Partida Rol por web

Ted simplemente asintió a su esposa. -Dorothy, prepara tu cacharro y disponte a filetear algunos bichos si se acercan demasiado. Alex, quédate junto a tu hermana y protégela. Sé que los dos lo haréis de maravilla.

Por su lado, el padre de familia se colocó junto a su esposa, con ls manos vacías pero preparado para defenderla de lo que pudieran encontrarse delante. Parecía rebosar determinación, calma e incluso una cierta serena felicidad.

Joanna abre el portón del fondo tocando la superficie negra, y la siguiente sala está vacía. Es una especie de antesala no demasiado grande con otra puerta similar en el lado contrario por que habéis entrado, junto a una mirilla rectangular al lado cerrada con un material transparente. A unos dos metros de altura hay unos conductos de ventilación estrechos, pues la sala al otro lado está atravesada por numerosos conductos y tubos. Parece tener una función más industrial o técnica, como un inmenso almacén.

A través de la mirilla rectangular se aprecia, además, numerosos contendores apilados. Uno de ellos ha caído de manera aparatosa y parece estar contra el portón que da acceso a la misma, cerrando su paso. Pero lo que atrae vuestras miradas es lo que hay en la zona izquierda. Un enorme robot junto a un panel de control. Su aspecto es intimidante, pues parece diseñados para derribar estructuras, portar pesos grandes o combatir. Los tres jóvenes de la familia se maravillan al ver algo que sólo existía hace poco tiempo en sus cómics y películas, y ahora estaba en la sala de al lado.

Viendo el brillo en los ojos de sus hijos, Ted se dejó llevar. -Entremos y hagámonos con ese cacharro. ¿Quién se atreve a conducirlo?

Dicho y hecho, él mismo accionó el mecanismo para abrir la puerta. Intentaría pasar por el mínimo hueco que dejaba el contenedor caído, pero aquella barriga había crecido demasiado en los últimos años. ¿Qué había sido del atleta de sus años mozos?

La puerta que da acceso al gran almacén hace un intento de abrise, pero está atorada. No se abre.

Me siento muy abrumada en toda esta situación y ni siquiera soy consciente de cuando mi madre me pide que active esa especie de mapa moderno. Así que, cuando salgo de mi estupor veo que es mi hermana quien lo tiene en sus manos y lo activa. No me enfado, me siento tan saturada que estoy medio ida y casi no me doy cuenta de todo lo que nos rodea.

Papá y mamá deciden que sigamos avanzando y yo no veo por qué no. Quiero dejar atrás todas esas cosas que me chillan que mi vida no es real, que el cariño que siento hacia mis padres y mis hermanos es mentira, que nuestra casa era mentira, que nuestros recuerdos no existían; porque para mí, todo esto es muy real y, el miedo cuando alguno está en peligro es real, y, como se me encoje el corazón cuando siento que nos separamos también es muy real.

Como antes sigo pegada a mamá y tomo mi mapeado cuando Dot me lo tiende. Sigo sus pasos en silencio.

La puerta por la que pretenden que pasemos esta atascada y no se abre.

-¿Intentamos abrirla entre todos?-sugiero.

Alex da un par de golpes al portón, vacila unos segundos y pega unos tirones. La puerta ni se inmuta. Tras cerca de veinte segundos de intentos, pone los brazos en jarra, dudoso.

- Es imposible.

Estaba consternada, no solo porque no podíamos avanzar o porque parecía que estábamos en un callejón sin salida, sino porque ademas algo nos seguía muy de cerca y no sabíamos que hacer para impedirlo.

Como el resto de mi familia mire por el "agujero" para ver lo que estaba evitando que se abriera la puerta.
-Creo que es ese bidón el que no nos deja abrir la puerta. Si pudiéramos usar eso. -Dije reparando en el Robot.- Ted interactúa con el panel de la puerta, mira a ver si puedes... -No estaba segura de que estu tuviera sentido pero estaba desesperada. -Mira a ver si puedes accionar el robot de la sala y que el nos ayude. Yo voy a intentar cerrar la puerta para que esas cosas no entren. -Busco un segundo panel en esa estancia, uno que como hiciera el del otro lado, dejara cerrarla.

- Creo que puedo aupar a Stacy o Dorothy al interior. - Dice Alex señalando al conducto de ventilación de la parte superior.

-El robot? Cómo coño voy a...?
La idea de Alex le pareció estupenda y asintió con entusiasmo, pero no pudo quedarse quieto.
-Voy a la otra habitación, a los monolitos horizontales. Será rápido. Dot, cubre a la familia con tu cacharro; y si te parece y oyes a esos bichos venir a despedazarme, siempre puedes echarme una mano... -añadió con sarcasmo.

Nada más posar tus manos sobre unos de los monolitos, un mensaje se forma en tu mente, como engranajes que giran sin dar pista alguna de su función hasta que llegan a su posición indicada y todo parece funcionar de una manera mágica. El mensaje que se forma es:

DESTINO ALCANZADO

UTILICE LANZADERA PARA DESCENDER AL PLANETA

A continuación, sientes que el monolito te ofrece distintas opciones, aunque no explícitamente, sino como un "¿Qué desea hacer a continuación?".

El tiempo corre velozmente, y aunque te gustaría meditar tranquilamente cómo hacer un buen uso del monolito, no te queda mucho tiempo.

Lanzadera? Ted miró alrededor, buscando algo que pudiera considerarse como tal. Aunque el destino no parecía muy halagüeño, si es que era aquel planeta de aire carcomido, siempre estaba bien tener una opción más. Fue la pregunta que formuló a los monolitos: dónde está la lanzadera? Mientras, miraba nervioso al lugar donde temía ver aparecer nuevas y espeluznantes criaturas, y en dirección opuesta, donde estaba su familia.

