Partida Rol por web

Muerte en la Nieve

Cantar de la Gran Compañía 1: Posada en mitad de ninguna parte

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04/03/2018, 17:19
[Abandono] Nrog

A pesar de desconocer el comportamiento de las criaturas pequeñas, pude ver como la tensión iba creciendo en el interior de aquel pequeño lugar. Todo el mundo parecía sospechoso y los constantes movimientos entre mesas no hacían otra cosa más que acrecentar mi sentimiento de que todo el mundo ocultaba oscuras intenciones.

Siguiendo el ejemplo de aquella criatura azul mi acompañante se reubicó, sentándose en la mesa de aquellos humanos que parecían tener alguna disputa por una hembra humana. Sus movimientos y acciones pronto dejaron entrever una clara amenaza a uno de ellos, el cual solo pudo asentir como un gato asustadizo.

Una vez concluyó lo que había ido a hacer a esa mesa, me dedicó un ligero gesto con su cabeza, indicándome el lugar a donde se había dirigido la mujer de color zafiro. Por algún motivo, parecía que mi pequeña acompañante sospechaba de las intenciones de los integrantes de aquella mesa, por lo que mi instinto me hizo tratar de pegar la oreja. No me interesaba en absoluto lo que tuvieran en mente, salvo que lo que tuvieran en mente fuera un ataque directo contra mí.

No tenía claro si podría escuchar algo entre el ruido de aquella posada, pero independientemente de que pudiera o no escucharles, lo que tenía claro es que no me iban a pillar con la guardia baja. Cogí mi gran martillo y fingiendo utilizarlo para mi comodidad lo posé en el suelo frente a mí, con ambas manos apoyadas sobre su empuñadura. De empezar una batalla, sería más rápido partir de aquella posición que teniendo que desenvainar el arma en aquel lugar tan estrecho.

- Tiradas (1)
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04/03/2018, 19:03
Luelar Tyrundlin

El que parecía ser el líder de aquel grupo de cazadores terminó aceptando que tomara asiento, y así lo hice, con una tenue pero siniestra sonrisa en mis labios. Los hombres no parecían muy cómodos con mi presencia, cosa que me resultó divertida, cómo el modo en que el líder entrecerró los ojos ante mi mención a nuestros intereses comunes.

Este terminó inclinándose sobre la mesa, hablándome más de cerca, para preguntar en seguida por tales intereses.

- Creía que estaba bastante claro… Junto al fuego. – fue todo lo que dije en un principio, sin mirar hacia el lugar y manteniendo el tono bajo de mi voz. – No me gusta comer sola… Y tampoco me gusta que me quiten la comida. - afirmé molesta.

Estiré mi mano hasta las mano de cartas que uno de los cazadores mantenía oculta y le arrebaté una de ellas, observándola un par de largos segundos con malicia en mi rostro, hasta terminar colocándola boca arriba sobre la mesa; dejando que sus compañeros de juego la vieran.

- ¿A que no es divertido que jueguen con lo que es de uno? – sonreí de medio lado, volviendo a mirarles. – No sé si os envía alguien o actuáis por cuenta propia, pero olvidaos de él. De ellos. – espeté, incluyendo también a la mezquina elfa de los bosques. – ¿O tengo que advertiros sobre qué le sucede a quien roba una presa a un elfo oscuro? – dije desafiante al líder de los cazadores, inclinándome yo también hacia él, tratando de intimidarle. - Largaos de aquí y olvidaré que os he visto siquiera. – añadí, volviendo a erguirme en el asiento.

- Tiradas (1)
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06/03/2018, 01:18
[Abandono] Shiral de Litdanast

La mujer de negro silencia en un segundo la mesa de los leñadores, algo que tanto mi oído como mi vista agradecen, pero entonces tampoco tengo tiempo para relajarme. Tyron se comporta de forma extraña, como si algo fuese a suceder. Sin duda podríamos tener mejor compañía, y tras su petición no puedo evitar echar una mirada a mi lejana prima oscura, afilando el oído, antes de volverme de nuevo hacia el caballero. - ¿Qué dices? Si hubiese querido mantenerme al margen - Y a salvo. - Habría continuado con mi camino desde el principio. - Para lo poco que hemos hablado, resulta que cuando lo hacemos es inquietante. - No me debes nada. Mantener una vida para Rael es suficiente para mí. - Aclaro. Para Rael, y para mí misma. No sé en qué está pensando, pero si estuviera en peligro no voy a quedarme de brazos cruzados.

