Partida Rol por web

Midnight Special

II - Texas

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11/07/2020, 21:06
Samantha Riley

Me acerco a Trenty mientras Victoria despierta a la niña y le tomo el pulso.

No tienes el pulso demasiado acelerado - comento -. Eso quiere decir que no tienes ninguna hemorragia importante. Si necesitas ayuda avísame y la próxima vez lo hacemos juntos. No tienes que cargar solo con estas cosas.

Tras el despertar de la bella durmiente me adelanto a presentarme.

Hola Gloria- saludo de un modo algo infantil, pero volviendo rápidamente a la seriedad -. Victoria, Trenty, Joss, Angelo, Verónica y Samantha. Venimos a salvarte. Me encantaría contarte más, pero ahora mismo preferiría hacerlo cuando nuestro pellejo no esté en peligro.

Resumo rápidamente antes de mirar fuera y comenzar a andar por el pasillo, con un arma en la mano por si lo de la cabeza les empieza a funcionar y no podemos dejarles inconscientes.

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14/07/2020, 16:26
Gloria Lambright

Gloria parpadea frunciendo el ceño, con cara somnolienta. Mira a cada uno de los presentes según los presenta Samantha. -Hola. -Responde con una voz aguda e infantil, que la hace parecer una inofensiva niña de seis años. Se incorpora y se frota los ojos. Tiene el pelo rubio y corto, y su tez es blanquecina. -He soñado con vosotros, ¿sois mis amigos? Sobre todo contigo. -Apunta con su dedito a Angelo y lo mira fijamente. La niña tiene una mirada severa que contrasta con sus gestos y su aspecto angelical. -Pensaba que estaba sola. Al principio me trataban bien, pero luego ya no. Son malos y dicen que yo soy mala, pero yo soy la elegida de Dios, mi otra familia lo dijo ¿Me llevaréis con ellos y con mi hermana Esther?

Sam puede leer, y todos, al estar compartiéndolo, que Gloria se debate entre la rabia, la duda y la tristeza. Aunque su pequeña mente infantil, las compensa con fantasías basadas en los cuentos que lee. Cree que está viviendo una aventura que dura demasiado. Ahora está contenta por haber encontrado a esos otros niños con los que ha soñado ¿Sus amigos? ¿Cómo han llegado hasta aquí?

Sam también lee que, cuando la pequeña recuerda a su antigua familia, los amish con los que se crió, sus recuerdos son vagos y deformados, pues solo tenía tres años. A esa edad fue cuando las máquinas empezaron a hablarle, las máquinas del demonio. Eran máquinas del demonio porque los amish no las tenían en su antiguo hogar. Y cuando ellos vieron el poder que tenía Gloria, fue como tener una mesías en la congregación. Una joven con el poder destruir las máquinas. Creyeron que era una especie de elegida desde que vieron cómo en la tienda del pueblo, la niña destruía los aparatos mientras sus ojos brillaban intensamente. Tenía que ser obra de Dios. De hecho, la joven también hablaba a veces en un idioma extraño, que a los fieles amish les parecían palabras santas, el idioma del cielo. Pero esas palabras no eran más que códigos secretos militares y del gobierno. Un día, los hombres de negro se la llevaron por orden del gobierno, o eso dijeron, y nunca regresó. Desde entonces reside en este complejo, o al menos es todo lo que la niña recuerda. 

Se levanta y mira con curiosidad. -¿Dónde vamos? Yo puedo ayudar con el don de Dios. Os protegeré, ¿vale? Seguidme, conozco un sitio por el que salir. -Como si de una heroína de cuento de tratase, cruza la estancia, pizpireta, y sale por la puerta tras Sam. -¡Venga, vamos! Tened cuidado, que no os vea Alan. -Alan se dibuja en la mente de Sam como el Magus.  Angelo y Joss lo reconocen, y para Victoria es Alan Walker, el tipo de la Triple Nine Society. -Hola, ¿tú también vienes? Vamos. -Dice la niña a Liliam. Como ya todos pueden suponer, su compuerta está abierta desde el principio. 

Notas de juego

-Continúo después-

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15/07/2020, 00:41
Narrador

Lo que sucede después no se lo esperan. Una vez que todos salen de la habitación junto a Gloria, las luces de los pasillos por donde caminan y de las estancias circundantes, no cesan de parpadear afectadas por la pequeña. De vez en cuando, alguna que otra lámpara no lo soporta y explota en alguna parte. Las puertas electrónicas se abren, los móviles de los presentes se estropean... Cualquier objeto con un mínimo de electricidad o electrónica se ve afectado por la mente de Gloria, que camina con paso decidido, impasible ante lo que ocurre. 

Angelo y Sam saben que los está dirigiendo hasta la tubería de alcantarillado que sube al exterior desde la piscina de pruebas. El mismo sitio por el que escapó la última vez. Verónica llega a esa conclusión. 

 -Gloria, ¿estás segura de que no es mejor ir por otro sitio? -Le dice la mujer de forma suave. 

 La pequeña se detiene cuando oye las palabras de Verónica. Se gira para mirarla. -Es el único camino. Ya están aquí. Es Alan, ha venido con los demás. -Se vuelve a girar y continúa andando por el pasillo. A Angelo le suena todo este camino, y sabe que la extraña piscina está cerca. Sam sabe que Grloria está recibiendo las comunicaciones de radio de los walkies de los tipos de la Orden. 

 Trenty recibe una alerta mental proveniente de Liliam. El adolescente llega corriendo hasta donde están los niños. Se detiene unos metros más adelante, apoyando sus manos en las rodillas y respirando fuerte, visiblemente cansado de correr. -Es... es cierto. La niña... tiene razón. Ha venido todo cristo aquí. Personas armadas y el tipo ese, Alan Walker, con un casco en la cabeza. Están... están cubriendo todas las salidas, todos los pasillos, están tomando el ascensor para bajar. Tenemos que irnos de aquí cagando leches... 

 -¡No, no es el único camino! -Dice Joss con emoción. -¡Está la salida por la que bajó Liliam, el conducto de ventilación! Tengo una idea y te necesito, Angelo. Una última huida de las nuestras. El espectro de Angelo y yo saldremos por el conducto de ventilación y atraeremos a esos cabrones, que deben estar custodiando la salida de la alcantarilla, pues saben que Gloria saldrá por allí. Los llevaremos hacia el bosque. Luego yo puedo hacerme pasar por cualquier bicho y largarme de allí. 