LA LANZADERA SE ENCUENTRA PREPARADA Y CON DESTINO FIJADO EN EL ALMACÉN

Mientras Ted interactúa con uno de los dos monolitos negros, escucháis el sonido del metal retorcerse mezclado con unos rugidos provenientes de múltiples direcciones. Las criaturas están intentando acceder a vuestra zona incluso por entre los conductos. El tiempo se agota.

Mierda de... ¿Y cuál cojones será el almacén?

Sin apenas tiempo para pensar, Ted se precipitó a través de la antesala, en busca de su familia, deseando que hubieran tenido suerte; y preguntándose si aquel sería el almacén donde se encuentra la lanzadera que quién sabe si no sería su mejor oportunidad...

-Alex, hazlo, pasa a las gemelas a la zona del robot. Y que ellas muevan las cajas del otro lado para que podamos abrir la puerta. -No quería contradecir a mi marido, pero el ruido de aquellas cosas me pusieron mas nerviosa de lo que ya estaba.

-Ted vuelve, esas cosas están por entrar. -Me sentía impotente, no sabia que hacer por primera vez, estábamos en un callejón sin salida y no sabia como solucionarlo.

Ted llegó cuando Joanna ordenaba a su hijo que ayudase a las gemelas a cruzar al otro lado. Un escalofrío le heló la espalda al notar el miedo en la voz de su mujer y oír cómo enviaba a sus dos hijitas a un cometido tal vez peligroso.

-Eh, Dorothy, déjanos tu picadora de carne si te vas al otro lado -exclamó, pues los monstruitos debían de estar cerca. -Acabo de enterarme de que hay una lanzadera por aquí, en alguna parte, preparada para bajar a ese planeta -añadió. -Está en el almacén. Creo que es ese cuarto bloqueado de ahí... Suena desesperado, y es lo que es; una última opción de huida si todo se tuerce, ¿entendido, familia?

Alex susurra en tono cómplice a su hermana Dorothy: - Puedes hacerlo, Doth.

Ella mantiene unos segundos la mirada de su hermano y ve la seguridad de la que es depositaria. Aprieta la mandíbula y deja la cortadora en el suelo. Alex la coge y la acerca al conducto, perdiéndose en él y quedando el resto de la familia a merced de una cuenta atrás que avanza demasiado rápido, acercando la amenaza de esas horribles criaturas.

Todos corréis a la mirilla, a ver qué hace la hija rebelde. Aparece por un lateral y corre a la puerta a apartar los contenedores que bloquean la puerta, pero es imposible para ella. Desesperada, se acerca al robot y da una vuelta a su alrededor, buscando un hálito de inspiración que le indique qué hacer. El robot es una mole de color negro de unas tres toneladas. El material del qué está hecho es imposible dilucidarlo a simple vista, pero parece más roca que metal. En lugar de manos, dispone de dos enormes pinzas capaces de triturar cualquier cosa que atrape. A un metro de dicho robot hay un panel negro que Dorothy no duda en tocar en cuanto lo ve. Un portón se abre en el robot, revelando un habitáculo para una persona. Ella trepa como un animal en plena huida, y se sienta en laa silla que hay. A su alrededor no hay botón ni mando alguno y, tras esos iniciales segundos de confusión, Dorothy parece quedar inconsciente, con su cuerpo tumbado en la silla, mientras una membrana transparente la recubre por completo. Entonces, el robot parece cobrar vida. Se eleva un metro, aproximadamente, y mueve sus pinzas de manera confusa. El robot, además, parece perder momentáneamente el equilibrio. "¿Qué demonios le está ocurriendo?" os preguntáis en vuestras cabezas. Tras unos segundos de titubeo, el robot se acerca al portón bloqueado y comienza a retirar los contenedores. Es rápido, pero no lo suficiente para impedir que no hagan su aparición vuestros perseguidores. Tres crías de criatura, que tienen un tamaño menor, han subido por el tubo, y ahora están cerca de Ted, otras las escucháis ascender por entre los conductos del suelo y aparecerán entre vuestros pies de un momento a otro.

Los segundos se alargan demasiado, y parecen una eternidad detrás de otra. Deseáis con todas vuestras fuerzas que Dorothy haga un buen trabajo y despeje la salida cuanto antes...

Como el resto de la familia observaba con horror como Dorothy perdía el conocimientos dentro de aquella maquina, golpeando la puerta con desesperación. Si no fuera porque al poco este se moviera para empezar a quietar los contenedores haciendo aquello para lo que había entrado mi hija, estaría desesperada por entrar ahí y sacar a mi hija de aquella maquina, a la fuerza si hiciera falta.

Pero el ruido que hacia las criaturas y la susodicha aparición no muy lejos de tres de ellas, quiso el destino que confiara en que aquel robot y mi corazonada y decidí coger su "cortadora" para defender al resto de la familia.

Un rápido vistazo me basto para saber que Ted estaba dolorido y cansado como para seguir protegiéndonos a expensas de su propia vida y que Alex con ese traje era mucho mas competente de lo que nunca fue así que tenia claro que debíamos hacer.

-¡Ted! Estas herido quédate con Stacy no te sobre-esfuerces, Alex ven, te necesito conmigo. -Dije levantando el arma al frente, cerrando por saber como usar aquella cosa. -Ten cuidado. -Le susurre a mi hijo sin que el resto de la familia pudiera escucharme.