Partida Rol por web

Morpheus: el extracto de los sueños

Prologo: Rapid Eye Moviment

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30/01/2011, 12:06
Director

El comienzo de un viaje y de vuestra aventura.

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31/01/2011, 11:57
Director

El viaje hasta los puertos de la ciudad de Londres es ajetreado, el coche de caballos se bambolea por el empedrado del suelo, la población esta agitada, y muchos se dirigen caminando hacia el mismo destino que vuestro coche. Nadie quiere perderse como embarcan los afortunados, que tienen el privilegio de ser los primeros en viajar en el novisimo barco del  Herculania. Gente de todas las clases se dirigen al puerto algunos a pie, otros en sus coches.

El futuro esta llegando, y nadie quiere perderselo. Trás salir por unas callejuelas que el cochero a tomado como atajo, pues las calles principales estan saturadas de gente y carruajes, llegais al puerto, que a pesar de una ligera neblina esta en apogeo, algunos de vosotros que lo habeis visto en dias normales, lleno de rudos marineros, mujeres de mal vivir y obreros en su incansable trabajo. No os podeis más que maravillar ante el gentio que lleva banderitas y vitorea intentandose agolpar a la pasarela del barco, mientrás que la policia tiene que emplearse a fondo para que no haya una autentica marea humana. La mole del barco de acero, de un color negro como la pez, es increible, e incluso algunos de vosotros que habeis visto mundo os teneis que maravillar ante la pregunta de como ha sido capaz de conseguir que ese "monstruo" metálico pueda avanzar... y que no se utilice la magia o una poderosa caldera de carbón.

El cochero da unos golpecitos en la mirilla pidiendo hablar con vosotros.

Notas de juego

Narrar la conversación durante el viaje para después llegar al puerto y hablar (si quereis) con el cochero.

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31/01/2011, 20:30
Emily Chrystalle

 Al fin había llegado el día indicado, aquel en el que partirían en el barco que se había hecho famoso por qué sería propulsado por algún tipo de artilugio del profesor nunca antes visto.

Deseosa de que llegara la hora guardó todos sus útiles en una cómoda maleta de mano, que llevaría al coche de caballos que la recogería para llevarla hasta allí. Tenía entendido que ese mismo coche llevaría a más de un pasajero, para facilitarles el acceso al barco, pues preveían que la zona estaría llena de curiosos, impacientes por ver partir tan novedoso elemento.

 

 

Una vez subida en el carromato, con su maleta asegurada en la parte superior del mismo, pudo observar a sus compañeros de viaje, ella misma se preguntó como la verían, ese día se había ataviado con un sencillo vestido, cómodo como siempre, de un color claro, que le caía sobre las curvas del cuerpo suave, ceñido solo en la cintura y abotonado casi hasta el cuello. Se sentó con suavidad y el carro comenzó su ruta de nuevo, aún había sitio dentro, esperaba más pasajeros o eso suponía ella.

 

Para cuando estuvieron todos montados ella se había posicionado cerca de la ventana, le gustaba disfrutar de las vistas, sobre todo cuando eran tan extraordinarias. Londres, aquella ciudad que por regla general estaba apagada y triste, ese día parecía lucir un ambiente distinto, más alegre y festivo, y qué decir del puerto, aquella visión la maravillaba, a cualquiera lo haría, tantas personas, todas allí con un mismo fin…

 

Con una sonrisa en sus labios se volvió hacía sus compañeros, pensó en hablar de algo con ellos mientras duraba el viaje, al fin y al cabo, estarían todos en el mismo barco, no estaría de más conocerlos.

 

-Me pregunto cómo se moverá ese barco…  - dijo al aire, por si alguien se interesaba en conversar con ella.

 

Notas de juego

He supuesto que no nos conocemos entre nosotros y que la conversación mencionada por el Director se refiere a el proceso de conocernos, si no, pues corrijo que no cuesta =)

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31/01/2011, 20:37
Jean Claude Renoir

Voy vestido con traje elegante de color oscuro, sombrero a juego, una capa que me he apartado sobre un hombro, guantes de cuero fino y oscuro y un bastón de madera oscura con pomo redondo y plateado, a la última moda parisina. Llevo la cara perfectamente rasurada y el cabello limpio.


