Partida Rol por web

Míneas se setnó derecho, agitando las manos frente a su cara frenéticamente.

-Espere un segundo. ¿Lucius trabajaba en el santuario y le echaron por encontrarlo allí? ¡Eso no tiene ningún sentido!- exclamó el mago.

Más tarde visitaré el dichoso templo

- No fué por eso, fue por violar las sagradas normas de conductas - contesto Egil al mago.

Algo "achispado" por la cerveza ingerida, a Mazogordo se le empezaban a enrrojecer los peludos mofletes de enano, y sus ojos comenzaban a brillar alegremente... Así que se apresuró en guardar el oro en la bolsa, acto seguido le levantó del taburete (aunque sus compañeros le veían a la misma altura) y brindó en voz alta:

POR NUESTRO NUEVO AMIGO Y POR LA TIERRA FIRME!!!

!¿HAY CERVEZA DE TRIGO EN ESTA POSADA, CAMARERO?!

Quizá en la posada cercana al santuario haya nuevas cervezas... de esas tan turbias como una sopa de menudillo que suelen hacer los clérigos para "acercarse a dios"... jeje...

PUES YO CREO QUE... (mieeerda, CREO que estoy hablando demasiado alto) ups!

Creo que deberíamos ir pensando en cambiar de tasca, compadres. Un lugar más tranquilo nos vendría bien para planear la estrategia de mañana... por aqui veo demasiadas orejas.

- Jajajaja, tiene razon señor enano esta hablando muy alto jajajaja - decia Egil mientras soltaba carcajadas por la actuación del enano.

La risa puede ser bastante contagiosa ya de normal, pero con cervezas de por medio es dificil permanecer seria, por ello se me nota la risa contenida cuando pregunto.

- Egil, ¿por un casual no tendrás la llave de la casa de Lucius?

Desapariciones, templos, pergaminos, todo esto era abrumadoramente extraño

Pensar las cosas no era el estilo de Lormyr, una Lormyriana derrumbaría templo y casa, y seguro que así aparecía

Sin embargo, de seguro no era el estilo de mis compañeros

¿Lona quería la llave?

Uhm... un ritual, seguro, cosas de magos*

Uhm.... pero he tenido una idea mejor

Eh Egil, ¿ tienes la llave de su casa ?

Se me ha ocurrido podríamos registrarla

A lo mejor le encontramos allí

O .... algo que nos diga donde está

Moses se anima al oir la palabra registrar.

Si, es una gran idea, registrar siempre es una buena idea. Me apunto. Por cierto...

Moses hecha mano al saquito con las monedas por si acaso.

- Si tengo la llave pero ya es demasiado tarde si os parece bien os llevo a la posada que os he indicado para que descanseis y mañana vamos a la casa de Lucius, tendreís que estar cansado de tanto viaje y a estas horas es peligroso andar mucho por las calles, que os parece? - Pregunto Egil, ya era casi las 10 de la noche no era muy buena idea pasear ir a la casa de Lucius a esas hora y Egil lo sabía.

El druida sigue recto como un palo en su taburete y su chacal bien acurrucado a sus pies. Ceremonial y lentamente habla:

Chicas tienen razon, en la choza de tu amigo puede haber algo que nos diga donde ir. Deberiamos, tambien, ir a ver el recinto sagrado donde veneras a tu dios. El santuario por el que le expulsaron y los libros que leia obsesivamente, quizas algo nos sea de ayuda a la hora de saber qué le paso a tu amigo por la cabeza para marcharse asi y abandonar vuestra tribu de esa forma.

El mago apoyó el codo sobre la mesa a la que se sentaban, acomodando su barbilla entre el índice y el pulgar, observando con los ojos entrecerrados al sacerdote. Parecía tratar de disimular su irritación con sarcasmo.

-Egil, buen hombre, protector del saber, ¿podrías detallar que normas infringió el pobre de Lucius? Verás, mi intención es conocer su comportamiento a lo largo de los años y así descifrar las posibles causas de su desaparición. ¿Se suicido? ¿Trató de invocar un Bálor y este se lo comió? Ilumíname- terminó por decir, acomodándose en la silla.

Egil se giro y miró hacia Mineas, - Parece ser que su expulsión fué debida a que se llevo mucho tiempo cogiendo rollos de pergaminos y libros a los cuales el no podía tener acceso, esto rompió la confianza que Thuron, el sumo sacerdote. -

Míneas sonrió, asintiendo con la cabeza lentamente.

