Partida Rol por web

Muerte en el Nilo

1.La llegada a Egipto

Cargando editor
15/10/2016, 01:17
Director

El viaje desde Estados unidos había sido agotador. Un viaje de varias semanas en el Estrella de Egipto hasta el puerto de Alejandría, en la desembocadura del Nilo. Tras descansar una noche la arqueóloga y el profesor habían tenido que cojer un vagón abarrotado que los llevó hasta El Cairo.

Fue allí donde se conocieron y se dieron cuenta que ambos se dirigían hacia el mismo sitio. Nina Foster era una joven arqueóloga que, animada por su mentor, se había atrevido a recorrer medio mundo para llegar a uno de los mayores descubrimientos en el mundo de la arqueología. Por su parte James Hollister era un estudioso que dedicaba su vida a la historia y tampoco quería perderse aquel acontecimiento, aunque solo fuera por vivírlo un poco mas cerca. La Expedición Galloway era el destino de ambos.

Cargando editor
15/10/2016, 01:29
Will Manering

Llevaban casi 20 minutos esperando en El Cairo junto a una de las calles principales cuando un coche paró frente a ellos. Un chico joven con el pelo engominado y las gafas torcidas al igual que su sonrisa salió de éste para recibirles.

-Hola, bienvenidos a Egipto-saludo con un acento indudablemente inglés- Me llamo Will Manering, soy bueno como diría el doctor soy "el eterno estudiante"-bromeó- soy su asociado en la expedición y me envió a por ustedes. Lamenta no poder recibirles él en persona pero como entenderán el trabajo junto a las piramides es duro y no podemos permitirnos perder más tiempo. Déjeme ayudarle con su maleta señorita-se ofreció amablemente mientras les indicaba que podían subir al coche.

Cargando editor
17/10/2016, 13:59
Nina Foster

No podía describir la emoción que sentía al realizar este viaje. Por fin podría poner a pruebas mis conocimientos Arqueológicos en unos de los lugares mas propicios para aquello. Mi profesor se sentiría orgulloso de mí y pondría a prueba todo lo que me han enseñado a lo largo de los años. Ese era mi cometido, bueno, uno de los tantos que tenía. No podía negar que hacer de turista también era algo que quería hacer. Este viaje de estudio y de trabajo se podía traducir también en un viaje de placer.

En el tren hacia el Cairo conocí a James, un historiador que tenía el mismo destino que yo, y que tras una larga e interesante conversación, nos habíamos puesto de acuerdo en emprender el camino que teníamos en compañía. El transporte había realizado su parada, tomé mis maletas y descendí del vagón en compañía del Sr Hollister.

El lugar era maravilloso a pesar de la gente que había, en donde posara mi mirada, me maravillaba con las cosas que veía. Era un mundo nuevo, mis sueños, en donde deseaba conocer este lugar, no se comparaba con nada a lo que estaba viviendo en estos momentos. Decidimos caminar hacia una calle y después de unos minutos vimos como un coche se paraba en frente de nosotros, de él se bajo un muchacho que quizás tendría mi edad y se presentó. Mientras le pasaba mi maleta después de su ofrecimiento para dejarla en el coche, hice lo mismo. No podía ser maleducada.

"-Un gusto Sr Manering. Mi nombre es Nina Foster, arqueóloga de profesión. Este lugar es maravilloso - aspiré para llenar los pulmones con el aire del Cairo - gracias por recibirnos"

Esperé a que James dejara su equipaje junto al mio. 

Cargando editor
25/10/2016, 18:21
James Hollister

- Siempre me ocurre lo mismo.

Cuando mi secretaria, Margareth, entró en mi despacho de la universidad de Washington con aquel telegrama en el que se me anunciaba un asombroso descubrimiento entre las pirámides de Egipto y que requerían mi presencia en la Expedición Galloway, no pude más que dejar de pensar en los alumnos de mi universidad ni en los trabajos en los que aún tenía tanto por hacer. Enseguida envié a mi secretaria a reservar el pasaje hacia allí. Y al día siguiente fue cuando caí en la cuenta de que el viaje duraba lo que duraba.

Como no podía ser de otra manera los tres primeros días, en aquel barco del infierno, los tuve que pasar aclimatando mi cuerpo a los constantes vaivenes. Y mi estómago se resentía a base de bien con ellos.