También pienso en la mujer de ropa negra, después de que haya acallado a los leñadores de forma tan brusca, pero, ¿Acaso ella representa algún problema? Nosotros, al contrario que aquel otro grupo, no estamos molestando a nadie. Voy a buscarla con la mirada cuando prácticamente la tengo casi encima, sentándose entonces junto a nosotros sin importarle si es o no bienvenida. Entiendo que la aclaración le es indiferente.

Cierro los ojos un segundo para tratar de concentrarme y entender qué está ocurriendo, y aunque eso es lo que quiero preguntar directamente, prefiero esperar a la respuesta de Tyron. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Cuenta con la 2a tirada. Me olvidé de aplicar el penalizador en la primera.

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06/03/2018, 11:54
Tyron Stark

La elfa de los bosques me sorprendió con tan brusca respuesta a mi petición. En cierto modo, me hizo sentir culpable al mencionar que podría haber continuado su camino. Me había hablado de los elfos de su tierra con los que viajaba, y podía imaginar que habría sido más feliz continuando a su lado que permaneciendo conmigo en aquella posada perdida. Aquello no hacía más que acrecentar la sensación de que todo se desmoronaba a mi alrededor. Entré en la Orden para mejorar las cosas, para ayudar a los demás, pero ¿a quién había ayudado? Desde luego, no a los leñadores que se veían obligados a pagar por la protección que la Orden de Stumlad debía ofrecerles gratis. Desde luego, no a aquellas dos muchachas a las que el sargento Feinsavan...

No pude continuar con aquellos pensamientos. La imagen que acudía a mi mente era demasiado dolorosa. Shiral nombró a su diosa, de la que yo sabía más bien poco aparte de su nombre y de que era la patrona de los elfos de los bosques, en sus lejanas tierras de Litdanast. Pero, por lo que decía, parecía apreciar la vida, y quizás en eso se pareciera a Korth el Salvador, a quien yo dedicaba mis plegarias. Unas plegarias que, me temía, habían dejado de ser escuchadas tiempo atrás.

Suspiré, incapaz de ver una salida a todo aquello, cuando me sorprendió ver acercarse a aquella mujer que vestía con negros ropajes. Su pregunta me desconcertó tanto, que tardé un instante más de la cuenta en responder, pus mis ojos se desviaron en dirección a la mesa que indicaba, donde la mujer oscura conversaba con aquellos tres truhanes cuyo interés en mi persona podía imaginarme. Lo curioso era que, a pesar de la distancia y el ruido reinante, al menos se veía bien el modo en que movían sus labios, permitiendo atisbar alguna palabra suelta.

Ehm... ¿Molestar? No, por supuesto que no, mi señora. -Negué, con la galantería con que había sido educado en las bases de la orden, afianzándome en el mango de mi espada como apoyo para ponerme en pie, ofreciéndole a la recién llegada mi asiento si así lo deseaba. Yo, por mi parte, se aparté apenas un paso más cerca de la chimenea, de modo que podía observar la estancia con mayor discreción. Apoyé la espada en la pared junto al fuego y respondí a su pregunta como pude- No tengo el... placer, de conocer a ninguno de ellos. Sin embargo, temo que será pronto. Debería ir pidiendo disculpas por lo que está por suceder, supongo. -Afirmé sin apartar la mirada de aquellos hombres y de su reciente acompañante- Sea cual resulte ser el desenlace final.

- Tiradas (1)
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06/03/2018, 12:24
Director

Notas de juego

Captáis más o menos las palabras que ha dedicado Luelar a los tres tipos.

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06/03/2018, 12:25
x Calein

De los tres tipos que se encontraban sentados a aquella mesa, posiblemente fuera el más orondo de ellos quien realmente se dejase influenciar más por las palabras de Luelar Tyrundlin. La naturaleza racial de la elfa oscura, unida a las muchas historias que se contaban acerca de ellos, eran ya de por sí suficiente como para amedrentarle. Sin embargo, su presencia cercana, tan atractiva como intimidatoria, unida a las palabras de evidente amenaza, lograron asustarle del todo.

B-bueno, los soldados no dijeron nada de que... -Intentó explicar, pero antes de proseguir guardó silencio, interrumpido por otro de sus compañeros.

