Partida Rol por web

La hembra asintió a Oystein, si todo se torcía habría algún sitio donde volver a reunirse y el brujah aseguraba la zona de encuentro. Era extraño, se habían intercambiado los teléfonos, podrían haberse llamado posteriormente, pero la muchacha no dijo nada, le prestó atención mientras él jugaba con su pelo. Gaia le miró y juzgó sus respuestas.

- Lo has prometido... - ella sonrió y se relajó, confiaba en su palabra, no iba a pasar nada malo, aunque era consciente que en ocasiones un vástago no puede controlarlo todo, esperaba que sí en aquel contexto social al que estaban a punto de presentarse -...no me pasará nada... No nos pasará nada.... - le incluía a el también, podía llegar a ser protectora si la relación entre ambos se demostraba, valía la pena, y hasta la fecha lo había valido.

Volvió a apretarle el trasero, con suavidad, un gesto que no podía negar, le gustaba, así como que rozase sus labios. Siempre le había gustado el contacto, quizás porque fuera algo que se le negó de joven o pudiera ser que su carácter fuera particularmente dulce, a pesar de ser lo que era, y es que aún dentro del mundo de los gangrels, la variedad entre individuos era tan amplia como los granos de arena que alberga una playa.

- Sabré hacerlo, solo hablo si me metes mano... - asiente ella, manteniendo la mirada cuando él queda observando sus rasgos -... Doy por hecho de que dirás cosas que no me gustarán y sabré contenerme, pero luego te pediré explicaciones y me las darás... - miró la furgoneta y negó -...Estoy segura de lo que voy a hacer y soy consciente de dónde me meto... Te obedeceré...., provecha la ocasión, puede que jamás escuches a otra mujer diciéndote eso.... Puedes tomarlo hasta como una fantasía... - y es que conseguir que Gaia obedeciera sin un conflicto previo tenía su dificultad, aquel esfuerzo por parte de la mujer iba muy de la mano a la necesidad de que aquella reunión saliera bien -... Tú mandas Oystein..., voy contigo, marca la ruta y acabemos con esto cuanto antes....

Recorres las calles con relativa prisa, ansioso por encontrarte con el resto de la cuadrilla, Cathrain y el anarca. Mientras avanzas tienes tiempo para pensar y recordar todo lo ocurrido:

La charla con Ibrahin antes de la reunión. Él sabía que ibas a acudir a la cita antes incluso de que te enviaran la invitación porque buscaba aquello que sustrajeron de Viena tras el ataque.

La reunión con Hyde y el plan de Alexandra. Que consistía en aprovechar la desaparición del príncipe para quietar algunos antiguos enquistados que se habían encerrado en sus refugios y no aportaban nada al panorama político nocturno.

Fue en esa reunión donde Alexandra encontró los documentos de una investigación. Un hecho que, cuando se lo expuso a Ibrahín, terminó con éste asesinando al primogénito Malkavian en presencia de Raider... lo que era extraño. -¿Por qué Raider no hizo nada?- Aquí hay algo no encaja.

El plan de Alexandra se ejecutó a la perfección. Pero Linn no quiso ostentar el poder de Berlín con La Camarilla susurrándole al oído. -Normal, les debería la ciudad.- Tanto ella como su chiquillo decidieron abandonar la ciudad -¿Y entonces quién domina ahora Berlín?- Tu mente era un torbellino. Conocías bastante bien los círculos camarilla de ambos lados de la ciudad pero en cuanto a los anarquistas... algunos, probablemente, llegaron con Alexandra.

En el tren todo se desmadró. El Sabbat que se hizo pasar por Arconte debía tener la fachada muy bien hilada -Vamos, Krampus, ese es tu terreno. ¿Se hizo pasar por Arconte y entró en el tren o improvisó con vosotros para sonsacaros?- Y aún había otro dato inquietante... de todos, cogieron a Raider el primero. De nuevo el Gangrel -¿Por qué?-

Inconscientemente. Palpas el virote envuelto en plásticos dentro de tu chaqueta. En otro bolsillo está el pen que guarda las imágenes. Recuerdas a la Assamita y vuestro encuentro. -Raider- el nombre del vampiro te viene a la cabeza cuando palpas algo duro en el bolsillo. Es bastante más diminuto que el pen y es en el bolsillo en que Idona... Con dificultad lo coges y lo sacas observándolo en la noche.

