Partida Rol por web

Muertos Venerados: Ritos de la Cosecha II

[PRAL] Capítulo 2: Visita inesperada

Cargando editor
01/02/2022, 08:50
Aloisius

-Qué derrotista. Sois vosotros los que venís a mi ciudad con intenciones hostiles. ¿Nos sentamos?- Hago un gesto a la silla que hay en frente y aguardo. El protocolo dicta que los dos negociadores se sienten más o menos a la vez. El más antiguo primero, claro, pero no me sentaré hasta que ella esté delante de su asiento.

Guardo silencio. Mantengo la paciencia del hombre que ha vivido tres mil años. -Demasiado-

-Ya no pertenecemos a este mundo, Annia. Ha cambiado demasiado rápido. Somos reliquias de un pasado remoto como lo son nuestras rencillas. Ahora soy un vampiro distinto.- Inclino la cabeza con lentitud y solemnidad -No he traído a la Camarilla. Sólo a mis hombres de confianza. El protocolo dicta un mínimo de seguridad y yo siempre cumplo con el protocolo.-

Hago un gesto de molestia. -Y ahí está otra vez. Esa incesante llamada. Esa atracción irresistible que tira de todo tu ser hacia un lugar. ¿Lo sientes?-

Cargando editor
01/02/2022, 19:24
Ania

Ania se acercó a la silla y esperó a que el anciano se sentará y dejó que este hablara. Lo que decía tenía sentido pero él sabía que una venganza vampírica no podía acabar con palabras - Sabes bien el motivo que me trae aquí, no es por ser "derrotista" o como quieras llamarme, respeto tu sangre pero estoy más ligada a la mía propia y casualmente tú eres quien ha hecho lo posible por sentenciarla.

Como buena gangrel las mentiras no se iban a pronunciar por su boca, directa y sincera ni siquiera sabía que quería lograr hablando.

- He podido comprobar lo mal que ha envejecido el lugar, todo huele a metal... No preguntaré como habéis permitido semejante cambio, mucha sangre nueva... Creí que ir vampirizando a la ligera no estaba bien visto... - suspiró ante la mención de rencillas sin futuro - dices haber cambiado, te permití controlar mi sangre y lo que hiciste no fue diferente, intentaste que matara a quien te interesaba, y cerca estuve de hacerlo. Críticas que haya venido con mis rencillas pero tú mandaste al cobarde Brujah a Berlín, has intentado matar a un tal Krampus cuya explosión tomó por sorpresa al chiquillo de mi hermana y a mí, esto lo asumiría como error nuestro si no fuera porque ese muchacho es importante para la... Nieta de mi hermana.

Miró alrededor a ver si la dueña de la taberna estaba por ahí... - ¿Disculpa? ¿Dispones de algún brebaje especialmente espeso y sin adulterar? - ella bebería primero de ser así, para comprobar que no se servía algo dañino - dicho todo lo anterior, ¿En qué has cambiado? Sigues intentando controlar y poseer todo...

Cargando editor
05/02/2022, 12:26
Aloisius

-Todo huele a metal- confirmo -Metal oxidado en sus entrañas- 

Hice un gesto con la mano -Controlar tu sangre, eso fue hace tiempo- quitándole importancia. -De explosiones no sé nada. Me paso las noches en mi despacho con putas que ya no me entretienen y chupaculos que me aburren. Ya lo tengo todo, Ania. Y aquellos que me siguen ejecutan según lo que suponen que son mis intereses para satisfacerme. Para que les caiga bien o por miedo a mi persona.- Extiendo la mano hacia ella -Vosotros sois las únicos opositores directos, sinceros. Veo vuestra amenaza con claridad entre las medias verdades y subterfugios de aquellos que aseguran que darían su existencia a mi servicio.- Coloco los brazos sobre la mesa entrecruzando los dedos.

-Durante las últimas décadas me ha maravillado el concepto del emprendimiento, las finanzas, el progreso. Hasta hace unos años. Ese mecanismo que son las corporaciones, buscando siempre el beneficio propio a costa de empleados, de personas, del planeta. Me di cuenta que yo era como una de esas corporaciones, siempre buscando el beneficio sin importar a quién aplastaba a mi paso.- Hice un gesto en rededor -¿Y esto soy? El olor a metal oxidado de entrañas podridas es el objetivo que he elegido.- Añado como metáfora. El resultado de este mundo no es más que las consecuencias de empresas, de corporaciones, del progreso sin control que solo vela por la rentabilidad económica dejando algo superficial a su paso. Así me siento, algo superficial pese a la edad, pese al poder, pese a...

