Partida Rol por web

Lugar: desierto cerca de las ruinas
Momento tras el rescate de Graziella
Implicados Anna Valerius y Viktor Bryce

Una loma en mitad del desierto y dos personas siendo observados por un tercero.

Anna Tienes dos segundos para decirme lo que me tengas que decir antes que vuelve ahi dentro y termine de olvidarte

Viktor Anna, mi princesa, no digas esas cosas, no me has olvidado, como yo no te he olvidado, como nunca te olvidare, como siempre me amaras

SE gira y le mira a los ojos mientras niega un par de veces y le cruza el rostro o eso intenta pues la coje de la muñeca y la atrae hacia el para besarla apasionadamente.

Viktor Lo sabia, no le amas. Siempre seras mia, lo juraste hace mucho, en una noche como la de hoy

Anna Lo que jure esa noche lo rompiste el dia que me engañaste y no vuelvas a besarme, no te amo, nunca lo he echo. Vincent es el hombre al que espere todo este tiempo.

Viktor Claro por eso te ha gustado el beso y has bebido la sangre. No te engañes eres lo que intentas ocultar. Eres una ravnos, engañas como todos los de tu raza y eso lo has usado para seducirle, en mi casa cuando volvamos hablaremos.

La vision desaparece

De pronto me veo transportado desde el coche hasta el desierto. Allí veo a Anna y a un hombre. Su cara me suena y cuando empieza a hablar acabo por recordarle. Es aquel que vi en mi sueño, el del gran salón de baile. Aquel con el que Anna dijo que juró amor eterno, aquel amor primero, único y para siempre. Él se lo recuerda y la besa con pasión. Mis puños se aprietan, o eso creo, ya que no estoy en la escena, solo veo como un pájaro en una rama, como una hoja en el viento. Incorpóreo y la vez omnipresente.

Una ravnos, el engaño es su vida. Viven engañados dentro de sus mentiras, incluso a veces no distinguen de la realidad y de sus invenciones. Los recuerdos no son tales, los inventos son exageraciones o simples anécdotas llevadas al extremo en su propio beneficio. Pero no, no puedo guiarme por una visión, por alguien que manipula mi mente. Si alguien miente puede ser el recuerdo inducido por esta persona, no, no.

Salgo de la escena y vuelvo a estar en el coche, Anna a mi lado y esos dos ojos rojos que me miran.-Cuando tengas algo más y quieras algo de mí, preséntate como es debido y entonces hablaré contigo. Hasta entonces, que tengas un buen día.-Giro la llave en el contacto y acelero tan rápido que el asfalto se queda impregnado con la goma quemada de las ruedas. Un olor a neumático quemado queda atrás mientras cambio de marcha y sigo acelerando.

Te miro extrañada mientras arrancas y conduces

¿Que te pasa? parece que hayas visto un fantasma. Sabes esta noche me apetece mucho, no solo pasarla contigo, sino ademas...puede que parezca extraño o estupido, pero me apeteceria ver una pelicula romanticona contigo, abrazados en el sofa bajo la manta me rio y miro por la ventana. Me hubiera gustado mucho que vivieramos juntos, pero con nuestros deberes y con... algunos molestando, no sera posible en algun tiempo

-No hay fantasmas si te tengo a mi lado-digo sonriendo mientras las calles pasan a toda velocidad por nuestro lado. En pocos minutos llegaremos a su casa y podremos pasar el resto de la noche tranquilamente viendo la película o simplemente hablando. No estaría de más entrenar un poco, aunque seguramente me de igual el mundo cuando estemos a solas.-Tranquila, podemos estar juntos sin que nos molesten, aunque no sea algo constante. Será suficiente.

Sonrie mirandote y acaricia la mano que tienes sobre las marchas antes de mirar la frente. La casa tras un inmenso jardin y un camino de arena o gravilla. Cuando bajais, los de la mudanza estan terminando de descargar y hay algunos criados por alli dando vueltas colocando cosas. Caminais por el recibidor y es bastante lujoso, sorteais algunas cajas y terminais en una sala de baile donde hay algunas espadas de entrenamiento.

Al fin llegamos a casa y parece que han hecho bien su trabajo. Todo está casi en su sitio y tenemos aún tiempo para aprovechar la noche. El salón guarda varias espadas y parece un sitio estupendo para entrenar, o hacer otras cosas. Parece una sala de baile, pero a primera vista no veo piano, tarima o lugar donde se pudiera colocar algún tipo de orquesta, solista o instrumento musical alguno. Debe estar en desuso.

Me planto en mitad de la sala separándome un instante de Anna y con los brazos abiertos-Estoy a tu disposición lo que queda de noche. A sus órdenes.-Cruzo un brazo a la altura del estómago y me inclino cual sirviente dispuesto a recibir órdenes.

Me rio mientras cojo una de las espadas lanzandotela y luego cojo otra mientras me acerco a una de las paredes y pulso un boton que hace que se repliege el paramento de madera y se descubra una pared cubierta de espejos.

Pues probemos un poco de esgrima, solo poses. cojo la espada y saludo cruzandola delante de mi y poniendola en paralelo a mi cuerpo antes de ponerme en guardia

Cojo la espada al vuelo y me pongo en guardia. Intento imitar sus movimientos para aprender lo máximo posible cuanto antes. Puede que no tengamos más que una noche o dos antes de que algo gordo ocurra y debo estar preparado.-Vamos, ataca si puedes-digo sonriendo ante la evidencia de que no soy rival apra ella y me ganará enseguida.