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06/03/2018, 12:30
x Klen

Se trataba del tipo sonriente, cuya sonrisa se había desdibujado ostensiblemente, hasta convertirse en casi una amenaza, como el perro que enseña los dientes advirtiendo que está lo bastante asustado como para atacar. Porque lo estaba, estaba asustado, solo que no era del tipo de hombre que se echaba para atrás por sus temores. Más bien era de los que, si se veían acorralados, atacaban con más fiereza. Los hombres desesperados eran siempre peligrosos.

Silencio, Calein. -Espetó a su compañero, de mala gana- Si tiene el mismo encargo que nosotros, ya sabe quien es el cliente. -Explicó, ampliando su sonrisa hasta convertirla en casi una mueca furiosa- Y si no lo tiene, no necesita saber nada más.

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06/03/2018, 12:35
x Bosko

Quién pague y quién no, es irrelevante.

El tercer hombre mantenía sus ojos claros en la mujer con impertérrita frialdad. Si la amenaza de Luelar le había afectado, nadie en su sano juicio lo diría. Había soltado sus cartas boca abajo sobre la mesa, y dejando una mano sobre la madera su diestra se mantenía oculta bajo la mesa.

Ésto puede acabar de dos maneras, elfa oscura. -La advirtió, con una voz realmente amenazante- Podemos abocarnos al desastre, o tomarlo como una oportunidad. ¿Quieres convertirnos en tu enemigo? Adelante, tal vez descubras que somos un hueso bastante más duro de lo que eres capaz de roer. -La advirtió, manteniéndole la mirada de un modo íncómodamente fijo, sin siquiera parpadear- Observa a tu "presa", mujer. ¿Por qué crees que no hemos actuado aún? Tiene a esa elfa de los bosques pegada al culo todo el tiempo. Eso complica las cosas...

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06/03/2018, 12:43
x Klen

Como si no fuera suficiente con un puto caballero de Stumlad. -Intervino "sonrisas"- Aunque sólo fuera un novato, seguro que no es manco precisamente...

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06/03/2018, 12:45
x Calein

Al menos, no lleva la armadura puesta. -Añadió Calein, incómodo- Esos cabrones con armadura son duros de pelar.

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06/03/2018, 12:46
x Bosko

Al tipo de ojos claros no pareció agradarle la intervención de sus compañeros. Les dedicó una breve mirada, tan fría y dura como la que terminó devolviendo a Luelar para proseguir.

Y ahora se le acerca esa otra mujer, que por si no te has percatado es amiga de ese gigante azul. Con un poco de suerte, ni siquiera se conocen, y la conversación será totalmente casual. Pero esa hija de puta de los bosques... Parece su puto guardaespaldas. Igual es su putita, ni lo se ni me importa. -Concretó el tipo- No es trabajo para una sola persona, por muy buena que quieras hacernos creer que eres. Y me da que va a ser complicado incluso para tres. ¿Qué tal una asociación? La paga es bastante generosa, incluso repartiendo entre los cuatro...

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06/03/2018, 12:51
Director

Notas de juego

En este turno, volved a tirar Atención (mismos penalizadores que antes, excepto Sombra que ahora tiene -4 como Shiral y Tyron) para ver si captáis lo que dicen esos tres. Asumid en caso de tener éxito que no podéis captarlo todo, pero sí lo suficiente para leer sus intenciones. Tirad en abierto, así sabéis directamente si habéis tenido éxito o no.

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06/03/2018, 16:00
[Abandono] "Sombra" (Nayí)

La galantería del joven me hizo pensar en mi amado Mürwert. El trato inicial fue el mismo cuando nos conocimos hace años, cuando me acerqué a él para poder completar mi "encargo especial". Por un instante le añoré y deseé estar a su lado, abrazada junto al cálido fuego en aquella fría y nevada noche. Vi al hombre levantarse usando la espada como apoyo y miré durante unos segundos a la elfa de los bosques que le acompañaba. Lo cierto es que me daba igual que hacían ambos allí, pero la vestimenta y modales del hombre le delataban... y no podía olvidar cumplir la promesa que le hice a mi amado. Aquella que siempre le hacía cada vez que me marchaba a realizar alguno de mis "encargos especiales".