 -Si, pero eso llevará tiempo y nos van a alcanzar. Tenemos que retenerlos de alguna forma hasta que lo consigáis. -Observa Victoria. -Trenty, ¿estás listo? Bloqueemos el ascensor para que no puedan bajar. Necesitaremos el apoyo de Sam y... -Sin pensarlo dos veces, Gloria también se apunta. -Liliam, tu ve a vigilar arriba y avisa a Trenty cuando la salida esté despejada. 

Verónica los mira orgullosa. Ninguno de ellos ha caído en la cuenta de que, tal vez, ella no va a caber por los conductos de agua de la piscina. Lo piensa, y ahora Samantha también lo sabe. Lee en la mente de Verónica que ella está casi segura de que no a va a salir con vida del complejo, pero no le importa. 

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15/07/2020, 01:21
Narrador

Todos se ponen en marcha, una vez más. Angelo da rienda suelta a su avatar, que acompaña a Joss hasta el conducto de ventilación. El conducto es demasiado liso y vertical y a Joss le cuesta mucho subir. 

Mientras tanto, Victoria, Sam, Trenty y Gloria se dirigen al ascensor mientras Verónica queda al cuidado del cuerpo en trance de Angelo. La pequeña Gloria chamusca todo circuito dentro del radio de sus ondas electromagnéticas mentales. Incluido el ascensor, luces, walkies y cualquier otro sistema de comunicaciones de que dispongan los hombres de negro. Victoria deja inconscientes a un par de personas que ya estaban intentando bajar por sus medios a pesar de que el ascensor no funciona. Ahí es cuando llega el momento de Trenty, que con la ayuda mental de Sam para soportar semejante carga, desbloquea bruscamente las sujeciones del ascensor, que cae hasta abajo movido por la mente del niño. Cuando la cabina llega hasta el suelo, Trenty, con un grito de rabia y los ojos encendidos, aplasta el ascensor convirtiéndolo en un amasijo de metal. Ahora es casi imposible acceder al él desde arriba, así como atravesar la puerta del piso de abajo, donde se encuentran. Victoria noquea a otros dos hombres que se asoman desde lo alto para ver el espectáculo por el hueco del ascensor. Ella no los ve en ningún momento, pero no es necesario estando conectada con la mente de Sam. 

Joss y Angelo llegan al exterior y salen por el conducto de ventilación por el que entró Liliam. Los tipos no tardan en percatarse, y dan la voz de alarma para perseguirlos. Liliam, mientras tanto, vigila la salida de la alcantarilla hasta que no hay moros en la costa. La persecución de Angelo es costosa y difícil y les lleva a invertir más hombres y recursos. 

Una vez que Liliam avisa a Trenty, todos salen al exterior por el conducto de alcantarillado, como estaba planeado. Todos, no. Verónica no cabe por el conducto y le es imposible subir, así que decide quedarse en el complejo y esconderse. Los niños prometen volver a rescatarla en cuanto puedan. La mujer sabe cuidarse sola. 

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15/07/2020, 02:16
Narrador

Una vez fuera, corren para salir del recinto junto a la pequeña Gloria. En el exterior, al lado de la presa, hay muchos coches aparcados de cualquier manera, se nota que vinieron a toda prisa. 

Gloria ilumina sus ojos e inutiliza todos los sistemas eléctricos de los vehículos y funde sus baterías. Ahora no podrán perseguirlos. También hay dos grupos de soldados que no suponen una gran amenaza para los poderes de los niños. Una vez limpiada la zona, Joss regresa, sucio y cansado. Ahora todos huyen hacia el vehículo de Verónica. 

Antes de irse de allí definitivamente, Sam consigue extraer de la mente de un soldado las nociones básicas para poder conducir. 

Cuando llegan hasta el coche de Verónica, en el cual espera Spike, se percatan de que los sigue un helicóptero desde las alturas. Gloria dice que sus ondas no alcanzan desde aquí abajo. Quizás si subieran a un lugar más alto... También es demasiado lejos para los radios de actuación de Sam y de Trenty, pero no pueden permitir que el helicóptero los siga y averigüe dónde residen. Deciden subir a algún lugar alto para interferir al helicóptero, pues al parecer ese aparato sabe lo que se hace y se mantiene a buena distancia. Después de un tiempo intentando confundir al helicóptero por las calles de Georgetown, finalmente deciden entrar en un edificio en construcción de unas cincuenta plantas de altura. 

Mientras suben hasta la azotea, corriendo por escaleras de hormigón en obras, la Orden se reorganiza y comienzan a oírse sirenas policiales por las calles de la ciudad, además del helicóptero en el cielo. Una vez arriba, parece que el edificio es rodeado por coches policiales, pero el helicóptero ya está a distancia de interferencia.

Victoria pretende que Sam influya en la mente del piloto para que se aleje de allí, pero antes de que puedan reaccionar, Gloria ya ha achicharrado los circuitos del aparato, que cae pesadamente hasta que se estrella contra el suelo de la calle provocando gritos y pánico entre la gente, así como un tremendo accidente que ha debido cobrarse varias víctimas inocentes. Ahora, la ciudad ahí abajo se convierte en un caos dificultando su escapatoria...


En ese instante, Angelo recibe un flash y tiene una de sus visiones. Aparece en el lugar donde se encuentra la extraña piscina en el complejo subterráneo del que acaban de salir. 

Frente a él, está Verónica, de pie en el borde de la piscina. Comienzan a rodearla varios soldados, y entra Alan Walker. 

 -Verónica Escudero, no me lo puedo creer, estoy viendo un fantasma. O sea, que fuiste tú. -Dice Alan Walker, visiblemente sorprendido. -No tienes idea de lo que has interferido. No sabes lo que has dejado suelto por el mundo. Eres la culpable desde el principio. -Verónica se mantiene impasible y no dice nada. Lleva su mano lentamente para sacar su pistola. Los soldados la ven y le disparan en el brazo. Verónica grita de dolor. Alan saca su pistola y apunta a la mujer, que ahora está indefensa. 

-No importa lo que le hagas, ahora son libres. -Responde la mujer con lágrimas en los ojos, una mueca de dolor y el brazo sangrando. Alan niega con la cabeza y frunce los labios.

