Partida Rol por web

 ¿Qué era lo que pretendía?¿ganarme con promesas efímeras?¿cree que por ser una Asari ya lo tiene todo ganado? eso es lo que detestaba de estas razas.

- Sé que no siguen y probablemente sea por tu culpa, me temo que tendrás que buscarte a otro, no suenas lo suficientemente apetitosa como para ganarte mi apoyo, la galaxia es un lugar frío y no desde luego no es un lugar para almas benevolentes, pero al menos te haré ganar algo de tiempo, ignórame y sigue adelante - me giré bruscamente, haciendo el amago de que me había peleado con la Asari

- ¡Esta bien como tu digas! la próxima vez le pediré una cita a otro de mi raza maldita ramera - comenté mientras exaltado levantaba los brazos, creando una patética escena de rechazo que debería bastar para desvincularme de mi presencia junto a la Asari. En ese momento me di la vuelta para caminar en dirección contraria al que estaba tomando antes con el objetivo de toparme con el perseguidor/a "sin querer".

Después de haber esquivado la porra casi por los pelos, una sensación de que me están observando me sobrecoge y hace que me sienta que ahora no puedo fallar. Así que sin dudarlo un segundo contraataco al carcelero con todas mis fuerzas; lanzándome en una acción suicida.

A Dahyra se le ensombreció la mirada en cuanto el humano rechazó ayudarla, pero que se podría esperar de unos seres cuya esperanza de vida es tan corta, tan efímera y a pesar de ello se cren TAN importantes...Tranquilo humano y disfruta mientras puedas que cuando te llegue el día yo aún estaré en los albores de mi juventud...Siempre y cuando salga de esta, claro, ¡maldita sea!. Todo se le tenía que complicar.

-Gracias por nada, humano cobarde...dice Dahyra en un susurro casi inaudible apretando fuertemente los dientes. Parecía que el humano tomaba la dirección de los guardas, supuestamente para darle algo de tiempo, pero...¿y si en verdad la delataba? Debía escapar de allí cuanto antes, seguir corriendo y perderse entre la multitud de alguna calle transitada o en la oscuridad de alguna callejuela.

Echó a correr sin mirar atrás.

Después de terminar tu pequeña charla con la asari te diriges a los guardias que la persiguen con la intención de "ganar tiempo". Estos andan ojeando los rincones o los desvios sin salida de la calle, pero en el momento que te ven hablando con la que parece ser la "sospechosa" salen corriendo a tu encuentro, la asari sale despedida de allí y los guardias van detrás de ella.

- ¡¡Eh!! está ahí ¡¡detenedla!!.

El grupo de guardias avanzan pero uno de ellos, un turiano, se para a tu encuentro, los demás siguen de largo para cazar a la asari.

- Seguid vosotros yo ahora os alcanzo, estaremos en contacto por radio, ¡deprisa!. Sabemos que has estado hablando con la sospechosa humano (puedes ser por tu experiencia o por años y años de intercambios expresivos con alienígenas... pero notas un cierto tono de desprecio en la palabra "humano"), es peligrosa, dime ¿Te ha dicho a donde iba y que pensaba hacer?.

El turiano de mirada seria lleva un uniforme que por tus vivencias en Omega puedes identificar como el de los guardias del puerto de atraque, estos controlan que no pasen contrabando (con poco éxito) , evitan en menor o mayor medida los altercados entre bandas mercenarias y se ocupan de emergencías para naves. Lleva en las manos una escopeta de primera manufactura y una armadura media, por su forma de hablar denotas que no es un simple guardia...

Cuando acabas de hablar con el humano este sale andando en dirección contraria, hacia los guardias, con la intención de "ganar tiempo". Piensas que quedarse allí no es precisamente sano para tu libertad así que decides echar a correr antes de que te atrapen, pero en cuanto te das la espalda oyes lo siguiente:

- ¡¡Eh!! está ahí ¡¡detenedla!!.

Notas como te sube la adrenalina y corres como nunca escapando de ellos. Adviertes cuando miras para ver cuantos te persiguen que uno de ellos, un turiano, se ha parado a hablar con el mercenario, pero los demás siguen en su carrera para alcanzarte.

La carrera que inicias se te hace eterna; empiezas a andar entre calles, haciendo giros bruscos y rápidos, las fuerzas te van abandonando poco a poco y tu cansancio va en aumento, en cada uno de tus giros miras hacia atrás para ver si los has despistado pero estos guardias no parecen cansarse como tu.

Unos esfuerzos más te llevan a unas manzanas más adelante, las estrechas calles de Omega están llenas de suciedad, aliénigenas en la miseria, casas quemadas con señales de batallas y gente muy nerviosa pero al fin consigues despistarlos, inmediatamente te paras en seco notando cierto mareo y dando bocanadas de aire profundas para descansar cuanto antes.

