- Por supuesto, muchas gracias.
Ella observa mientras le sirves y te das cuenta de que nota tu nerviosismo. Cuando vas a retirar la mano tras haber llenado su plato te coge con suavidad de la muñeca.
- Tranquilo, no le voy a morder. - Dice, riendo. Aunque un brillo extraño cruza sus ojos en ese momento, como un destello fugaz de milésimas de segundo. - Puede relajarse conmigo. Ahora no estamos en el trabajo, ¿no?
Se me escapa una risita tímida al mirárla y el vello se me pone de punta al notar su tacto en mi piel.
-Si si yo no creo que muerda... Y ya sé podémos relajárnos...EE espero que le guste.-Digo inténtando cortar la conversación y pensándo que salgo victorioso de ella.
-Madre mia ¿que hago? Nunca me ha pasado esto y no sé que hacer.-
Ella empieza a comer.
- Mmm. Delicioso. Me encanta la carne. - Comenta, tras comerse un par de cachos. De vez en cuando mira la copa de vino vacía con gesto sugerente.
- Algo me dice, señor Frink, que no suele recibir visitas de mujeres. ¿Me equivoco? -Hace la pregunta con una sonrisa pícara en su rostro.
Al ver que mira el vino abro la botella y le sirvo una copa.-Me alegro que le guste la carne...-La pruebo y sonrio-emm bueno la verdad es que no...-¿Se dará cuenta que nunca he hecho el amor?- Dice un amigo que soy bastánte solitario, yo creo que es por los horarios que tengo- uff así creo que con esto no se notará.-Como intentándo que no se note el nerviosísmo que me corroe
- Debe ser eso, ya que no tiene usted un mal tipo. - Tras sus palabras se ríe. - Con todo el respeto, por supuesto.
Da un par de bocados más en silencio, y después, bajando algo la voz como si hablara de algo secreto, te pregunta.
- Cuénteme. ¿Desde cuándo le dio esa fascinación por los muertos?
El tema era extraño para una sobremesa, pero era ella quien lo había sacado. Y parecía realmente intrigada. Al inclinarse para preguntar ves que el escote se aprieta ligeramente con la mesa, levantando sus pechos.
Sonrio y evito ponérme colorado.-Oh gracias.-
Inténto no mirar a sus pechos y sonrio aliviado al sacar ese tema en la conversación.-Bueno no sé si es fascinación, desde niño me críe con ellos... Verá mis padres eran propietarios de una funeraria y casi que desde nací ese ha sido mi ambiente, comencé muy joven a aprender a maquillárlos y casi que básicamente esa ha sido mi vida, me he críado viendo esta profesión, papá y mamá me han hecho verla como lo que es, un tránsito natural y bueno...-Aún no es momento de contárle mi secreto, yo sé que hablo con ellos y me escuchan les hago su momento mucho más tranquilo-¿usted cuándo comenzó a trabajar en digamos..esto?
- ¿En lo mío? Buff, se podría decir que llevo décadas. La verdad es que es algo más burocrático que nada. Organizo los equipos, el papeleo y esas cosas.
Observas que termina su copa y te la acerca para que le sirvas más.
- Realmente me encantaría ver ese álbum del que me habló en la comisaría. Como le dije, he estado siguiendo su trabajo. Fui yo misma quién le recomendó para el puesto. - Sonríe. - Y creo que ha sido una buena recomendación.
Le sirvo el vino.-¿Décadas? No lo parece....Vaya la verdad me halaga...¿Como se enteró de mi trabajo?-¿Vaya una mujer como esta y sabía de mi?-El albúm por supuesto, ahora mismo lo veremos.
- Digamos que siempre he tenido predilección por el arte... singular. Un día vi una foto de uno de los cuerpos que había maquillado y no puedo describirlo de otra forma a la que lo hice en la sala. Me parece hace arte. Desde entonces busqué algo más. Vi que tenías un gran curriculum y la destreza para dejar algunos cuerpos realmente bien incluso tras accidentes... desagradables.
Bebe otro trago de vino. Una gota le cae por los labios y la recoge con la lengua, tan sutil como descaradamente. Te mira, con una sonrisa de disculpa, pero con un pestañeo seductor. Luego parece recobrar la compostura.
