Partida Rol por web

Finalmente me había decidido por disparar en la cabeza, y aquello había parecido bastante efectivo, si bien la bestia seguía viva y más loca que nunca, ahora daba bandazos, que aunque imprecisos, podían ser mortales. El chupasangre siguió ayudando desde su segura posición, me hacía gracia su cobardía, teniendo en cuenta que sus habilidades físicas superaban en mucho las mías, pero yo no tenía miedo, estaba vivo solo para poner fin a este tipo de criaturas, y cuando me llegara la hora, en fin, me llegaría sin más. En aquel mundo tener miedo era igual a estar muerto, simplemente no te lo podías permitir.

Saqué mi hacha y me intenté acercar con un movimiento enérgico y contundente, intentando evitar cualquier golpe para cortar la cabeza.

Mientras iban en el coche, Peyton miraba hacia el exterior en silencio, dándole vueltas a lo ocurrido con anterioridad en el bosque. Dante le explicaba todo al detalle, pero ella no parecía muy atraída por sus palabras, más bien estaba completamente ausente. Sus manos jugaban con su arma secundaria, armándola y desarmándola con una velocidad vertiginosa, la daga, que era algo mayor a las normales tenía una hermana gemela, que al unirlas hacían una hoja serpenteante. La empuñadura estaba perfectamente trabajada, para que el manejo de la misma fuese fácil. Cuando sintió el click, separó ambas dagas y las guardó en sus vainas, en los laterales de su cadera.- Debemos hablar… Lo sabes.-No dijo más, abrió la puerta del automóvil y se bajó con gracia, cómo solía hacerlo siempre. Antes que cerrase el coche, abrió la puerta trasera, sacando sus dos katanas. Tras cerrar la puerta las apoyó contra el coche, colocándose el arnés. Todos sabían que la pelea a distancia era su mayor debilidad, si en algo destacaba era cuerpo a cuerpo, pues tenía una gran destreza y experiencia. Sin esperar mucho más, colocó ambas cuchillas en su espada, dentro de las vainas, para que estas no le rozasen a ella ¿Razón? Ambas katanas, al contrario que las dagas, tenían las hojas de plata. Ella sabía que eran un peligro para ella, pero aún así las usaba en combate. Si debía jugar, prefería hacerlo con un punto a favor.

Iba a ir hacia Dante cuando lo vio correr, alzó la mirada viendo a la “pareja” tirada, sin dudarlo corrió hacia ellos sorprendida. A la primera que ayudó fue a la Fianna, la levantó del suelo y le echo un vistazo rápido.- ¿Estás bien?.-Su voz salió seca, con un toque de bordería. Pese a intentar evitarlo, no lo había conseguido, ni por asomo.- Arkin…-Peyton sintió que la sangre le hervía por dentro, odiaba que dañasen a su familia y más aún que los atacasen. Sin poder evitarlo soltó un tipo de gruñido amenazador, sus manos se aferraron a los puñales de las dagas, pero se soltaron. Por primera vez estaba intentando usar su autocontrol, de no conseguirlo, que fue el caso saldría hacia el lugar en busca de “venganza”.- Lo… Lo sient…-Tanto Dante, cómo Arkin conocían de los estados de “Frenesí” de Peyton, nunca había sido capaz de controlarlos, pese a que no llegaba a la transformación, si perdía un poco el umbral de la cordura.

Dio un impulso y salió corriendo hacia el lugar, mientras sus manos subían hacia las empuñaduras de las katanas, desenvainándolas. Ella en ese momento no era consciente de lo que podía hacer un Berseker, por lo que si no la frenaba alguien, iría directa a por él en busca de pelea.

Por desgracia, el otro vampiro que asesinaba al hombre estaba demasiado lejos, no alcanzas a llegar donde él,  ya la sientes demasiado cerca de ti, está encima de ti, te giras sabes que no alcanzaras a llegar donde el otro vampiro, que está varios metros lejos de ti, te giras y la tienes encima, sientes el dolor intenso que te genera una de esas estacas enterradas en tu muslo y brazo derecho, va a matarte, lo puedes ver en sus ojos preciosos, pero tan llenos de maldad y crueldad.

- estás  loco, ninguno de ustedes puede con  una de esas bestias, no pueden, les ordeno quedarse aquí - exclama  con furia, agarrando a Arkin de un brazo, no iba a dejar que se fuera, - Illana quedáte con él, y tú Peyton...- se giró hacia su carrocha, esa expresión era inconfundible, la chica estaba apunto de tener un ataque de rabia, sus mejillas rojas, ligeramente infladas, y sus labios fruncidos, Peyton..