¡PUM!

Alan dispara su pistola, que resuena con el eco de la estancia, y una bala abre un agujero en la frente de Verónica. Angelo ve cómo el cuerpo de la valiente mujer cae inerte al agua de la piscina, que poco a poco va mezclándose con la sangre. 

El flash vuelve y Angelo también regresa a la azotea. 

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15/07/2020, 03:22
Narrador

 -Tranquilos, chicos, he estado probando una cosa y ahora puedo abrir una salida a un sitio muy bonito. He estado soñando con ese sitio y a lo mejor puedo abrir una puerta hacia él, pero necesito que me deis la mano y me ayudéis. -Sam lee que es cierto y que la niña no esconde ninguna mala intención. 

Los niños ven atónitos cómo Gloria se ilumina y unos metros por encima de ella comienza a abrirse un vórtice. Las luces de la ciudad parpadean y algunas de ellas se apagan. Los pequeños se miran entre sí sin saber muy bien qué hacer. Finalmente, Joss dice que están de mierda hasta el cuello y que tal vez eso sea una solución. Mira a Angelo en busca de aprobación. Victoria también le acompaña, pues observa boquiabierta el vórtice. Parece como si hubiera algo al otro lado. 

En el momento en que Victoria y Joss cogen cada uno una mano de Gloria, sus cuerpos se iluminan también, así como sus ojos, y el vórtice se hace más grande, dejando ver lo que hay al otro lado...

Un olor a oxígeno puro sale del interior. 

Notas de juego

Ahora sí, os toca :)

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17/07/2020, 14:50
Angelo Paolicchi

-¡NO, Verónica! – el balazo que el Magus disparó en su cabeza hizo estremecerse al chico.-¡La han matado! – su voz reflejaba un profundo dolor por haberla perdido. Que muriese sola, defendiéndoles hasta el final y él no hubiera podido estar al lado para que tuviese compañía, le hizo sentir fatal.

Los párpados de la mujer se cerraron y Angelo apretó los puños en un gesto de rabia y contención. -¡Maldito hijo de puta! – si hubiera un momento en que pudiera perder el norte y querer vengarse de alguien por la muerte de un ser querido, seria este... -Matar significa ser un asesino, quitar la vida de otra persona sin derecho a hacerlo. Y yo no soy un asesino, no quiero serlo. –reflexionó para si mismo. Aunque no era su madre biológica, Verónica siempre le había acompañado en sus sueños, visiones y dibujos, significó mucho para él pese a tener suerte y crecer con la figura matriarcal de la nonna. No quería que nadie más muriese, pero el Magus la había matado a sangre fría, sin compasión. Y seguramente no dudaría en matarlos a ellos. A cualquiera que se interpusiese en el camino de la orden, ciertamente.

Cuando llegó el momento de separarse observó triste a Joss y Victoria, quienes no dudaron en sumarse al viaje que planteaba su nueva amiga. Algo le decía que no debía seguir ese camino, fuese bueno o mejor opción que quedarse ahí y tratar de salir.

-Lo siento Gloria, pero no puedo ir con vosotros. – sentía curiosidad por el sitio que había abierto tras el vórtice, si. Él ya lo habia visto en otra ocasión, igual que a Gloria. Quizás errase no yendo con todos ellos, pero su conciencia no le dejaba. -Yo me quedo porque quiero volver con mi familia, y mis amigos. Sin ellos mi vida no tiene sentido. Si no tengo a Leo al lado no puedo ser normal… y quiero tener una vida normal. Debe haber más opciones, alguien que pueda protegernos. Prefiero buscar esas opciones, y no esconderme en un sitio, viviendo como un animal en una madriguera.– la niña le había dado mucha pena, nada más verlos sintió ternura por ella al considerarles sus nuevos amigos. Debió de pasar mucho tiempo sola, con adultos, enfrentándose a las pruebas que le habrían realizado en el complejo. En compañía de Victoria y Joss, al menos, no estaría sola. -Tened cuidado. – les dijo mientras sus ojos se iluminaban. Le fastidiaba no seguir a Joss después de lo que habían pasado juntos. -No te olvides de que tienes un amigo aquí…- tuvo que aguantarse las lágrimas al despedirse de el.

Sin más, miró a Sam y Trenty, esperando su decisión.

-¿Creéis que podemos recuperar el cuerpo de Verónica? – él solo no podía sacar el cadáver, pesaba demasiado, pero Trenty podía mover cualquier cosa.

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17/07/2020, 16:16
Samantha Riley

Niego con la cabeza.

A partir de aquí ya podéis seguir sin mí – argumento mientras doy un paso atrás y me salgo del círculo junto con Ángelo –. Yo voy a ver si puedo pararles los pies. No quiero que repitan esto con otros niños.

Espero que esto salga bien.

Vamos – sugiero mientras me pongo en marcha de vuelta al interior –. Tenemos que conseguir burlarles. Sin víctimas a ser posible.

Me pongo la capucha sobre la cabeza y me interno en las escaleras que llevan a los pisos inferiores.

Ahora que no hay helicóptero no pueden localizarnos tan fácil.

Comienzo a bajar piso a piso con cuidado. Teniendo los oídos atentos a los posibles ruidos. Aunque muchas paredes no están construidas hay suficientes zonas oscuras como para poder moverme con cierta libertad entre las sombras de la noche. Ahora mismo soy el radar del grupo. Puedo sentir todas esas mentes acercándose en la distancia y no me cuesta mucho medir las distancias hasta nosotros.

Piso treinta.

Miro hacia abajo y empiezan a acercarse mucho. Puede que nos queden unos cuatro minutos y unos diez pisos antes de que nos alcancen.

Es el momento de ocultarnos – indico mientras les guío por la obra.

Busco el hueco del ascensor y me asomo. En cada uno de los pisos hay una pequeña cornisa en el espacio que deja el ascensor, una estructura que abraza el hueco para reforzarlo. Bajo nuestros pies noventa metros de caída vertical a la muerte.

Eso puede ser un viaje muy largo.

Miro al otro lado del espacio que se abre a la nada, dónde puedo ver a la entrada a la ventilación.

Esto nos servirá.

Me quito la mochila y la lanzo al hueco de ventilación. Logro encestarla y ahora llega la parte más peligrosa, meterme yo.

Espero que no hayan visto La jungla de cristal.

