Partida Rol por web

Atendiendo al plano que había memorizado al ver el desglose de las cubiertas en el ordenador de la Medellín, a Amy le quedaba claro que los motores de salto estaban en esa misma primera cubierta, siguiendo el pasillo hacia abajo y hacia la derecha, atendiendo a la forma de la planta de la nave.

El resto e la primera cubierta posiblemente estaría dedicada al almacenaje y talleres.

En la segunda cubierta solían encontrarse los alojamientos y zonas comunes para la tripulación de la nave.

Y en la tercera cubierta estaría el puente de mando y las computadoras de navegación.

La sintética no era capaz de precisar los compartimentos o localizaciones específicos de cada cosa, peor en esta clase de naves la distribución solía ser esta.

Samuel caminaba lentamente detrás de sus compañeros, en lugar de las armas, lo que llevaba preparado eran sus herrmientas, aunque la actutud de Ron le obligaba a tantear el vibromachete casi a cada paso.

- Relájese Jefe, esto es solo un reconocimiento, principalmente de la nave. No creo que encontremos ningún cadáver.(bromeo, con una irreconocible y leve risa)

Solo pensar en los gusanos que menciono Sam hizo que Ron comenzara a inquietarse. De que hablaba el jefe, acaso sabe algo mas que nosotros no entendemos aun. Había escuchado toda clase de historias sobre tripulaciones varadas compuestas completamente por caníbales.

Lo mejor será hallar rápido lo que buscamos y seguir con lo nuestro...

Eso pensaba el grandote, pero el silencio completo lo enmudecía, al punto de no atreverse a compartirlo con lxs demás. Avanzo por el pasillo siguiendo las indicaciones de Amy.

- Sam, vayamos a ver los motores y así puedes evaluar el daño, o si necesitas ayuda.

Me dirijo hacia la compuerta donde creo que podría encontrar la sala de motores.

- En caso de que no la necesites, quizás me de una vuelta por la nave para ver que podemos encontrar.
>> ¿Qué os parece?

Está bien, intentemos abrir está esclusa y yo me quedaré echando un vistazo, tardaré un poco en revisar que mierda le ha pasado a esta nave y ver si podemos aprovechar algo.

Mientras podéis echar un vistazo por ahí, si vas al puente de mando puedes revisar los últimos informes de la nave nos dirán algo, y de paso dejar las esclusas que necesitemos abiertas, Ron, ¿te importaría acompañar a la señorita? …

Sam se colocaba para ayudar a Amy con la palanca, aunque en realidad sabía que Amy podría doblarle a él por la mitad, llevaban tanto tiempo juntos y estaba tan jodidamente bien conseguida que no podía evitar tratarla como a una pobre cría indefensa.

- Señor, Si Señor. 

Respondió Ron socarronamente por los intercomunicadores del traje de vacío.

- Confirmado la exclusa, estamos frente a la entrada de ¿la sala de maquinas? Si quieres puedo ayudarte Amy...

El grandote, le guiño un ojo a Amy, y mientras la ayudaba, cruzaba los dedos a sus espaldas. Los primeros efectos del Stim se estaban volviendo evidentes día a día. Ron siempre fue adicto a esa porquería cancerígena, y aunque vivía de forma temeraria, cargaba con un terror irracional hacia la muerte. Muchos pecados en su pasado formaban parte de esta carga.  

Nunca esta de mas invocar a la suerte. Esperemos encontrar algo jugoso del otro lado...

- Ya veréis chicos, esto es pan comido.
Coloco la palanca en la puerta y me preparo para tirar.

- Tu agarra por ahí, yo por aquí y a la de tres.
>> 1,2 y 3.....-Mffff ¡Maldita puerta! ¡Ábrete joder!

La puerta se niega colaborar, miro a Ron, le doy la palanca y le cedo mi lugar.
- Me parece que es trabajo para alguien fuerte de verdad.