- Peyton - la llamó con voz de mando, pero la chica ni lo escuchó, al contrario se disculpó, y salió corriendo hacia el estadio, bufó y lanzó una maldición entre dientes - si pueden mantenerse en pie, seguidme, debemos ir a sacar a tu hermana de ahí! - exclama a los dos licanos, sabía que Arkin estaba herido, pero puede prestar apoyo, así como Illana mientras él saca de ahí a la chiquilla loca que se había lanzado a su muerte,.

Corres hacia el estadio, no tardas mucho en entrar a su pasillo, tan oscuro, pero sigues corriendo, parece no importarte ser escuchada, sólo querías detener al berkeser, y en la oscuridad no te pierdes, gira por una esquina y puedes ver la luz del estadio, sigues corriendo y logras salir a la cancha. Llegas a las galerías, a una de las escaleras, el lugar es enorme, pero puedes ver dos cosas, frente a ti, a un hombre disparando, y a otro peleando directamente con una bestia enorme, no era un licano a pesar de parecerlo, pero era más grande y terrible que uno, sus rugidos se escuchaban en todos lados.

Abajo, en donde está la cancha, ves a tres cruces, en donde hay tres chicas, dos de ellas muertas, asesinadas y con las viceras en el suelo, su cuerpos pendían de esas cruces, y la tercera, que estaba en medio, no sabías si estaba viva o muerta, estaba  colgando de la cruz, pero no estaba rasgado su cuerpo desnudo.

Habían dos hombres, uno de ellos estaba siendo ensartado por las estacas de oscuridad de una vampiresa de cabellos rojos, mientras que el otro hombre estaba siendo mordido por otro vampiro, pero este ya no se movía, seguramente estaba muerto...

Creed era un veterano de muchísimas batallas, por eso fue extraño que aquel vampiro pudiese acercársele tanto y aun mas, atacarle por la espalda.
Si Creed pudo ser sorprendido o dejo que le atacasen es algo que no podemos saber, aunque si vemos con detenimiento lo que paso a continuación no es imposible el evitar pensar que el poderoso lycano, no estaba ajeno a la proximidad de su adversario aunque le permitió acercarse quizás mas enfocado al príncipe que a sus seguidores.

La plata y los hombre lobos no se llevan muy bien, Creed aúlla de dolor por el golpe del vampiro sin intentar esquivarlo y aun manteniendo al príncipe presa de sus garras.
Incluso se dobla sobre si mismo presa del dolor que le provoca el áureo metal sobre la piel, quizás no fuera tan fuerte como se decía, o tal vez aquel hombre no poseyera la capacidad de planear, la inventiva fría y precisa de los vampiros.

¿o si?

Longinus siente sus ropas estrujarse a la altura del pecho cuando Creed le agarra con fuerzas del pecho, sacrificando la posibilidad de parar el hombre lobo se ha concentrado en poder incrementar su ataque, la fuerza de ese brazo es gigantesca cuando levanta al vampiro como si fuera una hoja de papel y lo lanza sobre el anillo de fuego que separa al príncipe de sus vástagos.
Longinus siente el fuego cercano con miedo, pero afortunadamente pasa lejos de las llamas evitando el daño y cuando cae sobre el suelo, lo hace aparatosamente pero sin daños.

¿Acaso se ha apiadado de el Creed?, no por supuesto, el vampiro ahora lo entiende.

Aquel aullido que lanzase el hombre lobo no fue de dolor solamente, era un llamado, un llamado del macho alfa a su manada, Longinus les ve ahora saliendo de entre las sombras, 2 cachorros de lobo que pasan rápidos y furiosos hacia los compañeros del vampiro, y para el mudo espectador de lo que sucede, también se ha planeado algo sin precedentes.

Las sombras del estadio aun no ha fagocitado todo el mal que Creed ha preparado para los vampiros, una criatura horrenda y malformada deja la oscuridad, mirando con sus ojos teñidos de escarlata al vampiro.
Es un berserker, la más abyecta creación de Creed.

Y por supuesto un enemigo terriblemente difícil de evitar.

Escuchas unos pasos y luego ves a Dante a tu lado, te sujeta del  hombro, e iba a decirte algo, pero se queda callado al ver lo que estaba pasando, la escena era dantesca, esas chicas muertas, y los  humanos peleando.

- ve por la chica, sácala, yo me ocupo de los licanos - ruge y baja corriendo las escaleras mientras su cuerpo se va transformando hasta tomar la forma licana, él al ser un licano mayor  tenía control absoluto de su estado licano, y ya transformado, saltó las barandas y cayo en la pista, desde unos tres metros de altura. Aulló y los vampiros parecen notarlo.