Trenty, si me fallan los pies no dejes que me mate – pido con cierto miedo, aunque segura de que no pasará nada.

Comienzo a andar por la repisa, con la espalda pegada a la pared y sintiendo como los enemigos se acercan.

Tres minutos.

Logro llegar y arranco con cuidado de no hacer ruido la rejilla. Indico a Trenty que la sostenga en el aire y cuando dejo de notar su peso la abandono en la nada mientras escalo hasta el interior y rebusco en la mochila una cuerda. Busco dónde atarla y lanzo un cabo a los demás.

Dos minutos – les anuncio mientras tomo la rejilla lista para volver a colocarla en su sitio tras estar todos al otro lado.

Notas de juego

Lo del cuerpo se lo dejo a Trenty, que ahí yo no me mojo, aunque estoy confiando mi vida a que sea así. XD

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18/07/2020, 00:50
Trenty

La huida, saber la muerte de Verónica... Realmente todo lo que quería era parpadear y pensar que todo era un mal sueño. Escaparon por poco, aunque no eran rivales para ellos y entonces la pequeña Gloria. Abrió un vórtice que se hizo más grande y que este quería entrar. De verdad quería seguirlos, pero Sam y Angelo querían regresar por Verónica.

- Ojalá pudiéramos cruzar con Verónica también - suspiró.

Miró a Gloria - Gloria, espero que seas feliz. También ustedes. Si algo ocurre, solo hablen de nosotros, pero ellos necesitan a un Bellator - sonrió a Victoria encargándole su misión de protegerlos y se fue junto a los otros dos.

Realmente no era como si también pudieran hacerlo con Verónica, pero sabía que no tenían tiempo. Aunque a ese paso, Trenty tendría que acabar con muchas personas si querían salir de esa. Realmente se arrepentía, pero Verónica los había salvado y ella merecía más que solo el olvido. Por ella lo haría, ya que su deseo era cruzar.

- Te sigo, Sam - ella lo había ayudado con su poder en numerosas ocasiones, así que la ayudaría con su idea como pudiera. Aunque ahora comprendía por qué la pequeña se llevaba el título de Alpha Omega. Asintió cuando la chica empezó a bajar por el ducto del ascensor y Trenty se aseguró de mantenerla a salvo. Era lo mejor que podía hacer en esa situación. Mientras tanto, hablaba con Liliam - Liliam, por favor mantenme al tanto - y así, sus dos compañeros podrían escuchar también.

No podía desconcentrarse y si su poder se lo permitía, bajaría suavemente a Sam hasta su destino, dejándola donde necesitaba llegar. Era lo mejor. Se concentró en ver a través de sus ojos y en guiarla hasta allí.

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23/07/2020, 13:05
Narrador

Gloria mira a los demás con sus ojos brillantes a medida que el vórtice se hace más grande.

  -¡No, no me dejéis sola! Otra vez no... -La niña solloza y su voz se oye extraña, con un eco fantasmal, como si estuviera en otro lugar. La luz que emana de su cuerpo se está introduciendo en el interior del vórtice, que ahora es claramente una puerta de forma circular a otra dimensión. 

Los contornos de esa puerta también brillan ahora, cada vez con más intensidad y empiezan a irradiar energía en forma de rayos que se integran en la ionosfera, extendiéndose a lo largo de kilómetros en la lejanía. Eso si, lo hacen totalmente en silencio.

 -¡Esperad! -Llama Victoria a los niños que se marchan, también con esa voz de eco distante. Su cuerpo y sus ojos están brillando, dándole un aspecto entre siniestro y fantástico, pero, poco a poco, vuelve a la normalidad dejando de brillar. Suelta la mano de Gloria y le dice algo al oído. Luego dice adiós con la mano a Joss y le lanza un beso. -Si no venís vosotros, ¿qué puedo hacer en ese lugar? ¿Y si no hay forma de volver? No me perdonaría dejar a mis padres y a Kat. Verónica fue como mi segunda madre y su memoria no merece acabar así. Además, tenéis razón, tenemos que acabar con lo que sea que ha hecho la Orden, destruir ese ADN para que no se vuelva a repetir. -Mira al cielo preocupada. -Uff, y espero que todo esto se arregle. 

 Joss, sin embargo, se queda inmóvil, dubitativo, mirando a los demás con gesto triste. Su cuerpo y ojos también brillan, y sujeta una de las manos de Gloria. Sam sabe que está dudando. Que su aventurera curiosidad es casi más fuerte que el amor por los suyos, incluidos sus nuevos amigos. Angelo también lo sabe sin necesidad de que Sam se lo proyecte, pues él le conoce bien. -Chicos... ¿Y si ese sitio es nuestro hogar? ¿Y si ahí encontramos a los nuestros? Nuestro origen, nuestro pueblo... ¿No podéis recapacitar? Entiendo que están aquí vuestras familias, también la mía, pero... -Gira la cabeza para mirar al interior del vórtice por un momento y respirar ese aire puro. -Angelo... -Vuelve a mirar a los niños. -Ten conozco y sé que no vas a querer acompañarme. Yo... te quiero, os quiero a todos, pero no puedo dejar a Gloria sola y no puedo perder la oportunidad de ver lo que hay más allá. Si algo salió de aquí para que nosotros pudiéramos ser creados, estoy seguro de que encontraré el camino de vuelta. Quizás algún día os pueda llevar de paseo conmigo y con Gloria por ese sitio. -Sonríe. No dice nada más, pues el mensaje lo envía vía mental a Sam. Está excitado a la par que triste por dejar a su familia y a sus nuevos amigos, pero tiene la certeza de que volverá. -Adiós, hermanos. Cuidaos mucho. -Dice, sollozando. 

Seguidamente, Joss y Gloria avanzan cogidos de la mano hasta el borde de la azotea. Comienzan a levitar, sus cuerpos son una mezcla de luz y materia. Finalmente, los niños ven cómo Joss y Gloria se introducen en el vórtice y avanzan por el interior. Ven cómo unas luces autónomas, como espíritus sin cuerpo, comienzan a rodearles. Poco después, el vórtice empieza a cerrarse, hasta que desaparece con un brillante estallido de luz cegadora que se propaga por el cielo en todas direcciones, como los rayos anteriores, pero mucho más fuerte. El resultado es que una potente onda electromagnética recorre el cielo y deja a oscuras todo cuanto los niños ven, no importa lo lejos que miren. Les recuerdan las bonitas auroras boreales, que tantas veces ha visto Trenty. Las sirenas de los vehículos policiales se callan y todo está en silencio excepto las voces lejanas de las personas que hay en la calle, muchos metros por debajo. 