Te sientas para recuperar energías unos minutos, pero al girar la esquina los vuelves a ver, ¡son ellos de nuevo!, aún no te han visto asi que te levantas apresurada y notas una mano que tira de ti hacia una bocacalle estrecha.

Una Asari, más bien sutíl y elegante te lleva un poco más adentro en la calle, parece sigilosa...

- !Sshhhh! silencio hermana, soy una agente de alguién que puede ayudarte, sabemos lo de tu pequeño accidente con los del puerto de atraque, si te alcanzan podrán llevarte ante la Seg-C. Supongo que no querrás que esto pase, asi que te ofrezco un trato, tu me acompañas y mi superior te ayudará con tu pequeño problemilla, sabrá darte una identidad para salir de aqui sin problemas. 

- A cambio tendrás que ayudarnos... claro está, ¿Qué me dices?

 Chasqueé la lengua al comprobar que todo se fue al garete cuando la Asari presa del pánico o a saber porqué echó a correr. Negué para mis adentros cuando vi como las fuerzas "opresoras" se dividían para poder darle caza mientras que uno de ellos con pinta de formar parte de las fuerzas de seguridad quería vanamente saber más cosas de mi y de ella

- Lamento no ser de utilidad, Turiano, pero no sé nada de ella. Esa Asari estuvo coqueteando conmigo en un bar y no quiso llegar a más, para mi que la habéis asustado - me froté las muñecas y me dispuse a seguir adelante

- ¿Puedo irme o tengo que contarle algo más de lo que he hecho en la noche? -

Rápidamente contratacas desde tu posición de ventaja al  Krogan, lanzas un veloz puñetazo que impacta en la armadura pesada del guardia, el golpe da en el blanco pero con escaso éxito ya que el krogan se gira y te propina un duro impacto con su porra eléctrica en tu hombro.

Una descarga eléctrica recorre todo tu cuerpo durante 3 segundos, los espasmos que sufres te dejan aturdido y caes al frío suelo sin remedio, no puedes ver más allá puesto que te has desmayado casi al instante.

Cuando despiertas lo primero que sientes es un aturdimiento que aun permanece en tu cuerpo y un intenso dolor en tu hombro. No puedes ver nada, la habitación en la que te encuentras está totalmente oscura, el tiempo pasa y no sabrías decir cuanto ha pasado desde que recibiste el golpe, el hambre está acabando con las pocas fuerzas que te quedan y nadie te ofrece nada de comida, te temes lo peor...

En tu estancia en la habitación has estado palpando por las paredes en busca de una salida o una cama, pero no hay nada; sólo un frío suelo de metal, una puerta cerrada con una rendija a la mitad (la cual también está cerrada) y unos grilletes que atan tus manos y tus piernas. En cuanto al sonido es extraño pero hay una total ausencia de ruido, como si la habitación estuviese insonorizada para el que está adentro.

El hambre te lleva hasta tal límite que te desmayas y no esperas despertar jamás... pero de repente la puerta ¡¡se abre!!, con las pocas fuerzas que te quedan te llevas las manos a los ojos, tus pupílas acostumbradas a la oscuridad han rechazado la luz y te producen un intenso molestar en tus ojos. Lo único que puedes es escuchar...

- Este es el turiano que te prometimos, no lo hemos matado, está enclenque por que no come en días pero se ha rebelado contra uno de nuestros guardias krogan y tiene coraje. Supongo que os servirá....por el precio que acordamos no os puedo ofrecer nada más...

- Esto no es lo que habíamos acordado, es un turiano casi muerto. Si conseguimos rehabilitarlo no se si servirá para nuestra misión...

Cuando tus ojos se acostumbran a la luz puedes ver a un turiano, un guardia seguramente y a un vorcha con el uniforme que según puedes reconocer pertenece a la manada sangrienta.

Mientras me despierto y me acostumbro a la luz, intento aclarar mi cabeza recapitulando en lo sucedido. ¿Pero qué ha pasado? .....ya recuerdo, ese krogan me dejo seco con la porra y mientras estaba inconsciente deben haberme traído a este contenedor; pero…. ¿con que propósito?

Levemente en el fondo del contenedor veo a dos tipos hablando, seguramente de mi, eso no lo dudo. Así que trago saliva en intento desesperadamente producir algún tipo de sonido para alertarlos de mi presencia.

- Perdona ¿Os importaría decirme dónde diantres estamos?
- Porque por lo que puedo suponer en la pulgatorio hace ya rato que no.

Debido a las fuerzas que has perdido lo único que te sale al intentar pronunciar las frases que tienes en mente son unos sonidos demasiado bajos y guturales para que los dos individuos puedan escucharte.

- ¿Qué dices turiano? (el vorcha mira al guardia) mira no puede casi ni hablar ¡ssharrgg! ¡nos vendeis basura!

El vorvha se acerca a ti con paso ligero, se agacha y acerca lo que parece ser su oido.

