaminas hacia la ciudad tienes mucho que hacer esa noche y al llegar pasas frente a una floristeria que aun esta abierta, dentro trabaja la dependienta una chica de pelo negro que esta cortando unas rosas para un jarron por lo que puedes ver mientras se abre el disco para que continues.

Recoge la espada sin sujetarla en ningún momento de la empuñadura, dejándola dentro de casa cogiéndola con la vaina de cuero y volviendo a salir para llegar hasta la ciudad propiamente dicha.
Él ya tiene una espada y en ningún momento va a fiarse de algo otorgado por Ángel. Aún hoy se pregunta qué diablos era exactamente ese "ser".

Se detiene frente al semáforo y echa una ojeada a la floristería donde una muchacha ajena al peligro que la rodea sigue con el establecimiento abierto.
Queda fascinado y aturdido tan sólo un par de segundos por la tranquilidad y pureza que le transmite esa visión, pero de todas formas no es momento para distracciones y debe mantenerse concentrado esta noche.
El disco cambia de color y acelera sonoramente por las diferentes calles hasta su destino.......

Tras un rato llegas a tu destino, dos plantas, muy iluminado y con un portero en la puerta, ves entrar a tu
victima con un abrigo largo y con una mujercogida de su brazo y con un vestido negro que sonrie y se rie ante sus comentarios. Tras un rato se enciende una luz en la segunda planta y despues otra.

Alexander sonríe ante lo que se presenta por delante, deja que ambos suban hasta el piso superior y probablemente se "acomoden" antes de empezar a andar con decisión hacia el portero, el cuál enseguida adopta una posición algo tensa ante su presencia, pero cuando ya se encuentra cerca la tensión pasa a auténtico pánico provocando que huya aterrorizado.
-Apuesto a que ni siquiera recordarás que he estado aquí...- comenta Alexander mirando como se aleja de reojo antes de golpear con contundencia el pomo de la puerta, el cuál cede al cabo de dos golpes.

Cierra tras de sí calmadamente. En el recibidor una cámara de vigilancia que evidentemente no grabará nada así que sube las escaleras hasta la habitación de la cuál se distinguen voces y alguna que otra risa de la mujer.
Empuja la puerta que permanecía entreabierta y ambos se giran hacia él, alarmándose al comprobar que no le conocen absolutamente de nada.
-Será mejor que te marches...- le dice a la mujer mientras una de sus manos es llevada a su espalda, retirando la tapa de su "portaposters" para extraer una larga espada de tai-chi conservada en óptimas condiciones.

Ni siquiera es necesario emplear algún "truco", ella se marcha entre gritos y probablemente llame a la policía enseguida.
Alexander desenvaina sus cuchillos de las botas y los lanza hacia el hombre, por el suelo, para que los recoja.
No hay honor sin igualdad.

De todas formas y aunque Frederick coge las armas dubitativo, es obvio que no las sabe usar con suficiente maestría, es esquivado y detenido con facilidad, al cabo de pocos segundos su cabeza rueda a cierta distancia de su cuerpo y él vuelve a recoger sus armas, abriendo la ventana y saltando a través de ella sin problemas, alejándose de la casa con mayor velocidad que en su propia moto...

MIentras vuelves a casa te suena el movil, es extraño que hoy hayas decidido llevarlo encima, tal vez temias algo. El numero es de una cabina y tiene prefijo de Londres solo te ha podido llamar alguien de alli que tenga tu numero.

Coge el teléfono, sólo en modo vibración la verdad es que no suelen llamarle a menudo y cuando distingue la voz de Irina no se sorprende demasiado dado que al fin y al cabo había pocos "candidatos" londinenses dispuestos e interesados en contactar con él.
Hablan al principio de cosas más triviales. Cómo se encuentran respectivamente y en qué trabajan mientras camina a paso rápido hasta su querida moto, la cuál recomendó a Irina para conseguir una casi igual.
Después surge el tema de Paul y aunque no está muy convencido de poder dar con él le promete intentarlo durante estos días.
A los amigos no hace falta "cobrarles" y menos aún por servicios de éstas características.

Al llegar nuevamente hasta la mansión recoge nuevamente la extraña espada de aspecto antiguo pero aún así muy bien cuidada. ¿Sería una réplica o real...? De momento se limita a guardarla a buen recaudo en una de las cámaras fuertes de la casa, dedicándose a hacer un par de llamadas antes de dormir en su habitación...