Mientras sufres ese terrible dolor, y decides atacar con el virote a la vampiresa,  escuchas un aullido y ves correr hacia ti a un animal, era un lobo andrógeno de pelaje blanco y taclea a la vampiresa lanzándola lejos, las estacas se salen de tu cuerpo, rasgando la piel, pero por lo menos, no te mata,  caes al suelo y quedas a los pies de esa criatura que te mira de reojo, como queriéndote decir que te vayas... Estas herido, pero puedes moverte, no rápido, pero si para poder largarte de ahí, si lo deseas, claro.

El vampiro deja de beber la sangre del humano, ya al ver a su amante lastimada se lanza contra el licano, pero es repelido de un solo manotazo por el licano, que lo lanza junto a a su amante, con el abdomen rasgado por las garras de aquella criatura. da un paso hacia delante para defender al humano y a una peliblanca que viene corriendo desde donde salió el licano.

mientras decides que hacer, DAnte ya transformado a atacado a la vampiresa lanzándola lejos, y separándola del humano, que cae al suelo mal herido, el otro vampiro intenta atacarlo, pero es lanzado lejos también de un solo manotazo del macho alfa...

Caes, es una caída estrepitosa, y cuando llegas al descanso de las escaleras, te duele todo el cuerpo, ¿creíste que el estar muerto te iba a impedir experimentar este tipo de dolor? No, lo sientes y es intenso, y te miras el brazo izquierdo, está zafado desde el hombro, el dolor es intenso, y habrá que acomodar los huesos, pero estas a una distancia de unos 15 metros del berkeser que amenaza con matar al humano, disparas, la bala hace una hipérbole hasta entrar en el cuello de la criatura...

La criatura media torpe, va acabar contigo, sus garras van a cortarte en pedacitos, pero escuchas el zumbido de una bala, que le da a la criatura, y aprovechas ese instante, ese micro instante para usar tu hacha y enterrarla en el mismo lugar que la bala entró, la criatura grita, es un ronco rugido, con su otra mano te agarra el brazo con el que lo atacaste con el hacha,  lo apretó, sientes el dolor y tus huesos crujir,  te alza  pero notas que no es demasiado fuerte,  te blande como si carecieras peso, y te lanza contra la pared, el Berkeser se mueve errático hacia delante, bufeando con su garra en el cuello,  se tambalea y rueda por las bancas,  cayendo hasta la tercera fila en donde queda... Su cuerpo va transformándose y volviendo a su forma humana.... había muerto...

Me masajeo el brazo dolorido por el fuerte apretón del ser y suspiro, ha ido por poco. Quizás lanzarme a lo loco no fue la mejor idea del mundo, pero el chupasangre me había cubierto bien, por un momento había temido que disparara como el culo y me diera a mi, después de haber visto su primer tiro.
Le pego una patada al cuerpo muerto del mestizo y miro desafiante al chupasangre.

-¡¿Que coño es esto?! ¡¿En que nos hemos metido?!

Mientras intentan comprender la suerte que tuvieron, y lo cerca de la muerte que estuvieron, escuchan otro aullido, pero esta vez, es un licano - sólo Alfonso puede saber que lo es - de lomo blanco que corre hacia donde estaban los vampiros con las tres cruces, y separa a una vampiresa de su presa humana, el hombre de sombrero cae al suelo, cuando es derribada por el licano, y luego, un segundo vampiro que acaba de matar a un hombre, también vuela por los aires al ser repelido por el licano, que parece defender al humano herido y a las mujeres que estaban en las cruces.

esta escena se desarrolla en la cancha, para llegar a ellos, tendría que saltar desde las galerías a la cancha,eso son unos tres metros y correr unos 10 hasta llegar donde ellos, o bajar las escaleras internas hasta llegar a la cancha, debiendo volver por donde entraron  y buscar el camino a la cancha.

Mientras corría por los pasillos en busca de su presa, sentía cómo su sangre hervía llena de rabia, al ser tan joven sus iras siempre desembocaban en lo mismo y pocas veces era capaz de volver a la normalidad. Al llegar al borde, observó toda la escena, sus grandes ojos se clavaron en los cuerpos eviscerados de aquellas dos jóvenes, por un momento puso una mueca de asco, pues odiaba aquel tipo de cosas. Apartando la mirada, siguió observando todo en silencio, dos vampiros llamaron su atención, pero otro cuerpo aún sin tocar le atrajo mucho más ¿Estaría viva? No estaba segura, pero de ser así, había corrido una gran suerte.