Los pequeños todavía no lo saben, pero esa onda expansiva electromagnética avanza por toda la ionosfera hasta recorrer el planeta entero, hasta el último rincón, provocando un apagón global de todos los dispositivos eléctricos y electrónicos sumiendo a la Tierra en una catástrofe sin precedentes. 

La Bolsa, los bancos y todo el dinero electrónico, los vehículos y medios de transporte, los hospitales, Internet, los medios de comunicación, los hogares de las personas, la industria... Todo desaparece, se interrumpe de forma brusca. Cada circuito eléctrico se quema, provocando que la recuperación del mundo tal y como lo conocemos vaya a durar décadas, si no siglos. Durante los cuales, la vida en la Tierra se hará muy difícil. Será como volver a la edad media tecnológica, o mucho peor...

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23/07/2020, 16:20
Narrador

Una vez que el vórtice desaparece junto con Joss y Gloria, los pequeños se enfrentan a lo que queda de los miembros de la Orden, camuflados como policías y militares. Cuando comienzan a bajar para encontrarse con ellos, o tal vez huir, se dan cuenta de que sus enemigos no disponen de radio ni de ninguna otra forma de comunicarse entre ellos, dejando aislados en cada piso a pequeños grupos, y a merced de los niños.

Es cuestión de tiempo que, dadas las circunstancias actuales, acaben con la Orden. O al menos con Alan Walker y el complejo subterráneo donde tantas maldades se han hecho, incluida la reciente ejecución de Verónica. Ahora, Walker y sus secuaces se encuentran bajo tierra sin poder salir y con toda la información no escrita y datos sobre los extraños ADN perdidos para siempre. 

Vuelven a estar como al principio, solos. Angelo, Sam, Trenty y Victoria. La Adalid, el Nexus y dos Bellatores. Nacidos de las raíces de otro mundo, quizás del mismo que el nuestro, pero en una dimensión paralela. Niños a caballo entre dos realidades, pero que no pertenecen a ninguna de ellas por completo. Unos híbridos únicos en la inmensidad de universo que no encontrarán su auténtico hogar en ninguna parte... aunque uno elige dónde pertenece, ¿no es así?

Ahora, con una casa en propiedad y un refugio bajo las calles de Nueva York, su nuevo lugar parece ser este, pues la forma tradicional de viajar a sus antiguas casas... se presenta harto complicada. Al menos para la gente "normal".

¿Qué les deparará el futuro a éstos pequeños "dioses" de la humanidad en los convulsos tiempos que se presentan? ¿Volverán a sus hogares a ayudar a sus familias a sobrellevar la nueva normalidad? Seguirán luchando contra lo que quede de Alpha y Omega y los poderosos en general? ¿Darán a conocer sus poderes? ¿Contribuirán a la construcción de una nueva sociedad humana? ¿Volverán a ver a Joss o a Gloria algún día?

Esas son preguntas que obtendrán respuesta a medida que los pequeños escriban su futuro... y el nuestro.

 

FIN

Notas de juego

Podéis postear un epílogo de vuestros personajes basándoos en lo sucedido :) 

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27/07/2020, 18:03
Angelo Paolicchi

Todo había acabado temporalmente. Al menos así seria hasta que la Orden se recompusiera tras el “apagón” general que había inutilizado todos los sistemas electrónicos alrededor del globo, sumiendo a la Tierra en la oscuridad, sin comunicaciones y otros medios científicos de vital importancia con los que contar para sobrevivir.

Después de aquello, Angelo debía emprender un viaje largo hacia Italia si quería reunirse otra vez con sus seres queridos. No hizo falta conseguir ningún velero y cartas de navegación. La brújula estaba en su cabeza, solo necesitaba señalar hacia la persona que quería y su poder le abriría el camino. Así lo hizo.

La primera comunicación llegó poco después de abandonar el recinto militar. Aquellas personas, la mayoría, serian mandados y no merecían morir. No obstante, Trenty podía hacer estallar la presa acabando con la facción estadounidense, ya que, seguramente quedasen otras sectas políticas alrededor del mundo. Él no dijo nada, aunque lo pensó. Si ese peso hubiese recaído sobre sus hombros le habría costado mucho volar todo por los aires.

Al salir el coche no funcionaba, todo estaba a oscuras. La onda expansiva lo había quemado todo. Se dirigió a los demás. -Huyamos rápido. – mientras obtuvieran un transporte válido por tierra las piernas serian su vehículo. En la carrera junto a Victoria, Sam y Trenty su cabeza se concentró intensamente en su familia y tropezó con la vegetación del bosque, al recibir un flash del Hotel Plaza en Nueva York.

Tras sortear a los hombres de Alan en el complejo y escapar de allí con el cuerpo de Verónica, se separarían, aunque Angelo se mantendría en contacto con Sam y Victoria, telepáticamente Sam podía abrir comunicación con él a larga distancia o él hacerlo gracias a su avatar. Con Trenty puede que no fuese posible comunicarse una vez se adentrase en el mundo paralelo de Gloria.

Necesitaban un sitio para descansar y guardarse, la casa quizás fuese segura, mientras solucionasen el entierro de Verónica, esa noche, podrían mantenerse a salvo, unidos. Luego, Angelo decidiría continuar por su cuenta empezando su kilometraje hasta Nueva York con una bicicleta. Durante el trayecto descubriría que podía hacer mucho más con su poder, y teletransportarse.

Cogió dinero en efectivo que Verónica había procurado dejar en la casa y se despidió de sus compañeros. -Cada uno tiene que buscar a su gente. – dijo. -Espero que lo consigáis. – aunque el no tuviera un poder fuerza bruta, no le daba miedo seguir solo. Muchos más civiles se encontrarían perdidos esa noche, sin saber que había pasado al achicharrarse todo el sistema. Un ataque extraterrestre como en la Guerra de Los Mundos, una catástrofe de tormenta solar o cualquier otra conspiración alucinante.

