Partida Rol por web

Empiezo a caminar hacia la posición de Mathias, aunque pasaría por su lado como si no lo conociera. 

- Creo que tito esta por aquí.-

No comprendía exactamente de que iba aquella primera misión. Perseguir y controlar a un hombre al que ya sabían donde encontraríamos... ¿Es para medir nuestras capacidades? ¿hay alguien vigilando, tomando nota y puntuando nuestra labor? ¿o esperaban que realizáramos alguna otra tarea tras seguirlo? ¿Y por qué quieren controlarlo, será de la "banda" rival? ¿como de peligroso puede ser lo que estamos haciendo?... Montones de preguntas asaltaban mi mente y pocas respuestas me satisfacían, eramos simples peones y no teníamos opción a escoger...

Inténto empujar la puerta ignorándo totalmente a los chicos que me hacen burla.

Busco mi pase para la morgue de la policía, quizás con eso pueda entrar si me preguntan si tengo acreditación o pueda inténtar forzar la puerta.

Involuntariamente, tragué saliva ante el acercamiento de Wilhem, más por los pocos resquicios de humanidad que por necesidad. Me obligué a sonreír y asentí antes de susurrarle:

_Adelante, aunque os advierto que bailar, si no es desnuda bajo la luna, no me interesa_ solté mi brazo, me giré y comencé a andar hacia dónde parecía estar la barra, atenta de que Krauser no se alejara demasiado. al fin y al cabo, él sabe más de nuestra empresa que cualquier otro.

Hackett, con Darla subida a sus hombros, avanza hasta el pequeño pasillo por el que se ha colado Mathias. Lo pasa de largo, echando solo un vistazo dentro. Allí, de reojo, ve como Mathias intenta forzar la cerradura de una puerta de Personal.

Éste, por su parte, ve cómo los dos vástagos pasan disimulando por detrás y comprueba con frustración cómo la puerta que intentaba atravesar está cerrada.

Entre las luces parpadeantes, os acercáis a la barra. El lugar es extraño, como muy "tétrico". Muchos de los jóvenes que asisten, sobre todo las mujeres, llevan este estilo de moda que se está volviendo tan popular en el país, el "gótico".

Mientras pedís algo de beber, os fijáis en el grupito de gente que hay al final de la pequeña discoteca. Parece que una chica, una de estas góticas, se ha desmayado. Varios jóvenes, intuís que sus amigos, la rodean para comprobar su estado.

Miro frustrado.... No consigo abrír esa puerta y opto por tocar a ver si alguien abre al otro lado, me cuelgo mi pase de la morgue.

-A ver si así consigo entrar.-

Ignoro a esos dos, total ellos me ignoran a mi

Ignoro los movimientos de Mathias, fingiendo no haberme enterado de lo que trama, mientras vigilo los alrededores por si alguien pudiese descubrirle. No se si ha visto a nuestro objetivo entrando en aquella puerta, pero como forzarla tras su entrada sería bastante descarado pienso que traza otro tipo de plan. Si la niña había conseguido sorprenderme no esperaba menos de aquel hombre. 

- ¿Vas bien ahí?

Pregunto a la niña continuando en un papel en el que me siento demasiado a gusto y doy un par de pequeños brincos para simular un breve galope. 

Al parecer, a una joven se le había ido la mano con la bebida. O con otras sustancias. Aunque, bien pensado -supuso el abogado- dado que estaban buscando a un chupasangre como ellos, quizá fuera otra cosa lo que había causado su desmayo.

Wilhem dejó su gin-tonic en la barra y le dijo a Nédara:

- Un momento, quiero comprobar una cosa-

se acercó a la joven, abriéndose paso entre sus amigos mientras decía:

- Con permiso, tengo conocimientos médicos, dejénme ayudar a su amiga-

Krauser se arrodilló a su lado y examinó sus ojos, mientras le decía que siguiera su dedo. Luego examinó su cuello, en apariencia para tomarle el pulso y comprobar que fuera normal. La realidad era bien distinta: quería ver si le habían mordido.

Ella da un par de toques en tu cabeza como diciendo que va geniall, mientras notas como salta en tus hombros, se mueve a izquierda y derecha, y te tira de las orejas.

- Vamoz a aquella ezquina - te senala un lugar alejado de Matthias

Cuando la llevas a ese lugar, se pone a gritar como si fuera ... una niña consentida... cosa que no dista mucho de la realidad

- Pero papaaaaaaaaaaaaaaaaaa..... yo quiero un helaaaaaaaaaaaaaaaado, Papiiiiiiiiiiiiii  - hace pucheritos, que no son reales, porque si no le saldrían unas lágrimas de sangre que no quitas ni con ariel superultra (el cual si existe en alemania, por cierto)

Hago caso a Darla y avanzo hacia donde me indica. No tenía problema en consentir a la pequeña mientras se comportara y se mantuviera en su papel sin revelarnos. Y ya parecía que había cogido la confianza suficiente conmigo como para sentirse suficiente cómoda. 