-Ahora nos entendemos hermano Egil-

Miró fugazmente hacia la barra, de donde esperaba viniera algun empleado del lugar. -Menudo servicio- dijo. -Si me disculpan, iré a buscar algo de mi agrado. Asumo que todo está resuelto por hoy, pero sino es así, pues supongo que Moses sabe lo suficiente de negocios- aclaró levantándose de su asiento y tomando al aludido por los hombros. Con un gesto de cabeza en forma de saludo, caminó hasta la barra, donde se dirigió a la primer persona que encontrño detrás de esta. -Imagino que usted trabaja aquí. ¿Acaso tienen algo de tabaco por aquí? ¿Y una pipa? ¿O tendré que probar en la Pluma del Estudiante?-

El posadero miro al mago - Si tenemos algo de tabaco aunque le aviso que no es muy bueno. La verdad es que ultimamente llega muy poco y malo, pensaba que era mi obligación decirselo - dijo el tabernero con una sonrisa en la cara.

Míneas se sacó la capucha con lentitud, observando al joven tabernero con mirada grave. Sus ojos parecían querer penetrar la cabeza del chico y matarlo del susto. Luego de unos segundos, relajó sus facciones con una sonrisa, y dejaba salir una pequeña risotada. Se acercó un poco y le susurró.

-Eres un buen muchacho- dijo. Metió la mano en un pequeño saco colgando de su cinturón a la vez que tomaba la mano del joven, y extrajo dos monedas de oro que posó en su palma. Cerró su mano completamente, mirando hacia los lados. -Son para tí. Que las disfrutes- dijo el mago alzando las cejas rápidamente y esbozando una sonrisa picarona.

Una vez acabó, volvió a ponerse la capucha, se volteó y regresó a la mesa donde se sentó reclinándose nuevamente, a la espera de que sus compañeros acabasen con los trámites.

- Entonces mañana iremos a la casa de Lucius - retomo el hilo de la conversación - Lo único... - me dirijo a Egil - si ha desaparecido por culpa de alguien, sería mejor que no volvieras a tu casa, al ser el más interesado en que regrese tu amigo quizás te tengan controlado.

Intento parecer calmada pero con la información dada puede ser un caso de secuestro y que el sumo sacerdote se negara a investigarlo por castigar a Lucius.

Si, podría darse el caso.

La segunda jarra de Abyl, y las primeras y segundas jarras de quienes no quisieron, ruedan ahora por la mesa frente a Abyl

Que de manera desconsiderada termina el último trago limpiando con su brazo la boca espumosa que chorrea por el suelo

Parpadea un poco observando a sus compañeros

¡ Mañana pues sacaré la espada !

Tiemblen gusanos y lombrices que Abyl de Lormyr ha llegado a Freeport

Lailolailolaaaa

Abyl canturrea feliz al son de una música que resuena fuerte en su cabeza, tambores que marcan un buen ritmo que merece ser seguido, se levanta con algunos espasmos que simulan un baile y agarra con fuerza a Lona por los hombros

Vaaamonos que ya terminé la malta

Si, eso, vamonos, que yo además tengo que salir. Nos vemos luego en la pluma esa para dormir.

Dicho esto, Moses se bajó de un salto y salió de la taberna.

Bah. Que chiquitín más descortés. Se va sin saludar a su amigo. Que mas da, tal vez este de mal humor...

Luego de regresa a la mesa junto al grupo y esperar que teminaran con las negociaciones, Míneas se levantó acercándose a Egil.

-Tal vez debería oír a Lona, hermano Egil. No sabemos con quien lidiamos aún. Tenga cuidado- le dijo, para luego saludarlo y salir de la taberna detrás de Moses.

No se de que desaparezca antes de pagarnos

Egil miró a Lona cogió su bastón y se levanto del taburete que estaba sentado, - No se preocues señorita a mi no me pasara nada en el templo nadie intentará hacer nada, además, solo vosotros sabeís que estoy buscando a Lucius. - Seguidamente se acercó a la barra y pagó al tabernero las dos rondas de cervezas que había invitado, volvió hasta la mesa donde os encontraía sentado - Bueno el que quiera ir a la posada a descansar hasta mañana puede seguirme yo tengo que partir ya hacia el templo - Egil despidió a Moses y al Mago que al parecer se había ido no se donde, puesto que no conocían nada del Freeport y por las noches no era muy seguro.

Quizás sea la canción de Abyl y la forma con la que me tiene sujeta, el golpe de antes en los muelles o cualquier otra cosa, pero una mala sensación me recorre todo el cuerpo. Aún así intento mantener la sonrisa para no molestar a la mujer, la cual parece muy alegre tras las cervezas, pero aún así convendría irse a descansar.

- Bueno, creo que ya podemos irnos. - concedo viendo que la mayoría ya se levantan - Aunque me parece que podría caminar sóla Abyl, no hace falta que me lleves en volandas.