Me giro hacia la portezuela del carromato cuando ésta se abre. Al ver entrar a una señorita me quito educadamente el sombrero mientras me medio incorporo en el asiento, saludándola. Sonrío con educación y paseo mi mirada de arriba a abaja, evaluando discretamente su estatus por medio de su vestimenta. Su tez pálida puede ser indicativo de nobleza baja o hasta burguesía alta, pero su sencillo vestido, aunque muy correcto, la sitúan desde luego en la burguesía. Claro que... aquí en Londres, tan lejos de mi París, la Ciudad de la Luz, a saber lo que entienden por moda...

Antes de poder decir nada, la señorita se me adelanta.

-Ignoro por completo por qué exóticos métodos realizará su singladura, mademoiselle -sonrío de nuevo mientras me quito el guante de la mano derecha-. Oh, disculpad mi torpeza, os lo ruego, pues no nos conocemos: Jean Claude Renoir, para serviros en lo que deseéis -me vuelvo a incorporar y alargo la mano derecha para coger la de la señorita, llevándomela delicada y educadamente a los labios, depositando un suave y amigable beso sin dejar de mirarla a los ojos.

El movimiento realizado, pese a la limitación de espacio del estrecho interior del carromato, se ha llevado a cabo con perfección exquisita. Con un leve asentimiento suelto con delicadeza la mano de la señorita y me vuelvo hacia el resto del pasaje.

-Messieurs -les saludo, tocándome el ala del sombrero.

Notas de juego

Jean Claude habla correctamente el inglés, pero con acento y entonación franceses. Evidentemente siempre habla así, por lo que escribiré de forma normal y evitaré poner "ignogo", "guealizagá", "singladuga" o cosas así. :P

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31/01/2011, 21:46
Lord Hyeronimus Cromwell

Había subido al carruaje con una leve sonrisa de satisfacción en el rostro, con el pecho enchido de orgullo. A pesar de su enclenque complexión, cargaba con una maleta considerable. Observa con curiosidad y con cierto disimulo a sus dos acompantes.

- Que el cielo nos permita muchos más gloriosos días como estos - dice con elegancia tras un saludo. Una inclinación de cabeza para los caballeros y la hermosa señorita. - Y mientras siga adelante, debemos alegrarnos de que ese barco siga flotando sobre el agua. Mi nombre es Hyeronimus Cromwell, o Harry si lo prefieren. Es un placer compartir el viaje con ustedes

De su gabán saca un pequeño cuaderno gastado y lleno de mil hojas sueltas que aumentan varias veces su tamaño. Hace unos rápidos apuntes a carboncillo y vuelve a guardarlo.

Un día que merecerá la pena recordar

Sus ojos no paran quietos en un detalle, y consciente de que puede resultar incómodo, lo hace con disimulo. Además, muchas de sus miradas van dirigidas al exterior, para observar el camino que tomarán

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01/02/2011, 08:16
Thomas Ryan MacGuffin

Mi sombrero de ala ancha tapa mi rostro mientras intento dormitar en el trayecto que lleva al carruaje al puerto. La noche anterior me pasé un poco con el güisqui y ahora mismo mi cabeza no duda en hacérmelo recordar a cada salto que da el carruaje a través del adoquinado. Una mala noche para beber seguramente pero bueno si tengo que estar encerrado unas semanas en un barco necesitaba correr una buena juerga antes de embarcar. 

Cuando nos acercamos al puerto noto el aroma salado del mar en el aire y decido que es hora de "despertar". Me levanto levemente el sombrero para echar un vistazo rápido a los integrantes del carruaje. Dos varones y una dama, seguramente pasajeros del barco y por consiguiente compañeros de viaje. En ese momento pueden observar mi cara, o lo que queda de ella tras una larga noche de juerga. Barba de un par de días y ojos rojos mezcla de sueño y resaca. No es mi mejor cara, pero es la que tengo en este momento.

