Partida Rol por web

- claro que no, no los dejaré solos ! - gritó el príncipe, y los tentáculos sombras se formaron, eran alargados y corpóreos y retomó su carrera contra el asesino licano, pero otro automóvil voló por los aires, chocando con el anterior, y estallando  casi en el acto. la gran explosión retumbó por todos lados, y las carrocerías calcinadas volaron por los aires, cerrándole el paso a los vampiros, dejando al príncipe con el licano...

Escucharon nuevos rugidos, y esta vez una explosión al otro lado, los licanos estaban en el lugar, pero aún no los atacaban, quizás ni los esperaban, podrían entrar en el estado, o ir hacia donde habían explotado los automóviles.

Arkin se levanta algo aturdido y limpiandose algo de sangre de la boca -Mierda, joder Dante tenía razón! observó a aquel ser, era enorme y nunca había visto a uno.

Vió como miraba a Illana y se lanzó a por  con su pistola en mano, le intento placar por el costado para al menos, llamar la atención del berseker

Ni si quiera disimulé la cara de asco cuando vi al chupasangre, pero intuí que lo habían mandado para ayudar, así que tendría que tragar con ello.

-No se nada, solo me dieron esta dirección.- Me limité a responder, para después seguir avanzando en silencio.

La situación se empezó a volver caótica, pero claro, solo había una cosa peor que un conflicto chupasangure, y era que también hubiera hombres lobos en el ajo.

-Vamos no me jodas, ¿también hay perritos?- Pregunté irónicamente.

Acto seguido me dirigí al estadio, mi prioridad absoluta era encontrar a las chicas, me importaba una mierda que los seres sobrenaturales se mataran a leches entre ellos.

-Creed... se veía exactamente como una bestia, actuaba como una, olía como una e incluso tenía la misma mirada asesina. Pero no hay nada de raro en eso, después de todo es lo era. Una bestia sanguinaria sin escrúpulos.-

Mantiene la calma para analizar la situación, sin duda el licano no era un fácil oponente, pero le ganábamos en cantidad. Ademas, esto solo confirmaba las sospechas de O´Connor, los garras rojas están trabajando en conjunto con los rebeldes, es obvio que la orden también esta metida en esto. 

De repente el aullido de la manada complica la situación, y de repente una explosión. Alexander se cubre el rostro con su brazo derecho, sus ojos de vampiro son demasiado sensibles a la luz de aquella terrible llamarada. Su traje flamea brutalmente por la onda expansiva pero sus pies permanecen firmes en el pavimento, y su mente afilada- Señor Blackwood, creo que deberemos postergar su estrategia-

Creo que jamás se hubiera imaginado escuchar lo que estaban a punto de escupir mis labios, pero como ya dije... son tiempos difíciles. -Debemos ayudar al Principe, no podemos dejarlo solo con Creed. - Después de todo, a pesar de las diferencias es el Príncipe y pilar principal de la brotherhood.- piensa.

Longinus mira a los lados intentando analizar el terreno y ve la sombra de un pequeño paredón, contrastada por la furiosa luz del estadio y el fuego de la explosión. Voy a cruzar! sin pensarlo demasiado corre hacia ella y se arroja, fundiendo su cuerpo en la oscuridad hasta desaparecer.

Su objetivo es utilizarla como un pasaje sombrío para intentar aparecer en la misma sombra reflejada por Creed, justo a sus espaldas.

Siempre hay perros, no se de que te extrañas, pero ahora quizá halla algo más contesto sonriendo mientras preparo mi pistola. ¿Sabes que es un berserker?,ah y ten cuidado con los cultistas de Mammon que están haciendo sacrificios por aquí, los humanos tenéis una facilidad pasmosa para morir.

Iba a atacarlo, incluso desafiando lo que los demás vampiros habían sugerido, pero no pudo hacerlo, porque cuando había pasado al automóvil destruido, otro cayó  y explotó, empujándolo hacia delante, rechazó la caída con una rodilla en el suelo, y levantó la cara para fijar a su presa,

Creed...

Corrió hacia él, los tentáculos volvieron a salir de su cuerpo, y atacaban al licano como si se tratasen de estacas...