Mientras tanto, en el Plaza la electricidad se había ido, paralizando al hotel por completo. A la hora de la cena nadie se había sentado en las mesas del comedor. La comida se heló en la cocina aguardando ser servida a tiempo. Leonora, una de sus madres, y la nonna de Angelo permanecían en la misma habitación desde hacía unos días. Habían viajado a la ciudad desde Arezzo, siguiendo la pista de su última comunicación, esperando saber algo más de el chico.

En un primer momento la gente salió gritando de sus habitaciones espantada. -¡Es un ataque terrorista! – la alarma no tardó en extenderse como la pólvora. Los clientes comenzaron a agolparse en las escaleras bajando a toda prisa hasta el hall principal donde una hilera de trabajadores de seguridad del hotel custodiaban las salidas del edificio. -¡Mantengan la calma! ¡Es mejor que permanezcamos aquí dentro, seguros! – el personal del hotel tampoco sabía que estaba pasando.

No fue posible retener a nadie contra su voluntad. El gentío empujaba hacia fuera y se volvió loco intentando salir a la calle, rompiendo cristales y amenazando al personal del Plaza. Leonora, su madre y la nonna salieron cogidas de la mano tras permanecer unos minutos quietas, esperando con miedo alguna señal de Angelo. El flash que el chico tuvo en el bosque les mandó a su vez una imagen nítida de él corriendo cuando el efecto dominó ya había estallado. Así retroalimentó la idea de que estaba metido en lo que había pasado.

Las mujeres huyeron entre coches y taxis amarillos, echando humo y algunas llamas al haber colisionado, abandonados por sus propietarios. Había heridos por la calle, algunos hechos papilla en la acera y bajo las ruedas de los vehículos, mientras los primeros rateros asaltaban las tiendas de la gran manzana, impunes a los policías de la ciudad quienes, en vez de disparar y ganarse el sueldo como pistoleros del oeste, preferían largarse a sus casas a comprobar como estaban sus familias y no liarse de más. Después de todo, nada funcionaba. A la mierda con las empresas.

-Vamos, cojamos comida y agua, necesitamos bolsas de deporte, lo llenaremos todo hasta arriba. – dijo Leonora señalando con la mano hacia el primer supermercado que se les presentó cerca.

La gente arrasaba con las bicicletas y patinetes.

Angelo seguía su camino pedaleando hasta que sus piernas no dieron de si. Paró para beber y comer algo de lo que había reunido en una mochila. Lo demás lo podéis imaginar. La brújula cumplió su cometido. Otro flash, su cuerpo cayó en el suelo al hacer viajar su avatar hasta donde estaba Leo. Oculta entre las estanterías medio vacías del supermercado escuchó sus explicaciones, alegre por verle de nuevo. Se reunirían más tarde, cuando el chico evolucionase su poder y a medio camino, harto de pedalear, su avatar diese un paso más allá. La historia continuaría con ellos intentando regresar a casa; Italia. El resto de su vida y los demás niños, es un misterio que solo el tiempo desvelaría.

FIN

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02/08/2020, 18:50
Samantha Riley

Son las 19:35. Es sorprendente lo preciso que puede ser el cálculo del tiempo cuando a tu alrededor todo late al mismo ritmo. Dicen que dos personas enamoradas llegarán a sincronizarse hasta el punto de caminar a la vez, respirar a la vez y, llegado a cierto nivel, hasta compartir el mismo latido.

En realidad no tiene nada que ver con el amor y al mismo tiempo lo tiene todo. No el amor romántico, claro, eso solo es bioquímica. Un chute comprimible en una jeringa y que tiene un efecto tan caduco como cualquier otra droga. Una solución elegante de la naturaleza para el problema de la primera cita.

Hace tiempo, debió ser al menos hace diez años, leí un artículo que hablaba de que existe entre dos personas que han permanecido toda una vida juntos la misma conexión emocional que la que tiene un creyente por su deidad. Literalmente, una pareja estable siente adoración por su compañero de vida.

Esa sincronización tiene mucho más que ver con la misma conexión que tienen dos personas que sienten a la otra de ese modo. Un cristiano diría que han entrado en comunión.

Puede que si uso esa palabra en particular sea por mi educación protestante. Ni siquiera una persona como yo puede trascender a algo tan profundo como su primera educación, o lo que quiera que fueran mis primeros años en esa casa.

Son las 19:43. A mi alrededor, en las mismas paredes de mi habitación construida en el interior de este enorme árbol, puedo sentir el ritmo de la vida que crece y se desarrolla. Tras ellas la ciudad en los árboles que un día fue Schluchsee, hogar de 1469 personas. En estos años la definición de ciudad ha cambiado mucho.

Unos cuarenta metros por debajo de mis pies juegan los hijos de los primeros que nacieron tras el gran apagón. La primera generación que jamás vio el mundo como llegó a ser.

Sus padres aún vieron la civilización caer, derrumbada por el peso de un sistema que no servía ya. Como una bicicleta que deja de moverse y cae al perder la estabilidad giroscópica, la civilización se hundió cuando la capacidad de explotar a gran velocidad se esfumó con la electrónica.

Gloria posiblemente salvó este mundo de su destrucción al acabar con la electrónica. El destino no deja de tener cierto sentido del humor.

Comienzo a descender por la corteza con tranquilidad mientras junto a mis oídos un jilguero me informa de las últimas novedades, una vieja costumbre inútil desde hace mucho. Ya antes de llegar al suelo, de hecho desde el momento en el que ha tenido lugar el suceso, soy consciente de que ha llegado un desconocido a nuestra comunidad. Un viajero del norte. Los niños le miran con cierto temor, pues no parece ser uno de los nuestros.

Ellos no lo entienden del todo, pero yo sí. Recuerdo las sensaciones, como quien recuerda el sabor de una comida que lo acompañó durante mucho tiempo. La sensación de todo ser humano en las últimas edades. Esa visión de la naturaleza como un ser extraño y una amenaza. La oscuridad como hogar de temores, de monstruos. La civilización como fortaleza frente a los dragones y tornada por la fuerza de la costumbre en hogar aun siendo una prisión de metal y piedra para la humanidad. La certeza de que la naturaleza se dividía en cazadores y presas, en vida o muerte.

Eso pasó. Quedó atrás como la pesadilla de un niño que despierta de los horrores de su propia mente para encontrar los cálidos brazos de su madre. Pero algunos aún están encerrados en esa realidad distorsionada.