Amy no había podido, todos pareciamos un poco fuera de lugar desde que la nave se detuvo, así que le dejó sitio a Ron que ya estaba hasta arriba de la mierda del stim. Igual no era el momento para hablarle de eso, sería mejor dejarle desahogarse con la palanca y la esclusa.

El colocado marine se frota las manos y toma la palanca casi sin saber que hacer, a continuación, en un esfuerzo pero de imitación realiza paso a paso la tarea que estaba operando Amy. Parece casi ridículo sosteniéndola, la barra cruje por unos instantes cuando el gorila coloca todo su peso sobre el artilugio. Algo sede en el mecanismo y la esclusa ahora gira libre.
- ¿Qué creen que haya del otro lado... hagan sus apuestas? Yo apuesto a los maquinistas  de esto, y su buen gusto por el licor, ojala consumieran otras cosillas también. Ya sabe a lo que me refiero jefe.
Ron suelta una desmedida carcajada, apagada dentro del traje de vacío.
Antes de entrar, mira sobre su hombro hacia el corredor que recorrió hace instantes. Tiene la seguridad que hay algo observándolos. Muy de cerca. Traga saliva y avanza.  

Ron consiguió abrir la compuerta hermética con aparente facilidad frente a sus compañeros. El mecanismo de cierre terminó de girar por si solo y los dos paneles de la compuerta penetraron en los tabiques que había a cada lado de la oscura abertura.

El vano mostraba un pasillo oscuro, este iluminado con pilotos rojos, indicando que había algún tipo de problema con la maquinaria de la Alexis, pero al estar la nave en modo de bajo consumo, no sonaban las sirenas de rigor.

Justo cuando vais a entrar escucháis un lacerante chillido proveniente de una sala próxima en esta misma cubierta. El sonido os eriza todos los capilares del cuerpo pues nunca habéis escuchado un sonido así, ya proviniendo de una persona o un animal. Escucháis también un correteo en vuestra dirección, pero lo que sea que se mueve está al otro lado del tabique izquierdo del pasillo. Pocos segundo después parece continuar su correteo... Sobre vuestras cabezas, en la cubierta superior.

El correteo de algo que no logramos ver hace que me ponga alerta. Recupero mi palanqueta y la empuño de forma decidida. Estoy dispuesta a sacudir a quien se muestre hostil.

- Es posible- susurro -que los tripulantes estén heridos y se desplacen de forma rara. Y por lo que parece, no se fían de nosotros.

Sin avanzar más, trato de ver quién se puede estar arrastrando por lo que parece un conducto de ventilación.

- Es posible que se hayan vuelto locos y se hayan atacado entre ellos.

Sam se sobresalto y sin saber como acabo detrás de sus compañeros, miraba entre sus cabezas esperando no ver nada, no le gustaba aquel sonido, no era lo que uno esperaba oír en una nave que parecía desierta.

Cuando el sonido parecía desvanecerse la idea de quedarse allí solo no el hacía mucha gracia, pero no tenían todo el día, esperaba no tardar mucho en averiguar que le pasaba a la nave. Mientras tuviera algo que hacer, algo con lo que ocupar su mente estaría bien. 

—Vamos, seguro que solo es una jodida rata espacial, o un gato, no se que puñetera manía tiene la gente de llevar gatos en las naves espaciales, lo que yo digo es que solo se engañan a si mismos, quieren que el espacio les parezca vivo... y una mierda, todo esta muerto aquí arriba, y a ese gato no debe quedarle mucho tampoco.

Sam hizo un gesto, iba a ponerse con la supuesta avería, si sus compañeros querían salir a ver que pasaba podían dejarle allí un rato, no tardaría mucho.