-¿La has sentido?- pregunto desviando la atención -Esa irresistible llamada que solo parece afectar a la sangre antigua. Tan atractiva y al mismo tiempo tan amenazante.- Sostengo su mirada -La sentirás.- Ya estaba bien de rodeos, había que ir directo al grano -Ahora estoy centrado en otro proyecto. Mi LEGADO- dije pronunciando cada sílaba. -Voy a ser destruido tarde o temprano, aunque no será por ti ni por los tuyos- sonrío. -Y aquí estoy. Asumiendo riesgos innecesarios para sentirme vivo. Preguntándome si realmente sois una amenaza o un simple incordio.- Alzo una mano colocándola junto a mi rostro -¿Sabes por qué la sangre de Saiasi, tu sire, es inmune a mi dominio o presencia?- invoco el poder de la sangre -Es por algo que me robaron...- las garras emergen, las mismas que podría invocar Annia pero sólo en mis dedos índice y anula -con lo que puedes entender el poder de la sangre y desbloquear todo su potencial. Saiasi lo usó en vosotras, no en él. Y por eso está muerto... no lo entendí en su momento pero ahora creo que sí. El legado. Vosotras.- 

Veo a Lía entrar por la puerta de atrás. Una Tremere fiel sólo porque busca lo mismo que yo. -Busca en la trastienda- le digo -Encuentra a cualquier vampiro y hazle hablar-

-¿Dónde están tus compañeros?- Voy directo al grano.

Notas de juego

Activa Arrojo por el dolor. Las lesiones y discapacidades que sufra alimentarán sus Poderes

Cargando editor
05/02/2022, 12:54
Lía

Entro por la puerta de atrás. No me sorprende ver al Viejo sentando dialogando con Ania pero me quedo observando. Asiento a su orden y me dirijo a la trastienda dolida y consumida por la ira, dispuesta a hundirme aún más en el horror de estas noches. Al pasar por el umbral de la puerta veo a Linn, me mira. -Sólo necesito tocarte- pienso mientras invoco los poderes del Caldero de Sangre y cierro la puerta para no molestar a Aloisius.

Notas de juego

Hoy me quedo sin tiempo pero pienso rolear el combate entre Linn y Lía.

Cargando editor
13/03/2022, 11:51
Linn
Sólo para el director

Ania se encontraba en el bar, con El Viejo. No tardarán en interrogarla. Yo estoy encerrada en la misma sala en la que hace unas horas ese gilipollas de Martin Kresse me sacaba de quicio. El exterior estaría vigilado por lo que, con mucho cuidado, quité la rejilla que desciende hasta las alcantarillas y la vuelvo a colocar.

A pocos pasos el hedor asalta mis fosas nasales. -Joder- tapo boca y nariz con la mano derecha mientras palpo la pared húmeda y resbaladiza con la izquierda.

Escucho que alguien entra en la estancia y me quedo completamente inmóvil para no hacer ningún ruído.

 

- Tiradas (1)
Cargando editor
13/03/2022, 11:56
Lía

Entro en la trastienda, doy un repaso rápido con la vista y, decepcionada, vuelvo con El Viejo.

-No hay más vampiros que Ania.- Respondo al viejo.

- Tiradas (2)
Cargando editor
13/03/2022, 12:00
Aloisius

Asiento a Lía y vuelvo a mirar a Ania. -Parece que solo estamos tú y yo ¿No es así?- Sostengo su mirada -Por favor, responde a la pregunta. ¿Dónde están tus compañeros?

Cargando editor
13/03/2022, 16:47
Ania

Ania no necesitaba saber dónde estaban sus compañeros para sentirse a su lado, por lo que le miró sin comprender del todo su pregunta, entendiéndola a la vez.

- No es importante donde estén, ¿O lo preguntas por tal de darles caza? Igual que me acabas de decir que te parecía bien hablar y sin siquiera esperar a un concenso ya has mandado a esa muchacha a por la que me ha recibido amablemente.