Cuando cojes la espada por la vaina notas una pulsacion, algo pasa y casi la sueltas pero lo que ves delante de tus ojos es una figura con el cabello largo negro hasta la cintura vestida con una tunica blanca cubierta de sangre, sin rostro, sin marcas reconocibles que abre los brazos pidiendo ayuda, desaparece como vino. Cuando la dejas te parece que brilla su empuñadura pero no estas seguro, mejor no arriesgarse.

Haces un par de llamadas, pero no saben nada es como si se lo hubiera tragado la tierra como si nunca hubiera existido

Alexander frunce el ceño ante tal visión, del todo desagradable y sin demasiado sentido a menos que haya una alma en pena rondando por la casa, lo cuál resulta incómodo pero al fin y al cabo nunca le ha molestado así que probablemente sea cosa de la espada maldita, cómo todo lo que tiene relación con Ángel.
La deja donde ya tenía pensado y a la noche siguiente se dedica a mover algunos hilos inútilmente, pues al parecer no hay absolutamente ni rastro de Paul... Lo difícil de decidir es si habrá desaparecido por sí mismo o por "causas ajenas"...

Después de un par de horas de búsqueda que acaba por quedar estancada, decide pasearse por la ciudad hasta encontrar a alguien "adecuado" para alimentarse esa noche....

Caminas y ves a un par de ladroncuelos intentando colarse en la floristeria de la otra noche con algo en las manos tal vez un arma. Escuchas como cae un jarron al suelo rompiendose y gritos de una mujer que se apagan en seguida. La puerta esta cerrada o eso parece acaban de echar el pestillo.

Mira a ambos lados de la calle, un poco extrañado de que alguien decida robar en una tienda cómo esa. O están muy desesperados o no es dinero lo que buscan...
Mientras ellos echan el pestillo él ya ha llegado a la puerta trasera de emergencia, empujándola con contundencia varias veces hasta que el cierre cede.
Es posible que le hayan oído a pesar de estar detrás pero no le preocupa demasiado mientras la muchacha siga sana, claro.
Se agacha un poco para pasar algo más desapercibido y sale del pequeño almacén para acceder a la tienda en sí misma, donde deberían encontrarse los "asaltantes".

Tarda en abrirse pero lo hace, escuchas ruido de forcejeo aun no parece que se han percatado de tu existencia. La trastienda esta llena de flores frescas y secas, algunos centros de flores terminados, jarrones vacios. La puerta que da a la tienda esta semiabierta y por la rendija gracias a la mortecina luz puedes ver como la tienen contra el suelo mientras se intenta soltar con una herida en el labio, pero uno de ellos tiene una brecha en la frente. Uno la sujeta por los brazos mientras el otro esta de rodillas e intenta desabrocharse los pantalones mientras la abre las piernas con una sonrisa de depredador.

Alexander coge uno de los jarrones cercanos a él. Es una lástima tener que romperlo pero seguro que la muchacha agradece su desperdicio en esta ocasión.
Vuelve a desplazarse a velocidad sorprendente e incapaz de seguir con la vista, haciendo estallar el objeto en la cabeza del "depredador" para que quede KO e inmediatamente estirando el brazo para sujetar fuertemente la garganta del otro tipo.
-¿Te resulta esto igual de divertido?- le pregunta furiosamente, con los dientes y los colmillos apretados.

El hombre apenas es capaz de dar crédito a lo que acaba de pasar en pocos segundos pero intenta apartar la mano de Alex de su cuello dando hondas bocanadas de aire.
El brujah chasquea la lengua y se limita a lanzarlo contra una pared con gesto de desprecio.
-¿Estás bien?- pregunta a la chica dispuesto a ayudarla a levantarse tan sólo si muestra signos de confianza dado que puede estar en estado de "shock" todavía.