- ¿Ya hemos llegado? - alcanzo a preguntarles a mis acompañantes con voz ronca

Mis modales no son muy refinados, realmente en lo que me dedico no suelo usarlos mucho. Por suerte no me suelen invitar a muchas fiestas por lo que no meto la pata normalmente aunque en este viaje me da que tendré que asistir a algunas, sobre todo tras haberme regalado el pasaje un personaje desconocido para mí todavía.

Logro incorporarme un poco en mi asiento y echo un vistazo por una de las ventanillas. Veo por primera vez el barco, es una mole gigantesca de hierro. Más grande que cinco cuadras de caballos. Sin duda un prodigio de la ingeniería, a mi padre le encantaría estar aquí y realizar el viaje inaugural. Sonrío al pensar que estaría contándome ahora, seguramente una de sus interminables charlas acerca de los barcos de su época...más avanzados que este según él.

- Es grande sin duda... - susurro sin darme cuenta al ver la magnitud real del barco.

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01/02/2011, 18:37
Emily Chrystalle

 Su mirada bailaba entre los pasajeros, aparentemente no parecían tener demasiado en común.

El primero en responder a su comentario fue el más cercano a ella, bien vestido y en perfecta presentación física, su rostro parecía agradable a primera vista y sus modales sin duda alguna exquisitos, en su habla se podía adivinar que no era londinense, poseía el acento que podría reconocer  de la parte oeste de Europa. Le tendió la mano ante su presentación formal e inclino la cabeza como parte del saludo, sin duda alguna aquel viaje no se parecería a los últimos que había realizado, sino más bien a una de esas fiestas a las que tan bien acostumbrada estaba.

-Mi nombre es Emily Chrystalle, encantada de conocerlos – dijo dedicándole una mirada cortés a Jean Claude y después a los demás compañeros de viaje.

Hyeronimus fue el siguiente en presentarse, a él le dedicó el mismo tipo de saludo cortés que Jean Claude momentos antes, y lo observó, él parecía educado, pero más moderadamente, miraba a todas partes y parecía emocionado por la travesía que iban a comenzar, o al menos eso dejaba entrever ese afán por inmortalizar el momento mirando a todas partes.

 

Pero había alguien más allí, y no parecía haberse dado cuenta de que todos ellos se habían presentado, como personas civilizadas, bueno, no lo tendrían en cuenta, observándolo bien podría decir que parecía más muerto que vivo, con un aspecto totalmente desaliñado, por no hablar de que parecía recién despertado. No se escandalizaría por algo así, como habrían hecho muchas de sus amigas, ella ya había visto suficiente hombre de resaca como para distinguir los síntomas…

 

-Aún queda un poco – dijo contestando a la pregunta, aunque obviamente no parecía necesario, pues él mismo pudo observar el puerto desde la ventana, solo tendrían que pasar entre la muchedumbre – aunque ya estamos en puerto. 

 

 

Notas de juego

Master al rescate¡¡¡ ^^

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01/02/2011, 19:21
Jean Claude Renoir

Miro a través de la ventanilla hacia la inmensa mole de la nave.

-Sin duda será una experiencia increíble, mis señores, viajar en tan magna obra.

Me giro de nuevo hacia mis acompañantes y me toco el ala del sombrero con el pomo de mi bastón, obsequiándoles a mis compañeros de viaje con esa encantadora media sonrisa que conocen en la mitad de los grandes palacios de Nueva Europa.

-Pintoresca, por lo menos -giro mis ojos hacia el hombre del libreto-. Cromwell, Cromwell... me temo que sé que he oído hablar de vos, monsieur, pero no acabo de localizaros. Disculpadme...