- El resto es historia.
Miro atontado como recoge la gota, está consiguíendo excitárme.
-Oh bueno... Me siento halagado, la policia de Frankfurt solía llamárme para "casos difíciles" espero no parecer sobrado pero incluso me pagaban el viaje desde mi pueblo Ketz...-Sonrio tímido-mucha gente no entíende que a veces es arte y es...Ayudárles a cruzar el camino con la mayor dignidad...-Que no se note que comienza a excitárme Mathias casi lo estás consiguiendo.
Ella sigue comiendo, intercambiando de vez en cuando algún cumplido sobre la comida. Hasta que llegáis a los postres.
- Mathias. O, ¿le importa que le llame así? Le noto algo... tenso. ¿Se encuentra bien?
Ella se recuesta en la silla, esperando a que le traigas el último plato, y el vestido se levanta un poco, mostrando sus blancas piernas.
-Ops, no importa llameme Mathias, no... No pasa nada..-me levanto y recojo los platos para buscar el postre,evito mirar sus piernas para evitar una situación más incómoda.
Cuando termináis el postre. Se levanta y se masajea la barriga con una sonrisa.
- Vaya, me he llenado. Estaba todo delicioso, Mathías.
Mueve los ojos por la sala donde estáis.
- Perdona, ¿podrías decirme donde está el baño? Mientras, puedes sacar el álbum. No puedo esperar a verlo.
-Si por supuesto, es al fondo a la derecha.-Me levanto al terminar y voy hacia donde guardo mis trabajos.
Me acerco al sofá y lo ojeo mientras espero por Sabrina.
Espero que no haya sido muy pesada la cena para ella.
Miro el reloj para ver si es la hora en la que suelo ponérle a Dido su comida, aún falta algo de tiempo.
Sabrina vuelve en un par de minutos, y te parece más bella si cabe. Durante unos segundos quedas mirándola absorto. Ella sonríe.
- ¿Tengo algo? - Dice, tocándose la cara.
Luego se sienta en el sofá y palmea el cojín a su lado para que tomes asiento.
- Bien, veamos tu trabajo.
-No no..Está.. Muy guapa...-Sonrio, me siento a su lado y pongo el albúm de forma que pueda verlo con comodidad, lo abro por la primera página. Sale la foto del antes de una chica muerta por un cáncer con debajo escríta la causa de su muerte, al lado una foto de su maquillaje un trabajo realmente currado y maravilloso.Encima de la foto junto a ambas se lee el nombre de la chica, Valerie Müller-Esta era Valerie Müller, apenas tenía 20 años y llevaba varios luchándo contra el cáncer, la verdad una chica encantadora, creo que fallecio sedada y no sufrío nada.-No es que lo crea ella no sabe que lo sé.
Ella se aproxima a ti y repasa las imágenes con las manos.
- Increíble, si parece más viva después. Fíjate aquí los tonos... ¿cómo lo haces?
Mientras mueve las manos notas como sus pechos te rozan de vez en cuando los hombros, ya que al estar inclinada, no puede evitarlo.
- Pobre chica. Al menos murió tranquila, y guapa.
Inténto disimular mi excitación.-Bu bueno, sabe Sabrina que un mago nunca rebela sus secretos jaja.-estoy bastánte nervioso e inténto disimulárlo.-Sí murio bastánte tranquila, fué sedada, la verdad una muerte dulce...-Ups que no note nada...
- Enséñeme más, por favor.
Se levanta del sofá.
- Creo que iré a por un poco más de vino. ¿Le traigo su copa también?
Pregunta mientras camina con un ligero contoneo hacia la mesa.
-Sí tranquila en este album tengo muchísimos de mis trabajos, creo que no dejé ninguna de mis fotos en Ketz.. Emm no suelo beber alcohol la verdad pero le acompañaré-A ver si eso me calma-miro su contoneo un poco y quito la vista rápido.-Vamos Mathias estás cansado de ver mujeres desnudas..Pero ella... Bueno tranquilo mamá siempre te dijo que te comportases como un caballero.