Creed es rápido, pavorosamente rápido.
No tanto como el príncipe claro, un vampiro siempre será más sutil que un Lycan.
Pero lo que a Creed le falta de destreza para igualar al príncipe lo equipara con una bestial agresividad que le dota de un brío demoniaco.
Todos escuchan el rugido que brota desde las profundidades del alma de creed.
Es un grito primitivo, animal, un sonido incapaz de salir de garganta humana o vampira, está cargado de odio, lleva impresa la huella del mal, y se extiende en invisibles ondas discordantes que ponen los pelos de punta a más de uno.
El salto que lleva a cabo nada tiene de normal, se eleva con fuerzas hacia el príncipe elevándose varios metros del suelo con las piernas y manos por delante como una pantera lanzándose desde un alto árbol sobre su indefensa presa.
Le ven volar, mientras los segundos se detienen congelando la imagen a sus percepciones, ¡en verdad debe ser cierto todo lo que se dice de él!, verlo así,  - en vivo y en directo -, les hiela la sangre (aunque no lo admitirían nunca públicamente), ya que la cosa con forma humana que vuela hacia su príncipe no es tan solo el líder de los garras rojas.
El ser que cae desde los cielos es la misma bestialidad hecha carne, una maquina nacida para el caos, la pareja de baile de la muerte.
Cae con fuerza, muy próximo a su señor, Alexander ha caído por la fuerza de la explosión pero lejos esta de encontrarse indefenso.
Desde la misma sombra que se prolonga bajo el nacen unos tentáculos sombrios clavándose con fuerza en el cuerpo de creed.
La sangre del Lycan se proyecta desde su espalda en un fuerte chorro manchando sus ropas y el cemento del piso.
Creed parece no percatarse del daño sufrido, sus rostro desencajado por la ira asesina solo se permite ofrecer un pronto dolor a su adversario.
Y está claro que Creed no promete en vano lo que va a ofrecer.
El ruido de los autos incendiándose y las explosiones secundarias de los depósitos de combustible lo llenan todo, pero sobre el discordante ruido ambiente que ahora los envuelve el grito del príncipe se escucha con claridad cuando las poderosas garras del Lycan se cierran con monumental presión sobre los delgados hombros del vampiro.

La improvisada e impensada dupla decide entrar en el estadio, ambos van armados, sienten el peso de sus armas en sus manos, y por qué no, los nervios de aventurarse a aquel lugar, se escuchan más rugidos, y el aire se ha enrarecido... a medida que van corriendo hacia el estadio, ya la luz se hace escasa, sólo distinguen que las rejas de la entrada están destruidas, algo con gran fuerza la ha tumbado,los fieros están retorcidos  y pueden ver el largo pasillo es de unos dos metros de alto por tres metros de ancho, negro como boca de lobo, los que han ido, saben que esos pasillos son así y se comunican con otros pasillos, como este, que no es directo al estadio...

Los tres vampiros que venían con el príncipe, corren hacia le príncipe, pero son detenidos por las llamas y deben voltearse para no salir lastimados, y cuando todo pasa, sale velozmente para defender a su príncipe, y  sacan sus pistolas para atacar al licano.

La bestia híbrida lanza un gran rugido, enorme, terrible, y se dispone a atacar a Illana, Arkin estaba lejos, o eso creyó esta criatura, si es que logran pensar en algo, porque por lo menos, los licanos pueden mantener su conciencia, pero estas criaturas son solo fuerza y potencia terrible, sólo les importa destruir todo.

El licano logra recuperarse, había sido lanzado lejos pero su corpulencia pero se recupera asombrosamente rápido, era un licano curtido en la guerra, en el combate, mientras Illana intenta escapar del ataque del Bekerser, su cuerpo ágil se alargó para zafarse, pero las garras de  esa criatura la lastiman, rasgando sus ropas y la piel de su abdomen, duele... arde, es como si con cuchillas cortaran tu piel, pero la criatura no alcanza a atrapar a la fianna, Arkin aparece por detrás, y agarra a la criatura por el torso atrapando a sus brazos, usando su gran fuerza, sus brazos toman la fueza de los licanos, sin transformarse...

EL Berkeser intenta zafarse, pero el agarre es fuerte, asombrosamente fuerte,  y lanza otro rugido,  luchando para soltarse del licano...

Al fundir su cuerpo en la sombra, Alexander se pierde en una nebulosa de oscuridad, navegando en el limbo sombrío en busca del camino. El silencio se apodera de sus sentidos mientras se sumerge en las confusas profundidades del pasaje.

Vacía su mente por unos segundos, dejando escapar una casi una eternidad de recuerdos y pensamientos, la adrenalina disminuye y al fin logra enfocar su objetivo. En ese momento puede distinguir el camino con claridad, la salida se hace clara y ya casi puede olfatear la salvaje sombra del licano.

La esbelta silueta sombría del vampiro emerge con notable velocidad desde la sombra de Creed, a medida que se eleva en el aire por el impuso, su forma se torna corporea y se dirige hacia la bestia asesina, dejando una estela de humo negro a su paso, como si salpicara despojos de la misma sombra.

Mientras aún se encuentra en el aire, lleva su mano al bolsillo interno de su traje con la velocidad que solo un vampiro posee, para tomar su encendedor de plata. Lo toma justo entre sus dedos cerrando fuertemente el puño y dejando un extremo hacia afuera. 

Enfoca su puño acompañado de un brillo metálico justo a la nuca de Creed, intenta explotar su alergia a la plata para causar el mayor daño posible o al menos entorpecer al licano. Alexander nunca ataca torpemente, siempre tiene una estrategia.