Partida Rol por web

-Llegar hasta él para mi no sería ningún problema, sacarlo ya sería otro cantar. Aunque podría hacerme pasar por él sin muchas complicaciones (porque es evidente que tiene una foto reciente suya, ¿verdad?) para falsear la hora de su desaparición, no creo que eso sea muy relevante. Si el señor mago puede teleportar a otros creo que será la forma más sencilla, puedo darle la ubicación exacta del señor White en cada momento desde una considerable distancia. Bueno, no creo que sacarlo sea un problema, el problema es si no quiere volver luego, si se niega a entrar en el grupo...

- Seguro que en internet es fácil conseguir una foto suya; pero ahora mismo no dispongo de ninguna.

Obviamente, para mí las cárceles no son un problema: Suelen haber mucho metal en su construcción. Pero si queremos entrar sin hacer ruido (lo que creo que podría ser recomendable), habrá que pensar en otra manera. Quizás aquí nuestro amigo el místico de Inglaterra tenga alguna idea.

El Magus sonrió ante el comentario de Iron Jack.

No tengo ningún problema en llevarnos allí y luego sacarnos a todos. Incluso puedo dejar una ilusión de que sigue estando allí, por un tiempo claro.
El único problema que veo es que si hay guardias fuera de la celda nos verán aparecer allí, pues necesito un momento para crear la ilusión. Aparte claro de que maese White acceda a acompañanos.

El Magus se acerca a Vincent que aprecia haberles dejado un poco de intimidad.

Donde se encuentra la prisión esa donde está retenido maese White. Voy a echar un vistazo para ver en qué celda se "hospeda" exactamente.

- Esta en las afueras de Lienz. Voy a conectarme y traigo la foto, por si os hace falta, y un mapa de la zona. Si acabáis de hablar y queréis estirar las piernas a las 12:30 de vuelta aquí.

Y dicho esto sale de la fábrica en busca de un ciber.

El Magus arruga la nariz al escuchar el nombre de Lienz, luego observa unos instantes el mapa que le ha traido Vincent para acabar de centrar el punto donde empezar.

Vaya. Austria ¿eh? Bonito lugar, o por lo menos lo era la última vez que lo visité.

Bueno, no necesito más. Con esto me vale para encontrarlo. Un momento.

Dicho esto El Magus empezó a gesticular lentamente mientras recitaba algunas frases en un lenguaje que ya era antiguo antes de que el hombre caminara por la tierra.
De repente se quedó erguido y muy callado. Parecia una estatua como si realmente no estuviese allí. Cosa que realmente era lo que pasaba. Sus sentidos estaban a kilometros y kilometros de distancia. Buscando al ex-dictador al cual tendrían que convencer para unirse al supuesto equipo.

Despues de unos minutos en estado petrificado, El Magus vuelve a moverse como si nada hubiese pasado.

Muy bien. Ya he localizado a maese White. No parece estar con guardias. Puedo llevarnos cuando queramos.

Entonces se volvió a Radamante y a Iron Jack.

Ahora viene la pregunta dificil. ¿Queremos hacerlo o no?

Despues de eso se quedó callado esperando una respuesta de ambos antes de continuar.

Con la mirada perdida y rascándose la perilla Jack asintió. Si la seguridad de su familia dependía de sacar a ese tipo de la cárcel, la convertiría en una bola de metal arrugado si hacía falta.

-No me hace gracia, la verdad, pero estoy seguro de que me ayudaréis a dejarlo donde estaba o en un lugar más adecuado si las cosas se tuercen, ¿verdad? -y ¿por qué iba a estar seguro de eso el alienígena?- Hagámoslo de una vez antes de que me arrepienta... -añade finalmente cruzándose de brazos en posición defensiva.

El Magus se encogió de hombros ante el comentario de Radamante.

Si en verdad merece estar en prisión no sé por qué vamos a rescatarlo entonces. Pero bueno. Si resulta ser un peligro te ayudaré a detenerlo de nuevo.
Muy bien. Entonces preparaos porque allá vamos.

El Magus volvió a gesticular con las manos. Esta vez un poco más energicamente que la anterior. Además las palabras en esa extraña lengua tambien eran más fuertes, con algo más de violencia.
Enseguida unas luces aparecieron debajo de los tres hombres, primero se creó un circulo, despues otros y entre medio se dibujaban unos extraños simbolos. De repente una luz negra estalló y los envolvió sin dejarles ver nada. Casi al instante la luz bajó de intensidad y podían ver que estaban en una habitación pequeña con una cama y un pequeño lavabo. Allí Además había un hombre mirandolos fijamente.

Hemos llegado.

Maxwell, con su aspecto de viejo acabado y su ajada chaqueta vaquera sobre el uniforme de recluso observó a los recién aparecidos en la celda con un sobresalto. Se incorporó a toda prisa y la llama de su mano brilló incandescente y gloriosa, adherida al fragil cuerpo al que pertenecía.

- ¿Quienes sois ahora, maldita sea?- masculló entre dientes adoptando una leve guardia

-Vaya, ¿así es como tratas a tus libertadores? -Dice Iron con sarcasmo-. Ya decía yo que el nombre me sonaba. Este es ese cabrón dictador, ¿verdad? -Añade, siempre haciendo amigos-. No sé por qué te querrá la Agencia; por mí te puedes pudrir aquí dentro. Pero ahora mis jefes me mandan sacarte, así que vamos... "Haz las maletas"

-Somos, según parece, algunas de las más poderosas entidades de este planeta y, según parece también, necesitamos su ayuda. A mi no me pregunte, no soy la cabeza pensante, pero los "compañeros" podrían haber abierto esta prisión como si se tratara de una casa de juguete y traerle a nuestro "jefe" a rastras. No obstante, no es esa la intención, quieren convencerle de que venga pacíficamente con nosotros y llevarle a una entrevista. ¿Qué dice? -está claro que el alienígena azul no es Shakespeare, pero sintetiza las ideas de forma bastante gráfica. Al final resultará que no es tonto...