Escuché parte de la conversación de la elfa oscura con aquellos hombres antes de llegar a la mesa, pero me perdí el resto de las palabras mientras atendía a las del joven. Aunque él mismo me dejó claro que aquellos tipos no le guardaban nada bueno y la elfa oscura también parecía tener un interés especial por él. Con suerte se matarían entre ellos mismos... con mala suerte, se aliarían y se iniciaría justo lo que no quería. Una pelea.

Miré nuevamente a Nrog y sonreí al ver como había acercado su arma a su lado. Solo esperaba que los demás se hubiesen percatado de lo mismo. Si jugaba bien mis cartas, quizás lograse una victoria sin tener que volver a sacar mis dagas de su sitio. - Mi nombre es... - Dudé en decirle o no mi verdadero nombre. Pero ese estaba guardado para mi vida familiar, para Mürwert... - Sombra. Y aquel grandullón que me acompaña es Nrog. - Dije en voz bien alta, para que todos pudiesen escucharme. - Nunca sabes cuan fuerte golpea un Gigante Azul hasta que ves lo que es capaz de hacer con su martillo y un cabeza-hueca. - Sonreí a Nrog antes de volverme hacia mis nuevos compañeros de mesa.

- Espero que con eso se asusten lo suficiente como para no hacer nada. - Les susurré a ambos. - Y... por favor, no me preguntéis porque os ayudo... es difícil y largo de explicar. - Añadí mientras colocaba mi mano en la empuñadura de una de mis dagas con disimulo. - ... pero no estáis solos...

- Tiradas (1)
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15/03/2018, 00:35
Luelar Tyrundlin

Mis intentos por disuadir a aquellos hombres no parecieron dar resultado. Parecía haber amedrentado a un par de ellos, pero el tercero, el de bigote ancho, no sólo me desafiaba; sino que me proponía una asociación para acabar con el caballero de Stumlad.

Al parecer la presencia de la elfa del bosque les había impedido actuar antes, ante lo que dejé escapar una irónica sonrisa. Entendía que alguien no quisiera acercarse a semejante ser, pero temerlo… La miré de reojo un instante, pensativa. A mis ojos tenía más bien pinta de pusilánime, pero cierto era que juzgar por adelantado podía ser peligroso, como peligroso iba a resultar para aquellos hombres como continuaran por ese camino.

Y así fue. Tras breves comentarios de sus compañeros, el que parecía ser el líder del grupo volvió a pronunciarse, esta vez para hacer referencia a aquella mujer de ropa oscura y al gigante. Insistió también en la peligrosidad de la elfa de los bosques, y terminó ofreciéndome nuevamente una asociación, esta vez de forma más directa.

Dinero… Como si eso me importara.

Bajé mi mirada y suspiré, comenzando a negar lentamente con la cabeza antes de volver a alzarla.

- Lamento no haber sido lo suficientemente clara… - Lo lamento por mí, por supuesto.

Comencé a levantarme sin añadir nada más, separándome un par de pasos de los hombres al hacerlo, antes de girarme hacia el resto.

Me quité la capucha, dejando mi cabello blanco al descubierto, observando que varios pares de ojos me miraban.

- Me habéis juzgado nada más verme, sin saber quién soy realmente, pero no os dais cuenta de lo que de verdad está atentando aquí contra la paz... No sabéis ver más allá de vuestras narices. - dije con un ligero tono de desprecio. - ¡Irdon! ¿Sabe Belona que sirves a asesinos? Deberías echar a estos tipejos de aquí cuanto antes. – le dije tras buscarle con la mirada, girándome entonces hacia el caballero herido, que se encontraba en pie. – No sé qué has hecho, pero si no sabes a quién, deberías averiguarlo. – le dije clavando mi mirada en la suya, con una dureza que trataba de hacerle comprender lo importante del asunto.

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15/03/2018, 02:15
[Abandono] Shiral de Litdanast

La mujer que se acerca se presenta con un extraño e interesante nombre para después ofrecernos, claramente y para todos, su ayuda y la de su compañero. Reconozco que su apoyo me tranquiliza respecto a 'lo que está por suceder', por lo que Tyron se ha disculpado. ¿Cómo no, doblándonos en número y contando ahora con un gigante azul a nuestro lado? Aun así, el tenso ambiente me envuelve, me intriga. Tyron apenas ha hablado desde que despertó, y aunque antes era más fácil achacarlo a la conmoción de su accidente, o de como fuera que acabase allí, ahora me intriga más. - ¿Tú sabías que algo así podía pasar? - No pensaba abandonarlo de todas formas de ser así, y aunque él no hubiera podido saberlo, una advertencia no habría estado de más, para dormir con un ojo abierto. 