Para la gangrel unida a lo salvaje tener a enormes distancias a sus aliados era como estar con ellos, igual que los grandes felinos se mantienen distantes hasta el momento en el que se requieren - no requiero estar con ellos para avanzar, la distancia ofrece presas de manera más sencilla y menos llamativa, y tranquilo me aseguraré de que la inquisición busque bien en tus dominios, ni siquiera tengo ningún rencor hacia ellos, solo buscan sobrevivir como todos, y tú camarilla para ser parte de la mascarada debe estar haciendo arder de ira a la mascarada de todo el mundo, porque aunque haya sido mi rostro el que se ha visto involucrado, la mascarada no es tan idiota como los humanos, saben a la perfección muchas cosas. Empezando por quien somos, saben que mi última decisión sería subir a uno de esos aparatos modernos, y que si lo he hecho debe haber un motivo de peso. También verán que el vehículo al que perseguí no se debía conducir solo y que si desapareció sin problemas sin duda debía ser parte de tú camarilla, la controles o no, las decisiones de los súbditos recaen en el destino de sus ancianos, por lo que eres tan responsable a ojos de la mascarada como yo, por no hacer nada por frenarlo. Por otro lado... Si ante la mascarada soy tan culpable como tú, para la rama Sabbath soy más respetable que tú, por que en mi caso doy la cara abiertamente. Contra más ruido, igual vistos para los unos, y mejor vista yo para los otros. Lo que te da apoyo añadido es tu edad, y como bien dices la edad de la sangre cada vez está menos considerada.

Sin duda si bien era Ania quien corría un riesgo mayor, el que era acorralado era Aloisius. Él lo sabía y requería frenar la resistencia en su contra en cuanto antes, contra más controla alguien menos le interesa llamar la atención. La inquisición no perdonaba, y la mascarada tampoco.

Para Ania sería lo ideal retirarse a territorio Garou, dominar el animalismo a su mayor grado y buscar una estirpe Garou que la aceptara ofreciéndose en custodia, aunque lo más común en dichos casos sería acabar despedazada por ellos. Aún y así, no sería la primera Gangrel en ganarse un hueco entre ellos, y quizás el deseo de permanecer lejos de las ciudades le daba una oportunidad de llegar a ello algún siglo. Si para entonces seguía viva.

Cargando editor
14/03/2022, 16:30
Aloisius

Miro a Lía -Ya la has oído. Busca a la muchacha que la ha recibido amablemente y tráela para que podamos hablar- sonrío ampliamente y vuelvo la atención sobre Ania. Tras sus gestos y sus palabras por fin termino de medir a mi interlocutora. Relajo la tensión hago un gesto quitando importancia a las palabras pronunciadas -Por los dioses viejos y nuevos, eres la gangrel más retórica e insufrible que conozco. Quiero a Chique y las cajas. Tú no eres importante en ese sentido. Dime que no tienes ni idea de dónde está y punto.- Balanceo la cabeza -No dices más que chorradas.- Me levanto de la silla -¡Sí! Lo que ten han hecho es una putada. Con tu cara ahí en los medios... pero no eres más que una distracción. Dentro de diez noches nada habrá cambiado. Un par de vampiros muertos, algunos humanos escribiendo tonterías en periodicuchos y poco más. Todo seguirá igual y de ti nadie se acordará. Si algo admiro de los mortales es su capacidad de olvidar las tragedias.- Agacho la cabeza recordando alguna que otra tragedia de mi pasado que ya me gustaría poder olvidar.

Vuelvo a sentarme. Miro a la Gangrel. -Oye. Pude matarte dos veces. Pero no lo hice.- Me acerco a ella -Porque formáis parte de esto. Saiasi se aseguró al corromper su sangre con el conocimiento prohibido y transmitiéndolo a sus chiquillas. Si te mato a ti, mato una parte de mí. Si soy destruido, una parte de las descendientes del Gangrel morirá.- Vuelvo a reclinarme en la silla. -Y si supieras lo que sé velaría por que tú y yo sigamos disfrutando de las noches que nos quedan.- Amplío los brazos abarcando la sala. -Míranos como a heraldos del viejo mundo en el nuevo. Quiero redimirme contigo. Quiero que por unos años enterremos el hacha de guerra. Quiero asegurar tu supervivencia y las de los descendientes de Saiasi. Porque aquellos que hemos bebido del conocimiento prohibido somos especiales. No lo entendí entonces pero lo entiendo ahora. Sacrificaría cualquier cosa por que me dejes aconsejarte, guiarte y velar por vuestra seguridad.- Sostengo la mirada de Ania pero no recurro a ningún poder de la sangre. Sólo hay sinceridad en mis ojos y hablo con claridad para que su instinto y su olfato verifiquen que digo la verdad. -Yo puedo aprender a perdonar. ¿Y tú?-

