- Tranquilo. Puedes relajarte conmigo, no muerdo.
La mujer te contesta sin dejar de mirar el cuerpo que reposa sobre la camilla de metal. Se acerca a mirar las casi imperceptibles costuras.
- Esto es algo más, ¿verdad? - El comentario es extraño, pero sus siguientes palabras aún más. - He estado observando tu trabajo desde hace un tiempo, y no es simplemente trabajo, es... ¿arte?
Suelto una risa algo tímida.
No creo que muerda inspectora.-Sonrio con amabilidad y tímidez.
Cuándo hace ese comentario sonrio de oreja a oreja.-Me encanta hacer bien mi trabajo, no sabía que usted me seguía la verdad.... Llevo en esto desde...-Miro pensándo al techo-bueno mis padres tenían una pequeña funeraría en Frankfurt concretamente en Ketz al lado de Hockenheimmer así que imagine.... Y sí, se podría decír que es arte, tengo albumes en casa con todo mi trabajo.-Sonrio algo tímido.-No puedo creer que esté confesándo esto en voz alta a alguien que acabo de conocer.
La inspectora te mira y sonríe ante tus palabras.
- ¿Todo un album? Estaría encantada de ver eso. Si quiere que le diga la verdad, ese "estilo" no es muy común a la hora de tratar con un muerto. Hay mucha frialdad y desapego por el final de la vida en el mundo. Como si no fuera importante.
La mujer mira a su alrededor y la hora en su reloj.
- Es un tema un tanto extraño que tratar en este lugar y a esta hora.
Se queda unos segundos pensativa y luego vuelve a dedicarte una brillante sonrisa.
- ¿Le importaría que quedasemos a cenar en su casa mañana? Así podría hablarme de su trabajo, enseñarme ese álbum y yo puedo conocer mejor al nuevo miembro de la plantilla. ¿Qué le parece?
¿Una cita?-Omm bue...Bueno, ¿hay algo que pueda cocinar que a usted le guste?Le dejaré mi dirección en una tarjeta cuándo salga ¿vale?-Inténto disimular lo colorado que me he puesto.
Ella ríe ante tu reacción.
- Como cualquier cosa, así que lo dejo a su elección.
Tras echar un último vistazo por la sala, se dirige a las escaleras.
- Le dejo que termine con su tarea. Estaré en mi despacho, por si necesita algo. Hasta luego.
Y escuchas el golpeteo de los tacones con el frío suelo de las escaleras mientras la mujer sube a la comisaría.
Bue..Bueno.-Sonrio y cuándo me aseguro que estámos solos hablo.-¿Has visto? Jamás me ha dicho eso una chica... Y mira que siempre he conocído, aparte le encanta esto... Guau...-Sigo trabajándo.
Continúas hasta que se hace bien entrada la madrugada. Solo hay una luz en la planta alta, seguramente la del despacho de la Inspectora. Parece que has terminado el trabajo por hoy y ya puedes ir a descansar.
El cuerpo ha quedado impecable. Otro trabajo más con éxito y otra familia feliz, o eso esperas.
Voy al aseo y me limpio las manos y la cara para quitar cualquier olor a maquillaje y etc... Busco algún sitio para apuntar y apunto mi dirección, subo y meto la hoja por la rendija del despacho de la inspectora
Mientras te alejas, escuchas unos pasos en el despacho y, sin abrirse la puerta, oyes un "Hasta mañana". Coges un taxi para volver a casa. Ya debe quedar poco para el amanecer cuando te metes entre las sábanas para taparte del frío. Ha sido una noche intensa. ¿Qué traerá la siguiente?
Nada más llegar acaricio a mi querida Dido y le pongo algo de comer me doy una ducha caliente ceno algo ligero y me voy a la cama, necesíto dormír ha sido un día inténso.
Resume lo que quieres hacer durante el día, ya que, salvo que quieras interpretar algo, avanzamos el tiempo hasta la noche.
El día sucedió como otro cualquiera cuándo trabajo toda la noche, dormí hasta entrado el mediodía, me desperté para comer y revisé la nevera luego para ver que había de comer, compré algo en el super y mimé y alimenté a Dido, limpié la casa y prepare la cena para esa noche.
A la hora acordada, cuando ya lo tienes todo meticulosamente preparado. El timbre de tu piso suena. Revisas por última vez todo antes de ir a abrir la puerta.
Prepara lo que quieras.
Antes de abrir saco la carne del horno y las papas, supongo que una suculenta y opípara cena le gustará. Miro que todo esté en orden, me quito los guantes con los que saqué la bandeja del horno después de colocar la comida sobre la mesa y voy a abrir.
Al abrir la puerta te encuentras con la inspectora. Se ha maquillado y lleva un elegante vestido rojo hasta los tobillos. Hay un cambio principal en ella y que percibes nada más verla: parece que se ha teñido el pelo.
Te saluda con una gran sonrisa y te enseña una botella de vino.
- Buenas noches. He traído vino, espero que sea de su gusto. ¿Puedo pasar?
Abro y le dejo el paso libre.
-Mamá siempre decía que había que ser un caballero con las señoritas-pienso para mi mismo.
-Por supuesto adelante- no suelo beber vino pero hay que ser galante Mathias
-Está en su casa inspectora, no quiero parecer atrevido pero ¿ha cambiado su color de pelo?
Ella avanza hasta el comedor y silba al ver los platos en la mesa.
- Vaya, señor Frink, tiene una pinta exquisita. - Se inclina ligeramente sobre la mesa para oler la comida, haciendo que el viste marque sus curvas. - Y huele deliciosamente.
- Llámeme Sabrina. Lo de inspectora es un poco raro fuera del trabajo. Y si, suelo hacerlo. Ya apenas me doy cuenta. - Responde con una sonrisa encantadora.
Sonrio.
-Me alegro que le guste Sabrina-miro con una mezcla de timidez y busqueda de aceptación-le queda bien el rubio, no es que sea un grandísimo chef.. Pero bueno algo sé cocinar jaja.-Rio tímidamente.
- Seguro que está delicioso, y gracias por el cumplido. - Dice, al tiempo que guiña un ojo.
Toma asiento y deja un pequeño bolso a un lado.
- Bien, cuando usted diga.
Sonrio algo colorado.-Vaya... No esperé a una mujer tan seductora la verdad.....
-Sientase como en su casa, Sabrina, ¿quiere que le sirva?- Me pone de los nervios que esté así la verdad....
Me acerco a la bandeja esperándo su aceptación, las manos me tiemblan un poco y procuro disimulárlo.
-Tranquilo Mathias, nunca te había pasado esto y no tíene porque pasárte ahora, es tu jefa y es sólo uan cena.-