La elfa oscura termina de hablar con el trío que jugaba a las cartas y se pronuncia frente a toda la estancia. Tiene razón, la he juzgado sin saber quien es. Delata a aquellos hombres como asesinos y anima a su expulsión. De otra persona, tal vez habría aceptado el mensaje, el concepto de aliado que mi mente entiende sobre a quien delata a mis enemigos, pero frente a ella son mis entrañas las que me dominan y erizan mi piel, como la de un animal en guardia. No sé qué intenciones oculta, pero algo me dice que no puedo confiar en ella. 

Me pongo en pie y agarro con firmeza el mango de mi espada, alternando la mirada entre la elfa oscura y aquellos hombres. Quiero pronunciarme, cuestionar a la elfa oscura y pedir una explicación a Tyron y a los supuestos asesinos, pero prefiero mantenerme en guardia, y en silencio, y darles primero la oportunidad de marcharse tras la revelación y el apremio de la elfa oscura.

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15/03/2018, 23:54
[Abandono] Nrog

Ladeé la cabeza cuando aquella hembra se dirigió a todo el mundo como si fuéramos amigos y aunque en primera instancia me vi tentado a negar aquello, me pareció interesante ver la reacción de aquella gente. La hembra había apostado fuerte sin tener si quiera la certeza de que movería un dedo para ayudarla llegado el caso, y quería saber si iba a ganar la apuesta o le iba a salir mal aquella jugada.

Decidido a seguir el juego, sonreí y levanté mi martillo para apoyarlo sobre mi hombro, una posición aun más cómoda para descargar un potente golpe en caso de necesidad. La pelota estaba ahora en el tejado de los tipos de aquella mesa, sin embargo, un movimiento inesperado llamó mi atención. Aquella criatura azul se había levantado, descubriendo su pelo blanco, nunca había visto una criatura como aquella y no pude evitar preguntarme que pretendía con aquel nuevo movimiento del tablero.

Entrecerré los ojos sorprendido por la extraña petición de aquella criatura. ¿Servir a asesinos? Si me hubieran preguntado a mí, habría dicho que todos cuantos estaban allí lo eran, así pues, ¿qué era lo que diferenciaba a aquellos tres tipos del resto de nosotros? No conocía la respuesta, pero algo me decía que en los instantes venideros la respuesta podía mostrarse ante mí, y fuera cual fuera, a mi no me cogería desprevenido.

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10/04/2018, 12:48
Tyron Stark

No tenía ni idea de lo que podrían estar hablando aquellas cuatro personas, pero nada de aquello me daba buena espina. No podía obviar el gesto que había vislumbrado anteriormente, incluso cuando ahora no era capaz de seguir sus intenciones. Y si era lo que yo creía, era perfectamente posible que hubiera víctimas totalmente inocentes que nada tenían que ver con mi causa.

Por ejemplo, aquella mujer que se nos acercaba, presentándose con un curioso nombre. Mi ceño se frunció al oírlo, preguntándome si sería su nombre real o algún tipo de mote por el que se había acostumbrado a ser conocida. También presentó a su compañero, el gigante azul que había entrado a la taberna con ella, a quien dediqué un asentimiento cuando le señaló, aunque me quedé con las ganas de saber si me había visto, o siquiera si lo había entendido. No sabía nada de los gigantes azules y sus costumbres. Sin embargo, la tal Sombra nos susurró algunas palabras, aclarando sus intenciones, que no sus motivos.

Os lo agradezco de corazón, señora... -Traté de corresponder a su ayuda, momento en que Shiral me preguntó si era consciente de aquel potencial peligro, haciendo que mi mirada se turbase, bajando al suelo un instante- Esto exactamente no, pero sabía que podía pasar algo. Pensaba que la hoja traicionera que acudiera a degollarme procedería de mi propia orden, me temo... -Tal vez no debía compartir más información. De hecho, tal vez lo que debía hacer era alejarme de aquella gente, alejarlos de mí.

Me encontraba en un peligro que no les incumbía, y restablecido como estaba lo mejor sería ponerme en marcha y alejarme de aquellas tierras, acudiendo a un bastión de la Orden de Stumlad donde pudiera delatar los aberrantes actos que algunos de nuestros hermanos cometían con impunidad. Esa era mi esperanza, la fe que aún depositaba en los valores que me hicieron unirme a la orden de caballería. Unas pocas manzanas podridas no podían empañar la grandeza de la orden, aún se podía limpiar todo aquello, purgarnos de aquellos indeseables, restaurar el orden.