Una idea se forma en tu cabeza y perfectamente puedes ver a Idona introduciendo el pen junto con un pequeño localizador gps. -¿Será eso?- sientes la misma sensación que cuando estuviste a punto de subir a la furgoneta. -Estaba allí... oculta, observando- con el corazón en la boca miras en todas direcciones pero no. No te está siguiendo -Pero si no eres tú... ¿quién?-.

Tu mente es un hervidero. -¿Lía? Descartada. Ella es sólo "la investigadora". No ganarían nada atentando contra ella. ¿Alexandra? tampoco tiene nada. ¿Quién tiene lo que ellos quieren? Ibrahín. ¿Y quién está con Ibrahín? Linn. La sire de Øystein Holtet. ¡El Anarquista! Se lo quedó La Camarilla para hacer que Linn les obedeciera y la mandaron con el Tremere para ayudarle y encontrar lo que ha venido a buscar.-

Vieron a Øystein Holtet junto a la furgoneta, tú mismo ibas a subir a ella y te bajaste. Ya no te están siguiendo a ti, les están siguiendo a ellos.

La mujer cuyo semblante estás viendo ahora activa un mecanismo en tu voluntad. Recuerdas los ojos del tipo que te miró antes de la reunión y sientes los efectos. Estás completamente paralizado...

Volví a ponerme la capucha cubriendo mi rostro y aguardé a que la pareja se alejara. Dentro quedaban dos, pero uno estaba paralizado y, mientras yo estuviera presente, seguiría así. Quedaba hablar con el otro...

Gaia y Øystein salieron de la furgoneta, en el último momento Gaia se giró y, mirando a Nicholas, movió los labios exageradamente pronunciando sin voz varias palabras: 

VENECIA. GÓNDOLA. VENECIA. GÓNDOLA. VENECIA. GÓNDOLA.

-Sólo esperaba que Ovillito la entendiera.- 

Y se marchó junto al anarquista sin que Cathrain abriera la boca. De hecho, ni siquiera se movió. Pasaron unos segundos antes de que Nicholas pudiera reaccionar. Sacó el teléfono. -¿Qué había querido decir...?- cuando la puerta de la furgo se volvió a abrir y a cerrar.

Una mujer muy atractiva, se sentó frente a él y lo miró con semblante inexpresivo:

Sus ojos se cruzaron con los de Nicholas mientras Cathrain seguía ahí, en el asiento del piloto, completamente inmóvil. La muer cubrió su rostro con la capucha...

Desenvaino las dos dagas de mis botas y me abalanzo a por él. Con una presiono el cuello, una finísima línea roja se dibuja en él. Oriento la punta de la otra a su corazón. Veo sus ojos tan abiertos, tan llenos de sorpresa. -Sí, yo soy la Assamita que atrapó a Raider-

Hago un gesto hacia los de afuera. Voy apretando la daga que apunta a su corazón pues no tenemos mucho tiempo y quiero que esté hablador.

Están lo suficientemente lejos así que voy a la furgoneta y me asomo desde la parte de atrás. Sonrío al ver que está todo bajo control. -El feo- dije cuando los ojos del Sangre Débil se dirigieron hacia mí -Esta eficiente señorita le metió un localizador gps en las ropas en su encuentro. Por eso no lo mató.- Le doy un guantazo al Sangre Débil -Mírame a mí. No la mires a ella, a mí. Ella no va a hablar- cuando sé que tengo toda su atención le pregunto -Venimos a por Øystein Holtet. ¿A dónde va?- 

La hoja de Idona le aprieta demasiado, casi no puede hablar y la sangre comienza a correr por su cuello.

Ni Nicholas, ni Cathrain dicen nada más a vuestra marcha. De hecho, desde que habéis aparcado Cathrain no ha abierto la boca para impedir que os vayáis ni nada por el estilo así que, os marcháis.

Avanzáis por la calle hasta la puerta del local. Algunos mortales que allí beben os miran con diversión. Os dais cuenta de que van bien vestidos, arreglados, demasiado para vuestro gusto.

No hay nadie en la puerta que os pregunte ni os impida el acceso así que entráis.