-¡HMM!-Dio un brinco, girándose un poco para ver quien le había agarrado con esa fuerza el hombro, al ver quien era se quedó algo sorprendida, pero no dijo nada. Llevó su mano libre hacia la de él, pero cuando estaba apunto de tocarle, para apartarlo vio que le daba una orden. Miró a la chica y después a Dante.- Está bien… ¡Pero.. Dante, ten cuidado!-Pidió la cachorra mientras envainaba de nuevo las katanas, dando un salto hacia la parte de debajo de las gradas, cuando sus pies tocaron el suelo, su cuerpo se levantó lentamente. Miró primero a un lado, después al otro, en ese lado estaba él transformado, peleando con las vampiras. Un extraño escalofrío la recorrió de arriba abajo. “Vamos, Peyton… ¡Corre, ahora!” Pensó. Sin esperar salió corriendo hacia el centro de la cancha, al llegar levantó la mirada confusa, mirando el cuerpo de la joven. Que había hecho aquella pobre desgraciada para verse metida en tal batalla. Sacó una de las dagas,para ayudarse a la hora de quitarle los clavos, pero de poco sirvió su sutileza. Por más que había ido con cuidado, las heridas ya sangrantes, empezaron a manar aún más sangre, la cual manchó las ropas de la cachorra. Sin esperar mucho más, arrancó los clavos de sus manos con cuidado de no desgarrarla aún más, pero ni eso sirvió para que el cuerpo de ella cayese hacia adelante. Peyton reaccionó rápido, tomándola en brazos, el peso muerto de la chica ni siquiera la inmutó, dándole un suave meneo la acomodó bien en sus brazos, para después salir corriendo de nuevo.

No  tardó demasiado en llegar a la grada, miró primero a un lado, después al otro. No sabía cómo subir el cuerpo de la chiquilla sin hacerle daño. Finalmente la escondió detrás de unos hierros, cubriéndola con su propia chaqueta, al menos el olor quedaría oculto por el de Peyton. Tras eso se levantó de nuevo, sacando las katanas, hecho eso buscó con la mirada a su líder para ayudarle, estaba más que decidida a quedarse, por mucho que él le dijese, ella iría a defenderlo si era necesario.

Se llevó dos dedos a los labios, emitiendo un fuerte silbido con la intención de llamar la atención de Dante y así darle a ver que estaba allí para ayudarle. Después de eso su mirada vagó por cada rincón en busca de la otra bestia, el Berseker. Esta vez intentaría mantenerse alejada de él, controlándolo en todo instante de ser necesario.

Que más te da eso??? Con esta lacónica contestación doy por terminada la conversación con el humano y tras descolgarme por las galerías avanzo hasta ponerme a distancia de tiro y disparo sobre uno de los vampiros de la Orden de Caín

Entra en las sombras creadas por los vampiros que aún estaban vivos, y olisquea el aire para poder encontrar a los no muertos, sus sentidos son agudos y por desgracia, las sombras no logran ocular el olor a cementerio que naturalmente posee un vampiro...

¿Por qué todos los chupasangres tenían que ser tan capullos? ¿no les bastaba con ser unas bestias desalmadas? Estube tentado a seguirle, pero lo más probable es que en esa caída me jodiera algo, así que decidí dar la vuelta esperando no tardar mucho en llegar a la pista. Aquellas chicas necesitaban mi ayuda.

Corres por el pasillo oscuro, recuerdas como es ese lugar, habías conocido a una chica que era novia de un jugador, una ninfomana que te llevaba a los camarines para hacerte sexo oral mientras su novio entrenaba, así que sabías donde ir. Llegaste a los pasillo, y bajas las escaleras, y llegas al primer piso, ahora ves la salida a la cancha, estás cerca de esta, y de ahí, la salida a la cancha.

Luego de pasar peligrosamente sobre las llamas y dar dos vueltas en el suelo que habrían lastimado seriamente a un humano común, se aferra en el suelo y logra incorporarse rápidamente aprovechando la inercia del vuelo.

Se sacude el polvo de su ropa maltrecha y observa con impotencia el aro de fuego. Al parecer sus intentos de distraer a Creed para salvar al príncipe se habían frustrado y ahora la situación empeora aún más. Una grotesca abominación de dos metros y medio de altura hace su aparición de entre las sombras para marcar el inicio de la desesperación. 

La mente fría del vampiro bicentenario le impide exasperarse y solo se limita a analizar la criatura con cautela.

-Esta misión ya no tiene un propósito, se a convertido en una guerra sin cuartel- 

Su cuerpo se funde en un manto de oscuridad y desaparece de la escena perdido entre las sombras. Ahora solo queda escabullirse entre las sombras en busca de su compañero Tarmes y plantear una nueva estrategia.