Cargando editor
14/03/2022, 16:51
Narrador

Aloisius ha cambiado el discurso pero no es improvisado. Primero se mostró ligeramente hostil, haciendo un pequeño alarde de su poder. Tras modificar su actitud entiendes que te estaba midiendo, provocando quizá, a que huyeras o saltaras sobre él. Pero tu sentido común se impuso. Ahora, todos tus sentidos detectan que habla con sinceridad. Busca una alianza con las descendientes de Saiasi pero no ha revelado los motivos. Además de sinceridad hueles el miedo, no miedo a que vosotras o sus enemigos lo maten sino a otra cosa.

Cargando editor
14/03/2022, 20:25
Ania

Un olor sincero, venido de él no lo habría esperado, pero de algún modo me molestaba que hablara de su mentor como si él no lo hubiera matado. Hablaba de perdonar... Pero Ania en ningún momento sintió demasiado rencor, no era exactamente venganza lo que buscaba si no demostrar su firmeza a la hora de demostrar tal como siglos atrás le dijo a Siaisi que demostraría que la brusquedad Gangrel también podía tener su propia elegancia.

El tanteo de Aloisius había sido errático en ese contacto, los Gangrel solo huyen si creen que eso les permitirá luchar una vez más, y posiblemente la mayoría de Gangrel habrían buscado atacarle, pero no podía solo atacar, no sin mostrar algo de elegancia y ello se lograba demostrando que era capaz de hablar.

Por otro lado pasaba de ningunearla diciendo que no era importante y que decía tonterías... A decir que le gustaría guiarla. La Gangrel sabía que no era especialmente inteligente, no poseía grandes estudios ni se había molestado en aprender demasiado sobre las tecnologías no gustándole los olores de pólvora, metal y óxido, pero nunca consideró que dijera cosas sin sentido, le fastidiaba un poco que aquel respetable tradujera su incomprensión hacia la natura salvaje Gangrel como tonterías... ¿Decir que no sabía dónde estaba Chike o las cajas? No necesitaba decir semejante estupidez, todo Gangrel sabía que solo hacía falta cruzarse con lo que se buscaba para saber su ubicación, tampoco sabía dónde estaba su sobrina pero había bastado con cruzarse con ella para ubicarla.

No buscar, si encontrar era conocimiento común, pero vampiros como él movidos por la codicia creían que no se podía encontrar algo sin buscarlo, la naturaleza siempre era sabía y solo necesitaba escucharla para llegar hasta lo que se quería, por eso Ania sentiría siempre un poco de pena por quienes no sabían escuchar el viento.

- no te culpo de nada - dijo finalmente - la naturaleza no golpea por venganza, golpea por justicia y honor... Escuché ese término hace tiempo en alguna guerra pasada, karma creo que lo llamó un débil humano cuando veía su pecho perforado por una bala, haciendo referencia a la gente que él mismo había matado con anterioridad.

Miró su mano, ella había procurado ayudar a muchos. Aunque también mató para sobrevivir, se consideraba en equilibrio - pese a ser sincero escapa de mi comprensión lo que tanto te perturba, el motivo que te lleva a no tomar las riendas, mi sire me dijo una vez, teme solo el conocer a Caín porque obtendrás algo que jamás serás capaz de recordar y con suerte recordarás algo sobre ti misma. ¿Si no es a Caín que te preocupa tanto? ¿Porque temes morir? Has vivido más que la mayoría, e incluso los vampiros acabamos pereciendo.

Cargando editor
19/03/2022, 22:11
Aloisius

Asentí -Hace muchos años viví algo realmente perturbador...- agaché la mirada. Me levanté de la silla y extendí la mano hacia Ania. -Te lo mostraré.-

Cargando editor
20/03/2022, 00:16
Ania

Notas de juego

Le doy la mano pero si intenta usar dominación le arranxo el brazo XD

Cargando editor
26/03/2022, 10:28
Aloisius

La yema de sus dedos, suaves y fríos, roza mi palma también fría. -Somos de los pocos antiguos que quedamos- pienso cuando apretamos nuestras manos y, pese a que mantengo mi mirada en sus ojos, lo hago más por una muestra de sinceridad que por usar dones de la sangre. Agacho la mirada con solemnidad y poso mi otra mano sobre las dos que están juntas -Gracias- pronuncio al fin. Me giro hacia la salida pero, con un cortes gesto, dejo que ella vaya primero. Nuevamente, más por cortesía que por artimañas aunque entiendo sus dudas para con mis intenciones. Es difícil resistir la tentación de usar mis aptitudes vampíricas pera inculcarle tranquilidad pero deseo su confianza y, para conseguirla, hay que dejar a un lado cualquier poder que pueda modificar su voluntad, su libre albedrío. Sólo quedan palabras y buenas formas. -Puedo salir yo primero si lo deseas, no es una trampa- concluyo.