Vincent replico riendome y bajando el arma para apoyarme en ella. Creo que es hora de que sea un poco mas dura como profesora, pero no puedo. Tu espada, no es como este sable, tendras que cogerla a dos manos, no se por que no tendre ninguna espada asi entre las de entrenamiento.... me quedo pensativa un segundo.

Si te gano, te quedaras hoy y mañana conmigo en casa, si ganas tu, me ire contigo ¿trato?

-No es un trato justo. Es como si te digo que el trato consiste en que tendrías que ganar un millón de libras en mi casino en una noche. Aunque gustoso me quedaría contigo, sabes que no estamos en igualdad de condiciones.-Cojo la espada con las dos manos, aunque resulta un tanto extraña ya que no tiene empuñadura. Las espadas de esgrima apenas se pueden coger, aunque para el peso que tienen tampoco tiene importancia, lo importante es que se pueda enganchar al guante.-Prepárate-me lanzo contra ella mientras está distraída. En la guerra todo vale.

Un millon de Libras? no me parece mal trato, pero estas hablando con una ravnos replico negando y al ver como vienes solo puedo poner el arma delante para pararlo. De acuerdo, un millon de libras es el trato, luego no te quejes cuando las gane y me llores

Sonrio dando un paso atras sin separar el filo, mirandote a los ojos manteniendo la posicion.

-¿Crees que es fácil hacer trampas en mi casino?-digo mientras nuestras espadas chocan-no durarías ni cinco minutos en el local. Te echarían a patadas. Tengo gente muy competente allí-digo pegado a su boca-vamos, que no se diga que has perdido facultades.

Hay trampas, demasiado sutiles como para que un humano las pueda ver replico mientras aguanto en envite y sonrio. Tal vez las haya perdido o tal vez no un beso rapido antes de separar las espadas con un suave gesto al empujar. Creo que el que pierde facultades eres tu, segundo asalto. Puede que hasta considere hacer eso sin perder

-Vamos, no perdamos el tiempo hablando. Enséñame lo que sabes.-Me pongo serio y en guardia preparado para el ataque y de pronto me da la risa tonta y no puedo parar de reir.-Lo siento, parezco un niño de quince años, pero será la tensión-sigo riendo sin parar-no quería decir que te desnudaras o algo parecido, sino que me enseñaras qué sabes hacer con la espada-me río estúpidamente ya que no tiene ni sentido la mitad de las cosas que digo. Quizás así alivie la tensión y me relaje un poco.

Vuelvo a guardar la compostura-vale, creo que ya estoy preparado. ¡Enséñame a usar la espada!-Me pongo en guardia y espero su ataque.

TE miro seria y me rio asintiendo mientras vuelvo a colocarme en posicion, demasiado relajada podria perder el arma por lo que parece. Te hago un gesto con una de mis manos mientras espero a que vengas que comiences el ataque.

Sosten el arma mas arriba, que forme un angulo perfecto con tu cuerpo... que sea una prolongacion de tu brazo. Ataca replico mientras espero sin perder la posicion, el sable esta muy bajo casi roza su punta el suelo, facil para desarmarla y ganar el combate.

Me quito la chaqueta, que me sobra y desabrocho los puños de la camisa. La corbata la dejo a un lado en el suelo y desabrocho exactamente dos botones para permitir que mi cuello se mueva con libertad.-Brazo, prolongación, ataque. Allá vamos-Sujeto la espada con firmeza y me avalanzo sobre ella con la esperanza de esta vez conseguir algo más que hacer el ridículo.-A ver ahora que tal.

Mal replico mientras hago un giro apartando el arma y golpeando con el plano en la espalda volviendo a ponerme en la misma postura.

Estas pensando como un politico, piensa como un guerrero, ve el punto debil, golpea en el. Demuestra que la espada es parte de ti como tu locuacidad, como tu labia, como la rabia que sentirias si te arrebataran lo que mas deseas, lo que mas amas.

No creo que pueda sentirme así, más que nada porque no quiero sentirme así. Sin embargo, voy a poner todo de mi parte para poder mejorar en lo que sea. Me froto la espalda, en la zona en que se espada ha golpeado y vuelvo a ponerme en guardia. Respiro profundamente y cierro unos instantes los ojos. Me concentro, los vuelvo a abrir, la miro, está preciosa, me distraigo. Vuelvo a cerrar los ojos, respiro profundamente, los vuelvo a abrir, la miro, ataco.

Un nuevo ataque desesperado, no esta mal, parece bien encaminado pero de todas maneras. Un rapido giro mientras desvio la espada y vuelvo a golpear haciendo un corte en el brazo.

Vas mejorando, pero aun te queda un largo camino. No veas a la mujer que amas, ve a tu enemigo, al que te lo arrebatara todo. vuelvo a ponerme en la posicion y espero

El ataque vuelve a ser infructuoso y esta vez me ha hecho un corte en el brazo. La camisa, rasgada empieza a mancharse de sangre. Suelto la espada y me quito la camisa, quedando solo con el pantalón.-Muy bonito... ahora no tengo qué ponerme-Ya que estoy me miro y-¡qué diablos!-me desabrocho el cinturón y me quito los pantalones.

Me quedo en mitad de la sala con los bóxer solamente. Ni zapatos ni calcetines, así agarran mejor los pies. Vuelvo a coger la espada y respiro, esta vez mirándola fijamente a los ojos-quién dijo nada de ver a una mujer-Me vuelvo a avalanzar sobre ella esperando esta vez tener más suerte.