- Repite escoria, más alto.

Vuelves a repetir tus palabras al vorcha, esta vez sientes que las ha escuchado por que se levanta y echa una sonora carcajada

- Míralo Kuril si ni siquiera sabe donde está.. sharrggg.

El vorcha suelta una especie de ruido muy común entre los de su especie, significa que está descontento con la situación. Vuelve a agacharse junto a ti.

- Me han dicho que te llamas Joram Tarius, pues bien escúchame bien Joram; sigues en la Purgatorio, en las celdas de aislamiento, tu pequeña reyerta con el krogan ha hecho que acabes aquí.

- Pertenezco a la feroz banda de la Manada Sangrienta, no solemos aceptar a los turianos, son demasiado orgullosos para nuestro negocio, pero como vemos que tienes caracter vamos a darte una oportunidad, cuando te recuperes veremos que sabes hacer.

- Si no nos sirves, estas listo...

Notas una mirada de desprecio en el alienígena. Con un tono seco se dirige a ti.

- No... supongo que con eso bastará, gracias por tu colaboración, si sabes algo más sobre ella o sabes donde se encuentra no dudes en ir al puesto de guardia del puerto.

Tras decir esto sale corriendo en la misma dirección que han tomado los guardas hasta que se pierde de vista en la siguiente esquina. Recapitulas en tu memoria y miras tu omniherramienta, casi has consumido tus dos horas para volver junto a Aria, sólo te faltan 15 minutos.

Te recompones de lo sucedido y te pones en marcha. Puedes aprovechar para ir a una última tienda, pero rápidamente dado que Aria no es muy complaciente con aquellos que no siguen sus órdenes al pie de la letra.

 Cuando comprobé el tiempo que había pasado, casi me da por tirarme de los pelos en mitad de la calle. Había consumido casi la totalidad de mi tiempo y ni siquiera había visitado la tienda de armaduras y la más importante, la de las naves. Tuve que hacer una valoración de preferencias y sin lugar a dudas no podía presentarme ante Aria sin tener una nave, no dudé en maldecir el incidente en la tienda de armas y a la Asari criminal, si no hubiera surgido nada de eso yo ahora estaría con todo bien amarrado.

- Pues nada, no queda otra que ir corriendo a buscar una nave, maldita sea - dije en voz susurrante para autoconvencerme de que tenía que darme prisa.

Dahyra miró entre sorprendida y asustada a la asari que acababa de tirarle del brazo. Joder, no gano para sustos...El caso es que ahí estaba. Tenía apariencia elegante y unos ademanes sigilosos. Además parecía tener información sobre ella...Estupendo, lo que me faltaba...¡¿alguien no me conoce en este maldito planeta!?!

Lo que le ofrecía la asari era libertad ¿a cambio de que? La asari parecía peligrosa, no daba la impresión de pedir ayuda para algún problema sencillo...sin embargo era la única oportunidad que Dahyra veía para poder salir de ese lío. Se andaría con ojo y ante la mínima sensación de peligro o de traición por parte de la asari tomaría medidas...

-Me haces una oferta muy tentadora dada mi situación, y tu lo sabes... rechazarla sería megligente por mi parte. Eso si, si es algún truco o juego sucio no duraré en morir defendiéndome y te aseguro que me llevaré a más de uno por delante. Por mi parte podemos irnos ya.

Con rápidez consultas tu omniherramienta en busca de la localización de la tienda de naves usada Falcon. Pasas las calles a trote ligero, el tiempo pasa y deseas adquirir una de estas naves antes de que se te acabe el tiempo que Aria te ha dado. Vas cruzando calle por calle, en ellas hay gente de todo tipo y raza, algo habitual en Omega.

Sin más dilación llegas a la tienda de naves usadas Falcon , nada más llegar observas que en la puerta hay situados dos guardias humanos con los uniformes de Eclipse, la conocida banda mercenaria especializada en tecnología. Cuando pasas por la puerta te dedican una mirada rápida de inspección, cuando los ves más de cerca aprecias que van muy bien equipados, tus conocimientos en tecnología te sirven para identificar su equipo, unas armaduras de última generación acompañadas por una barrera biótica y unos fúsiles Thunder XII (de lo mejorcito que se puede encontrar).

Pasas los guardias y entras en la tienda, esta no tiene mucho de especial, maquetas de naves colgadas en una especie de muestrario, piezas sueltas esparcidas por la estancia, un mostrador con un Elcor sentado (nunca haz visto a nadie de esta raza, esta es la primera vez) y atras una especie de taller con un técnico quariano trabajando sobre un motor de impulsión, parece entusiasmado.

Te acercas al mostrador y el Elcor se levanta sobre sus cuatro patas. Es un aliénigena extraño que intimida tanto como un krogan, pero que inspira tranquilidad, parece que va a hablar...