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01/02/2011, 21:45
Lord Hyeronimus Cromwell

Ante la disculpa del señor Renoir, Cromwell deja libre una risa educada

- No os disculpeis, milord - sonríe con gran sinceridad - A no ser que leais a menudo los periódicos, apenas veréis mi nombre en otro sitio. Tampoco persigo el afán de la fama. Aunque sin duda, por algo nos habrá llamado el dueño de los pasajes regalados

Se empieza a acariciar el mentón. Sus pómulos bien marcados dejan ver un rostro delgado, y sus ojos hundidos dejan bastante que desear a su apariencia, pero intenta salvarlo con buenas formas y buen humor. Todavía no tenía el honor de saber el nombre de su tercer acompañante, sin duda aquella noche había sido dura.

Intentó rebuscar en su memoria algún momento de cruce con él, pero no lo encontró

- ¿Podemos hacer algo por usted, señor? - le pregunta con voz queda para no molestarle demasiado

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01/02/2011, 22:06
Jean Claude Renoir

-¡Ahhh! H. Cromwell -exclamo, cayendo en al cuenta por fin-. El periodista norteamericano que revoluciona de vez en cuando los titulares... Sí, sí -sonrío-, soy muy aficionado a vuestros artículos, me siento honrado de compartir con vos este pequeño carromato. No perseguiréis la fama -río amablemente-, pero sin duda estáis sobre su estela. Tratáis vos los temas de actualidad con verdadera maestría...

Yo también me giro hacia el cuarto integrante de nuestro extraño cuarteto. "Un hombre de acción, sin duda alguna", pienso para mí.

-¿Y bien, monsieur? Tal vez abrir la ventanuca de este estrecho compartimento os alivie algo de vuestra... situación... -alargo la mano para abrir la ventana y dejar entrar algo de aire fresco-. Por cierto, no nos habéis informado de vuestro nombre... -comento, educadamente, a ver si esta vez el caballero nos regala con el dato.

En ningún momento dejo traslucir que el estado del... aventurero... me produzca horror. Estoy siendo muy educado y el desdén no nos dará nueva información

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02/02/2011, 08:23
Thomas Ryan MacGuffin

Parece ser que hoy no es mi día de suerte, debí haberme pensado lo de la segunda botella de güisqui si llego a saber esto. Los ocupantes quieren charlar y sinceramente yo no. Lo malo de esta época en la que me tocó vivir es que hay que comportarse con cierta educación. En cambio a pesar de haber recibido una de las mejores del mundo, en mi caso brilla a veces por su ausencia. 

- Mi nombre es Tom... - respondo tranquilamente - ...Tom MacGuffin... - hago una breve pausa tras mi nombre y prosigo con un deje irónico - ...encantado de conocerles y perdonen mis modales...no estoy acostumbrado a tan grata compañía normalmente...

Acto seguido dejo de prestar atención a la charla y me dedico a examinar el buque desde la distancia. Sin duda es impresionante y realmente será causa de envidias en todo el mundo. Puede que si tengo suerte pueda vivir alguna aventura dentro de ese barco de hierro.

 

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02/02/2011, 16:19
Lord Hyeronimus Cromwell

- No se preocupe - responde Cromwell a las disculpas del señor MacGuffin.

Después se vuelve a los demás, ya que el caballero parece demasiado abatido como para hilvanar dos palabras sin esfuerzo.

- Bien, yo he revelado el secreto de mi profesión - comenta divertido - Ahora tomemoslo como un acertijo: ¿qué podría llevar al famoso inventor a reunir a personas tan variopintas en esencia y variadas en aptitudes? Reconozco que me intriga profundamente esta pregunta.

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02/02/2011, 16:26
Jean Claude Renoir

Asiento a las acertadas palabras del ingenioso periodista, dejando que el monsieur MacGuffin... descanse la mente.

-Oui, c'est vrai -comento-. Y sin duda no seremos los únicos invitados. Sólo -añado, sonriente y mirándoles a los tres consecutivamente- hemos tenido la suerte de conocernos antes de embarcar, mis señores.

Enarco una ceja y ensancho mi torcida sonrisa, celebrando el hecho de nuestra... reunión.