Va armado.

No tengo que decirle nada a nadie. Todos lo saben porque yo lo sé. Yo lo hubiera sabido antes si no fuera porque en este valle soy la única persona que ha visto alguna vez una pistola.

Bueno, ahora ya no.

Desde que la veo hasta que todos los saben pasan apenas unos segundos y menos de un minuto antes de que el valle comience a vaciarse de la mayor parte de la gente. Se desvanecen ordenados, sin que nadie haga escándalo. Si no fuera por el vacío que deja el desconocido a su paso casi se diría que es un día normal.

¿Qué hace aquí?

Aún queda casi medio kilómetro hasta que lo encuentre, pero ya tengo que empezar a prepararme. Esta mucho más lejos de lo que mis poderes llegan y no voy a exponer a nadie a ese riesgo. Podría tomar a cualquiera de mis hermanos como nexo para mis poderes y tomar el control de ese hombre desde lejos.

¿Pero qué pasa si es capaz de evitarlo?

Si es capaz de evitarlo cuando lo afronte será tarde para lamentarlo. Posiblemente llegue mi hora, pero no me preocupa. Hace mucho que la vida o la muerte dejó de ser importante. Entender la muerte como una tragedia es no entender nada, desde hace mucho tiempo. Sin embargo, no sé por qué, no quiero morir.

Sigo siendo un producto de mi tiempo. Aun trascendiendo mi humanidad sigo siendo humana. Sigo sintiendo la muerte como algo significativo, al menos en mi subconsciente. Mi mente comprende pero mi corazón se acelera. Mis manos sudan ante la posibilidad, ante la incertidumbre.

Tranquilizaos.

Estoy conectada a todos. Todos sienten lo que yo siento y es mi obligación no someterles a esta experiencia. Soy un ejemplo, un faro que puede llenar sus almas de luz o de oscuridad.

Debemos ser fuerte.

Son las 20:23. A nuestro alrededor todo ha quedado en silencio. Todos sienten que este momento es significativo. Todos observan. Todos confían en mí.

Miro a los ojos a un hombre de unos cuarenta años, puede que algo más. Siento que tiene algo de familiar, pero no lo identifico. Es como si tuviera que sonarme pero no recuerdo por qué.

¿Te conocemos?

El hombre me mira sin ver. Sus manos muestran signos de violencia, posiblemente de haber lanzado varios puños hace no demasiado. Diría que no es ciego, pero claramente algo en su mirada revela que no me ve. Me siente, pero solo eso.

Estamos aquí.

Su mano se dirige a su arma, pero se detiene de golpe, temblando. Se crispa y aprieta los dientes por el esfuerzo. Puedo notar como su hombro tira de su mano, como su cintura tira de su hombro. Todo su cuerpo trata de terminar ese movimiento. No puede.

Ha funcionado.

Trato de no alegrarme. Trato de convencerme a mí misma de que si me alegro es porque nadie saldrá herido, que los niños no tendrán que ver esa clase de violencia fuera de lugar. Trato de decirme a mí misma que me alegro por ellos, pero no puedes mentirte a ti misma.

Al menos no cuando eres como nosotros.

Trato de llevar a ese hombre fuera del pueblo, alejarlo de todos. Leo en su mente que esto no va a acabar si no acabo con él. En su mente está claro que ha venido a matarme.

¿Por qué a nosotros?

Trato de sondear, trato de encontrar una respuesta.

Tratamos de salvarle.

Trato de no tener que matarle, de acabar con su vida para evitar más muertes. Hace demasiado que no lo hago.

Hemos perdido la costumbre.

Camina, pero cada paso que da me cuesta un enorme trabajo. Puedo notar que mis ojos empiezan a calentarse. Empiezo a notar los síntomas de que estoy llegando a un límite.

Podríamos entrar. Entrar de verdad ahí dentro y forzarle.

Niego con la cabeza mientras sigo empujando.

Eso expondría a todos a lo mismo.

Otro paso. Debería entrar ahí dentro y asegurarme de que desaparece de la vida de mi comunidad. Pero si entro todos verán lo que hay dentro. Mi comunidad dejará de ser la utopía que ahora es.

Rendirnos es dejar que la corrupción entre al paraíso.

Noto la luz proyectada en su ropa. Incluso al atardecer. Mi mente me tienta, me susurra que tome que camino fácil.

No debemos hacerlo.

Sería la mejor solución para mí. Rápida e indolora. Un segundo y todo habrá acabado.

No nos rendiremos.

Su mano se libera, levanta el arma.

No.

Su cuerpo cae al suelo, fulminado. Se quiebra en mil pedazos contenidos en la materia que le forma. Nada se mueve y todo sigue en su lugar. Sin embargo yo veo los pedazos, los veo en mi mente y si están en mi mente lo están en la de todos. Me derrumbo en el suelo, destrozada por dentro, aunque intacta.

Es increíble lo frágil que es la existencia. Es casi como esas pompas de jabón con las que jugaban los niños en el barrio cuando era niña. Creo que mi hermano tuvo una de esas, comprada poco después de llegar a casa. La respiración de una persona contenida en una película de agua y jabón durante un momento. Una esfera brillante al sol que es la prueba irrefutable de que alguien seguía vivo un minuto antes.

¿Estamos llorando o es sangre? No puede ser sangre.

 

Recuerdo cómo llegué a este pueblo, hace casi veinte años.

Tras asegurarme de que todos estaban bien y de que estaban en un lugar seguro desaparecí de sus vidas.

El reloj se había parado para el mundo. El tiempo se había tornado en un fluido sobre el que navegábamos. Habíamos dejado de mirar a nuestro alrededor como si fuera a esfumarse. Ahora todo estaba ahí de nuevo. Ahora la humanidad volvía a maravillarse. Volvíamos a ser nosotros.

¿Cuándo dejamos de lanzar arena al aire para ver cómo el viento nos revelaba fantasmas? Antes lo hacíamos.

La mayor parte de las personas no sobrevivieron al siguiente lustro, pero la humanidad renació más fuerte. Me encargué de ello.

Pasé la siguiente década vagando por los tres continentes a los que tenía acceso a pie. Lo hice a lomos de todos los animales que se ofrecieron a ser mi montura en esta misión sagrada. Otra vez estoy usando mi formación cristiana. Mi misión trascendental sería más atinado.