En el interior todo está decorado de forma exquisita. Avanzáis por el pasillo pintado de verde apagado que contrasta con las baldosas del suelo rojas. A ambos lados la pared presenta dos bandas doradas. Tras el pasillo, se abre la estancia. La barra queda a vuestra derecha, amplia y larga. Mesas redondas se esparcen por doquier (es más grande de lo que parecía desde fuera). Al fondo hay un escenario donde los músicos se preparan.

Todo apunta a que habéis llegado en medio de un concierto, entre canciones. Sólo los músicos están sobre el escenario, algunos ya recogen, otros tocan algo de jazz suave.

No veis ni un solo vampiro por la estancia. El ambiente es tranquilo y distendido. La ropa va del pijo absoluto, al estilo casual pasando por la elegancia en algunos jóvenes. Todos beben y ríen disfrutando de la vida nocturna de Berlín ajenos a los monstruos que acechan.

El largo paseo hasta el local le ayudó a serenarse y a despejar la mente, demasiada información en demasiado poco tiempo incluso para él. Volvió a su vieja época de estudiante sacando una pequeña librera y lápiz anotando lo importante a medida que el traqueteo del metro le balanceaba suavemente, estaba tan acostumbrado a usarlo que la sensación le reconfortaba. Con los auriculares conectados al móvil repasaba las imágenes de las cámaras mientras escuchaba música, las reproducía del pen y sin estar conectado a la red.

Ibrahim sabía que Hyde era un traidor, y todos sabían que una de las personalidades de Hyde estaba en contacto con el Sabbath. Cuando Ibrahim vio los documentos algo cambió en el plan, ejecutaron al primogenito sin que Raider se metiera. Durante todo el jaleo Linn había sido el objetivo de Hyde, ella casi acabó muerta, si el loco tenía los archivos era conocedor de la investigación. Muy posiblemente Hyde quería vender a Lynn al Sabbath por ser la única superviviente de la investigación, el poder de la sangre podría ser interpretado de muchas maneras; pero era algo que sería deseado por muchos. Hyde lo quería para si y por eso Ibrahim lo mató sin que Raider se quejase, si el Gangrel sabía que Hyde tenía tratos con el Sabbath sería lo único que le hubiera impulsado a no meterse de por medio.

En el tren el Sabbath solo lo había logrado su objetivo gracias a tener información privilegiada, eso confirmaba que Hyde les había traicionado, solo un primogenito podía facilitar una información tan detallada de un arconte. Ellos esperaban que estuvieran allí Linn, Ibrahim y el informe, pero al no encontrarlo fueron a por Raider, el antiguo primogen era quien más les podía revelar. No había que olvidar de el Tremere había sido azote y el Gangrel primogen, y desde esa época se odiaban. Muy posiblemente fuera Ibrahim en sus tiempos el encargado de deshacerse de los integrantes del proyecto para no dejar cabos sueltos.

Cuando tanteó en el bolsillo se quedo de piedra.¡Joder!¿Cómo coño había podido picar en un trampa tan simple, la rabia le invadía le había timado como un novato. Los tenían cojídos por los huevos, sabían donde habían estado, pero gracias a la fortuna el se había separado del grupo en el último momento. Daba igual debían estar vigilando el edificio y habrían visto salir a los demás en la furgoneta. La única manera de intentar sacar ventaja de aquella situación era que un emisor emitía en la señal en dos direcciones. Krampus era muy bueno con aquello cachibaches, intentaría conectar el gps a su teléfono, con el sofware que llevaba dentro tal vez pudiera rastrear la señal hasta la assamita.

La Camarilla retenía a Øystein para asegurarse la colaboración de Linn, así que la declaración pública de anatema empezaba a oler a chamusquina. Eso poco importaba ahora, si el Sabbath se llevaba al neonato entonces la Brujah dejaría de colaborar y la extorsionarían para que les ayudase a ellos conduciendo a Ibrahim a una trampa.

A medida que empezaba a teclear le envió un whatapp a Alexandra que a estas  alturas estaría reunida con Lia.-Los del Tz del tren van a por Øystein. En cuanto tenga más info te aviso, pon al corriente a L, posiblemente habrá que intervenir.¡Están en la ciudad!-.

Estaba claro que aquello no era lo que esperaba la hembra. El local era elegante y la gente vestía de una manera adecuada, de hecho su atuendo inicial parecía casar más con aquel escenario que las pintas que llevaba ahora mismo.

