Partida Rol por web

-El Chanquete I Anita, no es el gran barco pero para ayudarme a cazar un tiburón sirve. Sabes, sería conveniente que vayas organizando todo el equipamiento para llevarlo al mío y salir cuanto antes. - expreso sin dejar de mirar como Lorena se llevaba delante de mis ojos a Javier. Me fastidiaba bastante que lo hiciera, pero vamos... Ya debería asumirlo. 

Javier cogió en sus manos el enorme diente que le tenía Anita. Joder, aquella cosa tenía que ser enorme. Con un diente así tendría una bocaza suficiente como para tragarse una barca entera.

Estaba a punto de abrir la boca para sugerir a Gonzalo que empleasen submarinos del ejército para torpedear al cachalote cuando Lorena se lo lleva aparte y se mete la mano en el sujetador. Saca el papel que encontraron en la terraza aunque Javier no puede verlo pues sigue con la vista perdida en el improvisado "archivador".

-Ah sí -dice recobrándose-. Gonzalo y yo vimos el camión del ruso en el puerto. Están llevando residuos radioactivos a la finca esa -dice señalando el papel-. Ese ruso es un tipo enorme. Si se lo diéramos de comer al tiburón seguro que se indigesta.

¿El Chanquete I? ¿Es aquel de allí? Dice Anita señalando al barco de Gonzalo que estaba amarrado a escasos metros. Pero si ese barco no vale para pescar tiburones, ese barco está preparado para pesca de arrastre, se le pueden adaptar los equipos de rastreo y buceo del "Ariel", pero aún así necesitaría varias reformas de motor, maquinillas, tanzas de cuerda de piano y más cosas. 

Yo intentaré conseguir lo que pueda, pero aún así sería bueno que preparaseis el barco para la reforma.

Mientras discutían en el puerto como seguir la aventura, escucharon un ruido de motorcillo, como el de una Vespa. Tras unos coches aparcados apareció Severino que venía en la moto de patrulla, una vespa Iris con luz y sirena. Al ver al Jefe Gordón se dirigió hacia él.

- Jefe! Jefe!!, Al fin le encuentro!!!  ¿Donde se había metido? Vamos a abrir las playas dentro de media hora y tenemos miles de bañistas preparados, deberíamos estar allí para controlar los aparcamientos y por si hay algún problemilla. Ya sabe usted como son estas suecas....

Me encojo de hombros ante la respuesta de Anita. -Es lo que hay mujer, que no me da el cuero para tanto. - vamos que no había nacido en una cuna de oro ni ofrecí mi tesorito a un millonario. Era mi cruel y triste realidad, sólo era cuestión de aceptarlo. 

- Pero bueno... ve buscando eso que yo me pondré con el barco y los arreglos que tengamos que hacer. - era una forma de movilizar que sino el tiburón se toma un descanso. Lo único que me preocupó en verdad fue la llegada de Severino anunciando que abrirán las playas nuevamente. Eso en verdad cambió mi gesto y la preocupación me desbordó. 

- ¿PERO ESTÁS LOCO? - pregunto gritando y prosigo. - No te das cuenta de lo peligroso que es estar en el agua, ya murieron varios en la playa y quieres seguir sumando más a la lista. Insensato. - termino por decir y al dar un giro sobre mi propio eje, camino ofuscado hacia el barco. 

Me encontraba escuchando a Anita y Gonzalo hablar sobre preparar el barco para salir a por el bicho cuando llego Severino en la motillo que teniamos para las patrullas, se acerco dando voces asi que fui a su encuentro

Que se van a abrir las playas?? Quien ha autorizado eso? me da igual si hay miles o millones de bañistas, en el agua no se mete ni dios! vamos para alla...

Me acerque de nuevo a donde estaban los demas

Me temo que deberan hacerse a la mar sin mi, tengo que controlar las playas para que nadie se meta en el agua...maten a ese bicho ya por dios!

Me despedi de ellos y fui con Severino

Aguantara el peso de los dos este trasto Severino?

Mi mente volvio a pensar en toda la gente que querria bañarse y en como lo ibamos a poder evitar

Que follon....

El jefe de Policía marcha con Severino a la playa.

Jefe, continuas en Escena 5 - La playa.