Sin embargo, un nuevo movimiento hizo que apartase aquellos pensamientos de futuro de mi mente. La mujer que se había sentado con aquellos hombres se retiró la capucha, mostrando su cabello y su piel, aquel rostro insólito que tanto pavor causaba en la mayoría de la gente que los conocía. La elfa oscura alzó la voz, acusando a aquellos tipos abiertamente y solicitando la intervención del posadero, antes de dirigirse directamente a mí, aconsejándome buscar la fuente del peligro que me acechaba.

Sentí un escalofrío al ver aquellos ojos mirándome...

Pero el peligro no parecía provenir de ella, sino de aquellos tres hombres armados. Así que mi mano se enroscó alrededor de la empuñadura de mi espadón, que descansaba contra la pared, y permanecí inmóvil aguardando a su siguiente movimiento.

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10/04/2018, 13:13
* Juglar *

De hecho, curiosidades del destino, el propio Irdon apareció en aquel comedor justo al tiempo que nuestra "anti heroína", si me permiten la expresión dado que nadie le atribuiría tan honorable posición a una elfa oscura servidora de Izz, alzaba la voz pra llamarle. El orondo hombretón se vio paralizado en el último escalón de la escalera, con una amplia bandeja en sus manos regordetas, donde cargaba varias comandas a la vez con precario equilibrio. De hecho, uno de los vasos derramó parte de su contenido al detenerse tan abruptamente, con el posadero contemplando el modo en que su comedor se veía sumido en el caos más absoluto.

Y es que tres de sus clientes, que no hacía tanto estaban tranquilamente consumiendo y jugando a las cartas, se levantaban de golpe de sus asientos alrededor de la mesa que ahora compartían con la elfa oscura a quien él había acomodado en un lugar mucho más discreto. ¿Qué había sucedido en su ausencia? Sin duda, aquella mujer del pueblo oscuro de los elfos les habría ofendido. Por ese motivo trataba de no dejarles entrar a su local, pues las trifulcas no eran buenas para el negocio. Pero había algo más, dado que aquellos hombres tomaban sus armas en las manos apresuradamente, pero parecían más preocupados por el grupo que se encontraba al fondo, junto a la chimenea, que por la elfa de oscura piel. El más gordo de ellos parecía aterrorizado, mientras que su compañero sonriente mostraba una expresión cercana a la demencia, como si disfrutase de la perspectiva del peligro en que parecían encontrarse. El tercero de ellos, que obviamente ejercía de líder de aquel trío, no perdía la compostura. Su mirada gélida fulminó a Luelar durante apenas un instante, una de esas miradas que ustedes, buenas gentes, habrán tenido que padecer alguna vez. La mirada de quien toma nota de un agravio, y se sabe con toda la vida por delante para exigir satisfacción por el mismo.

Satisfacción en forma de sangre.

El grupo de leñadores también se levantó de su mesa. El primero en hacerlo fue el capataz, que corrió hacia una de las paredes para retirarse de todo peligro. El hombre pelirrojo tiró de la chica en la misma dirección, tomando un hacha en su mano libre. El otro hombre, sin embargo, apenas se movió un paso sin retirar la vista de la escalera, donde la niña aparecía interesándose por lo que sucedía, a espaldas de Irdon, y seguido de la esposa de éste.

Junto a ellos, el hombre del arco se alzó y subió un pie a la bancada en que había estado sentado, tomando su arco con presteza y extrayendo del carcaj una flecha que colocó sobre la cuerda, bien tensada. Su mirada estaba llena de determinación, mostrando a un joven ya curtido que tenía plena confianza en sus capacidades. A buen seguro, aquella flecha iría a donde su ojo exigiera, o al menos eso parecía.

Sea cual sea vuestro asunto, no es buena idea resolverlo aquí... -Les advirtió.

Los tres tipos comprobaron que aquel desconocido apuntaba directamente en dirección al hombre de fría mirada, aunque éste no parecía amedrentado. No del todo. O, si lo estaba, lo ocultaba bastante bien. Pero la situación no pintaba demasiado bien, y no sería justo para ellos afirmar que estaban en tablas...