- ¿Estás seguro de que estamos en el sitio correcto?... - fue la primera pregunta, no habían vampiros en la zona, era lícito cuestionar aquello mientras la mirada de la gatita recorría el espacio. No, aquello distaba mucho a lo que esperaba encontrar -... Hay músicos y la gente viste bien, desentonamos, Oystein...

Pensó en su visión y en el gesto de desagrado de su instinto cuando su atuendo fue estropeado, aún podía arreglar aquello -... Voy a ir al servicio a retocarme, no podemos llamar tanto la atención, así no se nos acercará nadie... - le dice Gaia al brujah -... Y si lo hacen será para echarnos... Acompáñame al aseo... - le coge la mano y tira de él hacia los servicios, era una suerte haber traído en su bolso el pintalabios que le compró Krampus, pero ahora debía lidiar con la pintura corrida.

Gaia entró en el aseo, al ser un sitio tan sofisticado la suerte le acompañaba, había un cesto con útiles de aseo en el lavabo, toallitas húmedas, desodorante y crema hidratante. La hembra cogió las toallitas húmedas y comenzó a quitarse los restos de pintura justo cuando una muchacha salió de uno de los retretes y miró su aspecto. Le habló en alemán, pero no entendió nada, y al negar con la cabeza la muchacha pasó a comunicarse en inglés.

- Oye, ¿estas bien?... - le preguntó preocupada, fijándose en el bello rostro de Gaia.

- Ehmmm sí..., no es nada.... - le responde ella.

- No llores, los hombres no merecen la pena, son todos unos cabrones... Déjame a mi... ¿puedo?... - la muchacha cogió las toallitas limpiadoras y le quitó los restos de pintura con cuidado -... Tienes una piel preciosa, estás mejor así..., ¿quieres que te maquille? Tengo rimel y con algo de base y colorete estarás estupenda....

- ¿Harías eso por mi?... -aquella amabilidad era desconocida por Gaia, ella conocía los pubs chungos donde lo más probable era que una tía en el baño te ayudara a vomitar, pero nunca a pintarte.

- Claro, no te preocupes, yo me encargo... Oye..., el mal nacido de tu novio te ha destrozado el vestido, una lástima, era precioso..., no deberías seguir con él, puedes avisar a la policía y denunciarle... - comenta ella

- Oh..., no... no ha sido él... - no mintió, al fin y al cabo Oystein no era su novio y lo que menos necesitaba ahora mismo era tener a la pasma alrededor del local.

- ¿Te ha salvado entonces?.... Dioses, debe de ser muy valiente...

Así fue cómo Gaia tras diez minutos salió del aseo maquillada de nuevo, peinada y con un par de imperdibles que recogía la parte rota de su vestido. Y es que nunca se sabía qué maravillosos objetos se encontraban en el fondo del bolso de una mujer.

- Ya estoy lista Oystein.... - volvía a estar hermosa a vista de la gente del local, una belleza felina y exótica, aunque quizás para Holtet anduviera desmejorada.

Uno de los mayores secretos de la humanidad fue entonces desvelado. ¿Qué hacían las mujeres en el baño cuando salían de marcha? Hablar y conocerse en las situaciones más extrañas, divertidas o desesperadas. Nunca sabrás cuando una desconocida te ayuda a vomitar, te presta un preservativo o comparte contigo consejos de belleza. Los aseos son un sitio de reunión social que deberían tener todas las comodidades a disposición de la consumidora y donde por cierto, el varón siempre era el enemigo.

No supe qué quería decirme Gaia ¿Venecia?¿Góndola? Saqué el teléfono y busqué el contacto de Krampus para llamarle y echarle el rapapolvo por no estar aquí ya, pues el gesto de gaia no era normal y todo esto no me olía bien. En el momento en el que le di al botón de llamada y me dipuse a ponerme el aparato en la oreja una espectacular chica entró casi sin que pudiera percatarme de ello,  si no fuera por la puerta chirrriante de la furgoneta no me hubiera percatado. la miré y me impactó lo gélida que era su mirada momento que aprovechó para cubrir su cabeza en la capucha y sacar a una velocidad vertiginosa dos puñales con los que me inmovilizó al instante. El teléfono cayó al suelo esperando la contestación del nosferatu. Cathrain no se inmuntó en ningún momento. No vi que moviera un solo músculo cuando la puerta se cerró ni cuando aquella asesina se lanzó. Tampoco dijo nada cuando el tipo que se hizo llamar Gilbert en el tren abrió y me dio un tortazo para que me centrara en él. ¿Me preguntó por Holtet?.