-Hmmm... juguemos a las adivinanzas, pues, messieurs -asiento, haciendo con la mano ademán de continuar. Soy mucho de usar el lenguaje gestual-. Aquí estamos un famoso periodista, cuyos lectores seguramente se sentirán intrigados por el Herculania -inclino la cabeza hacia monsieur Cromwell-; un hombre que sin duda ha visto los más pintorescos puertos del mundo y que conocerá a la perfección los entresijos de los viajes -señalo hacia monsieur MacGuffin, que tiene el aspecto de un aventurero... por cuenta ajena-; yo mismo, que soy presencia habitual en los más selectos clubes y cortes de Nueva Europa -me toco el pecho y luego el ala del sombrero con el pomo de mi bastón, educadamente y sin hacer alarde de ello, como si fuera un hecho llano-; y... la mademoiselle me disculpará, espero, pero aparte de regalar nuestros ojos con una sobria belleza... no encuentro pistas que me sugieran profesión... -añado inclinándome ligeramente hacia mademoiselle Chrystalle y sonriendo encantadoramente, esperando que ella misma descubra su misterio... o que la aguda mirada de monsieur Cromwell lo deduzca.

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02/02/2011, 17:09
Emily Chrystalle

 Ya no podía faltar mucho para su llegada al barco, y allí estaban hablando sobre los misterios que envolvían las invitaciones al barco. Sin duda alguna a ella también la tenía intrigada, aunque había pensado que la invitación había llegado a sus manos, quizás, por influencias de su participación como médica voluntaria en el extranjero…

La conversación llevada por Jean Claude la distrajo de sus pensamientos haciéndola volver a aquel carromato.

-Ejerzo la medicina – dijo contestado a su pregunta – hace poco estuve de voluntaria en misiones militares, no sé si eso tenga algo que ver con esta misteriosa invitación…

Dijo sinceramente, estaba orgullosa de su carrera profesional, había alcanzado el punto de reconocimiento que siempre había deseado, cosa algo complicada cuando vas ataviada con vestido y curvas…

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02/02/2011, 17:30
Lord Hyeronimus Cromwell

Cromwell se sorprende visiblemente ante aquella declaración. La muchacha se mostraba orgullosa de su proeza en las ciencias médicas, era muy loable.

- Estoy realmente sorprendido, señorita Chrystalle - dice con una nueva reverencia hacia ella. - Realmente teneis valor para ejercer vuestra ciencia en la guerra, reconozco que a mí me faltaría coraje para lanzarme a la batalla

Vuelve a sonreír. Aquello estaba regalando más sorpresas de lo que esperaba, y eso era una gran satisfacción

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02/02/2011, 17:36
Jean Claude Renoir

Asiento, de acuerdo con el periodista.

-Parece, mademoiselle Chrystalle, que sois una mujer de sorpresas. Vuestro aspecto comedido no deja traslucir el corazón de una luchadora -declaro amablemente-. Lo cual, de todas maneras, da cierta luz al... misterio que teníamos entre manos.

Saco del bolsillo interior de mi abrigo un ejemplar del Times, mostrando el brevísimo, casi ridículo, artículo sobre el Herculania y su diseñador. Leo, con voz grave:

-Aquí dice que el doctor Horizon presentará la demostración de su más notable creación: una máquina capaz de curar cualquier enfermedad. Tan increíble evento se realizará durante el próximo viaje del Herculania, magnífica nave de la que también fue diseñador...

Levanto al vista del periódico.

-Sin duda alguna vuestras hazañas y habilidades, mademoiselle, parecen ser lo suficientemente notorias como para atraer la atención del doctor... -vuelvo a mirar el nombre, porque ese seudónimo suena a chiste-... "Horizon". Curioso nombre... Por cierto, ¿se sabe algo de él, messieurs?

Doblo el diario y lo vuelvo a meter en el bolsillo del caro abrigo.