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10/04/2018, 21:06
[Abandono] "Sombra" (Nayí)

- No os preocupéis, mi señor. Conozco demasiado bien a su orden y el daño que pueden causar. - Recordé con cierto amargor el momento en el cual mi marido decidió dejar la orden y decidió huir conmigo. La reacción de los que fueron sus amigos y compañeros una vez, no fue demasiado cordial para con él.

Volví a mirar al joven tras ese breve recuerdo en mi cabeza y le vi como sostenía el arma en su mano. Entonces fue cuando escuché la silla  moverse y a aquella elfa oscura mostrarse con orgullo ante todos. No estaba segura de que pasaba, pero sabía que en breve todo cobraría sentido.

Y así fue, los tres hombres que estaban en la mesa con ella, se alzaron y agarraron sus armas con una clara posición agresiva. Las piezas del tablero comenzaron a moverse. El gordo y cobarde capatáz al rincón, lejos de las armas. Otro de ellos, tiró de la mujer que estaba con ellos, alejándola del peligro y tomando un hacha en su mano. Seguramente para defenderse. El tercero parecía estar en otro mundo, pues ni se inmutó. Un arquero se alzó en una mesa y apuntó con su flecha al trío de matones. Si tenía miedo o no, no lo sabía. Pero su advertencia sonó clara.

En las escaleras el posadero con su mujer y la niña de los leñadores a su espalda completaban la escena, junto con el caballero a mis espaldas y su arma en la mano y la elfa de los bosques al otro lado de la mesa. Y como no, el grandullón azul que parecía más un espectador que otra cosa. Pero la verdad es que no podía pedirle nada, salvo seguir usando su imagen para amedrentar a los tres hombres.

Todos tenían su sitio en mi cabeza. Hostiles, inocentes y dudosos. Podría lanzar una bolsa de humo, cegar a todos y acabar con los tres hombres sin herir a nadie más. Pero eso no es lo que quería para aquel lugar. No, salvo que el enfrentamiento fuese directo hacia el tabernero y su familia.

Lo que si hice fue abrir la capa, mostrando así mi armadura de cuero negra, por la cual asomaban varias empuñaduras. En su mayoría dagas, pero también habían cuchillos más pequeños y precisos, creados para ser lanzados o poder llevarlos ocultos en una mano. Desenfundé y dejé a la vista una daga y uno de esos pequeños cuchillos.

- Me pregunto quien será más certero y mortal. Si el joven del arco o una de mis dos afiladas hojas de metal. - Dije serena, mirando a los tres hombres, esperando a que decidiesen atacar para lanzar aquel pequeño y preciso cuchillo a la yugular de alguno de ellos.

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18/04/2018, 22:13
Luelar Tyrundlin

La mirada que me dirigió Irdon decía muchas cosas, ninguna que me gustara. Podía ver el desprecio en sus ojos, un desprecio dirigido hacia mí, claro; pero también su miedo e impotencia ante lo que sucedía en su taberna. No dijo nada, y quizás fuera lo mejor, porque aquel hombre no parecía tener los redaños suficientes para mostrarse firme y echar a aquellos tipos. Incluso podría acabar herido si no escogía las palabras más adecuadas, y le necesitábamos con vida.

Los asesinos mostraban actitudes muy dispares, destacando la del líder de estos, quien me lanzó una mirada con la que a buen seguro pretendía amedrentarme; aunque puede que solamente estuviera apuntando mi nombre en su lista de cosas pendientes. Acababa de salir a la superficie y ya había hecho un enemigo. Por suerte se rodeaba de inútiles y dudaba que lograra vengarse de mí.

El revuelto se formó en las distintas mesas de la taberna, armándose unos, o manteniendo sus manos cerca de sus armas, y alejándose otros por lo que pudiera pasar. En mi caso, di un par de pasos atrás, para alejarme de los tres hombres y de la trayectoria de la flecha que podía terminar dejando escapar aquel arquero. Parecía realmente diestro, pero no quise tentar a la suerte. Este no tardó en advertir a los asesinos, del mismo modo que hizo la mujer de ropajes oscuros. Tenía que reconocer que me gustaba su estilo.

- ¿Es que todavía no os han dado ganas de marcharos? – pregunté a los asesinos con desprecio, apoyando una mano en mi cintura, cerca de donde guardaba mi daga. - O a lo mejor es que os apetece charlar un rato... ¿Quién os envía?