-¿Porqué no se lo preguntas a él? Seguro que lo has visto irse con Gaia. ¿Acaso no os atrevéis a hablar con ellos?- Le dije esperando algún tipo de represalia por parte de ese puto sabbat.Miré nuevamente a Cath a ver su reacción. Tiempo, necesito ganar algo de tiempo - No tengo ni idea de a dónde van.- ¿Qué queréis, vengaros por el ridículo que os hizo pasar en el tren?-Sabía que esas palabras podían ser las últimas que dijera en su no-vida pero necesitaba que Gilbert sacara su vena vengativa y alargara todo lo posible ese momento.

Al poco de ingresar en el local Øystein tuvo la incómoda sensación de que algo iba mal. Se le escapó un silbido que inmediatamente procuró contener para que sólo Gaia lo pudiera escuchar, y dijo en voz más alta.

—Parece que si íbamos a la Ópera después de todo.

Comenzó a rascarse la cabeza, al tiempo que contemplaba a la desmejorada gangrel con ojos de cachorro.

—Ups. Lo siento, Gaia.

La acompañó al aseo como la chica deseaba. 

También podía tratarse de una simple fachada. Aunque la sofisticación de aquel lugar parecía desmedida para una banda anarquista recién conformada, siempre era posible que se tratase de un local ya existente con un depósito o patio trasero en algún sitio. Øystein paseaba la mirada por el recinto donde todos aquellos hijitos consentidos de mamá y papá anidaban. Cuando estaba a punto de agarrarse a las piñas con un rubiecito nazi de dientes perfectos y mirada insolente, apareció Gaia.

—¡Aleluya! ¿Desde cuándo sos tan coqueta? —al parecer Krampus había hecho un buen trabajo domesticando a la caínita.

—Ven, vamos a la barra a ver qué averiguamos —agregó, volviendo a posar su mano sobre aquel firme trasero.

Por fin había caído. La sofisticación y "buen gusto" de aquel lugar llevaba el sello de una sóla persona. Interpeló a la primera moza a su alcance.

—¿Me puede indicar donde encontrar a Tatiana, señorita? —preguntó procurando ser lo más formal posible.

Parecía ser que la Toreador había ganado la puja por el poder. Se preguntó cómo le iba a explicar ahora a Gaia en qué consistía el look anarquista.

El rostro de Holtet le decía con claridad de que no controlaba la situación. La hembra se hubiera reído si no fuera porque su instinto le decía que estaba en la boca del lobo.

- No te preocupes por lo del vestido... - le dijo ella sin rencor, al fin y al cabo no tenía mayor solución que la de los imperdibles, cuando la rubia de los aseos decidió ayudarle -...Pero tú se lo explicarás a Krampus antes de que me regañe... - quizás fuera por el cruce de miradas o pudiera ser por adelantarse incluso a su línea de pensamiento, Gaia dijo algo más -...No me han domesticado... - seguridad en sus palabras -... me importa cómo se sienten y lo que piensan las personas más próximas a mi... Krampus se tomó muchas molestias en ayudarme a cambiar y no querría herirle haciéndole pensar de que he sido yo quien me he arrastrado con el traje sin problemas previos... solo por amor al salvajismo... - sonrisa divertida-...En las manadas hay un equilibrio que no se debe romper, de lo contrario eso puede generar conflictos internos, con Raider yo siempre minimizaba esos conflictos... Él era el alfa, yo la hembra que miraba por el resto... En mi nueva coterie, asumo el mismo papel....