Por fin, semanas después, llegamos al puerto de Alexandría. Por fin pude dormir en una cama que no se moviese y al día siguiente me monté en el tren que debía llevarme a hasta El Cairo. Quiso la suerte que dentro de aquel vagón coincidiese con la señorita Foster. Una delicia. Al comentar hacia donde se dirigía constatamos que íbamos al mismo sitio. Que cosas tiene la vida. Y que conversación más agradable tiene la chica.

Una vez llegamos a El Cairo y poco después de bajar del tren, se detuvo ante nosotros un vehículo y de él se apeó un joven que decía venir en nuestra búsqueda. Will Manering. Se ve que la señorita le gustó más que yo ya que no hizo ademán alguno de querer ayudar a un viejo a subir las maletas a su auto. - En fin, las subiré yo.

- James Hollister. Tanto gusto. – Me presenté dando la mano al jovencito del pelo engominado.

-¿Cuál es ese descubrimiento que hace que recorra medio mundo para verlo, muchacho? – Pregunté a la vez que me ajustaba las gafas en la nariz con un dedo.

Cargando editor
26/10/2016, 10:59
Will Manering

El hombre sonrió mientras le habría la puerta a Nina para que subiera al coche.

-Pues hemos logrado entrar en la tercera piramide-dijo sin rodeos y con demostrada emoción-¿Se lo pueden creer? Nadie ha entrado ahí en cientos, ¡miles de años! ¿Que arqueologo o historiador no querría presenciar este descubrimiento? Bueno... que les voy a contar, supongo que por eso han venido ustedes.

El coche petardeo un poco al ponerse en marcha y enseguida empezaron a moverse entre las calles del Cairo. A su alrededor los puestos y las pintorescas personas pasaban dibujando un ambiente colorido. La gente los miraba pues no había muchos vehiculos en el Cairo y los pocos que había, la mayoría de extranjeros, siempre atraían las miradas curiosas de los egipcios.

Notas de juego

James, la ficha cuando puedas xfa

Cargando editor
26/10/2016, 17:24
Nina Foster

Las palabras del Señor Manering me llenaban el corazón de emoción. Nadie había entrado tan profundamente a las pirámides en siglos y nosotros teníamos la primicia de participar en tal hallazgo histórico. Estaba emocionada, no sentía mas que felicidad en este momento.

Le sonreí abiertamente a James y empecé a mover mis piernas de forma ansiosa, como si de un tic se tratara. Puse mis manos en mis rodillas para calmarme pero cada vuelta de rueda que daba el automóvil, mas nos acercábamos al lugar en que había soñado pisar toda mi vida.

"-¿Qué más sabe? Cuéntenos, por favor."

Quería saber todo lo que se había descubierto hasta ahora, la conversación haría que el viaje a las pirámides se hiciera mas corto.

Cargando editor
04/11/2016, 23:48
James Hollister

- ¿Cómo ha dicho, joven? ¿Que han logrado entrar en la tercera pirámide? No es posible. –  Aunque esperaba una noticia sin duda importante, ni en mis mejores sueños lo habría podido albergar. – Pero, pero… eso es maravilloso. – No podía, ni quería, disimular mi emoción y mi entusiasmo por aquella fantástica noticia. 

- ¡QUE HAN CONSEGUIDO ENTRAR! – Grité sacando medio cuerpo por la ventanilla del auto en el que nos habíamos subido y que ahora atravesaba el centro de El Cairo. - ¡ES MARAVILLOSO!- Exclamé mientras saludaba con mi sombrero a la gente que nos veía pasar con incredulidad. Algunos me devolvían el saludo pero la mayoría me miraban como si estuviese loco. Y, en esos momentos, lo estaba. 

Volví a meter mi torso dentro del habitáculo del coche y me dirigí al joven Manering, -¿usted cree que podremos entrar dentro de ella? – Interrogué al repeinado que no dejaba de mirar a mi compañera.

Cargando editor
09/11/2016, 10:50
Will Manering

-Bueno aun es pronto, apenas hemos entrado en las primeras salas y debemos asegurarnos de que el lugar es seguro y no se desplomará sobre nosotros-dijo el hombre divertido-. Creemos, señorita Foster, que la piramide pertenece a la que fue la última faraona de la Sexta Dinastía alrededor del 2180 antes de Cristo. La reina Nitocris. Peor no se preocupe, no tardaremos de llegar al campamento y allí podrán darles más información-dijo amablemente- por cierto usted señorita tendrá su propia tienda de campaña, el Doctor Galloway lo ha dispuesto para usted pues mucho me temo que es usted la única mujer en la excavación aunque entendería que usted prefiriese quedarse en el Hotel Mena House. Y respecto a usted profesor me temo que la suerte no es tanta. Tendrá que compartir la tienda conmigo pero tranquilo, no ronco-bromeó.