Una vez fuera la acompaño a un sedan negro modificado. Es más lento, ancho y pesado de lo normal debido al blindaje, pero por dentro goza de todas las comodidades.

-Hugo. Vamos a mi refugio, por favor. Ella es Annia, mi invitada, somos viejos conocidos. Comunica a Sebastian mi deseo de excluirla de la lista de enemigos de La Camarilla londinense. No es aliada... por ahora, pero no opera en nuestra contra como nos hicieron creer en un principio.- Dicho aquello, abro el minibar y extraigo un pequeño frasquito de cristal adornado con filigrana de plata que contiene un líquido negruzco. -¿Deseas algo de beber?- pregunto mientras vierto unas gotas del contenido del frasco en una copa de vino, lo guardo tal y como estaba y relleno la copa son sangre de intenso color rojo.

Cargando editor
26/03/2022, 12:11
Ania

Aquel vehículo olía peor de lo normal, parecido a aquellos de ruedas largas que disparaban municiones enormes, el metal parecía igual. Una vez dentro, ofreció beber algo, y sin duda algo de sangre no estaría mal, pero... - prefiero la sangre fresca y sin adulterar - en algún momento debería tomar a su presa, pero con tantos eventos había sido difícil buscar un buen momento para saciar su sed.

Ni aliados ni enemigos, ese era el estatus temporal en aquel momento. Obvio que no le iba a entregarlo que quería y la meta seguía siendo acabar con él, pero estaba dispuesta a escuchar lo que tuviera que decir, necesitaba entender porque necesitaba aquellas cajas, quería saber si era necesario acabar con él o solo dejarle seguir su camino hasta que la demencia vampírica llegara a darle un final "antinatural".

¿Que sería aquello que tanto le traumatizó? Decía que se lo enseñaría, y sin duda debía tener en cuenta porque fuera a mostrar.

Cargando editor
27/03/2022, 19:41
Aloisius

-Ah, no. Tranquila. Esto es mi...- busco la palabra adecuada -...medicina para mantenerme cuerdo- sonrío a Annia. -No obstante...- saco otro frasco -Uno de mis leales era un gangrel al que le encantaba la sangre de grandes felinos. Aún conservo un poco ¿Te gustaría?-

Cargando editor
27/03/2022, 19:47
Ania

Sangre de grandes felinos? Tenía cosas interesantes, pero sin la presencia de la víctima saciarse dejaba el vacío al peligro, saber que todo podía salir mal era parte del encanto de la alimentación vampírica.

- ¿con eso evitas la llamada de Caín? - el lo llamaba "mantenerse cuerdo", lo que hizo que Ania se preguntara si se mantenía la costumbre de contar cómo Caín sería la primera y última sensación de sentirse vivo como vampiro. No podía evitar pensar que llegar a conocerlo sería interesante, incluso si eso era lo último que hacía.

- no siento mi cuerpo bastante despierto como para procesar ese tipo de sangre debidamente, tuve un despertar bastante desagradable y aún lo estoy pagando.

Palpó el asiento. Otros dirían que aquello era cómodo, era como acurrucarse al lado de un animal pero sin su amable calor corporal, una piel muerta que no saciaba su alma caída - las ciudades no están hechas para mí - admitió sin más.

Cargando editor
06/04/2022, 19:50
Aloisius

Inclino la cabeza a un lado -No tengo ninguna certeza de que sea Caín en persona quien llama. Es solo un impulso. Una irrefrenable e insana necesidad de abandonar todo por lo que he luchado para ir a un sitio en el que, racionalmente, no tengo por qué ir- miro mi copa -Pero sí. Esto evita ese impulso. Sangre débil- aclaro -Es increíble cómo yo, uno de los vástagos más antiguo, necesito la sangre más nueva y estéril para mantenerme cuerdo-

Tras estas palabras me quedo mirándola. -¿Tú no has notado llamada alguna?- pregunto extrañado -Quizá sea por ese despertar incómodo que tuviste.-