Tras haber llegado del baño Holtet le hizo una pregunta que la joven quiso responder -...Soy coqueta desde que vi la cara de Nicholas y Krampus observándome esta misma noche. Jamás nadie me ha mirado así... Bueno sí..., Raider, pero esa es otra cuestión.... Yo no me reconozco en este aspecto si es lo que quieres saber, no me es cómodo para moverme, prueba a llevar tacones..., son un incordio.... Pero comprendo una cosa Oystein, mi sire es poderoso y muchos le temen, le respetan por ello... Yo no tengo su fuerza ni capacidad de ataque, debo valerme de otros medios para buscar mi sitio... - le mira a los ojos -... Ya no dependo de Raider, me ha dado la independencia y puedo caminar sola, soy considerada como alguien de pleno derecho, un igual entre los vástagos...Necesito gustar algo más para conseguir amigos y aliados, debo controlar mi genio y mejorar mi aspecto, Krampus me ha enseñado todo eso.... y creo que tiene razón... En la reunión se dignaron a hablarme, me preguntaron y tuvieron en cuenta mi palabra... Si hubiera ido con mis ropas antiguas y mis formas habituales quizás no habría tenido esa oportunidad... Sabes tan bien como yo que estamos en una sociedad desconfiada, es difícil encontrar amigos, si algo me ayuda a abrirme más a otros, pienso emplearlo hasta librar a Raider, después de eso, quiero volver a ser yo... -le había dicho mucho, cambiaría lo necesario hasta encontrar su objetivo y una vez cumplido éste, podría retirarse de nuevo a la tranquilidad de su zoo.

Fueron de nuevo a la barra, él con la mano situado en su trasero y ella entonces preguntó -...¿Dónde está Linn, Oystein?... ¿Ha conseguido ponerse a salvo?.... - le mira con interés -...Yo sé qué es perder un sire, no debes estar pasándolo bien... - insiste -...Me gustaría que supieras que no estás solo.... - de nuevo su azul mirar se clavaban en las pupilas masculinas, le había cogido la mano -....¿Hay amistad entre ella y Ibrahin?... Es probable que estén juntos... ¿No te provoca celos eso?... - a ella podría molestarle si Raider estuviera ahora mismo con otra, no por la parte física de un encuentro, si no por no saber qué estaba haciendo.

Holtet preguntó a una chica donde se encontraba Tatiana y la gangrel sintió curiosidad de nuevo, como buena gatita que era -...¿Quién es Tatiana?... ¿Vas a irte con otra y dejarme tirada?.... - bromeaba pero permanecía atenta, sobre todo al glamour del local así como la de sus gentes. Observó a la rubia que le ayudó en el baño, le guiñaba el ojo -...¿Ves la chica rubia de allí?... Piensa que eres un héroe, creía que eras mi novio y me habías pegado cuando estuve en el baño, pero le dije que no era así, dio por hecho de que me habías salvado de un ataque... Es curioso las malas sensaciones que despiertan nuestros aspectos habituales... - y es que el brujah y la gangrel juntos no eran sinónimo de distinción.

Afirmo con la cabeza, pensativa. Voy a determinar mi veredicto pero unos nudillos en la puerta nos interrumpen. -Pasa- digo sin fingir mi molestia.

Al entrar veo que aún está con el chiquillo Tremere. -Lía, siento la interrupción- me disculpo, ella sostiene mi mirada sin decir nada pero en sus ojos leo -más vale que tengas motivos de peso- alzo la mano que sostiene mi teléfono móvil y leo el mensaje en él -Los del Tz del tren van a por Øystein. En cuanto tenga más info te aviso, pon al corriente a L, posiblemente habrá que intervenir.¡Están en la ciudad!- Dejo de leer y la mira -Están aquí- añado refiriéndome a los Tzimisces.

Aprieto los puños sobre la mesa. Los miro. Pienso. -Está bien- afirmo -Dónde está ahora- le pregunto -Ha ido con la Coterie recién formada de Malware a alguna sede Anarquista para llegar a algún tipo de acuerdo con ellos.- Contesta.

-Krampus, Gaia, Nicholas y Cathrain- enuncio los nombres de los integrantes del grupo -junto con el chiquillo de Linn. Está claro que lo quieren por el mismo motivo que nosotros. Para controlar a la Brujah.- Mi mirada se dirige con rudeza hacia Mikael -Esos Tzimisces quieren lo mismo que quiere tu sire. ¿Estás dispuesto a ayudar? Ve con Alexandra y ayuda. Descubre todo lo que puedas de esos vampiros del Sabbat pero no te inmiscuyas con la Coterie de Malware. Ellos van por su lado y vosotros por el vuestro. Alexandra, tú harás de enlace. Pero no quiero que, si nos atacan, caigamos todos. Deja que la cuadrilla del Nosferatu, la Gangrel y el Sangre Débil hagan el trabajo sucio.-

-Un Tremere y una Ventrue- miro al chiquillo de Ibrahín. -¿Vamos?- le pregunto extendiéndole una mano. Un gesto que rmatará nuestra alianza.