Si el problema es falta de dinero, no os preocupéis que aquí está Marifé para solucionar el tema. Es un tema suficientemente importante para que el ayuntamiento aporte dinero. No podemos permitirnos ni un día más con las playas cerradas. La gente no se va a creer lo de las plagas de medusas. Algún empresario local seguro que también está dispuesto a echar un mano. Yo hablo ahora mismo con don Jesús y tema resuelto. El barco tiene que estar listo cuanto antes para salir a cazar al bicho.

-Pues señora alcaldesa, necesitamos unos dos milloncetes de pesetas para poner todo en orden -dijo Javier mirando intencionadamente a Gonzalo-. El equipo está esperándonos pero hay que pagarlo.

¿Un camión de residuos radioactivos? ¿Pero para qué...?

No entiendo nada, y no sé si quiero entender, más por el momento el tema importante que nos ocupa es el dichoso tiburón.

Y van a intentar sacarle a la alcaldesa dos kilos... a ver si tienen suerte. Lo raro es que la idea sea de Javier, al que el dinero no es que le falte precisamente...

- Pongámonos en marcha entonces Alcaldesa. Como bien dijo Javier, tenemos el equipo esperando para retirarlo pero no teníamos el dinero.-  respondo apoyando el comentario de mi amigo, si ella soltaba el vil metal no había motivo de negarse. Todo sea por salir de una vez por todas al mar y dar caza a esa cosa. 

por supuesto, no preocuparse, que ahora mismo me reúno con Don Jesús y el dinero lo tenemos en media horita. Que pena que no exista ningún aparato para poder comunicarse con él al instante, ahora que esto se pone interesante

Voy ahora mismo para el despacho, hago unas llamadas y tenemos el dinero listo en unas horas.
Antes de irme, me acerco a Gonzalo y le susurro.

¿Has leído el dossier ese que te pasé en la casa de Anita? No me fío ni un pelo de ella... no le quites ojo. Lo de que su capitán se fuera y nos dejase tirados en el mar me hace aumentar mis sospechas. Esa esconde algo, hazme caso.

Marifé abandona el puerto y se dirije hacia el ayuntamiento para tratar de localizar a Don Jesús y que este les deje el dinero.

Bueno, mientras no llega la alcaldesa con el dinero poco podemos hacer por aquí, yo voy a ir a comandancia del puerto para ver si nos dejan un barco para ir a recoger el equipo del "Ariel". Nos vemos luego chicos.

Anita se despide del grupo y se dirige a las dependencias del puerto, no sin antes darle un pequeño beso por sorpresa a Gonzalo en la mejilla.

Caramba Gonzalo!!...jeje , Ya me dirás que les dás... Dice Antonio dibujando una sonrisa. La pija buenorra tiene razón, aquí realmente no hacéis nada, al menos hasta que llegue el dinero y además ya estoy yo aquí para cuando lo traigan. Vosotros no os preocupeís por esto que ya una vez que Jose Manuel nos dé el material ya me ocupo yo de instalarlo.

¿Porqué no váis a tomar algo al chiringuito de Manolo, o podéis ir a dar una vuelta por el campo?, con suerte igual hasta véis un lince que dicen que por ahí hay muchos... Propuso Antonio.

-No le diría yo que no a una buena cervecita fría ¿Vienes, Lorena?

Ante el beso de Anita mi reacción es un tanto arisca, no me lo esperaba y no era un tipo que le encantara esos detalles. Demasiado me tiraban los tejos, ella y Marifé como para querer estar recibiendo más cariño del que puedo soportar. ¿-Nunca una modelo? Para qué, son todos bagres acá. - resoplo frustrado hasta que escucho la propuesta de Antonio. 

- No tengo problema, necesito una cerveza y... - nada, iba a decir, una mujer con todas las letras pero escasean o es que el tiburón se las está comiendo a todas. ¡Maldito!

Mientras espero a que Lorena conteste intento mantener mi cabeza en blanco, teníamos el dinero y el equipo, solo era cuestión de tiempo para comenzar a dar caza. 

- Sí, claro que voy.

Respondí mientras clavaba la mirada en Gonzalo, que parecía haber quedado algo aturdido tras el beso de Anita.

El jefe Gordón llegó al puerto junto con Lorena y con la esperanza de que los demás les siguieran. Al llegar vió como había un gran ajetreo, algunos hombres cargaban equipos y máquinas extrañas en el barco de Gonzalo. A lo lejos vió a Anita que estaba supervisando a aquellos hombres, parecía que había cumplido su promesa de recuperar el equipamiento de su barco y estaba trasladándolo al barco de Gonzalo.