Ambos miramos por las ventanillas -Las ciudades no están hechas para nadie. Los humanos serían más felices viviendo en el campo y no en jaulas de hormigón.- Veo los edificios perfilando el cielo nocturno -Es el dinero, la ambición, el consumismo el que construye las ciudades y el que dirige a los humanos con correa- miro a Annia -Recuerdo esos años en los que el mejor regalo de bodas era un puñado de trigo y tierra donde plantarlo. Un presente que significa esperanza, futuro, vida. En cambio si a cualquiera de los de ahí afuera le das a elegir un puñado de semillas o un teléfono ni siquiera se plantean elección. Cogen el teléfono. Eligen la tecnología por el miedo a estar solos y para dejar de pensar en la miseria de su vida encerrado en esta ciudad viendo vídeos de gatitos. En lugar de vivir a las afueras y tener su propio gato.- Hablo con frialdad. Esa es la verdad que he vivido. -Lo sé porque a costa de eso me sigo enriqueciendo- añado sin remordimiento. Es lo que se merecen. Prefieren ser exprimidos y eludir responsabilidades que alzar la vista de sus teléfonos y luchar por cualquier causa. -En ninguna época el ganado fue más ganado que en esta-

El vehículo gira en una rotonda adoquinada -Hemos llegado- comento y aguardo. El vehículo entra en una recta y gira entrando en un elevador de autos. La puerta se cierra y el ascensor sube hasta alguna planta. El coche sale y aparca. Segundos después la puerta se abre.

Cargando editor
06/04/2022, 20:11
Narrador

Estás en un pequeño parking. Aloisius te hace un gesto para que le sigas. Por dos puertas accedes a un corredor de en torno al cual parece haber oficinas. Al fondo, otro ascenso al que se accede con una llave especial de Aloisius. Más arriba, se abre su despacho. Con muebles antiguos, con más elegancia que lujo, te llama la atención el suelo de losas blancas y negras como un tablero de ajedrez. -Ponte cómoda-

Cargando editor
07/04/2022, 02:49
Ania

- estas piedras recibieron un buen golpe hace poco - dijo con cierta malicia, más no una realmente despectiva si no una con la que buscaba lo que llamaban "humor negro", el anciano cayó en ese suelo cuando su hermana le purificó, un leve recochineo en venganza al hecho de haberle llegado a "casi matar" a la Sabbath que en esos momentos era aliada.

- ¿No podéis mascarada y Sabbath compartir el mundo? Con un mayor número de Sabbaths desaparecería parte de la Inquisición y la mascarada podría gobernar con mayor calma territorios ajenos a ellos, básicamente estarían demasiado ocupados con ellos como para buscarla a vosotros. El único enemigo real pasarían a ser la "madre Gea de los Garous"... Nunca entendí la discordia enrre ambos bandos y seguramente por ello nunca quise unirme a uno de los dos.

Hablaba sinceramente cuando decía lo del ganado aunque eso era legible en muchas direcciones - por un lado mi objetivo sigue siendo tu muerte. Aunque me aburre la idea de luchar si no tengo nada que perder o ganar, por otro lado no puedo llevarte hasta los documentos que quieres, mi vínculo es mayor con ellos que contigo... Si se te ocurre algún punto intermedio y recupero mi capacidad animalística, me gustaría llegar a dicho acuerdo e intentar vivir entre Garous, tienen el vínculo con la naturaleza que me gustaría mantener, hasta que me crean peligrosa y decidan despedezarme. Supongo que lo que te llama a ti me llamará también algún día, mi sire llamaba a esa llamada "el regreso", pero lo mataste antes de que pudiera entender a que se refería.

El suelo de piedra era frío y cómodo, por lo que se sentó en el,apoyando su codo en una mesa de baja estatura, estuvo en la 2a guerra mundial unos meses en un país en el que se sentaban así, nunca se preocupó de aprender el idioma, puesto que era extraño, y los humanos en aquel lugar solo eran presas sin excepciones. Aún y así no le desagradó el estilo de vida en villas en las que el sol solo estorbaba durante algunas horas gracias a estar rodeados de montañas. Aquello era lo más cerca de vivir en armonía que estuvo, el frío casi constante no era inconveniente para ella, el calor de lo que llamaban Onsen era natural y de origen volcánico, y la naturaleza se expandía libre. No le habría molestado morir en aquellos meses, a duras penas recordaba algunos de aquellos instantes, pero ya le parecía los mejores.