Asiente mientras intenta incorporandose tapandose con la blusa descarrada sin botones mientras comienza a llorar. Gracias susurra mientras te mira con sus ojos verdes apunto de ponerse a llorar. No se quien eres pero gracias, tenia miedo de que me .... se abraza a ti comenzando a llorar mientras los dos tipos se quedan en el suelo inertes uno por el golpe y el otro por la falta de aire Voy a llamar a la policia ojala les hagan pagar por esto a saber a cuantas mujeres las habran echo esto

La joven se abraza a él presa del propio miedo y el agradecimiento así que Alexander da un pequeño traspiés y la rodea con los brazos para ofrecerle algo de consuelo antes de volver a soltarla mirando a ambos tipejos.
-Eso espero... Aunque eso incluiría tu testificación- se quita la chaqueta y se la coloca sobre los hombros para que pueda taparse mejor. Después mira las puertas de la trastienda.
-Será mejor que vayas a llamar e intentes tranquilizarte un poco mientras me encargo de maniatarles por si acaso- asiente con convencimiento para que ella se sienta más segura y hace lo que acaba de decir, aprovechando para "dar un trago" antes de marcharse de la tienda.

Asiente mientras coge la chaqueta con las dos manos abrochandosela con cuidado. Entra en el pequeño despacho y deja la puerta semiabierta mientras marca un numero de telefono. Cuando sale ya no estas, abre la puerta de la tienda para intentar verte pero no estas. La policia tarda unos cinco minutos en llegar y al hacerlo llenan todo de luces. Se la llevan con una ambulancia al hospital, una noche productiva si no fuera por que ves el fantasma de nuevo de la mujer mirandote desde el ventanal de la floristeria con las manos cruzadas sobre su pecho.

-¿No te gusta? Pues vete acostumbrando...- murmura al vacío de la noche, observando al extraño espíritu desde la azotea de un edificio contiguo.
El asunto empieza a resultar molesto y si continúa así deberá hacer algún trabajo para un Giovanni y sacársela de encima definitivamente.
De momento el teléfono vuelve a vibrar en su bolsillo, así que tras bajas por las escaleras anti-incendios lo coge.

De nuevo Irina, parece ser que se ha metido en ciertos problemas... No es sorprendente teniendo en cuenta su ímpetu y testadurez, aún así han compartido cosas juntos, pueden considerarse incluso amigos así que quizá sea la hora de plantearse volver a Londres por unos días y comprobar cómo va todo.
Por las pocas noticias que le llegan podría sentenciar que mal...

El fantasma sigue ahi esperando en el ventanal mientras lagrimas de sangre recorren sus mejillas. En sus manos hay algo brillante, una arma tal vez no estas seguro...
Vuelves a casa y decides esperar un poco mientras sopesas ir a Londres tan pronto tal vez si esperas un poco mas Irina no ha contado todo lo que sabe y tal vez oculte mas de lo que cuenta.

No se fija demasiado en el alma en pena ya que al fin y al cabo le provoca algunos escalofríos, probablemente por el propio hecho de no comprender demasiado bien qué son esos espectros o cómo tratar con ellos. Sin duda es extraño... Quizá el hecho de abandonar Bristol ayude a deshacerse de ella y al llegar a la gran casa deja una nota preparada para la asistenta y prepara una pequeña bolsa de viaje con sus armas mezcladas entre algunas prendas de ropa.
Se plantea si llevar consigo la extraña espada que dejó Elena... Quizá sea un buen momento para devolvérsela así que también se pierde entre los pantalones y camisetas antes de dejarse caer en sopor...

Duermes de un tiron y te despiertas a la noche siguiente preparado para comenzar un viaje a Londres del que no sabes ni si volveras. El tren sale en una hora mas o menos, puedes ir en moto pero tambien se hara muy pesado y tardaras mas que de la otra manera. Sales de la casa y notas algo en la nuca como una comezon, te giras pero no hay nada, vuelves a echarte la mochila al hombro y te encaminas hacia la estacion de tren. Lo coges y al final te marchas destino Londres, las escenas pasan poco a poco por la ventanilla y del campo pasa a la metropolis.

Durante el trayecto se limita a hundirse en su respectivo asiento, pensativo, escuchando música o leyendo un libro desgastado y raído de hojas amarillentas y tinta algo descolorida acerca de la espiritualidad y la búsqueda interior.
Se detiene en una parada cuando apenas falta una hora para el amanecer, pasando el día en una pensión de mala calidad y servicios pero muy módico precio.
A la noche siguiente continuará el trayecto en tren para llegar entonces a la ciudad de Londres, pero primero corta su pelo para pasar algo más desapercibido. Al menos al principio...