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02/02/2011, 18:21
Thomas Ryan MacGuffin

Escucho las conversaciones del resto de integrantes del carruaje aunque evito entrar en ella de momento. Prefiero mantenerme al margen mientras mi cabeza no deje de darme la lata. De todas formas memorizo los nombres y ocupaciones para no meter la pata en un futuro, no sería la primera vez que me equivoco al llamar a una persona por no haber prestado atención. Presto atención a sus títulos ya que en los años en los que vivimos tienen mucha importancia, a veces demasiada.

Así que el doctor Horizon planea presentar una máquina prodigiosa, capaz de curar toda enfermedad...me huele a problemas. Los prusianos ,amantes de la guerra, querrán poseer una de ellas para poder iniciar su ataque a la Nueva Europa. Si una máquina puede curar a sus hombres lograrían un ejército casi invencible...y no va ser la única potencia militar que se interese por la máquina. Sin duda el Herculania será un viaje la mar de interesante...

- Si esa máquina es capaz de hacer lo que el profesor dice...será un viaje movido... - dejo caer entre los presentes antes de volverme a colocar el sombrero para cubrir mis ojos ya que la claridad aún los daña.

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02/02/2011, 18:54
Director

El cochero decide que ya ha tenido suficiente educación y abre un poco la mirilla, su rostro algo regordete, tiene apariencia de algo soñoliento por las horas de la mañana y coloreado por el frio mañanero deja paso a unos ojos azules algo penetrantes, mientrás con voz algo grave dice:- Señores, tenemos nuestra parada aqui, tienen a su escolta esperando afuera- Y cierra la mirilla. Al mirar, por una de las ventanas, veis que varios policias junto a un hombre trajeado con una mascara de ceramica en el rostro os espera afuera del coche, por toda la pinta sin duda es uno de los sirvientes de confianza del extrafalario Mr. Horizon, en tanto el cochero esta bajando las maletas. Al parecer el puerto esta impracticable y tendreis que hacer los últimos metros andando...

La puerta se abre y el hombre enmascarado se quita el sombrero, mientrás que con una voz musical que suena como melaza se disculpa:- Lo siento, pero al parecer el puerto esta completamente saturado de curiosos, y por vuestra propia seguridad, tenemos que hacer un trasbordo en un pequeño barco, y unos figurantes entraran en vez de vosotros al mismo, si me permiten llevare sus maletas- Con un solo ademán se echa todas vuestras maletas a los brazos, en tanto los dos policias que se encuentran a los lados, solo pueden mirarlo entre asustados y sorprendidos. Pero se recuperan y el más alto de los dos os dice:- Por aqui por favor...-

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02/02/2011, 19:17
Jean Claude Renoir

"Sacré Bleu! Ese hombre acaba de echarse encima TODAS nuestras maletas..."

Me recupero de la impresión suscitada por tan... inaudita hazaña. Entre esas maletas viaja gran parte de mi extenso vestuario...

Carraspeo con educación y, ciñéndome el sombrero con elegancia, salgo fuera del coche. Junto los pies y me hago a un lado, inclinándome ligeramente, agarrando mi bastón con la mano izquierda tras mi espalda y extendiendo la derecha hacia el interior del habitáculo.

-Mademoiselle, s'il vous plaît... -digo con exquisita educación, tendiéndole la mano a la señorita Chrystalle para ayudarla a bajar.

Sonrío con verdadero placer mientras espero a que la mademoiselle acepte mi ofrecimiento. Entretanto, una idea se cuela en mi mente: "Es una lástima que nuestra conversación se haya visto interrumpida, pues estaba resultando estimulante".

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02/02/2011, 19:41
Lord Hyeronimus Cromwell

Rompe a reír de nuevo

- Realmente no envidio a los pobres que ocuparan nuestro lugar ante los curiosos - dice mientras baja del carruaje

Se recompone el gabán, algo arrugado por el viaje. Respira el aire fresco del día

Hoy va a ser un gran día repite para sí mismo

Comienza a caminar hacia donde los guían, observando a la multitud exaltada y al magnífico barco cuando está en su campo visual.