- Después te compraré el helado. - 

Ojee los locales cercanos en busca de una heladería para saber a que atenerme si pasábamos por delante.

- NOOOOOOOOOOOOOO yo lo quiero ahoraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa - berrinchea caprichosa, de forma que cualquiera en los alrededores, no tenga mas que preguntarse que asco de padre le negaría tal capricho a su vástago y que mal lo esta haciendo que no le da un helado a la pobre chiquilla.... o que piensen que la niña es una consentida que no sabe comportarse.

Sea cual sea el pensamiento de los viandantes, estarán centrados en esa criatura angelical... que solo pide un mísero helado.
 

Permanecí atenta a todos los que nos rodeaban mientras Krauser examinaba a la joven. Sin duda buscaba marcas de caninos superiores...

_Dadle algo de espacio, por favor_ dije apartando a aquellos que se aproximaran demasiado _Necesita aire, apartaos...

Algunos clientes del centro comercial empiezan a miraros con cierto recelo. La gente en Alemanía es muy estricta con el comportamiento y la educación de sus hijos, aunque como todos los niños del mundo, siempre hay alguno más rebelde. Hay un restaurante con puesto de helados cerca, aunque hay pocos productos, ya que no es época.

Un joven uniformado mira desde el sitio, sonriente, esperando que quizás "el padre" ceda y compre el helado. Desde aquí ya no podéis ver a Mathias, pero parece que nadie se acerca al pasillo donde está.

Durante unos minutos, nadie contesta, pero no eres conocido por tu impaciencia. Aguardas tranquilamente y vuelves a probar suerte. Nada. Estás a punto de desistir cuando escuchas la cerradura, para después ver cómo el pomo gira y la puerta se abre.

Ante ti aparece lo que llamarías "un armario empotrado". No es el vigilante que entró, si no otro, incluso más grande. Va rapado, con gafas de sol y rapado. Te observa con gesto hosco, mira tu identificación y alza una de sus enormes cejas.

- ¿Si? ¿Qué quiere? - Pregunta, aún agarrando la puerta.

Varias personas se retiran, aunque se quedan cerca mirando con curiosidad. Un joven con el pelo completamente lleno de gomina se mantiene junto a la chica, agarrándole la mano, preocupado.

- Soy amigo. No ha bebido mucho, pero creo que no ha cenado. ¿Debería llamar al hospital?

La chica no tiene ninguna marca, pero recordáis que sois capaces de cerrar las heridas tras el "beso", así que cualquier cosa es posible.

La joven no tenía marcas evidentes de mordedura, quizás no hubiera sido el recipiente que saciara el hambre del objetivo y solo fuera una leve intoxicación etílica. O quizás no. 

- Espere un poco a ver si mejora, si no, avise a urgencias.-

le recomendó Krauser al joven.

- Aunque tal vez haya consumido alguna bebida en mal estado, en ese caso, la cosa podría ser grave. Será mejor que permanezcan con la chica y si alguno de los presentes muestra síntomas de malestar o cae desfallecido deberían avisar a los sanitarios. ¿Alguna persona ha abandonado el local recientemente, que ustedes recuerden?. Sería conveniente localizarla y comprobar su estado de salud, imagine que toma un vehículo y queda inconsciente al volante, podría generar un accidente.-

le inquirió al amigo de la chica. Por pedir algo de información de manera subrepticia no se perdía nada. La hipótesis de que el Objetivo se hubiera alimentado de ella seguía en pie, si había abandonado el lugar no hacía mucho y lo habían visto, podrían intentar encontrarlo.

Krauser se fijó en el rostro de la chica, para intentar discernir si presentaba una palidez anormal, propia de la falta de sangre.

-Hola buenas noches soy tanatopractor de la policia de Munich, como podrá comprobar por mi carné, he sido llamado para reconocer un par de cosas, ¿podría pasar?-

Hablo rápido intentando no liarme, a veces al hablar rápido la gente se confunde y no pilla la información completa.

- No. - le corto con tono seco y severo. Además la cojo por debajo de los hombros, alzándola y colocándola frente a mi, en el aire. - No empieces o no habrá helado. - No podía permitirle ese comportamiento por más tiempo. Por más que estuviera dispuesto a consentir muchas cosas, tantas que había tolerado en mis propias hijas, un lugar público no era el lugar más apropiado para quedar en evidencia. - No querrás que me enfade ¿no? 

- Pero yo lo quiero ahoraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Ves como la niña deja de mirarte para buscar con la mirada a Mathias y ver si ha logrado entrar donde quería. Si es asi. Te sonrie de una forma escalofriantemente encantadora y añade

- Bueno... vale... papi. Pero después de comer me lo compras eh!

Vale... a donde se ha ido la hermana perversa de Chuky y quien es esta Candy Candy encantadora.

Intento mantener a la multitud apartada de Krauser mientras observo los rostros de los presentes. 

<<¿Cómo sabré a quién buscamos si sólo el Caballero Vampiro conoce su identidad?>>

Miro a Wilhem, intentando que él entienda mi desconcierto en tal situación.