Notas de juego

Dejo esto aqui por si quereis añadir algo y si no el proximo post ya os avanzo a la excavación

Cargando editor
09/11/2016, 22:24
Nina Foster

La información que nos estaba proporcionando el joven Manering era increible, un sueño que pronto se convertiría en una realidad palpable. Empecé a divagar en las posibilidades que nos esperarían al llegar al campamento que apenas oí cuando me dijo que había una tienda de campaña allí y que sería la unica mujer en la excavación. Para no parecer maleducada le respondí amablemente:

"-No se preocupe, quiero estar lo mas cerca del campamento posible. Vengo preparada para ensuciarme y no dormir, quiero estar presente en todo lo que se realice"

Me acomodé en el asiento del automovil, puse mis manos en la falda y miré por las ventana para capturar cada imagen que se presentaba ante mis ojos.

Cargando editor
10/11/2016, 21:13
James Hollister

- Cof, cof, cof. Disculpen. - Dije tras llevarme una mano delante de la boca al toser. - Siempre me pasa cuando me excito.

El calor era notable en El Cairo y el entusiasmo por la gran noticia estaban haciendo que comenzase a sudar. Saqué mi pañuelo del bolsillo delantero de mi chaqueta, me quité el sobrero y me lo pasé por la calva. - Que calor, por todos los santos. ¿Como podrán vivir en este secarral?

- No se preocupe por mi, joven. Compartiré gustoso la tienda de campaña con usted. Lamentablemente le he de informar que yo si ronco. - Contesté al joven con una sonrisa.

Cargando editor
14/11/2016, 17:04
Director

El coche cruzó la ciudad rápidamente, evitando las calles atestadas de gente y no tardaron en alejarse de la ciudad. El calor traspasaba la ropa de los recien llegados que, aunque preparados, probablemente no imaginaban el calor del cercano sol que les golpeaba con fuerza. Una nube de humo se formaba detrás del coche haciendo desaparecer la ciudad tras una nube de arena. Frente a ellos: El desierto. Kilómetros de arena sin nada más que dunas, espejismos y algún que otro camello.

Al menos hasta que al cabo de un buen rato empezaron a ver las figuras de las pirámides en el horizonte. Lentamente se acercaban desde lejos ante los maravillados recién llegados.

A un kilómetro de éstas se situaba un tumulto de tiendas de campaña colocadas de manera caótica en la meseta de Giza,em el lado sur de la tercera pirámide. Montones de paquetes y fardos, mochilas e instrumentos repartidos en lo que era, sin duda alguna, el campamento de la expecidión Galloway. Varias personas iban de aquí para allá atareados pero cuando Will Manering aparcó el coche una persona se acercó a darles la bienvenida.

Cargando editor
14/11/2016, 17:18
Muharab

Un hombre mayor, de piel morena y barba cana vestido con ropas coloridas y holgadas a la manera de los arabes. Una sonrisa de dientes picados se asomó en su rostro cuando el coche paró.

- ¡Bienvinidos!-Dijo el hombre abriendo los brazos. Se acercó y abrió la puerta mas cercana para permitir salir a los viajeros- mi nombre es Muharab, soy supervisor de excavación. Doctor Galloway mi ha mandado a recibirles y acompañarles a su tienda. Doctor Galloway lis verá esta noche-confirmó el hombre antes de que los cansados viajeros le preguntasen.

Cargando editor
16/11/2016, 13:04
James Hollister

Tras el bonito viaje a través de la arena del desierto, con mucho calor y una amena conversación con mi propio cerebro, acertamos a llegar a la zona de la excavación. Pero antes ya pude observar lo que realmente quería ver. Las imponentes maravillas de la técnica que eran las pirámides. Eran majestuosas y soberbias. Eran preciosas.

Cerca de ellas se encontraba el lugar de la excavación donde se terminaba nuestro viaje. Nada más detenerse el auto se acercó a toda prisa un árabe, y ya estaba a punto de decirle que no nos interesaba comprar nada cuando se presentó como el supervisor de la excavación. Incluso abrió la puerta por el lado de la señorita Nina. El petimetre de Will Manering, la cedió el paso “cortésmente” pero yo creo que era más bien para mirarle el trasero a la joven arqueóloga.

El último en bajar, como no, fui yo. – Hola, señor Muharab. Soy el profesor Hollister, James Hollister. Es un caluroso placer. – Saludé al supervisor tendiéndole mi mano.