Los nervios del marine se tensan inmediatamente, es el proceso de lucha o huida operando. Sin perder tiempo, se prepara para atacar lo que sea que haya producido esa estridencia. Busca la mejor posición para emboscarlo usando los tabiques como cobertura. La metralleta cuelga a un costado, sin descartar su uso, pero sea lo que sea lo espera con sus puños cerrados (va a intentar abrazar lo que venga para inmobilizar, alzar la metralleta y disparar. Al menos que se trate de un gato, Ron ama los gatos). 
Son caníbales, malditos y hambrientos antropófagos. No hay gato lo suficientemente grande para provocar ese ruido. Si están hambriento comerán plomo... 

El sonido que les había sobresaltado pareció alejarse en el segundo piso, peor los ecos de aquel grito animal seguían torturando los tímpanos de los tripulantes de la Medellín. Sam y Amy agitaron su cabeza para liminar cualquier posible idea extraña de sus cabezas. Puede que si, que su detector no funcionase bien y sí que quedase gente con vida, en el segundo pio, lejos de los límites del aparato a fin de cuentas. Peleándose entre ellos como en el Duelo a Garrotazos, aquella pintura antigua de la Tierra.

O puede que sí que fuese alguna alimaña con una capacidad pulmón envidiable. Diablos, Sam mataría por esos pulmones y chorro de voz, pero por ahora no lo sabían.

Ron sí que no fue capaz de quitarse aquello de la cabeza tan fácilmente, el frío se adueñó de la base de su cogote y se extendió por su coronilla sin que pudiese hacer nada aun con todo su entrenamiento. Al menos había aferrado su herramienta con más  determinación porque quedaba claro que podía necesitarla en cualquier momento.

Sam, envalentonado por sus propias palabras, penetró en el cuarto de máquinas, reconociendo los paneles e instalaciones que alimentaban los propulsores de la nave. Estos se veían exactamente en el mismo estado que los de la Medellín: funcionales pero sin la capacidad extra de los motores de salto. A cada extremo de la habitación había dos puertas que iban a dar a los receptáculos en los que se encontraba la propia infraestructura de los motores de salto, pero frente a una de ellas había dos bultos que las tres almas presentes pudieron reconocer como cadáveres uniformados con las galas de trabajo de su corporación.

Algo se deslizó desde donde debería haber estado su cabeza, una criatura alargada, de unos 30 centímetros de largo, deslizándose sobre una especie de trompa y con su cabeza coronada por unos zarcillos con los que parecía otear el lugar en busca de aquellos que habían llegado haciendo ruido. En su otro extremo lucían una cola coronada por un aguijón que destellaba en la sala oscura, goteando algún tipo de líquido que los espoliadores daban gracias de no poder oler. De debajo del otro cadáver asomaron otras dos de aquellas criaturas, en la misma dirección.

La visión de los cadáveres no es algo nuevo para mí. No es la primera vez que los muertos yacen a mis pies. Pero ver a estas extrañas criatura me perturba. ¿Quizás esté consiguiendo ser cada vez más humana?

- ¿Qué demonios es eso? - pregunto tratando de no alzar la voz - parece un mosquito superdesarrollado.

Me acerco con cautela a uno de ellos, con la intención de dejarlo espachurrado en el suelo de un golpe. Levanto el brazo armado con la palanqueta y cuando lanzo el golpe tengo la sensación de que no voy a ser tener la rapidez suficiente para conseguirlo.

Sam saltó hacia atrás en cuanto aquella cosa se movió, y mientras retrocedía su mente asimilaba uno a uno todos los horrores que habían encontrado de repente, los cuerpos en sus trajes de vacíos, parecía casi una copia de sus peores pesadillas, y aquella cosa que se movía.

—Matad a esas putas cosas, joder Ron, apártate, no dejes se te acerquen, Amy cuidado…..

Mientras retrocedía cargaba el lanza arpones, no pensaba acercarse lo más mínimo a esas mierdas. De alguna manera consiguió mantener la calma bastante bien, intentaba no fijar la vista en lo que se movia entre ellos, no hacía más que tropezar y sobresaltarse ante cualquier cosa que le rozase y cuando por fin consiguió disparar no hizo más que clavar el arpón en un panel metálico.