Tardé todo ese tiempo en completar mi periplo. Visité miles de pequeñas poblaciones, muchas de ellas de unos pocos grupos familiares. A veces, eran menos de cien personas. A todas les mostré la verdad. Les enseñé lo que había tras el velo de la civilización y algunas comprendieron.

Ahora, en muchos lugares de Asia, Europa y África los humanos viven en auténtica comunión con la naturaleza. Ahora en muchos lugares se cuenta la leyenda de una figura encapuchada que acudió en su día a la hoguera para mostrar a la humanidad la verdad sobre ellos mismos. Incluso existen cuadros que lo recuerdan. La llaman Dama Tierra.

Ahora, en muchos lugares, se siguen las nuevas costumbres. La Tierra representada por un ser de otra dimensión. El destino es caprichoso.

Al final de mi periplo llegué a acumular algo que nunca pensé en tener. Acumulé seguidores y una familia. Aquellos que se negaron a irse acabaron por ser decenas y tuve que asentarme. Lo hice junto a un lago, como hicieran nuestros ancestros. Elegí seguir mis propias enseñanzas, mi propio credo.

Vivir de aquello que nos rodea y ayudar a aquello que nos rodea a vivir. No dejar que…

Despierta.

Mis ojos se abren. Mi cabeza duele. Está amaneciendo. Son las 6:02. Todos duermen.

Buenos días, pequeñaja.

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02/08/2020, 20:05
Trenty

Bellator. Aquella palabra permanecería consigo desde el día en que la conoció, dándole una razón de vivir, un propósito. Habían tenido éxito, pero Trenty sentía, como desde el inicio, que había algo sin resolver. La sensación de querer ir con Gloria permanecía acosándole en sueños aún. Eso era lo que quería, lo que anhelaba más que nada, pero tenía un deber con su familia porque prometió regresar.

Volvió a aquella presa y acabó con cuanto pudo. Derribó muros y paredes presa del enojo que sentía por haber perdido a Verónica, la única que les había ayudado en toda esa situación. Regresó a su refugio por sus cosas, algo de comida y lo miró la última vez para emprender su viaje. Estaba el dilema: ¿cómo volver a casa? De todos, era Trenty quien más lejos habría de viajar, aunque para Sam no sería tarea fácil, pero decidió entrenarse. Aprovechó el caos que todo aquello causó para moverse a Canadá, lo más cercano al frío que conocía del norte y, tras refugiarse en diferentes casas, siguió su camino. Liliam le acompañaba y le ayudaba a sobrevivir. Era su único compañero, aunque desapareció poco a poco. O tal vez no lo hizo, pero recuperó su lugar original. A pesar de esto, acudía cada que le era pedido. 

No sabría decir cuántos días y noches le tomó su larga travesía, pero trataba de estar al margen para lograr dominar su poder al máximo. Recordó el día en que acompañó a Victoria a casa. Era como decirle adiós a una hermana. Todos partieron en diferentes direcciones, pero sabían que tenían algo que los unía y debían hacer algo por tomar lo mejor de lo que les había sido otorgado para sacarle provecho. Si lo lograban, tal vez podría algún día cumplir su verdadero cometido. Al menos el de Trenty. Siguió alimentando su look andrógino incluso cuando creció, buscando con esto no generar recordación en ningún lugar a donde llegaba. En unos como hombre, en otros como mujer... Siempre tratando de pasar desapercibido en caso de que fueran a buscarle, aunque con la distancia que había puesto, se hacía difícil alcanzarle. Ya su cuerpo mostraba las señales de la pubertad, por lo que entendió que era el  momento de volver a casa. Con total fe de lograrlo, surcó los aires hasta su hogar, buscando que el clima fuera lo más cálido posible. Nunca se hubiera imaginado que pudiera llegar a volar, pero gracias a su poder, lo logró. Se agotó al punto de caer inconsciente al tocar tierra y tal vez por días, pero al despertar, lo único que vio fue soledad y desolación. Su país no era el más poblado, así que posiblemente no habría tanta gente como pensaba, e incluso era posible que el invierno se cobrara las vidas de aquellos que no habían podido adaptarse al reinicio, pero hubo muchos otros que pudieron sobreponerse y avanzar.

El paisaje era tan paradisíaco como de costumbre y más ahora que la naturaleza empezaba a tomar su lugar. Los animales paseaban tranquilos por allí, así que cazar era fácil y tras unos tres días de descanso, volvió a buscar el lugar que antes era su casa. Llegó a su vecindario y pudo notar que aunque nunca hubo grandes edificios, los pocos solo servían como material para reforzar las pequeñas edificaciones que ahora se adaptaban a lo fríos climas. Llegó a la comunidad para encontrarse con aquellos que fueron su familia y aunque al inicio fue difícil reconocerlos por cuánto habían cambiado, lo lograron. Ese día Trenty regresó con sus padres y con su comunidad. Dio a conocer su poder a su ciudad y empezó a ayudar con la demolición de las viejas obras que podían traerles problema. Pan comido después de años de práctica. El ritmo de vida era distinto, pero ¿quién contaba el paso del tiempo? Sus poderes eran el secreto de su gente y así lo hicieron sentir. Con ello, pudo incluso protegerlos y procurarles alimento y comida.

A pesar de lo bonita que era su vida junto a su familia, los treinta años que pasaron no quitaron la sensación de Trent de no pertenencia. Su comunidad prosperaba y trabajaban en conjunto contra las inclemencias del clima, dejando atrás muchas cosas que ya no eran importantes y alimentando la sensación de grupo. Hubo un día en que Trent decidió viajar, volver al lugar donde Gloria había abierto ese portal, por lo cual decidió primero pasar por las casas de sus amigos, quienes se habían quedado atrás. Informó su plan, ir a ese lugar e intentar contactar con ellos para cruzar. No obligaría a ninguno, aunque buscaría la forma de poder cruzar a libertad. Tras esto, llegó a donde estaba ese edificio y mirando al cielo, se concentró en ellos. Tal vez fuera solo una casualidad, pero ese día el portal se abrió, solo que del otro lado. Una mujer y un hombre adultos le estaban esperando. No hacía falta la telepatía de Sam para saber que eran ellos. Con una sonrisa, tomó sus manos.

- Sabíamos que vendrías... -.